Age of anarchy (privado)

por Nanna* Mar Oct 10, 2017 8:39 pm

Cuando volvía de estar en secreto con mi queridísima hermana, volvía hacia la catedral donde al parecer requerían de mi ayuda. Fui hacia la catedral donde al parecer requerían de mi ayuda, de mis queridos libros y llenos de sabiduría. Sin embargo algo me entretuvo por el camino, menos mal que siempre iba armada frente a algún peligro que me acechase entre las sombras.

Cuando por fin llegué a la Catedral de Notre Drame, había un grupo de inquisidores. Yo me mantuve apartada hasta que mis compañeros inquisidores decidieran estar dispuestos a decirme que era lo que pasaba, pero sin embargo, lo que pude ver no hacía falta palabra o descripciones de lo que estuviera pasando en aquel momento. Desde el exterior podía ver que en el interior se estaba intentando calmar a un desquiciado que pensaba suicidarse con una pistola de pólvora justo hacia su corazón.

¿Qué tema podría hacerle pensar en el suicidio para que tuviera que hacerlo él mismo? La verdad, si me habían traído para una cosa así lo tendrían bastante claro. No era una mensajera ni una psicóloga, era una bibliotecaria y me gustaría volver a aquel lugar lleno de libros en el que me siento completamente segura, pero para mí alivio uno de los inquisidores me llevo hasta una tienda en donde estaban algunos de mis libros sacados de la biblioteca. Me explicaron que no podían dejar escapar al vampiro que se había vuelto envuelto en una encrucijada, de que no podía irse porque aún era de día.

Entonces ¿Para qué me habían llamado exactamente? Si podía disparar a desgarro porque me pedían permiso o simplemente que poder hacer con el otro. Solamente rodé los ojos y explicando que el vampiro no podía salir, mejor dejarlo en el interior y en un lugar concurrido donde no moleste a nadie y así poder llevárselos por la noche.

Cuando terminé mi tarea en la catedral, me dirigí hacia una cafetería en donde me tome un delicioso bollo de crema con nata, después me dirigí hacia la catedral de nuevo. El vampiro estará demasiado tiempo despierto a su hora. Era de día y estaba meramente nublado en realidad, pero de ningún modo el vampiro podría escapar con guardias e inquisidores alrededor de la catedral. Por lo que sé, cuando estaba tomándome un trozo de Bretzel, uno de los inquisidores me llamó, para cuando llegué me enteré que el vampiro quería ver a alguien listo y al parecer me toco a mí hablar con el chupasangre. Me puse un pasador en el pelo que al igual este me hacía de arma.