Can I find my way to you?

por **Ezequiel O'Claude** Miér Sep 27, 2017 2:48 pm

"An hour glass we can't rewind,
Holding back the life that I've been at for so long".

¿Por dónde empezar? El cambiante había estado mucho tiempo fuera, perdido entre caminos sombríos y mañanas vacías, frías como las últimas miradas que aún conservaba como estampas en su retina. Los días se habían transformado en meses, y esos meses en qué ¿casi un año o más? La verdad él hace mucho que había liberado la cuenta, sabía que atarse a sus ansias de volver ahí, no le llevarían de regreso, ni a París... ni a sus brazos.
Había mentido y lo sabía, como también conocía las consecuencia de ello, más no podía hacer mucho para remediarlo, quizás ni siquiera tendría la oportunidad. Entonces, ¿para qué retornaba?.. Solo él conocía esa respuesta, y aunque no sería capaz de mencionarlo en voz alta, bien sabía que ya había quedado expuesto más de una vez.

Ezequiel se encontraba sumido en sus propios pensamientos, llevando esta inevitable batalla contra sus diferentes ideales. Estaba claro que buscaba la paz que había perdido hace un tiempo, una paz que no yacía en un lugar, sino en un alma. Contradictorio sería el decir que esa misma alma también conseguía revolver su mente, llevándolo a convertirse en esclavo de sus malditos sentimientos, esclavo de esos ojos infinitos que le invitaban a ceder.
- Tú lo quisiste así, idiota.- se dijo en voz alta, al recordar aquellas noches en vela que pasaba contemplando la figura femenina. Ahora todo parecía tan lejano, y eso sin dudad, era lo que le estaba matando.

No podría arrepentirse de lo que había vivido, eso no se lo cuestionaría. Aprendió bastante y se abrió a la posibilidad de sentir más allá de una obsesión enfermiza, comprendió el verdadero significado de lo que significa.. ¿Amor? Y de pronto comenzó a sentir el peso de lo que se había escurrido por sus dedos. Nada podría devolverle aquel sentimiento, o al menos por su parte ya se había cerrado a aquello.

Sus pasos se detuvieron entre los matices de agua y tierra. Se encontraba abatido aunque su semblante mostraba todo lo contrario, uno serio y prácticamente vacío, indescifrable. Y se dejó vencer, cayendo sobre sus rodillas, llevándose ambas manos a su rostro, su cabello, revolviendo el mismo con sus dedos.
- No lo soporto.- pensó, sintiendo como aquel punzante dolor en su pecho se iba intensificando.
Aquel aroma dulce y embriagador, aún podía sentirlo en el aire. Ya comenzaba a sentirse demente frente a sus deseos, ya no luchaba, feliz se entregaría a la demencia por volver a verla.

Exhaló sin fuerzas, alzando su mirada a Selene, misma que se hallaba hermosa y brillante en el cielo nocturno. En silencio le pedía que se llevara el dolor de una vez, los recuerdos, los momentos, los sentimientos, el castaño no estaba dispuesto a continuar así, no podía.

Imprudente, no existe mejor descripción a los actos que tuvo después de eso. Lo hizo lento, casi pidiendo autorización al cielo. Se fue desprendiendo de sus ropas, dejándolas a un costado de él, dando así, sin reparo alguno, el paso a su piel más fuerte. El lobo.
Aulló con desgarro a la misma luna, ella que había sido su espectadora en los momentos más fortuitos, y ahora... su única y silenciosa compañía.

por **Sylvana Di Angelo** Sáb Oct 07, 2017 1:30 am

El sonido de un aullido le hizo dar una vuelta sobre si misma en el aire, confundida y a la expectativa aun cuando sabia que no podria ser vista.

Habia estado siguiendo la pista de un inquisidor, pero al perderle de vista solo un momento no logro encontrarlo de nuevo. Frustrada consigo misma, asumio que por el camino que estaba tomando podría estar cerca de la laguna, pero se había equivocado.

—Son tan escurridizos como ratas—pensó furiosa antes de alzar la cabeza hacia el cielo, oyendo de nuevo ese fuerte aullido, notando la luna encima suyo como una hermosa ilusión plateada.

Ella podía notar una gran tristeza en ese lamento, probablemente gracias a la intuición que aun le quedaba por su instinto animal.

Incapaz de poder irse sin saber de donde provenía, voló hacia el origen del sonido hasta que noto una figura cerca de la orilla del lago.

—Bueno, era de esperarse—murmuro para si misma al ver la silueta de un lobo.

Se acerco con tranquilidad sin dejarse ver aún, la luna reflejándose en las aguas de la laguna mientras el animal seguía inmerso en su lamento. Sylvana noto las ropas a su lado y pronto supo lo que pasaba. Los años con Odette y su propia naturaleza le habían enseñado a notar a un cambiante casi enseguida, y por eso mismo podía darse cuenta del matiz melancólico de sus aullidos, su amiga llegaba a hacer lo mismo en contadas ocasiones.

—¿Que dolor tendrá en el alma?—pensó Sylvana con cierta tristeza, sin poder evitar ese lado tan empatico que tenia con todos aquellos que mostraban un rastro de dolor en sus acciones.

Sonriendo con calidez dio algunas vueltas alrededor del cambiante, flotando boca arriba mientras contemplaba a la luna. Normalmente no se dejaba ver al principio como una fantasma, pero en ese momento le parecía de alguna forma...correcto.

—Tal vez no debería—pensó discutiendo consigo misma—. Pero si no sale como espero, el susto le dara algo diferente en que pensar.—Casi se rió por ese pensamiento. Estaba segura que no le agradecería el asustarle, pero igual quería intentarlo, nunca se había presentando desde el principio como lo que era.

Respiro profundo mas por un habito que por que lo necesitara antes de irse mostrando poco a poco en medio del lago, el olor de los lirios y el sonido de los cascabeles resonando levemente mientras su cabello se movía cerca de su cara.

Espero que su presencia fuera asimilada lo mejor posible por su acompañante antes de hacer una ligera reverencia, levantando un poco su vestido e inclinando su cabeza sin perder su sonrisa.

—Parece que algo altera su alma—dijo suavemente, mirando al lobo con una expresión amable, tratando de que el ambiente no se volviera muy frió o el afectar en las de por si tristes emociones del cambiante. —¿Podría perdonarme por importunarle? No pude quedarme sin hacer nada cuando alguien muestra tantas emociones de esa forma.

por **Ezequiel O'Claude** Miér Oct 11, 2017 1:19 pm

"I'm never backing down, cause tomorrow's a new day,
And everything can change".

Tal vez habrá sido lo ensimismado que estaba con la luna, el como batallaba contra si mismo para quitarse todo el dolor que traía encima, o sencillamente un descuido, sin importar cual fuera el caso no pudo percatarse ni sentir ninguna presencia observándole hasta cuando ya fue tarde y el aroma del ambiente tuvo un cambio brusco e inesperado.
Los ojos del lobo se clavaron en una figura que lentamente comenzaba a trazarse en el lago frente a él y por un momento creyó que definitivamente todo lo sucedido le había llevado a perder la cordura.

Observó cada detalle, incluso hasta como la oscura cabellera ajena bailaba en la brisa, y estuvo a punto de gruñirle a la irreal fémina hasta que escuchó sus palabras, y comprendió que no era su imaginación jugándole una mala pasada, ella realmente estaba ahí, ¿un espectro?
Ezequiel nunca se había topado con espíritus, pero creía en ellos y en ese momento ya podría esperarse cualquier cosa.

Avanzó unos cuantos pasos hasta ella, y se detuvo, ladeó su cabeza y buscó sus pertenencias, aún seguían ahí y estaba seguro que su nueva acompañante se había percatado de aquellas. Que grave error había cometido.
— ¿Cuándo dejarás de ser tan irresponsable? — se auto recriminó, y pasando por alto el riesgo que pudo haberle representado la situación, le dedicó una reverencia con su cabeza a la mujer. Independiente de su forma no iba a ignorar sus modales.

Estaba claro que había sido descubierto, nadie podría referirse de esa forma y con tal calma a un lobo. En ese instante tenía dos opciones, escapar lejos de ahí y mantener esa noche como un recuerdo, uno quizás muy extraño o dejarse llevar y aceptar lo que el destino le ponía en frente... Y así lo hizo.

Sus patas le llevaron hasta los pantalones que cogió con su hocico y avanzó hasta el lago, pasando por el costado de la fémina sin perderla de vista.
Dejó que el agua le cubriera por completo y solo ahí retomó su forma humana poniéndose la única prenda que llevo consigo y avanzó de vuelta.
— Está perdonada, madame, y apelaré a que su llegada a éste lugar no fue una casualidad. — agregó, manteniendo una insignificante distancia con ella mientras le hablaba.
— Debo confesarle que me siento algo... Sorprendido. —era lógico que estaba consternado y algo aturdido aún, pero si todo aquello le servía de distracción, bienvenido sea.
— Sin embargo no sabe cuanto agradezco su inaudita aparición. —

por **Sylvana Di Angelo** Dom Oct 15, 2017 5:20 pm

—Dicen que las casualidades no existen, monsieur—contesto Sylvana mientras sonreía. Estaba realmente aliviada de que su intervención no hubiera sido tomada de mala manera. Por un momento parecía que aquel hombre iba a salir corriendo con las prendas en su hocico, algo que hubiera sido bastante razonable. —También me gustaría dejar claro que no ha sido irresponsable, yo he tenido bastante contacto con los cambiantes como para reconocerlos.

La joven había notado lo tenso que se puso al verla, sus ojos expresando un gran reproche contra sí mismo, muy parecido al que sus hermanos hacían a veces cuando eran descubiertos en contadas ocasiones.

Ella también se sentía sorprendía de alguna manera. Aun en su forma de lobo fue bastante cortes con su persona, y aunque por un momento se sintió avergonzada al entender por qué se había metido al lago para transformarse, también aprecio aquel gesto de decoro.

—Entiendo su sorpresa, en realidad yo siento algo parecido—confeso la fantasma—. Se lo ha tomado mejor de lo que esperaba, sin embargo espero perdone mi atrevimiento al casi imponer mi presencia, es solo…usted se veía tan…—dudo en seguir hablando, desviando la mirada un momento—. Bueno…eran tantas emociones…conocidas.

La luna se reflejaba con bastante claridad en las negras aguas de la laguna. Casi estaba segura que su apariencia debía de ser bastante intimidante o espectral, y aun así aquel hombre no parecía cohibido por ella.

Sonrió de nuevo, riendo levemente de manera nerviosa mientras jugaba con sus manos un momento, carraspeando levemente.

—Déjeme presentarme. Mi nombre es Sylvana Di Angelo, un placer—dijo con voz suave mientras se inclinaba levemente, observándolo con curiosidad y comprensión. —Si lo desea, puede desahogarse conmigo. Siento que, de alguna manera, puedo entender el malestar que lo domina. Claro que si lo que quiere es hablar sobre otros asuntos, me encantaría participar, puede que aporte algo interesante a la conversación.

por **Ezequiel O'Claude** Mar Oct 31, 2017 7:04 pm

"The minutes rain like grains of sand,
And time is just a war that's stealing dreams from within."

La curiosidad asomaba sutilmente oscureciendo los orbes del cambiante. Cuando la sorpresa amainó, la cordura se hizo presente, surgiendo en su cabeza recuerdos de antiguas historias que en algún momento de su infancia salieron de los labios de su padre en aquella tienda que ambos mantenían a flote. Ezequiel nunca sintió que fueron lo suficientemente relevantes como para incitarlo a investigar más acerca de los espectros que se le había mencionado, puesto que claramente la objetividad jugaba un papel importante, y para él terminaban siendo solo historias.

La mano le fue torcida ante tal encuentro, siendo precisamente aquello lo último que podría haber anticipado para la silenciosa noche que cargaba sobre ellos.
Lentamente dio unos pasos hacia la figura femenina, buscando la forma más apropiada de abarcar la conversación que la mujer le ofrecía, sin duda alguna un encuentro inesperado, pero no menos enriquecedor.
— Mil disculpas.— se apresuró a contestar al oír la presentación ajena, de algún modo había pasado por alto sus modales.
— Ezequiel, a sus servicios.— agregó con una pulcra reverencia, siendo cuidadoso de no revelar su apellido, por un tema de seguridad, más que para él, para su propia sangre.
— Tal parece que fui demasiado expresivo, aún en la forma animal que dio usted conmigo, y si no es inoportuno de mi parte, me gustaría saber como le fue tan sencillo reconocer la situación en la que me encontraba, independiente de mis ropas a un costado, ¿Cómo sabe usted tanto de los cambiantes? — formuló la pregunta, y tomó un respiro, las palabras habían salido un tanto aceleradas de su boca.

Tuvo que pensar muy bien lo que haría, si realmente valía la pena continuar ahogándose en su propio pasado maltrecho o de algún modo tomar la opción que se le otorgó, dejando finalmente a un lado, o al menos por esta noche todo su pesar, y permitir que la presencia de la mujer le concediera un respiro, un escape.
— Sería un placer compartir una conversación con un ser tan intrigante como usted, y por supuesto no planeo gastar el tiempo abrumándole con mis problemas, más si éstos ya están más que condenados a no ser resueltos.— le aseguró con un tono más sosegado y resignado, en su interior sabía que la situación no cambiaría por mucho que lo deseara.
— Estoy más expectante en saber acerca de usted, ¿Por qué sigue en este mundo?, ¿Acaso mantiene asuntos pendientes o no es así como funciona? — segundo a segundo nacían nuevas interrogantes. El impacto de la presencia ajena fue solo el inicio de la situación que se avecinaba, y así como él no había sido totalmente prudente ante sus acciones, viéndolo por el lado de la fémina estaban a la par.
Sin más remedio, estaba presupuestada una noche diferente para ambos, que con un poco de suerte terminaría siendo mas que interesante.

por **Sylvana Di Angelo** Miér Nov 15, 2017 11:58 pm

Sylvana sonrió de manera un tanto enternecida ante la pregunta del cambiante. Aunque tratara de evitarlo, el hombre frente suyo parecía bastante confundido por lo rápido que había identificado su naturaleza, algo de lo que no podía culparlo.

Suspirando levemente, la mujer conservo su expresión sin que se diera cuenta, flotando de un lado a otro como si un viento invisible la guiara.

—Se tanto de ellos porque fui una cambiante—contesto la fantasma, sus ojos nublándose un poco por los sentimientos que se apoderaban de ella por momentos. —Es casi intuitivo para mí, si le soy sincera. Además, un hombre lobo no podría aullar de la misma manera como lo hacía usted.

Guardo silencio por un momento. Tanto dolor en un solo sonido parecía no ser posible, sin embargo pudo reconocerlo perfectamente. Era bastante similar a los alaridos y siseos que había dado ella cuando estuvo relativamente a salvo y el peso de la traición le cayó encima sin poder evitarlo, sin saber cómo descargar ese dolor.

Mirando la luna, lanzo una pequeña risa que casi parecía un bufido, dejando de lado esos recuerdos que pasaban por su cabeza.

—Le ruego que no me crea tan interesante, monsieur Ezequiel, así como el no suponer que sus problemas puedan quitarme el tiempo. Como ve, tengo todo el tiempo del mundo—contesto ella mientras abría los brazos, sonriendo de lado al referirse a su actual estado de fantasma.—Todo tiene solución excepto la muerte...—dijo riendo por esa frase a su parecer algo irónica, el sonido de los cascabeles replicando levemente—. Aunque incluso podemos notar que existe soluciones para evitarla a medias.

La mujer se acercó un poco más al cambiante, mirándolo a los ojos antes de negar ligeramente, divertida de alguna forma por sus preguntas.

—Si soy del todo honesta, esa pregunta parece ser bastante popular—contesto sonriendo de manera amable, quitándose un mechón de cabello de su frente. —Sigo en este mundo porque fui incapaz de desprenderme de mis seres queridos, no pude irme y dejarlos en peligro. También tengo varios asuntos pendiente con los inquisidores—dijo pensativa, cruzándose de brazos mientras apoyaba una mano en su mejilla—. Creo que mis ansias de quedarme fueron tan fuertes que…bueno, termine de esta forma.

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