Diario de Tayce

por **Tayce Cecereu** Dom Jul 30, 2017 10:12 pm

30 de Julio

Hoy ha resultado ser uno de esos días agotadores en el trabajo, de esos que hacen querer volver directamente a casa y no detenerte en ningún sitio, ni siquiera en aquellos que ya estas acostumbrada a visitar. Mientras andaba entonces desde el café hacía mi casa, pase como es costumbre frente a Notre Dame y aunque tenía planeado no detenerme, lo hice. Mis pies se detuvieron como si una fuerza superior los obligara a hacerlo y mi mirada se enfoco en la enorme Catedral que me invitaba como siempre a entrar, a ponerme en las manos de aquel Dios que tanto me ha dado y a quien ahora tanto se le ha dejado de lado; así que consciente de que si me iba ya no estaría en paz, me dirigí hasta la entrada de Notre Dame.

Apenas mis pies me hacían entrar en aquel lugar, mi cuerpo entero se tranquilizaba y mi cansancio se desvanecía lentamente, sin embargo, fue una figura que vi solitaria entre una de las bancas las que provoco que el agotamiento restante se transformara una vez más en fuerza y sonriendo me dirigí hasta la banca donde mi padre se encontraba sentado.

En silencio me sitúe a su lado y tomé asiento. Noté su mirada sobre mi, pero no dije nada y en ningún momento lo mire. De hecho, mis ojos permanecían fijos sobre el altar, así como mis pensamientos se enfocaban en dar gracias por el provechoso día y por la oportunidad que se me brindaba de estar en aquel lugar al lado del hombre que tanto me inspiraba.

Creo que mis agradecimientos se notaban en mi rostro. De otra manera no puedo explicar la manera tan tranquila y dulce en la que mi padre tomó mi mano, provocando que entonces si lo mirase. La sonrisa en su rostro provocó la mía y tras unos minutos más, nos levantamos y salimos de la Catedral. En silencio nos desplazamos desde aquel lugar hasta nuestro hogar donde solo hablamos para desearnos una buena noche.

Hoy entonces, ha resultado ser no solo uno de esos días agotadores en el trabajo sino también mágicos, de esos que te hacen recordar que cuando podemos dar más de nosotros siempre aparecerá la persona a la que necesitas ver, para brindarte una vez más la fuerza necesaria para continuar.

por **Tayce Cecereu** Vie Mar 01, 2019 4:43 pm

1 de marzo

Este día he tenido otro encuentro de lo más extraño, aunque no sé su la palabra extraño lo definiría de una manera apropiada, pues más que extraño fue atemorizante, más creo que eso es de lo más normal cuando te encuentras con alguien desconocido, de noche y en un lugar amenazante por si mismo como lo es el bosque de París.

Pues bien, para detallar un poco más el porque este encuentro me parece algo trascendente de lo que debo guardar memoria, comenzare por decir que el día pintaba para ser de lo más normal. Me levante más tarde de lo esperado, algo que no me es extraño en días de descanso del café, esos que se vuelven cada vez más escaso debido al éxito que hemos tenido desde la llegada del nuevo chef, en fin, tras levantarme y comer lo que mi padre preparó tan amorosamente para mi, opte por dar un paseo a la zona boscosa, esa que cuando es de día no resulta para nada terrorifica sino más bien, relajante, tanto que decidí que la sombra que un frondoso árbol me ofrecía sería un excelente lugar para tomar una siesta, más para cuando me desperte de solo un pequeño momento, ya estaba cayendo la noche y fue ahí que todo se tornó extraño.

Tras esperar a que mi mirada se acolplara la luz y que mi cuerpo se desesperezara, me levante, dando entre sombras con la pequeña figura de un par de conejos. Aquellas criaturitas eran preciosas, más la ternura que experimente se convirtio pronto en terror, pues ante mis ojos uno de aquellos conejos fue asesinado por un muchacho, uno que con palabras bruscas, palabras groseras y actitides de desconfianza se dirigió a mi durante todo el tiempo y aunque su forma de ser me llevó a pensar en más de una ocasión que aquel sería el ultimo día de mi vida, todo acabo misteriosamente bien, aunque desde ese día no puedo hacer desaparecer de mi mente la idea de que he visto a ese muchacho en otro lado. Quizá sean sus facciones, su voz o su mirada, no lo sé, pero sea lo que sea, me hace sentir como que he encontrado algo perdido hace mucho.

Diario de Tayce

Diario de Tayce

Re: Diario de Tayce