AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
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La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Hacia un par de días que el barco procedente de tierras nórdicas había atracado en el puerto de París.
Padre tenia que cerrar unos asuntos de negocios con el barón de esas tierras, llevaban a medias una hacienda de viñedos, así que una vez al año este viajaba para ver el libro de cuentas y analizar las decisiones a tomar ante los problemas que surgían.
Aquel año padre tenia demasiados asuntos que atender en Noruega, mis hermanos del mismo modo estaban enfrascados en misiones relevantes y fui el único que le quedó para atender estos asuntos económicos menores.
Si bien era cierto que yo había sido forjado en el acero, como el resto de mis hermanos había estudiado letras y ciencias, así que podría defenderme pues al parecer había sido un buen año de cosecha y los resultados habían sido positivos para la hacienda.
Pasé el día entero con el barón y sus hijos, ciertamente pese a ser un hombre de lata cuna era bastante campechano, me explicó todo con detalle para que pudiera darle a mi padre la información necesaria, incluso me ofreció un duplicado del libro de cuentas para que se lo hiciera llegar al Conde Cannif.
Al llegar la noche decidí antes de retirarme a dormir al hotel les arenes, acudir a una taberna que conocía de París, tomarme un par de jarras y descansar un poco la mente.
No era precisamente una de las mas elegantes, allí se juntaba todo tipo de gente y no precisamente de la mejor calaña, peor sin duda era el único lugar de París donde la hidromiel no sabia a meado de cabra.
En los barrios bajos, tras recorrer unas cuantas cuadras me apeé de la montura dejándola atada junto al abrevadero.
Poco iluminada el frontal del lugar era un tanto tétrico, el interior no mejoraba en absoluto, las voces retumbaban en la taberna, hombres borrachos, mujeres de vida alegre...olor a alcohol, tabaco y sustancias se entremezclaban en el ambiente.
Me fijé en una doncella que en una de las mesas se encontraba sola, no había mucho sitio libre, así que no dudé en acercarme a ella mientras con un gesto le pedía al posadero una jarra y que me la llevara.
-¿Puedo sentarme? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída.
La doncella elevó la mirada, parecía distraída en sus propios pensamientos.
No esperé respuesta, me dejé caer dejando mi bastarda a un lado de la silla mirándola fijamente.
Padre tenia que cerrar unos asuntos de negocios con el barón de esas tierras, llevaban a medias una hacienda de viñedos, así que una vez al año este viajaba para ver el libro de cuentas y analizar las decisiones a tomar ante los problemas que surgían.
Aquel año padre tenia demasiados asuntos que atender en Noruega, mis hermanos del mismo modo estaban enfrascados en misiones relevantes y fui el único que le quedó para atender estos asuntos económicos menores.
Si bien era cierto que yo había sido forjado en el acero, como el resto de mis hermanos había estudiado letras y ciencias, así que podría defenderme pues al parecer había sido un buen año de cosecha y los resultados habían sido positivos para la hacienda.
Pasé el día entero con el barón y sus hijos, ciertamente pese a ser un hombre de lata cuna era bastante campechano, me explicó todo con detalle para que pudiera darle a mi padre la información necesaria, incluso me ofreció un duplicado del libro de cuentas para que se lo hiciera llegar al Conde Cannif.
Al llegar la noche decidí antes de retirarme a dormir al hotel les arenes, acudir a una taberna que conocía de París, tomarme un par de jarras y descansar un poco la mente.
No era precisamente una de las mas elegantes, allí se juntaba todo tipo de gente y no precisamente de la mejor calaña, peor sin duda era el único lugar de París donde la hidromiel no sabia a meado de cabra.
En los barrios bajos, tras recorrer unas cuantas cuadras me apeé de la montura dejándola atada junto al abrevadero.
Poco iluminada el frontal del lugar era un tanto tétrico, el interior no mejoraba en absoluto, las voces retumbaban en la taberna, hombres borrachos, mujeres de vida alegre...olor a alcohol, tabaco y sustancias se entremezclaban en el ambiente.
Me fijé en una doncella que en una de las mesas se encontraba sola, no había mucho sitio libre, así que no dudé en acercarme a ella mientras con un gesto le pedía al posadero una jarra y que me la llevara.
-¿Puedo sentarme? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída.
La doncella elevó la mirada, parecía distraída en sus propios pensamientos.
No esperé respuesta, me dejé caer dejando mi bastarda a un lado de la silla mirándola fijamente.
Última edición por Drittsekk el Jue Dic 07, 2017 3:42 am, editado 1 vez
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Tarde en la noche, Faith había descubierto que tras haber regresado de su turno en El Jardin Botanico, su casa estaba patas para arriba, todo estaba destruido, tirado o hecho girones. Pero eso no le importaba porque cuando entró a su habitación, descubrió que faltaba algo de sus primeros años como vampira, que era su tesoro más preciado. La ira habia colmado cada poro de la palida piel de aquella mujer.
Lo iba a encontrar, porque sabia quien era, o tenia el presentimiento de saberlo. Y ese alguien iba a pagar, pero claro, no podía hacerlo sola, era una dama y, pese a su condicion, no podia arriesgarse a ningun daño colateral o que algún inquisidor la descubriese. Ademas, tambien de paso debería buscar alguna victima (dispuesta o no) a darle aquel nectar delicioso tan ansiado por su raza. Asi que, intentando mantener la compostura digna de su persona y clase, se dispuso salir a alguna taberna algo alejada de su residencia, necesario o no, deberia despejar su turbulenta mente de sus problemas y buscar alguna fuente de entretenimiento.
Cuando ingresó al local, prosiguió a pedir una bebida a la par que se sentaba en una mesa cerca de la puerta. La luz era perfecta, ni era mucha ni poca. Simplemente... perfecta. Pudo percibir el aura de diversos seres, vaya diversidad.
Entonces, notó que alguien se sentaba frente a ella, ¿Cuando habia entrado? Bueno, eso no importaba. Le examinó de soslayo, porque el arte de disimular era su fuerte, pudo apreciar que su aura era de un humano, un mortal, en todo caso. Atractivo, de clase indefinida a los ojos de la vampiresa.
Fue entonces cuando solicitó el asiento frente a Faith, pero antes de que ella siquiera tuviera la oportunidad de darle una respuesta apropiada, lo vio sentarse.
—Iba a decirle que no habia problema en que se sentará, pero parece que usted lee mentes, señor— dijo la doncella sonriendo levemente con un brillo divertido en su mirada verdosa.
Lo iba a encontrar, porque sabia quien era, o tenia el presentimiento de saberlo. Y ese alguien iba a pagar, pero claro, no podía hacerlo sola, era una dama y, pese a su condicion, no podia arriesgarse a ningun daño colateral o que algún inquisidor la descubriese. Ademas, tambien de paso debería buscar alguna victima (dispuesta o no) a darle aquel nectar delicioso tan ansiado por su raza. Asi que, intentando mantener la compostura digna de su persona y clase, se dispuso salir a alguna taberna algo alejada de su residencia, necesario o no, deberia despejar su turbulenta mente de sus problemas y buscar alguna fuente de entretenimiento.
Cuando ingresó al local, prosiguió a pedir una bebida a la par que se sentaba en una mesa cerca de la puerta. La luz era perfecta, ni era mucha ni poca. Simplemente... perfecta. Pudo percibir el aura de diversos seres, vaya diversidad.
Entonces, notó que alguien se sentaba frente a ella, ¿Cuando habia entrado? Bueno, eso no importaba. Le examinó de soslayo, porque el arte de disimular era su fuerte, pudo apreciar que su aura era de un humano, un mortal, en todo caso. Atractivo, de clase indefinida a los ojos de la vampiresa.
Fue entonces cuando solicitó el asiento frente a Faith, pero antes de que ella siquiera tuviera la oportunidad de darle una respuesta apropiada, lo vio sentarse.
—Iba a decirle que no habia problema en que se sentará, pero parece que usted lee mentes, señor— dijo la doncella sonriendo levemente con un brillo divertido en su mirada verdosa.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/11/2017
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Ladeé la sonrisa ante las palabras de la dama, ciertamente no era adivino, esas artes no iban conmigo, no así con ciertos miembros de mi familia, que mas que adivinación, tenían visiones sobre el futuro, en mis tierras se les conocía como oráculos.
-¿Y porque no ibais a permitirme sentarme? Estáis sola, no parece que os divirtáis y yo puedo cambiar ambas cosas -dije de forma engreída.
El posadero me sirvió una buena jarra de hidromiel, dejé caer sobre la mesa unas monedas que bien pagarían la consumismo de ambos antes de llevar mi diestra al asa de la jarra para acercarla a mis labios y dar un buen trago.
Por encima del vidrio observé su reacción, tampoco es que se me diera bien eso de analizar los estados de animo de las mujeres, en el norte todo era mas sencillo.
Las mujeres eran tan libertinas como nosotros mismos, no eran necesario los subterfugios para llevarlas a la cama, creo que en la inmensa mayoría de los casos ellas nos arrastraban a nosotros.
Desde luego esa mujer pertenecía a la clase alta, su atuendo distaba de las mujeres con las que me había cruzado por estos barrios, mas bien se parecía al de las hijas del barón. Bien vestida, con porte, un perfume y sin duda, con educación.
-¿que hace una mujer como tu en un sitio como este? -pregunté con picarda.
Una frase muy obvia, mas no por ello absurda. Parecía haberse perdido, pues la hacia mas en los clubs elegantes como por ejemplo el peccato nostro que en estos lares.
Di un nuevo trago de la jarra observando sus rasgos, pelo recogido y dorado, ojos claros.
-Donde me he dejado mis modales -apunté divertido.
Ciertamente no es que los gastara en demasía, era un guerrero y no uno de esos parisinos con un palo en el culo que usan a las mujeres como complemento.
-Me llamo Drittsek -dije sin mas -¿y tu?
Atrás un par de borrachos pedían mas jarras a una pelirroja que servia las mesas, mas animados de lo normal bromeaban con ella creyéndose divertidos, la doncella intentaba quitarse sus zarpas de encima.
Enarqué una ceja cuando uno la sentó sobre sus rodillas, la joven buscaba el modo de zafarse.
-¡Suéltala! -dije sin mas.
-¿Y porque no ibais a permitirme sentarme? Estáis sola, no parece que os divirtáis y yo puedo cambiar ambas cosas -dije de forma engreída.
El posadero me sirvió una buena jarra de hidromiel, dejé caer sobre la mesa unas monedas que bien pagarían la consumismo de ambos antes de llevar mi diestra al asa de la jarra para acercarla a mis labios y dar un buen trago.
Por encima del vidrio observé su reacción, tampoco es que se me diera bien eso de analizar los estados de animo de las mujeres, en el norte todo era mas sencillo.
Las mujeres eran tan libertinas como nosotros mismos, no eran necesario los subterfugios para llevarlas a la cama, creo que en la inmensa mayoría de los casos ellas nos arrastraban a nosotros.
Desde luego esa mujer pertenecía a la clase alta, su atuendo distaba de las mujeres con las que me había cruzado por estos barrios, mas bien se parecía al de las hijas del barón. Bien vestida, con porte, un perfume y sin duda, con educación.
-¿que hace una mujer como tu en un sitio como este? -pregunté con picarda.
Una frase muy obvia, mas no por ello absurda. Parecía haberse perdido, pues la hacia mas en los clubs elegantes como por ejemplo el peccato nostro que en estos lares.
Di un nuevo trago de la jarra observando sus rasgos, pelo recogido y dorado, ojos claros.
-Donde me he dejado mis modales -apunté divertido.
Ciertamente no es que los gastara en demasía, era un guerrero y no uno de esos parisinos con un palo en el culo que usan a las mujeres como complemento.
-Me llamo Drittsek -dije sin mas -¿y tu?
Atrás un par de borrachos pedían mas jarras a una pelirroja que servia las mesas, mas animados de lo normal bromeaban con ella creyéndose divertidos, la doncella intentaba quitarse sus zarpas de encima.
Enarqué una ceja cuando uno la sentó sobre sus rodillas, la joven buscaba el modo de zafarse.
-¡Suéltala! -dije sin mas.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
La mirada de Faith centelleó ante la presentacion del cotrario. No era algo demasiado ostentoso, pero habia algo en él que la hacia entrar en cierta confianza, aun cuando solo habian pasado un par de minutos de tenerlo frente a ella. Se acomodó en su asiento y sonrió tan radiantemente como le fue posible, evitando enseñar sus colmillos.
—La descortesía es mía, que tampoco me he presentado como corresponde, señor Drittsekk—respondió ella riendo suavemente. Fue entonces cuando el sonido estruendoso de la risa de aquellos hombres la sacó de su propio mundo o burbuja, para hacer que girase la parte superior de su cuerpo en dirección a aquel sonido, viendo aquella escena que le hizo sentir algo similar a la pena por aquella mujer de cabellos rojos.
Asi que, usando como incentivo las palabras del hombre, se levantó y dirigió donde aquellos hombres y tomar a la joven del brazo apartandola de las roñosas manos de esos mortales. Le hizo una seña para que se fuera a seguir sus labores y miró al grupo.
—Hombres que tienen tal inhibicion me dan cierta repulsion, por eso me encantaría pediros que se retirasen para permitir a las muchachas de este local y al resto de clientes disfrutar la noche en paz. —no le quedaba de otra mas que utilizar su habilidad de persuasion, asi que, hizo uso de aquello dandole a sus palabras aquel tacto capaz de mover montañas si era posible. Quizas luego usase a esa chica como fuente de alimento luego, como forma de pago. Quien sabe, pues uno nunca planeaba los acontecimientos.
No esperó reacción del grupo y volvió a su asiento, pero sonrió para sus adentros al ver como esos hombres se levantaban, dejaban lo que estaban haciendo y comenzaban a reitrarse, aunque habia un par que no cayeron en la trampilla que Faith les habia puesto, quizas no eran humanos, ¿Licantropos? ¿Vampiros? Era posible.
Cuando se sentó miró a Drittsekk.
—¿Que te trae por estos lugares? Se nota que no eres de aqui.
—La descortesía es mía, que tampoco me he presentado como corresponde, señor Drittsekk—respondió ella riendo suavemente. Fue entonces cuando el sonido estruendoso de la risa de aquellos hombres la sacó de su propio mundo o burbuja, para hacer que girase la parte superior de su cuerpo en dirección a aquel sonido, viendo aquella escena que le hizo sentir algo similar a la pena por aquella mujer de cabellos rojos.
Asi que, usando como incentivo las palabras del hombre, se levantó y dirigió donde aquellos hombres y tomar a la joven del brazo apartandola de las roñosas manos de esos mortales. Le hizo una seña para que se fuera a seguir sus labores y miró al grupo.
—Hombres que tienen tal inhibicion me dan cierta repulsion, por eso me encantaría pediros que se retirasen para permitir a las muchachas de este local y al resto de clientes disfrutar la noche en paz. —no le quedaba de otra mas que utilizar su habilidad de persuasion, asi que, hizo uso de aquello dandole a sus palabras aquel tacto capaz de mover montañas si era posible. Quizas luego usase a esa chica como fuente de alimento luego, como forma de pago. Quien sabe, pues uno nunca planeaba los acontecimientos.
No esperó reacción del grupo y volvió a su asiento, pero sonrió para sus adentros al ver como esos hombres se levantaban, dejaban lo que estaban haciendo y comenzaban a reitrarse, aunque habia un par que no cayeron en la trampilla que Faith les habia puesto, quizas no eran humanos, ¿Licantropos? ¿Vampiros? Era posible.
Cuando se sentó miró a Drittsekk.
—¿Que te trae por estos lugares? Se nota que no eres de aqui.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Nunca te acostaras sin saber una cosa mas, sin duda esa mujer no solo ostentaba una clase alta, si no mas cojones de los que muchos de los presentes tenían entre las piernas.
No me inmuté cuando esa mujer se levantó para ayudar a la pelirroja, algo me decía que era muy capaz de arreglárselas sola, pero por si acaso, mi bastarda estaba dispuesta para ser desenvainada y entrar batalla.
Ladeé la sonrisa al escuchar sus palabras, les llamaba la atención ,francamente creí que se alzarían por haberles arrebatado su juguete, mas no lo hicieron obedientes como ganado, se largaron sin mas guiados por el pastor.
La dama regresó a la mesa encontrándose con mi picara sonrisa.
-¿que truco de magia has hecho mujer? -pregunté hundiendo mis pardos en los ajeos -si algo se de los hombres envalentonados por el alcohol es que pocas o ninguna vez se retiran sin liarla.
Di otro trago a la jarra apurandola y pedí otra ronda, no se si la dama estaba acostumbrada a tolerar el alcohol ,pero en el norte se bebía bastante, así que yo solo había empezado.
-Soy norteño, de Noruega, he venido a París para tratar unos asuntos económicos de mi padre, en una semana volveré al norte, París no es para mi -aseguré guiñándole un ojo -pero por esta noche, creo que podemos divertirnos.
La pelirroja me trajo una nueva jarra, agradeció de inmediato a mi acompañante su interrupción en la desagradable escena que había vivido con los hombres.
Nos dijo que las rondas que bebiéramos iba a cuenta de la casa, así que con una sonrisa se despidió de los dos para dejar que continuamos con la conversación.
Di un sorbo relamiendome la espuma después.
-¿y tu? ¿eres de aquí? -pregunté intrigado -desde luego este no debe ser el lugar que frecuentas ¿no? No aparentas una mujer de baja cuna, mas bien lo contrario -aseguré deslizando mi mirada por su cuerpo con descaro -así que ¿que haces esta noche aquí?
No me inmuté cuando esa mujer se levantó para ayudar a la pelirroja, algo me decía que era muy capaz de arreglárselas sola, pero por si acaso, mi bastarda estaba dispuesta para ser desenvainada y entrar batalla.
Ladeé la sonrisa al escuchar sus palabras, les llamaba la atención ,francamente creí que se alzarían por haberles arrebatado su juguete, mas no lo hicieron obedientes como ganado, se largaron sin mas guiados por el pastor.
La dama regresó a la mesa encontrándose con mi picara sonrisa.
-¿que truco de magia has hecho mujer? -pregunté hundiendo mis pardos en los ajeos -si algo se de los hombres envalentonados por el alcohol es que pocas o ninguna vez se retiran sin liarla.
Di otro trago a la jarra apurandola y pedí otra ronda, no se si la dama estaba acostumbrada a tolerar el alcohol ,pero en el norte se bebía bastante, así que yo solo había empezado.
-Soy norteño, de Noruega, he venido a París para tratar unos asuntos económicos de mi padre, en una semana volveré al norte, París no es para mi -aseguré guiñándole un ojo -pero por esta noche, creo que podemos divertirnos.
La pelirroja me trajo una nueva jarra, agradeció de inmediato a mi acompañante su interrupción en la desagradable escena que había vivido con los hombres.
Nos dijo que las rondas que bebiéramos iba a cuenta de la casa, así que con una sonrisa se despidió de los dos para dejar que continuamos con la conversación.
Di un sorbo relamiendome la espuma después.
-¿y tu? ¿eres de aquí? -pregunté intrigado -desde luego este no debe ser el lugar que frecuentas ¿no? No aparentas una mujer de baja cuna, mas bien lo contrario -aseguré deslizando mi mirada por su cuerpo con descaro -así que ¿que haces esta noche aquí?
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Al volver a sentarse, sonrio con suficiencia sin mostrar los dientes a su acompañante. No podia revelar su truquito, lamentablemente. Y aunque quisiera, aquel hombre podria querer seguir indagando y no podia permitirse aquel problema. Mas, aun asi, al ver a la muchacha traer mas jarras y, tambien agradecerle la ayuda, hizo un gesto con la mano restandole importancia.
—No ha sido nada, solo ayudaba a evitar que pasaras un mal rato. —dijo para que luego ella se retirase. Dirigio entonces su clara mirada a la oscura y profunda mirada que se paseaba sin miramentos por su figura. Sonrio ante tal hecho y se acomodo en su lugar.
Habia llegado a aquella taberna buscando alguien que la ayudase a buscar al ladron de su residencia, pero quizas salia con eso y algo mas. Uno nunca sabia. Asi que, mirando al hombre, acomodo disimuladamente su rojo vestido como la sangre riendo para sus adentros por la ironía que ella misma se habia planteado en su mente.
—En efecto, Paris no es tampoco mi lugar, realmente. Soy de Gales. Bonito lugar, frío, pero bonito. Y, tienes razon... no frecuento este lugar seguido, pero cuando lo hago, tengo mis motivos. Y en esta ocasion no es diferente, ¿Te importa si te cuento lo ocurrido? —preguntó sonriendole con toda la coquetería y mas de la que Faith podia permitirse ostentar. Y fue entonces que se fio cuenta de algo—Pero que malo de mi parte.... no te he dicho ni mi nombre y ya ando queriendo contar mis problemas. Soy Faith. —dijo con un brillo perspicaz en su mirada.
—No ha sido nada, solo ayudaba a evitar que pasaras un mal rato. —dijo para que luego ella se retirase. Dirigio entonces su clara mirada a la oscura y profunda mirada que se paseaba sin miramentos por su figura. Sonrio ante tal hecho y se acomodo en su lugar.
Habia llegado a aquella taberna buscando alguien que la ayudase a buscar al ladron de su residencia, pero quizas salia con eso y algo mas. Uno nunca sabia. Asi que, mirando al hombre, acomodo disimuladamente su rojo vestido como la sangre riendo para sus adentros por la ironía que ella misma se habia planteado en su mente.
—En efecto, Paris no es tampoco mi lugar, realmente. Soy de Gales. Bonito lugar, frío, pero bonito. Y, tienes razon... no frecuento este lugar seguido, pero cuando lo hago, tengo mis motivos. Y en esta ocasion no es diferente, ¿Te importa si te cuento lo ocurrido? —preguntó sonriendole con toda la coquetería y mas de la que Faith podia permitirse ostentar. Y fue entonces que se fio cuenta de algo—Pero que malo de mi parte.... no te he dicho ni mi nombre y ya ando queriendo contar mis problemas. Soy Faith. —dijo con un brillo perspicaz en su mirada.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Parecía que la cosa se ponía interesante, la rubita iba a contarme la historia que la había llevado a un lugar como este, lo que me llevó a reposar mi espalda en el respaldo tomando la jarra por el asa para darle otro trago.
Decía no ser de París si no de Gales, posiblemente como muchas otras damas habría acudido aquí o al cuidado de algún pariente de alto poder adquisitivo o porque se había prometido con un noble que pudiera concederle lo que todas las mujeres parecían buscar, una posición acomodada, vestidos caros y fiestas en las que pavonearse.
En el norte las cosas eran muy diferentes, allí las mujeres no necesariamente buscaban un marido con la virginidad como bandera, allí su sueño no era diferente del nuestro, ser escuderas, manejar el acero y tras acostarse con muchos acababan con uno para el resto de sus días.
No había distinción entre hombres y mujeres en mi cultura ciertamente y creo que eso es lo que faltaba en el resto de un mundo, no entendía porque las mujeres parecían felices por ser débiles o padecerlo al menos ante los ojos de los hombres.
Me dijo su nombre, ahora que recordaba no haberlo hecho hasta ese momento.
-Muy bien señorita Faith, soy todo oídos, me intriga esa historia que tienes que contarme. Algo me dice que no has venido a esta taberna precisamente por la hidromiel, si no mas bien por algo muy distinto y ya que no es la primera vez que vienes diría que eso que buscas tiendes a encontrarlo en este lugar ¿que es? ¿buena compañía? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída.
Di un nuevo sorbo a la jarra esperando que la historia mereciera la pena, nunca había nada mejor que una noche en buena compañía, bueno, si lo había -pensé volviendo a ladear la sonrisa.
Decía no ser de París si no de Gales, posiblemente como muchas otras damas habría acudido aquí o al cuidado de algún pariente de alto poder adquisitivo o porque se había prometido con un noble que pudiera concederle lo que todas las mujeres parecían buscar, una posición acomodada, vestidos caros y fiestas en las que pavonearse.
En el norte las cosas eran muy diferentes, allí las mujeres no necesariamente buscaban un marido con la virginidad como bandera, allí su sueño no era diferente del nuestro, ser escuderas, manejar el acero y tras acostarse con muchos acababan con uno para el resto de sus días.
No había distinción entre hombres y mujeres en mi cultura ciertamente y creo que eso es lo que faltaba en el resto de un mundo, no entendía porque las mujeres parecían felices por ser débiles o padecerlo al menos ante los ojos de los hombres.
Me dijo su nombre, ahora que recordaba no haberlo hecho hasta ese momento.
-Muy bien señorita Faith, soy todo oídos, me intriga esa historia que tienes que contarme. Algo me dice que no has venido a esta taberna precisamente por la hidromiel, si no mas bien por algo muy distinto y ya que no es la primera vez que vienes diría que eso que buscas tiendes a encontrarlo en este lugar ¿que es? ¿buena compañía? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída.
Di un nuevo sorbo a la jarra esperando que la historia mereciera la pena, nunca había nada mejor que una noche en buena compañía, bueno, si lo había -pensé volviendo a ladear la sonrisa.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Faith miró a aquel hombre para darle un sorbo a la bebida que tenia en frente, y no fue hasta que sentió el alcohol pasar por su garganta que se dispuso a hablar. Sabia que lo mejor era poner en ambiente a quien le contaba para luego saltar al problema, asi uno se ahorraba las preguntas la mayoria de las veces. Asi fue como puso sus codos en la mesa y su rostro en una de sus manos un momento, pensando sus palabras.
Debía obviar ciertos detalles obvios de su relato, para proteger su integridad y cabeza cada vez que relataba alguna vez su historia de vida.
—Creci siendo la menor de varios hermanos en Gales, y como a cualquier muchacha en edad de casarse conocí a quien supuestamente seria esa persona que pediria mi mano. Fue un cortejo que duro unos... 6 meses mas o menos. Me habia hecho regalos y todo eso, pero la cosa no resulto mas que nada porque tuve un conflicto con él bastante feo y no lo volvi a ver. No me casé, por suerte, debido a que al parecer tenia una vida bastante... Extraña. Había rumores de que nisiquiera era humano —cuanta verdad ocultaban esas palabras, realmente—. En fin, hui de Gales por un tema aparte, llegue a Paris hace unos años y, mi familia me había dejado un regalo importante tras mi partida. Ese regalo es una reliquia que no solo representa a mi familia sino todo lo que una vez tuve. Y esta noche, volviendo de mi turno en mi trabajo, descubrí mi casa patas para arriba, alguien entró y lo que buscaba, lo encontró. —dijo ella soltando un suspiro de frustración— Por eso suelo venir a este lugar, porque aquí suelo encontrar a personas dispuestas a trabajar conmigo bajo cualquier circunstancia, saben qué yo tranquilamente puedo pagar cualquiera sea el precio que ellos pidan. He logrado hacerme mi nombre en casi toda París por muchos motivos, por suerte la mayoría agradables. Y no es secreto que nisiquiera mi apellido juega un papel en eso, todo por iniciativa propia.—dijo mirando al hombre— Pero puede que termine saliendo de aquí con otro objetivo cumplido esta noche. —dijo con una sonrisa pícara hacia él.
Debía obviar ciertos detalles obvios de su relato, para proteger su integridad y cabeza cada vez que relataba alguna vez su historia de vida.
—Creci siendo la menor de varios hermanos en Gales, y como a cualquier muchacha en edad de casarse conocí a quien supuestamente seria esa persona que pediria mi mano. Fue un cortejo que duro unos... 6 meses mas o menos. Me habia hecho regalos y todo eso, pero la cosa no resulto mas que nada porque tuve un conflicto con él bastante feo y no lo volvi a ver. No me casé, por suerte, debido a que al parecer tenia una vida bastante... Extraña. Había rumores de que nisiquiera era humano —cuanta verdad ocultaban esas palabras, realmente—. En fin, hui de Gales por un tema aparte, llegue a Paris hace unos años y, mi familia me había dejado un regalo importante tras mi partida. Ese regalo es una reliquia que no solo representa a mi familia sino todo lo que una vez tuve. Y esta noche, volviendo de mi turno en mi trabajo, descubrí mi casa patas para arriba, alguien entró y lo que buscaba, lo encontró. —dijo ella soltando un suspiro de frustración— Por eso suelo venir a este lugar, porque aquí suelo encontrar a personas dispuestas a trabajar conmigo bajo cualquier circunstancia, saben qué yo tranquilamente puedo pagar cualquiera sea el precio que ellos pidan. He logrado hacerme mi nombre en casi toda París por muchos motivos, por suerte la mayoría agradables. Y no es secreto que nisiquiera mi apellido juega un papel en eso, todo por iniciativa propia.—dijo mirando al hombre— Pero puede que termine saliendo de aquí con otro objetivo cumplido esta noche. —dijo con una sonrisa pícara hacia él.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Escuché su historia mientras iba dando tragos de la jarra, sin duda parecía encerrar demasiados misterios sus palabras.
Hablaba de una época pasada, pero apenas era una joven doncella, lo que indicaba que su vida fue dura, al parecer ese con el que iba a desposarse le hizo algo lo suficientemente grave como para no convertirse en su mujer, mas lo peor no quedó en eso, si no que ahora le había robado una reliquia familiar que seguramente quería recuperar.
-Y buscas un mercenario que a cambio de dinero enfrente a quien a revuelto tu vida poniéndola patas abajo ¿cierto? -dije con seguridad dando un nuevo trago de la jara.
Ladeé la sonrisa con cierta diversión, todos arrastrábamos historias complicadas sobre los hombros.
-Soy el hijo bastardo de Höor Cannif, conde de los Países Bajos. En Akershus soy el bastardo, eso significa mi nombre en nórdico.
No le di muchos mas detalles, no era de contar las tristes historias de mi vida.
-Estaré en París una semana, he venido a ocuparme de unos negocios de mi padre, no me importa ayudarte -aseguré con cierto deje divertido.
-Me gusta mantenerme activo, aquí no entreno como en el norte, así que si me ofreces aventuras y algo mas -afirmé ladeando la sonrisa con picarda -me apunto.
Pedí otra ronda para ambos esperando que me contara un poco mas sobre la reliquia.
-¿tienes algún sospechoso? Algo me dice que sabes mas de lo que me has contado.
Me relamí los labios mirándola fijamente
-Y si me llevas a tu casa para poder descubrir alguna pista y nos tomamos allí la ultima.
Hablaba de una época pasada, pero apenas era una joven doncella, lo que indicaba que su vida fue dura, al parecer ese con el que iba a desposarse le hizo algo lo suficientemente grave como para no convertirse en su mujer, mas lo peor no quedó en eso, si no que ahora le había robado una reliquia familiar que seguramente quería recuperar.
-Y buscas un mercenario que a cambio de dinero enfrente a quien a revuelto tu vida poniéndola patas abajo ¿cierto? -dije con seguridad dando un nuevo trago de la jara.
Ladeé la sonrisa con cierta diversión, todos arrastrábamos historias complicadas sobre los hombros.
-Soy el hijo bastardo de Höor Cannif, conde de los Países Bajos. En Akershus soy el bastardo, eso significa mi nombre en nórdico.
No le di muchos mas detalles, no era de contar las tristes historias de mi vida.
-Estaré en París una semana, he venido a ocuparme de unos negocios de mi padre, no me importa ayudarte -aseguré con cierto deje divertido.
-Me gusta mantenerme activo, aquí no entreno como en el norte, así que si me ofreces aventuras y algo mas -afirmé ladeando la sonrisa con picarda -me apunto.
Pedí otra ronda para ambos esperando que me contara un poco mas sobre la reliquia.
-¿tienes algún sospechoso? Algo me dice que sabes mas de lo que me has contado.
Me relamí los labios mirándola fijamente
-Y si me llevas a tu casa para poder descubrir alguna pista y nos tomamos allí la ultima.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Los ojos de Faith centellearon con un brillo que parecía no poderse explicar a menos que la conocieras bien. Eso ya era complicado. Así que, con una sonrisa miró a aquel hombre mortal desde donde estaba ella, y se acomodó en su lugar un momento, para poner sus manos en la mesa tomándolas como un impulso para acercarse a Drittsekk mirándole con sus orbes azules como si quisiese examinar cada rincón de su alma, aunque claro, quizás tenía alguna otra oportunidad para tal cosa, así que, aún en aquella posición, le sonrió de lado.
—Perfecto. Entonces si tú me ayudas, yo haré que pases la mejor semana de toda tu existencia, en todos los aspectos posibles. —dijo como si supiese exactamente lo que decía, porque, vaya que lo sabía. Quizás el hecho de haber tenido esclavos de sangre, amantes por varias ciudades y demás durante los años de su existencia solo le hacían más segura de ser una femme fattale, lo había oído de muchas bocas, independientemente de la raza o clase, así que sabía incluso cuando tenía sus límites. Pero esa noche pensaba no tener algún límite si las cosas salían bien.
Mientras pensaba bien como describir lo siguiente, frunció apenas los labios pintados de un levísimo color rojo que combinaba a la perfección con su vestido rojo sangre. Y cuando se le ocurrió que decir y cómo decirlo, sonrió.
—Bien, verás... La reliquia que me ha sido robada es del tamaño de un escudo de armas de tamaño medio. Con relieves que resaltan de un tono bronce y plata, en el centro tiene una imagen de un rostro de perfil, además de tener el fondo de un tono azul Francia bastante llamativo. La razón por la que fue robado aún no me queda del todo clara, más sospecho es una especie de alarmas o algo así. En todo caso, una trampa sería lo más logico para este caso. —dijo suspirando— De todos modos... No lo sé. Y en cuanto a si hay algún sospechoso, lo hay.
Y tras lo último dicho por él, se levantó de su asiento y se apartó de la mesa para mirarle con una sonrisa difícil de descifrar.
—Si ese es el caso, no veo motivo para seguir dando más vueltas en esta taberna. Así que... ¿Te parece si nos dirigimos a mi residencia a seguir nuestra charla? —dijo acomodándose algunos mechones de cabello que se habían salido de lugar.
—Perfecto. Entonces si tú me ayudas, yo haré que pases la mejor semana de toda tu existencia, en todos los aspectos posibles. —dijo como si supiese exactamente lo que decía, porque, vaya que lo sabía. Quizás el hecho de haber tenido esclavos de sangre, amantes por varias ciudades y demás durante los años de su existencia solo le hacían más segura de ser una femme fattale, lo había oído de muchas bocas, independientemente de la raza o clase, así que sabía incluso cuando tenía sus límites. Pero esa noche pensaba no tener algún límite si las cosas salían bien.
Mientras pensaba bien como describir lo siguiente, frunció apenas los labios pintados de un levísimo color rojo que combinaba a la perfección con su vestido rojo sangre. Y cuando se le ocurrió que decir y cómo decirlo, sonrió.
—Bien, verás... La reliquia que me ha sido robada es del tamaño de un escudo de armas de tamaño medio. Con relieves que resaltan de un tono bronce y plata, en el centro tiene una imagen de un rostro de perfil, además de tener el fondo de un tono azul Francia bastante llamativo. La razón por la que fue robado aún no me queda del todo clara, más sospecho es una especie de alarmas o algo así. En todo caso, una trampa sería lo más logico para este caso. —dijo suspirando— De todos modos... No lo sé. Y en cuanto a si hay algún sospechoso, lo hay.
Y tras lo último dicho por él, se levantó de su asiento y se apartó de la mesa para mirarle con una sonrisa difícil de descifrar.
—Si ese es el caso, no veo motivo para seguir dando más vueltas en esta taberna. Así que... ¿Te parece si nos dirigimos a mi residencia a seguir nuestra charla? —dijo acomodándose algunos mechones de cabello que se habían salido de lugar.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
La inmortal me explicó exactamente como era esa reliquia, al parecer algo así como un escudo de armas mediano, bastante valioso, supongo que de no ser así, no habría sido robado.
Extendí la mano tomando la de la joven para sellar aquel trato cuando en ese instante percibí el frio tacto de su piel, casi marmoleo.
-Eres una vampiresa – aseguré ladeando la sonrisa con suficiencia – si este es un plan para llevarme a tu casa y alimentarte de mi, te aseguro que no funcionará. Llevo conviviendo con inmortales desde que tengo uso de razón y aunque en mi solo veas a un humano, no te dejes guiar por las apariencias, soy un vikingo y eso me convierte en un enemigo digno de lo sobrenatural y de mucho mas.
Ladeó la sonrisa poniéndose en pie, como si con ese gesto me dejara claro que no iba a ser así.
Quien avisa no es traidor, el espadón de mi espalda delataba que no era un hombre convencional y dado que la aventura me gustaba y el riesgo me excitaba ¿por que no probar fortuna y confiar sin mas?
Caminamos dando un paseo por aquellas calles de la parte mas pobre de París, las afueras, hasta alcanzar el centro, allí la opulencia era evidente, mujeres con bellos vestidos colgaban del brazo de sus afamados maridos.
Olor a perfumes caros, tocados y sonrisas que ocultaban engreídas tras sus abanicos de colores a juego con los zapatos.
Nunca entendería París y a sus mujeres, no entendía que podían ver a ser objetos preciados y no guerreras aguerridas, a ser conocidas por el apellido de sus maridos y no así por su valía.
Nuestros pasos terminaron frente a una lujosa mansión , la dama era de clase alta, no me equivoqué al juzgarla, supongo que el paso de los siglos te permite atesora fortuna o quizás era algo que le venia de cuna.
-¿y bien? ¿vas a invitarme a entrar? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída.
Extendí la mano tomando la de la joven para sellar aquel trato cuando en ese instante percibí el frio tacto de su piel, casi marmoleo.
-Eres una vampiresa – aseguré ladeando la sonrisa con suficiencia – si este es un plan para llevarme a tu casa y alimentarte de mi, te aseguro que no funcionará. Llevo conviviendo con inmortales desde que tengo uso de razón y aunque en mi solo veas a un humano, no te dejes guiar por las apariencias, soy un vikingo y eso me convierte en un enemigo digno de lo sobrenatural y de mucho mas.
Ladeó la sonrisa poniéndose en pie, como si con ese gesto me dejara claro que no iba a ser así.
Quien avisa no es traidor, el espadón de mi espalda delataba que no era un hombre convencional y dado que la aventura me gustaba y el riesgo me excitaba ¿por que no probar fortuna y confiar sin mas?
Caminamos dando un paseo por aquellas calles de la parte mas pobre de París, las afueras, hasta alcanzar el centro, allí la opulencia era evidente, mujeres con bellos vestidos colgaban del brazo de sus afamados maridos.
Olor a perfumes caros, tocados y sonrisas que ocultaban engreídas tras sus abanicos de colores a juego con los zapatos.
Nunca entendería París y a sus mujeres, no entendía que podían ver a ser objetos preciados y no guerreras aguerridas, a ser conocidas por el apellido de sus maridos y no así por su valía.
Nuestros pasos terminaron frente a una lujosa mansión , la dama era de clase alta, no me equivoqué al juzgarla, supongo que el paso de los siglos te permite atesora fortuna o quizás era algo que le venia de cuna.
-¿y bien? ¿vas a invitarme a entrar? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
La vampiresa no escatimó en ocultar su sorpresa y, riendo apenas, mostró sus colmillos para asegurar aquella afirmación. Si lo sabía, no valía nada seguir escondiendo su naturaleza con la que había quedado. Notó el arma a escasos metros de su ubicación y arqueó una ceja.
—Se nota, Drittsekk. No cualquiera viene armado hasta los dientes. —dijo ella con un leve toque de broma en sus palabras, pero la sinceridad se dejaba entrever también— Yo no te atacaría, sería un desperdicio de hombre. Me quedaría sin alguien con quien divertirme esta noche. —continuó con una sonrisa ladina pero divertida.
Así que, una vez salieron de allí, Faith le encaminó por el camino que llevaba a su residencia. Mientras se movilizaban, notó a aquellas damas con sus maridos, y como estos giraban disimuladamente la mirada en su dirección haciéndola sonreír para sus adentros. Quizás no fuese la mujer más perfecta de París, pero sabía lograr como hacer que todos voltearon a verla apenas entraba a algún lugar.
Pero de todos modos, no pudo evitar sentir algo similar al pesar y la rabia, ella podría haber sido así, pero ahora era una criatura inmortal que, para su suerte, se valía por sí misma y no necesitaba un hombre (independientemente de su clase, raza o trabajo) para que la mantuviera y la dejase encerrada en la casa.
Y, una vez frente a su hogar, sacó sus llaves, un juego de llaves de color bronce, con bonitos arabescos pero intrincados diseños. Tras abrir la puerta, prosiguió a entrar primero, para mirar al mortal tras ella con la misma sonrisa que él ponía, sólo que ahora sonreía completamente, sin temer a mostrar sus brillantes y puntiagudos colmillos.
—Pasa adelante, la puerta no muerde. —bromeó y cuando pasó dentro, cerró la puerta. Colgó las llaves donde correspondía, y prosiguió a soltarse su cabello recogido, haciendo que este cayese en cascada por sus hombros. Su mirada entonces cayó sobre Drittsekk, acercándose cuidadosamente a su posición— Y bien, ¿Qué te apetece hacer ahora? —preguntó— ¿Te doy más información del robo o seguimos nuestra charla para llevarla, quizás a algo más?
Mientras se acercaba, pudo apreciar más el físico de su contrario, o al menos, el que le era posible observar. Notó el arma una vez más, y se dijo que venía bastante preparado por cualquier circunstancia, lo que hizo que Faith se dijese que hombres así vienen poco a París, mejor aprovechar. Además, aquí solo podría encontrar caballeros primorosos acompañados de damas desabridas que poco y sabían cómo coger una cuchara, nada más. Cómo que para luego ellas se quejasen de porque sus maridos las engañaban o algo así.
—como posiblemente verás, mí casa no está... Muy ordenada que digamos. Tuve un día bastante ajetreado, también, sin tiempo, y como si fuera poco, el que sea haya venido a robar dejó todo peor de lo que estaba. — dijo soltando un suspiro—Lo bueno es que así tendré algo con lo que pasar el rato, durante el día.— así, dió a entender que ella era la encargada de dejar toda la casa impecable, pues al no tener servicio por el simple hecho de querer hacer las cosas sola y que quizás el servicio pueda no ser confiable del todo, hizo que Faith tomase ese trabajo como propio, además del que ya tenía, claro está.
—Se nota, Drittsekk. No cualquiera viene armado hasta los dientes. —dijo ella con un leve toque de broma en sus palabras, pero la sinceridad se dejaba entrever también— Yo no te atacaría, sería un desperdicio de hombre. Me quedaría sin alguien con quien divertirme esta noche. —continuó con una sonrisa ladina pero divertida.
Así que, una vez salieron de allí, Faith le encaminó por el camino que llevaba a su residencia. Mientras se movilizaban, notó a aquellas damas con sus maridos, y como estos giraban disimuladamente la mirada en su dirección haciéndola sonreír para sus adentros. Quizás no fuese la mujer más perfecta de París, pero sabía lograr como hacer que todos voltearon a verla apenas entraba a algún lugar.
Pero de todos modos, no pudo evitar sentir algo similar al pesar y la rabia, ella podría haber sido así, pero ahora era una criatura inmortal que, para su suerte, se valía por sí misma y no necesitaba un hombre (independientemente de su clase, raza o trabajo) para que la mantuviera y la dejase encerrada en la casa.
Y, una vez frente a su hogar, sacó sus llaves, un juego de llaves de color bronce, con bonitos arabescos pero intrincados diseños. Tras abrir la puerta, prosiguió a entrar primero, para mirar al mortal tras ella con la misma sonrisa que él ponía, sólo que ahora sonreía completamente, sin temer a mostrar sus brillantes y puntiagudos colmillos.
—Pasa adelante, la puerta no muerde. —bromeó y cuando pasó dentro, cerró la puerta. Colgó las llaves donde correspondía, y prosiguió a soltarse su cabello recogido, haciendo que este cayese en cascada por sus hombros. Su mirada entonces cayó sobre Drittsekk, acercándose cuidadosamente a su posición— Y bien, ¿Qué te apetece hacer ahora? —preguntó— ¿Te doy más información del robo o seguimos nuestra charla para llevarla, quizás a algo más?
Mientras se acercaba, pudo apreciar más el físico de su contrario, o al menos, el que le era posible observar. Notó el arma una vez más, y se dijo que venía bastante preparado por cualquier circunstancia, lo que hizo que Faith se dijese que hombres así vienen poco a París, mejor aprovechar. Además, aquí solo podría encontrar caballeros primorosos acompañados de damas desabridas que poco y sabían cómo coger una cuchara, nada más. Cómo que para luego ellas se quejasen de porque sus maridos las engañaban o algo así.
—como posiblemente verás, mí casa no está... Muy ordenada que digamos. Tuve un día bastante ajetreado, también, sin tiempo, y como si fuera poco, el que sea haya venido a robar dejó todo peor de lo que estaba. — dijo soltando un suspiro—Lo bueno es que así tendré algo con lo que pasar el rato, durante el día.— así, dió a entender que ella era la encargada de dejar toda la casa impecable, pues al no tener servicio por el simple hecho de querer hacer las cosas sola y que quizás el servicio pueda no ser confiable del todo, hizo que Faith tomase ese trabajo como propio, además del que ya tenía, claro está.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Caminando llegamos a la casa de la dama, no se cortó soltó en bajarse de sus tacones y en soltar su melena rubia y rizada que cayó como una cascada sobre su espalda.
No era un necio, ni un niño, era consciente de como me miraba, también posiblemente ella de como lo hacia yo.
-Pues, creo que podríamos empezar por una copa, el paseo me ha dado sed, después me enseñas lo que quieras -ladeé la sonrisa con picardia.
El orden en el que se produjeran las cosas no me preocupaba, habíamos ido allí porque me había ofrecido un trabajo y diversión, porque no embeberme de sendas cosas.
La joven caminó contoneando su cuerpo hacia el mueble bar, empezaba el proceso de seducción, caída de pestañas, miradas furtivas, aquí en París las damas eran previsibles.
Así que te encargas de limpiarlo todo -susurré a sus espaldas moviendo con mi aliento su pelo.
Llevé mi mano al vidrio del vaso cuando esta se giró para enfrentarme quedando acorralada ligeramente contra la barra y mi cuerpo.
-creía que las vampiresas dormís por el día -aseguré llevando la copa a mis labios para darle un profundo trago -¿y bien? Dices tener un sospechoso ¿sorprendeme? ¿por que es tan valioso ese emblema?
No me había pasado desapercibido que esa mujer era muy capaz de engatusar a los hombres que con tan solo mirarla se graban tras su estela, era una mujer bella, posisiblemente acostumbrada a gustar, pero yo estaba en otro punto de mi vida.
El sexo no era un problema, pero una relación era algo para la que ni de lejos estaba preparado, el norte, la batalla y el acero era mi vida, tenia planes..abandonar Akershus y emprender un camino para encontrarme a mi mismo y nada iba a apartarme de ese sino.
Me relamí los labios esperando la respuesta de la doncella que a escasa distancia me miraba para nada intimidada, creo que eramos dos depredadores capaces de todo.
No era un necio, ni un niño, era consciente de como me miraba, también posiblemente ella de como lo hacia yo.
-Pues, creo que podríamos empezar por una copa, el paseo me ha dado sed, después me enseñas lo que quieras -ladeé la sonrisa con picardia.
El orden en el que se produjeran las cosas no me preocupaba, habíamos ido allí porque me había ofrecido un trabajo y diversión, porque no embeberme de sendas cosas.
La joven caminó contoneando su cuerpo hacia el mueble bar, empezaba el proceso de seducción, caída de pestañas, miradas furtivas, aquí en París las damas eran previsibles.
Así que te encargas de limpiarlo todo -susurré a sus espaldas moviendo con mi aliento su pelo.
Llevé mi mano al vidrio del vaso cuando esta se giró para enfrentarme quedando acorralada ligeramente contra la barra y mi cuerpo.
-creía que las vampiresas dormís por el día -aseguré llevando la copa a mis labios para darle un profundo trago -¿y bien? Dices tener un sospechoso ¿sorprendeme? ¿por que es tan valioso ese emblema?
No me había pasado desapercibido que esa mujer era muy capaz de engatusar a los hombres que con tan solo mirarla se graban tras su estela, era una mujer bella, posisiblemente acostumbrada a gustar, pero yo estaba en otro punto de mi vida.
El sexo no era un problema, pero una relación era algo para la que ni de lejos estaba preparado, el norte, la batalla y el acero era mi vida, tenia planes..abandonar Akershus y emprender un camino para encontrarme a mi mismo y nada iba a apartarme de ese sino.
Me relamí los labios esperando la respuesta de la doncella que a escasa distancia me miraba para nada intimidada, creo que eramos dos depredadores capaces de todo.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
—Bueno, primero, estoy jugando contigo, esto que hice hace un rato, no es mas que un simple satirismo he visto mucho en mi vida como para darme cuenta de varias cosas, las mujeres coquetean para atrapar. Yo no intento seducir a la primera de cambio, me gustan los retos sin trampas. —dijo refiriéndose a todo aquel "cortejo" si es que así podría llamárselo a aquello.
Había aprendido diferentes costumbres a lo largo de las décadas y, aunque le costase admitirlo, las parisinas tendían a ser muy, pero muy lentas a la hora de buscar marido, miradas por aquí, risitas por allá. Eran un importante dolor de cabeza para ella. Pero no dudo en probar suerte a ver si funcionaba, pero lo dejó al cabo de un rato mientras sacaba las copas y le servía a él.
Se acomodó el cabello sentándose en el sofá cerca del hombre dejando cierta distancia, pues al tenerle tan cerca, era peligroso.
— Y segundo, cierro las cortinas. Así el sol (o la luz, siendo específicos no me toca. Ademas, no me gusta dormir de día puedo ser una vampiresa pero prefiero disfrutar todo lo posible los días Nunca sabes quien puede estar tras de uno, cazadores, inquisidores, otros vampiros, licántropos .. humanos locos. Cosas así se tienen que prever —dijo encogiéndose de hombros mirándole sin mas, sus ojos azules brillaban con un toque extraño, seductor, podría decirse.
Se había quitado su calzado, el cual estaba cerca de allí y sonriendo dejo su copa vacía en el suelo, para pensar que responder.
Sabia quien podría haberle robado, mas aun no entendía la causa del todo, pues si sabia quien era, no podía ir y enfrentarle sin mas, era mucho mas fuerte que ella y quizás con un séquito por detrás Era peligroso aun si se encaminaba allí acompañada. Pero se relamió apenas los labios dispuesta a hablar.
—Bueno, el único sospechoso que logro tener en mente para esto, es mi creador, o en todo caso, el imbécil que me transformo en lo que ves ahora. —dijo mientras se levantaba y retomaba aquella corta distancia hasta Drittsekk y sonreia con suficiencia— Si crees que las parisinas son previsibles, es que aun no me conoces. Las vampiresas tendemos a vivir siglos, y en mi caso, he tenido tiempo suficiente para aprender muchas cosas, demasiadas.
Y sonriendo, planeo cortar aquella distancia, pero se alejó un poco del contrario, ya sin su sonrisa, pero con un gesto mas serio, pero sin dejar de mostrar un tinte provocativo en cada uno de sus movimientos. Si tan solo su corazón pudiese latir una vez mas, seria divertido poderlo sentir bombear sangre con fuerza. Lastima que esos años pasaron, y dejaron lugar a una dama de hierro, con un corazón tan frágil como el cristal.
Había aprendido diferentes costumbres a lo largo de las décadas y, aunque le costase admitirlo, las parisinas tendían a ser muy, pero muy lentas a la hora de buscar marido, miradas por aquí, risitas por allá. Eran un importante dolor de cabeza para ella. Pero no dudo en probar suerte a ver si funcionaba, pero lo dejó al cabo de un rato mientras sacaba las copas y le servía a él.
Se acomodó el cabello sentándose en el sofá cerca del hombre dejando cierta distancia, pues al tenerle tan cerca, era peligroso.
— Y segundo, cierro las cortinas. Así el sol (o la luz, siendo específicos no me toca. Ademas, no me gusta dormir de día puedo ser una vampiresa pero prefiero disfrutar todo lo posible los días Nunca sabes quien puede estar tras de uno, cazadores, inquisidores, otros vampiros, licántropos .. humanos locos. Cosas así se tienen que prever —dijo encogiéndose de hombros mirándole sin mas, sus ojos azules brillaban con un toque extraño, seductor, podría decirse.
Se había quitado su calzado, el cual estaba cerca de allí y sonriendo dejo su copa vacía en el suelo, para pensar que responder.
Sabia quien podría haberle robado, mas aun no entendía la causa del todo, pues si sabia quien era, no podía ir y enfrentarle sin mas, era mucho mas fuerte que ella y quizás con un séquito por detrás Era peligroso aun si se encaminaba allí acompañada. Pero se relamió apenas los labios dispuesta a hablar.
—Bueno, el único sospechoso que logro tener en mente para esto, es mi creador, o en todo caso, el imbécil que me transformo en lo que ves ahora. —dijo mientras se levantaba y retomaba aquella corta distancia hasta Drittsekk y sonreia con suficiencia— Si crees que las parisinas son previsibles, es que aun no me conoces. Las vampiresas tendemos a vivir siglos, y en mi caso, he tenido tiempo suficiente para aprender muchas cosas, demasiadas.
Y sonriendo, planeo cortar aquella distancia, pero se alejó un poco del contrario, ya sin su sonrisa, pero con un gesto mas serio, pero sin dejar de mostrar un tinte provocativo en cada uno de sus movimientos. Si tan solo su corazón pudiese latir una vez mas, seria divertido poderlo sentir bombear sangre con fuerza. Lastima que esos años pasaron, y dejaron lugar a una dama de hierro, con un corazón tan frágil como el cristal.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Era cierto, la joven de dorados cabellos era una seductora nata, pero en algo me equivoqué, no perdía el tiempo, mas bien tejía la tela de araña en la que yo iba cayendo.
Sus movimientos eran seductores, hablábamos de cosas que poco me importaban y aun así ella parecía convertirlas en un interesante acontecimiento.
-Así que vives de día y de noche y algo me dice que duermes poco dadas las circunstancias, yo por contra soy humano, nadie me quita mis horas de sueño -bromeé guiñándole un ojo.
Di un sorbo de mi copa escuchándola hablar sobre sus sospechas seguramente bien fundadas, según ella era su “sire” el que la convivió en lo que es quien le había robado ese emblema.
-¿y por que tu sire haría eso? -pregunté -¿su juguete ya no le presta atención y a cogido una pataleta? -pregunté mordaz sin apartarme un ápice cuando ella se orilló pegándose a mi cuerpo.
No me intimidaba, mas bien lo contrario, a mi los juegos de gato y el ratón, me divertían hasta cierto punto, mas cuando fue a separarse enganché su muñeca pegándola a mi cuerpo.
-¿y ese emblema que poderes tiene para ser codiciado por otro vampiro? -pregunté sin dejar de mirar sus ojos.
Deslicé mis manos por su cintura sin prisa, ciertamente no la tenia, bordeé por encima de su trasero alcanzando las cintas del corseé y lentamente con ellas jugué esperando la respuesta que saliera de sus labios.
-¿divertirnos no? -pregunté al tiempo que tiré de la lazada y afloje e resto con agilidad con los dedos -¿y como vamos exactamente a divertirnos vampiresa.
Ladeé la sonrisa de forma engreída, antes de ser completamente sincero con ella, no quería malos entendidos y sabia que las mujeres de Paris eran muy proclives a eso de creer que si te colabas en su agujero jamas saldrías de él.
-Solo busco un rato y algo de aventuras, el norte es mi hogar y allí regresaré.
Quería que quedara claro para los dos antes de empezar nada, ella decidiría si aceptaba o no las reglas del juego.
Sus movimientos eran seductores, hablábamos de cosas que poco me importaban y aun así ella parecía convertirlas en un interesante acontecimiento.
-Así que vives de día y de noche y algo me dice que duermes poco dadas las circunstancias, yo por contra soy humano, nadie me quita mis horas de sueño -bromeé guiñándole un ojo.
Di un sorbo de mi copa escuchándola hablar sobre sus sospechas seguramente bien fundadas, según ella era su “sire” el que la convivió en lo que es quien le había robado ese emblema.
-¿y por que tu sire haría eso? -pregunté -¿su juguete ya no le presta atención y a cogido una pataleta? -pregunté mordaz sin apartarme un ápice cuando ella se orilló pegándose a mi cuerpo.
No me intimidaba, mas bien lo contrario, a mi los juegos de gato y el ratón, me divertían hasta cierto punto, mas cuando fue a separarse enganché su muñeca pegándola a mi cuerpo.
-¿y ese emblema que poderes tiene para ser codiciado por otro vampiro? -pregunté sin dejar de mirar sus ojos.
Deslicé mis manos por su cintura sin prisa, ciertamente no la tenia, bordeé por encima de su trasero alcanzando las cintas del corseé y lentamente con ellas jugué esperando la respuesta que saliera de sus labios.
-¿divertirnos no? -pregunté al tiempo que tiré de la lazada y afloje e resto con agilidad con los dedos -¿y como vamos exactamente a divertirnos vampiresa.
Ladeé la sonrisa de forma engreída, antes de ser completamente sincero con ella, no quería malos entendidos y sabia que las mujeres de Paris eran muy proclives a eso de creer que si te colabas en su agujero jamas saldrías de él.
-Solo busco un rato y algo de aventuras, el norte es mi hogar y allí regresaré.
Quería que quedara claro para los dos antes de empezar nada, ella decidiría si aceptaba o no las reglas del juego.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
—Y no estas equivocado, mi trabajo me quita tiempo. Y bueno, es mejor que quedarse sin nada que hacer. — sonrió de lado mientras apoyaba una de sus manos bajo su mentón a la par que una sonrisa aun mas ladina se formaba en sus labios. Si había algo de esa noche que la entretenía era que aquel humano parecía tener muchos objetivos en la vida, o al menos eso era lo que parecía ostentar. Y eso le parecía... interesante.
Así que, al oír lo que el hombre decía de su creador, soltó una risa que era melódica pero fría por partes iguales, ¿Era aquello una broma? Le parecía que si. Por lo que, sonriendo de lado, le miro para chasquear la lengua con parsimonia. Y cuando dejo de sonreír paso su lengua por sus rojos labios y se dispuso a hablar.
—El hecho aquí es que, el era mi "juguete", y él no es mas que un muchacho loco y obsesionado. Hizo que pasase malas experiencias en diferentes sitios, y como yo ya perdí el interés en una persona que solo buscaba aprovecharse. —dijo mientras fruncía apenas el ceño recordando cuando le conoció en Gales, luego, la oscuridad, el frió y el miedo. Mas tarde, el recuerdo de Escocia y las cosas que ella tuvo que hacer para evitar que ciertos secretos saliesen a la luz. Luego, los incidentes en Asia y Egipto. Ese hombre era un maníaco obsesivo por una mujer que ya no le daba ni la hora.
Se sorpendio al sentir sus manos en sus caderas, pero no se resistió y cuando giro apenas su mirada hacia sus manos lo mas que pudo, para apartar sus manos a la vez que sentía los lazos del corseé aflojar su amarre. Parecía que no se estaba con rodeos y, ¿para que mentir? Faith tampoco.
Así fue como, mientras oía la siguiente pregunta de boca de Drittsekk, se desató y quitó por cuenta propia el resto de nudos de su corseé.
—Veras, el emblema robado esta hecho a partir de la plata, así que tranquilamente puede matar, herir o dejar bastante mal a un vampiro o un licantropo Mi familia tiene un registro de cazadores bastante amplio, así que era mejor prevenir que lamentar. — respondió mientras sus manos desabrochaban la camisa, aunque solo unos botones, del hombre.
Ya sufrió una vez por confiar en un hombre que le prometía flores y corazones, por lo que con una mala experiencia ya tenia suficiente.
Mejor era tener affairs sin sentimientos románticos de por medio, era lo único divertido de aun tener cierto tinte existencial en el mundo. Uno puede divertirse cuanto sea sin estar atado necesariamente a nadie, porque, ¿Para que uno es inmortal si debe cargar con el peso de mas perdidas de seres queridos? Era un ser eterno, y si se involucraba con mortales lo único que ganaba era dolor en su conciencia.
—Somos dos, entonces. Yo busco divertirme, así que, no hay nada mas involucrado. —dijo— Y seguro que te haces la idea de a que tipo de diversión me refiero. — dijo ella con una sonrisa socarrona en los labios.
Así que, al oír lo que el hombre decía de su creador, soltó una risa que era melódica pero fría por partes iguales, ¿Era aquello una broma? Le parecía que si. Por lo que, sonriendo de lado, le miro para chasquear la lengua con parsimonia. Y cuando dejo de sonreír paso su lengua por sus rojos labios y se dispuso a hablar.
—El hecho aquí es que, el era mi "juguete", y él no es mas que un muchacho loco y obsesionado. Hizo que pasase malas experiencias en diferentes sitios, y como yo ya perdí el interés en una persona que solo buscaba aprovecharse. —dijo mientras fruncía apenas el ceño recordando cuando le conoció en Gales, luego, la oscuridad, el frió y el miedo. Mas tarde, el recuerdo de Escocia y las cosas que ella tuvo que hacer para evitar que ciertos secretos saliesen a la luz. Luego, los incidentes en Asia y Egipto. Ese hombre era un maníaco obsesivo por una mujer que ya no le daba ni la hora.
Se sorpendio al sentir sus manos en sus caderas, pero no se resistió y cuando giro apenas su mirada hacia sus manos lo mas que pudo, para apartar sus manos a la vez que sentía los lazos del corseé aflojar su amarre. Parecía que no se estaba con rodeos y, ¿para que mentir? Faith tampoco.
Así fue como, mientras oía la siguiente pregunta de boca de Drittsekk, se desató y quitó por cuenta propia el resto de nudos de su corseé.
—Veras, el emblema robado esta hecho a partir de la plata, así que tranquilamente puede matar, herir o dejar bastante mal a un vampiro o un licantropo Mi familia tiene un registro de cazadores bastante amplio, así que era mejor prevenir que lamentar. — respondió mientras sus manos desabrochaban la camisa, aunque solo unos botones, del hombre.
Ya sufrió una vez por confiar en un hombre que le prometía flores y corazones, por lo que con una mala experiencia ya tenia suficiente.
Mejor era tener affairs sin sentimientos románticos de por medio, era lo único divertido de aun tener cierto tinte existencial en el mundo. Uno puede divertirse cuanto sea sin estar atado necesariamente a nadie, porque, ¿Para que uno es inmortal si debe cargar con el peso de mas perdidas de seres queridos? Era un ser eterno, y si se involucraba con mortales lo único que ganaba era dolor en su conciencia.
—Somos dos, entonces. Yo busco divertirme, así que, no hay nada mas involucrado. —dijo— Y seguro que te haces la idea de a que tipo de diversión me refiero. — dijo ella con una sonrisa socarrona en los labios.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
No espere una respuesta, para que mentir, era demasiado impaciente para hacerlo, la quería y para ya.
Enrede mis dedos en su cabello y tire de este con firmeza, dejando así su inmaculado cuello al descubierto. Cuello que lamí deleitándome en su sabor y olor hasta llegar a su mandíbula casi perfecta. La recorrí rozando mis dientes de principio a fin, terminando con un jadeo frente a su boca.
Para ese entonces mi hombría luchaba por salir de mis pantalones, impaciente por que la dama la liberara.
-Os deseo, me gusta jugar sin mayor compromiso que pasar una noche sin mas -susurre frente a su boca mientras mi mano soltaba su pelo y bajaba salvaje recorriendo su encorsetada espalda, camino hacia sus nalgas.
Su cuerpo se estremeció contra el mio, sediento de placer. Jadeé cuando su mano se paseo por la cinturilla de mi pantalón con esa pérfida sonrisa de la que hacia gala. Ella quería lo que yo, por eso los botones cedieron ante sus dedos y nuestros cuerpos se encontraron en un ligero serpenteo. Bocas entreabiertas, podía sentir la caricia de su aliento gélido contra mi boca. Me relamí tentándola el tiempo suficiente como para que un mordiscó en mi inferior me animara a adentrarme por el precipicio de sus labios. Beso húmedo, prolongado, que nos arrancó un jadeo ronco a ambos.
La alcé de las nalgas, mi abultada entrepierna golpeó su centro, su espalda golpeó la pared, gruñíamos como dos bestias, dos animales salvajes que solo buscan placer.
Alce ligeramente la cabeza al tiempo que mis labios se entreabrían exhalando aire cuando su boca se apoderaron de mi mandíbula, acompañándola en cada surco, lamiéndola y mordiéndola a partes iguales.
Enrede mis dedos en su cabello y tire de este con firmeza, dejando así su inmaculado cuello al descubierto. Cuello que lamí deleitándome en su sabor y olor hasta llegar a su mandíbula casi perfecta. La recorrí rozando mis dientes de principio a fin, terminando con un jadeo frente a su boca.
Para ese entonces mi hombría luchaba por salir de mis pantalones, impaciente por que la dama la liberara.
-Os deseo, me gusta jugar sin mayor compromiso que pasar una noche sin mas -susurre frente a su boca mientras mi mano soltaba su pelo y bajaba salvaje recorriendo su encorsetada espalda, camino hacia sus nalgas.
Su cuerpo se estremeció contra el mio, sediento de placer. Jadeé cuando su mano se paseo por la cinturilla de mi pantalón con esa pérfida sonrisa de la que hacia gala. Ella quería lo que yo, por eso los botones cedieron ante sus dedos y nuestros cuerpos se encontraron en un ligero serpenteo. Bocas entreabiertas, podía sentir la caricia de su aliento gélido contra mi boca. Me relamí tentándola el tiempo suficiente como para que un mordiscó en mi inferior me animara a adentrarme por el precipicio de sus labios. Beso húmedo, prolongado, que nos arrancó un jadeo ronco a ambos.
La alcé de las nalgas, mi abultada entrepierna golpeó su centro, su espalda golpeó la pared, gruñíamos como dos bestias, dos animales salvajes que solo buscan placer.
Alce ligeramente la cabeza al tiempo que mis labios se entreabrían exhalando aire cuando su boca se apoderaron de mi mandíbula, acompañándola en cada surco, lamiéndola y mordiéndola a partes iguales.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La inmortalidad está sobrevalorada (privado)(+18)
Sus acciones la tomaron por sorpresa, más que nada por que no se lo había visto venir. Sintió su mano en su cabello, y como aditivo el tirón proporcionado por Drittsekk haciendo que echase la cabeza hacía atrás mientras gruñía apenas. Pero cuando sintió su boca en su cuello, no se alarmó, por lo que le dejó hacer mientras sus manos iban a lo suyo.
Sus manos se dirigieron a sus pantalones, y comenzaron a desabrochar los botones de este, haciendo que cayesen al suelo, lo mismo hizo con la camisa de su acompañante, dejándole únicamente con aquella prenda que cubría su hombría.
Sonrió para sus adentros mientras ella, gracias a la cercanía que casi no presentaba distancia entre sus cuerpos, lograba quitarse aquel estorboso vestido, pero cuando había atinado a zafar sus brazos de la espalda de Drittsekk, ya había sido estampada contra la pared por él, más el vestido ya estaba casi por sus caderas, dejando a la vista su tronco a medias, siendo cubierto aún por el vestido.
Cuando le besó, prácticamente desconectó su mente para actuar sin pensar o sentir, recorrió su mentón con sus labios, hasta llegar a su cuello, luego ascendió encontrando sus labios, pasó la lengua un poco y mordió.
Ya cuando logró recuperar la compostura, admiró el cuerpo de quien tenía adelante y no dudó en sonreír con sorna mientras hacía un camino de besos por su cuello hasta su oreja, mordiendo esta con suavidad a la par que susurraba su nombre un par de veces mientras sus manos acariciaban la V de su vientre, gruñendo un poco por los movimientos de su sinhueso contra su cuerpo, haciéndola estremecer.
Faith entonces, se apegó lo más que pudo a él, mientras que con sus labios trazaba un camino desde su oreja hasta la comisura de sus labios, besándole con una fogosidad que no iba tanto con ella.
Y, en un atisbo de cordura, la imagen de quien había sido su pareja en Escocia, un licántropo increíble, hizo presencia ocupando sus pensamientos en ese preciso momento. Pero tan pronto lo recordó, se fue. No entendió porque ocurrió aquello, aunque ignoró razones mientras volvía a la realidad y seguía a lo suyo.
No podía permitirse recordar, era algo que no podía permitir. Si recordaba, quemaba, y dolía. Mejor mantener las apariencias y el corazón frío y lejano a las emociones.
Sus manos se dirigieron a sus pantalones, y comenzaron a desabrochar los botones de este, haciendo que cayesen al suelo, lo mismo hizo con la camisa de su acompañante, dejándole únicamente con aquella prenda que cubría su hombría.
Sonrió para sus adentros mientras ella, gracias a la cercanía que casi no presentaba distancia entre sus cuerpos, lograba quitarse aquel estorboso vestido, pero cuando había atinado a zafar sus brazos de la espalda de Drittsekk, ya había sido estampada contra la pared por él, más el vestido ya estaba casi por sus caderas, dejando a la vista su tronco a medias, siendo cubierto aún por el vestido.
Cuando le besó, prácticamente desconectó su mente para actuar sin pensar o sentir, recorrió su mentón con sus labios, hasta llegar a su cuello, luego ascendió encontrando sus labios, pasó la lengua un poco y mordió.
Ya cuando logró recuperar la compostura, admiró el cuerpo de quien tenía adelante y no dudó en sonreír con sorna mientras hacía un camino de besos por su cuello hasta su oreja, mordiendo esta con suavidad a la par que susurraba su nombre un par de veces mientras sus manos acariciaban la V de su vientre, gruñendo un poco por los movimientos de su sinhueso contra su cuerpo, haciéndola estremecer.
Faith entonces, se apegó lo más que pudo a él, mientras que con sus labios trazaba un camino desde su oreja hasta la comisura de sus labios, besándole con una fogosidad que no iba tanto con ella.
Y, en un atisbo de cordura, la imagen de quien había sido su pareja en Escocia, un licántropo increíble, hizo presencia ocupando sus pensamientos en ese preciso momento. Pero tan pronto lo recordó, se fue. No entendió porque ocurrió aquello, aunque ignoró razones mientras volvía a la realidad y seguía a lo suyo.
No podía permitirse recordar, era algo que no podía permitir. Si recordaba, quemaba, y dolía. Mejor mantener las apariencias y el corazón frío y lejano a las emociones.
Faith Blackthorn- Vampiro Clase Alta
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