Mentiras y más mentiras {Libre}

por **Judith Velázquez** Miér Sep 13, 2017 6:00 pm

En el silencio de la noche, la calma precede a la tormenta.

En cierto modo, Aileen Kyrgiakos estaba siendo víctima de un aprendizaje que la estaba dejando cada vez más debilitada y además de comer alimentos en buen estado su cuerpo no conseguía recuperar las fuerzas. Todo muy extraño para todo aquel que quisiera formar parte de su entorno pues todo en aquella resistencia estaba en buen estado, no obstante la rubia no parecía estarlo.

Aileen encontrándose en su recamara, removía su cuerpo intranquilo por la inmensidad de una cama en la que jamás pensó que llegaría a dormir. Ella misma decía que no se encontraba en buen estado pero en realidad era que si lo estaba. Solo que algunas veces tenía bajones de los que no lograba salir sola pero algunas veces sí que podía salir sin ningún problema. Entonces, aquella noche, esperando a que algo maravilloso e inesperado ocurriera en su vida (si ya de por si no era inesperado que se había unido a una organización rebelde que apoyaba la supervivencia de la Vampira Borishka) pero las cosas se habían quedado tranquilas y aquello le había puesto nerviosa. En su vida todo lo tenía que hacer por sí misma, su vida no había estado tan acomodada como lo estaba ahora. Vestía un vestido diferente cada día, además de la ropa de entrenamiento y el uniforme de cuero que era parecido al de los inquisidores pero con menos cruces y chorradas. También tenía cuatro preciosos vestidos para eventos elegantes y tenía más de un par de pendientes y algunos collares. Algunas veces le daba miedo ponérselo encima por si de repente todo se esfumaba sin más. Era gracioso.

*Toc* *Toc*

- ¿Si?

-Aileen, te toca ir a un sitio – dijo una voz femenina tras la puerta que por cierto también sabía que esta solo estaba fingiendo su enfermedad - ¿Te encuentras mejor?

- Si, me encuentro mejor –Aileen dijo con seguridad – Enseguida me equipo.

-Solo es reconocimiento. Han encontrado un lugar en el que lo mismo podemos abastecernos de algo de comida y armamento.

-Necesitaré a alguien de compañía. Si hay armamento sabéis que todavía no puedo cargar mucho peso.

-No pasa nada, yo te acompañaré. Estate lista en 10 minutos.

Aquella voz se fue acallando cada vez más y Aileen salía de su habitación ataviada con un traje simple de cuero con una armadura de un hombro y por encima una capa gruesa de oscura tela negra. Su cabello estaba recogido en una coleta alta y llevaba el rostro impoluto.

- Ya estoy lista. – Dijo a lo que con su compañera finalmente salieron de aquella residencia en la que se escondían, y poco a poco fueron adentrándose en los bosques, haciendo una caminata hasta el lugar al que iban a hacer un reconocimiento.