Darius Thorment ID

D. Psico

Es un ser secreto, reservado, a menudo misterioso para los que lo rodean. Es de aquellas personas que piensan antes de actuar. Sus sentimientos y sus emociones se acumulan durante un cierto tiempo, lo que muy a menudo lo hace pasar por flemático o insensible, mientras que de hecho solo es interiorizado. Permanece mucho tiempo bajo el efecto de una misma emoción, ya sea la alegría o la pena. Le cuesta adaptarse a las nuevas situaciones que se le presentan. Cuando, a veces, se deja llevar por accesos de cólera, desconcierta totalmente a quienes lo rodean, que no comprenden esta reacción intempestiva.

Sin embargo, esta es la resultante de una larga serie de heridas que, con más o menos suerte, ha acumulado y reprimido. posee paciencia, posesividad, fidelidad, estabilidad, materialismo. Es un hombre pragmático, realista y racional, poco influenciable o impresionable, que no cree en lo que ve, como el santo del que lleva el nombre. Incluso es testarudo: ¡cuidado con las anteojeras o la mala fe, que lo hacen encerrarse en una situación, mientras que está equivocado! No tiene una sociabilidad muy desarrollada. Es selectivo y no le gustan para nada las multitudes ni el ruido. Sin embargo, es afectuoso, muy apegado a su familia, de la cual siempre se siente un poco responsable.

Poco demostrativo, es muy púdico y no siempre se siente cómodo ante las manifestaciones afectivas. Su actividad no es espectacular, si bien avanza lentamente, avanza con seguridad y siempre termina lo que ha comenzado. Se interesa en las últimas tecnologías o en la informática y prefiere los juegos de espíritu a los deportes. Muy posesivo, habrá que desarrollar desde muy temprano la noción de compartir.

Es modesto y detesta la sofisticación y la ligereza. Se interesa por todo lo que salga de lo ordinario. Si bien se jacta de ser un espíritu científico, puede sin embargo hacerse algunas preguntas existenciales y orientarse hacia las ciencias humanas o hacia la espiritualidad… Sentimentalmente, es un ser fiel y amante y cuando se enamora, es para toda la vida. Pero no deja que la flecha de Cupido lo alcance tan fácilmente: prudente y desconfiado, jamás se compromete a la ligera.

Historia

Darius vendió su alma de mortal para poder salvar a la mujer que amaba de las llamas de la hoguera y con ello le llevo a perderla.

Fue a mediados 500 años atrás cuando Clemente V cedió las presiones a Felipe IV de un grupo de templarios que fueron llevados a la Santa Inquisición para ser juzgados y condenados por los diversos crímenes en contra de la cristiandad. Darius Thorment fue uno de los templarios que lograron escapar de la santa inquisición lográndose esconder cual cobarde en el ático de la humilde casa de su prometida, Isserielle. Ambos eran jóvenes y estaban enamorados. No había interferencias entre ambos, estaban a punto de darse el sí quiero dentro de unas semanas pero la oscuridad se cernió sobre ellos antes de lo que imaginaban.

Cuando la Santa Inquisición había menguado sus vigilancias sobre la granja de su prometida, Darius guardó su antiguo uniforme para sustituirlo por el de un humilde granjero. A las semanas se casó con Isserielle y todo iba perfecto hasta que una noche que Darius volvía de recoger un poco de leña, se encontró su nuevo hogar convertido en llamas, los vecinos granjeros hacían su más poder para poder apagar las llamas. Darius busco a Isserielle por todos lados pero no la encontró por ninguna parte. No sabía si romper lo que quedaba de la casa o salir corriendo. Fue a mirar al baúl de mimbre que era donde tenía su antiguo uniforme y en lugar de su uniforme encontró una nota escrita con sangre, que ponía un lugar y una fecha.

Para su suerte Darius había escondido su espada de plata entre los tablones del suelo de su habitación pero para cuando llego al lago, encontró a Isserielle puesta sobre lo que era una posible hoguera.

- quemaremos a la bruja si haces un movimiento brusco, granjero.

Darius no hizo nada. Veía a su esposa gimotear a través de aquel trozo de tela sobre sus labios, quería ayudarla pero aquel extraño no le dejaba.

- ¿de qué me conoces?
- Roba algo para mí y ella es libre
- ¿Qué es lo que anhelas?


La respuesta de aquel desconocido le llevó hacia su pasado. Fue a las afueras de París, donde la oscuridad se cernía sobre un castillo que se ocultaba detrás de unas montañas oscuras. El mapa que tenía de aquel lugar era un laberinto, pero para poder liberar a Isserielle de las garras de aquel desconocido  haría lo que fuese. Por ello entro en el interior de aquel castillo abandonado, supero cada prueba que se le puso por enfrente, pero la oscuridad pudo con él y con la luz que había en su corazón. En el interior se encontró con lo que muchas voces eclesiásticas hablaban en la intimidad, la leyenda de Galahad, la leyenda del Santo Grial con el que el más valeroso de los miembros de la mesa cuadrada subió a los cielos. Aquella copa de plata y adornada con rubíes le dejó embobado, pero la misma copa le hizo pasar por una dura prueba que finalmente sin éxito, no la superó.

Una muchacha de 1’70, morena y de eterna piel de plata vestía un vestido que llevaba la sangre de los muchos que habían pasado por esa habitación observaba a Darius que estaba a pasos del hermoso cáliz. La muchacha, guardiana de aquella reliquia estaba quieta esperando el próximo movimiento erróneo de Darius, el silencio podría hablar por ellos en ese duelo fijo de miradas entre ambos, la muchacha de la pálida piel se acercó a Darius y este mismo vio su futuro, vio el futuro oscuro de Isserielle si decidía salir con lo que parecía ser el Santo grial entre sus manos.

Muerte seria la palabra para describirlo, pero mucho tiempo había vivido la muchacha encerrada en aquella sala oscura y sin ninguna ventana al exterior. Ella misma sabía quién había hecho que Darius se metiera en la boca del lobo, el mismo hombre que la dejó ahí para que sufriera un destino peor que la muerte.

La eternidad.

Darius asustado y queriéndose llevar la reliquia para salvar a Isserielle la muchacha no le dejó irse, esta se reía de lo ingenuo que había sido Darius al haber bajado la guardia, lo usaría para poder salir y vengarse de dicho malnacido, pero Darius solo saco la espada por puro instinto, deslizo la hoja a ras del estómago de la muchacha, Darius cogió la reliquia entre sus dedos pero esta comenzó a arder por sí sola, Darius soltó la reliquia dejando que resonara en el eco de la sala, los ojos de la muchacha Darius pudo ver que se tornaron un tono carmesí y en menos de unos segundos, a Darius le estaban sustrayendo el vitae de su vena carótida. Darius gritaba, gimiendo de dolor y el quemazón de la herida en su cuello causada por la sanguinaria que estaba sobre su cuerpo. Así mismo, la muchacha no le dejo alternativa. Mejor que Darius se ocupara de su amigo traidor, por lo que la muchacha vertió de la sangre maldita de su muñeca hasta los labios carnosos de Darius, haciendo que el cambio se hiciera en el interior de aquella sala y Darius comenzara a tener una nueva vida.

Noches después de su transformación, Darius busco a su esposa encontrándola de doncella para aquel con quien había hecho un trato. Darius, entregando la réplica del Grial Maldito a aquel con el que había hecho un trato pudo finalmente liberar a su esposa. Ambos finalmente podrían ser liberados de la deuda de la oscuridad, rápidamente cruzaron la frontera entre Francia e Italia para quedarse en Verona. Este le conto a su esposa lo que había pasado en aquel oscuro castillo. Su mujer en cambio le dijo “Tranquilo Darius, sabremos llevar nuestra felicidad” pero lo que nadie de los dos supo es que ese bastardo hijo de puta había transformado a su esposa sin que esta lo supiera.

Cuando había estado ausente, la manipulación de la memoria sobre su mujer había hecho efecto para que esta no recordara todo el dolor que sufrió cuando pasaba la conversión de humana a vampira. Por lo que una mañana en la que Isserielle se levantaba confiada hacia el baño, un grito desgarrador despertó a Darius entre las sombras de su hogar en Verona. Darius corría entra las sombras de los pasillos para llegar hasta Isserielle, pero fue demasiado tarde al verla tirada en el suelo…hecha hollín.

¡¡¡¡¡¡ISSERIELLE!!!!!!  ¡¡¡¡¡¡ISSERIELLE!!!!!!  

Enterrados sentimientos gozan ahora de una nueva oscuridad en la que el vampiro se convierte en la versión romántica de cada ilusión gótica. El apogeo de dicho dolor e ira le llevo de vuelta hacia donde todo pasó, pero no podría hacerlo solo, necesitaría ayuda de una fuerza mucho mayor. Por venganza, por su esposa muerta juraría que mataría a cada uno de los que ahora eran parte de su naturaleza. Escucho de una sede inquisitorial, apartada de los oídos del papa que reclutaba soldados condenados dispuestos a redimirse de sus pecados y de los errores en su vida. Su error había sido traer la mala suerte hacia los brazos de su amada Isserielle, su pecado sería la ira hacia aquel que empezó todo esto y también por aquella muchacha que al menos le dio la oportunidad de estar un poco más de tiempo con su amada.

Darius ingreso en una sede inquisitorial, logro su propósito y adquirió el nombre del Caballero negro de la muerte por la enorme cantidad de vampiros y seres sobrenaturales que ha conseguido destruir. No habla con nadie y prefiere que quede así. Él escucha y  él hace lo que se le manda hacer.


Actualmente, en 1800 ha vuelto a París después de haber parecido que estaba retirado, desaparecido o hasta muerto, pero eso ya era imposible ya que él estaba bien muerto.