AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Le colibri musical (Sakura Kotori)
2 participantes
Página 1 de 1.
Le colibri musical (Sakura Kotori)
Era sencilla, de apariencia frágil como un colibrí, de ojos fríos y azules, de cabello lacio y oscuro como las plumas de un cuervo. Era, en pocas palabras, preciosa. La armonía y la paz que fluían de su rostro angelical, casi niño, me invitaban a acercarme y a susurrarle palabras que la hicieran sonreír. Aunque allí, bajo aquel cielo nuboso y entre los colores ocres del otoño nocturno, dudaba que su frialdad aparente diese paso a una cálida sonrisa.
Digamos, pues, que si hubiera sido humano, me habría enamorado.
Tan sólo una persona me había hablado de ella, pero había sido suficiente para que me interesase. Mi maître, mi amado Zouis, me había enviado una larga carta cuyo principal contenido eran felicitaciones por mi nueva idea de formar una orquesta en el Teatre Lumière. ¿Cómo había llegado aquella información a sus oídos? Eso, era un misterio. Estaba claro que alguien de mi entorno tenía relación con él, aunque desconocía por completo de quién se trataba. Pero eso ahora no importaba. Él me había recomendado a aquella oriental de ojos rasgados, azules como el cielo más invernal y de piel casi tan nívea como la mía, como la de un inmortal. Había hablado de ella como un ángel desprovisto de alas que tocaba el arpa como tal, y cuyo rostro me dejaría sin aliento nada más verla. En lo último sí había acertado, esperaba pues, que en lo primero también.
Zouis me había dicho que ella salía a menudo a pasear, vestida cual francesa de nuestros días. Y así había sido. Me había dirigido a la Plaza Tertre, la más visitada y boscosa de la ciudad, y allí la había encontrado. No había hecho falta mucho tiempo para encontrarla. Allí estaba, tan magnífica como me la había imaginado. Lo único que no había mencionado Zouis en su extensa carta había sido... O no. En realidad si lo había mencionado. Había dicho, textualmente, que "bajo su aspecto frágil y dulce de niña educada se esconde la sabiduría de un búho ancestral. No desconfíes de su inteligencia, pues perfectamente puede equivalerse a la de una lechuza hambrienta".
Qué supérfluo había sido yo. "Lee entre líneas, Dimitri", solía decirme aquel antiquísimo vampiro. Bien, me había pillado por sorpresa, aunque no debería haber sido así.
En efecto, ella era una cambiaformas. Lo había percibido nada más verla. Su aura magistral desprendía un olor maravilloso, propio tan sólo de una mujercita de clase alta -un punto más a su favor-, pero también era perceptible el influjo de un animal poderoso. Nada más y nada menos que el pájaro simbólico del conocimiento, de la sabiduría.
La observé un poco más, sentada en un banco frente a un precioso arbusto. Ella desconocía quién era, aunque supe que podía percibir mi mirada constante. Esta vez no había querido enviarle una nota para que no le pillase por sorpresa, simplemente fui a su encuentro y ahora debía presentarme y mostrarle mi respeto y mis ansias por incluirla en mi repertorio de -bellas mujeres- músicos para la orquesta. Aún no me había acercado, y ya estaba deseando oírla rozar las cuerdas del arpa con sus suaves y delicados dedos.
Me acerqué con pasos lentos y con la voz calmada. Me arreglé la corbata escarlata sobre el chaleco negro que cubría la blanca camisa, recién lavada. Hoy había decidido dejarme la chaqueta en casa, puesto que aunque hiciese un frío otoñal, yo no podía sentirlo.
-Bonnuit, mademoiselle -dije con la voz más aterciopelada que pude. Esperé a que levantase su rostro y dirigiese su mirada hacia mí.- ¿Puedo robaros un poco de vuestro tiempo?
Con mi mejor sonrisa, esperé su respuesta.
Digamos, pues, que si hubiera sido humano, me habría enamorado.
Tan sólo una persona me había hablado de ella, pero había sido suficiente para que me interesase. Mi maître, mi amado Zouis, me había enviado una larga carta cuyo principal contenido eran felicitaciones por mi nueva idea de formar una orquesta en el Teatre Lumière. ¿Cómo había llegado aquella información a sus oídos? Eso, era un misterio. Estaba claro que alguien de mi entorno tenía relación con él, aunque desconocía por completo de quién se trataba. Pero eso ahora no importaba. Él me había recomendado a aquella oriental de ojos rasgados, azules como el cielo más invernal y de piel casi tan nívea como la mía, como la de un inmortal. Había hablado de ella como un ángel desprovisto de alas que tocaba el arpa como tal, y cuyo rostro me dejaría sin aliento nada más verla. En lo último sí había acertado, esperaba pues, que en lo primero también.
Zouis me había dicho que ella salía a menudo a pasear, vestida cual francesa de nuestros días. Y así había sido. Me había dirigido a la Plaza Tertre, la más visitada y boscosa de la ciudad, y allí la había encontrado. No había hecho falta mucho tiempo para encontrarla. Allí estaba, tan magnífica como me la había imaginado. Lo único que no había mencionado Zouis en su extensa carta había sido... O no. En realidad si lo había mencionado. Había dicho, textualmente, que "bajo su aspecto frágil y dulce de niña educada se esconde la sabiduría de un búho ancestral. No desconfíes de su inteligencia, pues perfectamente puede equivalerse a la de una lechuza hambrienta".
Qué supérfluo había sido yo. "Lee entre líneas, Dimitri", solía decirme aquel antiquísimo vampiro. Bien, me había pillado por sorpresa, aunque no debería haber sido así.
En efecto, ella era una cambiaformas. Lo había percibido nada más verla. Su aura magistral desprendía un olor maravilloso, propio tan sólo de una mujercita de clase alta -un punto más a su favor-, pero también era perceptible el influjo de un animal poderoso. Nada más y nada menos que el pájaro simbólico del conocimiento, de la sabiduría.
La observé un poco más, sentada en un banco frente a un precioso arbusto. Ella desconocía quién era, aunque supe que podía percibir mi mirada constante. Esta vez no había querido enviarle una nota para que no le pillase por sorpresa, simplemente fui a su encuentro y ahora debía presentarme y mostrarle mi respeto y mis ansias por incluirla en mi repertorio de -bellas mujeres- músicos para la orquesta. Aún no me había acercado, y ya estaba deseando oírla rozar las cuerdas del arpa con sus suaves y delicados dedos.
Me acerqué con pasos lentos y con la voz calmada. Me arreglé la corbata escarlata sobre el chaleco negro que cubría la blanca camisa, recién lavada. Hoy había decidido dejarme la chaqueta en casa, puesto que aunque hiciese un frío otoñal, yo no podía sentirlo.
-Bonnuit, mademoiselle -dije con la voz más aterciopelada que pude. Esperé a que levantase su rostro y dirigiese su mirada hacia mí.- ¿Puedo robaros un poco de vuestro tiempo?
Con mi mejor sonrisa, esperé su respuesta.
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
*Como era costumbre, y guiadas por instrucciones de mis hermanos pero en especial el mayor, ese presiso dìa se cumplía mi mes de estancia en Paris, lo cual indicaba que ya no podría usar mis ropajes típicos y tendría que comenzar a vestir como se acostumbraban vestir las mujeres parisinas de la alta sociedad, pero principalmente me tendría que seguir vistiendo como niña hasta que no fuera mi presentación digna ante la alta sociedad parisina. Así había salido a dar mi paseo nocturno con ropas de niña aparte tanto mi etnia como mi cuerpo todavia parecia el de una niña asi que no me veia mal pero tampoco era muy comodo esto ya que muchos encontraban esto ridiculo o nada comun, mas a ellos no les devia explicaciones de nada y siendo sincera no se las daria.*
*Uno de mis hermanos gemelos me había escrito diciendo que me había recomendado con un buen hombre amante de la música y que en algún momento me había escuchado tocar el arpa, lo único que me ayudaba a evadir la realidad cuando era muy dura, la música. Y que este hombre en si se había puesto en contacto con otro que también era amante de la música, la verdad no me interesaba en lo absoluto el cómo me habían contactado solo me interesaba el que me dieran la oportunidad de tocar. Venia pensando en eso ya estando en la Tetrè cuando divise solo un banco, ahí aislado de todo, dándome tiempo para meditar sobre todo lo que me había pasado durante mi reciente mes en esta ciudad cuando sentí que alguien me observaba a mis espaldas me senté y continúe con mis meditaciones sobre todos los actos ocurridos, si había encontrado al cazarecompenzas que era buen amigo de mi hermano mayor, pero en realidad no habíamos tenido ninguna chanza de coincidir todavía para hablar sobre mi estancia y las instrucciones que le haya dado el emperador de Japón. *
*Pronto escuche unos pasos que se acercaban así como también un aroma a perfume de hombre, algo fuerte pero agradable para quien estuviera cerca de aquel hombre, estaba sentada sobre el banco derecha distraída con mi cabeza cuando una voz aterciopelada, como si se tratase del murmullo de un amante a su chica de ensueños se dirigió a mí, subí la cabeza y fije mis ojos en los del hombre, tenía un algo que me envolvía y llamaba mi atención por completo una sonrisa tenia aquel hombre en su rostro cuando yo subí el mío para observarle, traía puesto una corbata escarlata como la sangre misma un chaleco negro y no usaba chaqueta, su cabello era rizado, sus rizos le enmarcaban el varonil rostro, de labios delgados, piel blanca como la nieve y ojos profundos y cálidos, muy al contrario de los míos que eran fríos, medio sonreí.*
-Buenas noches Joven Señor.
*Continúe mirándole a los ojos, ladiando un poco la cabeza, luego una sonrisa amable y discreta se formo en mis labios, era un vampiro, la sensación de muerte rodeo un poco el ambiente aparte de que su aura así lo decía y no un vampiro cualquiera si no uno bastante poderoso. *
-Claro que si, decidme en que le puedo ayudar Joven Señor.
*Era atractivo el hombre, uno de los vampiros más atractivos que había visto en parís, baje la mirada por respeto, tal vez había sido algo agresiva, ya que muchos tomaban el que se les viera a los ojos como una forma de reto o falta de educación, por lo que a continuación me disculpe*
-Lamento mi rudeza, pero me distraje un poco y su voz me saco de mis pensamientos.
*Me levante junte ambas manos e hice una reverencia y mantuve mi mirada baja, y despues mis manos descansaron ambas uniendose en la asa dura de un bolso elegante negro y con encaje blanco como el resto de los accesorios que esa noche usaba, el encaje blanco de los guantes contrastaba con el resto de mi atuendo pero se unian a los pequeños detalles de este, de cierta forma parecia una muñeca tamaño natural.*
- Spoiler:
*Uno de mis hermanos gemelos me había escrito diciendo que me había recomendado con un buen hombre amante de la música y que en algún momento me había escuchado tocar el arpa, lo único que me ayudaba a evadir la realidad cuando era muy dura, la música. Y que este hombre en si se había puesto en contacto con otro que también era amante de la música, la verdad no me interesaba en lo absoluto el cómo me habían contactado solo me interesaba el que me dieran la oportunidad de tocar. Venia pensando en eso ya estando en la Tetrè cuando divise solo un banco, ahí aislado de todo, dándome tiempo para meditar sobre todo lo que me había pasado durante mi reciente mes en esta ciudad cuando sentí que alguien me observaba a mis espaldas me senté y continúe con mis meditaciones sobre todos los actos ocurridos, si había encontrado al cazarecompenzas que era buen amigo de mi hermano mayor, pero en realidad no habíamos tenido ninguna chanza de coincidir todavía para hablar sobre mi estancia y las instrucciones que le haya dado el emperador de Japón. *
*Pronto escuche unos pasos que se acercaban así como también un aroma a perfume de hombre, algo fuerte pero agradable para quien estuviera cerca de aquel hombre, estaba sentada sobre el banco derecha distraída con mi cabeza cuando una voz aterciopelada, como si se tratase del murmullo de un amante a su chica de ensueños se dirigió a mí, subí la cabeza y fije mis ojos en los del hombre, tenía un algo que me envolvía y llamaba mi atención por completo una sonrisa tenia aquel hombre en su rostro cuando yo subí el mío para observarle, traía puesto una corbata escarlata como la sangre misma un chaleco negro y no usaba chaqueta, su cabello era rizado, sus rizos le enmarcaban el varonil rostro, de labios delgados, piel blanca como la nieve y ojos profundos y cálidos, muy al contrario de los míos que eran fríos, medio sonreí.*
-Buenas noches Joven Señor.
*Continúe mirándole a los ojos, ladiando un poco la cabeza, luego una sonrisa amable y discreta se formo en mis labios, era un vampiro, la sensación de muerte rodeo un poco el ambiente aparte de que su aura así lo decía y no un vampiro cualquiera si no uno bastante poderoso. *
-Claro que si, decidme en que le puedo ayudar Joven Señor.
*Era atractivo el hombre, uno de los vampiros más atractivos que había visto en parís, baje la mirada por respeto, tal vez había sido algo agresiva, ya que muchos tomaban el que se les viera a los ojos como una forma de reto o falta de educación, por lo que a continuación me disculpe*
-Lamento mi rudeza, pero me distraje un poco y su voz me saco de mis pensamientos.
*Me levante junte ambas manos e hice una reverencia y mantuve mi mirada baja, y despues mis manos descansaron ambas uniendose en la asa dura de un bolso elegante negro y con encaje blanco como el resto de los accesorios que esa noche usaba, el encaje blanco de los guantes contrastaba con el resto de mi atuendo pero se unian a los pequeños detalles de este, de cierta forma parecia una muñeca tamaño natural.*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 1773
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
El rojo de los labios de Sakura me hicieron fantasear durante unos segundos. Cuando me contestó, los movió con suavidad pronunciando unas palabras que salieron con cierta debilidad de sus labios. Aunque no entendí muy bien por qué se disculpó, me apresuré a decirle que no era necesario.
-Mademoiselle, no sois vos quien ha de disculparse, sino más bien yo por robarle unos minutos de vuestro tiempo. Sin embargo, prometo no decepcionaros. -se levantó junto a mí, y le ofrecí mi brazo para empezar a pasear. La noche, pese a ser fría, como era típico en el otoño francés, era despejada y sin lluvia.- Antes de nada, me gustaría presentarme. Mi nombre es Dimitri Lumière, y poseo un teatro en el casco antiguo de esta ciudad a la que llaman París. -conforme hablaba, no podía evitar fijarme en sus labios, que me obligaban a perderme unos segundos en el furor de su aura, no del todo humana. En efecto, era una cambiaformas, pero eso no me echaría para atrás. El problema sería, sin duda, que quizá el resto de vampiros que formaban la orquesta Lumière no estarían tan complacidos al conocer su verdadera naturaleza. Sin embargo, yo era el director, y tendrían que acatar mis órdenes. Si Zouis me la había recomendado, era porque era realmente buena. "Parfait", como solía decir él.
-Si no me equivoco, vos sois mademoiselle Kotori, ¿no es cierto? -miré sus ojos, azules y profundos. El origen japonés de la joven se notaba allá donde la miraba. Todo en ella era oriental, a excepción, por supuesto, de las ropas que hoy vestía.
El encaje blanco de sus guantes hacía contraste con su vestido negro, pero hacían sus manos más finas y sus dedos aún más valiosos. Con ellos, rozaba las cuerdas del arpa en mi imaginación en aquel preciso instante. Su cabello estaba semirrecogido, y no pude evitar imaginarlo suelto, enmarcando su rostro angelical de dulce niña. Eso sí, Zouis no había hablado de su edad, y ciertamente parecía muy joven. Esperaba que eso no fuese un problema para ella o su familia, ni tampoco para mí.
Esperé a que me hablara, para poder comenzar a relatarle mi petición y mi oferta, a sabiendas de que le haría ilusión saber que había pensado en ella para formar parte de mi orquesta, que sin duda, se convertiría en una de las más prestigiosas del país, sino la más.
-Mademoiselle, no sois vos quien ha de disculparse, sino más bien yo por robarle unos minutos de vuestro tiempo. Sin embargo, prometo no decepcionaros. -se levantó junto a mí, y le ofrecí mi brazo para empezar a pasear. La noche, pese a ser fría, como era típico en el otoño francés, era despejada y sin lluvia.- Antes de nada, me gustaría presentarme. Mi nombre es Dimitri Lumière, y poseo un teatro en el casco antiguo de esta ciudad a la que llaman París. -conforme hablaba, no podía evitar fijarme en sus labios, que me obligaban a perderme unos segundos en el furor de su aura, no del todo humana. En efecto, era una cambiaformas, pero eso no me echaría para atrás. El problema sería, sin duda, que quizá el resto de vampiros que formaban la orquesta Lumière no estarían tan complacidos al conocer su verdadera naturaleza. Sin embargo, yo era el director, y tendrían que acatar mis órdenes. Si Zouis me la había recomendado, era porque era realmente buena. "Parfait", como solía decir él.
-Si no me equivoco, vos sois mademoiselle Kotori, ¿no es cierto? -miré sus ojos, azules y profundos. El origen japonés de la joven se notaba allá donde la miraba. Todo en ella era oriental, a excepción, por supuesto, de las ropas que hoy vestía.
El encaje blanco de sus guantes hacía contraste con su vestido negro, pero hacían sus manos más finas y sus dedos aún más valiosos. Con ellos, rozaba las cuerdas del arpa en mi imaginación en aquel preciso instante. Su cabello estaba semirrecogido, y no pude evitar imaginarlo suelto, enmarcando su rostro angelical de dulce niña. Eso sí, Zouis no había hablado de su edad, y ciertamente parecía muy joven. Esperaba que eso no fuese un problema para ella o su familia, ni tampoco para mí.
Esperé a que me hablara, para poder comenzar a relatarle mi petición y mi oferta, a sabiendas de que le haría ilusión saber que había pensado en ella para formar parte de mi orquesta, que sin duda, se convertiría en una de las más prestigiosas del país, sino la más.
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
*Escuche todo lo que decía, no me sorprendía que no hubiera entendido mis motivos por los que me había disculpado, pero no esperaba que así fuera, sonreí levemente al escuchar al joven que tenia a mi lado hablar, en serio que para ser vampiro era bastante atractivo, al menos nunca me había topado con alguien tan atractivo no solo físicamente si no también intelectualmente, adjuntándole el hecho de que era el dueño de un teatro. Bueno tenía que admitir que esos pensamientos eran también parte de su encanto como vampiro, que muy a pesar de que fuésemos enemigos naturales, no descartaba la idea de hacer amistades con cambiaformas como yo.*
-Mucho gusto Joven Lumière, veo que ya me conoce. Aunque no sé de donde exactamente.
*Le sonreí mientras escondía mis ojos a la vista de aquel hombre, sabía que al señor Raven, o Lloyd-san como yo le decía, desacreditaría inmediatamente la idea, pero no me importaba lo que realmente el pensara después de todo le he demostrado en más de mil ocasiones que sabia cuidarme sola y hasta mejor que él. Reí levemente por lo bajo mientras observaba como mis manos con los guantes de encaje blanco se perdían en la camisa blanca de Dimitri. Pude escuchar los cuchicheos de la gente al observarle tanto a él como a mí. *
-Me encantaría algún día conocer su teatro. Pero tengo muy poco tiempo en esta hermosa ciudad y todavía no me ubico muy bien que digamos.
*Subí de nuevo mi mirada mientras ladeaba la cabeza, mientras comenzábamos a caminar sin cambiar mi expresión mucho que digamos, mientras analizaba con detalle su rostro, mientras me sostenía de su brazo con delicadeza. Despertaba cierta curiosidad el saber para que un vampiro querría la ayuda o el tiempo de un cambiaformas, y miles de ideas y fantasías obscuras algunas y otras más inocentes, se mezclaron en mi cabeza, mientras mi otra mano sostenía el bolso negro de las gruesas asas. Torcí levemente mis labios cuando recordé que precisamente hoy en día todavía no lograba deducir muchas cosas. La voz de quien sostenía mi mano en su brazo no dejaba de ser aterciopelada y elegante, lo cual me agradaba bastante.*
*Seguíamos caminando atenta a cada palabra que salía de la boca del vampiro, en la gente que le gustaba pasear de noche, en lo que decían estas gentes y sus chismes típicos de la aburrida vida que llevaban. Había demasiada gente en la plaza como para poder caminar sin ser empujados, por lo que cada vez que me empujaban me aferraba al brazo de mi acompañante. El colmo fue que 2 hombres pasaron corriendo haciendo que perdiera el equilibrio de los zapatos con pequeño tacón que llevaba puestos. Era increíble podía caminar con los zapatos más altos de una geisha pero con estos que no tenían casi nada de tacón me estaba callendo.*
-Mucho gusto Joven Lumière, veo que ya me conoce. Aunque no sé de donde exactamente.
*Le sonreí mientras escondía mis ojos a la vista de aquel hombre, sabía que al señor Raven, o Lloyd-san como yo le decía, desacreditaría inmediatamente la idea, pero no me importaba lo que realmente el pensara después de todo le he demostrado en más de mil ocasiones que sabia cuidarme sola y hasta mejor que él. Reí levemente por lo bajo mientras observaba como mis manos con los guantes de encaje blanco se perdían en la camisa blanca de Dimitri. Pude escuchar los cuchicheos de la gente al observarle tanto a él como a mí. *
-Me encantaría algún día conocer su teatro. Pero tengo muy poco tiempo en esta hermosa ciudad y todavía no me ubico muy bien que digamos.
*Subí de nuevo mi mirada mientras ladeaba la cabeza, mientras comenzábamos a caminar sin cambiar mi expresión mucho que digamos, mientras analizaba con detalle su rostro, mientras me sostenía de su brazo con delicadeza. Despertaba cierta curiosidad el saber para que un vampiro querría la ayuda o el tiempo de un cambiaformas, y miles de ideas y fantasías obscuras algunas y otras más inocentes, se mezclaron en mi cabeza, mientras mi otra mano sostenía el bolso negro de las gruesas asas. Torcí levemente mis labios cuando recordé que precisamente hoy en día todavía no lograba deducir muchas cosas. La voz de quien sostenía mi mano en su brazo no dejaba de ser aterciopelada y elegante, lo cual me agradaba bastante.*
*Seguíamos caminando atenta a cada palabra que salía de la boca del vampiro, en la gente que le gustaba pasear de noche, en lo que decían estas gentes y sus chismes típicos de la aburrida vida que llevaban. Había demasiada gente en la plaza como para poder caminar sin ser empujados, por lo que cada vez que me empujaban me aferraba al brazo de mi acompañante. El colmo fue que 2 hombres pasaron corriendo haciendo que perdiera el equilibrio de los zapatos con pequeño tacón que llevaba puestos. Era increíble podía caminar con los zapatos más altos de una geisha pero con estos que no tenían casi nada de tacón me estaba callendo.*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 1773
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
Mademoiselle Kotori hundió su brazo en el hueco que yo hice con el mío para caminar juntos. Al notar su tacto rozar con mi piel, aunque a través de la tela de la camisa, aumentaron mis ganas de conocerla. Sin duda, aquella mañana soñaría con ella.
Dejé que terminase de hablar, escuchando su voz suave y frágil que mostraba una personalidad tímida que se ocultaba bajo aquel disfraz francés. Deseé verla bajo las ropas típicas japonesas y no embutida en aquel vestido que, pese a ser un atuendo de gran belleza, no hacía justicia al cuerpo que envolvía. Cuando terminó de hablar, observé cómo la gente nos miraba y murmuraba a sabiendas de que nosotros éramos conscientes de ello.
-La hipocresía parisina -murmuré.- Es algo típico de este país -dije con cierta ironía, aprovechando que Sakura había dicho que hacía apenas un mes que se había instalado en París.
La gente corría por la plaza, aumentando la tensión social contenida en aquel parque. Ya no había niños, puesto que al fin y al cabo era de noche y la hora ya empezaba a ser impropia para que las familias estuviesen en la calle, pero la gente que quedaba se apresuraba a marcharse, aunque para ello tuviesen que propinar empujones y demás descortesías. Un par de hombres que pasaron junto a mi acompañante la hicieron perder el equilibrio. Con rapidez, sujeté a la joven por la cintura y la mantuve sin apretarla demasiado para que no se cayese. La ayudé a mantenerse en pie y la miré con una suave sonrisa. Noté su timidez y sus pómulos que comenzaron a enrojecerse, pero no dí importancia al asunto.
-En efecto, mademoiselle, os conozco. Os daré la oportunidad de ver mi teatro, tal y como ansiáis, puesto que es allí donde os necesito. -antes de que la duda pudiese abarcar su mente, proseguí- Un gran músico, el mejor para mí, me habló de vos en una carta. Me dio una sutil recomendación sobre vuestras habilidades con el arpa. Si no me equivoco, debéis sentir una auténtica pasión por dicho instrumento, puesto que sé de sobra la dificultad de su aprendizaje y la paciencia que requiere. -aguardé un instante antes de proseguir, centrándome en sus ojos azules, y deteniendo nuestro paseo para poder mirarla de frente- Estoy muy interesado en vuestra dote musical, mademoiselle. Estos días ando buscando músicos competentes para formar una orquesta que promete mucho. Y me encantaría que vos formarais parte de ella, siempre y cuando vuestras habilidades sean de mi agrado y vos queráis participar en este proyecto.
Su rostro pareció cambiar enseguida, después de conocer la intención de mi visita.
-Me gustaría haceros una prueba en mi teatro, si vos me la concedéis.
Dejé que terminase de hablar, escuchando su voz suave y frágil que mostraba una personalidad tímida que se ocultaba bajo aquel disfraz francés. Deseé verla bajo las ropas típicas japonesas y no embutida en aquel vestido que, pese a ser un atuendo de gran belleza, no hacía justicia al cuerpo que envolvía. Cuando terminó de hablar, observé cómo la gente nos miraba y murmuraba a sabiendas de que nosotros éramos conscientes de ello.
-La hipocresía parisina -murmuré.- Es algo típico de este país -dije con cierta ironía, aprovechando que Sakura había dicho que hacía apenas un mes que se había instalado en París.
La gente corría por la plaza, aumentando la tensión social contenida en aquel parque. Ya no había niños, puesto que al fin y al cabo era de noche y la hora ya empezaba a ser impropia para que las familias estuviesen en la calle, pero la gente que quedaba se apresuraba a marcharse, aunque para ello tuviesen que propinar empujones y demás descortesías. Un par de hombres que pasaron junto a mi acompañante la hicieron perder el equilibrio. Con rapidez, sujeté a la joven por la cintura y la mantuve sin apretarla demasiado para que no se cayese. La ayudé a mantenerse en pie y la miré con una suave sonrisa. Noté su timidez y sus pómulos que comenzaron a enrojecerse, pero no dí importancia al asunto.
-En efecto, mademoiselle, os conozco. Os daré la oportunidad de ver mi teatro, tal y como ansiáis, puesto que es allí donde os necesito. -antes de que la duda pudiese abarcar su mente, proseguí- Un gran músico, el mejor para mí, me habló de vos en una carta. Me dio una sutil recomendación sobre vuestras habilidades con el arpa. Si no me equivoco, debéis sentir una auténtica pasión por dicho instrumento, puesto que sé de sobra la dificultad de su aprendizaje y la paciencia que requiere. -aguardé un instante antes de proseguir, centrándome en sus ojos azules, y deteniendo nuestro paseo para poder mirarla de frente- Estoy muy interesado en vuestra dote musical, mademoiselle. Estos días ando buscando músicos competentes para formar una orquesta que promete mucho. Y me encantaría que vos formarais parte de ella, siempre y cuando vuestras habilidades sean de mi agrado y vos queráis participar en este proyecto.
Su rostro pareció cambiar enseguida, después de conocer la intención de mi visita.
-Me gustaría haceros una prueba en mi teatro, si vos me la concedéis.
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
*Sentí donde el brazo del vampiro rodeo mi cintura lo que robo varios suspiros de la poca gente que quedaba en la plaza y las calles cercanas, suspiros provenientes la mayoría de mujeres, el vampiro me miro a los ojos y sonrió levemente, su tacto a pesar de traer puesta una camisa y mi vestido y ropas era bastante frio, pero con cierto toque de calidez. Me sonroje un poco el que me atrapara en su brazo mas no por que sintiera algo por el sino mas bien porque no estaba acostumbrada al contacto físico, mucho menos de un varón baje levemente la mirada por unos segundos.*
-Gracias Joven Lumière fue muy amable de su parte…
*Le continué escuchando, proponía algo bastante bueno, y que bueno de antemano el haya pensado en mi para interpretar el arpa en aquella orquesta que estaba formando, me llamo mucho más la atención, mientras hablaba con esa voz aterciopelada que caracterizaba al vampiro, no pude evitar sonreír mas ante todo lo que estaba escuchando y regresarle la mirada, ya que este me veía fijamente a los ojos azules tan fríos como el hielo pero con cierta brillantez de que muy en lo profundo existían emociones y sentimientos que su propio origen y sus ancestros le habían enseñado a ocultarlos bastante bien incluso ante la mirada de seres sobrenaturales.*
-Agradezco de antemano su invitación a su orquesta, y si es un instrumento que requiere mucha disciplina, paciencia, talento nato y una única pasión por este. Debo confesar que mis maestros los monjes budistas han sido los mejores. Y agradezco también la oportunidad que me está dando messie Lumière y me encantaría demostraros para ver si califico en su orquesta a la que estaré encantada de pertenecer.
*Nos detuvimos de repente y él seguía fijando su profunda mirada en mis fríos ojos, sonriendo de nuevo ampliamente mientras nos quedamos en silencio, sentí un leve escalofrió al ya verle a los ojos, se podía decir que eran pasionarios, fríos a veces y sentía una creciente obscuridad, lo cual le hacía mucho más interesante y sabia que no se podría leer todo con la mirada de una persona o mortal pero en un vampiro nunca se sabía que era lo que se leía en aquellos ojos. Casi involuntariamente rio al escuchar lo último que dijo aquella voz aterciopelada que le erizaba la piel, no tanto por que sintiera amor o algo por aquel hombre frente a ella pero si por el hecho de casi nulo contacto, al parecer la gente de parís era un poco mas cálida en cuanto al contacto o acercamientos físicos.*
*Probablemente de haber sido humana en ese momento haría lo siguiente: O huiría pensando que tal vez aquel hombre le haría daño con esa invitación o lo acompañaría a esa extraña demostración que el caballero exigía y se arriesgaría, lo que hizo que riera más. Apoye mi mano en su hombro y continué viéndolo a los ojos y de vez en cuando a los labios delgados de aquel hombre frente a ella que tal vez y solo tal vez de haber sido humana habría caído en el encantamiento del ser ante ella y lo estaría besando, pero no lo era y eso lo tenía bastante claro aparte su cultura y sus ancestros lo considerarían una ofensa.*
-Claro me encantaría conocer su teatro y demostraros mi talento, si es que es considerado como tal. Debo también preguntaros que clase de arpa es la que usted posee, no porque no pueda tocar cualquiera pero porque mis arpas tendría que escribir pidiendo que me las mandaran desde Japón.
-Gracias Joven Lumière fue muy amable de su parte…
*Le continué escuchando, proponía algo bastante bueno, y que bueno de antemano el haya pensado en mi para interpretar el arpa en aquella orquesta que estaba formando, me llamo mucho más la atención, mientras hablaba con esa voz aterciopelada que caracterizaba al vampiro, no pude evitar sonreír mas ante todo lo que estaba escuchando y regresarle la mirada, ya que este me veía fijamente a los ojos azules tan fríos como el hielo pero con cierta brillantez de que muy en lo profundo existían emociones y sentimientos que su propio origen y sus ancestros le habían enseñado a ocultarlos bastante bien incluso ante la mirada de seres sobrenaturales.*
-Agradezco de antemano su invitación a su orquesta, y si es un instrumento que requiere mucha disciplina, paciencia, talento nato y una única pasión por este. Debo confesar que mis maestros los monjes budistas han sido los mejores. Y agradezco también la oportunidad que me está dando messie Lumière y me encantaría demostraros para ver si califico en su orquesta a la que estaré encantada de pertenecer.
*Nos detuvimos de repente y él seguía fijando su profunda mirada en mis fríos ojos, sonriendo de nuevo ampliamente mientras nos quedamos en silencio, sentí un leve escalofrió al ya verle a los ojos, se podía decir que eran pasionarios, fríos a veces y sentía una creciente obscuridad, lo cual le hacía mucho más interesante y sabia que no se podría leer todo con la mirada de una persona o mortal pero en un vampiro nunca se sabía que era lo que se leía en aquellos ojos. Casi involuntariamente rio al escuchar lo último que dijo aquella voz aterciopelada que le erizaba la piel, no tanto por que sintiera amor o algo por aquel hombre frente a ella pero si por el hecho de casi nulo contacto, al parecer la gente de parís era un poco mas cálida en cuanto al contacto o acercamientos físicos.*
*Probablemente de haber sido humana en ese momento haría lo siguiente: O huiría pensando que tal vez aquel hombre le haría daño con esa invitación o lo acompañaría a esa extraña demostración que el caballero exigía y se arriesgaría, lo que hizo que riera más. Apoye mi mano en su hombro y continué viéndolo a los ojos y de vez en cuando a los labios delgados de aquel hombre frente a ella que tal vez y solo tal vez de haber sido humana habría caído en el encantamiento del ser ante ella y lo estaría besando, pero no lo era y eso lo tenía bastante claro aparte su cultura y sus ancestros lo considerarían una ofensa.*
-Claro me encantaría conocer su teatro y demostraros mi talento, si es que es considerado como tal. Debo también preguntaros que clase de arpa es la que usted posee, no porque no pueda tocar cualquiera pero porque mis arpas tendría que escribir pidiendo que me las mandaran desde Japón.
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 1773
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
Arpas. Sí.
Tenía una hermosa colección de tres alpas belgas de plata y una de mayor tamaño que provenía de Egipto. Sonreí al recordar la historia de la última, y las personas implicadas en ella (en especial a Sirisa). Quizá cuando Sakura viniese al teatro podría contarle la historia de ésta última. Todo dependía de cuánto me agradase. Pese a que confiaba ciegamente en mi maestro, me parecía correcto esperar a formar mi propia opinión, aunque sabía de sobra que mi prejuicio sobre ella ya lo había formado Zouis. Era inevitable, y lo había sido siempre. Al menos, ya había aprendido que una parte de mí siempre sería suya, y no había nada que pudiera hacer con eso. Lo admitía, y aunque no me agradaba del todo, conocía perfectamente esa sensación. Zouis me había convertido, y ahora yo era en parte propiedad suya, al menos hasta que él desapareciese del mundo.
Volví a la actualidad centrándome en Sakura, que aún esperaba una respuesta.
-Oh, por supuesto que no hace falta que pidáis vuestras arpas. Cuento con una bonita colección en mi teatro que me gustaría mostraros la próxima vez. Podréis utilizarlas para hacer vuestra audición e igualmente para ensayar cuando queráis.
Me mostré ciertamente lejano, pero aún mantenía mitad de mi pensamiento en aquel hombre y en la carta que hacía apenas horas había recibido.
-Habladme de vuestros maestros, mademoiselle -dije, aprovechando que la noche aún era joven.- Siempre me agrada saber dónde se ha recibido la formación. Creo, particularmente, que los maestros no sólo nos forman en música. Estaré encantado de escuchar vuestra historia, vuestro paso por el mundo de la música.
Aquello era lo que realmente necesitaba. Estaba aún sumido en mis lejanos recuerdos, y lo único que podía despertarme de aquellas pesadillas en ese momento era el movimiento de los rojos labios de Sakura al hablar. Por eso, esperé a que me relatara sus sucesos en el mundo del arte, y sus impresiones acerca de éste.
Aún no había comenzado a hablar, y ya estaba soñando con su rostro angelical.
Tenía una hermosa colección de tres alpas belgas de plata y una de mayor tamaño que provenía de Egipto. Sonreí al recordar la historia de la última, y las personas implicadas en ella (en especial a Sirisa). Quizá cuando Sakura viniese al teatro podría contarle la historia de ésta última. Todo dependía de cuánto me agradase. Pese a que confiaba ciegamente en mi maestro, me parecía correcto esperar a formar mi propia opinión, aunque sabía de sobra que mi prejuicio sobre ella ya lo había formado Zouis. Era inevitable, y lo había sido siempre. Al menos, ya había aprendido que una parte de mí siempre sería suya, y no había nada que pudiera hacer con eso. Lo admitía, y aunque no me agradaba del todo, conocía perfectamente esa sensación. Zouis me había convertido, y ahora yo era en parte propiedad suya, al menos hasta que él desapareciese del mundo.
Volví a la actualidad centrándome en Sakura, que aún esperaba una respuesta.
-Oh, por supuesto que no hace falta que pidáis vuestras arpas. Cuento con una bonita colección en mi teatro que me gustaría mostraros la próxima vez. Podréis utilizarlas para hacer vuestra audición e igualmente para ensayar cuando queráis.
Me mostré ciertamente lejano, pero aún mantenía mitad de mi pensamiento en aquel hombre y en la carta que hacía apenas horas había recibido.
-Habladme de vuestros maestros, mademoiselle -dije, aprovechando que la noche aún era joven.- Siempre me agrada saber dónde se ha recibido la formación. Creo, particularmente, que los maestros no sólo nos forman en música. Estaré encantado de escuchar vuestra historia, vuestro paso por el mundo de la música.
Aquello era lo que realmente necesitaba. Estaba aún sumido en mis lejanos recuerdos, y lo único que podía despertarme de aquellas pesadillas en ese momento era el movimiento de los rojos labios de Sakura al hablar. Por eso, esperé a que me relatara sus sucesos en el mundo del arte, y sus impresiones acerca de éste.
Aún no había comenzado a hablar, y ya estaba soñando con su rostro angelical.
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
-Mi historia…mis maestros…bueno pues entonces tendré que empezar por relatarle como es que llegue hasta esta hermosa y confusa ciudad llena de modernismo, según creen muchos en mi nación la hermosa isla de Japón...
*Sonreí por unos instantes y luego esa sonrisa se fue con una ráfaga leve de viento que movió mi liso cabello negro recogido con 2 coletas hacia mi rostro y baje la mirada de nuevo, pero esta vez para remontarme a todo lo ocurrido hace más o menos hace 2 meses, soltando el brazo de Dimitri me vi las manos cubiertas por delicados guantes de encaje blanco y suspire pesadamente*
-…….pues todo comenzó hace más o menos 2 meses, con la muerte de mis padres, una muerte digna de los emperadores de mis tierras, ya que ambos murieron en batalla, y fuera del palacio, se hicieron los funerales dignos y respectivos, pues realmente eran muy amados por su pueblo, o al menos por la mayoría, y bueno siendo la menor de 5 hermanos ya la mayoría comprometidos o ya casados…..pero bueno eso es irrelevante supongo, mi hermano mayor Hizumi que siempre ha estado de acuerdo con lo que conlleva a la modernidad y educación Occidental, estaba dispuesto a olvidar las tradiciones que nos ha llevado a ser una grande nación, lo que ofendió a muchos y estos rebeldes por así decirlo no estaban tan de acuerdo con ello, y a mi simplemente no me escuchaba ya que pienso que no tienes por qué mandar al averno las tradiciones del pasado e implementar modernidad, sino que el pasado forma parte de nosotros y es esencial, pero también la evolución es parte de los seres que habitamos en la tierra….así que después de muchas horas de discusión nos peleamos ambos y yo esa noche escape del palacio y desaparecí por varias semanas, semanas en las que estuve con los rebeldes, y entonces me llego la noticia de que mi hermano pensaba atacar el campamento de estas personas y no lo iba a permitir si él no los escuchaba primero. Se pacto una cita con uno de los lideres y con mi hermano , pero este mal aconsejado se peleo y termino matando al líder, yo en defensa de este mate a varios guardias, y siguiendo otro mal consejo mi hermano me puso como castigo, 1 cosa el que me enviaría a Paris para educarme correctamente y no ser una “rebelde” y todo lo que conlleva lo que aquí se acostumbra….Que no regresara hasta estar bien educada….
*Subí de nuevo la mirada para ver la expresión en el rostro del vampiro que sin duda soñaría con ese rostro, la propuesta, la audición y todo al llegar a casa del Señor Raven *
- …..Sabe pero si tal vez no hubiera pasado todo aquello tal vez nunca hubiéramos coincidido en estos momentos, ni nunca….Espero no aburrirlo…
*Sonreí levemente y continúe hablando sin expresión visible o perceptible alguna solo una leve sonrisa en el rostro.*
-….Y bueno mi historia con las arpas y la música es lo prometo mucho más placentera que la anterior…comienza cuando yo tenía me parece unos 4 o 5 años, mi madre había visitado el templo de la diosa del sol para darle gracias por algo que ella había pedido, y me dejo por ahí, yo aburrida comienzó a escuchar a lo lejos a una música que me llamo la atención, como ya se habrá percatado no tiendo a ser muy expresiva pero eso nunca me ha quitado lo curiosa y las ganas de saber más, entonces comencé a seguir esa música, saliéndome del templo mas no del monasterio, en el otro lado del monasterio estaban dos hombre tocando las arpas, como ha de saber usted que conoce de música las arpas asiáticas son todas muy similares pero muy diferentes a las occidentales o incluso a las egipcias, entonces me senté frente a estos hombres y los observe por mucho rato, mi madre solía cuidar que no se notaran mis ojos por lo que siempre me coloco capuchas y otras cosas para ocultarleos, pues no es común que alguien de mi etnia tenga la coloración de ojos que yo tengo por lo que se cree que es una maldicion o suelen confundirme con demonios o reencarnaciones de dioses y nada de eso es bueno, pero uno de los monjes si se dio cuenta de mis ojos mientras yo los obsevaba imprecionada ante la musica, mas no hizo nada al respecto solo siguió tocando y sonrio levemente, despues cuando mi madre llego por mi y nos fuimos mientras la cabeza de aquel monje mi Sensei se comenzo a maquilar todo tipo de cosas e ideas….como es de esperarse….mas eso solo era el comienzo de mi educacion....
*Tome aire, mientras volvía a colocar mis manos alrededor del brazo de Dimitri, y continuábamos paseando, en definitiva era una noche bellísima y que mejor manera de pasarla que con alguien que comprende y sabe de música, el medio por el que generalmente estaba destinado a expresar lo que sentía y pensaba, tanto del mundo como de mi propias percepciones, le regale una sonrisa de seguro me estarían brillando los ojos como de quien habla de quien está enamorado, pues algo así me pasaba cuando hablaba de la música*
*Sonreí por unos instantes y luego esa sonrisa se fue con una ráfaga leve de viento que movió mi liso cabello negro recogido con 2 coletas hacia mi rostro y baje la mirada de nuevo, pero esta vez para remontarme a todo lo ocurrido hace más o menos hace 2 meses, soltando el brazo de Dimitri me vi las manos cubiertas por delicados guantes de encaje blanco y suspire pesadamente*
-…….pues todo comenzó hace más o menos 2 meses, con la muerte de mis padres, una muerte digna de los emperadores de mis tierras, ya que ambos murieron en batalla, y fuera del palacio, se hicieron los funerales dignos y respectivos, pues realmente eran muy amados por su pueblo, o al menos por la mayoría, y bueno siendo la menor de 5 hermanos ya la mayoría comprometidos o ya casados…..pero bueno eso es irrelevante supongo, mi hermano mayor Hizumi que siempre ha estado de acuerdo con lo que conlleva a la modernidad y educación Occidental, estaba dispuesto a olvidar las tradiciones que nos ha llevado a ser una grande nación, lo que ofendió a muchos y estos rebeldes por así decirlo no estaban tan de acuerdo con ello, y a mi simplemente no me escuchaba ya que pienso que no tienes por qué mandar al averno las tradiciones del pasado e implementar modernidad, sino que el pasado forma parte de nosotros y es esencial, pero también la evolución es parte de los seres que habitamos en la tierra….así que después de muchas horas de discusión nos peleamos ambos y yo esa noche escape del palacio y desaparecí por varias semanas, semanas en las que estuve con los rebeldes, y entonces me llego la noticia de que mi hermano pensaba atacar el campamento de estas personas y no lo iba a permitir si él no los escuchaba primero. Se pacto una cita con uno de los lideres y con mi hermano , pero este mal aconsejado se peleo y termino matando al líder, yo en defensa de este mate a varios guardias, y siguiendo otro mal consejo mi hermano me puso como castigo, 1 cosa el que me enviaría a Paris para educarme correctamente y no ser una “rebelde” y todo lo que conlleva lo que aquí se acostumbra….Que no regresara hasta estar bien educada….
*Subí de nuevo la mirada para ver la expresión en el rostro del vampiro que sin duda soñaría con ese rostro, la propuesta, la audición y todo al llegar a casa del Señor Raven *
- …..Sabe pero si tal vez no hubiera pasado todo aquello tal vez nunca hubiéramos coincidido en estos momentos, ni nunca….Espero no aburrirlo…
*Sonreí levemente y continúe hablando sin expresión visible o perceptible alguna solo una leve sonrisa en el rostro.*
-….Y bueno mi historia con las arpas y la música es lo prometo mucho más placentera que la anterior…comienza cuando yo tenía me parece unos 4 o 5 años, mi madre había visitado el templo de la diosa del sol para darle gracias por algo que ella había pedido, y me dejo por ahí, yo aburrida comienzó a escuchar a lo lejos a una música que me llamo la atención, como ya se habrá percatado no tiendo a ser muy expresiva pero eso nunca me ha quitado lo curiosa y las ganas de saber más, entonces comencé a seguir esa música, saliéndome del templo mas no del monasterio, en el otro lado del monasterio estaban dos hombre tocando las arpas, como ha de saber usted que conoce de música las arpas asiáticas son todas muy similares pero muy diferentes a las occidentales o incluso a las egipcias, entonces me senté frente a estos hombres y los observe por mucho rato, mi madre solía cuidar que no se notaran mis ojos por lo que siempre me coloco capuchas y otras cosas para ocultarleos, pues no es común que alguien de mi etnia tenga la coloración de ojos que yo tengo por lo que se cree que es una maldicion o suelen confundirme con demonios o reencarnaciones de dioses y nada de eso es bueno, pero uno de los monjes si se dio cuenta de mis ojos mientras yo los obsevaba imprecionada ante la musica, mas no hizo nada al respecto solo siguió tocando y sonrio levemente, despues cuando mi madre llego por mi y nos fuimos mientras la cabeza de aquel monje mi Sensei se comenzo a maquilar todo tipo de cosas e ideas….como es de esperarse….mas eso solo era el comienzo de mi educacion....
*Tome aire, mientras volvía a colocar mis manos alrededor del brazo de Dimitri, y continuábamos paseando, en definitiva era una noche bellísima y que mejor manera de pasarla que con alguien que comprende y sabe de música, el medio por el que generalmente estaba destinado a expresar lo que sentía y pensaba, tanto del mundo como de mi propias percepciones, le regale una sonrisa de seguro me estarían brillando los ojos como de quien habla de quien está enamorado, pues algo así me pasaba cuando hablaba de la música*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 1773
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
Escuché atentamente toda aquella historia de su vida que, pese a que yo no lo había preguntado por ella, me pareció interesante. No había llegado a pensar, y tampoco Zouis lo mencionaba en su carta, que aquella jovencísima muchacha era la hija de los emperadores de Japón. Aquello, en realidad, no era demasiado significativo a grosso modo puesto que ahora no era más que una exiliada. Sin embargo, para mí si que tenía sentido, y sí que cambiaba las cosas. No estaba hablando con cualquier instrumentista, sino con la mismísima hija del emperador. Por otro lado, teniendo en cuenta que en aquellas tierras una mujer no era nada, tan sólo un mero elemento decorativo, tampoco había de qué preocuparse. Además, la estricta educación que habría recibido en Japón debía ser más que suficiente para compensar aquel hecho.
-Una mujer ligada a la disciplina -comenté cuando terminó de relatar la historia que la había traído hasta aquí. - Debió haber sido duro para vos perder a vuestros padres y en tan poco tiempo tener que marcharos de Japón -comenté. En realidad, aquella historia era la de una princesita que huye de palacio, pero con el importante matiz de que no se había rebelado contra sus padres, sino contra su hermano y a la muerte de aquellos.
Seguí observando los ojos de aquella doncella y ambos nos detuvimos a la espera de que ella hablara. Después de comentar todo aquello, pensé que debía hablarme de sus aptitudes musicales, que al fin y al cabo era por lo que yo me había interesado. Sin embargo, no me molestó en absoluto que hablara de ella, sino más bien me gustó. Por un lado me parecía algo extraño que se sincerase de aquella manera con un vampiro al que acababa de conocer. Por otro, me encantaba que fuese capaz de hablarme y de sacarme de aquel ensimismamiento en el que me había introducido yo mismo.
-Espero que al menos este castigo no sea tan pesado. -comenté cuando dijo que vivía en París como castigo-. Y de igual manera -dije con una tenue sonrisa- espero que yo pueda hacer ese castigo más llevadero.
Aguardé a que ella desviase la mirada de mi rostro para continuar paseando. La gente comenzaba a marcharse de la Plaza y ya había menos interesados que fisgoneaban nuestra conversación con la boca entreabierta. Centré mi atención en los rojos y carnosos labios de Sakura cuando ésta siguió hablando de ella, esta vez sí, de sus dotes musicales.
-Así que fueron los monjes quienes os enseñaron a tocar el arpa... -dije finalmente. La imagen de una Sakura de cuatro años deslizando sus dedos por el arpa me cruzó la mente. En realidad, prefería imaginármela ahora, con un camisón de seda inglesa y los labios pintados de rojo, tocando el arpa para mí en un aposento privado.- Imagino que en cierto modo también os inclucarían la educación religiosa.
Hablé para desechar de mi mente aquella fantasía, pero no pude evitar seguir pensando en aquella maravillosa escena.
-Tengo entendido que el budismo es la religión establecida en Japón, ¿me equivoco?
-Una mujer ligada a la disciplina -comenté cuando terminó de relatar la historia que la había traído hasta aquí. - Debió haber sido duro para vos perder a vuestros padres y en tan poco tiempo tener que marcharos de Japón -comenté. En realidad, aquella historia era la de una princesita que huye de palacio, pero con el importante matiz de que no se había rebelado contra sus padres, sino contra su hermano y a la muerte de aquellos.
Seguí observando los ojos de aquella doncella y ambos nos detuvimos a la espera de que ella hablara. Después de comentar todo aquello, pensé que debía hablarme de sus aptitudes musicales, que al fin y al cabo era por lo que yo me había interesado. Sin embargo, no me molestó en absoluto que hablara de ella, sino más bien me gustó. Por un lado me parecía algo extraño que se sincerase de aquella manera con un vampiro al que acababa de conocer. Por otro, me encantaba que fuese capaz de hablarme y de sacarme de aquel ensimismamiento en el que me había introducido yo mismo.
-Espero que al menos este castigo no sea tan pesado. -comenté cuando dijo que vivía en París como castigo-. Y de igual manera -dije con una tenue sonrisa- espero que yo pueda hacer ese castigo más llevadero.
Aguardé a que ella desviase la mirada de mi rostro para continuar paseando. La gente comenzaba a marcharse de la Plaza y ya había menos interesados que fisgoneaban nuestra conversación con la boca entreabierta. Centré mi atención en los rojos y carnosos labios de Sakura cuando ésta siguió hablando de ella, esta vez sí, de sus dotes musicales.
-Así que fueron los monjes quienes os enseñaron a tocar el arpa... -dije finalmente. La imagen de una Sakura de cuatro años deslizando sus dedos por el arpa me cruzó la mente. En realidad, prefería imaginármela ahora, con un camisón de seda inglesa y los labios pintados de rojo, tocando el arpa para mí en un aposento privado.- Imagino que en cierto modo también os inclucarían la educación religiosa.
Hablé para desechar de mi mente aquella fantasía, pero no pude evitar seguir pensando en aquella maravillosa escena.
-Tengo entendido que el budismo es la religión establecida en Japón, ¿me equivoco?
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
*Había algo que me decía que con este hombre me podría poner a hablar de cualquier cosa y me escucharía atentó, no sonreí pero le veía a los ojos, a aquellos astros azules que brillaban con vida, pero que al mismo tiempo ya estaban muertos, como el vampiro que era el acompañante de aquella noche tan especial.*
-Si una vida sin libertades eso es lo que implica nacer en la realeza y más como mujer. De que yo hubiese sido barón todo sería distinto....
*Dije mientras bajaba la mirada y escondía tanto mis rasgos como mis ojos de aquel hombre que a veces sentía que en su mente me desnudaba o al menos eso se imaginaba, mas tampoco me sentí incomoda o molesta, simplemente aparte mi mirada viendo los ladrillos de las calles parisinas, por algunos segundos me solté de su brazo y camine un poco más lento para escucharle y también poder seguirle como era costumbre en mi país solo tras él. Y recordé a mi Sensei diciéndome “Sakura –san las mujeres que van por las calles siempre deben caminar tras los barones” a lo que yo siempre respondía “pero si no me voy a convertir en una geisha Sato-sensei y solo las geishas caminan tras sus Dannas”, eso me hizo que me detuviera por completo y en seco, lo que me obligo a subir la mirada para ver hacia el frente mientras escuchaba lo que decía*
-Fue cruel el haberme mandado a este lugar, obligarme a vestir como visten las mujeres parisinas y no permitirme el usar las ropas tradicionales de mi país…pero eso ya no importa ya que quien diría que en el lugar de tortura y de castigo encontraría una única bendición como la que vos me ofrecéis ahora…Gracias a vuestra oferta y a vos tendré el mejor de los alivios...
*Ya no volví a sonreír después de un rato, que era tal vez el único signo visible de que todavía me afectaba la perdida de mis padres y el castigo de mi hermano mayor, me observe el guante de encaje blanco después lo voltee a ver de nuevo a mi acompañante*
-Si los monjes me enseñaron a dominar las 2 únicas virtudes que poseo, que son las de el combate y la música, dirá usted que tal vez son virtudes que chocan entre sí pero están tan ligada una con la otra , tanto así que aprendí ambas al mismo tiempo. Al poco tiempo que mi madre había ido al templo y que aquel monje me vio, pronto nos fueron a visitar al palacio diciendo que habían visto capacidad en mi, mis padres no se opusieron a la idea de que me llevaran al templo a que me aleccionasen, formando en mi tal vez una posible candidato para la vida contemplativa, de celibato y de paz que llevan los monjes budistas, los cuales a pesar de que pueden acabar con la vida de cualquier individuo mortal o inmortal en el menor tiempo y sin que este tal vez reaccione a tiempo para darse cuenta de que ha muerto, no pelean y promueven la paz, así que de cierta manera mientras me educaron para tocar el arpa con disciplinas bastante duras tales como rozar una sola cuerda del arpa sin tocar las demás ya que cada cuerda es única y tiene su propia nota y sonido no me podia muever de ese lugar hasta que lo logresé, ya que decian "imaginate pequeña Sakura-san que esa cuerda que tus manos son el filo de una espada, y que si tocas otras cuerdas vas a dañar al cuerpo de tu oponente por lo que el oponente no debe sentir dolor en el resto del cuerpo, solo un roze ….".....
*Observe el cielo y vi la luna, y no supe si tal vez sería bueno que aquel hombre conociera la apariencia de mis manos ya que era única porque era donde precisamente comenzaba y terminaba del otro lado los tatuajes de mi espalda y costado derecho del cuerpo.*
-Si la formación religiosa fue en conjunto y lo que me ha preparado para lo que soy ahora y lo que quiero ser, a pesar de tener solo 16 años, pretendo algún día y espero sea pronto volver a Japón, llevar una vida de paz y celibato, para poder así recuperar el honor que mi familia ya perdido asi como también me vería obligada a quitarme la vida o a luchar para regresar el honor tanto a mi persona como a mi familia si alguien pretende robarme lo unico intacto que poseo. Aparte de que el Señor Raven le buscaría por órdenes de mi hermano y asesinaría a quien ha causado tan grave daño a la familia y a mi.
*Le mire a los ojos mientras relataba aquello, mientras me quitaba el blanco guante de encaje de una mano, y conforme salía el encaje se mostraba el complejo tatuaje del dorso de la mano y que continuaba en la muñecas para luego ser cubierto ya por las telas del vestido que usaba en ese momento*
- Esta en lo correcto el budismo es muy fuerte en Japón al igual que otra religión muy poderosa llamada el Sintoísmo que son de maneras y rituales muy similares. ¿Por que considera importante saber quiénes fueron mis Sensei y de donde obtuve las dotes artísticas Joven Lumière?, y decidme que opina al respecto os lo ruego.
*Me mire la mano con los tatuajes que no se entendían el significado ya que solo era una pequeña y mísera porción de todo el tatuaje y mire a los ojos a mi acompañante Inmortal*
-Si una vida sin libertades eso es lo que implica nacer en la realeza y más como mujer. De que yo hubiese sido barón todo sería distinto....
*Dije mientras bajaba la mirada y escondía tanto mis rasgos como mis ojos de aquel hombre que a veces sentía que en su mente me desnudaba o al menos eso se imaginaba, mas tampoco me sentí incomoda o molesta, simplemente aparte mi mirada viendo los ladrillos de las calles parisinas, por algunos segundos me solté de su brazo y camine un poco más lento para escucharle y también poder seguirle como era costumbre en mi país solo tras él. Y recordé a mi Sensei diciéndome “Sakura –san las mujeres que van por las calles siempre deben caminar tras los barones” a lo que yo siempre respondía “pero si no me voy a convertir en una geisha Sato-sensei y solo las geishas caminan tras sus Dannas”, eso me hizo que me detuviera por completo y en seco, lo que me obligo a subir la mirada para ver hacia el frente mientras escuchaba lo que decía*
-Fue cruel el haberme mandado a este lugar, obligarme a vestir como visten las mujeres parisinas y no permitirme el usar las ropas tradicionales de mi país…pero eso ya no importa ya que quien diría que en el lugar de tortura y de castigo encontraría una única bendición como la que vos me ofrecéis ahora…Gracias a vuestra oferta y a vos tendré el mejor de los alivios...
*Ya no volví a sonreír después de un rato, que era tal vez el único signo visible de que todavía me afectaba la perdida de mis padres y el castigo de mi hermano mayor, me observe el guante de encaje blanco después lo voltee a ver de nuevo a mi acompañante*
-Si los monjes me enseñaron a dominar las 2 únicas virtudes que poseo, que son las de el combate y la música, dirá usted que tal vez son virtudes que chocan entre sí pero están tan ligada una con la otra , tanto así que aprendí ambas al mismo tiempo. Al poco tiempo que mi madre había ido al templo y que aquel monje me vio, pronto nos fueron a visitar al palacio diciendo que habían visto capacidad en mi, mis padres no se opusieron a la idea de que me llevaran al templo a que me aleccionasen, formando en mi tal vez una posible candidato para la vida contemplativa, de celibato y de paz que llevan los monjes budistas, los cuales a pesar de que pueden acabar con la vida de cualquier individuo mortal o inmortal en el menor tiempo y sin que este tal vez reaccione a tiempo para darse cuenta de que ha muerto, no pelean y promueven la paz, así que de cierta manera mientras me educaron para tocar el arpa con disciplinas bastante duras tales como rozar una sola cuerda del arpa sin tocar las demás ya que cada cuerda es única y tiene su propia nota y sonido no me podia muever de ese lugar hasta que lo logresé, ya que decian "imaginate pequeña Sakura-san que esa cuerda que tus manos son el filo de una espada, y que si tocas otras cuerdas vas a dañar al cuerpo de tu oponente por lo que el oponente no debe sentir dolor en el resto del cuerpo, solo un roze ….".....
*Observe el cielo y vi la luna, y no supe si tal vez sería bueno que aquel hombre conociera la apariencia de mis manos ya que era única porque era donde precisamente comenzaba y terminaba del otro lado los tatuajes de mi espalda y costado derecho del cuerpo.*
-Si la formación religiosa fue en conjunto y lo que me ha preparado para lo que soy ahora y lo que quiero ser, a pesar de tener solo 16 años, pretendo algún día y espero sea pronto volver a Japón, llevar una vida de paz y celibato, para poder así recuperar el honor que mi familia ya perdido asi como también me vería obligada a quitarme la vida o a luchar para regresar el honor tanto a mi persona como a mi familia si alguien pretende robarme lo unico intacto que poseo. Aparte de que el Señor Raven le buscaría por órdenes de mi hermano y asesinaría a quien ha causado tan grave daño a la familia y a mi.
*Le mire a los ojos mientras relataba aquello, mientras me quitaba el blanco guante de encaje de una mano, y conforme salía el encaje se mostraba el complejo tatuaje del dorso de la mano y que continuaba en la muñecas para luego ser cubierto ya por las telas del vestido que usaba en ese momento*
- Spoiler:
- Esta en lo correcto el budismo es muy fuerte en Japón al igual que otra religión muy poderosa llamada el Sintoísmo que son de maneras y rituales muy similares. ¿Por que considera importante saber quiénes fueron mis Sensei y de donde obtuve las dotes artísticas Joven Lumière?, y decidme que opina al respecto os lo ruego.
*Me mire la mano con los tatuajes que no se entendían el significado ya que solo era una pequeña y mísera porción de todo el tatuaje y mire a los ojos a mi acompañante Inmortal*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 1773
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
Sus palabras parecían nacer de su boca cual río desbocado, pero el curso de éste siempre era sereno. Me mantuve a la espera de que aquel río llegara a su fin, y cuando lo hizo, me quedé sorprendido. Desde el principio había intuido que se trataba de una muchacha joven, pero no había imaginado que sólo tuviese dieciséis años. En efecto, era aún un pequeño pajarillo que intentaba alzar sus alas al vuelo. Y yo estaría ahí para mostrarle cómo debía de hacerlo.
La educación que había recibido me parecía bastante interesante, puesto que no sólo había educado su mente, sinó también, que era igual de importante, su cuerpo. Así pues, ante su pureza e inocencia no pude sino sentirme más alabado y feliz de tenerla en mi orquesta. Sabía que ya tenía el juego ganado, aunque ni siqueira hubiese pulsado una tecla del arpa. Quizá a veces no era necesario; en este caso, así lo era.
Cuando finalizó de contar su relato sobre su maestro, me preguntó por qué para mí era tan importante aquella parte. Voilà. C'est tout.
-No es que sea muy importante, es que prácticamente es la más importante. -utilicé aquel juego de palabras comparativo-superlativo para enfatizar lo que para mí significaba la figura del maestro.- Hay cientos de artistas que no han tenido la oportunidad de desarrollar sus habilidades musicales, por muy magníficas que estas fueran, porque no han tenido una buena educación. Y por otro lado, también los hay que no tenían demasiado sentido ni sensibilidad musical y sin embargo, a causa de tener un maestro competente, han podido llegar más lejos de que lo que podían llegar a imaginar. -Cesé nuestro paseo y miré directamente a los ojos de aquella preciosa jovencita- Mademoiselle Kotori, un maestro lo es todo; de hecho, la calidad de su maestría es un reflejo de las posibilidades de tu trayectoria musical. Si es un nefasto, entonces, no llegaréis lejos. Si es un gran profesional, creedme que antes o después vuestra magnificiencia saldrá a la luz.
Dejé de hablar durante algunos instantes, plagado de recuerdos de él, mi querido maître Zouis.
-Mi maestro es el mejor músico que ha existido jamás sobre la faz de la tierra. Creedme que así era. Jamás podré expresar verbalmente la calidad de su música, de sus improvisadas partituras y del eco que producía en mis sienes el vibrar de las cuerdas de su piano.
Miré a la joven. Ella parecía no entender bien. Quizá con el nombre de mi maestro, podría entender mejor lo que decía.
-Su nombre era L. Zouis. Fue conocidísimo tiempo atrás.Vos aún no habíais nacido. Quizás ni siquiera vuestros padres lo habían hecho. -supe que aquel dato podía extrañar a Sakura. Si bien hablaba de mi maestro en presente, decía que él pertenecía a otra época. Decidí, pues, mostrarle el dato que suponía antes o después tendría que saber- Él es, al igual que yo, inmortal; un vampiro.
La educación que había recibido me parecía bastante interesante, puesto que no sólo había educado su mente, sinó también, que era igual de importante, su cuerpo. Así pues, ante su pureza e inocencia no pude sino sentirme más alabado y feliz de tenerla en mi orquesta. Sabía que ya tenía el juego ganado, aunque ni siqueira hubiese pulsado una tecla del arpa. Quizá a veces no era necesario; en este caso, así lo era.
Cuando finalizó de contar su relato sobre su maestro, me preguntó por qué para mí era tan importante aquella parte. Voilà. C'est tout.
-No es que sea muy importante, es que prácticamente es la más importante. -utilicé aquel juego de palabras comparativo-superlativo para enfatizar lo que para mí significaba la figura del maestro.- Hay cientos de artistas que no han tenido la oportunidad de desarrollar sus habilidades musicales, por muy magníficas que estas fueran, porque no han tenido una buena educación. Y por otro lado, también los hay que no tenían demasiado sentido ni sensibilidad musical y sin embargo, a causa de tener un maestro competente, han podido llegar más lejos de que lo que podían llegar a imaginar. -Cesé nuestro paseo y miré directamente a los ojos de aquella preciosa jovencita- Mademoiselle Kotori, un maestro lo es todo; de hecho, la calidad de su maestría es un reflejo de las posibilidades de tu trayectoria musical. Si es un nefasto, entonces, no llegaréis lejos. Si es un gran profesional, creedme que antes o después vuestra magnificiencia saldrá a la luz.
Dejé de hablar durante algunos instantes, plagado de recuerdos de él, mi querido maître Zouis.
-Mi maestro es el mejor músico que ha existido jamás sobre la faz de la tierra. Creedme que así era. Jamás podré expresar verbalmente la calidad de su música, de sus improvisadas partituras y del eco que producía en mis sienes el vibrar de las cuerdas de su piano.
Miré a la joven. Ella parecía no entender bien. Quizá con el nombre de mi maestro, podría entender mejor lo que decía.
-Su nombre era L. Zouis. Fue conocidísimo tiempo atrás.Vos aún no habíais nacido. Quizás ni siquiera vuestros padres lo habían hecho. -supe que aquel dato podía extrañar a Sakura. Si bien hablaba de mi maestro en presente, decía que él pertenecía a otra época. Decidí, pues, mostrarle el dato que suponía antes o después tendría que saber- Él es, al igual que yo, inmortal; un vampiro.
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
*Me miro directamente a los ojos lo que me hizo alzar una ceja sorprendida de que repentinamente nos hubiésemos detenido y que me mirara a los ojos y lo escuche atenta a cada palabra, el nombre de su maestro en algún momento alguno de los monjes lo había mencionado y fue donde hile todo. Uno de los monjes, de los que más viajaban y sabían del mundo había conocido en Europa a un gran pianista, no solo había sido grande sino había sido un genio y el que fuera vampiro lo hacía mucho más interesante y al parecer se habían hecho grandes amigos el monje y aquel genio de la música. Yo solo había pensado que era una leyenda que aquel viejo monje me contaba para darme inspiración y ánimos en los momentos que estaba a punto de rendirme*
-No puede ser……entonces es cierto aquel relato…
*Dije pensando en vos alta me hice para atrás e hice una reverencia y le dije a mi acompañante*
-Si usted fue alumno de aquel genio musical, será un honor que me instruya y pertenecer a vuestra orquesta. Hare lo que vos me pida.
*Agache la cabeza y me hinque en el suelo con ambas rodillas en señal de respeto, pues también había escuchado relatos sobre con quien ahora mismo estaba hablando era el aprendiz y otro genio musical solo que del otro instrumento que yo tocaba el Violín. No podía creer que estuviera ante uno de mis ídolos musicales y genios, los monjes no estaban muy de acuerdo en su música pues les parecía pasional pero a mí me parecía fantástica y maravillosa. Pero mi frialdad y mi margen cultural no me permitieron expresar el honor, felicidad y alegría que sentía en eso momentos más que hincándome y bajando mi cabeza. La sonrisa que se había perdido unos instantes atrás volvió aunque igualmente pasiva y fría que las anteriores ocasiones.*
-Es un honor el estar ante un genio.
*Dije mientras colocaba mis manos en mi regazo, manos ya sin los guantes que las cubrían, y mantuve así mi cabeza, baja*
-No puede ser……entonces es cierto aquel relato…
*Dije pensando en vos alta me hice para atrás e hice una reverencia y le dije a mi acompañante*
-Si usted fue alumno de aquel genio musical, será un honor que me instruya y pertenecer a vuestra orquesta. Hare lo que vos me pida.
*Agache la cabeza y me hinque en el suelo con ambas rodillas en señal de respeto, pues también había escuchado relatos sobre con quien ahora mismo estaba hablando era el aprendiz y otro genio musical solo que del otro instrumento que yo tocaba el Violín. No podía creer que estuviera ante uno de mis ídolos musicales y genios, los monjes no estaban muy de acuerdo en su música pues les parecía pasional pero a mí me parecía fantástica y maravillosa. Pero mi frialdad y mi margen cultural no me permitieron expresar el honor, felicidad y alegría que sentía en eso momentos más que hincándome y bajando mi cabeza. La sonrisa que se había perdido unos instantes atrás volvió aunque igualmente pasiva y fría que las anteriores ocasiones.*
-Es un honor el estar ante un genio.
*Dije mientras colocaba mis manos en mi regazo, manos ya sin los guantes que las cubrían, y mantuve así mi cabeza, baja*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 1773
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
Me abrumaban las palabras de la joven heredera japonesa, pero no podía sino seguir escuchándola. Antes de concluir, me volví a perder en sus labios rojos, quizá por última vez aquella noche, y después hablé con voz clara y dulce, sin apartar los ojos de sus azules.
-Entonces será para mí un honor que vengáis a visitar mi teatro en cuanto podáis. La semana próxima sería un tiempo perfecto para volver a veros, mademoiselle. Haré que os manden un coche de caballos para que vengáis a verme. Tan sólo decidme dónde vivís, y podré oíros tocar entonces.
Esperé a que ella contestara, para poder poner fin a aquella visita. Había sido encantadora, tanto ella como la noche que acaecía, puesto que, aunque fría, el cálido murmullo de su rostro era más que reconfortante. Aquella noche, al menos, había sido suficiente para mí. Ahora sólo podía pensar en verla otra vez y comprobar las habilidades musicales de las que me había hablado mi maestro.
De nuevo, volví a dejar mi mente volar sobre aquellos pensamientos dañinos y sufridos que, antes o después, tendrían que ocupar mi mente. Seguía preguntándome, una y otra vez, por qué demonios aquel músico cruel y frígido no me había dado ni una pista de su paradero. "Me he cansado de tí, Dimitri", me dijo simplemente la última vez que nos vimos. Y si era así, ¿por qué entonces ahora me mandaba una preciosa cambiaformas que según él tocaba el arpa como los ángeles?
Quizás mis dudas se desvanecerían cuando la escuchara tocar, pero tan sólo podría comprobarlo cuando ella viniese a mi teatro.
-Entonces será para mí un honor que vengáis a visitar mi teatro en cuanto podáis. La semana próxima sería un tiempo perfecto para volver a veros, mademoiselle. Haré que os manden un coche de caballos para que vengáis a verme. Tan sólo decidme dónde vivís, y podré oíros tocar entonces.
Esperé a que ella contestara, para poder poner fin a aquella visita. Había sido encantadora, tanto ella como la noche que acaecía, puesto que, aunque fría, el cálido murmullo de su rostro era más que reconfortante. Aquella noche, al menos, había sido suficiente para mí. Ahora sólo podía pensar en verla otra vez y comprobar las habilidades musicales de las que me había hablado mi maestro.
De nuevo, volví a dejar mi mente volar sobre aquellos pensamientos dañinos y sufridos que, antes o después, tendrían que ocupar mi mente. Seguía preguntándome, una y otra vez, por qué demonios aquel músico cruel y frígido no me había dado ni una pista de su paradero. "Me he cansado de tí, Dimitri", me dijo simplemente la última vez que nos vimos. Y si era así, ¿por qué entonces ahora me mandaba una preciosa cambiaformas que según él tocaba el arpa como los ángeles?
Quizás mis dudas se desvanecerían cuando la escuchara tocar, pero tan sólo podría comprobarlo cuando ella viniese a mi teatro.
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
*Me levante del suelo y sonreía mientras escuchaba lo que decía aquel talentoso ser ante mis ojos, la verdad nunca pensé que fuera un vampiro pero bueno eso era algo que sinceramente no tenía importancia hice una reverencia de nuevo*
-Me parece excelente la próxima semana Joven Lumière será un placer visitar su teatro y me disculpo si es que mi comportamiento de hace unos instantes lo ha incomodado. Me acompaña a casa esta noche para que sepa donde mandar esos caballos si le parece?....
*Sonreí de nuevo mientras sentía su mirada pasar de mi boca a mis ojos, sus azules eran fríos pero también expresivos se veía emocionado pero al mismo tiempo perturbado*
-Lamento si le cause alguna molestia o algunos no gratos recuerdos…me disculpo sinceramente y le agradezco de nuevo por darme una oportunidad tan maravillosa como es la de tocar con vosotros.
*Comenzamos a caminar hacia el norte por un buen rato hasta llegar a una mansión grande de color beige y los bordes blancos, la casa tenia arquitectura que pertenecía al periodo gótico, sus rejas que tenían como terminación la simulaciones de una punta de lanza en color negro se extendía hasta el final del portón, un pasillo de mármol blanco era el camino que daba a la entrada de la casa donde en cada esquina del techo había estatuas de gárgolas, los jardines tenían y se veían amplios y sembrados en ellos flores de todos colores, saque las llaves de mi bolso y las introduje en el candado empuje la reja, le agradecí con un gran apretón de manos y dando solo algunos pasos hacia el interior la puerta de la casa se abrió y un hombre mayor que yo e incluso que el vampiro que me acompañaba salió vestido como mayordomo y dijo*
-Señorita Kotori el señor Raven la espera para que lo cure…..
-Voy en seguida Fernado-sama…..solo me despido del Joven Lumière y en seguida le atenderé….
-Está bien pero dese prisa que se puso muy mal mientras usted no estaba……
-Hai…
*Le respondí al hombre en japonés y le dedique una sonrisa al vampiro*
-Bueno Joven Lumière como ve me tengo que retirar….pero espero su carta con la hora a la que va mandar a los caballos y el día…..pregunte por la mansión Raven o por mí.
*Y haciendo una reverencia final, espere como buena dama educada a que el joven se retirara*
-Me parece excelente la próxima semana Joven Lumière será un placer visitar su teatro y me disculpo si es que mi comportamiento de hace unos instantes lo ha incomodado. Me acompaña a casa esta noche para que sepa donde mandar esos caballos si le parece?....
*Sonreí de nuevo mientras sentía su mirada pasar de mi boca a mis ojos, sus azules eran fríos pero también expresivos se veía emocionado pero al mismo tiempo perturbado*
-Lamento si le cause alguna molestia o algunos no gratos recuerdos…me disculpo sinceramente y le agradezco de nuevo por darme una oportunidad tan maravillosa como es la de tocar con vosotros.
*Comenzamos a caminar hacia el norte por un buen rato hasta llegar a una mansión grande de color beige y los bordes blancos, la casa tenia arquitectura que pertenecía al periodo gótico, sus rejas que tenían como terminación la simulaciones de una punta de lanza en color negro se extendía hasta el final del portón, un pasillo de mármol blanco era el camino que daba a la entrada de la casa donde en cada esquina del techo había estatuas de gárgolas, los jardines tenían y se veían amplios y sembrados en ellos flores de todos colores, saque las llaves de mi bolso y las introduje en el candado empuje la reja, le agradecí con un gran apretón de manos y dando solo algunos pasos hacia el interior la puerta de la casa se abrió y un hombre mayor que yo e incluso que el vampiro que me acompañaba salió vestido como mayordomo y dijo*
-Señorita Kotori el señor Raven la espera para que lo cure…..
-Voy en seguida Fernado-sama…..solo me despido del Joven Lumière y en seguida le atenderé….
-Está bien pero dese prisa que se puso muy mal mientras usted no estaba……
-Hai…
*Le respondí al hombre en japonés y le dedique una sonrisa al vampiro*
-Bueno Joven Lumière como ve me tengo que retirar….pero espero su carta con la hora a la que va mandar a los caballos y el día…..pregunte por la mansión Raven o por mí.
*Y haciendo una reverencia final, espere como buena dama educada a que el joven se retirara*
Última edición por Sakura Kotori Zhang Li el Sáb Ene 15, 2011 12:31 am, editado 1 vez
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 1773
Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le colibri musical (Sakura Kotori)
Y, en efecto, acompañé a aquella belleza oriental hasta su residencia, donde la dejé observando cómo funcionaba aquel ambiente hogareño. Dudaba en mi interior, sin embargo, que alguna vez mademoiselle Kotori llegara a sentir aquello como su hogar. Sin duda, su verdadero hogar estaba allí donde estuviese su familia, que al parecer había desaparecido de la nada.
Me parecía tan frágil... Tan bella, pero desde luego, tan inocente y ajena a las crueles verdades del mundo. Su música debía de sonar así, pero sin duda, la única manera de saber aquello sería citándola en mi teatro. Ansiaba ya volver a verla y escuchar su arpa angelical, y volver a fantasear con aquellos labios rojizos que no veían la hora de irse de mi mente.
Miré por última vez sus ojos claros y me despedí de ella con una elegante reverencia. Todo cuanto ansiaba debía ser cumplido, pero necesitaba tiempo. Mucho tiempo para poder enamorar a aquella flor de invernadero. Al fin y al cobo sólo era eso, un dulce colibrí musical.
Me parecía tan frágil... Tan bella, pero desde luego, tan inocente y ajena a las crueles verdades del mundo. Su música debía de sonar así, pero sin duda, la única manera de saber aquello sería citándola en mi teatro. Ansiaba ya volver a verla y escuchar su arpa angelical, y volver a fantasear con aquellos labios rojizos que no veían la hora de irse de mi mente.
Miré por última vez sus ojos claros y me despedí de ella con una elegante reverencia. Todo cuanto ansiaba debía ser cumplido, pero necesitaba tiempo. Mucho tiempo para poder enamorar a aquella flor de invernadero. Al fin y al cobo sólo era eso, un dulce colibrí musical.
Dimitri Lumière- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 25/07/2010
Temas similares
» Sakura Kotori
» Sakura Kotori Zhang Li
» El arpa de Moscú (Sakura Kotori)
» Descansando en el bosque [Sakura Kotori]
» Viñedos de Lindemann [Sakura Kotori Zhang Li]
» Sakura Kotori Zhang Li
» El arpa de Moscú (Sakura Kotori)
» Descansando en el bosque [Sakura Kotori]
» Viñedos de Lindemann [Sakura Kotori Zhang Li]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour