Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

por **Soren Kaarkarogf** Mar Nov 16, 2010 10:48 am

Soren había pasado una semana bajo la tierra huyendo como un cobarde. Había tenido mucho miedo de perder su puesto por culpa del escándalo causado en el palacio royal, sin embargo luego de armarse de valor y hablar con el Director Queen había descubierto que, conservaba su trabajo y que además recibiría el 25% más de su sueldo, debido a que un contador corrupto había estado robándose el dinero de los sueldos de los profesores. El dinero era para Soren, simples pedazos de papel y plata moldeada en forma de monedas, puesto que para un inmortal, aquellas preocupaciones humanas habían pasado a un segundo plano. Sin embargo sabía muy bien que el dinero si hacía felices a los humanos o por lo menos ayudaba a construir esa felicidad.

Luego de regresar a su casa (habiendo ya solucionado los malentendidos con Anuar) se encontró con que su alumno no estaba allí. Su olfato no era tan bueno como el de un hombre lobo, pero Soren podía percibir con el suyo que, Gerard llevaba varios días sin dormir en casa. Se preguntó entonces si ese vampiro que le perseguía le habría hecho algo malo, si algo así había pasado en su ausencia no se lo perdonaría nunca ¿Que clase de profesor sería? ¿Que clase de hombre era si no podía cumplir sus promesas?. Decidió entonces ir a buscarle a la residencia de alumnos, dispuesto a enfrentar lo que fuera.

Seguir interpretando el papel de cobarde no estaba en sus planes ahora.

Caminó por las calles con las manos en los bolsillos y al pasar por "Des Traits Surgelés" (la tienda de pinturas donde solía comprar sus lienzos y pinceles) decidió que Gerard se merecía un buen regalo. Entusiasmado con la idea entró en la tienda y ojeó por un buen rato los escaparates en busca de algo especial, no quería cualquier pincel o cualquier lienzo, tenía que hacerle justicia a las talentosas manos de su jovial alumno, quería que la magia brotara de allí una vez más.

Una vez encontró lo que quería se encaminó a la residencia con una caja rectangular de casi un metro de larga bajo el brazo, sentía ganas de sonreír, pero no le gustaba que lo vieran sonriendo por la calle, simplemente se cohibía. Al llegar a la residencia, tuvo que preguntar a varios jóvenes por allí sobre la habitación de Gerard y luego de dar varias vueltas por el lugar, finalmente arribó a la suya.

por **Gerard Montefeltro** Miér Nov 17, 2010 1:17 pm

Llevaba días ideando una nueva creación, pero entre lo que fue aconteciendo las últimas semanas, y que las cosas no me salían como antes, era coger un pincel y el brazo se me quedaba rígido, y mis músculos tensos ¡horrible! Se podría decir que no estaba pasando una buena racha, había vuelto a la residencia sin saber dónde demonios se había ido el profesor, no supe qué pensar, tal vez…yo había hecho algo mal, pero si así hubiese sido no me habría dejado en su casa, pero ¿y por qué no? Pero ¿Le había pasado algo? ¡No podía saberlo! Tampoco era cuestión de llamar a la policía y preguntar por el desaparecido, bien es sabido que a la policía cuando se les necesita no están. Aún con todo quizá al profesor no le gustaría la idea de que los guardias de París estuviesen buscándole, no era plan, además no tenía ni idea de dónde podría haberse escondido ¿volvería? Cada día que pasaba me parecía menos probable, quizá en ese sentido soy bastante pesimista. Al segundo día de su ausencia decidí abandonar su casa, cerrándola a cal y canto, no me sentía a gusto…tan solo. Ya nadie podía protegerme.

Me encontré mi habitación desértica, inhóspita, pedí a mis compañeros que me ayudasen a dar un toque más vivo a mi habitáculo, tiraron los retratos que en mi delirio había hecho de Lorraine antes de irme a la casa del profesor, yo no dije nada sobre ello, pero comentaban que era lo peor que había hecho en meses, les daba pavor. Al final entre todos pintamos las paredes de un naranja muy cítrico, le daba ese toque que tanto necesitaba mi espíritu.

-Sí, así está bien.- Concluí agradeciéndoles el trabajo llevado a cabo.

Los días pasaron y pasaron sin noticias de nadie. Un día paseando por los pasillos de la Academia escuché una conversación, sobre una conversación que había mantenido el director…con- ¿El profesor Kaarkarogf?- pregunté interrumpiéndoles. –Sí, eso he dicho.- Volvió a decir François. ¿Está aquí?- El que hablaba se me quedó mirando sin entender. Yo me alejé del grupo cabizbajo, “o sea está aquí…y no se ha dignado…a verme…ni a tranquilizarme con una simple nota… ¡qué importa! ¿No?” pensé decepcionado, quizá no éramos tan amigos como yo creía.

Un día al Salir de mi habitación cual fue mi sorpresa al ver ante mi puerta al…profesor. No supe si mantener mi orgullo o abrazarle. Me quedé inmóvil unos segundos.–Debo estar soñando…- cerré la puerta y comencé a andar por el pasillo como si allí no hubiese pasado nada, me giré una vez confuso, mi imaginación había materializado bastante bien al profesor, se me puso la piel de gallina, me pasé la mano por la cabeza continuando la caminata.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Nov 17, 2010 2:28 pm

No estaba esperando un abrazo que le partiera las costillas como bienvenida (bueno quizás si uno pequeñito, tenía que aceptar) pero de todo lo imaginado, que le tirara la puerta en la cara era la última cosa que se le había pasado. Se quedó frente a la puerta cerrada, escuchando como los pasos de Gerard se alejaban al otro lado. De repente una desagradable sensación se cernió a la boca de su estómago, como si se hubiera tragado una rata viva y esta estuviera comenzando a roer su camino hacía afuera.

De repente lo que traía en sus manos, pesaba más y se hacía más evidente. El rechazo era algo a lo cual ya debería estar acostumbrado, pues le había pasado muchas veces a lo largo de su vida, sin embargo, dolía cuando era una persona a quien apreciabas. Porque tenía que aceptarlo, Gerard se había metido en su corazón desde hacía mucho tiempo (aunque el suyo ya estuviera muerto) le apreciaba como apreciaba a pocos vivos.

Levantó la mano sintiéndose tonto y ¿porque no? Humillado. Dio tres golpes secos contra la puerta, había llegado a este se punto y no se iba a devolver, por lo menos tenía que explicarle lo sucedido y pedirle disculpas ¿en serio disculpas? Claro, le había fallado no sólo como profesor, sino también como amigo.

Oh dios... ni siquiera para eso era bueno. Se suponía que la amistad era algo fácil, pero viéndose allí, descubría que todas las personas eran un pequeño universo
único el cual nunca podías predecir. Insistió una vez más, tocando la puerta.

por **Gerard Montefeltro** Vie Nov 19, 2010 10:22 am

Sentí de nuevo unos golpes a la puerta, giré mi cabeza lentamente entrecerrando los ojos, dejé el grafito sobre la mesa para ir a la puerta, y de nuevo ahí estaba, miré a los lados sin comprender, “bueno…veamos cuan real puede ser.”

Me quedé a un lado para que la imagen del profesor entrase dentro. “Si más loco de lo que estoy, imposible ya.” Esperé a que cerrase la puerta para sentarme en la mesa de la cocina, continuaba garabateando ideas que se me ocurrían, tan concentrado que ignoraba la “presencia” que tenía a mi lado.

– No, así no.- Murmuré haciendo una bola al dibujo y arrojándolo hacía atrás sin mirar dónde había caído.

– ¿Qué le falta…qué?- me pregunté estrujándome el cerebro. En el mismo momento de haber trazado una simple línea en el papel, no me convenció en absoluto así que volví a desecharlo, a ese paso me iba a quedar sin papel que tirar.

Me levanté del asiento para abrir la nevera donde tenía una botella de cristal llena de…bueno…ese algo que me faltaba, dejé la botella sobre la mesa y volví a sentarme. Sonreí de satisfacción al ver que por fin tenía todo lo que necesitaba a mano, o eso era lo que creía la imagen que ese Gerard deplorable reflejaba. Sin ningún miramiento comencé a beber a palo seco de la botella, me giré con una estúpida sonrisa en el rostro balanceando la botella un poco mostrándosela al producto de mi imaginación.
-¿No quieres profesor? ¿No?- Reí amargamente volviendo a dejar la botella en la mesa con un suspiro.

–Pues mejor para mí…- murmuré por lo bajo mirando el papel que tenía delante.

Off:

Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO Habitacin.th

Lo he hecho yo jajajajaja con paint

por **Soren Kaarkarogf** Vie Nov 19, 2010 12:02 pm

Soren entró en el lugar, no muy seguro de que estuviese siendo invitado, pero Gerard se había hecho a un lado en la puerta lo que significaba que podía pasar ¿verdad?. El chico le dio la espalda y continuó haciéndo lo suyo, como si su presencia allí fuera invisible. El vampiro se hizo a un lado del escritorio en donde estaban los dibujos, observando la pequeña pero agradable estancia en donde vivía el joven Montefeltro, nada muy lujoso, justo lo necesario para vivir dignamente.

Yo... - Comenzó a decir, pero segundos después se quedó callado. Sintiéndo una sensación muy desagradable crecer dentro de él, la sensación causada por la indiferencia. Gerard le ignoraba, continuaba en lo suyo como si él no existiera ¿Que había pasado en esa semana que no se habían visto? No podía evitar preguntarse, aferrándose al regalo que traia con fuerza.

Le vio traer la botella, ¿Estaba ebrio? Mejor dicho ¿Estaba alguna vez sobrio? Se mordió el labio inferior sin saber por donde comenzar, el chico no le había dejado ni siquiera responder a si quería beber algo o no. Cerró los ojos por unos instantes, como tomando fuerzas en su interior y finalmente habló.

- Lo siento joven Gerard – Fue lo primero que salió – Siento haberme ausentado todo este tiempo sin avisarte... pero sucedió algo grave y no pude... apenas si puedo poner mi vida en orden de nuevo y vine para saber como estabas – Agregó atropelladamente.

(( Gracias x el gráfico xD muy útil ))

por **Gerard Montefeltro** Dom Nov 21, 2010 1:46 pm

- Lo siento joven Gerard. Siento haberme ausentado todo este tiempo sin avisarte...- Seguí trazando gruesas líneas sobre el papel, observando como la mina iba dejando su rastro en la rugosidad de la superficie, era tan curioso.- pero sucedió algo grave y no pude... apenas si puedo poner mi vida en orden de nuevo y vine para saber cómo estabas.

-Ohmm…- canturreé dejando el lápiz a un lado, provocando un sonido tosco. –Estoy bien ¿no me ves? ¡Estoy mejor que bien!- Sí, estaba borracho, lo reconozco ¿qué se esperaba de mí? Nada más allá de eso, yo era una decepción constante. Me giré sobre el asiento con una sonrisa "inocente", pero las palabras que iba a decir quizá no lo fueran tanto, quizá eran esas palabras que tanto quise decir. En el momento en el que el profesor me abandonó (pues lo sentí como tal), pues lo pasé mal, al principio me asusté, luego me enfadé, esas sensaciones se fueron turnando. -¿Por qué tendrías que sentirlo? Hay cosas más importantes que el hecho de…no sé…tranquilizar a Gerard, claro. ¿Por qué tendría que perdonarte por eso?- pregunté con ¿cierto? sarcasmo.
–No te preocupes, estoy vivo, si era lo querías saber, y veo que tú también lo estás.- murmuré con el tono amargo que llevaba arrastrando toda la semana, todo el recuerdo a vacío que me había hecho sentir voluntario o involuntariamente, todas las preguntas sin respuesta que formulé, cuando creí que tal vez no iba a volver a verle jamás.
Y eso me pasaba por tomar cariño a las personas, era el riesgo que corría, y no me gustaba.
– No sé qué cosa tan grave habrá pasado.- “¿Qué vas a saber Gerard?... Nada.”
- Mentiría si dijese que no me alegra verte de nuevo… aunque lo que delante de mí me resulte irreal, pues al instante desapareceras dejándome solo…- me giré de nuevo mirando hacia la ventana. –de nuevo.- murmuré apenado.

por **Soren Kaarkarogf** Lun Nov 22, 2010 11:14 am

- Lo que es importante y lo que no, no tiene relevancia en esta discución - Comento al escuchar el chico, atreviéndose a apróximarse un poco más a la mesa, donde el joven intentaba dibujar algo, estaba evidentemente ebrio, pero eso a Soren no le importaba, ya le conocía esa faceta y le había resultado agradable de todas formas - Existen muchas cosas importantes en la vida de una persona, tu eres...una de ellas- Murmura comenzándo a ponerse colorado.

Nunca había sido bueno con las palabras, mucho menos diciéndo cosas que venían desde ese profundo lugar llamado corazón por algunos y que era de tan difícil acceso para él.

- Aunque... parece que no te interesa saber los detalles... me arriesgaré a contarlos de igual manera - Comenzó de nuevo - Fui invitado a una fiesta por el decano de la facultad y allí... tuve una pelea con otro vampiro - Se quedó en silencio un momento porque no quería aceptar que había sido él, el imbecil que había comenzado todo - Y terminé dejando a unos invitados importantes sólos por ello... ya sabes como es la gente de clase alta... siempre fijandose en las apariencias y esas cosas... bueno, la imagen que di, fue muy mala, el decano quería matarme - Agregó y dejó escapar un suspiro de frustración.

- Debido a eso... y por temor de afrontar lo que había causado... me enterré bajo tierra...- Reconocer aquella cobardía y falta de caracter le costó más de lo que esperaba, comenzó a darse cuenta de que la opinión que Gerard tuviera de él, era algo que le importaba sobremanera - Y... y... estuve bajo tierra por una semana... cuando salí... creí que había perdido mi puesto como profesor y no quería volver a la universidad pero... Anuar me hizo recapacitar y me aconsejó que lo hiciera... bueno finalmente hablé con el director Queen hace unos días y... ya vez... pude conservar mi trabajo -

por **Gerard Montefeltro** Jue Nov 25, 2010 9:34 am

Estaba fingiendo pintar mientras el profesor hablaba, pero realmente le estaba prestando atención, más que nunca. ¿Qué yo era importante?... ¿para quién?
Me contó que había asistido a una fiesta, la cual yo no había oído hablar, bueno no es el caso, hubo ¡una pelea! y él había estado implicado. Abrí los ojos mirando por la ventana intentando imaginarme el percal que se habría formado. ¿Con otro vampiro? Giré levemente la cabeza notando por el rabillo del ojo que el profesor se había acercado.
¿Qué sería tan importante como para arriesgarse y perder su preciado empleo? En ese momento no se me pasó por la cabeza lo evidente del asunto. Otra pregunta ¿Es suficientemente grave lo que hizo como para enterrarse? ¿Por qué no vino a verme? ¿Por qué se escondió cual criminal?

Volví a mirar a la ventana, me inundó una sensación de claustrofobia al imaginarme en su pellejo... en aquel agujero, superaba mis fuerzas ¡As de estar loco! Asentí indignado cuando nombró a Anuar, ¿pero qué iba a esperar? La relación que les unía era más fuerte que cualquier vínculo que pudiera tener yo con el profesor, aunque me molestase esa era la verdad.
–Mmmh… Qué bien ¿no?- murmuré cuando acabó de hablar. – Pero no lo comprendo. Creí…que nunca serías capaz de hacer algo semejante…lo digo por la pelea con ese otro vampiro, y ¡mucho menos de inhumarte a voluntad!- exclamé girándome en el asiento para mostrarle mi frustración. – Pensé que te había perdido…y... no estaba tan lejos de la realidad.- Me aclaré la garganta dejando que el peso de mis parpados cerrase mis ojos.
-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué?… ¿Solo por creer que habías perdido tu trabajo? No me parece una escusa lo suficientemente loable.- Le hice una señal con la mano para que se sentase en la cama si quería.
Quería que me lo contase todo, quería una explicación que me silenciara, que me calmara el espíritu.

por **Soren Kaarkarogf** Jue Nov 25, 2010 9:54 am

Lentamente la indiferencia de Gerard se fue quebrando y el chico fue mostrando un rostro más acorde con la situación, ahora podía ver preocupación en sus ojos, en esos instantes, se llenó de un inexplicable gozo interior ¿Como era que se sentía contento en una situación así? Se preguntaba mientras le escuchaba cuestionarle, caminó un par de pasos y se sentó en la cama como el humano le había indicado, Aún sosteniendo el paquete que había traído, descubriendo que le importaba tanto lo que Gerard pensara de él, que se sentía feliz de saber que su preocupación era causada por él.

Realmente le importo a este chico.

¿Entonces soy un buen profesor?.
No, no seas idiota Soren, eres de lo peor, preocupación no significa que te valla a perdonar por tus actos idiotas. Más te vale dar una buena excusa.

-Ya...me había enterrado... en otras ocasiones – Murmuró notando que para el chico aquello resultaba aterrador – No... es del todo tan malo... puedes escapar del mundo y pensar... - Comentó con timidez, tamborileando con los dedos de su mano derecha sobre el paquete. - La pelea fue... estúpida... yo... yo... creí que Anuar estaba en peligro, porque estaba con ese vampiro – Explicó y sus mejillas se iban poniendo cada vez más y más rojas.

Gerard era la única persona en París con la que podía hablar de Anuar, semanas atrás habían bebido y se habían declarado amigos ¿eso significaba que podía confiarle sus más profundos miedos? ¿Podía confiar en él verdad? - Enseñar no es sólo una profesión para mi... es lo único que le da sentido a mi existencia...- Continuó diciendo, sintiendo una bola en la garganta casi como si se hubiese tragado una pelota de tennis – He vagado por este mundo, buscando una lugar en la sociedad... pero soy un depredador, me alimento de personas ¿Como podría ser parte de este mundo? - Negó con la cabeza tragando saliva – Mi existencia no tiene sentido... seres como yo no deberíamos ser – Finalizó.

por **Gerard Montefeltro** Jue Dic 02, 2010 5:23 am

¡Ah, claro! Se enterró así por así, seguí sin comprenderlo, ¿de qué estaba huyendo exactamente? Le miré, con la cabeza poyada en la mano. Sí, las peleas suelen ser estúpidas, pero no me imaginaba que aquello fuera con él. ¿Anuar? Enarqué una ceja sorprendido ¿de quién si no se iba a tratar? ¡Dios Santo! No supe qué pensar sobre ese joven, ¿le gusta andar con vampiros? ¿O cómo? Lo mío es distinto… Pero me pareció increíble que por él o por lo que creyó que le estaba pasando arriesgara tanto su trabajo y existencia, en todo caso no estuve en esa fiesta para presenciar lo ocurrido así que mis ideas o conclusiones serían vagas e insustanciales, pero las reservas que procesaba por aquello nadie me las cambiaría.

Después me comentó lo importante que era para él, ser profesor, aunque yo ya lo sabía, pero aquello fue derivando a una triste revelación, fruncí el ceño apenado. Me levanté de la silla y lentamente salvé los dos pasos que me separaban del profesor, una vez sentado a su lado pasé mi brazo por su espalda.- Soren, no.- Intenté calmarle con una sonrisa amigable,- No importa lo que seas, pues no te identifica en absoluto. No elegiste ser lo que eres, pero en cualquier caso deberías estar orgullo de la vida que estás llevando, pues es admirable, o por lo menos a mí me lo parece, no todo el mundo ha llegado dónde estás tú, seas vampiro o un simple mortal. Estás intentando llevar una vida lo más normal posible, y muchos no lo conseguimos.- Apreté su hombro con afecto. –Y ya está, eres parte de este mundo, de nuestro mundo,- rectifiqué.- por lo menos para unos pocos lo eres, y ¿no es eso suficiente?- Miré la caja que llevaba en las manos.- La bondad gana partida dentro de ti, ya quisieran compartir algo de ésta tus semejantes.- Asentí dando credibilidad a mis palabras. –Lo que ocurrió en aquella fiesta en el pasado queda, pues lamentablemente para aprender hay que pasar por situaciones desagradables. Y ahora… por favor no vuelvas a marcharte o refugiarte bajo tierra sin avisar antes, no sabes qué disgustos me has dado.- procuré decirlo con seriedad pero se me escapó una sonrisa. –Entonces ¿todo está bien?

por **Soren Kaarkarogf** Jue Dic 02, 2010 10:40 am

Y estaba allí a punto de romper a llorar, por segunda vez frente a Gerard, cuando las palabras del chico le dejaron sin aliento. Era increíble que tan siquiera contemplara la posibilidad de volver a llorar delante de aquel joven. Antes de conocerle no había llorado en casi 70 años, pero ahora parecía tan fácil simplemente dejar que las lágrimas resbalaran por sus mejillas seguidas de quejidos involuntarios ¿Porqué tenía que ser tan importante para él lo que ese chico dijera? No tenía sentido, había vivido sólo desde siempre y nunca había necesitado de alguien que le diera palmaditas en el hombro o le dijera palabras reconfortantes.

Justo entonces Gerard posó su mano en el hombro del vampiro y el tono de sus palabras, tranquilas y cálidas, hicieron que por unos momentos ese corazón, muerto desde hace tanto tiempo, latiera inexplicablemente. Apenas si lo descubría justo allí, en esa habitación de estudiante. Gerard le hacía sentir vivo.

No se detuvo a pensar si estaba bien o mal, si debía estar ebrio para permitirse una acción así, simplemente sus brazos se abrieron de par en par y bordearon el cuerpo del humano con fuerza, de repente se encontró escondiendo su rostro de idiota, en el ángulo del cuello de Gerard. ¡No voy a llorar, no voy a llorar! Se repetía una y otra vez en la cabeza. No delante de él, no podía mostrar esa debilidad. Se supone que voy a cambiar ¿cierto?. No voy a llorar. Se aferró entonces tan fuerte como pudo a ese cuerpo tibio que le brindaba esa calidez tan agradable, no sólo por su temperatura, sino por lo que sus palabras le habían hecho sentir.

- No...no quiero seguir huyendo – Murmuró al fin, aún escondido en el cuello del muchacho, sin importarle que su aliento gélido chocara contra su piel – Pensé... creí que podría hacerme cargo de ti... que sería un mejor profesor si... te salvaba – Se detuvo de nuevo ¿salvarlo de que? Ni siquiera aquella vez había podido salvarle, cuando su vida de verdad corría peligro – Pero en vez de eso... me he escondido bajo tierra... porque tenía miedo... no quiero, no quiero seguir siendo lo que soy -

por **Gerard Montefeltro** Sáb Dic 04, 2010 2:38 pm

Correspondí su abrazo con la misma presión. Al final me haría sentir mal, no me gustaría verme llorando cual magdalena, pero me transmitía tanta tristeza que me comenzó a martirizar el corazón. No todo iba a ser bueno, ya lo sabía, pero los momentos malos se me hacían insoportables.
Seguía aprisionándome entre sus brazos hasta tal punto que creí que me faltaría el aire, pero no le detuve, si así se sentía mejor... me pondría morado.
Escuché sus palabras, sus ruegos, sus penas con total sinceridad, como muchas veces quise que se callara, porque no soportaba lo que decía. Cuando se quedó en silencio y yo creí comprender lo que dijo mi corazón se agitó con fuerza.

- ¡NO! ¡NO! Ya basta.- tomé su rostro entre las manos para que me mirase. - ¿A qué te estás refiriendo? ¡Dime que no quieres acabar con todo esto!- Y ahora era yo quien alzaba el tono desesperado. – No puedes hacerme eso.- Puede que me tomara sus palabras a la tremenda y que realmente se refiriese a que quería cambiar de vida, cambiando algo de su personalidad, o cualquier cosa, pero eso tampoco me gustaba.
– Eres…irremplazable, no hay nada que cambiar en ti ¿me entiendes? ¡Nada!- Ni su naturaleza, pues eso le hacía tal cual era, como yo y todos le habíamos conocido.
– A partir de ahora…las cosas irán a mejor, no te preocupes por mí, yo…yo estoy bien.- O lo estaba antes de escuchar lo que me dijo segundos antes. – Eres un gran amigo para mí, y no quisiera perderte.- Pegué mi frente a la suya cerrando los ojos con fuerza. – Dime que me estoy equivocando cuando pienso en que quieres irte de este mundo…

por **Soren Kaarkarogf** Dom Dic 05, 2010 8:41 pm

El joven pintor tomó su rostro entre sus manos y Soren se encontró cara a cara con su alumno, su expresión angustiada dolía. Porque se sabía causante de esa angustia y esa preocupación, nunca nadie se había preocupado por él, no de esa manera, había aprendido a lo largo del tiempo que las emociones y los sentimientos (si es que podía llamársele sentimientos) de un vampiro, distaban sobremanera de los de un humano. Por eso Erkki nunca se había mostrado preocupado por él hasta el punto de doler. Por el contrario Gerard, era pasión pura, demasiada vida contenida en su frágil cuerpo.

-No...no – Intentó calmarle, porque de repente le parecía que el chico no podría controlarse – No...no acabaré con mi existencia – Le aclaró, porque aunque durante la mayor parte del tiempo había sentido que su no vida no tenía sentido y se había visto tentado a esperar el sol recostado en una pradera, no podría acabar con todo ahora – Se necesita demasiado valor... para hacer algo así – Murmuró.

Valor y cobardía, era una cosa irónica. Se necesitaba valor para poder salir a la luz del sol sabiéndo que morirías calcinado y cobardía para dejarlo todo atrás porque no eras capaz de enfrentar los problemas.

-Sólo... quiero aprender de mis errores – Agrega y el gesto de su frente sobre la suya, sus ojos cerrados y esas palabras de repente, le pareció demasiado íntimo. Una sonrisa involuntaria y quizás inapropiada para tal momento se formó en sus labios, estaba feliz de ser importante para él a pesar de todo.

-Tonto... - Murmuró entre la sonrisa y con su mano derecha le revolvió el cabello al chico con la ternura de un padre – Por supuesto que estás equivocado – Concluyó dejando un suave beso en la mejilla de su alumno, cerrando los ojos con dulzura, con un cariño que no creyó que podría llegar a profesar por él.

- No me perdería el momento en el que culmines tu máxima obra y te realices como el gran maestro que serás – Agregó alejando su rostro, para permitirle verle sonreír.

por **Gerard Montefeltro** Vie Dic 10, 2010 4:03 am

Sonreí aliviado cuando me dijo que me había equivocado, pues menudo fallo más tonto. Me había quitado un ¡gran! peso de encima. Reí nervioso cuando me revolvió los rizos, eso me destensó un poco los nervios.
Joder, me daba cada susto, no se hacía una idea. Aun seguía pensando en lo inocente que había sido al pensar tal cosa, cuando me besó en la mejilla. Ninguno de mis compañeros de mi mismo sexo había hecho nada semejante, aunque quizá en un momento de borrachera todo fuera posible. Pero en éste caso no me importó, preferí mil veces eso, antes de lo que temí hacia pocos segundos, y que había reconocido tan aireadamente.
Porque no tenía nada que perder reconociéndolo. -¿Cómo se me habrá ocurrido?- me pregunté a mi mismo con un gesto tonto.

- No me perdería el momento en el que culmines tu máxima obra y te realices como el gran maestro que serás – Reí sin medida.
–Estoy seguro de que estarás ahí para verme.- Le hice un gesto como ‘querer matarle’. – Bueno, estarás siempre ¿no es así? – Sonreí mirando hacia la ventana, la oscuridad de la noche parecía entrar de puntillas en la habitación.
–Me alegro tanto de que estés aquí…y que todo esté bien por fin...
Luego miré extrañado el paquete que tenía en las manos. – No te has separado de eso en ningún momento…es algún ¿secreto?- Lo señalé cómicamente. – Un secreto muy grande.- A lo mejor le pillaba de camino la casa de Anuar, y eso era un regalo para él, puede ser.

por **Soren Kaarkarogf** Vie Dic 10, 2010 11:00 am

Soren no solía tocar mucho a la gente, algo en el tacto cálido de los vivos le resultaba repulsivo, quizás era porque iba acompañado del olor a la sangre y aunque la deseaba, ser tan consciente de ella todo el tiempo le mareaba. Era como estar recordando a cada segundo el potencial asesino dentro de su cuerpo, saberse poseedor de un poder capaz de destruir esas frágiles vidas a su alrededor.

Por eso siempre usaba guantes en la universidad y en casi todos los lugares a los cuales asistía (que por fortuna no eran muchos) pero extrañamente, le resultaba reconfortante tocar la piel de Gerard, su tibieza era agradable y cuando le había abrazado y besado su mejilla, había deseado quedarse un poco más allí, disfrutando de esa calidez.

-¿Siempre? - Repitió extrañado frente a sus palabras y parpadeó algo confuso, siempre era una palabra relativa, era una unidad de tiempo indefinida, peligrosa para alguien que no se regía por el tiempo como las demás creaturas, se lo pensó unos segundos y continuó – Estaré contigo en tu 'siempre', aunque llegue un punto en el que no tenga nada que enseñar – Porque Gerard era un buen pintor y Soren no lo era. Soren enseñaba sobre la historia de los grandes pintores que cambiaban el mundo, pero él no era uno de ellos, seguramente muy pronto no tendría nada que enseñar.

Pareció recordar el regalo cuando el chico lo mencionó, mucho más tranquilo y contento de haber podido solucionar el malentendido, porque le dolía pensar que Gerard pudiera salir de su vida por culpa de su propia cobardía y estupidez.

-Ah... esto – Comentó y se lo ofreció esbozando una sonrisa que apenas si dejaba entrever la punta de sus colmillos – No se cuando es tu cumpleaños, no se... mucho sobre tu vida la verdad, pero me siento agradecido de... bueno... haberte conocido y...bueno... - Carraspeó, ya comenzaba a ponerse colorado – Tu compañía y eso... - Se quedó callado sin saber que más decir, esperando que el chico lo abriera.

La caja envuelta en papel color chocolate, contenía un lienzo rectangular en blanco, 4 pinceles de diversos tamaños y formas, una cajita más pequeña con oleos de colores y una delicada espátula de metal. También además había otra pieza rectangular y dentro de ella una pintura en óleo fresco.

Imagen de la pintura:
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Theodore_Gericault_-_Evening-_Landscape_with_an_Aquaduct,_1818.jpg

por **Gerard Montefeltro** Sáb Feb 12, 2011 12:35 pm

En mi siempre ¿verdad? ¿Por qué pensé en algún momento que contestaría algo distinto? ¿Cómo fui capaz tan solo de considerar esa posibilidad? La palabra ‘siempre’ es muy peligrosa, y yo la utilicé a la ligera. Negué cansinamente cuando dijo que llegaría el día en que no tuviera nada que enseñar, yo tenía la esperanza de que el arte nunca llegara a su fin. En los tiempos en los que vivíamos estábamos apreciando esos sutiles cambios. Quién sabe lo que sucedería en cuarenta años… incluso un siglo después. Me dolía saber que yo no llegaría a verlo, pero en cambio la persona que tenía a mi lado, sí.

-Ah... esto – Volví la cabeza sonriendo. Abrí las manos asombrado cuando me lo tendió.- ¿Para mí?- no me lo pude ni creer ¿A qué se debía ese detalle? No importaba lo que tuviera en su interior, ya por el simple hecho de haberse acordado de mí, era suficiente. – No sé cuando es tu cumpleaños, no se... mucho sobre tu vida la verdad,-yo tampoco hablaba mucho sobre ella, cierto.- pero me siento agradecido de... bueno... haberte conocido y...bueno... – Le miré complacido, de verdad que era más de lo que podía esperar. Hacía tanto que no recibía un regalo de nadie. A mi madre se le había olvidado que tenía un hijo, ella no tiene la culpa, claro que no. Harán unos meses cuando dejé de recibir sus paquetes con calcetines, camisas y una carta ilegible donde me seguía tratando como a un niño. –Tu compañía y eso...

-¡Esto es mucho mejor que cualquier cumpleaños!- No sabía que me haría tanta ilusión. –Muchas gracias, profesor… Nunca vienes con las manos vacías. Nunca.- Su sola presencia ya era un regalo, yo así lo pensaba. Comencé a rasgar el papel, al principio con cuidado para no romper el papel, pero a medida que veía lo que había dentro me entraban más ganas de verlo completamente. El papel marrón cayó a mis pies, y yo como iluminado me quedé cegado por su regalo. – ¡Uh!- echaba chispas. Había todo tipo de material de dibujo, todo útil y de buena calidad. –Me…me…- balbuceé quedándome en silencio, la mejor opción. Cogí los pinceles con una mano, para pasar los dedos por los pelos finísimos, de algún animal seguro, absorbían mejor. Perfectos. También agarré el lienzo en blanco, totalmente nuevo y tensado. –Ay Dios.- ¿era un bicho raro porque me hiciese tanta ilusión un lienzo impoluto? Iba dejando las cosas a un lado, para mirar el resto de cosas. Abrí una cajita con cuidado al oír que tenía cosas dentro “qué listo soy…” Sonreí ampliamente. –Son... ¡son!- eran, eran, sí. ¡Oleos! Y una espátula, siempre viene bien ¡Qué atento! Como se notaba que sabía lo que necesitaba. Lo dejé a mi derecha con cuidado, para tomar una especie de retablo en las manos, pesaba más que todo lo demás, le di la vuelta para verlo. Me quedé con la mandíbula por los suelos. Conocía de vista al artista del cuadro. El joven Géricault, alguna vez que otra se había pasado por la Academia ¿vendía su obra? -¿Este es el primer paso para convertirme en coleccionista?- pregunté pasando el brazo por sus hombros, como si de un colega se tratase, para mí lo era. –Son geniales los regalos, realmente estupendos. Lo pondré ahí.- me levanté de la cama con el cuadro en las manos, lo situé en el hueco en blanco que había en la pared. Cuando visualizaba dónde colocarlo, me vino a la cabeza que yo también tendría que regalarle algo, pero en ese momento no supe qué, no tenía nada, y de dinero no andaba muy bien, tenía que resistir hasta finales de mes con lo poco que me daban de la beca. -¿Podemos salir un rato? Quiero enseñarte los recovecos de la facultad...lugares vedados para los profesores.- reí entre dientes. –Tapate bien…vaya ser que nos descubran.- abrí el baúl buscando mi abrigo marrón. -¿Te vio alguien entrando aquí?- pregunté asomándome por la puerta.

por **Soren Kaarkarogf** Dom Feb 13, 2011 5:52 pm

Gerard era tan transparente que le abrumaba y el vampiro aún no sabía porque ver su sonrisa le irradiaba de inmediato esa calidez y le hacía feliz al instante. Era como de esas risas pegajosas, frente a las cuales no podías más que reír por igual, en el caso de Gerard, era su rostro iluminado por el entusiasmo y sus sonrisas sinceras, aquel joven era, sin duda como un delicado vidrio traslucido.

-Me alegro que te guste – Exclamó aliviado y sin darse cuenta una sonrisa se había implantado en sus labios, había surgido natural, no como esas horribles sonrisas que a menudo debía fingir y que le salían tan fatal que casi parecían muecas. - Escogí el cuadro porque... pienso que es como tu interior... un lugar inmenso y soleado, muy cálido, aunque no de esos calores molestos, sino más bien con el sol tierno de las madrugadas... hace mucho tiempo que no puedo sentir los rayos del sol sobre mi piel... pero pienso que... cuando sonríes, cuando hablas, cuando pintas... cuando eres tu... es como si sintiera ese sol sobre mi cabeza -

En otro momento a Soren le hubiese costado revelar algo así, no se sentía cómodo mostrando sus sentimientos hacia otras personas, pero con Gerard era diferente, no sabía en que momento había comenzado a confiar en él ¿Quizás desde el momento en que había llorado al revelar su secreto ante él? ¿O cuando había bebido irresponsablemente con él? ¿O desde la noche en que habían decidido bautizar a ese gato detective como Toulouse?

El vampiro se levantó de un salto de la cama donde había estado sentado y asintió alegremente ante la propuesta – Muéstrame tu mundo - Exclamó y agregó – No lo se... quizás ¿Te parece mal que te vean conmigo?-

por Contenido patrocinado

Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO

Re: Herramientas para un constructor de ilusiones (Gerard) - ACTIVO