~ Lust ID ~

- In darkness we found each other -

- P S I C O -

Anteriormente no se le conocía como “Lust” pero hace mucho tiempo atrás, aquella que se perdió entre sombras y oscuridad acabó por convertirse en una bestia sin prejuicios ni piedad, por lo que acabó siendo encerrada en las profundidades de un calabozo inexpugnable dentro de las instalaciones de la inquisición. Cuando era más joven, se le consideraba una muchacha de corazón cálido y de oro. Su manera de sobrellevar las cosas era algo envidiable para muchos que incluso llegaban a odiarla por ello, pero nunca se ha desmoronado por cualquier artimaña que alguien haya dicho para desanimarla o si quiera hacerla algún mal. Experimento el amor una vez, y aquello le llevó a tener un corazón roto, pero no le impidió tener fe en el amor y por ello nunca ha dejado de amar a quienes lo merecen. Actualmente, su vida a dado un giro completamente por lo que su personalidad también lo ha hecho mostrándose como una muchacha desquiciada, loca y sin piedad cuando se trata de matar a alguien que es usada con fines malévolos. Ahora huye de la ley, intenta sobrevivir como puede y a pesar de que la chica dulce e inocente está enterrada para ella porque alguna vez estuvo ahí, tiene la necesidad de cuidar de todo aquello que le importo alguna vez en su vida pero lo oculta con miradas cortantes y respuestas sin nada de calidez. Juega con palabras lascivas solamente para molestar y obscenas para dar largas por lo que cualquiera que quiera interrogarla solo obtendrá de ella contestaciones que no llevaran a ningún sitio. Ella juega con todo aquel que se encuentra que al final para ella todo y todos son un juego para ella. Un juego que ahora se convertirá en una eternidad.

- H I S T O R I A -

Hace mucho tiempo, había una familia llamada los Dál Riata, eran normales y corrientes, de cuna alta que caía bien a todo el mundo. Siempre hay ese tipo de familias que parece que lo tienen todo, pero cuando Grethel Dál Riata muere al dar a luz a una niña, parte de la luz de esa familia se apaga pero el padre de Lilah, que fue así como se la llamaron, no la culpo por la muerte de su madre, es más, se esforzó en cuidarla y protegerla como si fuera lo más preciado que tenía en el mundo. Lilah fue creciendo en el ámbito familiar y con ayuda de una institutriz fue aprendiendo sobre todo lo que tuviera que saber, pero por las noches Lilah se escapaba para poder ir a un espacio en el lago cerca de su hogar para poder ir a jugar con sus amigos, unos gitanos con los que se había hecho muy amiga.  Su padre encontró de sus escapadas nocturnas y preocupado por la seguridad de Lilah, le prohibió que fuera por la noche pero eso no la iba a detener, por lo que su padre tomó medidas y fue internada en un colegio para señoritas al norte de Dublín.

Descubriendo su nueva faceta de que tenía un buen corazón, decidió pasar página y dedicarse a actividades humanitarias por lo que cogió el camino de la sanidad, convirtiéndose en enfermera para poder atender a gente y ayudar. Ese afán no desapareció hasta que cumplió los dieciocho y entonces su padre le dijo a través de una carta que tenía que casarse con algún hombre que le pretendiera. Lilah regresó a su hogar donde creció y nada había cambiado. Llegando a su mansión, le recordaba todo a su niñez, pero para su sorpresa, ahora tenía una nueva madre, su antigua institutriz y ambas se saludaron como si fueran viejas amigas y con ello, tenía un hermano que podría llevarle al menos unos 4 años de diferencia. Extrañada se sentía rara en la mansión en la que había crecido. Más tarde en esa noche, había sabido por su padre en privado, que su madrastra había estado guardando todas las cartas que supuestamente le tendrían que haber llegado al internado, que su madrastra no la quería en la mansión, ¡SU MANSIÓN! Tendría que habérselo imaginado de pequeña, el afán de querer tanto el trabajo para una familia rota por la pérdida de la señora Dál Riata. Obviamente había sido todo para capturar la fortuna de su padre por ello, su ahora ex – madrastra dejó la hacienda Dál Riata y se fue a otro lugar a vivir junto con su hermanastro que por cierto tenía la sangre de su padre, aquello no podía ignorarlo.

Unos años después, Lilah es plantada en el altar y a la semana su supuesto prometido es encontrado asesinado a orillas del río cerca de su hogar. En aquel momento, los Dál Riata fueron maldecidos con la culpa cuando no habían tenido nada que ver con el asesinato del prometido de Lilah. Por un tiempo, el padre de Lilah estuvo en los calabozos hasta que se demostró que finalmente ninguno del Clan Dál Riata había tenido nada que ver con el asesinato.

Cuando se celebró una fiesta para reconciliar las familias Dál Riata con la del ex –prometido, Lilah es secuestrada por unos hombres vestidos de negro cuando esta bajaba hacia la cocina para pedir más champan. Fue llevada lejos de Dublín para ser la sirvienta sexual de un Conde desquiciado que vivía en lo alto de una montaña rodeado por un oscuro paisaje en donde la luz del sol apenas penetraba en el día a día. Siempre se había fijado en las fotografías hechas por sus sirvientes sobre Lilah, tan rubia, tan frágil que el Conde, al no poder salir de su enorme castillo debido a su fragilidad por el sol, era el único modo de poder haberla observado y de haberla deseado desde que volvió a Dublín con dieciocho años.

Lilah jamás se había pensado que esto pudiera pasarle en la vida. Había sido maltratada sexualmente hasta llorar sangre por su piel. Siempre rezaba y pedía en su mente que alguien la rescatase. A los 24 años, cuando estaba descansando en una de las muchas alcobas del Conde, esta escuchó que su padre había sufrido un accidente y que estaba en estado grave en el hospital. Fue entonces cuando aquel Conde la escogió entre muchas otras para ofrecerle una vida a su lado y con la gratitud de la eternidad o la dejaba libre, pobre y sin recursos además de matar a su padre, por lo que como fue dada por desaparecida, la herencia pasaría a quien fue su institutriz y no a ella por inactividad familiar.  Era una encrucijada, pero tras unos días al final dio su brazo a torcer, convirtiéndose en una vampira con un mordisco en el cuello que por poco la mata. Su nueva vida no era lo que esperaba.

Era mucho mejor para ella pero para el Conde no lo fue tanto. Cuando fue convertida, el Conde, convencido de que se removería de dolor y después todo seguiría bien tras unas cuantas lecciones de supervivencia, lo que no se esperó es que Lilah se retorciera de dolor pasando el cambio de humana a vampiro y a las siguientes noches esta gritaba como una desquiciada, teniendo pesadillas, desobedeciendo al Conde cuando este le decía que parase, convirtiendo neófitos, hasta incluso dejando animales muertos por todo el castillo hasta atacó ella sola con su locura a un campamento gitano que andaba cerca. El Conde iba a arruinarse, no iba a tener sirvientes si seguía a este paso por lo que la bautizo como Lust, por la lujuria de la matanza y sus sirvientes se la llevaron a la inquisición en París donde tenían mejores instalaciones y hasta la fecha,  quien se llama ahora Lust, está siempre queriendo jugar con sus presas.