El mundo de las mentiras [privado]

por **Patricia Montalvo** Dom Mayo 25, 2014 10:07 am

El mundo de las mentiras [libre]

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Andando a solas con mi dama de compañía se me hacía acogedor y segura. Bastantes veces hemos estado acompañadas por los guardaespaldas que mi madre insiste que me acompañen a todos lados, sin ni siquiera dejarme tranquila ni un solo instante. Entonces sí que se me hacía pesado el pasear por París…o hasta donde me dejaran ir. Había pasado bastante tiempo sola, bajo la protección de mi madre y bueno, mi padre, que batallaba aun en donde quisiera que estuviera.

Constantes veces he estado al borde de cogerlo todo e ir hacia donde él estuviera peleando, pero mi madre me detenía con palabras alentadoras que se ya eran rutinarias y comenzaba a aburrirme. Los Montalvo, según ella, tenían que permanecer juntos, igual que mi tatatarabuelo vampiro que siempre se mantuvo con su linaje pese a las tempestades de la edad media.

Mis pies estaban dolidos de tanto caminar y mi cabeza iba a explotar si seguía pensando en temas relacionados sobre mi familia. Entonces, mi dama de compañía atrapo mi atención llamándome por mí un mote con el que con cariño, solía llamarme.
-Paty, observa como brillan estos diamantes...-Dijo con ternura Rosa María al cogerme de la mano para acercarme a su lado y si, era verdad. El brillo de aquellos pendientes de diamantes en forma de abanico eran realmente hermosos, embriagadores. Seguramente Mama se los compraría sin mirar el precio.
-Dios santo, ¿10,000 francos? Pero ¿esa cifra existe? –Me mostré sorprendida referente al precio. Quizás no sabía mucho de economía, pero era algo descabellado para unos pendientes así. ¿Estarían hechos de alguna materia poco común? –Rosa María, la tentación es mezquina. No adornes con halagos a algo que perderá su brillo con el tiempo…-Con aquello dicho le sonreí y la tome del brazo haciendo que nos apartáramos del escaparate.

Enseguida, cuando anduvimos unas calles más al norte, descubrimos la catedral de Notre Dame en todo su esplendor y después me imaginé a mí misma en el interior con un vestido blanco, con alguien a quien no conocía y ni siquiera he visto -…No quiero casarme…con alguien que ni siquiera conozco. –Mostré mi desilusión por la boda concertada, me senté en un banco que había cerca y mi rostro se convirtió en uno triste e inseguro. Yo no quería ningún otro hombre que no fuera mi padrino, aquel que me iba a convertir en lo que mi madre y todos ansiaban en que me convirtiera. Un ser que solo mataría por sobrevivir, que solo se tomaría la vida a la ligera.

11:45 – Norte de París – Patricia Montalvo / ¿?

Lumsx

por **Walter Bastien Courcelle** Dom Ago 17, 2014 6:04 pm

Algunos deseábamos tener alma de niño toda la vida, ser eternos y nunca sentir que nuestra vida había acabado. Las responsabilidades eran algo que dañaba la hermosura de la vida, muchas personas creían que era la forma correcta de mantener una sociedad saludable, pero yo no lo creía, siempre se necesitaría gente como yo, que no deseaba seguir con esa línea de lo correcto y seguro y aventurarme a la aventura que el día podría estar dándome, aun así hay ataduras, que pueden amarrarte de pies y manos, de tal modo que no puedes escapar, pero eso viene también siendo parte de la aventura, pues debes descubrir como intentar escapar de ellas.

Había llegado ya hace unas semanas de aquel largo viaje que había hecho junto con mi prometida Shannon, había extrañado mucho a parís, mis andanzas estaban allí, en Escocia no había podido moverme mucho pues no conocía muy bien ese lugar, pero ya estaba en mi zona y como lobo que podría llegar a ser buscaba una nueva presa fresca y divertida. Se podría decir que comenzaba a amar a Shannon, me gustaba la idea de verla como mi querida esposa, madre de mi descendencia, pero lamentablemente no llegaba a ser aun lo suficiente como para llegar a ser la única mujer en mi vida. No estábamos viviendo en un cuento de hadas perfecto, debíamos aceptar los defectos de los demás y el mío era uno con el que fácilmente podría llegar a sobrevivir.

En la catedral me encontraba encantado con la arquitectura tan magistral que se había logrado en ese lugar, era un lugar emblemático para poder decir “He regresado Paris” mantenía junto a mí, celando de las miradas curiosas una libreta en blanco en donde lograba hacer trazos de cualquier cosa que lograra llamar mi atención, podría haber sido un arco en lo más alto de la catedral o simplemente una paloma posando para mí en una ventana cerca de una ventana.

A lo lejos encontré una figura magistral, no pude evitar que mis manos comenzaran a dibujar, creando trazos improvisados, mientras paso a paso me acercaba buscando, mas detalles de una joven mujer que parecía tener una mezcla de emociones en su rostro, era aquel momento, aquellas tonalidades de sentimientos mezclados en su rostro lo que hizo estar muy cerca de ella, lo cual provoco que terminara mirándome fijamente.

Al darme cuenta tuve que sonreír ampliamente ― Disculpe mi atrevimiento, no pude evitar sentirme atraído por algo tan sublime ― confesé, mientras arrancaba la hoja de su retrato y se la entregaba ― Es una mala costumbre mia, cuando la inspiración llega no puedo detenerla ― el retrato aun no estaba terminado, le faltaba algunos detalles que me hacían desear arrancárselo de las manos, ser egoísta y dejar que mi ágil memoria de licántropo terminara el trabajo en mi estudio, pero debía ser amable y caballeroso con las damas.

por **Patricia Montalvo** Dom Ago 24, 2014 5:46 am

El mundo de las mentiras [privado]

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Observe el retrato sin terminar que me había entregado aquel artista de la calle, pero también con ello se llevó parte del rubor de mis mejillas. Parecía que una parte de mí se había quedado atrapada en aquella hoja de papel y como me sentía identificada. Eterna en una hoja de papel, tenía una similitud como el destino que me esperaba si la matriarca me consideraba una vampira digna a convertirme para el clan.

Más ahora que pienso, eso hacia mama constantemente, retratarse por toda la casa, no había ningún cuadro que no estuviéramos las dos juntas. Lo que no entiendo porque lo hacía si ella ya era inmortal. Mi madre duraría para siempre, disfrutando de todo lo que le rodeaba. En cambio yo estaba viviendo en un mundo falso y diferente a como lo había planeado desde un principio. Tenía en cuenta que nada de lo que pasaba era culpa de los que me rodeaban excluyendo obviamente a mi familia, pero a veces me sentía tan limitada que en lugar de sentirme una persona, me sentía una muñeca de porcelana.

Me fije en aquel que aún me estaba mirando y como muestra de agradecimiento, mis labios se acercaron a una de sus mejillas poblaba de vello facial castaña, que en parte no me desagradaba -…Aquí tenéis….-Mostré unas monedas y se las di al artista que tan bien le había salido el retrato de verme reflejada como inmortal. Levantándome me quede a medio camino cuando de mi regazo se cayó el retrato, lo recogí y sacudí de polvo o de tierra, lo enrolle en silencio y solamente le dedique una última sonrisa a mi nuevo amigo – Bueno…Ha sido un placer conocerle…Sr…? –Me quede a mitad de saber cómo se llamaba cuando Rosa María me cogía del brazo para sacarme de la cercanía de aquel que me retrato, pero estaba harta de hacer lo que los demás querían que hiciera así que por una vez, no creo que pasara nada en que me quedara un poco más –Rosa María, estoy bien…por favor ve a por algo a la panadería, él me cuidara en tu ausencia….-Di otro montoncito de monedas a Rosa para que fuera corriendo.

Cuando ya vi que estaba sola con aquel desconocido artista, sonreí un poco más tranquila -.¿Cómo se llama? –Pregunte con curiosidad en voz y rostro, teniendo en cuenta que estaba con un desconocido pero, mi “desconocido” prometido al que no conozco ni he visto, sí que es un desconocido por ahora – Creo que no me conoce…mmm….-ahora que lo pensaba detenidamente no sabía si decirle mi nombre o no – Temo que no puedo decirle el mío si no me dice el suyo antes…señor….-murmure lentamente, acariciando aquellos cabellos cortos de aquel que estaba a mi lado - ¿Gusta sentarse a mi lado? –le obsequie con el detalle de si quería sentarse a mi lado. Muchos no lo habían hecho solo porque infundía respeto y fragilidad, la gente pensaba que iba a romperme si me tocaban, pero estaba albergando tanta ira hacia mi madre que prácticamente podría ser igual de venenosa con otra gente.

11:45 – Norte de París – Patricia Montalvo / Walter Bastien Courcelle

Lumsx

por **Walter Bastien Courcelle** Vie Ago 29, 2014 7:43 pm

Algunas personas podrían decirme que era un atrevido, muchas se enojaban y se sentían ofendidas por tal acto, aunque no las comprendía aceptaba lo que quisieran hacer con el retrato que les entregaba, debía admitir que prefería lograr obtener mi obra, guardarla entre los diferentes bocetos de mujeres, niños, lugares y paisajes, que llegaban en un momento de arrebato artístico, pero en ocasiones era mejor desprenderse de algunos, siempre llegaban a ser un buen recurso, con eso alguien más me conocía, veía mi trabajo y podría luego buscarme para poder obtener más de este mismo. Todo era notablemente interés, una pequeña inversión que esperaba que me proporcionara una gran ganancia a largo plazo.

Ella se había levantado, sus pies se pusieron en puntitas y alcanzo con cierto esfuerzo mi mejilla, ciertamente me sorprendió tal acción, pero solamente provoco en mí una amplia sonrisa, no me desagradaba tal agradecimiento, si esta era mi recompensa que fuera bienvenida. Mire las monedas que llegaban a mis manos, cubiertas por el polvo del lápiz, me sentía ofendido, de cierta manera, el valor de la pintura para un artista siempre seria mucho mas, pero no mostré mi desagrado, al contrario me pareció mucho más divertido de lo que esperaba, pues se lo había dado gratis y ella daba más de lo que esperaba recibir.

Le sujete su mano, la mía era tan grande comparada con la de ella, delicada, perfecta, fémina, extendida le devolví sus monedas y con una cálida sonrisa negué suavemente —Ya con la sonrisa que refleja sus ojos y el beso que me ha dado es más que suficiente — saber decir las cosas también era todo un arte para mi, ella se había vuelto a sentar, debía ser cauteloso, no me gustaba verme como un Casanova cualquiera, aunque me gustaba tener mujeres a mi alrededor, diferentes y encantadoras, comenzaba a ver el mundo algo mas distinto desde la llegada de Escocia, el compromiso con Shannon parecía más estable cada vez mas, me sentía responsable de su bienestar, no la quería dejar sola, pues sentía que debía ser su protector, aunque ella pareciera rechazar el hecho de tener una ayuda.

― Walter…— me iba a presentar cuando una mujer llego, me miro mal; tal vez con razón, yo mismo me miraría mal si tuviera algo de decencia, pero la joven le dio algunos francos y se retiro sin chistear luego de su orden — Mi nombre es Walter Bastien Croucelle ― Me senté a su lado, como ella me lo había ofrecido ― Si es imprudente que me diga cuál es el suyo, puede negarme tal placer si lo desea — sonreí suavemente ― Ya usted sabiendo cual es el mío, puede buscarme cuando lo desee ― me alce los hombros, en ocasiones era mejor no apresurar algo, que fluyeran las cosas, que vinieran cuando tuvieran que venir.

― Me encantaría poder pintarla de nuevo, espero que no se ofenda ― apresure a decir mientras detallaba ahora con mas cercanía las facciones de su rostro, sus labios gruesos, el rubor de sus mejillas, que parecían teñidas con suaves pinceladas, perfectamente posicionadas ― Debo hacerle justicia a tal hermoso y terso rostro — me hubiera encantado tocar su mejilla en busca de aquella suavidad que demostraba a simple vista, pero sería tan mal visto que hasta la misma virgen que estaba sosteniendo al nazareno se pondría a llorar sangre, era mejor mantener a los santos tranquilo o al menos fingir que respetábamos el lugar en donde estábamos.

por **Patricia Montalvo** Dom Sep 21, 2014 4:03 pm

El mundo de las mentiras [privado]

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-Lo que me molesta de verdad es que piense usted también en que si me va a tocar me voy a romper….y no es así…por Dios, soy una muchacha inexperta quizás puedo aparentar pero no me voy a romper porque me toque…con esas manos tan sucias y…parecen que están heridas – Alarmada tome las manos ajenas para poder examinarlas detenidamente y para mi alivio solo las vi sucias de tanto trazar líneas en un lienzo – Busco pintores que salgan del estereotipo de arte del cual siempre nos retratan…en realidad es trabajo de mama, pero parece que tiene talento…-Dije con una sonrisa que iba dirigida al artista que se llamaba Walter, pero me hizo gracia – Jajaja…Disculpa a mi dama de compañía, siempre vela por mí y reza constantemente a la Virgen de Guadalupe para que mi alma este a salvo…-negué pues diría muchos secretos

– Solo le importo demasiado…me amamantó desde bien pequeña y es como una segunda madre…-reí para soltar las manos lentamente, saque un pañuelo el cual me fui a mojarlo directamente bajo el chorro de agua fría de la fuente. Volví por mis pasos, sentándome de nuevo en el banco y fui limpiando las manos sucias del artista – Me llamo Patricia…-Sonreí para que supiera que con eso le bastaría. No sería conveniente que le revelara demasiadas cosas antes de tiempo. Seguía limpiándole las manos hasta que mi mirada de tonos pardos se cruzó con la castaña ajena – ¿Tiene esposa? –Dije, ya que sentía bajo el pañuelo el bulto sobresaliente de la alianza, coloque las manos sobre su regazo y con un ligero rubor en mis mejillas tuve que desviar mi mirada y la dirección de mi cuerpo que diera al norte, esquivándole.

La verdad no tendría por qué ser de mi incumbencia y solo estaba platicando con Walter. Le dirigí una última mirada para ver detrás de él a Rosa María que volvía con unos pasteles en una caja adornada con un lazo oscuro. Deberían ser los de Mora del Petit Café o de la esquina de enfrente del banco Eliseo. Habría caminado demasiado y era entonces cuando yo me levante para poder alejar la vergüenza de mi rostro, apartándola de Walter hasta que me recuperase y mi rubor hubiera desaparecido, pero de repente aparecieron dos muchachos de mala usanza y a mi derecha otros dos. Comencé a tener miedo e intente alcanzar a Rosa pero me cerraron el paso, después volvía hacia Walter y enseguida me cerraron el paso también. Haciendo un corralito a mí alrededor.

Sujetaba con fuerza entre mis manos el retrato que me había hecho Walter, estaba con la piel de gallina ¿Vendría Walter si se lo pidiera? Quizás fui un poco descortés con él y ahora no querría ayudarme, quizás para que aprendiera la lección pero no, por favor, estaba a punto de soltarme a lagrimas continuas –Wa…Walt ¡AH! –En cuanto quería llamar a Walter uno de los jóvenes tomaron abruptamente el bolso que tenía en la muñeca, haciéndome un poco de daño, me tiraron al suelo haciendo que en mi hombro aparecieran unos arañazos por el roce de los adoquines del suelo –Agh! –Me hacían daño –Walter…Ayúdeme…-Dije a lo mejor poco audible para que él pudiera oírme, pero Rosa intento ayudarme, no le fue quitado su bolso pero la tiraron al suelo -¡ROSA! –Grite alarmada, era una persona de unos cincuenta y pocos recién cumplidos, estaba mayor -¡Esta mayor! Déjenla!
-¿La dejamos jefe? La muchacha se ve de buen ver y podemos dejar a la vieja chocha que se pudra…
-Jajajajaja En verdad es demasiado hermosa para dejarla pasar…-Escuche decir a uno que parecía el líder, mirándome, estudiándome como si quisiera tocarme con esas mugrientas manos.
-Déjeme ir…le daré lo que sea…-Roge clemencia, vi un poco de tierra a mi lado, uno se abalanzo hacia mí y enseguida me defendí tirando la tierra a los ojos de este, se cegó, se quejó y yo tuve una oportunidad de ir hacia Rosa para poder ayudarla a levantarse. Estábamos indefensas pero al menos estábamos juntas.

11:45 – Norte de París – Patricia Montalvo / Walter Bastien Courcelle

Lumsx

por **Walter Bastien Courcelle** Sáb Oct 25, 2014 8:27 pm

“No existe la tragedia, sino lo inevitable. Todo tiene su razón de ser: solo se necesita distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo. ¿Que es lo pasajero? Lo inevitable - ¿Y lo definitivo? Las lecciones de lo inevitable.”
— Paulo Coelho

Era una mujer linda, debía admitirlo, fácilmente lograría atrapar la atención de todo aquel que la mirase. Era totalmente atenta, deje que limpiara mis manos aunque no fuera realmente necesario, pero me gustaba ver como sus manos interactuaban con la mía. Aunque quisiera esconderlo no podría, debía tenerlo puesto, si me lo quito Shannon se enteraría, aunque solamente fuera por unos simples cinco minutos, ella lo sabría. — En proceso —dije en un suspiro pesado. No me molestaba decir que podría llegar a casarme, pero cuando estaba frente a una bella dama normalmente se cohibían y parecían alejarse. En ocasiones me preguntaba si la bruja había puesto en mi alguna clase de hechizo que evitara que se acercara alguna dama a mi presencia.

Y parecía que iba a ser igual con aquella jovencita, quien se retiraba para poder evitar cualquier otro inconveniente. Tal vez se veía mal que estuviera hablando con un hombre comprometido, yo lo comprendía, pero era simplemente molesto. No obstante algo extraño paso, un grupo de hombros pareció atravesarse en su camino, la cubrieron, dejándola totalmente rodeada. Qué problema con estos bandidos de hoy en día, que se precipitan al momento de robar, parecían simples principiantes o tal vez podrían estar muy desesperados por dinero.

La joven Patricia me había llamado para auxiliarla ¿Por qué no me movía de mi asiento? Sería fácil levantarme y agredir a cada uno de aquellos hombres, pero habría un problema. Mi condición se vería reflejada ante los ojos de personas inteligentes, tenía la sensación que captaría rápidamente que un ser sobrenatural estaba en la casa de dios y eso no me convenía. Mi cuerpo tardo de responder gracias a la prudencia que mi cerebro lograba tener, eso lo congelaba, pero no pude mas, estaba totalmente furioso por el trato tan descortés por una linda dama.

— ¡Señorita Patricia! —me apresure hasta llegar al lugar. Ella trataba de proteger a su nana, como toda una valiente. Uno de los hombres quiso detenerme con un golpe, pero fácilmente lo esquive y pude llegar a ellas para protegerlas — ¿! Que están tratando de hacer !?— Exclame notablemente molesto —Búsquese a alguien que se pude defender al menos —uno de ellos; al parecer el líder. Se me quedo mirando detenidamente a los ojos, había cierta guerra interna que parecía estar combatiéndose solamente con nuestro mirar, aunque sus secuaces estaban ansioso por “partirme la cara” como muchos le prometían hacerlo, el simplemente se negó a dejarlos hacer tal cosa.

Termino retirándose, junto con todos los demás sin saber exactamente qué había pasado. Por suerte era un hombre inteligente y con experiencia para saber que todo eso quedaría mal para ellos si se atrevían a seguir. Cuando me sentí seguro, ayude a Patricia y a su nana a levantarse, sujete con cuidado a la jovencita, ayudándola con un firme agarre en su cintura. — ¿Se encuentra bien? —pregunte soltándola lentamente de mi agarre para dejarla respirar. No quería hacerla sentir nuevamente incomoda — Debe tener más cuidado, señorita —mire el papel arrugado en sus manos, era el pequeño retrato hecho a lápiz. — No se preocupe por el — le dije para que no le diera mucha importancia a la obra ya dañada — Gracias a este incidente, podríamos vernos otra vez para pintarle un retrato muchísimo mejor ¿No le parece? — dije sonriendo para animarla un poco.

por **Patricia Montalvo** Mar Nov 04, 2014 6:07 pm

El mundo de las mentiras [privado]

♥

Todo pasó tan rápido que no sé cómo finalizo todo.

En el momento en que Walter nos ayudó, me quede escuchando sus palabras con atención y me fije en mi muñeca. No me dolía pero me molestaba. Me quede en silencio mientras pensaba la respuesta, mirándole a los ojos pero en ese momento recordé el momento de miradas intensas entre él y el líder de aquellos bandidos. No dije nada, pero mi curiosidad despertó el sentimiento de que se conocían y del modo que esquivó al ladrón en la manera en que venía me hizo que pensar. Pero me callaría mis opiniones para no parecer una histérica post-ataque – Esta mañana y no hace ni cinco minutos nos has salvado de un grupo de ladrones…-Fui acercándome lentamente a él hasta quedarme cara a cara, centímetro a centímetro de su rostro.

Pase con el dorso de mi mano por su mejilla hasta sus cabellos para echarlos por detrás de la oreja – Y te lo agradecemos por la destreza que has tenido en solventar el problema…-Bese su mejilla lentamente y separe distancias un poco y seguía sonriendo, en paz de que ninguno había salido ileso – Y la verdad, yo nunca podría moverme tan bien como tú has hecho ¿Te importa que nos tuteemos? Creo que no hace falta ya después de lo que ha pasado ¿O te sientes incomodo si te hablo de a tu? –Ladeada la cabeza tenía mientras le interrogaba, pero note, que Rosa me tiraba de mi brazo izquierdo avisándome de que seguramente tendríamos que irnos y bueno, podría decirse que sí, que aquí ya no hacemos nada en particular.

-Esta es mi dirección…-Le tendí una elaborada tarjeta de visita con mi dirección escrita en tinta oscura. Ahí estaba la dirección y esperaba que se presentase – Si gustas…puedes venir mañana….-Lamí mis labios por pura impaciencia, queriendo que él reafirmase el asentimiento y la afirmación de que mañana le vería de nuevo – A eso de las…¿Cinco de la tarde? –Pregunte para que mi madre no se presentase y pudiera estar a solas con Walter pintando algo, en un lienzo blanco y con pinturas extremadamente caras – Dígame que material necesita para emplear en la nueva obra que vaya a hacer y así agilizar la cosa ¿No te parece? – Creo que estaba hablando por mí misma que por las necesidades que tuviera Walter. Este nerviosismo era inútil y recién me dijo que estaba prometido. Solo le diría de pintar el retrato de lo que yo quisiera o bueno, dijo que quería repetir el retrato.

Ahora el silencio volvía a reinar entre ambos y sin darme cuenta me había acercado a él y tenía las puntas de mis zapatos cerca de la de los suyos. Trague saliva nuevamente y al levantar el rostro le mire con firmeza – Creo que me acerque….un…un poco….-Tartamudee…¿Pero porque? Walter tenía algo que no sabría que podría ser –Mañana no hay luna llena….-Tape mis labios como si le hubiera insultado, tenía en mente decirlo pero no en alto, solo quería quedármelo para mi cabeza – Lo siento…-Murmure antes de salir de allí, de tomar de la mano de Rosa y salir corriendo hasta girar una de las esquinas, saliendo del campo de vista de Walter.

11:45 – Norte de París – Patricia Montalvo / Walter Bastien Courcelle

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