The bond [Privado]

por **Vlad** Jue Dic 15, 2016 11:19 pm

Y bien, si puedes, destrózale el corazón.
Charles Dickens

Quien lo viera andar por las calles de París pensaría que Vlad era simplemente un hombre romántico. Después de todo, ¿Qué se pensaba cuando veías caminar a un hombre con una flor roja en la mano? Simple. Que aquel hombre tenía una enamorada, alguien tan especial que lo empujaba a adquirir flores con tal de que supiera importante que era para él. Nada más lejos de la verdad.

Vlad era un vampiro. Un ser que disfrutaba del dolor ajeno, alguien que obsequiaba rosas rojas a aquellos que consideraba sus victimas, ya fuera porque bebiera de ellos hasta matarlos, porque los mataba por mero aburrimiento o porque simplemente les utilizaba. Esa noche en especial, Vlad dirigía sus pasos al hotel, lugar donde se disponía a encontrarse con una mujer que entraba en el último rango de aquellos que se merecían rosas. Anette era una prostituta, una mujer que pese a no tener necesidad económica vendía su cuerpo a hombres y monstruos como él.

Anette y Vlad se habían encontrado por mera casualidad en una fiesta de mascaras donde el libertinaje y los secretos abundaban. El vampiro fue a aquella fiesta, simplemente porque estaba cansado de no tener progreso alguno en la búsqueda de sus gitanas fugitivas así que simplemente buscaba distracción cuando su mirada se cruzó con la de la prostituta. En un principio, la humana le pareció tan insignificante al vampiro que decidió ignorarla, sin embargo, por esas curiosas maneras en que actúa el destino, el inmortal acabó por llevársela a la cama y todo lo que ella tenía para ofrecerle le pareció satisfactorio, provocando que Vlad decidiera entonces encontrarse con ella en otras ocasiones donde no solo tomaba su cuerpo sino también, su sangre.

Cuando el inmortal llegó hasta su destino, fue hasta la recepción, haciéndole saber a la mujer que atendía de la reserva que había hecho algunas noches atrás. Casi de inmediato, la mujer encargada de la recepción pidió a un mozo que acompañase a Vlad hasta la habitación designada para él y la compañera que aún aparecía. Siguiendo entonces el camino indicado por el mozo, el vampiro llegó hasta su habitación, la cual no abrió sino hasta que el joven que lo acompañara daba media vuelta y emprendía el camino de vuelta hasta la recepción.

El cuarto al que entró el vampiro, resultaba ser todo lo que él esperaba. Elegante, con adornos sencillos pero atractivos y con una cama grande, justo lo que necesitaba para aquella noche. Con cierto grado de desinterés, Vlad dejó la rosa que llevara desde su hogar sobre la cama, todo para después caminar él hasta una de las ventanas de la habitación y desde ahí, se dispuso a observar el exterior, al menos hasta que su acompañante de la noche hiciera acto de aparición.

por **Annette Boucher** Jue Dic 22, 2016 7:27 pm

The bond

Aquello era inesperado para ella.

- Que raro que un tipo como tú no me ha descubierto oculta entre las sombras de esta habitación – dijo con ronroneo seductor apoyada en la oscuridad de una de las paredes del salón de aquella habitación en la que ahora ambos estaban. Ella calló repentinamente al escucharle entrar pero emitiendo una sonrisa oculta llena de sombras.

Ocultaba su hedor de prostituta bajo la máscara de su anterior cliente con olor a bosques, peligro y soledad – Debes de estar en baja forma Vlad…-Mostro indiferencia con lo que respectaba a ella, sin embargo, Vlad había traído a su vida un poco de sentido – lo mismo me equivoco.

Los ojos cafés de la prostituta estaban puestos en la espalda y trasero de Vlad. Cuanto había disfrutado aquellas noches follando como descosidos en contadas ocasiones. Ella podía oler una poderosa cantidad de dinero viniendo de Vlad, pero ahora ella solamente le observaba en silencio. Esperaba alguna palabra mal sonante, algún bofetón, tampoco le conocía mucho para saber si le iba ese tipo de actos contra una mujer, pero Annette, cruzándose de brazos se irguió para poder acomodarse en uno de los salones de aquella sala, sacó un puñal de plata que ella solamente usaba, con mango cubierto de huesos humanos acabado con un toque cadavérico. Cortaba parte de sus incontables cicatrices en las que ha servido a Vlad con su fuerza Vitae llenando así una de las copas vacías sobre la recatada mesa de café.

Inmediatamente se cubrió el brazo hasta que la hemorragia se detuvo con un pañuelo que tenía junto al puñal en su muslo izquierdo. Sin embargo ahí dejo la copa, llena con una pequeña porción de su sangre a la espera de que quien debería tomarlo, lo tomara por voluntad propia. Era hastioso esperar – Vlad…-Sonríe- Una cosecha tan valiosa como la de 30 años se echará a perder por tus ideas melancólicas que….por cierto, ¿Qué buena nueva me traes? Porque yo….tengo algo que pueda interesarte…-se mira las uñas sin mucha importancia, con cierto aire altivo – Se oyen…muchas cosas en los burdeles – Le miró de reojo – sobre todo si se trata del Este….-sonríe ladinamente-…Muy…del este...ya que, cierta reputación te precede...

BY ORIANI~© SAVAGE-THEMES & THE CLOSETTO

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