AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Hoist the colours. (privado)
2 participantes
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Hoist the colours. (privado)
Recuerdo del primer mensaje :
La canción se suponía que debía ser una nana para dormir a las niñas, las pequeñas gemelas Cannif que esperaban el beso de buenas noches de su madre o de su padre, que se hacía esperar. El de su madre no sería posible, pues estaba fuera de allí por una temporada. Lejos de ser una canción que hablase de pajarillos y flores, de lobos malos y héroes buenos, sus notas se filtraban por el hueco de la puerta y tenían el sabor del mar, la fuerza del viento que hincha las velas, y los labios que la entonaban eran los de aquella extranjera que había aparecido semanas atrás en la fortaleza de Akershush. La dama inglesa que salió del mar, clamando asilo tras un naufragio intencionado. El rey Rannulf había atacado el navío de su marido, el capitán Morgan y sólo ella consiguió salvarse. Las noticias al respecto eran confusas, se habían producido varias batallas en alta mar entre diferentes contendientes, la Corona inglesa, la armada francesa, los españoles y el cruel rey del norte.
La generosidad del conde Cannif le permitió quedarse allí, y la única forma de ayudar con alguna cosa y devolver un poco del favor recibido mientras esperaban noticias del capitán, era cuidar de los hijos del conde ahora que su mujer había cruzado el bloqueo naval y se hallaba en París.
Era una mujer hecha al mar, al rigor del viento y la sal, no se quejaba del frío o de la escasez de alimento si la hubiera, así que se adaptó fácilmente a las bárbaras costumbres de aquella peculiar corte. Solía acompañar a las nodrizas todo el día, encargándose personalmente de que todo cuanto necesitasen los niños Cannif estuviera correctamente gestionado. Era inglesa, educada en las maneras de la alta sociedad, pero curtida entre jarcias, velas y aparejos. Sabía escupir, eructar y maldecir como cualquier corsario y también tocar el violín y declinar a Shakespeare, y a menos que se encontrase sobre la cubierta de proa, guardaba esa cara bucanera para si misma. Sobre baldosas y tierra firme era simplemente una inglesa con redaños que olía a té de jengibre.
— hmm... ya veo... la canción no es la que os cantaría vuestra madre, seguramente... pero no está mal que aprendáis otras cosas para el día de mañana, ya veréis, nunca se sabe cuando puedes necesitar saber lo que es un real de a ocho.— tenía la costumbre de hablarles a los niños como si fueran personitas que la entendieran, su tono de voz no era estridente y ellos la miraban como si entendieran a su corta edad los extraños razonamientos que llegaba a hacer.— ¡Oh! y hacedme caso, mantenéos siempre lejos de la horca. Es una cosa horrible, no hay nada de bonito en ese invento.
Las pequeñas la miraban mientras Danielle doblaba la sábana para arroparlas bien, como si estuviera hablando de física cuántica o de recetas de pasteles, tanto daba, eran muy pequeñas y no entendían el inglés con su fuerte acento de Wessex.
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
The King and his men stole the queen from her bed
and bound her in her bones
The seas be ours and by the powers
Where we will...we'll roam
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never say we die
Some men have died and some are alive
And others sail on the sea
With the keys to the cage
And the devil to pay
We lay to Fiddler's Green!
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
The bell has been raised from its watery grave
Do you hear its sepulchral tone?
A Call to all, pay heed to the squall
And turn your sail towards home!
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
The King and his men stole the queen from her bed
and bound her in her bones
The seas be ours and by the powers
Where we will...we'll roam
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never say we die
Some men have died and some are alive
And others sail on the sea
With the keys to the cage
And the devil to pay
We lay to Fiddler's Green!
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
The bell has been raised from its watery grave
Do you hear its sepulchral tone?
A Call to all, pay heed to the squall
And turn your sail towards home!
Yo, Ho haul together, hoist the colours high
Heave ho, thieves and beggars, never shall we die
- hoist the colours:
La canción se suponía que debía ser una nana para dormir a las niñas, las pequeñas gemelas Cannif que esperaban el beso de buenas noches de su madre o de su padre, que se hacía esperar. El de su madre no sería posible, pues estaba fuera de allí por una temporada. Lejos de ser una canción que hablase de pajarillos y flores, de lobos malos y héroes buenos, sus notas se filtraban por el hueco de la puerta y tenían el sabor del mar, la fuerza del viento que hincha las velas, y los labios que la entonaban eran los de aquella extranjera que había aparecido semanas atrás en la fortaleza de Akershush. La dama inglesa que salió del mar, clamando asilo tras un naufragio intencionado. El rey Rannulf había atacado el navío de su marido, el capitán Morgan y sólo ella consiguió salvarse. Las noticias al respecto eran confusas, se habían producido varias batallas en alta mar entre diferentes contendientes, la Corona inglesa, la armada francesa, los españoles y el cruel rey del norte.
La generosidad del conde Cannif le permitió quedarse allí, y la única forma de ayudar con alguna cosa y devolver un poco del favor recibido mientras esperaban noticias del capitán, era cuidar de los hijos del conde ahora que su mujer había cruzado el bloqueo naval y se hallaba en París.
Era una mujer hecha al mar, al rigor del viento y la sal, no se quejaba del frío o de la escasez de alimento si la hubiera, así que se adaptó fácilmente a las bárbaras costumbres de aquella peculiar corte. Solía acompañar a las nodrizas todo el día, encargándose personalmente de que todo cuanto necesitasen los niños Cannif estuviera correctamente gestionado. Era inglesa, educada en las maneras de la alta sociedad, pero curtida entre jarcias, velas y aparejos. Sabía escupir, eructar y maldecir como cualquier corsario y también tocar el violín y declinar a Shakespeare, y a menos que se encontrase sobre la cubierta de proa, guardaba esa cara bucanera para si misma. Sobre baldosas y tierra firme era simplemente una inglesa con redaños que olía a té de jengibre.
— hmm... ya veo... la canción no es la que os cantaría vuestra madre, seguramente... pero no está mal que aprendáis otras cosas para el día de mañana, ya veréis, nunca se sabe cuando puedes necesitar saber lo que es un real de a ocho.— tenía la costumbre de hablarles a los niños como si fueran personitas que la entendieran, su tono de voz no era estridente y ellos la miraban como si entendieran a su corta edad los extraños razonamientos que llegaba a hacer.— ¡Oh! y hacedme caso, mantenéos siempre lejos de la horca. Es una cosa horrible, no hay nada de bonito en ese invento.
Las pequeñas la miraban mientras Danielle doblaba la sábana para arroparlas bien, como si estuviera hablando de física cuántica o de recetas de pasteles, tanto daba, eran muy pequeñas y no entendían el inglés con su fuerte acento de Wessex.
Última edición por Danielle Morgan el Mar Ago 22, 2017 3:46 pm, editado 1 vez
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Hoist the colours. (privado)
Tras la reunión en la sala de Guerra partieron hacia el puerto en busca de las naves. Hicieron inventario de las mismas y encargaron a los armadores que sacasen el Queen Anne's Revenge de la bahía para repararlo. Danielle no había navegado en drakkars, así que los descartó por su poca potencia armada. Para incursiones de saqueo o de exploración pordía valer, pero no para hundir corbetas armadas con cañones. Iba a necesitar otro tipo de naves, y se las iban a robar a Randulf.
Ocuparon el único galeote con cañones, el Stargate con apenas cinco, que fondeaba en Bergen y se podía capitanear con un pequeño contingente de cuarenta marineros. Partirían con un barco y volverían con dos, de eso estaba segura.
Höor ocupó el puente de mando con ella y aunque era él a quien los hombres seguían y obedecían sus órdenes, le cedió parte de la autoridad a la mujer. Al principio costó un poco hacerse a la nave, tenía tres palos y no era todo lo rápida que desearía la inglesa, pero aún tenían cuatro o cinco días para hacerse con ella, navegarían hacia el mar del Norte e interceptarían allí el barco de Randulf, uno cuyo nombre le habían chivado los espías: Stolt. "Orgulloso", ése era el nombre del buque que iban a requisar. En teoría inscrito en los registros mercantiles como transporte de carne en salazón o congelada, pero ellos sabían que dentro de las cajas y tinajas había mucho más que cuartos traseros de vacas y ovejas, estaban los pagos en oro y acero que Randulf emitía a sus socios. ¿Qué barco de transporte de mercancías tenía 12 cañones en dos líneas?
Los tres primeros días a bordo sirvieron a la tripulación para manejar mejor el Stargate y acostumbrarse a las órdenes de Danielle. La mayor parte del tiempo se mezclaba con ellos, para conocerlos mejos, para tirar de las jarcias y maromas como una más o subirse la la cofa a otear el horizonte. El respeto en el mar se ganaba, no se imponía, y ella se lo iba a ganar. El cuarto día avistaron la nave Stolt y todos sabían qué debían hacer, cada cual en su puesto. Persiguieron al navío de hechuras francesas hasta cazarlo por la proa y virando a estribor, colocando sus cañones apuntando a la quilla del barco y al timón. Izaron la vela negra con el emblema de una calavera y dos estoques cruzados, la del capitán Morgan, evitando así que algun superviviente asociase ese secuestro de la nave con Höor. Obviamente el Stolt reaccionó tratando de sacar los cañones, pero estaban lentos y poco preparados, pues su hegemonía en ese mar les había vuelto perezosos. El Stargate disparó una primera salva de cañonados, impactando contra el mascarón de proa pero sin apuntar a la vela Mayor, sería un desperdicio, y antes de que pudieran reaccionar, lanzaron los ganchos y abordaron la nave. En la cubierta ya se habló otro idioma, el del acero. Höor y Lund acabaron con el triple de hombres que el resto, pues su pericia en batalla era inigualable. No estaba en el alma norteña la rendición, así que pelearon a sangre y acero hasta que no quedaron más que una veintena de pobres miserables que Randulf esclavizaba en galeras.
Danielle iba sucia de hollín y brea, tenía un corte sobre la sien que no revestía gravedad y varios manchurrones de sangre en su casaca. Portaba una espada corta en la diestra y un cuhillo largo en la izquierda, sus botas resonaron en la madera cuando se acercó a los marineros capturados, pues no podía llevarse el otro barco sin gente que lo manejara.
— Tenéis dos opciones. Uníos a mí o morid. Sabed que no toleraré la traición, y quien la cometa perderá todos sus miembros antes de perder la vida. Navegad bajo mi bandera y tendréis un trato digno.
Ocuparon el único galeote con cañones, el Stargate con apenas cinco, que fondeaba en Bergen y se podía capitanear con un pequeño contingente de cuarenta marineros. Partirían con un barco y volverían con dos, de eso estaba segura.
Höor ocupó el puente de mando con ella y aunque era él a quien los hombres seguían y obedecían sus órdenes, le cedió parte de la autoridad a la mujer. Al principio costó un poco hacerse a la nave, tenía tres palos y no era todo lo rápida que desearía la inglesa, pero aún tenían cuatro o cinco días para hacerse con ella, navegarían hacia el mar del Norte e interceptarían allí el barco de Randulf, uno cuyo nombre le habían chivado los espías: Stolt. "Orgulloso", ése era el nombre del buque que iban a requisar. En teoría inscrito en los registros mercantiles como transporte de carne en salazón o congelada, pero ellos sabían que dentro de las cajas y tinajas había mucho más que cuartos traseros de vacas y ovejas, estaban los pagos en oro y acero que Randulf emitía a sus socios. ¿Qué barco de transporte de mercancías tenía 12 cañones en dos líneas?
Los tres primeros días a bordo sirvieron a la tripulación para manejar mejor el Stargate y acostumbrarse a las órdenes de Danielle. La mayor parte del tiempo se mezclaba con ellos, para conocerlos mejos, para tirar de las jarcias y maromas como una más o subirse la la cofa a otear el horizonte. El respeto en el mar se ganaba, no se imponía, y ella se lo iba a ganar. El cuarto día avistaron la nave Stolt y todos sabían qué debían hacer, cada cual en su puesto. Persiguieron al navío de hechuras francesas hasta cazarlo por la proa y virando a estribor, colocando sus cañones apuntando a la quilla del barco y al timón. Izaron la vela negra con el emblema de una calavera y dos estoques cruzados, la del capitán Morgan, evitando así que algun superviviente asociase ese secuestro de la nave con Höor. Obviamente el Stolt reaccionó tratando de sacar los cañones, pero estaban lentos y poco preparados, pues su hegemonía en ese mar les había vuelto perezosos. El Stargate disparó una primera salva de cañonados, impactando contra el mascarón de proa pero sin apuntar a la vela Mayor, sería un desperdicio, y antes de que pudieran reaccionar, lanzaron los ganchos y abordaron la nave. En la cubierta ya se habló otro idioma, el del acero. Höor y Lund acabaron con el triple de hombres que el resto, pues su pericia en batalla era inigualable. No estaba en el alma norteña la rendición, así que pelearon a sangre y acero hasta que no quedaron más que una veintena de pobres miserables que Randulf esclavizaba en galeras.
Danielle iba sucia de hollín y brea, tenía un corte sobre la sien que no revestía gravedad y varios manchurrones de sangre en su casaca. Portaba una espada corta en la diestra y un cuhillo largo en la izquierda, sus botas resonaron en la madera cuando se acercó a los marineros capturados, pues no podía llevarse el otro barco sin gente que lo manejara.
— Tenéis dos opciones. Uníos a mí o morid. Sabed que no toleraré la traición, y quien la cometa perderá todos sus miembros antes de perder la vida. Navegad bajo mi bandera y tendréis un trato digno.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Hoist the colours. (privado)
La victoria retumbo en ambos barcos cuando apenas una veintena de hombres quedaron en pie tras el abordaje.
No cabía duda de que este seria el mas fácil de los botines conquistados pues no esperaban ni de lejos que una bandera pirata izara del mástil de un barco como el nuestro y los pillamos con los pantalones bajados.
Nada pudieron hacer para responder a nuestros cañones y el acero silbo al viente como único juez en una batalla con dueño.
El animo de los marinos estaba en alto, los deje celebrarlo porque después de la derrota en el templo, de que la piedra hubiera sido tomada por Randulf, mis hombres necesitaban esto tanto como yo.
Danielle sometió a la veintena de hombres, pobres infelices que ni siquiera sabían porque luchaban y que cambiaron de bandera tan rápido como les ofreció su vida a cambio.
La rodilla de todas se hundió en el suelo, temerosos de acabar en el fondo del mar sirviendo de pasto para los tiburones.
Ahora con dos barcos tendríamos que dividirnos, ella guiaría uno, el otro seria asunto mio y juntos llegaríamos a puerto con el botín robado, algo que ayudaría a los campesinos que estaban siendo jodidos vivos por Randulf.
No pensaba quedarme la riqueza de el rey del norte, yo no era así, ni la usaría para pagar mercenarios, quien alzaba por mi el acero era porque creía en mi causa, en un norte libre.
No me convertiría en un tirano, mi modo de ver el norte era muy distinto al de Randulf.
Le robaría su riqueza para repartirla entre aquellos a quien se la robó primero y así ganaría dos cosas, una que no pudiera pagar mercenarios que diezmaran mis filas, dos paliar la pobreza de las gentes del norte.
Bajé con la corsario al camarote, le serví un vaso de ron mientras me acercaba a ver la herida que llevaba en la frente, sangraba pero no revestía mayor gravedad.
Alzó la mirada mientras yo la bajaba y ladeé la sonrisa con complicidad cuando nuestros ojos se encontraron.
-No ha ido mal -apunté robandole el vaso para dar un trago -puedes quedarte parte del botín, creo que es lo justo ya que tuyo a sido el plan, pero la inmensa mayoría volverá a tierras norteñas, espero que estés de acuerdo en eso.
No cabía duda de que este seria el mas fácil de los botines conquistados pues no esperaban ni de lejos que una bandera pirata izara del mástil de un barco como el nuestro y los pillamos con los pantalones bajados.
Nada pudieron hacer para responder a nuestros cañones y el acero silbo al viente como único juez en una batalla con dueño.
El animo de los marinos estaba en alto, los deje celebrarlo porque después de la derrota en el templo, de que la piedra hubiera sido tomada por Randulf, mis hombres necesitaban esto tanto como yo.
Danielle sometió a la veintena de hombres, pobres infelices que ni siquiera sabían porque luchaban y que cambiaron de bandera tan rápido como les ofreció su vida a cambio.
La rodilla de todas se hundió en el suelo, temerosos de acabar en el fondo del mar sirviendo de pasto para los tiburones.
Ahora con dos barcos tendríamos que dividirnos, ella guiaría uno, el otro seria asunto mio y juntos llegaríamos a puerto con el botín robado, algo que ayudaría a los campesinos que estaban siendo jodidos vivos por Randulf.
No pensaba quedarme la riqueza de el rey del norte, yo no era así, ni la usaría para pagar mercenarios, quien alzaba por mi el acero era porque creía en mi causa, en un norte libre.
No me convertiría en un tirano, mi modo de ver el norte era muy distinto al de Randulf.
Le robaría su riqueza para repartirla entre aquellos a quien se la robó primero y así ganaría dos cosas, una que no pudiera pagar mercenarios que diezmaran mis filas, dos paliar la pobreza de las gentes del norte.
Bajé con la corsario al camarote, le serví un vaso de ron mientras me acercaba a ver la herida que llevaba en la frente, sangraba pero no revestía mayor gravedad.
Alzó la mirada mientras yo la bajaba y ladeé la sonrisa con complicidad cuando nuestros ojos se encontraron.
-No ha ido mal -apunté robandole el vaso para dar un trago -puedes quedarte parte del botín, creo que es lo justo ya que tuyo a sido el plan, pero la inmensa mayoría volverá a tierras norteñas, espero que estés de acuerdo en eso.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Hoist the colours. (privado)
La batalla fue más fácil de lo que esperaba teniendo en cuenta que no era su tripulación, ni su nave ni el estilo de incursión que solían hacer, pero los años de experiencia en el mar habían pesado a su favor. Asintió al comentario de Höor.
— Un Robin Hood moderno...me gusta, eso puede ganar mucho más partidarios a tu causa. El botín que me toca lo utilizaré para reflotar el Queen Anne, ese barco es mi casa y no será barato. Además necesito una tripulación más adecuada, no es que tus soldados no sean válidos, ya ves la guerra que han dado. Pero estoy más acostumbrada a los marinos libres, no sé si me entiendes. Cuando los hombres no cobran si no consiguen el objetivo, suelen pelear con más ganas. Tus hombres te siguen por la fe que te tienen, yo soy mucho más práctica: no peleas, no hay botín.
En cubierta estaban redistribuyendo a los marineros, los capturados se mezclarian a partes iguales en ambos navíos y necesitaban tener marinos expertos en varios puestos claves como el de timonel o contramaestre para tenerlos equilibrados. Llamaron a la puerta del camarote del capitán y tras decir "adelante" apareció el general Lund portando del pescuezo a uno de los marineros capturados.
— este dice que quiere hablar con ella.— Lund tenía el ceño fruncido y cara de pocos amigos.— está diciendo tonterías, tratando de convencernos de algo que... ¡habla! dilo delante de ella.
El hombre estaba acojonado por el agarre de la mole vikinga, pero aún así sacó fuerzas para hablar.
— tú eres el capitán Morgan.— le dijo a Danielle directamente.— el capitán, el único que hay.— reiteró. La rubia descompuso el gesto y miró a Höor de reojo. Lo que ese marino acababa de revelar tenía mucho peligro.
— El capitán Morgan está desaparecido, lo capturaron. No sé qué quiere decir, llévatelo.
— Este tipo dice que no ha habido ningún capitán Morgan, que eres tú, que siempre has sido tú.— Danielle resopló y entornó los ojos tragando saliva.
— ¡Sácalo de mi vista! y como siga diciendo sandeces lo haré caminar por la tabla. Ahora largo!!!
Lund puso cara de pocos amigos y se marchó con el hombre fuera del camarote. Danielle apoyó las manos sobre la mesa mirando la carta de navegación resoplando.
—¡Maldición!...no es así como queria que lo supieras.— le dijo a Höor.— lo siento mucho, mentí sobre mi historia, naufragamos en tus costas y no sabía qué iba a pasar conmigo, podrías haberme hecho esclava, o vendida a quien fuera... yo que sé, simplemente entré en pánico..— Sus revelaciones podían traer malas consecuencias, pero ahora no era el momento de recular, la mentira estaba dicha y la libre había saltado, no tenía sentid enredarlo más.— Ese hombre ha dicho parte de la verdad. Hace siete años que soy el capitán Morgan, asumí su identidad cuando murió. No es cierto que no existiese, Henry existió y me casé con él, navegamos juntos durante tres años hasta que se lo llevó la peste. Navegamos a la deriva durante una semana, enfermos, febriles sin fuerzas para arriar las velas... y los que pudimos sobrevivir recalamos el barco en Nasau. Si hubiera comunicado a la Corona Británica su muerte, nos habrían retirado la Patente de Corso y no podía permitirlo. Si eso sucediese, me vería obligada a regresar a Londres y rogarle a mi padre por un techo y un plato de comida. Estoy desheredada, soy la vergüenza de mi familia y seguro que estaría más que encantado de ver cómo me arrastro por el suelo. Desde entonces yo soy el Capitán Morgan, he alimentado su leyenda, he hecho creer a todo el mundo que sigue al mando del Queen Anne's Revenge y sigo cobrandome botines para su Graciosa Majestad.
Levantó las manos de la mesa y enfrentó al conde en un duelo de miradas.
— Sé lo que significa el honor para ti, y sé que he traicionado tu confianza. ¿Me arrepiento? no, volvería hacerlo de encontrarme en una situación similar. Pero créeme, mi intención era contártelo, porque lo que sí es verdad es que quiero joder a Randulf, por hundir una parte de mi vida, por mandar a la mierda mis opciones de libertad, la vida que siempre quise hundida en tu bahía. Y luego... bueno. Henry sólo se movía por su codicia y su gloria personal. Pero tú realmente eres mejor monarca que el rey Jorge y ese miserable de Randulf, tú te preocupas de la gente...eso es nuevo para mi. Me diste una oportunidad sin pedir nada a cambio y... es desconcertante.
— Un Robin Hood moderno...me gusta, eso puede ganar mucho más partidarios a tu causa. El botín que me toca lo utilizaré para reflotar el Queen Anne, ese barco es mi casa y no será barato. Además necesito una tripulación más adecuada, no es que tus soldados no sean válidos, ya ves la guerra que han dado. Pero estoy más acostumbrada a los marinos libres, no sé si me entiendes. Cuando los hombres no cobran si no consiguen el objetivo, suelen pelear con más ganas. Tus hombres te siguen por la fe que te tienen, yo soy mucho más práctica: no peleas, no hay botín.
En cubierta estaban redistribuyendo a los marineros, los capturados se mezclarian a partes iguales en ambos navíos y necesitaban tener marinos expertos en varios puestos claves como el de timonel o contramaestre para tenerlos equilibrados. Llamaron a la puerta del camarote del capitán y tras decir "adelante" apareció el general Lund portando del pescuezo a uno de los marineros capturados.
— este dice que quiere hablar con ella.— Lund tenía el ceño fruncido y cara de pocos amigos.— está diciendo tonterías, tratando de convencernos de algo que... ¡habla! dilo delante de ella.
El hombre estaba acojonado por el agarre de la mole vikinga, pero aún así sacó fuerzas para hablar.
— tú eres el capitán Morgan.— le dijo a Danielle directamente.— el capitán, el único que hay.— reiteró. La rubia descompuso el gesto y miró a Höor de reojo. Lo que ese marino acababa de revelar tenía mucho peligro.
— El capitán Morgan está desaparecido, lo capturaron. No sé qué quiere decir, llévatelo.
— Este tipo dice que no ha habido ningún capitán Morgan, que eres tú, que siempre has sido tú.— Danielle resopló y entornó los ojos tragando saliva.
— ¡Sácalo de mi vista! y como siga diciendo sandeces lo haré caminar por la tabla. Ahora largo!!!
Lund puso cara de pocos amigos y se marchó con el hombre fuera del camarote. Danielle apoyó las manos sobre la mesa mirando la carta de navegación resoplando.
—¡Maldición!...no es así como queria que lo supieras.— le dijo a Höor.— lo siento mucho, mentí sobre mi historia, naufragamos en tus costas y no sabía qué iba a pasar conmigo, podrías haberme hecho esclava, o vendida a quien fuera... yo que sé, simplemente entré en pánico..— Sus revelaciones podían traer malas consecuencias, pero ahora no era el momento de recular, la mentira estaba dicha y la libre había saltado, no tenía sentid enredarlo más.— Ese hombre ha dicho parte de la verdad. Hace siete años que soy el capitán Morgan, asumí su identidad cuando murió. No es cierto que no existiese, Henry existió y me casé con él, navegamos juntos durante tres años hasta que se lo llevó la peste. Navegamos a la deriva durante una semana, enfermos, febriles sin fuerzas para arriar las velas... y los que pudimos sobrevivir recalamos el barco en Nasau. Si hubiera comunicado a la Corona Británica su muerte, nos habrían retirado la Patente de Corso y no podía permitirlo. Si eso sucediese, me vería obligada a regresar a Londres y rogarle a mi padre por un techo y un plato de comida. Estoy desheredada, soy la vergüenza de mi familia y seguro que estaría más que encantado de ver cómo me arrastro por el suelo. Desde entonces yo soy el Capitán Morgan, he alimentado su leyenda, he hecho creer a todo el mundo que sigue al mando del Queen Anne's Revenge y sigo cobrandome botines para su Graciosa Majestad.
Levantó las manos de la mesa y enfrentó al conde en un duelo de miradas.
— Sé lo que significa el honor para ti, y sé que he traicionado tu confianza. ¿Me arrepiento? no, volvería hacerlo de encontrarme en una situación similar. Pero créeme, mi intención era contártelo, porque lo que sí es verdad es que quiero joder a Randulf, por hundir una parte de mi vida, por mandar a la mierda mis opciones de libertad, la vida que siempre quise hundida en tu bahía. Y luego... bueno. Henry sólo se movía por su codicia y su gloria personal. Pero tú realmente eres mejor monarca que el rey Jorge y ese miserable de Randulf, tú te preocupas de la gente...eso es nuevo para mi. Me diste una oportunidad sin pedir nada a cambio y... es desconcertante.
Última edición por Danielle Morgan el Dom Sep 10, 2017 1:19 pm, editado 1 vez
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Hoist the colours. (privado)
Nos quedamos solos, mis ojos seguían fijos en ella mientras la yema de su dedo de deslizaba por la carta de navegación posiblemente intentando encontrar otra escusa que me pudiera tragar.
Ladeé la sonrisa cuando lo reconoció sin mas, sus ojos claros se fundieron en los míos buscando mi redención, como si la necesitara.
Quizás era un necio pero creía en su arrepentimiento, aunque para mi la palabra dada era importante.
-Vivimos en un mundo donde el engaño, las patrañas y las traiciones conforman al “mejor” hombre. Se dice lo que el otro quiere oír, sin darte cuenta que una mentira lleva a otra y finalmente las palabras dejan de tener valor.
Mi palabra tiene valor, mi honor tiene valor. Cuando llegaste te di mi palabra de protegerte, de darte cobijo, es mas puse en tus manos aquello que mas quiero en este mundo, mis hijos.
Puedo entender que cuando llegaste a mis tierras y tu barco fue hundido pensaras que tu única opción era hacerte pasar por la mujer del capitán, volver a tu antigua identidad.
Entiendo tu embuste aunque te aprovechaste de mi buena fe y me hiciste enviar hombres en busca de ese hombre que durante tiempo no hemos dejado de intentar hallar sin suerte ¿como tenerla verdad?
Pero...pasados los primeros días, semanas, al verme llegar herido por defender al prójimo ¿no fuiste capaz de pensar que la verdad era lo adecuado en nuestra nueva situación de confianza y complicidad?
Hice una pausa para dar un trago a mi copa de ron, mis ojos buscaron los ajenos cuando dijo que no estaba acostumbrada a tipos como yo, que para ella era algo nuevo.
-No olvido lo que has hecho por Akershus, gracias a ti los falsos druidas no dieron un golpe en mi hogar, gracias a ti los campesinos que se ahogan en la inmundicia por los impuestos que Randulf le imponen podrán llenar sus graneros con grano para el invierno, podrán dar de comer a sus mujeres e hijos.
Este botín ayudará la norte a sobrevivir y esto te lo debo a ti.
No soy un necio, me mentiste, puede que lo hicieras por miedo o simplemente porque no conocías el valor de abanderar la verdad, pero lo que si sé, es que un acto no puede nublar mi juicio sobre ti cuando estas ayudando al norte, ayudándome mi.
Me acerqué a ella, deslizando mi dedo por la zona costera donde su barco había sido hundido, quería usar parte del botín, su parte para reflotarlo, era justo.
-Te ayudaré, creo que te equivocas en una parte, la tripulación.
Aseguras que aquel que lucha por un botín se deja mas la piel que uno que lo hace por honor, por libertad, por su familia, por sus tierras, por la sangre que corre por sus venas.
He visto hombres, demasiado derramar su sangre en el campo de batalla hasta expirar su ultimo aliento, hombres que no eran grandes guerreros, que no habían sido forjados por el acero, pero que al final del día luchar era todo cuanto les quedaba si querían un norte libre.
He visto mercenarios correr para no perder la vida, es lógico ¿si la pierdes vas a cobrar el botín?
Ladeé la sonrisa atrapando su mano que había quedado junto a la mía sobre la carta de navegación.
-Te ayudaré, pondré a mi ejercito para proteger a tus hombres que reflotaran el barco, tienes mi palabra, es mi forma de darte las gracias y sin promesas, una vez tu barco este anclado en nuestras tierras podrás decidir partir alimentando así la fama del capitán o por el contrario...continuar a mi lado, siendo simplemente tu, Danielle, una capitan pirata que ayudó a mantenerse libre al norte.
Al final puede que tu también puedas ser Robin Hood -bromeé guiñándole el ojo antes de soltar su mano.
Ladeé la sonrisa cuando lo reconoció sin mas, sus ojos claros se fundieron en los míos buscando mi redención, como si la necesitara.
Quizás era un necio pero creía en su arrepentimiento, aunque para mi la palabra dada era importante.
-Vivimos en un mundo donde el engaño, las patrañas y las traiciones conforman al “mejor” hombre. Se dice lo que el otro quiere oír, sin darte cuenta que una mentira lleva a otra y finalmente las palabras dejan de tener valor.
Mi palabra tiene valor, mi honor tiene valor. Cuando llegaste te di mi palabra de protegerte, de darte cobijo, es mas puse en tus manos aquello que mas quiero en este mundo, mis hijos.
Puedo entender que cuando llegaste a mis tierras y tu barco fue hundido pensaras que tu única opción era hacerte pasar por la mujer del capitán, volver a tu antigua identidad.
Entiendo tu embuste aunque te aprovechaste de mi buena fe y me hiciste enviar hombres en busca de ese hombre que durante tiempo no hemos dejado de intentar hallar sin suerte ¿como tenerla verdad?
Pero...pasados los primeros días, semanas, al verme llegar herido por defender al prójimo ¿no fuiste capaz de pensar que la verdad era lo adecuado en nuestra nueva situación de confianza y complicidad?
Hice una pausa para dar un trago a mi copa de ron, mis ojos buscaron los ajenos cuando dijo que no estaba acostumbrada a tipos como yo, que para ella era algo nuevo.
-No olvido lo que has hecho por Akershus, gracias a ti los falsos druidas no dieron un golpe en mi hogar, gracias a ti los campesinos que se ahogan en la inmundicia por los impuestos que Randulf le imponen podrán llenar sus graneros con grano para el invierno, podrán dar de comer a sus mujeres e hijos.
Este botín ayudará la norte a sobrevivir y esto te lo debo a ti.
No soy un necio, me mentiste, puede que lo hicieras por miedo o simplemente porque no conocías el valor de abanderar la verdad, pero lo que si sé, es que un acto no puede nublar mi juicio sobre ti cuando estas ayudando al norte, ayudándome mi.
Me acerqué a ella, deslizando mi dedo por la zona costera donde su barco había sido hundido, quería usar parte del botín, su parte para reflotarlo, era justo.
-Te ayudaré, creo que te equivocas en una parte, la tripulación.
Aseguras que aquel que lucha por un botín se deja mas la piel que uno que lo hace por honor, por libertad, por su familia, por sus tierras, por la sangre que corre por sus venas.
He visto hombres, demasiado derramar su sangre en el campo de batalla hasta expirar su ultimo aliento, hombres que no eran grandes guerreros, que no habían sido forjados por el acero, pero que al final del día luchar era todo cuanto les quedaba si querían un norte libre.
He visto mercenarios correr para no perder la vida, es lógico ¿si la pierdes vas a cobrar el botín?
Ladeé la sonrisa atrapando su mano que había quedado junto a la mía sobre la carta de navegación.
-Te ayudaré, pondré a mi ejercito para proteger a tus hombres que reflotaran el barco, tienes mi palabra, es mi forma de darte las gracias y sin promesas, una vez tu barco este anclado en nuestras tierras podrás decidir partir alimentando así la fama del capitán o por el contrario...continuar a mi lado, siendo simplemente tu, Danielle, una capitan pirata que ayudó a mantenerse libre al norte.
Al final puede que tu también puedas ser Robin Hood -bromeé guiñándole el ojo antes de soltar su mano.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Hoist the colours. (privado)
Escuchó atenta todas y cada una de las palabras de Höor. Ella había seguido la estela de Henry Morgan, aplicando su mismo código y sus mismas leyes a bordo, simplemente continuando con su legado asumiendo su papel, pero la piratería estaba en declive, ella lo sabía, durante dos siglos fueron los reyes del mar pero su tiempo se acababa.
Después de que el Tratado de Utrecht fuera firmado, el exceso de marineros entrenados sin trabajo fue tanto una maldición como una bendición para los piratas. Inicialmente la abundancia de hombres aptos había aumentado el número de piratas existente de manera significativa. Esto llevó inevitablemente al saqueo de más naves, que puso un límite al comercio de las naciones Europeas. Estas respondieron mejorando sus propias naves para proteger a los comerciantes y cazar piratas. El exceso de marineros significaba que también había mucha gente apta para ser reclutada en las embarcaciones nacionales. Ese tipo de vida acabaría pronto y tenía que buscar un plan B.
Tomó un pequeño librito de un cajón, era el código pirata redactado por Bartholomew Roberts y se lo mostró a Höor. En él estaban escritas la leyes de abordo:
I. Todo hombre tiene voto; tiene derecho a provisiones frescas o licores fuertes, y si le corresponden, puede usarlos a voluntad, salvo en periodos de escasez o por el bien de todos.
II. El botín se repartirá uno a uno, por lista; pero si alguien defrauda o engaña, el abandono en una isla desierta será su castigo.
III. No se puede jugar a las cartas o a los dados por dinero.
IV. Las luces y velas se apagan a las ocho en punto de la noche: si algún miembro de la tripulación quisiera seguir bebiendo, tendrá que hacerlo en cubierta.
V. Mantener la pistola y sable limpios y aptos para el combate.
VI. No se permiten niños ni mujeres en el barco.
VII. Abandonar el barco o quedarse encerrado durante una batalla se castigará con la muerte o abandono.
VIII. No se permiten las peleas a bordo. Se pondrá fin en la costa, a espada y pistola. Si tras disparar, ninguno acierta, se batirán con sus espadas, siendo declarado vencedor el que consiga la primera sangre del rival.
IX. Ningún hombre puede abandonar esta forma de vida hasta que haya compartido mil libras en el fondo común.
X. El Capitán y el Intendente reciben dos partes de cada botín; el maestre, contramaestre y el cañonero una parte y media; y el resto de oficiales parte y cuarta.
XI. Los músicos tienen que descansar el sábado.
— Esto es la vida pirata... no somos tan bárbaros como vosotros, dejamos que los músicos descansen en sábado.— Estalló en carcajadas y arrojó el libro por un ojo de buey.— Eso es el pasado, escribiremos una nueva página en la historia, redactaré unas nuevas reglas más acordes a tu visión, más..."Robin Höor"..— Estrechó su mano con fuerza sosteniéndole la mirada.— Gracias. No me queda nadie conocido, tan sólo esa nave y el mar, es el momento de empezar de cero y... Esto tampoco está tan mal. Además no creo que a mi padre le hiciera mucha gracia si recibo la visita de Lund en Londres, lo llevaría a tomar el té de la cinco.— le guiñó el ojo divertida.
Después de que el Tratado de Utrecht fuera firmado, el exceso de marineros entrenados sin trabajo fue tanto una maldición como una bendición para los piratas. Inicialmente la abundancia de hombres aptos había aumentado el número de piratas existente de manera significativa. Esto llevó inevitablemente al saqueo de más naves, que puso un límite al comercio de las naciones Europeas. Estas respondieron mejorando sus propias naves para proteger a los comerciantes y cazar piratas. El exceso de marineros significaba que también había mucha gente apta para ser reclutada en las embarcaciones nacionales. Ese tipo de vida acabaría pronto y tenía que buscar un plan B.
Tomó un pequeño librito de un cajón, era el código pirata redactado por Bartholomew Roberts y se lo mostró a Höor. En él estaban escritas la leyes de abordo:
I. Todo hombre tiene voto; tiene derecho a provisiones frescas o licores fuertes, y si le corresponden, puede usarlos a voluntad, salvo en periodos de escasez o por el bien de todos.
II. El botín se repartirá uno a uno, por lista; pero si alguien defrauda o engaña, el abandono en una isla desierta será su castigo.
III. No se puede jugar a las cartas o a los dados por dinero.
IV. Las luces y velas se apagan a las ocho en punto de la noche: si algún miembro de la tripulación quisiera seguir bebiendo, tendrá que hacerlo en cubierta.
V. Mantener la pistola y sable limpios y aptos para el combate.
VI. No se permiten niños ni mujeres en el barco.
VII. Abandonar el barco o quedarse encerrado durante una batalla se castigará con la muerte o abandono.
VIII. No se permiten las peleas a bordo. Se pondrá fin en la costa, a espada y pistola. Si tras disparar, ninguno acierta, se batirán con sus espadas, siendo declarado vencedor el que consiga la primera sangre del rival.
IX. Ningún hombre puede abandonar esta forma de vida hasta que haya compartido mil libras en el fondo común.
X. El Capitán y el Intendente reciben dos partes de cada botín; el maestre, contramaestre y el cañonero una parte y media; y el resto de oficiales parte y cuarta.
XI. Los músicos tienen que descansar el sábado.
— Esto es la vida pirata... no somos tan bárbaros como vosotros, dejamos que los músicos descansen en sábado.— Estalló en carcajadas y arrojó el libro por un ojo de buey.— Eso es el pasado, escribiremos una nueva página en la historia, redactaré unas nuevas reglas más acordes a tu visión, más..."Robin Höor"..— Estrechó su mano con fuerza sosteniéndole la mirada.— Gracias. No me queda nadie conocido, tan sólo esa nave y el mar, es el momento de empezar de cero y... Esto tampoco está tan mal. Además no creo que a mi padre le hiciera mucha gracia si recibo la visita de Lund en Londres, lo llevaría a tomar el té de la cinco.— le guiñó el ojo divertida.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Hoist the colours. (privado)
Ladeé la sonrisa cuando dijo que no podían ir mujeres en los barcos, mis ojos se deslizaron por su femenino cuerpo, juraría que un hombre no tenia esos prominentes pechos.
Volví a alzar mis pardos hasta sus dos mares que seguían fijos en el librito de normas piratas. Libro que no tardó en lanzar por el ojo de buey con una sonrisa.
-Haremos un código pirata bárbaro -le dije cuando me dijo que no invitaría al capitán Land a tomar té con su padre.
Me orillé a su cuerpo y alzándola de las nalgas la dejé caer sobre la carta de navegación extendida sobre la mesa de madera noble.
Sus ojos plagados de sorpresa se hundieron en mis pardos, mi hombría en su centro y una traviesa sonrisa en mis labios.
-Un código en el que tras una abordaje, llegada la victoria, pueda ser justo y necesario tomar el botín.
Ningún hombre monta a una mujer como un vikingo, no se si puedes llevarte a Land a tomar te, pero creo que podría sustituirme en esta postura muy bien -susurré contra sus labios antes de dar un paso atrás saliendo de entre sus piernas.
Le tendí la mano para ayudarla a bajar de la mesa entre risas, volví acercarme a la carta de navegación esta vez de forma bastante menos ruda.
Deslicé mi dedo por la orilla dejando quieto el dedo en una pequeña bahía, allí dudaba que hubiera tropas de Randulf, desde ahí seria fácil llegar a una aldea cercana que podría prestaros unos carros y monturas para repartir el botín entre las gentes del norte.
-¿que te parece este lugar para echar ancla? - pregunté -cerca hay una aldea, podrían sin duda prestarnos unos carros, camuflar las monedas con grano y heno repartir el botín ¿te apuntas Danielle Hood? -bromeé - Después podemos celebrar en Akhershus tu éxito, creo que a los hombres les vendrá bien una noche de borrachera después de la perdida de la piedra. Los ánimos están bajos y es importante recordar porque luchamos.
Gracias a Giuliana sabemos a donde la han llevado, la recuperaremos, es cuestión de tiempo.
Volví a alzar mis pardos hasta sus dos mares que seguían fijos en el librito de normas piratas. Libro que no tardó en lanzar por el ojo de buey con una sonrisa.
-Haremos un código pirata bárbaro -le dije cuando me dijo que no invitaría al capitán Land a tomar té con su padre.
Me orillé a su cuerpo y alzándola de las nalgas la dejé caer sobre la carta de navegación extendida sobre la mesa de madera noble.
Sus ojos plagados de sorpresa se hundieron en mis pardos, mi hombría en su centro y una traviesa sonrisa en mis labios.
-Un código en el que tras una abordaje, llegada la victoria, pueda ser justo y necesario tomar el botín.
Ningún hombre monta a una mujer como un vikingo, no se si puedes llevarte a Land a tomar te, pero creo que podría sustituirme en esta postura muy bien -susurré contra sus labios antes de dar un paso atrás saliendo de entre sus piernas.
Le tendí la mano para ayudarla a bajar de la mesa entre risas, volví acercarme a la carta de navegación esta vez de forma bastante menos ruda.
Deslicé mi dedo por la orilla dejando quieto el dedo en una pequeña bahía, allí dudaba que hubiera tropas de Randulf, desde ahí seria fácil llegar a una aldea cercana que podría prestaros unos carros y monturas para repartir el botín entre las gentes del norte.
-¿que te parece este lugar para echar ancla? - pregunté -cerca hay una aldea, podrían sin duda prestarnos unos carros, camuflar las monedas con grano y heno repartir el botín ¿te apuntas Danielle Hood? -bromeé - Después podemos celebrar en Akhershus tu éxito, creo que a los hombres les vendrá bien una noche de borrachera después de la perdida de la piedra. Los ánimos están bajos y es importante recordar porque luchamos.
Gracias a Giuliana sabemos a donde la han llevado, la recuperaremos, es cuestión de tiempo.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Hoist the colours. (privado)
Cuando Höor se pegó a ella y la levantó sobre la mesa se puso rígida, desconfiaba de todo aquel que invadiese su espacio personal y tuviera más de 5 años. Pero sus palabras cargadas de provocación consiguieron colorear brevemente sus mejillas. La adrenalina de la batalla aún corría por sus venas, pero no podía dejarse llevar por los instintos primarios, Hóor era el hombre más peligroso de todos los que allí había, pues todos le respondían a él. ¿Eso era una insinuación? ¿una broma? ¿mitad y mitad? en cualquier caso era terreno fangoso y si había algo que un pirata odiase más que la tierra, eso era el fango. Se recompuso y enarcó un ceja.
— Entonces tendré que comprobar si eso que dices de Lund es cierto.— Agarró a Höor de la pechera estrechándolo contra ella y hablándole a escasos centímetros de su cara.— si hay algo a lo que temo más que a los vientos de galerna, es la ira de una esposa.— Lo soltó y se bajó de la mesa torciendo media sonrisa risueña.— además no soy tu tipo...ya que sé que te gustan los culos más peludos. El de Lund eme lo reservo, comparte tú a Ulf con su mujer que al parecer no es celosa.
Se acercó a un armario y sacó una botella de ron a la que le dio un trago y después se la pasó a Höor que repasaba el mapa.
— Me parece bien. ¿Eso es un paso montañoso? ahí podría haber problemas, podrían emboscarnos, pero si es necesario, podemos transportar la mitad de la mercancía hasta aqui y usar el mismo sistema de carros y aldeanos para distribuirlo.— señaló otra pequeña bahía en el mapa.— además asi se expandiran los rumores más deprisa en todo el reino, no nos llevará más de medio día.
El conde le comentó las averiguaciones que había hecho la bruja y al parecer la piedra estaba en Escocia.
— Entonces zarparemos rumbo a Escocia, me conozco las Hébridas como la palma de mi mano. Mi padre empezó con los astilleros en Aberdeen, en Escocia hay más madera que en Londres y la mano de obra es más barata. Además conozco a la persona perfecta para guiarnos, un viejo amigo escocés.
— Entonces tendré que comprobar si eso que dices de Lund es cierto.— Agarró a Höor de la pechera estrechándolo contra ella y hablándole a escasos centímetros de su cara.— si hay algo a lo que temo más que a los vientos de galerna, es la ira de una esposa.— Lo soltó y se bajó de la mesa torciendo media sonrisa risueña.— además no soy tu tipo...ya que sé que te gustan los culos más peludos. El de Lund eme lo reservo, comparte tú a Ulf con su mujer que al parecer no es celosa.
Se acercó a un armario y sacó una botella de ron a la que le dio un trago y después se la pasó a Höor que repasaba el mapa.
— Me parece bien. ¿Eso es un paso montañoso? ahí podría haber problemas, podrían emboscarnos, pero si es necesario, podemos transportar la mitad de la mercancía hasta aqui y usar el mismo sistema de carros y aldeanos para distribuirlo.— señaló otra pequeña bahía en el mapa.— además asi se expandiran los rumores más deprisa en todo el reino, no nos llevará más de medio día.
El conde le comentó las averiguaciones que había hecho la bruja y al parecer la piedra estaba en Escocia.
— Entonces zarparemos rumbo a Escocia, me conozco las Hébridas como la palma de mi mano. Mi padre empezó con los astilleros en Aberdeen, en Escocia hay más madera que en Londres y la mano de obra es más barata. Además conozco a la persona perfecta para guiarnos, un viejo amigo escocés.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Hoist the colours. (privado)
Miré la bahía que me señalaba, podía servir también como ella decía, pero tendríamos que retroceder para suministrar parte del botin a la otra ciudad que se encontraba al otro lado del paso.
-No es un paso muy transitado, puede que puedan emboscarnos, pero lo dudo, es zona de Trolls, no es que los asaltantes de caminos elijan tierras tan complicadas y por allí no suelen pasar grandes fortunas como podrás imaginar. E riesgo no compensa a las ganancias.
Señalé con el dedo otra zona, un paso lago mas largo, peor sin duda mucho mas utilizado, aquí hay menos trolls, pero sin duda mas asaltantes de caminos, claro que perderíamos día y medio en recorrerlo, no vale la pena.
Volví a señalar la primera bahía con el gesto serio.
-Ahí anclaremos el barco, descargaremos el botín y lo trasportaremos por el paso... en la ultima aldea dejaremos los carros y a caballo acabaremos el recorrido en Akershus.
Hablamos después de la visión de la bruja, tras la fiesta pondríamos rumbo a Escocia para recuperar la piedra de los Druidas.
Ladeé la sonrisa cuando me dijo conocer esas tierras como la palma de su mano.
-¿Hay algo que no conozcas? -bromeé con cierta diversión.
La puerta se abrió Lund la atravesó con porte sobrio, con esa cara que ponía cuando una mujer le gustaba.
Aparté la mano del mapa que se plegó de inmediato, mi mirada se fundió con la de la pirata un instante antes de dar un ultimo trago a la botella de ron.
Botella que estampé en el pecho del general cuando pasé por su lado, con un gesto de asentimiento me despedí de este.
-Voy a ver como van mis hombres en la cubierta, de seguro han empezado a repartir la cerveza.
Cerré la puerta al salir del camarote, sabia cuando lo correcto era dar paso a otro en el intento y este era ese preciso momento en el que mejor dejar las cosas como estaban y no complicarlas.
Arriba la fiesta estaba montada, pronto Kala me dio una de las jarras, fría refrescaba mi garganta.
Los gritos de victoria de seguro llegarían a nuestros dioses, era hora de celebrar al menos durante parte de la noche.
-No es un paso muy transitado, puede que puedan emboscarnos, pero lo dudo, es zona de Trolls, no es que los asaltantes de caminos elijan tierras tan complicadas y por allí no suelen pasar grandes fortunas como podrás imaginar. E riesgo no compensa a las ganancias.
Señalé con el dedo otra zona, un paso lago mas largo, peor sin duda mucho mas utilizado, aquí hay menos trolls, pero sin duda mas asaltantes de caminos, claro que perderíamos día y medio en recorrerlo, no vale la pena.
Volví a señalar la primera bahía con el gesto serio.
-Ahí anclaremos el barco, descargaremos el botín y lo trasportaremos por el paso... en la ultima aldea dejaremos los carros y a caballo acabaremos el recorrido en Akershus.
Hablamos después de la visión de la bruja, tras la fiesta pondríamos rumbo a Escocia para recuperar la piedra de los Druidas.
Ladeé la sonrisa cuando me dijo conocer esas tierras como la palma de su mano.
-¿Hay algo que no conozcas? -bromeé con cierta diversión.
La puerta se abrió Lund la atravesó con porte sobrio, con esa cara que ponía cuando una mujer le gustaba.
Aparté la mano del mapa que se plegó de inmediato, mi mirada se fundió con la de la pirata un instante antes de dar un ultimo trago a la botella de ron.
Botella que estampé en el pecho del general cuando pasé por su lado, con un gesto de asentimiento me despedí de este.
-Voy a ver como van mis hombres en la cubierta, de seguro han empezado a repartir la cerveza.
Cerré la puerta al salir del camarote, sabia cuando lo correcto era dar paso a otro en el intento y este era ese preciso momento en el que mejor dejar las cosas como estaban y no complicarlas.
Arriba la fiesta estaba montada, pronto Kala me dio una de las jarras, fría refrescaba mi garganta.
Los gritos de victoria de seguro llegarían a nuestros dioses, era hora de celebrar al menos durante parte de la noche.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Hoist the colours. (privado)
Höor se marchó y entró el general Lund con su habitual cara de pocos amigos, que luego se transformaba cuando hablaba con Danielle. Cerró la puerta tras de si.
— General...— dejó la palabra en el aire invitándolo a decir qué razones le traían por allí.
— ya he puesto a ese idiota a fregar la cubierta.— Danielle lo miró fijamente y resopló. No se merecía tampoco la mentira, pues había arriesgado su vida desde el primer momento.
— general Lund, tengo que decirle algo. Höor ya lo sabe y seguramente se lo acabe diciendo, así que prefiero contárselo yo misma. El marinero decía la verdad. Yo soy el capitán Morgan. Mi marido murió hace siete años y asumí su identidad para que no me quitaran la Patente de Corso y no tener que regresar a Londres a ser una señorita en la casa de mi padre. Mentí porque nos hundieron en tierras bárbaras y no sabía qué pasaría conmigo.
Quizás Höor reflexionó sobre el honor y el valor de la mentira pero el general con lop único que se quedó de todo aquello es que era viuda y por tanto libre. Y si Höor no la había mandado colgar, no sería él quien lo hiciera. El hombre ladeó la sonrisa y se acercó a la capitana, que dio un paso atrás, y Lund otro hacia delante, y ella otro hacia atrás hasta chocar con la mesa. El vikingo le sacaba dos cabezas y eso que ella no era bajita.
— entonces puede celebrar la victoria a la manera de los bárbaros.— la tensión sexual se podía palpar entre ellos.
— pero no se acostumbre, no siempre ganaremos y sigo siendo el capitan, en este barco las órdenes las doy yo.— una manaza tiró de ella pegándola al cuerpo de Lund.
— ¿y las órdenes son...?
No se las dijo con palabras, sencillamente lo atrajo de la pechera y lo besó. Hacía mucho tiempo que no se daba un festín de carne, en el barco nunca lo hacía porque traía problemas, así que hasta que no recalaban en tierra no tenía la oportunidad, y todos aquellosa meses en el norte había estado en dique seco. Al final de la noche comprobó que las afirmaciones de Höor sobre los vikingos eran ciertas, se sentí plenamente liberada, de regreso a su legítimo lugar y saciada de emociones y adrenalina.
Pusieron rumbo a la bahía donde habían acordado dejar la carga y transportarla en carros hasta las aldeas, el plan estaba en marcha e iba a suponer un duro golpe para Randulf. En cuanto estuviese operativo el Queen Anne unido al Stargate y el Stolt robado a Randulf, ya tenían una pequeña flotilla para seguir haciendo incursiones estratégicas. Pero hasta que eso fuera posible, pondrían rumbo a Escocia.
— General...— dejó la palabra en el aire invitándolo a decir qué razones le traían por allí.
— ya he puesto a ese idiota a fregar la cubierta.— Danielle lo miró fijamente y resopló. No se merecía tampoco la mentira, pues había arriesgado su vida desde el primer momento.
— general Lund, tengo que decirle algo. Höor ya lo sabe y seguramente se lo acabe diciendo, así que prefiero contárselo yo misma. El marinero decía la verdad. Yo soy el capitán Morgan. Mi marido murió hace siete años y asumí su identidad para que no me quitaran la Patente de Corso y no tener que regresar a Londres a ser una señorita en la casa de mi padre. Mentí porque nos hundieron en tierras bárbaras y no sabía qué pasaría conmigo.
Quizás Höor reflexionó sobre el honor y el valor de la mentira pero el general con lop único que se quedó de todo aquello es que era viuda y por tanto libre. Y si Höor no la había mandado colgar, no sería él quien lo hiciera. El hombre ladeó la sonrisa y se acercó a la capitana, que dio un paso atrás, y Lund otro hacia delante, y ella otro hacia atrás hasta chocar con la mesa. El vikingo le sacaba dos cabezas y eso que ella no era bajita.
— entonces puede celebrar la victoria a la manera de los bárbaros.— la tensión sexual se podía palpar entre ellos.
— pero no se acostumbre, no siempre ganaremos y sigo siendo el capitan, en este barco las órdenes las doy yo.— una manaza tiró de ella pegándola al cuerpo de Lund.
— ¿y las órdenes son...?
No se las dijo con palabras, sencillamente lo atrajo de la pechera y lo besó. Hacía mucho tiempo que no se daba un festín de carne, en el barco nunca lo hacía porque traía problemas, así que hasta que no recalaban en tierra no tenía la oportunidad, y todos aquellosa meses en el norte había estado en dique seco. Al final de la noche comprobó que las afirmaciones de Höor sobre los vikingos eran ciertas, se sentí plenamente liberada, de regreso a su legítimo lugar y saciada de emociones y adrenalina.
Pusieron rumbo a la bahía donde habían acordado dejar la carga y transportarla en carros hasta las aldeas, el plan estaba en marcha e iba a suponer un duro golpe para Randulf. En cuanto estuviese operativo el Queen Anne unido al Stargate y el Stolt robado a Randulf, ya tenían una pequeña flotilla para seguir haciendo incursiones estratégicas. Pero hasta que eso fuera posible, pondrían rumbo a Escocia.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Hoist the colours. (privado)
El plan fue llevado a cabo, recorrimos el paso no sin las dificultades típicas de las escarpadas montañas, trolls, desenvainado de espadas y el agradecimiento de todas y cada una de las aldeas por donde pasamos devolviendo lo que les pertenecía innegablemente a ellos.
Gracias a esto el invierno pasaría de forma mas vehemente para aquellas gentes.
Llegamos a Akershus pasada una semana desde que emprendimos viaje por las montañas, cansados pero satisfechos fuimos recibidos entre vítores por los nuestros.
Daniella cabalgaba junto a Lund medio cuerpo de montura detrás, ahora entraba en Akershus de un modo distinto, como la capitana que siempre debió ser, en mi cultura las mujeres podían ser generales, importantes escuderas, no había problema ninguno en que se les viera como guerreras.
Desmonté de un salto al llegar frente a las puertas de palacio.
Sirius y Valeska estaban cogidos de la mano de Giuliana, Fio que estaba en brazos de Ulf pataló hasta bajarse, el lobo sonrió dejándola ir mientras corría hacia mi lanzándose a mis brazos.
Revolví su pelo mientras la apretaba contra mi cuerpo, sin duda era la mas impulsiva de todos mis hijos.
-¿que me traes papa? -me preguntó buscando como siempre un arma afilada mientras yo me reia.
Era una mocosa, imprudente y con un carácter atroz, si le daba el filo de un acero acabaría decapitando a sus hermanos en uno de esos juegos.
Llegué frente al resto de mis hijos, besé le pelo de Valeska y le di un golpe con la espada a Orn en el escudo que sujetaba con una picara sonrisa mirándome como el guerrero en el que se estaba convirtiendo con los entrenamientos.
-Vas a reventar mujer -le dije a Giuliana que frunció el ceño logrando que Ulf y yo nos riéramos a su costa.
-Al sofá -le dije al lobo imitando a la bruja que de seguro me hubiera atizado con una sarten de haberla tenido a mano.
Mi cabeza y la de Ulf chocaron frente contra frente, unos golpes afectuosos bastaron.
Sirius me miraba expectante esperando su turno, así que lo alcé en brazos junto al mono que ya llevaba colgado y que luchaba por cazar el arco que pendía de mis espaldas.
-Vamos, seguro que tenéis cosas que contarme -le dije a Ulf para que me pusiera al día de lo que ha pasado.
-Supongo Danielle que te has librado de cuidar a mis bestias – le dije guiñándole un ojo mientras todos juntos nos adentramos a través del portón del castillo.
En breve partiríamos hacia tierras Escocesas, así que había que preparar los bracos, preparar las defensas del castillo para nuestra partida, pues esta vez Ulf y la bruja vendrían con nosotros.
Gracias a esto el invierno pasaría de forma mas vehemente para aquellas gentes.
Llegamos a Akershus pasada una semana desde que emprendimos viaje por las montañas, cansados pero satisfechos fuimos recibidos entre vítores por los nuestros.
Daniella cabalgaba junto a Lund medio cuerpo de montura detrás, ahora entraba en Akershus de un modo distinto, como la capitana que siempre debió ser, en mi cultura las mujeres podían ser generales, importantes escuderas, no había problema ninguno en que se les viera como guerreras.
Desmonté de un salto al llegar frente a las puertas de palacio.
Sirius y Valeska estaban cogidos de la mano de Giuliana, Fio que estaba en brazos de Ulf pataló hasta bajarse, el lobo sonrió dejándola ir mientras corría hacia mi lanzándose a mis brazos.
Revolví su pelo mientras la apretaba contra mi cuerpo, sin duda era la mas impulsiva de todos mis hijos.
-¿que me traes papa? -me preguntó buscando como siempre un arma afilada mientras yo me reia.
Era una mocosa, imprudente y con un carácter atroz, si le daba el filo de un acero acabaría decapitando a sus hermanos en uno de esos juegos.
Llegué frente al resto de mis hijos, besé le pelo de Valeska y le di un golpe con la espada a Orn en el escudo que sujetaba con una picara sonrisa mirándome como el guerrero en el que se estaba convirtiendo con los entrenamientos.
-Vas a reventar mujer -le dije a Giuliana que frunció el ceño logrando que Ulf y yo nos riéramos a su costa.
-Al sofá -le dije al lobo imitando a la bruja que de seguro me hubiera atizado con una sarten de haberla tenido a mano.
Mi cabeza y la de Ulf chocaron frente contra frente, unos golpes afectuosos bastaron.
Sirius me miraba expectante esperando su turno, así que lo alcé en brazos junto al mono que ya llevaba colgado y que luchaba por cazar el arco que pendía de mis espaldas.
-Vamos, seguro que tenéis cosas que contarme -le dije a Ulf para que me pusiera al día de lo que ha pasado.
-Supongo Danielle que te has librado de cuidar a mis bestias – le dije guiñándole un ojo mientras todos juntos nos adentramos a través del portón del castillo.
En breve partiríamos hacia tierras Escocesas, así que había que preparar los bracos, preparar las defensas del castillo para nuestra partida, pues esta vez Ulf y la bruja vendrían con nosotros.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Hoist the colours. (privado)
Sigue la trama aquí:
http://www.victorianvampires.com/t40187-vann-stein-privado
y después aquí:
http://www.victorianvampires.com/t40649-despertar-al-mundo-privado
http://www.victorianvampires.com/t40187-vann-stein-privado
y después aquí:
http://www.victorianvampires.com/t40649-despertar-al-mundo-privado
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Hoy no es mi día {Privado}
» When The Sun Goes Down | Privado
» Fly away-privado
» Île de Ré[privado]
» If You Believe | Privado
» When The Sun Goes Down | Privado
» Fly away-privado
» Île de Ré[privado]
» If You Believe | Privado
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour