Evangeline Ives [ID]

Datos

Nombre: Evangeline Ives
Edad: 30 años
Especie: Humana/Hechicera
Tipo de clase social o cargo: Clase Alta
Orientación sexual:  Pansexual
Lugar de Origen: San Petersburgo, Imperio Ruso

Habilidades

► PODERES INNATOS:
→ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

► EN DESARROLLO:

→ Barrera: Capacidad de generar campos de fuerza defensivos. Estos campos sólo duran temporalmente y pueden ser rotos si su oponente es también fuerte.
→ Empatía: Permite conocer los sentimientos de otras personas e intuir sus movimientos. En formas más avanzadas, permite incluso variar sentimientos ajenos o controlarlos. Funciona de manera parecida a la telepatía, pero no es tan eficiente como esta.
→ Nigromancia: Habilidad que consiste en la adivinación mediante la consulta a los muertos y sus espíritus o cadáveres. Permite controlar temporalmente a alimañas y criaturas muertas para sus propósitos. (No controla a Vampiros).

Personalidad

Posee una gran labia. En sus palabras deja entregar la elegancia, la sobriedad y lo intrigante, y suele también verse reflejado a la hora de arreglarse. La majestuosidad de su apariencia, sin embargo, puede llegar a ser mermada cuando tiene que hacer frente a su propia interioridad, y a los peligros que la persiguen. Dentro de ella existe una lucha constante por retener su personalidad e individualidad, por desentenderse de las entidades oscuras de las cuales, en ocasiones, se ve en la desesperante situación de servirles como envase, y dejarse ver a sí misma como la carcoma de una tortura que parece no dar tregua. Cuando se trata de estos episodios, tanto su mente como su cuerpo terminan doblegándose en la figura más desagradable y primitiva que nadie jamás esperaría ver de alguien así. No muchos la han visto en este estadio.

Aunque a primera vista y por su apariencia exterior parezca una mujer imponente y fría, es una persona amable y muy compasiva. Para quienes la conozcan, su rostro no será tan difícil de leer, pues se la podría definir como alguien que transparenta sus emociones, aún cuando todas estas suelan verse representadas con un sosiego casi lineal. Por lo mismo, las personas que no hayan tenido mucha familiaridad con ella tenderán a guardar cierta desconfianza con su trato.
Hoy en día, sus dones si bien pueden ser de gran ayuda para aquellos que la rodean, también puede significar cierto grado de peligro, ya que gracias a estos dones su cordura, sus relaciones y su propia vida nunca están exentas de peligro.

Historia

Si escogiéramos leer esta narrativa cronológica escrita por el puño del personaje en cuestión, nos enfrentaríamos a una dicotomía histórica innecesaria, provista por lo que alguna vez pudo ella desconocer de su pasado. Teniendo en cuenta ello, con el fin de evitar malos entendidos, se buscará resumir los fragmentos más significativos de esta, manteniendo siempre cierto grado de objetividad.

Evangeline Ives nació del triste azar entre el británico Frederik Ives y la rusa Irina Berdiáyeva, una de las hechiceras más poderosas del linaje Berdiáyev, en las afueras de San Petersburgo. Ahora bien, sería oportuno mencionar que su concepción, a pesar de no estar planeada, no guardaba el resquemor de sus padres, sino de la que bien podría considerarse su abuela materna. A diferencia de sus progenitores, la apatía de Klavdiya Berdiáyeva — Clava, según sus allegados — podía discernirse hasta en el más mínimo detalle, anteponiendo por sobre todas las cosas la doctrina ortodoxa de su cenáculo. Desde luego, engendrar a una criatura que compartiera genética con un humano, ajeno a la herencia ocultista, era un acto digno de condena.
Frederik de alguna manera temía por su hija. Era consciente de las discusiones internas que se llevaban a cabo dentro de aquel círculo; le parecía extraño que nadie haya intentado instarlos al exilio. Sin embargo, sus sospechas pudieron confirmarse cuando su Irina tomó el coraje de advertirle acerca de la truculenta moción de exterminar a la niña.
Anticipándose al evento, padre e hija conseguirían exiliarse en tierra inglesa. Su madre habría ayudado a ocultar sus paraderos a través de su magia, logrando que Klavdiya no sólo fracasará en conseguir su ubicación, sino también en ignorar la traición de su propia hija.  

A pocos meses de su nacimiento, Evangeline se encontraría viviendo en una residencia de Londres, protegida por un conjuro. En lo que respecta su crianza, sería alimentada por una nodriza negra, la cual conseguiría , de alguna manera, dar un impacto maternal positivo en su vida.
Nunca se le habló de su magia, mucho menos de su madre o de su procedencia rusa, por tanto nunca habría tenido contacto siquiera con el idioma. Crecería bajo el folclore londinense, bajo las enseñanzas de Frederik, moldeándose, a través de los años, de costumbres y modales que nunca hubiese adquirido de haberse quedado bajo la tutela de los Berdiáyev. En aquellas tierras ahora ocupaba el lugar su hermanastra, cuya existencia le era indiferente por obvias razones.
Pero aún reconociendo el esfuerzo del padre por entregarle otro tipo de entorno, podemos deducir que Frederik jamás fue del todo consciente acerca del tipo de energía que manejaba el linaje. Esto puede demostrarse cuando, pasada su primer década de vida, Evangeline comenzara a padecer lo que se creía que eran ataques de epilepsia.
Tal vez si él hubiese sabido que todo aquello iba más allá de un simple asunto esotérico, nunca se habría involucrado con Irina; incluso cuando el cariño por la mujer era evidente.

Mediante la magia negra, el cenáculo buscaba los conocimientos de antiguos espíritus y, en algunos casos, demonios. Sin embargo, uno de sus objetivos con más significancia era hallar la ubicación de Evangeline. A diferencia del pasado, su búsqueda ya no podía reducirse a un exterminio. Eventualmente, Klavdiya no sólo comenzaría a encontrar pistas de su paradero, sino también el tipo de poder que la niña había heredado; uno quizá más grande que el de su propia madre. El ansia por la muerte de la joven Ives no era nada desdeñable en la vieja, pero en ella empezaba a hacer peso la idea de usarla como un medio poderoso en futuros rituales y, con el tiempo, quizá hallar la manera de apropiarse de su energía.
El cuerpo de Evangeline comenzaría a ser invadido por los entes que los Berdiáyev solían consultar, volviendo su vida un infierno. Llegaría así el punto en el que la joven pensara en el suicidio, detonante para que una anciana de extraña procedencia apareciera en su vida.

Anelka Berdiáyeva, hermana de Klavdiya, se presentaría ante ella, precisamente no con el propósito que cualquiera pudiera imaginar. En contraste a su sangre, la mujer había escogido el propósito de la magia blanca, alejándose de su familia, jurando que llegaría el día en el que el linaje decaería bajo las manos de sus propios descendientes. En efecto, Anelka ahora se encontraba frente a una de ellas. La otra se encontraba bajo la tutela de Klavdiya, y no era nada más ni nada menos que la hermana de Evangeline.
El trabajo inicial de la extraña mujer era enseñarle su verdadera historia. Claro que esto llevaría su buen tiempo, puesto que de aquí en adelante, al sufrir un cambio de imágenes en retrospectiva de su propia vida, se empecinaría en refutar toda incongruencia que encontraba posible en relación a su pasado.

Pasarían varios meses antes de que se reconciliaria con la idea de la brujería y los orígenes de su sangre. No obstante, cuando la anciana le “ofreciera” un entrenamiento en sus habilidades, siguiendo desde luego una doctrina muy distinta al del cenáculo, se abriría mucho más con la mujer. Finalmente, el trabajo de Anelka a lo largo de los años lograría la inclinación de Evangeline por el desarrollo íntegro de sus poderes. Lograría también que se interese en conocer algún día a su hermana, con quien compartía un vínculo fuerte en lo que respecta la magia.
Tal vez sea importante aclarar que pese a tener una mayor manipulación de sus dones, nunca consiguió estar excenta de las posesiones, mismos que bien podían significar el acercamiento gradual de Clava hacia ellas.

El encuentro sucedería en tierras francesas, sitio en donde Anelka había vivido la mayor parte de su vida, una vez que Frederik había fallecido. Habría regresado junto a quien había casi adoptado como hija, a continuar (quizá finalizar) con su enseñanza.
Klavdiya lograría enfrentar luego de muchos años el rostro de su hermana, en este caso para darle muerte, quemándola viva frente a su mismo hogar. Se dice que esto último habría sido un acuerdo entre ellas, pues involucraba en algún sentido a Evangeline. Esta última, sin embargo, nunca pudo saber con exactitud el pacto entre las mujeres.

Hoy por hoy, Evangeline reside en el hogar de Anelka, el cual se supone que también está protegido. Su prioridad, o al menos una de ellas, consta de encontrar a su hermana para probar la profecía que su tutora alguna vez dio a Klavdiya.

Datos Extras

— Nunca supo qué clase de pacto hubo entre Klavdiya y Anelka antes de la muerte de esta última.

— A pesar de que el trato con la anciana era bastante áspero, Anelka consiguió encariñarse mucho con Evangeline.

— Jamás guardó rencor contra su padre por ocultarle su identidad. Por el contrario, lo cuidó hasta la última instancia en su residencia de Londres.
 
— Actualmente logra manejar los aspectos básicos del ruso.

— En el fondo aún siente un pequeño resquemor hacia la idea de conocer a su hermana. No obstante planea presentársele en un futuro no muy lejano.

— Realiza algunas horas de servicio comunitario.

— Le gusta recitar poesía cuando está sola.