AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The bond of the blood [Jossette]
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The bond of the blood [Jossette]
Con pesar, Drake observaba a la bailarina, quien permanecía en una cama improvisada por el inmortal, una que él creo con algunas telas y cualquier cosa mullida que fue capaz de encontrar en la habitación de aquel departamento que le pertenecía. La muchacha se encontraba desesperada y él no tenía la menor idea de que hacer para calmarla, después de todo, era la primera vez que observaba tan de cerca los efectos de la abstinencia de la sangre de vampiro.
En sus años como cazador, el Ende escuchó un sin numero de historias de humanos adictos a la sangre de vampiro. Humanos capaces de hacer cualquier cosa con tal de saciar su sed de aquel elixir maldito, mismo que les otorgaba mayor resistencia, fuerza y longevidad, todo por el precio de su libertad y hasta su cordura. Los motivos que llevaban a los inmortales a crear tal dependencia en los mortales eran variados, pero el resultado generalmente era el mismo para los humanos; la muerte. Algunos inmortales acostumbraban matar a sus esclavos de sangre una vez que se hartaban de ellos y sus exigencias, otros solían simplemente desaparecer o ser asesinados, provocando esto que sus esclavos, en su desesperación, se ofrecieran a otros vampiros, compraran sangre en el mercado negro, entre muchas otras cosas que los llevaban a poner su existencia en peligro y el caso de la muchacha que yacía en medio de la habitación de Drake, pertenecía al de los esclavos abandonados.
El Ende la había encontrado en los peores callejones de París, implorando a un vendedor de sangre de vampiro por un poco de aquel elixir maldito. Como aquel asunto no le incumbía en lo más mínimo, el vampiro pensaba pasar de largo e ignorar aquel acontecimiento, pero fueron las desagradables palabras del traficante y sus burlas, las que llevaron a Drake a volver sobre sus pasos, tomar a la muchacha por los hombros y mirar con rabia al hombre.
– Ella no necesitará más de la sangre que vendes y más vale que no te vuelva a ver por aquí o te matare – tras haber dicho esas palabras, sonrió, mostrando al hombre sus colmillos antes de ponerse en marcha y llevar prácticamente a rastras a la muchacha que aún exigía recibir la sangre por la que alegaba haber pagado. Mientras se alejaban, Drake escucho al traficante gritar que ella no era más que una bailarina adicta y que pronto, estaría nuevamente buscándole para obtener sangre.
Drake había actuado de manera impulsiva al llevarse a la muchacha y prueba de eso era que ahora, estando es su departamento, no tenía la menor idea de que hacer para ayudarla. Sabía que su sangre podría tranquilizar a la bailarina, pero también era consciente de que si lo hacía, estaría fomentando la adicción de la joven. Era seguro que ella se tranquilizaría durante algunos días, pero después, volvería a buscar al traficante, tal y como él, le aseguro al inmortal. A menos que existiera una manera de curar a la muchacha de su adicción, algo que de existir, conocerían sus mentores de cacería.
Fue así como algo frustrado, pero con esperanza de que la bailarina pudiera salir de aquella deplorable situación en que se encontraba, el inmortal se acercó a ella.
– Veras que todo va a estar bien – le aseguró mientras se sentaba a su lado, antes de abrirse la muñeca con uno de sus viejos cuchillos de cacería y ofrecerle a la joven de su sangre.
En sus años como cazador, el Ende escuchó un sin numero de historias de humanos adictos a la sangre de vampiro. Humanos capaces de hacer cualquier cosa con tal de saciar su sed de aquel elixir maldito, mismo que les otorgaba mayor resistencia, fuerza y longevidad, todo por el precio de su libertad y hasta su cordura. Los motivos que llevaban a los inmortales a crear tal dependencia en los mortales eran variados, pero el resultado generalmente era el mismo para los humanos; la muerte. Algunos inmortales acostumbraban matar a sus esclavos de sangre una vez que se hartaban de ellos y sus exigencias, otros solían simplemente desaparecer o ser asesinados, provocando esto que sus esclavos, en su desesperación, se ofrecieran a otros vampiros, compraran sangre en el mercado negro, entre muchas otras cosas que los llevaban a poner su existencia en peligro y el caso de la muchacha que yacía en medio de la habitación de Drake, pertenecía al de los esclavos abandonados.
El Ende la había encontrado en los peores callejones de París, implorando a un vendedor de sangre de vampiro por un poco de aquel elixir maldito. Como aquel asunto no le incumbía en lo más mínimo, el vampiro pensaba pasar de largo e ignorar aquel acontecimiento, pero fueron las desagradables palabras del traficante y sus burlas, las que llevaron a Drake a volver sobre sus pasos, tomar a la muchacha por los hombros y mirar con rabia al hombre.
– Ella no necesitará más de la sangre que vendes y más vale que no te vuelva a ver por aquí o te matare – tras haber dicho esas palabras, sonrió, mostrando al hombre sus colmillos antes de ponerse en marcha y llevar prácticamente a rastras a la muchacha que aún exigía recibir la sangre por la que alegaba haber pagado. Mientras se alejaban, Drake escucho al traficante gritar que ella no era más que una bailarina adicta y que pronto, estaría nuevamente buscándole para obtener sangre.
Drake había actuado de manera impulsiva al llevarse a la muchacha y prueba de eso era que ahora, estando es su departamento, no tenía la menor idea de que hacer para ayudarla. Sabía que su sangre podría tranquilizar a la bailarina, pero también era consciente de que si lo hacía, estaría fomentando la adicción de la joven. Era seguro que ella se tranquilizaría durante algunos días, pero después, volvería a buscar al traficante, tal y como él, le aseguro al inmortal. A menos que existiera una manera de curar a la muchacha de su adicción, algo que de existir, conocerían sus mentores de cacería.
Fue así como algo frustrado, pero con esperanza de que la bailarina pudiera salir de aquella deplorable situación en que se encontraba, el inmortal se acercó a ella.
– Veras que todo va a estar bien – le aseguró mientras se sentaba a su lado, antes de abrirse la muñeca con uno de sus viejos cuchillos de cacería y ofrecerle a la joven de su sangre.
Drake Ende- Vampiro Clase Media
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Re: The bond of the blood [Jossette]
¿Has llegado a sentir la agonía? Yo la siento en este momento, un sabor agridulce mientras mis pies protegidos por zapatillas de ballet hechas de seda color rosa se deslizan en puntas mientras mi cuerpo se mueve de forma mecánica, graciosa los primeros segundos en mi solo del “Hada de azúcar” en la presentación del cansa nueces.
La joven se mueve de forma graciosa pues una hada no es humana mantiene y llevando acorde a los sonidos que manejan su cuerpo… pero la agonía que siente no tiene nada que ver con sus pies… Los delicados y finos labios se abren derramando una gota de saliva mientras escucho los aplausos del público y sale tratando de mantener la postura lo mas soportable.
Rebuscando, sin quitarse las zapatillas, se pone una capa que le cubre por completo y salge corriendo por las calles de Paris hasta las zonas bajas. Necesita con desesperación un poco, solo un poco, un sorbo. Llevaba mas de una semana sin una toma y sentía como estaba volviendose loca, una cruel y ansiosa agonía. En los pensamientos de la joven se desliza la cruel venganza, del simple hecho de tomar a esa rata inmunda, vil, mentirosa y traicionara que le proveía de aquello que en este momento imploraba incluso solo una gota, la ultima toma no había sigo sangre pura, al tomarla había sentido claramente el sabor de un anima mamífero. Por un momento se tambaleo hasta sostenerse de la pared sintiendo los estragos de la abstinencia –¡¡Tú!!– Grito furiosa acercándose al hombre señalándole con el dedo índice… Dos segundos después estaban enfierecidos en una discusión acalorada en la que termino implorando un poco de su adicción sin soltar al hombre sin importar lo que le decía, realmente no sabia ni que le decía pero una fría mano, suave, pero firme le alejo. Lo miro un momento que pareció eterno, con los ojos lagrimosos, temblorosa, añorando.
No sentí el tiempo ni mucho menos el momento en el que llegaron, simplemente tomo asiento en una cama improvisada por aquel que acababa de sacarla de ese lugar. Quería llorar, podía sentir el nudo en la garganta, los ojos picaban, temblaba, necesitaba solo una gota de sangre para calmar las ansias. Miro las zapatillas que llevaba puestas, las había estropeado, eso le costaría caro y simplemente tembló cuando el se sentó a su lado. Sus palabras fueron suaves, cálidas, con una delgada fina hebra de esperanza que la hizo temblar nuevamente, tenia mucho que no la percibía en nadie.
Lo mire como un dios abriéndose la muñeca con una hermosa daga de finos y pequeños detalles, tallada en algo que no era plata –No– el susurro fue casi inaudible a un oído humano. Él se ofrecía sin dudar, sin pedir a cambio, trato de negarse nuevamente pero el aroma de su deliciosa sangre pego como un mazo al sentir los últimos efectos de la sangre que antes había bebido. Tomo la muñeca con sumo cuidado, como si con solo el toque fuera capas de romper la fría, suave y resistente extremidad. Se hinco ante el y bebió gimiendo ante el sabor y la gloriosa sensación que producía en su interior, una suave y cálida coacción que calmaba todo su ser. Bebío ávidamente hasta que la herida se cerro por si sola –No debería ofrecerse tan libremente mi señor– susurro lamiendo la inexistente cicatriz donde momentos antes se encontraba la cortad. Se recosto como una gata perezosa sobre sus piernas sintiendo un pecaminoso alivio mientras su sangre inundaba el cuerpo femenino poco a poco, recorriendo los brazos, las piernas, haciendo que su respiración se agitara y el corazón latiera con mucha mas rapidez.
Y sentío paz. Una paz que duraría no se cuento esa vez, le miro en espera de aquello que pediría a cambio.
Última edición por Jossette Louvre el Dom Ago 06, 2017 8:58 am, editado 1 vez
Jossette Louvre- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Re: The bond of the blood [Jossette]
Su impulsividad a la hora de actuar le orillaba a tomar decisiones que probablemente no fueran las más acertadas, sin embargo, eran las que su mente y parte de su maldita alma le señalaban como las correctas. Drake sabía que darle de su sangre a la bailarina crearía un vinculo entre ambos, pero más que nada, ofrecer el elixir maldito pondría sobre los hombros del Ende una responsabilidad; una que si todo salía como lo planeaba, podría dejar en algunos meses, aunque claro, de no ocurrir lo que él esperaba, tendría que mantener la adicción de aquella bailarina hasta que los días de la muchacha llegasen a su fin.
Observando fijamente a la bailarina, la mente del inmortal se debatía entre lo que era correcto y lo que era prudente, siendo lo correcto, lo que acabó por llevarlo a acercarse a la muchacha y sentarse a su lado. Después de unos segundos en silencio al lado del cuerpo de la fémina, Drake se abrió la muñeca, ofreciendo su sangre a la necesitada bailarina que para ese momento le miraba como si fuera el ser más imprudente pero celestial que ella hubiera contemplado jamás. La manera en que lo observaba le confirmaba al cazador que se encontraba sedienta, pero la negativa inicial de la muchacha por beber de él, lo hizo sonreír.
– Eres fuerte, pero no podrás continuar mucho más tiempo sin sangre así que vamos, bebe – Drake estiró más su mano en dirección a ella – Hazlo, veras que te sientes mejor – sus palabras eran suaves pero seguras, aún a pesar de que no estaba del todo convencido de que su sangre fuera a ser suficiente para la fémina, ya que, seguramente el vampiro que la volvió adicta, fue uno mucho más antiguo y quizás mucho más poderoso que él.
Después de muchas dudas, la bailarina sujeto de manera delicada la mano que Drake le ofrecía, llevando la muñeca abierta del inmortal hasta sus boca, la que pronto comenzó a succionar la sangre del Ende. Con fascinación, el inmortal escucho como es que la respiración de la muchacha se aceleraba aun más conforme bebía, lo mismo que su corazón, eso a pesar de que el cuerpo de la bailarina se iba relajando lentamente, como si se librara de sogas invisibles que la ataban y la forzaban a actuar de maneras indeseadas; a pesar de todo lo que ocurría en ella y que a él le resultaba fascinante, lo que más le intrigo, atemorizo pero encantó al mismo tiempo, fue su propia reacción. El deseo de ayudarla, de liberarla del sufrimiento iba siendo sustituido por uno que le decía que desde ese día ella le pertenecería, que sería solamente suya si es que así lo deseaba. La compañía de alguien más era una de las cosas que Drake más deseaba, pero no así, no de manera forzada así que cuando finalmente la muchacha dejo de beber su sangre, se esforzó por apartar las ideas corruptas de su mente.
– De no haberte ayudado dudo que tu cuerpo resistiera más – apartó abruptamente la mano, tratando de no dar pie a que la oscuridad se apoderase de su mente – además de que lo he hecho porque creo que te puedo ayudar a dejar esta adicción que posees – levantándose de donde se encontraba, camino un par de pasos solo para poner más distancia entre la bailarina y él – ¿Te sientes mejor ya? ¿No necesitas descansar o comer algo? – no estaba seguro de cómo es que funcionaban los cuerpos de los humanos que eran esclavos de sangre, al menos no de manera vivencial porque teóricamente conocía lo básico de cualquier criatura sobre natural.
Observando fijamente a la bailarina, la mente del inmortal se debatía entre lo que era correcto y lo que era prudente, siendo lo correcto, lo que acabó por llevarlo a acercarse a la muchacha y sentarse a su lado. Después de unos segundos en silencio al lado del cuerpo de la fémina, Drake se abrió la muñeca, ofreciendo su sangre a la necesitada bailarina que para ese momento le miraba como si fuera el ser más imprudente pero celestial que ella hubiera contemplado jamás. La manera en que lo observaba le confirmaba al cazador que se encontraba sedienta, pero la negativa inicial de la muchacha por beber de él, lo hizo sonreír.
– Eres fuerte, pero no podrás continuar mucho más tiempo sin sangre así que vamos, bebe – Drake estiró más su mano en dirección a ella – Hazlo, veras que te sientes mejor – sus palabras eran suaves pero seguras, aún a pesar de que no estaba del todo convencido de que su sangre fuera a ser suficiente para la fémina, ya que, seguramente el vampiro que la volvió adicta, fue uno mucho más antiguo y quizás mucho más poderoso que él.
Después de muchas dudas, la bailarina sujeto de manera delicada la mano que Drake le ofrecía, llevando la muñeca abierta del inmortal hasta sus boca, la que pronto comenzó a succionar la sangre del Ende. Con fascinación, el inmortal escucho como es que la respiración de la muchacha se aceleraba aun más conforme bebía, lo mismo que su corazón, eso a pesar de que el cuerpo de la bailarina se iba relajando lentamente, como si se librara de sogas invisibles que la ataban y la forzaban a actuar de maneras indeseadas; a pesar de todo lo que ocurría en ella y que a él le resultaba fascinante, lo que más le intrigo, atemorizo pero encantó al mismo tiempo, fue su propia reacción. El deseo de ayudarla, de liberarla del sufrimiento iba siendo sustituido por uno que le decía que desde ese día ella le pertenecería, que sería solamente suya si es que así lo deseaba. La compañía de alguien más era una de las cosas que Drake más deseaba, pero no así, no de manera forzada así que cuando finalmente la muchacha dejo de beber su sangre, se esforzó por apartar las ideas corruptas de su mente.
– De no haberte ayudado dudo que tu cuerpo resistiera más – apartó abruptamente la mano, tratando de no dar pie a que la oscuridad se apoderase de su mente – además de que lo he hecho porque creo que te puedo ayudar a dejar esta adicción que posees – levantándose de donde se encontraba, camino un par de pasos solo para poner más distancia entre la bailarina y él – ¿Te sientes mejor ya? ¿No necesitas descansar o comer algo? – no estaba seguro de cómo es que funcionaban los cuerpos de los humanos que eran esclavos de sangre, al menos no de manera vivencial porque teóricamente conocía lo básico de cualquier criatura sobre natural.
Drake Ende- Vampiro Clase Media
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Re: The bond of the blood [Jossette]
- Bestido de ballet:
Ella lo miro, en sus ojos habían pequeñas motas rojas. Al mirarlo se sintió agradecida, plena, tranquila y cuando el se alejo algo cambio, la culpa la invadió poco a poco en un amargo hilo que le recorría el cuerpo. Poniéndose de pie tomo fuerza acercándose –No, ya me encuentro bien. Tu sangre ha sido mi mejor cena en meses– ella dudo un momento bajando la vista sin alejarse, se sentía avergonzada al algunas de las cosas mas desagradables a la que había tendido que acudir solo por unas cuantas gotas de sangre vampírica –No soy fuerte, si lo fuera no seguiría metida en este problema– y por primera ves lo admiro sintiendo como sus mejillas se sonrojaban al admirar que aquel salvador de aquella noche era realmente atractivo, pero más allá, bondadoso. Un insistente deseo de saber mas sobre el nació en su mente.
–¿Como crees que puedes ayudarme? Llevo tantos años atada a esto– se miro las manos siendo la diestra que legara hasta sus labios, su lengua saboreo una gota de sangre percibiendo esta ves el sabor único del hombre frente a ella –Que no se como pararlo– bailar era lo único que la mantenía lo suficientemente ocupada para ignorar aquella sed que tanto abrumaba.
Desato su capa dejando que resbalara por sus hombros. Aun llevaba puesto el vestido del ballet y las pequeñas alas decorativas que le daban un gracioso toque. Era una de los vestuarios mas bonitos de la puesta en escena pero solo para el escenario, ahí frente a un hombre desconocido la sociedad la hubiera tachado de buscona, ofrecida y vulgar. Desconocía el sentimiento que afloraría en el cuando la mirara, esperaba con todas sus fuerzas el que no se ofendiera frente a un ser poderoso y sobrenatural era otra historia, ante la sociedad –Mi nombre es Jossette Louvre y tal cual lo dijo el hombre, soy una bailarina de ballet, trabajo en la opera– se mordió los labios juntando valor para lo que estaba a punto de hacer.
Suspirando se atrevió a tomar una de las manos del hombre, estaba segura que era un buen hombre, aunque usualmente juzgaba muy erróneamente a las personas –No poseo nada, pero me gustaría agradecerte, se que no nos conocemos en absoluto pero me siento infinitamente agradecida contigo– ella ofreció su cuello libremente, sin un solo tirón de manipulación o fuerza. Ella jamás había compartido un acto tan intimo, nunca habían bebido de su cuello, pues aquel que la convirtió en una adicta y esclava de sangre detestaba esas muestras de intimidad, solía morderla en lugares que no dejara marca e incluso le exigía se hiciera cortes para no beber directamente de la fuente como el le llamaba –No se hace cuanto que no has bebido pero puedo observar que te hace falta un poco de color– susurro esperando el hombre no se ofendiera, no quería ser grosera, anquen sus modales solían ser perfectos, sus palabras solían esta en desacuerdo y no podía evitar expresarse ante cosas que la gente en aquella época castigaban determinar como inapropiadas.
Jossette Louvre- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Re: The bond of the blood [Jossette]
– ¿La mejor cena en meses? – giró el rostro sin ocultar la sorpresa que la confesión de la chica le provocaba – Ahora entiendo porque estabas tan sedienta y necesitada de sangre. Los esclavos deben beber sangre de calidad o la sed en lugar de incrementarse no hará más que incrementar día a día – recordaba perfectamente aquello, pues cuando le pregunto a sus maestros cazadores acerca de los vampiros y sus esclavos, ellos le dejaron muy en claro que si bien la sangre brindaba más vitalidad, más fuerza, longevidad y muchas otras cosas que podían tentar a cualquier humano, caer en la adicción solo llevaba a la perdición, en especial si el vampiro que ofrecía su sangre era uno al que la vida humana no le preocupaba en absoluto. Sonrió ligeramente. – Eres fuerte para resistir la abstinencia, no para resistirte a la sangre de vampiro pero eso es comprensible – hizo una pausa – pero como toda adicción, debes combatirla – y él estaba dispuesto a ayudarla a ella a salir de aquel problema en que se encontraba inmersa, porque ningún humano merecía tal destino. Implorar sangre como si de comida se tratase, esa no era vida para nadie y mucho menos para una mujer tan joven y bonita como la que le observaba en ese momento.
– Antes de ser vampiro fui un cazador – respondió a la muchacha, quien aseguraba llevar años siendo adicta, años bebiendo la sangre de vampiros para mantenerse en pie y continuar con una vida que seguramente ya no era realmente vida – como cazador se escuchan muchas historias y entre ellas, existen métodos para eliminar la adicción a la sangre – cruzo los brazos y observó a la joven que comenzaba a levantarse. El color había regresado a sus mejillas, el brillo a sus ojos y la fuerza a su cuerpo, tal así era el efecto de la sangre de Drake en el cuerpo de la joven bailarina que incluso ella retiro la capa que cubría su cuerpo, dejando que el inmortal pudiera apreciar el hermoso vestido que llevaba – Jossette… – susurró aquel nombre y sonrió, mostrando de manera descarada sus colmillos – Saliste del ballet vestida como una hermosa hada para suplicar por sangre de seres oscuros – movió la cabeza de un lado a otro – Eso no debería ser. Tú deberías emplear tu energía en bailar y lucir hermosa, ¿No es eso lo que más te gusta? – preguntó aquello, pues si bien él amaba la cacería, sabía que no todas las personas eran felices en sus labores, aunque esperaba que la Jossette si lo fuera pues motivaciones eran necesarias para dejar la adicción.
Drake le permitió a la fémina acercarse a él e incluso la dejó tomar su mano en un gesto que ella después aseguro era de agradecimiento. ¿Había realmente algo que agradecerle? Claro que no. El Ende realizaba aquello como una manera de regresar al mundo lo que quitaba… vida.
– Yo soy Drake Ende y ahora que nos conocemos, no me debes nada, ayudarte ha sido mi deseo – que la muchacha exhibiera su cuello hizo que Drake la mirase sorprendido y comenzara a negar de manera firme – Me encuentro en perfecto estado, si me hiciera falta beber no hubiera sido capaz de ofrecerte mi sangre – sonrió algo nervioso por el ofrecimiento de la chica – además que ya te dije, he decidido ayudarte sin obtener nada a cambio, eso si tu estas dispuesta a dejarte ayudar, claro esta – porque a pesar de desear brindarle su ayuda, era necesario que ella de verdad quisiera salir del hoyo en que se encontraba metida.
– Antes de ser vampiro fui un cazador – respondió a la muchacha, quien aseguraba llevar años siendo adicta, años bebiendo la sangre de vampiros para mantenerse en pie y continuar con una vida que seguramente ya no era realmente vida – como cazador se escuchan muchas historias y entre ellas, existen métodos para eliminar la adicción a la sangre – cruzo los brazos y observó a la joven que comenzaba a levantarse. El color había regresado a sus mejillas, el brillo a sus ojos y la fuerza a su cuerpo, tal así era el efecto de la sangre de Drake en el cuerpo de la joven bailarina que incluso ella retiro la capa que cubría su cuerpo, dejando que el inmortal pudiera apreciar el hermoso vestido que llevaba – Jossette… – susurró aquel nombre y sonrió, mostrando de manera descarada sus colmillos – Saliste del ballet vestida como una hermosa hada para suplicar por sangre de seres oscuros – movió la cabeza de un lado a otro – Eso no debería ser. Tú deberías emplear tu energía en bailar y lucir hermosa, ¿No es eso lo que más te gusta? – preguntó aquello, pues si bien él amaba la cacería, sabía que no todas las personas eran felices en sus labores, aunque esperaba que la Jossette si lo fuera pues motivaciones eran necesarias para dejar la adicción.
Drake le permitió a la fémina acercarse a él e incluso la dejó tomar su mano en un gesto que ella después aseguro era de agradecimiento. ¿Había realmente algo que agradecerle? Claro que no. El Ende realizaba aquello como una manera de regresar al mundo lo que quitaba… vida.
– Yo soy Drake Ende y ahora que nos conocemos, no me debes nada, ayudarte ha sido mi deseo – que la muchacha exhibiera su cuello hizo que Drake la mirase sorprendido y comenzara a negar de manera firme – Me encuentro en perfecto estado, si me hiciera falta beber no hubiera sido capaz de ofrecerte mi sangre – sonrió algo nervioso por el ofrecimiento de la chica – además que ya te dije, he decidido ayudarte sin obtener nada a cambio, eso si tu estas dispuesta a dejarte ayudar, claro esta – porque a pesar de desear brindarle su ayuda, era necesario que ella de verdad quisiera salir del hoyo en que se encontraba metida.
Drake Ende- Vampiro Clase Media
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Re: The bond of the blood [Jossette]
La pelirroja suspiro, se mordió los labios y girándose un momento observo el lugar en donde estaba alejándose un momento de él. Siempre había sido tratada como una muñeca y el la trataba como una persona, no parecía necesitar perfecta, ni sus movimientos ser exactos o su actitud o palabras o ninguna parte de todo lo que la conformaba a ella. No para nada. Jossette se sintió embargada de un extraño sentimiento desconocido –¿Tu… tu fuiste alguien como yo?... Es decir, un esclavo de sangre– no quería ser grosera o incomodarlo, pero tenía mucha curiosidad de aquel hombre y ella sabia que los cazadores sabían pero no sabia cuentas cosas.
Escucho la masculina voz decir su nombre junto a su actitud Jossette se puso rojo y bajo la mirada apenada por comportarse de esa forma –Se que no debi pero fue algo que no podía esperar… es decir… si podía esperar pero… esta sed era insoportable– intento explicar mirándolo a los ojos por un momento y retorciendo sus manos comenzando a caminar por la habitación moviéndose con pasos sabes y ligeros como la bailarina que era –Conozco la existencia de aquellos inmortales y he aprendido a los largo de los años un poco sobre las demás razas pero nunca estive en contacto con una como contigo, aquel que me volvió una adicta no se detuvo a aplicarme nada y un día solo desapareció, conforme pasaban los días y llegaban las semanas entendí que el ya no estaba en este mundo, así que tuve que conseguir sangre de alguna forma pero nunca volví a probar hasta esta noche– le ofreció una cálida sonrisa.
Mirarlo tan quieto y majestuoso, como un dios inmortal la hizo recordar a aquel vampiro al que llamaban “el príncipe” pero Drake era muy distinto, en su mirada había muchas cosas que tintineaban en sus pupilas, podría ser porque aquello que había dicho de ser antiguamente un cazador, pero había algo mas en su esencia en su génesis. Algo primitivo, elegante y majestuoso pero feroz –Te agradezco mucho toda la ayuda que me estas ofreciendo, no creo que comprendas todo lo que has hecho por mi en menos de una hora asi que– ella se acercó peligrosamente aun con la piel descubierta, tomo su rostro acunándolo entre sus dedos acariciando aquella insipiente barba que le provoco un escalofrío recorriéndole el cuerpo admirando cada hermoso rasgo y masculino rostro –Pero solo si tu me permites ayudarte. Supongo aun tienes contacto con tu maestro cazador pero puedo ayudarte a ser el nexo si aun añoras la vida mortal… y si necesitas – ella desvió la mirada y le soltó –En algún momento de extrema urgencia– se mordió los labios –Puedo servirte de comida para llevar… Claro solo si es necesario– ella ofreció su mano como si estuvieran haciendo un trato.
Todo ello era relativamente nuevo para ella. Esperaba no equivocarse como todas las veces anteriores.
Jossette Louvre- Esclavo de Sangre/Clase Media
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