Darling, Darling... (Priv. Benneth)

por **Amadeus Oberlin** Miér Jul 19, 2017 3:33 pm

Amadeus ese día iba a ir a la Laguna, el único sitio tranquilo que tenía para pensar en todo, relajarse... era bastante divertido caer en el olvido allí, perder la noción del tiempo. Lo había descubierto en tan poco tiempo y le llenaba tanto... tal vez si no había gente se daba un baño, sería divertido darse un baño y nadar por la Laguna, aunque no estaba muy limpia que se diga.

Amadeus llegó en el carruaje especial del Barón, era un carruaje especial de la realeza, le encantaba pasearse en el, acaparaba todas las miradas, se sentía tan bien... Amadeus llegó y se bajo de carruaje feliz, ese sitio le llenaba mucho. Amadeus espero a que el carruaje se alejara para quitarse toda la ropa y lanzarse al agua, allí se puso a nadar y nadar, y por suerte tenía ropa de recambio en el carruaje, por si las moscas alguien le robaba su ropa y debía ponerse ropa nueva.

Amadeus nadaba y nadaba adentrándose, que relajación, pero también que fría estaba el agua, era incomodo el frío pero relajante y gratificante, esa mezcla de sentir la soledad, el frío... pero también la paz del bosque y la de un cielo nublado. Amadeus se relajo y cerro los ojos, estaba tan a gusto, pero un ruido extraño le hizo mirar a su ropa, tal vez alguien iba a robarle su ropa.

—¡Mi ropa!— Amadeus nado lo más rápido que pudo hasta la orilla. Menos mal que iba en ropa interior.

Amadeus busco por los al rededores para ver si había alguien por allí rondando, mientras tanto se vestía y la sensación de llevar ropa estando mojado no era para nada agradable, era muy incomodo. El pelo de Amadeus chorreaba agua, y baja por su rostro mojando aún más de agua su ropa, pero al fin pudo verse cara a cara con quien había perturbado su baño relajante en el Lago.

por **Benneth Mozes-Kor** Vie Jul 21, 2017 6:59 pm

Muchas cosas que pensar, pocas que decir, mi carácter sigue siendo el mismo estuviera vivo, medio vivo o completamente muerto. No cambia en absoluto. Orgulloso he nacido y orgulloso me voy a quedar por el resto de mi vida, o de mi eternidad, como se le quiera llamar. Me da exactamente igual.

Salí de mi residencia sin escolta. Sólo tomé mi chaqueta y unos puros, aquellos que nunca me abandonan, y que son un descanso para mí. Por lo menos al ver el humo escapar de mis labios, siento que no me he ido del todo. Algunos pasos de aquí para allá. No tengo rumbo fijo, ni tampoco deseo tenerlo. No se dónde voy - como nunca en mi vida - pero los planes siempre salen mal, así que es mejor dejar que las cosas fluyan por si solas. ¿Para qué entrometerse en aquello que llaman destino?

El viento azota ligeramente moviendo mis cabellos de lugar, sintiendo como mi piel es cortada, aunque es prácticamente imposible, pero la sensación es única. Mientras camino voy reconociendo algunos aromas del sitio. Tomo una gran bocanada de aire inundando los pulmones a pesar de que esto es completamente innecesario.

Nubes que intentan dibujar tenues líneas grises en el cielo, que se torna de un color azul oscuro, mientras que danzan de un lado a otro por causa del viento... Eso es lo que han captado mis ojos mientras camino serenamente hacia una zona menos populosa. Ya no hay atisbo alguno de que había existido algún atardecer en aquél lugar. Ahora no se observa. Nada en tonos rojos o naranjas. Esto algo que hacía mucho mis sentidos no captan y tampoco los extraño, o quizás sí y por eso estoy tan empeñado en aquella imagen que haces siglos dejé de contemplar.

Arribo donde quizás tenía que llegar y quito mis zapatos dejándolos cuidadosamente a un costado para que no se mojen. El agua apenas roza mis pies. La sensación es ligeramente agradable. Tal vez es lo más humano que puedo hacer desde que me he convertido en ésto.

Tomo asiento en el pasto que se encuentra un poco húmedo. Doblo las mangas de la camisa, dejando mi chaqueta a un lado y apoyo los brazos sobre mis rodillas. Quiero relajarme y quizá el lugar me ayude, aunque... Aquella quemazón que a veces me recorre la garganta, me juega una mala pasada. Saco un puro intentando con esto acallar aquellos gritos lastimeros que salen de mi interior para no pensar en tonterías. No he venido a alimentarme, sino atratar de poner en orden mis pensamientos.

Será una larga noche...

Pensando en la inmortalidad, me percato de que alguien se acerca. Es un humano. Demonios. Haré de cuenta que no lo he visto, que no he olfateado su... Sangre. Que pase de largo y no repare en mi presencia.Por su propio bien y por el mio...

por **Amadeus Oberlin** Dom Jul 23, 2017 1:45 pm

Amadeus vio a un chico, buenas ropas, atractivo, joven... era bastante guapo, además le conocía, un puesto como el suyo no pasaba desapercibido. Amadeus le sonrió con las mejillas rojas de la vergüenza por haber pensado que este le robaría, ¿Qué le hubiera pasado? Amadeus se sentó en el suelo después de estar vestido con esa ropa que al tacto con su piel era bastante incomoda y le dedico una sonrisa.

—Hola... disculpe señor Mozes.— Amadeus le conocía de haber escuchado hablar de él y haberle visto cuando le habían señalado.—Soy el señor Oberlin, barón de Inglaterra.— Amadeus cerro los ojos, el olor a puro a veces no le gustaba, solo fumaba cuando iba borracho.

Amadeus no sabía mucho más que decirle al señor Mozes, podría disculparse para empezar, pero estaba nervioso por hablar con alguien de tan alto cargo. Amadeus no se dejaba casi nunca intimidar por lo títulos, el tenía uno, pero esta vez estaba intimidado, intimidado de verdad y por ello mostraba sus respetos.

—Ruego que perdone mis gritos, pensaba que iba a robar mi ropa...— Amadeus miro a Benneth con una sonrisa.—¿Le gustan los puros?— Tal vez eso bastará para comenzar una conversación agradable con él.

Amadeus se puso de rodillas a contemplar el agua mientras miraba de reojo al señor Mozes, el agua estaba bastante bien para darse un baño, pero sentía vergüenza de que este contará que disfrutaba de algo tan de clases bajas y poco interesantes como eso.

—Espero que no diga que me ha visto bañarme en ropa interior. — Amadeus no quería exigirle nada.—Tal vez me juzguen por hacer algo... algo así.— Amadeus prefería no ser clasista.

por **Benneth Mozes-Kor** Lun Jul 24, 2017 8:52 am

A veces me preguntaba si todos los miembros de la realeza "teníamos algo turbio en la cabeza" yo, por supuesto, tenía mi propia condena, mi demonio personal; el ser una criatura de la noche me hacía actuar - en muchas ocasiones - de manera inconsciente, pero éste muchacho que tenía toda una vida por delante, parecía sufrir de ese extraño aislamiento social, que ya había tenido oportunidad de presenciar en algunos otros miembros de la realeza. Éste en particular parecía conocerme.

-No voy a robar tu ropa y tampoco gritaré a los cuatro vientos que estás comportándote como un completo...Humano. -cada quien hacía de su vida y de su tiempo, un papalote. -Sin embargo, debo advertirte, que éste no es un sitio seguro. Hay demasiadas cosas turbias escondidas por los alrededores. Deberías volver ya-. Estaba haciendo una labor social, el advertirle e invitarle a recogerse en su hogar. La sangre llamaba y aunque yo podía controlarme perfectamente, la sangre joven nunca pasaba desapercibida.

Éste servidor se encontraba entre esas cosas peligrosas, por supuesto. Más el no estaba en posición de saber mi verdadera naturaleza, porque de lo contrario, ya se hubiera meado en sus costosos pantaloncillos de seda.

-El puro me relaja, me ayuda a pensar... Es un gusto culposo. -esta vez me permití observarle discretamente. Estaba empapado de pies a cabeza. No se necesitaba ser demasiado avispado para saber que a penas el sol despuntara, la fiebre pudiese hacer acto de presencia. Luego le pregunté:

-A todo esto ¿qué haces aquí? ¿De quién o qué escapas? - estaba seguro de que tendría una buena historia para contar.

por **Amadeus Oberlin** Miér Jul 26, 2017 3:33 pm

Amadeus estaba confuso, ¿Escapar de algo? ¿Qué tal vez no podía darse un relajante baño en la Laguna? Amadeus se puso de pie y miro desde arriba a Benneth, tal vez al ser Mariscal sabía algo que él no sabía y debería huir de allí, aunque no lo tenía claro y también estaba confuso.
Amadeus cogió una piedra y la tiro a la laguna, después se volvió a sentar.

—Ser un noble es aburrido, yo también quiero hacer cosas que no podamos hacer... me importa demasiado lo que dice la gente, por eso te he dicho eso, pero mientras tanto he decidido vivir así, escondiéndome.— Amadeus se encogió de hombros.—Deberías probar, es muy satisfactorio... te quitas la ropa, te metes en el agua... nadas, te relajas... es tan hermoso... te gustaría. No tienes que hacerlo, pero simplemente admira lo bonitas que se ven las estrellas desde el agua.— Amadeus se volvió a quitar la ropa excepto la ropa interior y se fue a bañar.

Amadeus observaba a Benneth mientras nadaba y veía el cielo volverse negro, un manto hermoso de oscuridad con montones de estrellas por allí, era hermoso de ver, nunca nadie podría hacer que dejara de ser majestuoso a los ojos de Amadeus, la lluvia, la noche... lo oscuro era más atractivo de lo que esperaba, pero lo que verdaderamente era atractivo era la oscuridad, lo prohibido y mal visto, eso era sexy, lo malo era que no podía hacer cosas así delante de la sociedad, siempre se ocultaba tras una pared de diversión por lo mal visto y eso era lo mejor que podía haber.

—Date un baño, no lo contaré... ¿Cuál es el problema?— Amadeus se sumergió para que su pelo no se secará.

Amadeus nadaba por el agua sumergiéndose y viendo esa hermosa luna, esas hermosas estrellas, esa hermosa melodía de los grillos. Amadeus estaba relajado, pero algo alejo sus pensamientos fue algo extraño como la sensación de ser observado, pero no ser observado por Benneth, ¿Había otra persona? Tal vez fuera un animal, sería lo más lógico, y también sería mejor salir del agua por si las moscas.

por **Benneth Mozes-Kor** Jue Ago 24, 2017 9:45 pm

La noche no iba a ser tranquila después de todo. Dos almas perturbadas - cada quien a su modo - habían concidido por alguna clase de alineación planetaria, en el mismo sitio y a la misma hora. Cosas de la vida que ocurrían en París - pensé sin darle demasiada importancia. Nuevamente le dí el golpe al puro mientras el humano chapoteaba casi desnudo al centro de la laguna. Por supuesto yo no iba a echarme un chapuzón; no estaba entre mis planes permitirme tales libertades y actuar o dejarme llevar como un simple humano. Guardé silencio y no respondí ninguno de sus cuestionamientos, es más, estaba optando por retirarme en breve, dejándole su espacio, puesto que no tenía humor ni siquiera de darle un mordisco. Estaba pasando por un proceso...Filosófico, dejando la sed en tercer plano.

Me levanté, sacudiendo el ecxeso de tierra sobre la que me había sentado, tomé las botas y giré para retirarme por donde había venido, sin embargo, la presencia de otro ser impidió que siguiera mi camino. Entrecerré los ojos tratando de buscarle entre el follaje tupido de los árboles que servían de barrera natural, hacia el otro lado.

Ésa criatura era muy veloz. Se movía de izquierda a derecha y visceversa, para no dejarse ver en plenitud. Me puse en actitud defensiva tratando de descifrar ése aroma extraño que ya comenzaba a olfatear. Trataba de recordar el dónde y el cómo... Para cuando logré dar en el punto, de inmediato supe que el humano estaba en problemas. Era una presa fácil para una criatura hambrienta como lo era un lobo.

Había dos posibilidades, o me largaba dejando al humano a su suerte ó inmiscuirme en un problema ajeno (Yo no tenía un alma altruista, bien podría retirarme dar un gran salto y desaparecer por donde había llegado) ó salvarle la vida arriesgando la mía.

-Eh, tú - le grité - Será mejor que salgas y te vistas, porque hay una presencia nongrata en los alrededores. Si aprecias tu vida, sal ya...-No iba a irme con rodeos, el tono de mi voz era alarmante, sino lo entendía, había un gran problema.

Me calcé las botas con rapidéz, sin dejar de estar alerta, el lobo se había quedado quieto en un arbusto grueso, ahi en medio se podía apreciar dos orbes resplandecientes.

por **Amadeus Oberlin** Miér Sep 13, 2017 2:31 pm

Amadeus rápidamente se dio cuenta de que un lobo los estaba mirando, rápidamente Amadeus se puso en pie y se vistió lo más rápido que pudo, después cogió un palo puntiagudo del suelo y pensó en que no podría ganar, pero no se dejaría matar si este intentaba algo, además no quería actuar como si fuera un damisela en apuros delante de Benneth por el simple hecho de no querer que pensará que era un cobarde.

—Deberíamos intentar hacer un fuego para expulsar al lobo asustado...— Dijo Amadeus poniéndose al lado de Benneth.—No nos daría tiempo a huir a no ser que tuviéramos habilidades mágicas, y ese no es el caso... pues no existen esos seres.— Amadeus miró al lobo y se puso detrás de Benneth.—Nunca había estado en una situación así... ¿No eras Mariscal? Tal vez tus hombres puedan ayudarnos, yo he dejado mi carruaje algo lejos... pero tal vez podría dar tiempo a llegar... ¿Alguna idea, Monsieur Mozes?— Dijo Amadeus nervioso.

Amadeus estaba tenso por todo un poco, tenía miedo del lobo, le tensaba bastante que les estuviera mirando y su sangre azul no iba a caer en el suelo esa noche, sus antepasados habían sobrevivido a cosas peores y se negaba a caer tan bajo, y sin descendencias, aunque dada su condición sexual eso era bastante complicado.

—Espero poder llegar a contar esto...— Dijo Amadeus nervioso.

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