Aneu the alchemist hunter

Aneu siempre muestra su lado más fuerte a todo el mundo, incluido su hermano. A pesar de tener aún pesadillas con el día en que unos licántropos acabaron con la vida de sus padres, nada la delata exteriormente del horror que vive en su cabeza.

Decidida, a veces demasiado impulsiva y confiada, son algunas de las cualidades que la hacen una estupenda cazadora. Aunque es gracias al valor que su hermano infunde en ella que superó el dolor del pasado y emprendió el camino que le llevó a ser lo que es ahora.

Le encanta leer, pelearse con su hermano para mejorar y practicar la alquimia. A pesar de ser algo testaruda, suele ceder si tiene una discusión con Saleh, aunque no cuando es con terceros.

Depende mucho de su hermano para superar los momentos en los que se pone más tensa y es que, a veces, después de una cacería, sufre ataques de ansiedad por el subidón de adrenalina que, al terminar la batalla, parece hacerla colapsar.

Cuando Aneu nació, su hermano ya tenía 9 años y por esa diferencia de edad, siempre se encargó de ella cuando sus padres debían salir a trabajar. Fue una niña dichosa y alegre, y ya desde pequeña encontró el gusto por las cosas extrañas y lo sobrenatural. Le atraían especialmente los animales exóticos y peligrosos, cosa que trajo algún susto que otro a la familia Chadwick, pero nada que dejase cicatrices o secuelas.

Creció junto a Saleh y ambos fueron instruidos para defenderse e incluso atacar si llegara a ser necesario. Ya de pequeños habían sido advertidos de los peligros que acechaban ahí fuera. Además, la única hija de la familia sentía verdadera devoción por la lectura y desde que aprendiera a interpretar las letras plasmadas en los libros que en cada momento libre que tenía se la podía ver con uno entre las manos. A menudo debía recurrir a su hermano o padres para que solventaran sus dudas sobre vocabularios más complejos, pero poco a poco fue memorizando lo que le iban aclarando e instruyéndose a sí misma a descifrar el significado por contexto.

Pero los buenos tiempos no durarían y cuando Aneu tenía 12 años, algo truncó las vidas de ambos hermanos, y ya nunca volverían a ser los mismos.

Un día, mientras ella y Saleh recogían leña en el bosque, su madre regresó sola con la cara pálida y los nudillos tan blancos que parecían huesos de apretar las manos en puños. Les fue a buscar y les escondió en el sótano. Cuando llegó su padre, cubrieron la entrada con un baúl y les pidieron que ocurriera lo que ocurriese y aunque oyeran ruidos espantosos, ni se les ocurriera moverse y menos aún salir de su escondrijo. Todo pasó muy rápido, pero algunas imágenes quedaros grabadas a fuego en los recuerdos de Aneu. Un lobo gigantesco, un licántropo, oscuro como la noche y de ojos inyectados en sangre sonriendo, casi parecía que se reía de ellos y de lo que les iba a ocurrir. Acorralando a sus padres, matándoles sin resquicio alguno de duda en sus actos. Todo quedó salpicado de sangre y sus padres destrozados en el suelo, sin aliento, sin latido. Estaban muertos, asesinados sin remordimientos. La visión de la niña se volvió borrosa por las lágrimas que ni sabía estaba derramando y después se nubló en color borgoña cuando se abrazó a su madre, llenándose de sangre toda entera. Los siguientes días no los recuerda, son una mancha blanca en su memoria, no existen.

Pasaron los años y, con mucho esfuerzo, llegaron a ser unos cazadores de renombre en Francia, afincados actualmente en París. Ostentan una tienda de antigüedades, donde Aneu usa el sótano para sus experimentos de alquimia y la fabricación de armas personalizadas para su hermano y para ella. Es la mejor manera de saber que serán efectivas, que no dificultarán los movimientos de ninguno de los dos y que servirán para aquellos seres a los que acechan.

EXTRAS:
-Tiene un tatuaje con cuatro estrellas en el omóplato derecho que simboliza a su familia, ella incluida. Es su manera de recordarles, ya que su madre siempre les decía de niños que los antepasados observaban desde las estrellas.