Beast of blood [libre]

Se ha quedado solo, sin ilusiones, sin aliento, sin nada, porque no puede sentir, tampoco soñar o seguir, se ha quedado en una línea inerte, el evento ha terminado, solo la triste ilusión de tocar aquellas teclas, sentirlas deslizar sobre sus yemas, le ha dejado ahí, le mantiene vivo, solo eso, su olor a sangre se puede percibir, al menos el siente el aroma en su cuerpo transformarle, guiarle hasta el piano de aquel salón, una fuerte melodía atraviesa los pasillos, con fuerza, con furia y con miedo, una que relata una historia que escribió con tinta roja hace unas horas.

.-.-.-.-Tres horas antes del evento principal..-.-.-.-

Salí de aquella mansión, con la invitación en manos, decidí caminar con elegancia y refinamiento, no necesitaba de nadie, lo cierto es que solo quería escapar, huir, mi debilidad se hacía próxima, no recordaba cuando había sido la última vez que bebí de alguien, no quería que la muchedumbre empezara a preocuparse, tome un atajo el más próximo al palacio, la oscuridad de los callejones me consumía al igual que la debilidad, incluso la luz de una farola se me hacia nefasta, se me hacia mortal, me fui sosteniendo de las mugrosas paredes, no me importaba si los elegantes guantes blancos se manchaban, debía buscar una víctima rápido, lo más pronto posible.

Un ruido de aquel callejón había venido, un pequeño que gritaba, un perro ladraba, y varios más que le azotaban, sus sombras dejaban ver sus crímenes, el olor a sangre de aquella paliza despertó en mi lo que temía, esa bestia, esa parte de mi que conocía, al ver aquellos ojos escarlata, los colmillos fuera, los demás hombres salieron corriendo, huyeron todo el pavor en sus rostros.

A mis pies un pequeño con el cuerpo ensangrentado, bañado en aquel líquido se quejaba, pobre, estaba viendo la muerte, el cachorro que me coqueteaba salió huyendo en un escondrijo. Donde no le escuche más. Tome al niño entre mis brazos, le habían violado, su cuello tenía una fractura que le había dejado peor, las rodillas quebradas, ¿Qué podía merecer si la muerte acechándole estaba? Me aproveche cuando dejo la cabeza caer… Sus suplicas, el brillo de las lagrimas en sus ojos, el espasmo cuando sintió los colmillos penetrar.

Su cuerpo quedo sin nada de aquel liquido, solo seco, mis garras pasaron su piel con una suavidad jamás experimentada, sacando su corazón, ya sin movimiento, era precioso, hermoso, como la joya más sublime jamás vista, la cual por supuesto devore al instante. El gruñido del cachorro seguía ahí, ¿Por qué ahora me ladraba y antes no?, alguien le había silenciado, alguien estaba detrás de mí.

.-.-.-.-Justo ahora.-.-.-.-

Tres horas me tomaron para llegar aquí en lo que me deshacía de la ropa manchada, no hay nada, ya no hay nadie, pero escucho los pasos, el mismo olor de antes, era la mima persona que se ocultaba en el callejón eso podía olerlo. Antes de que me tomara por sorpresa. Solo me dejaría llevar por el momento.

Ahí estaba, de esa manera tan sensual, no iba a negar que las mujeres de esta misma especie eran hermosas, diosas, podían provocar hasta las más bajas pasiones, pero eso no era todo una segunda mujer estaba en la escena, reclamando atención, a comparación de la otra.

- Buenas noches hermosas mujeres… El evento principal ha terminado…

Me dirigí a ambas levantándome y caminando lento pero con esa mirada retadora.

- Gracias por sus palabras, Dunkelheit a sus órdenes

La primera mujer con ese hermoso vestido de noche fue a la que me dirigí, tomando el dorso de su mano, depositando un beso amable y lleno de galantería.

Con la segunda sin embargo, no en entendía de que reclamaba, quien llega primero se queda a la víctima, no me importa si le han puesto los ojos ya. Tome el pañuelo y le mire con desdén, no quería limpiarme ni una mugre gota de sangre, ese perfume me encantaba por encima de las demás fragancias.

- No reclame algo que ya está muerto, que ha caído en los brazos de aquella diosa, le di el mejor regalo, llevarlo al cielo después de aquellas palizas, estaba hambriento y si usted no ha atacado antes lo siento aproveche la oportunidad.

Me aparte de su lado y me dirigí a la joven con esos rasgos orientales, mucho más amable, le sonreí mientras esperaba la reacción de la otra, no estaba en mis planes armar un escándalo en tan hermoso lugar como el palacio.

Por último el murmullo de aquella mujer me había hecho perder la concentración, “Interés en mí”, fue lo único que pude leer en su cabecita, vaya, vaya, eso lo dejaría para después, por ahora tenía una hermosa compañera, tan atenta, tan única, se me llenaban de luz los ojos al verle, es que me sentía tan identificado, con su interior, por decirlo de alguna manera. Cuando salimos del lugar, la noche vislumbraba hermosa en su totalidad. – Conozco un hermoso café donde podremos charlas a las afueras del establecimiento embelleciéndonos con la luz de la luna y el brillo de la oscuridad – sonreí por mis palabras, me encantaba tratar bien a la mujeres, eran lo más precioso y atrayente que tenia este mundo. – Usted de ¿Dónde es? – pregunte curioso mientras caminábamos frente a los establecimientos bien iluminados. Ella me recordaba a varias personas que en su momento había tratado con cautela. Pero sin embargo su personalidad refinada, educada y delicada era algo que no veía a diario, no sabía si la cuna en la que había crecido le había dado esa educación, pero además de atracción traía algo a mí que me interesaba a cada instante.