Blood and Lust [+18][Libre]

por **Midna** Sáb Jun 08, 2013 6:41 am

Habia escapado por los rincones más inospitos de Paris, por los rincones mas desesperados de su ser para encontrar a esa persona que no entendia de su huida. Bien, era asi, era de noche y ya comprobó por si misma las ampollas de su piel quemada, que no debia ir a la luz del dia. ¿En que se habia convertido? ¿En que la habian transformado? Vestia una capa andrajosa, gruesa y en la que le tapaba de las vistas curiosas de la gente. Sentía una sed de la que no se podia separar, miraba a una persona y la deseaba por lo que le fluia por las venas. Estaba confusa, muy muy confusa. ¿Como se habia vuelto de repente en una depredadora sin escrupulos, en una canibal que queria la sangre de los demas para saciar su sangre? Encontro entre los restos de la basura ropa usada, encontro una venda negra la cual se la puso alrededor de sus ojos, asi no veria a las personas, se calmaria, no desearia la sangre.

Pero el olfato le señalo el aroma de los demás, lo mismo, sentia querer de su sangre nada mas por seguirlos por el olor, lo mismo hizo, busco ropas, y encontro otro paño que lo cubrio por su rostro, obligandola a casi no respirar para poder calmarse. No supo cuantos dias, quizas dos o tres sin comer, pero estaba como si hubiera comido en la mañana, aunque ahora estaba muerta de sed, sus labios resecos, su garganta se secaba porque queria más y mas sustento del que no podia apropiarse. Iba caminando sin rumbo, bueno, intento llevar sus pasos a su antigua mansión, pero tras caminar unos pasos, iba por unos callejones, vio la corseteria de Madame Bijou, vio el escaparate y cuando puso rumbo a mas camino, esta tropezo por una mera equivocacion en sus pies.

-Adgg...-Comenzo a rodar calle abajo con las ropas raidas que llevaba sobre su cuerpo, rodaba y rodaba sin poder evitarlo, intento parar, lo consiguió, pero no sin llegar hasta darse contra una pared de ladrillos en la que se quejo con grito bastante gordo -...Agh...que..daño...-Sollozó como si alguien la fuera a escuchar, esta se quedaba en su sitio, pendiente en saber si alguien iba en su ayuda, pero no vio a nadie. Se hizo un poco de sangre, ella lloraba lágrimas cristalinas de carmesí, estaba en la agonía de haber sido abandonada por todo el que habia conocido horas y dias atrás. Estaba completamente sola y sin ayuda de nadie. Una posición fetal estaba su cuerpo ahora mismo, sintiendo como la sed, se volvia en algo inaguantable, su cuerpo se encogía como si lo estuvieran pellizcando con bastante fuerza, se sujeto bien las piernas -...Ya pasará, ya pasará...- Se repitio a si misma de que este mal estar pasaría.

por **Banshee** Sáb Jun 08, 2013 7:14 am

Cuando has perdido la vida, cuando es solo tu esencia inmortal la que te ata a la tierra, todo parece perder el sentido. Las cosas como el tiempo se volvían nimiedades, ni siquiera eras capaz de distinguir cuántos días llevabas parado en un mismo sitio, si te habías movido en meses o simplemente en unas horas. Hasta los lugares a veces se volvían pura niebla y todo cargaba con una ilógica que no sería capaz de expresar. Puede que esto último ocurriera cuando el alma estaba cansada, cuando había explotado sus habilidades y necesitaba recuperar fuerzas, pero de nuevo era algo que no se paraba a pensar, una nimiedad más, pues nadie esperaba su regreso.

Cuando de nuevo estaba preparada para caminar entre los mortales, empezaba a escuchar los sonidos de estos. Gritos, llantos, lamentos, penurias; el sanatorio mental. Casi siempre estaba allí, el lugar en el que había muerto y el que solía rondar, donde conseguía llevar a todos aquellos humanos que lo merecían, que debían enloquecer por hacer daño a las buenas personas. Pero no tenía nada que hacer allí en aquella ocasión, así que decidía recorrer parís, invisible a los ojos de todos, sin caminar, sin volar, simplemente flotando a ras del suelo.

Fue así como un quejido rompió su paseo, y automáticamente sus ojos buscaron el origen de aquel escándalo, acercándose rápidamente a aquella pobre muchacha. La observó atentamente, mirando alrededor por si había algún motivo para que estuviera de esa manera, pero no encontró otro ente que la estuviera torturando ni nada parecido. Entrecerró los ojos, decidiendo hacerse visible, en su forma más agradable, para no asustarla. Iba vestida simplemente con un vestido blanco sencillo, que denotaba clase baja, aunque pulcra. Se acuclilló junto a ella, llevando una mano a su cabeza para hacerle una suave caricia.

— Pocas cosas son las que pasan sin que seamos nosotros los que las enfrentemos. — le susurró, con esa voz tan suave que siempre había poseído. Aunque el alma no lo supiera, no sería un problema estar cerca de aquella neófita, ya que al estar muerta, al no tener un verdadero cuerpo, pocos deseos de alimentarse podía suscitar en un vampiro que necesitaba la calidez de la sangre — ¿Qué te aflige?

por **Midna** Vie Jun 21, 2013 3:52 pm

Era bello como otros se preocupaban por ti, ¿Qué haría ella entonces? Nada, solo gemir de la sed que en su cuerpo afligía-…Salud…me aflige el tener una necesidad de desbordar mi necesidad en la paz, la necesidad de tomar de tu sangre…-No era consciente de sus palabras, el dolor y confusión la hacía confesar su paranoia, su necesidad inmediata de adquirir sangre humana, no sabía, no tenía a nadie de su lado, no tenia de quien sustentarse, no tenía a nadie…Nadie…nadie…nadie…Palabra que se repetía una vez sí y otra si, sin parar en su cabeza, como un veneno toxico en el paraíso, al que era adicta y necesitaba de ello.

Bien dada era la ocasión de probar de aquel cuello tan pálido, pero no notaba vida, solo una ilusión, corpórea pero quizás era enormemente sangre invisible, no, no sabía qué hacer para enternecer su dolor-¡AGh! ¡Ya! Comida! …-Grito en alto, hambrienta, la sed acabaría con su sufrimiento si ella misma no se daba nada de prisa, estaba al borde de la locura, iría a alguien, la golpearía y la mataría, pero la buscarían y no quería morir…estaba muerta ya…no se dio cuenta de que de algún modo su cuerpo solo estaba vivo por algún tipo de hechizo con el diablo de las profundidades, de traspasar el Purgatorio para adquirir el Don del cual ahora tenía y no había pedido. No, no necesitaba este don…maldita sea, cosas así no le pasaban nunca.

Su cuerpo se emergía en sombras, su visión se volvía carmesí ante los ojos de aquel pálido rostro, miraba por doquier, no sabia donde ir, iría a todos lados, sangre vino a ver en sus ojos, en su necesidad de sabotear el cuerpo de algún humano indefenso, como simples ratas de cloaca, oh, si, venían, la fiesta parecía comenzar bajo el ardor de la noche, sus ojos inyectados de puro rojo fuego querían la sensación de mil caricias por su cuerpo envueltos entre ríos y charcos de sangre, que recorrieran si, oh si su cuerpo, su sed, su garganta, lo disfrutaría, miraba a donde fuera, a gatas se movía, se movía minuciosamente, llego a un barril donde al lado había basura, dos personas, si, dos personas estaban en el coito del acto sexual, Midna se lanzo con cierta bravura sobre las personas, interrumpiendo el acto sexual, estaba sobre el cuerpo del joven, hinco sus colmillos desesperad amente, los ojos aun mas inyectados de sangre, descontrolada bebía la sangre de aquel ser humano, si, entonces ahora él estaba a punto de morir, se separo del joven, estaba en cuclillas sobre el torso del joven y el suelo de París, pisándolo, la sangre del joven ya muerto sobre la piedra oscura del camino, recorría a gotas la barbilla de Midna, de la dama de la medianoche, de aquella loca descontrolada sedienta de sed, queriendo más, queriendo, deseando querer saciar más.

Un grito.

Una llamada de socorro.

Midna entonces giro su mirada, lentamente fue levantándose del suelo, pateo lejos el cuerpo del cadáver, se limpio sin importar manchar su ropa de aquel tinte carmesí de cual era la sangre, mirando a la mujer que echaba a correr por las calles de Paris-...Más....-Dijo mirando a aquella mujer de aspecto enfermizo, de rostro pálido, hermoso, se le acerco y solamente se la quedo mirando, no dijo nada, solo la miró, miro hacia donde se fue aquella mujer corriendo, aquella mortal que podria haber aprovechado esa sangre virginal de seguramente tan solo de quince primaveras.

Lamento el retraso n.nU

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