Haunted Mission {Trama privada} - La llegada del mal -

Calabozos
4:00 AM

-¿Como sigue tu mujer john? Seguro que está deseando que vuelvas a casa – Un hombre comenzó a reirse, estaba patrullando junto con su compañero John por los calabozos, hoy parecia ser una noche normal al menos no tenían demasiado ruido. John solamente gruñó, su aspecto era el de un hombre desaliñado de ojos azules y aspecto brusco, siempre se habia preguntado si alguna vez habia existido alguna sonrisa en su boca o al menos que lo demostrase, porque en las horas de trabajo todas las bromas corrían a cargo de él, Miller. Miller era un hombre risueño de aspecto bonachón, tenía un cuerpo atlético que no dejaba a la imaginación debido a eso quizás había sido el que tantas veces habia sufrido la voz de los superiores...en fín, aquella no era una noche muy especial.

-¡ Chicos ! Hay una emergencia – Un hombre armado empezó a correr hacia ellos

-Joder, solo quedan 5 minutos para irnos a casa ¿que ha ocurrido elz? - Miller arqueó sus cejas sin saber que estaba pasando, Elz se paró en frente de ellos con las manos en las rodillas y la respiración completamente agitada.

-Se ha escapado, se ha escapado kyle – Aquello que habia dicho causó un bufido en John que por primera vez hablaba lo que causó que ambos hombres le mirasen

-¿Como va a escaparse? Acabamos de pasar por alli y esta todo bien – Cabreado tomó el brazo del atónico elz, no era demasiado díficil pues aunque el muchacho era atlético no podía competir con la fuerza bruta que ahora aquel hombre poseía por el simple hecho de que hubieran dicho que habia hecho mal su trabajo - ¿lo ven? - la ubicación era lejana tanto de la salida como de las otras celdas, aquel preso era demasiado peligroso.

-Ah...john...- La voz de Miller llegó sin crédito, cuando los tres pudieron ver la celda vacía

-¿P-pero que? - John empezó a mirar de nuevo por toda la celda, habian pasado hace pocos minutos por allá y todo habia ido bien incluso el idiota les habia dicho los tipicos insultos y amenazas ¿a donde habia podido ir? Fué justo cuando puso las manos en la puerta de la celda cuando todas las antorchas de aquel sitio se apagaron

-¡¡ Ayudenme!! - Elz empezó a gritar, Miller y John tomaron sus armas, pero joder, no, no podían ver nada, donde, donde demonios estaban, ¿donde estaban todos? De pronto un sonido metálico acarició el eco de aquella sala.

-¡ Argggg ! - John estaba desesperado, el aire caliente de las antorchas se habia desvanecido y tan solo habia quedado su respiración fría, agitada, no habia signos de Miller, que antes estaba a su lado, es más se habia tenido que aferrar a los barrotes debido a la perdida de equilibrio. Desesperado empezó a disparar para todos sitios empezando a perder el control, la cabeza.

-Eh...¿a donde has disparado? - La voz era suave, pero sobre todo...la conocía.

-Kyle...que...¿donde estas? ¿c-como has salido? - Se mordió los labios, Kyle, era el asesino que recien había ingresado, se sospechaba que deseaba imitar a aquellos descuartizadores tan famosos que habían existido, sus victimas, morían de una forma cruel y no tenian paz ni siquiera después de la muerte, habia costado mucho cazarle, puesto que en su día a día era un ingeniero que podia crear muchos experimentos nocivos para todo aquel que fuera un peligro para él.

-No estas en cuestión de interrogar nada – Una voz menuda hizo aparición, era ronca, se podía notar maltratada, John sintió como ahora alguien le apretaba el cuello – Hoy tu esposa cenará sola, ¿quieres que mejor le hagamos compañía? -Riendo pobremente, John, jadeó perdiendo la consciencia, queria responder, hacerle tragar algo de pólvora a ese...pero la fuerza que alguien ejercía sobre su cuello era inhumana...cerró los ojos escuchando las palabras “Esto tan solo es el principio”


¡Extra, extra! Kyle ha salido de la cárcel, se ruega que todos los que lo hayan visto comuniquen rápidamente a las autoridades

-La voz de un niño llegó suavemente hacia Lionel, quien estaba pendiente de ayudar a un anciano a recolectar la bolsa de la compra que se había caído. Pudo sentir como el anciano al escuchar las noticias empezó a temblar-

¿Está bien?

Anciano: No...ese asesino mató a mi mujer...no...nadie está a salvo si se ha liberado

-Lionel contempló como el hombre tomaba su bolsa, pedía un ejemplar del periódico y se marchaba a paso ligero, El gitano quedó simplemente suspirando, no conocía a ese tal kyle pero al parecer habia causado furor también en el campo gitano...bien, no era de su competencia. No tardó en desviar la mirada para seguir buscando algo para comer que estuviera a buen precio, era demasiado dificil buscar algo sin que los precios al día siguiente hubieran aumentado, pero aún lo era más la tarea de ver a toda la gente enfrascada en los periódicos mientras algunos se reían, otros recordaban, otros miraban a todos lados sospechosos de quien podría ser el asesino-

Todos locos

-Cerró los ojos con dolor, de pronto las cartas en su bolsillo empezaron a quemar, empezó a sentir aquel ardor y picazón que solo sentía cuando algo malo estaba a punto de ocurrir, Lionel se mordió los labios cuando sacó la primera de las cartas que tenía en su bolsillo, la palabra “muerte” le supuso que en verdad, algo malo estaba a punto de pasar-

No pueden ser mas explicitas verdad

-Quiso dejar en su bolsillo la palabra muerte pero no podía, sin saber porqué, esa carta estaba pegada a sus dedos, no podía despegarla aunque quisiera, al final tras muchos intentos consiguió despegarla. Aun extrañado de lo que habia ocurrido se fué corriendo al campamento gitano, quizás los ancianos podrían revelarle algo-

Campamento gitano

16:50

-Habia corrido todo lo que habia podido, ¿todo estaba bien? El aire enrarecido le advirtió de que era todo lo contrario. Mordiéndose los labios caminó hacia el campamento con mucha delicadeza, suavidad, pero tuvo que abandonarla en el momento que varias mujeres se escuchaban llorar, llorar con fuerza. Llegó, abriendo los ojos...5 niños muertos con las cabezas cortadas estaban justo donde la noche anterior habia ardido la hoguera de la esperanza que muchos habian encendido. Las madres se arrancaban los cabellos, gritaban, los hombres gitanos sacaban sus armas, miraban a todos lados con desconfianza-

Quien...quien ha sido

Paris

-¡Ahhh! - El grito de una mujer alertó a los viandantes que pasaban allí - ¡Mis amos! ¡Mis amos! Todos, todos muertos -La mujer, con aun el abrigo maltratado por el tiempo salió a la calle, su rostro desencajado, sus manos señalando a su casa, o la que era la casa en la que servía. No tardó en llegar un policía entrando a la casa.

-Diablos – Vió aquel espectaculo...un espectáculo que no habría deseado a nadie. Se habia disparado ultimamente muchos asesinatos, en especial dese que Kyle salió, pero lo que la gente no sabía es que también habían salido otros asesinos igual de temerarios, habian optado los altos mandos por ignorarlo y no decirlo puesto que la población de paris se vería bajo una oleada de temor, pero esto, esto iba más allá de su competencia. Esta vez, debería de actuar.

Comisaría

20:00

-¡Señor! Por favor – Todos los policias estaban reunidos, pidiendo temerosos que recibieran mas ayuda o al menos que dijeran o alertasen a los ciudadanos parisinos, el comisario solo alzó la mano. Había recibido una llamada.

-Los altos mandos no quieren ensuciarse las manos – Calló a los policias que estaban gritando “claro, y nosotros tampoco” - por eso, han puesto todo lo necesario para acabar con esto ofreciendo una recompensa.

Los policias se miraron unos a otros, era eso una buena idea, ultimamente los caza-recompensas eran mas temerarios y hacian lo que fuera un poca suma de dinero, pero el comisario actuaba raro...o eso creían los policias, pero no pudieron decir nada, porque tuvieron en sus manos unos carteles para pegar y unos sobres que entregar a las personas que habian estado observando, se pusieron manos a la obra, todo por que no querían que ninguna de sus familias sufriese, ni tampoco encusiarse las manos.

Al día siguiente.

-Lionel suspiró, no habia pasado una buena noche es más habia sido la peor, todos los hombres del campamento habian perdido la cabeza y habian registrado todo, no solo a todos sino el campo, lo que les rodeaba, en fin, que debido a su condición o les ayudaba o habria sido tachado como el asesino más próximo y aquello no era algo que le gustase demasiado se mirase por donde se mirase. Volvió su vista hacia el amanecer, era hermoso, hermoso como si de nuevo el sol quisiera ver que habia esperanza para ellos.

Lo único que deseaba era poder meterse en su cama, pero antes de poder cumplir su sueño vió que tenia una carta justo en frente de su cabaña, miró a los lados, de nuevo pensó que sería alguien diciéndole que habia sido rechazado para algún trabajo, fué lo primero que pensó al ver la pulcritud de la carta, quizás, habia salido asustado de contemplar a todos los gitanos con armas corriendo por todo el campo con deseos de matar. Pero cuando abrió el contenido, volvió a sentir el cosquilleo de las cartas en su pantalón, que parecia aumentar a medida que lo iba leyendo-

Compatriota

Debemos unirnos todos para eliminar la amenaza que se halla sobre paris.
Unos asesinos han sueltos, es nuestro deber admitir que fué un error esconder información
aunque nuestras obligaciones eran calmar a los parisinos
hemos fallado en poder lograrlo.

Por eso nos complace decir que has sido elegido para esta misión
no solo conseguirás fama de tu trabajo
sino como recompensa, nuestros superiores han decidido
ofrecerte todo lo que desees, desde un titulo con dinero suficiente para vivir
hasta incluso si deseas encontrar respuestas en tu camino.

Así que. Diríganse a la corte de los milagros. Allí, un emisario en persona se encargará de recibirles y de ofrecerles todos los documentos necesarios.

Esperamos que atienda.

Comisario.

-Lionel se mordió los labios, si eso hubiera sido visto por alguien más, estaría metido en problemas, miró todo lo que habia a su alrededor, al parecer no habia sido leido por nadie, eso creía sino habria sido el primer sospechoso de ese sitio. Dejó que el aire acariciase su cabello, volviendo luego a colocar las manos en la carta, releyéndola, una y otra y otra vez. La curiosidad le invadía ¿que habia sido elegido? Habia visto algunos carteles parecido solo que tan solo ponían “caza recompensas, es vuestra oportunidad de destacar” pero no mencionaban nada más. ¿Información privilegiada? No supo entonces, porqué con la carta en la mano fué marchando hacia la corte de los milagros con decisión, más incluso por curiosidad pero en el fondo por saber que tipo de mal se cernía sobre paris...y quien habia podido matar a aquellos niños inocentes-

Un hombre ya mayor tapado con una capucha oscura paseaba por los callejones de la ciudad con la noche bien entrada, poniendo total atencion en lo que se escuchaba por aquellos lugares. Se paro en seco, mirando fijamente un cartel pegado hace poco, agarro con firmeza una de las esquinas y lo arranco, guardandoselo inmediatamente en el bolsillo interior de la capa que lo cubria por completo. Siguio su camino apresuradamente hasta llegar a una taberna vieja y sucia donde solian ir maleantes o gente que no les importaba juntarse con ellos. Entro mirando el interior y luego de acerco con paso firme a una esquina donde habia una mesa sola. Habia dos hombres detras de la barra, el tabernero mas joven se acerco, se apoyo con las dos manos en la mesa mirando al encapuchado.

- ¿Que desea señor? - pregunto con voz cansada sin apartar la vista del sujeto.

- Un Pernod con un cuarto de agua y unas pastas para acompañar - el encapuchado habia levantado la vista hasta mirar al muchacho a los ojos y saco las manos hasta unirlas sobre la mesa, dejando ver, solo al chico, un anillo con un cruz tallada y un lobo encima de ella todo hecho de brillante plata.

El chico al ver esto asintio con la cabeza y volvio a la barra, alli hablo con el otro tabernero, mas mayor y este se acerco con el pedido, le entrego el pedido y junto a el, dos cartas. El encapuchado se las guardo, con disimulo le dio una bolsa de oro, el tabernero le dijo algunas cosas al oido y se marcho cogiendo dos pastas.

....

Ya habia amanecido, y en la mansion Lambert se inspiraba el mismo silencio de siempre. Las noches anteriores no pude descansar, la transformacion me lo impedia. Aunque estaba cansado me levante bastante pronto, me vesti y baje a desayunar llevando en mi mano la chaqueta y la capa. Habia amanecido, las criadas ya estaban despiertas y me daban los "buenos dias" conforme me las encontraba. Llegue a una sala donde habia una hermosa mesa blanca con detalles en dorado y me sente, acomodandome en la silla y esperando mi desayuno.

Poco despues ya me estaba tomado el te con el que siempre finalizaba mis desayuños y entro por la puerta mi criado personal, Pascal, con dos cartas y un hoja suelta en la mano.

- Buenos dias, señorito Lambert - dijo cuando estuvo junto a mi

- Buenos dias, Pascal - le dije sonriendole - espero que eso que me traes hay sean buenas noticias

- No sabria que decirle señor - me dijo dandome las cartas, las cuales observe detenidamente, despues me entrego el cartel - estan buscando a uno de los peores asesinos de Paris, Kyle, sus crimenes han incitado a otros asesinos ha mostrarse descaradamente volviendo esta ciudad un caos.

- Eso no me gusta para nada - dije mientra leia la primera carta que solo me confirmaba lo que Pascal me contaba.

- Pero, señor, ese Kyle es uno de los mayores brujos conocidos por lo que es posible que sepa como acabar con su maldicion.

Al escuchar lo ultimo que me dijo mi mente se paralizo, se quedo en blanco y yo solo acerte a soltar la carta, que acababa de leer, en la mesa.

- Eso no estaria nada mal - le dije recostandome en la silla.

- Señor, segun me explico el tabernero la segunda carta es de un tipo, un
caza-recompensas, que se la entrego la policia en persona, que es una invitacion con una hora y lugar donde se reuniran los que quieran eliminar a esos asesinos que atemorizan Paris por un recompensa - me fue explicando mientras yo cogia y leia la segunda carta - es posible que ir alli le facilite la busqueda y encuentre ayuda.

Relei la carta cinco veces antes de responder, se la di en la mano a Pascal junto con los demas papeles y me dirigia a la salida de la habitacion.

- Escucha Pascal, elimina todo eso en el fuego - le dije tranquilamente y sali volviendo a mi habitacion.

Cuando llego la noche me vesti con ropas comodas que me permitieran moverme, no sabia lo que me esperaba alli asi que mejor seria que pudiera pelear, como es de persona sensata no podia llevar lujosas ropas seria un loco suicida si llevara cosas asi, tambien me coloque una tela que me cubria toda la cabeza y la cara, menos los ojos. Fui al armario de las armas que habia en mi habitacion cogiendo mis dos mejores espadas, unas hermosas falcatas capaces de cortar cualquier parte de un ser humano de un solo golpe, una daga trabajada, traida desde Oriente, que me acomode en la bota derecha y una pistola que me coloque en la parte trasera de los pantalones sujetada por el cinturon, donde ademas llevaba un saquito de polvora y otro de municion, y tapada por la chaqueta.

Aun sin estar transformado, mi agilidad y fuerza se mantenian, a parte de mi olfato y oido, por lo que no me fue dificil salir de la mansion y asi marche al lugar donde se iba a realizar la reunion.

Los días no pintaban diferentes a otros a excepción de la extraña esquizofrenia que había azotado a la gente de París, había recibido un día anterior zendo bofetón en la mejilla del cual aun exponía delineado con rojo y morado la osca mano del hombre que habia osado llamado ladrón y compatriota de asesinos. Había tenido que correr por más de un cuarto de hora hasta que se sintió a salvo escondido entre edificios viejos y estrechas calles, alla, donde los mendigos y gente sin hogar prendían tarros con fuego y se calentaban con periódico y mantas viejas, retazos de tela de sobrantes y almohadas hechas de pares de calcetines.

-¿han escuchado ustedes lo que se dice de aquel Kyle?- había escuchado la voz de un hombre escualito y de mejillas absorbidas por el hambre, la curiosidad le había obligado a acercarse con los pies descalzos y la ropa vieja y limpia –el desgraciado a asesinado a tantas personas…al parecer la última fue una prostituta- los dispares orbes del gitanillo se abrieron de par en par asustado por aquellas palabras y sin preguntar mas nada emprendió el camino de regreso a su hogar, iría a buscar al día siguiente a su amiga y maestra de vocación prostituta.

Se encontraba pues caminando por aquel lugar que en la mañana estaba repleto de ciegos y necesitados y por las noches recobraban la vista por arte de la magia, cambiaban sus ropas y sus heridas sanaban, cantaban y saltaban al son de la música que salida de ningún lado y hacia ningún lado iba. Dejo que sus pies le guiasen por entre las calles Jeanette le habia indicado que en aquel lugar vivía y que cuando fuese le haría un pastel de vainilla para seguirle enseñando las cosas que sabia, el ahora sabia crear figuras mas grandes como humo, hacer peces de agua y hacer nacer flores con palabras. Llevaba además en su morral el libro de su abuela el cual por falta de conocimiento sobre la lectura no habia logrado descifrar, llevaba el propio, aquel que con Jeanette habia comenzado y varias baratijas que formaban en su morral un cumulo de cosas si bien para otros inservibles para el importantes e invaluables.

Trepo por una barda baja hasta subir al techo de una casa, o lo que aparentaba ser una, avanzó en silencio procurando no caer ¿Dónde se habia metido la bruja? Y sintió entonces como su pechos e agitaba presuroso ¿y si le habia pasado algo? ¿por qué no habia estado con ella? asi podría haberla protegido, mordió su labio inferior con fuerza avanzando con mayor rapidez entre las calles y sobre los techos y fue entonces que observo, entre la obscuridad con su orbe verdoso fijo en aquellas personas que comenzaban a congregarse y llegar de todos y ningun lado, pego su pecho al techo del lugar sobre el cual andaba, observando, porque quizás asi lograse escuchar algo de relevancia, su deber, descubrir que Jeanette estuviese bien.

off
me dijo Edmundo que se habia vuelto a abrir la trama y aqui me tienen de regreso.