Terapia Musical (Allan)

por **Darina Krassimirova** Vie Nov 26, 2010 10:39 am

Llovía... Al principio me puse un poco mal porque tendría que pasar toda la tarde de nuevo encerrada en el hotel, hasta que adecentaran mi casa en París. Pero lo malo es que solo habían mujeres insulsas y aburridas,me sientia más encerrada que nunca. Entonces decidí acercarme al mundo exterior con mi terapia preferida, la música.

Estaba buscando una habitacion vacía y silenciosa y por supuesto, que tuviera un piano, un enorme piano en el que poder practicar alguna que otra melodia. Y no encontraba ninguna. Cada vez que pasaba o no había piano o si lo había personas ya sea parejitas besándose a escondidas de sus coyuges. Suspiré y musité por lo bajo que terminaría volviendome completamente loca. Y de pronto ví unas puertas entreabiertas, y de cuyo interior no salía sonido alguno. Entonces miré a ambos lados por si nadie se acercaba y una vez asegurado eso me dirigí tímidamente hacia la habitación.

Era un lugar muy grande decorado de color crema y que en cuyo centro, como mi milagro personal, había un enorme piano de cola, negro y elegante, que parecía tener un buen sonido. Era el perfecto paraíso.

Me acerqué hacia el piano, tomé la silla, y me senté. Fuera estaba lloviendo como si fuese música danzante y sonreí al verlo. Mis dedos se posaron con delicadeza, como si el piano fuesa de frágil cristal y comencé a tocar una melodía que aprendí hace tiempo, en casa de mis padres, cuando todavía no me había entregado a aquel hombre como esposa.

por **Ander Vlad** Vie Nov 26, 2010 10:48 am

Me paseaba por los pasillos de aquél hotel sin buscar nada en especial... símplemente dejaba libres a mis pies para que me llevasen donde quisieran. Me detube un instante. ¿Qué era aquella melodía?... la sonata retumbaba en mis oídos con un eco maravilloso... era una bonita canción. No sabía de dónde provenía, pero quería escucharla más de cerca.

Entré en la habitación de donde surgían aquellas notas que resonaban bailando en mi cabeza. Una chica tocaba el piano concentrada. Me quedé en el marco de la puerta, mirándola y escuchando la canción. Mi alma bailaba a su compás... hacía tiempo que no me sentía tan vivo.

Esperé a que la canción finalizase, para aplaudir. Sonreí a la chica que estaba sentada en el banco del piano mientras me acercaba a ella.

-Toca usted muy bien el piano, mademoiselle- Dije.

por **Darina Krassimirova** Vie Nov 26, 2010 4:01 pm

Cada una de las notas marcaba un punto de inflexión en mi vida. Tocar aquella canción me provocaba sentimietnos encontrados, pues aunque me daban ganas de bailar hasta desfallecer también sentía una tristeza tan profunda, que con frecuencia no podía contener las lágrimas. Gracias al cielo en aquella ocasión no me puse asi, ya que podía perfectamente entrar alguien. Con un suspiro terminé de tocar, y estaba tan inmersa en mi mundo que me sorprendí sobremanera al escuchar una voz masculina a mis espaldas.

Tan grande fue el susto que me dió el hombre que me caí hacia detrás del pequeño banquito del piano, quedando , cual cucaracha pataleando hacia arriba por culpa del abultado vestido que llevaba. Sin embargo, con una agilidad mas propia de un felino que de una dama me levanté, sonreíe hice una educada reverencia:

-Hola, señor... Siento el espectáculo que acaba de presenciar... Y muchísimas gracias por el cumplido. No hay mucha gente que piense como usted... Dicen que no toco de manera sencilla y clara... Que con escuchar tocar mi piano les invade un sentimiento, como si los controlara, y según ellos eso no es bueno...-me encogí de hombros, con una nueva sonrisa.

por **Ander Vlad** Vie Nov 26, 2010 4:23 pm

Sonreí al ver a la chica caer del banco del piano, aunque no pretendía burlarme de ella, símplemente me hizo gracia la escena. Se levantó ágilmente y se acercó a mí, hablándome. Me pareció una chica muy simpática, me había sentido cómodo con ella desde el primer momento.

-Pues a mi me ha gustado mucho la canción. La música sirve pare eso, desde mi punto de vista... para hacerte sentir cosas que no te hace sentir cualquier otra experiencia en la vida-

La miré y añadí.
-Ha sido muy descortés por mi parte no presentarme, me lamo Alan Vlad, encantado-

Hice una reverencia y le sonreí.

por **Darina Krassimirova** Lun Nov 29, 2010 9:57 am

El chico se rió, aunque no parecía hacerlo con mala intención. A mi vez, yo tambien sonreí felizmente, ya que tal vez podría tener una conversación que no fuera con un estirado ricachón. Escuché lo que, con mucho acierto, opinaba él acerca de la música... Aunque últimamente era todo tan cuadriculado, tan razonable que la gente quería ser a su vez cuadriculada y razonable... Reprimí un suspiro de pesar y escuché como el chico se presentaba como Alan Vlad.

Lo que yo decía, este no era un pijo estirado, parecía mas bien un alma errante y libre, sin ataduras al mundo, que ha asumido su verdadera naturaleza. En momentos como este comprendía el porqué mi padre me decía que de haber sido hombre hubiera sido filósofo o novelista. Cuando hizo la reverencia me reí quedamente y se la devolví, con elegancia:

-Disculpas aceptadas, señor Vlad, pero no veo el porqué... Me ha salvado de una tarde nostálgica y melacólica.. Y todos sabemos lo que puede causar es en una dama-dije repitiendo palabras textuales de mi madre que, aun con mis 17 años, no comprendía del todo bien:

-Permitame usted presentarme, soy Darina Krassimirova, de San Petesburgo, Rusia-omití, como siempre, el hecho de que estaba casada con el zar de Rusia y por consiguiente que era la zarina. Aun asi, había mucha gente que terminaba por reconocerme, aun no comprendía el porqué... No me consideraba popular ni de lejos, vaya, que era mucho mas conocida mi hermana mayor, sobre todo por sus escarceos sexuales dignos del mas admirado de los hombres.

-¿Y que hace usted en este hotel? ¿No vive en París? ¿O es usted del servicio? ¿Quizá del catering? O no... Tal vez un noble de incógnito, dispuesto a encontrar a su querida dama entre la multitud del baile de esta noche-mis ojos comenzaban a centellear con su caracteristico brillo soñador.

por **Ander Vlad** Lun Nov 29, 2010 11:52 am

Sonreí, divertido por la situación.
-No... nada de eso- reí -Soy sólo un chico que se aburre de estar siempre por la calle y que quizás haya escogido un buen día para pasear por éste hotel- dije, asincerándome. Lo cierto era que no tenía dónde caerme muerto. ¿Cómo se podía ganar la vida un bohemio como yo por aquellos tiempos, en los que hasta los genios luchaban por conseguir algo que llevarse a la boca? Por muchos cuadros que pintase y muchas novelas que escribiese siempre sería de clase baja, pero me sentía mucho más libre que el resto de burgueses y nobles de París, siempre con sus fiestas y su absurda hora del té.

Volví a apoyarme en el marco de la puerta, cruzando los brazos.
-¿Quién le enseñó a tocar el piano tan bien, mademoiselle?- pregunté, con un poco de descaro. Siempre solía hablar igual a todo el mundo, tanto a mis familiares, como a mis amigos o incluso a los nobles. No diferenciaba a nadie, al fin y al cabo, todos somos de carne y hueso.

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