AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Leaked out | João |
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Leaked out | João |
“Y por primera vez capto que ser joven no significa sólo tener pocos años
sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."
— ¿No había elegido aquella? — Interrogó el albino sin remordimiento alguno al divertirse con los males crédulos de una joven mujer que hasta hacía un par de minutos, se había precipitado a creer que el gitano era de los trigos más limpios. Aquella fémina se inclinó para recoger una nueva carta desde el piso. El hombre tronó sus dedos. Sonrieron al encontrar la mirada del otro en sincronía y éste, entendiendo que se enfrentaba a alguien más débil o más pobre, decidió devenir los ciertos motivos que daba su fortuna.
Un hombre más rico se convirtió en su presa más fuerte, lo veía caminar con un chico pobre a su costado, quizás un criado, pero a decir verdad, no le interesaban esos detalles.
Lanzó nuevamente sus cartas sobre el suelo, miles de personas rodeaban su distancia, más ni una de ellas se atrevió a acercarse. Era fuerte, vigoroso, aplastaría hasta al personaje más diminuto si de tener los motivos necesarios se tratase. Misma razón que lo tenía confiado en el marcado, era una cadena de muchedumbre comprando y dando prioridad tan solo a gastar dinero en necesidades específicas. Le parecía natural la ignorancia que tenían sobre el tema “Destino”, “Futuro” o “Presagio” entonces pues, comenzaba a usar sus dotes para atraer.
—Señores ¿No le causa cuidado que sucederá al salir de éste lugar? — Caminaba tan sólo de un lado hacía otro, no era más de 2 metros que abarcaba con sus pies, y mientras dejaba lanzar una moneda por los aires, recibía la misma con su mano contraria para repetir dicha acción una y otra vez — Quien adivine en que cara sale la moneda, tendrá una lectura gratuita, confíe en su gitano — Sentenció, sin desviar la vista de aquel obeso hombre ricachón que ya comenzaba a desviar la vista ante el monologo que hacía el gitano.
Para desgracia del hombre una mujer de alta sociedad alertó sus sentidos con una cantarina voz, adivinando el eje de la moneda — Saque su carta — Masculló, sin desviar la mirada del sujeto que ahora extendía su interés al barbón. Inició su trabajo y cuando la damisela dejaba un par de billetes entre sus descuidadas manos, alertó sus sentidos a la voz de un pequeño renacuajo que antes ya conocía. Joao.
El muchacho tomaba la atención de quien había sido su punto de interés durante minutos — Sabandija — Murmuró, levantando sus pertenencias del suelo. Cogió las cartas entre sus manos y en un lento andar, se detuvo tras la diminuta figura del gitano menor. Oyó con atención cada grabado que marcaba en la creencia del hombre. Se armaba de ideas bastantes rebuscadas para engañarlo y lo lograba a la perfección. Relamió sus labios y cruzando ambos brazos frente a su pecho, se dedicó todo el momento a detallar cada movimiento del enano. El hombre se fue. El chico guardaba dinero en su bolsillo.
— ¿Por qué no has regresado al campamento? Tengo la ligera sospecha, o no… estoy seguro de que te buscan hasta por debajo de las piedras, les agradará saber que estás mucho mejor que varios de nosotros — Si bien, ambos personajes no tenían la mejor relación, Josiah contaba con la dura creencia que una vez gitano, siempre lo serás. Si uno de los propios huía, jamás se le negaría una palabra, ayuda o… por parte de éste, el cinismo.
—Actúas muy bien ¿Dónde te habías metido? — Sacó de su bolso un par de manzanas que anteriormente había hurtado de un puesto cercano, lanzado la sobrante a las manos del joven que ahora lo observaba.
El albino marcó una gran mordida a la fruta, limpiando el licor que ésta dejaba con su antebrazo, entre tanto esperaba expectante las palabras de su compañero.
Última edición por Josiah D'Olincourt el Lun Nov 27, 2017 7:32 pm, editado 1 vez
Josiah D'Olincourt- Gitano
- Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 20/04/2014
Re: Leaked out | João |
Había pasado más de dos días fuera del campamento gitano. Realmente no importaba donde pasaba la noche, debajo de un puente, en alguna casona abandonada o en los jardines de algún despistado francés. Su propósito aún no estaba bien definido y aunque sentía demasiado rencor hacia los seres sobrenaturales por el asesinato a su vieja comarca no contaba con los recursos ni con la fuerza para hacerles frente. De tal modo que caminaba solo sin rumbo fijo aventurándose en nuevos episodios desde que desembarcó en la capital gala. La noche anterior no había sido del todo buena, casi no había dormido por el hecho de mantenerse alerta para no ser atrapado por un par de rufianes mucho más grandes que él a quienes había estafado horas antes. Nunca medía los riesgos de esos robos y aunque hasta entonces había salido avante, tenía que idear un mejor plan a partir de ese entonces.
Caminaba por las calles de regreso a los grandes suburbios para descansar y planear su siguiente asalto, no obstante el hambre se le adelantó un poco antes, metió la mano dentro de los bolsillos y contó los francos, apenas alcanzaban para sobrevivir ese día. Si los gastaba debía tener un plan B para no tener que huir nuevamente el día siguiente. Miró con cautela a los personajes que deambulaban por el mercado en su mayoría personas de bajos recursos o pertenecientes a la clase media, casi una hora dando solo vueltas pero bien valieron la pena cuando detectó a un hombre de complexión gruesa, noble quizás o de alta cuna, había aprendido a leer a los desconocidos mediante su lenguaje corporal y la forma en que se expresaban. Algo bueno debía salir de aquel encuentro fortuito, corrió y forma premeditada se estrelló contra él, en un movimiento rápido y preciso tomó uno de los anillos del desconocido.
–Oh buen hombre siento haberle importunado de ese modo– soltó y se apresuró a limpiar su ropa ahora empolvada.
–Pero por favor espere, luce algo preocupado, quizás debido a una pérdida material, alguna reliquia que pertenecía a su familia quizás–
El hombre buscó entre su abrigo pero todo estaba en orden, aunque se notó consternado al notar que hacía falta uno de sus anillos.
–Lo sabía, algo perdido en estos días, descuide buen hombre mi nombre es Lionel el pequeño mago y le ayudaré a recuperar su objeto perdido–
De pie frente al hombre agito sus mangas.
–¡Nada por aquí nada por acá!–
Movió el puño contra el aire simulando una ligera explosión. Contaba con diversos recursos para engañar, estafar y huir así que una actuación como esa no resultaba de todo ajena dentro del ir y venir del pequeño.
–Voilà que tenemos aquí–
Mostró el anillo al hombre y antes de que este pudiera reaccionar hizo uso de su habilidad para controlar el humor del desconocido a modo que todo aquel acto barato saliera a su favor.
Ligeramente asombrado el hombre tomó la joya y sonrió únicamente, de inmediato le entregó un par de francos más. El pequeño gitano se mostró agradecido, había resultado mucho mejor de lo que pensó. Se disponía a guardar el dinero para comprar algo de comida más tarde cuando la voz grave de otra persona le tomó por sorpresa.
–¡Hey! ¿Así estuviste parado ahí todo este tiempo? Y nada de sabandija, bien sabemos que ese hombre tiene francos de sobra–
Se mantuvo de pie y aunque parecía haberle visto con anterioridad prefirió mantenerse al margen de la situación. Recibió de golpe la fruta y la limpió con los holanes de la camisa maltrecha.
–Estuve fuera solo un par de noches, tu sabes, buscando recursos para no morir de hambre, eso no fue nada, debiste ver la vez en la cual pude escapar de 5 hombres– levantó las cejas de forma picara admitiendo su culpabilidad, porque siempre estaba consciente de las fechorías que hacía.
–Tu, eres Josiah ¿Cierto? Te había visto ya días antes en el campamento, soy João–
Extendió su diestra presentándose.
Caminaba por las calles de regreso a los grandes suburbios para descansar y planear su siguiente asalto, no obstante el hambre se le adelantó un poco antes, metió la mano dentro de los bolsillos y contó los francos, apenas alcanzaban para sobrevivir ese día. Si los gastaba debía tener un plan B para no tener que huir nuevamente el día siguiente. Miró con cautela a los personajes que deambulaban por el mercado en su mayoría personas de bajos recursos o pertenecientes a la clase media, casi una hora dando solo vueltas pero bien valieron la pena cuando detectó a un hombre de complexión gruesa, noble quizás o de alta cuna, había aprendido a leer a los desconocidos mediante su lenguaje corporal y la forma en que se expresaban. Algo bueno debía salir de aquel encuentro fortuito, corrió y forma premeditada se estrelló contra él, en un movimiento rápido y preciso tomó uno de los anillos del desconocido.
–Oh buen hombre siento haberle importunado de ese modo– soltó y se apresuró a limpiar su ropa ahora empolvada.
–Pero por favor espere, luce algo preocupado, quizás debido a una pérdida material, alguna reliquia que pertenecía a su familia quizás–
El hombre buscó entre su abrigo pero todo estaba en orden, aunque se notó consternado al notar que hacía falta uno de sus anillos.
–Lo sabía, algo perdido en estos días, descuide buen hombre mi nombre es Lionel el pequeño mago y le ayudaré a recuperar su objeto perdido–
De pie frente al hombre agito sus mangas.
–¡Nada por aquí nada por acá!–
Movió el puño contra el aire simulando una ligera explosión. Contaba con diversos recursos para engañar, estafar y huir así que una actuación como esa no resultaba de todo ajena dentro del ir y venir del pequeño.
–Voilà que tenemos aquí–
Mostró el anillo al hombre y antes de que este pudiera reaccionar hizo uso de su habilidad para controlar el humor del desconocido a modo que todo aquel acto barato saliera a su favor.
Ligeramente asombrado el hombre tomó la joya y sonrió únicamente, de inmediato le entregó un par de francos más. El pequeño gitano se mostró agradecido, había resultado mucho mejor de lo que pensó. Se disponía a guardar el dinero para comprar algo de comida más tarde cuando la voz grave de otra persona le tomó por sorpresa.
–¡Hey! ¿Así estuviste parado ahí todo este tiempo? Y nada de sabandija, bien sabemos que ese hombre tiene francos de sobra–
Se mantuvo de pie y aunque parecía haberle visto con anterioridad prefirió mantenerse al margen de la situación. Recibió de golpe la fruta y la limpió con los holanes de la camisa maltrecha.
–Estuve fuera solo un par de noches, tu sabes, buscando recursos para no morir de hambre, eso no fue nada, debiste ver la vez en la cual pude escapar de 5 hombres– levantó las cejas de forma picara admitiendo su culpabilidad, porque siempre estaba consciente de las fechorías que hacía.
–Tu, eres Josiah ¿Cierto? Te había visto ya días antes en el campamento, soy João–
Extendió su diestra presentándose.
Nnamdi- Esclavo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 29/07/2015
Re: Leaked out | João |
Soy un error temerario
Soy una noche fría, toma el pecado.
Soy una noche fría, toma el pecado.
Reunía las características por las cuales había oído hablar de él en el campamento, características muy básicas pero que le hicieron pensar que un joven de aproximadamente 12 años, rufián, sabio y astuto podría tratarse de él. Y así era. Josiah no evitó lanzar una carcajada que quería entre ambos luego de dar una o dos mordidas más a esa fruta.
Se inclinó hasta él, no lo suficiente, pues no se trataba del todo de un niño. Observó sus facciones, su anatomía y su postura frente a los otros. Se manejaba en perfectas condiciones — Estuve el tiempo necesario para dar fe de mis comentarios, todo indica que no necesitas de alguien que cuide tus pasos ¿No? — Extendió su rostro señalando al ricachón que se iba encantado de la vida después de la escena que le había ofrecido el que hasta el momento venía siendo su compañero en ese mercado — El hombre se fue feliz, algo contradictorio para haber sido estafado — Bromeó, tronando sus dedos mientras iniciaba pasos por el sendero que dejaba aquel local para los transeúntes. Hizo un gesto para que Joao le acompañase.
Y tal como lo afirmaba, en efecto, lo sabía, conocía las necesidades que se provocaban en el campamento cuando nadie salía a recolectar. Aunque fuese un trabajo individual, muchos de los asentados en ese lugar acostumbran a compartir sus salarios con quienes necesitan de éste o con las mujeres que se encargaban de cocinar o mantener las tiendas al día. Recordó también que el jamás había proporcionado dinero al grupo y se negó ante la idea de hacerlo algún día, quizás el gitano joven frente a sus ojos trabajaba de la misma manera, beneficio propio.
Regresó la atención a su relato y en medio de éste pudo estallar en una jocosa carcajada que llamó la atención a más de uno de los comerciantes del lugar — ¿Cuatro? ¿Tú cargaste con cuatro estafas en un mismo momento? ¡Vaya, sí que buscas el peligro a manos llenas, muchacho! — Exclamó dirigiendo su mano a estrechar la ajena — Sí, soy Josiah y sabía a la perfección quien eres, solo que desconocía el motivo por el cual habías desaparecido — Sopeso su sorpresa y luego en una media sonrisa murmuro, con un tono de voz suficiente para ser escuchado — Aunque parecía más interesante la idea de que habías sido raptado por un vampiro o un lycan y que cobrarían recompensa, o que un hechicero te había llevado consigo para practicar nuevos trucos — Le quedo viendo y negó chasqueando la punta de su lengua — Pero no, estabas acá, frente a sus narices haciendo de las tuyas —
Desvió la vista por el lugar para regresar a su acompañante sin tener un rumbo fijo de hacía dónde ir — ¿Estás metido en algún lío o podrás ir conmigo a las calles a ver si la fortuna juega a nuestro favor y trabajamos juntos? — Sinceró, pues bien sabido era que todo gitano buscaba negocios, ideas nuevas para trabajar y llenar sus bolsillos de dinero.
— ¿O quieres regresar al campamento? —
Josiah D'Olincourt- Gitano
- Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 20/04/2014
Re: Leaked out | João |
El día pintaba mucho mejor de lo que esperaba. Contaba con un poco de comida para sobrevivir las noches venideras, aunado a un par de francos mal habidos, se podía decir que de cierto modo era millonario comparado con las carencias que normalmente vivía en las calles. Porque, a pesar de ser un gitano y poder asentarse en el campamento, prefería salir a dar “paseos” largos y de esa manera hallar nuevas rutas de escape o poner en práctica nuevas enseñanzas que desarrollaba con sus habilidades. No estaba seguro de cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que utilizó su maso de cartas o leyó una taza de té, pues los golpes de la vida le orillaban a recurrir a otras usanzas menos ortodoxas para sobrevivir. ¿Qué pensaría su madre si lo viese en esos pasos? Seguramente le daría una tunda para abrazarlo más tarde y explicarle que no era la forma de andar por la vida. No obstante tenía que adaptarse a esas condiciones precarias para no morir y era bien sabido que en las calles parisinas no existía reglamento cuando la única condición era sobrevivir.
Con un fuerte apretón de manos quedó establecida esa amistad peculiar con aquel hombre.
–Soy muy independiente y fuerte– exclamó haciendo una simulación con los brazos arriba mostrando una falsa musculatura.
De inmediato tomó el ritmo de la caminata de su nuevo compañero y mientras él hablaba un poco sorprendido por la forma en la cual había escapado anteriormente después de haber cometido sus fechorías.
–Tan solo vi la oportunidad y la tomé, te soy honesto, no sabía si funcionaría pero pude probarme a mí mismo que puedo con eso y más. Dime Josiah ¿Acaso no hubieras hecho lo mismo dado el momento? La vida en las calles es muy difícil como para titubear–
Explicó escuetamente para después darle una mordida generosa a la manzana. Las facciones del jovencito se tornaron ligeramente reacias cuando escuchó los términos sobrenaturales. Y es que su pasado estaba mancillado con la sangre de su madre y de los suyos en Portugal, después de que su campamento desapareciera a manos de uno de esos monstruos y cuando tuvo la edad suficiente para comprender y razonar, se prometió a si mismo algún día ser lo suficientemente fuerte para enfrentarles. Evitó hacer un comentario al respecto pero era evidente que el tema le disgustaba, se limitó a seguir degustando del fruto y caminar de forma acompasada. Después de un par de segundos se animó a retomar la conversación.
–Frecuento estas calles por lo regular, son como la palma de mi mano, podría ir y venir sin perderme. Claro está que siempre que actúo es de forma improvisada, creo que las cosas resultan mucho mejor a tener pensado que hacer–
Decía con voz orgullosa. Era verdad. Cada acto que regía su vida últimamente nacía del instinto de supervivencia, así fue desde el momento que quedó abandonado a su suerte y así seguiría. Se detuvo en seco cuando Josiah le propuso actuar de manera conjunta. Los ojos del niño estudiaron al hombre, como sin ese acto pudiera cerciorarse de la veracidad de su propuesta.
–Estoy limpio Josiah ¿Qué me dices de ti? Veamos, veamos un hombre y un niño, me parece que cosas buenas podrían suceder si actuamos con inteligencia, a decir verdad el campamento puede esperar, aún es temprano y podemos conseguir un buen botín si elegimos a las personas adecuadas–
Volvió a estrechar la mano ajena.
–Es un trato. Pero antes, si vamos a estar juntos en eso debes prometer que no jugaras sucio con tu nuevo aliado, ahora levanta la mano en señal de promesa–
A su modo quería asegurar que no sería traicionado pero después de todo olvidó que ningún gitano juega limpio ¿O era solo que la inocencia propia de su edad le estaba jugando en contra? Después de todo era tan solo un chiquillo.
Con un fuerte apretón de manos quedó establecida esa amistad peculiar con aquel hombre.
–Soy muy independiente y fuerte– exclamó haciendo una simulación con los brazos arriba mostrando una falsa musculatura.
De inmediato tomó el ritmo de la caminata de su nuevo compañero y mientras él hablaba un poco sorprendido por la forma en la cual había escapado anteriormente después de haber cometido sus fechorías.
–Tan solo vi la oportunidad y la tomé, te soy honesto, no sabía si funcionaría pero pude probarme a mí mismo que puedo con eso y más. Dime Josiah ¿Acaso no hubieras hecho lo mismo dado el momento? La vida en las calles es muy difícil como para titubear–
Explicó escuetamente para después darle una mordida generosa a la manzana. Las facciones del jovencito se tornaron ligeramente reacias cuando escuchó los términos sobrenaturales. Y es que su pasado estaba mancillado con la sangre de su madre y de los suyos en Portugal, después de que su campamento desapareciera a manos de uno de esos monstruos y cuando tuvo la edad suficiente para comprender y razonar, se prometió a si mismo algún día ser lo suficientemente fuerte para enfrentarles. Evitó hacer un comentario al respecto pero era evidente que el tema le disgustaba, se limitó a seguir degustando del fruto y caminar de forma acompasada. Después de un par de segundos se animó a retomar la conversación.
–Frecuento estas calles por lo regular, son como la palma de mi mano, podría ir y venir sin perderme. Claro está que siempre que actúo es de forma improvisada, creo que las cosas resultan mucho mejor a tener pensado que hacer–
Decía con voz orgullosa. Era verdad. Cada acto que regía su vida últimamente nacía del instinto de supervivencia, así fue desde el momento que quedó abandonado a su suerte y así seguiría. Se detuvo en seco cuando Josiah le propuso actuar de manera conjunta. Los ojos del niño estudiaron al hombre, como sin ese acto pudiera cerciorarse de la veracidad de su propuesta.
–Estoy limpio Josiah ¿Qué me dices de ti? Veamos, veamos un hombre y un niño, me parece que cosas buenas podrían suceder si actuamos con inteligencia, a decir verdad el campamento puede esperar, aún es temprano y podemos conseguir un buen botín si elegimos a las personas adecuadas–
Volvió a estrechar la mano ajena.
–Es un trato. Pero antes, si vamos a estar juntos en eso debes prometer que no jugaras sucio con tu nuevo aliado, ahora levanta la mano en señal de promesa–
A su modo quería asegurar que no sería traicionado pero después de todo olvidó que ningún gitano juega limpio ¿O era solo que la inocencia propia de su edad le estaba jugando en contra? Después de todo era tan solo un chiquillo.
Nnamdi- Esclavo
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 29/07/2015
Re: Leaked out | João |
Algo ocurrió
Una extraña sensación
Un presentimiento
Una extraña sensación
Un presentimiento
Josiah acostumbraba a trabajar en sitios eriazos. Lugares que no eran muy recurrentes para personajes que llamasen la tensión y dónde mismo, no le reconocerían si armaba un escándalo. Así se manejaba él, pero dentro de unas semanas atrás descubrió que el sitio perfecto para llevar a cabo sus fechorías sería el mercado, pues allí, además de ser el lugar más concurrido por todo tipo de clases sociales, era el sitio perfecto para no ver rostros conocidos ¿Cómo hacerlo? Si el tráfico de personajes cambiaba cada 15 minutos, mientras unos salían con las compras hechas, otros llegaban con la necesidad en la mente, justo momento que aprovechaba el barbón de implantar en sus cabezas necesidades que no tenían planeadas. Ideas y dudas de las cuales carecían, a decir verdad. Verdades que eran completamente falsas y pronósticos de vida que dejaban una sonrisa en el rostro inocente y dinero en el bolsillo del albino. Se manejó a la perfección hasta encontrarse con el joven gitano que lo acompañaba ahora a su lado para da ruta vuelta por ese enorme sitio donde nuevamente encontraría una ruta donde establecer de nueva cuenta sus andanzas.
— Las oportunidades no se dejan pasar, eso es cierto… — Bajó la mirada el chico para así destellar una ligera sonrisa que se camufló entre la barba abundante que cubría parte de su rostro — Pero no todas las posibilidades de hacer algo son oportunidades… muchas veces las malas decisiones se camuflan como tales y ahí es cuando cometes los errores más idiotas ¿Lo sabías? Bueno, que pregunto idioteces…si estás en las calles lejos del campamento es porque te la puedes arreglar solo ¿No? — Llegaron al otro extremo del mercado, donde los transeúntes de dicho sitio parecían ser todos recién llegados.
Bolsas vacías, gritos, llamadas de atención. Los ignoraban por completo y eso es parte de la idiosincrasia de un gitano. No ser centro de miradas a menos que así se desee. De lo contrario, todos sabrían de quienes se trataban y el misterio de sus poderes quedarían por completo inhabilitados frente a la sorpresa inicial que tiene cada ser frente a sus promesas de futuro.
De nueva cuenta su mirada se dejó caer al diminuto cuerpo de quien le hacía preciada compañía durante esa tarde y llevando una de sus manos a jugar con su frondosa barba marcó en sí un gesto bastante particular — ¿Cómo a la palma de tu mano? — Cuestionó mientras bajaba hasta su altura. Simplemente se inclinó lo necesario — La improvisación está bien, pero si tienes todo tan calculado como dices, creo que un poco de planificación te dejarían libre de trabajo al menos por una semana. Un poco de descanso… un poco de alco… — Enarcó una de sus cejas — ¿Bebes? Deberías, luego podría darte unas copas — Sentenció regresando al hilo de la conversación — Yo jamás estoy limpio, pero en este sitio todos pasan de mi presencia y eso me parece suculento —
Regresó a su postura inicial alzando su barbilla para ver por sobre las cabezas de los compradores. Uno que otro adinerado, una que otra mujer sola… un par de nuevos herederos, aquellos a los cuales les fascina derrochar dinero y además de aquello, no saben a ciencia cierta que les depara la vida. Pero antes de señalar a las presas a ver si había confirmación, exhaló un suspiro continuado por una risa divertida.
Giró sobre su propio eje, la seriedad se apoderó de sus facciones y miro fijamente a su compañero — Gitano, no traiciona a gitano… — Afirmó, para luego hacer una señal con su cabeza para que viese a los nuevos herederos que se daban vueltas por el sitio junto a un par de sirvientes.
Josiah D'Olincourt- Gitano
- Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 20/04/2014
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