Breathe me in. [Libre]

por **Bjorn Agrippa** Lun Nov 20, 2017 5:29 am

Ya no podía echarse atrás, tampoco lo haría aunque fuera lo que más deseara en el mundo, su palabra valía demasiado para él, si prometía algo lo cumplía y le prometió a aquel chico que no faltaría a la cita que ambos programaron días atrás en uno de los cafés del centro de la ciudad cuando el simple y extraño pero atractivo humano se acercó a Bjorn con la intención de mantener una conversación mientras ambos terminaban el té de sus tazas, conversación que se alargo el resto de la mañana y parte de la tarde. Esta vez no cometería el error de dejarlo escapar antes de caer la noche, tenía grandes planes con él durante la misma.

El lugar de encuentro era el mismo café en el que coincidieron por primera vez por lo que con la intención de no hacerlo esperar se fue antes de lo acordado, se sentó en la misma mesa de aquel día y pidió una taza del mismo té. Solo iba a ese café por ese té, aunque tampoco había probado nada más. La hora llegó e incluso pasaron un par de minutos y Bjorn seguía igual de solo que al principio. Tras un cuarto de hora la situación no había cambiado y pasada media hora más de lo mismo.Un plantón en toda regla. El brujo no era muy dado a ese tipo de encuentros, ni con hombres ni con mujeres, y después de aquello lo sería aún menos, un error del que aprender.

La chica del café se acercó a la mesa del Agrippa para preguntar si se le ofrecía algo más, tras la negativa de este le cobró la bebida y él, en silencio, se levantó y comenzó a caminar sin rumbo por la ciudad. No tenía un destino, cualquier era válido excepto su gran y vacía casa. Paso a paso llegó ante la puerta de lo que parecía un parque de atracciones, efectivamente, era el famoso Luna Park de París. Tras permanecer clavado en la entrada pensando si entrar o volver a casa decidió escoger la primera opción. Ya solo quedaba un asunto que resolver, ¿donde debía ir primero? Cuando echó a andar nuevamente topó bruscamente con alguien. -Vaya, lo siento, tenía la mente en otro lado, no le vi. ¿Le he hecho daño?-.

por **Arikel Voerman** Vie Nov 24, 2017 3:56 pm

La noche recien caia y para la vampiresa había empezado de notable buena forma, ya que antes de salir de donde se hospedaba pudo saciarse con uno de los camareros, al que uso de primera comida de la noche, por suerte para él no lo mató, tan solo un confuso recuerdo de lo que había ocurrido, y ella tán olvidada como el mordisco en el cuello que le había dado, salió con la sonrisa maliciosa en los labios aunque cerró un poco los ojos, aunque el cielo sol ya no había hacia poco que había traido las horas oscuras, la vampiresa miró a ambos lados de la calle y siguió sin rumbo fijo, le llegaba el aroma de la fería, ciertamente le entusiasmaba la idea.

Torció el gesto y se puso su capucha y empezó el rumbo en esa dirección, la verdad es que si no aprovechaba ahora para ver los sitios de ocio en París puede que más tarde no tuviera tiempo, o le surgieran cosas que le impedirían hacer turismo por la ciudad, asi que ahora era el momento y a decir verdad por muchos años que pasasen ella seguía sintiendo ganas de asistir a ese tipo de eventos, quizás el haber sido convertida a esa edad hacía que en algunas cosas no madurase, o quien sabe... Ella llegó a la fería y deslizaba la vista en el lugar, tan animado, con ese olor a dulce de los puestos ambulantes, la rubia ladeó la cabeza y se adentró al primer puesto que vió, uno que ofrecía algodon de azucar, se pidió uno, lo pagó y se alejó un poco para tener una buena vista del sitió, se colocó cerca de la entrada y observaba las atraciones, donde los demás pagaban para que sus pequeños dieran una vuelta en poni, o un paseo en esos caballitos de juguete que subian y bajaban, la vampiresa provó el algodón de azucar y lo observó gratamente, la última vez que provó ese dulce fue en Italia hacía 200 años.

Más la paz fue relativamente pronto perturbada, un brusco empujón del choque de alguien hizo que se nariz y boca recibieran una leve tela de algodón de azucar, se la apartó con un leve gruñido, se giró mientras escuchaba las disculpas de quien con su espalda chocó. -No importa..- Gruñó la rubia pero cuando el aroma de la sangre llegó a las fosas nasales de la vampiresa está le observó con las pupilas absolutamente dilatadas, podía sentir el pulso bajo la piel, Arikel miró al joven que estaba frente a ella de arriba a abajo. Y ladeo la cabeza observandole mientras se retiraba la capucha. -¿una día estresante?- Dijo con cautela la joven, al menos para ganar tiempo y evaluar si se había ganado el proximo trago o no..

por **Bjorn Agrippa** Sáb Nov 25, 2017 12:12 pm

-Un poco la ver...dad-. Cuando se giró y observó a la joven con la que había chocado sus palabras se atascaron en sus labios, no por que fuera alguna conocida a la que no soportara ver o por que fuera la chica más fea con la que hubiera podido toparse, no, simplemente era por lo que era, un vampiro, una atractiva chupasangre con una mirada tan fría que le hacía temer por su vida. ¿Habría comido ya? O mejor ¿habría comido lo suficiente como para no verle como el postre? A decir verdad estaba ya cansado de los vampiros, últimamente no hacía más que toparse con ellos y no era algo que le agradara demasiado, aunque Don... bueno, ese tío aburrido era una excepción.

Dos ideas pasaron de forma fugaz por su cabeza, la primera era hacerse el loco y huir en el mejor momento si es que la otra le daba la oportunidad de hacerlo y la otra era plantarle cara, dejar las cosas claras y marcar límites, algo propio del Bjorn insensato. Tras un breve debate interno ganó la insensatez, como siempre últimamente, al parecer no valoraba mucho el seguir con vida. Mientras colocaba su ropa clavó la mirada en los ojos de la vampiresa esbozando un media sonrisa, ahí iba el valiente guerrero a jugar con la muerte. -No lo hagas, no vas a hincarme el diente... Si, se lo que eres, chupasangre, tu aura es fea, la de todos vosotros lo es, de ahí que os evite en todo momento aunque la verdad es que me lo ponéis bastante difícil-. En el lo más profundo de su ser estaba cagado de miedo, si aquella chica estaba tan loca como reflejaban sus ojos estaría perdido por muchos hechizos que usase, al final acabaría regando el parque con su sangre, no obstante ya que había empezado no podía relajarse ahora. -Ya que estamos aquí ¿por que no dar un paseo por el parque? De todas formas dudo que quieras destrozar a un chico en un lugar tan poblado como este parque ¿no? Te propongo algo, disfrutemos de esta desagradable velada y ya nos preocuparemos de quien mata a quien después, ¿que me dices?- Mientras aquellas palabras salían por su boca sus pies caminaban hacia el parque y su mente suplicaba que se negara y lo dejase en paz, no obstante si ya le había echado el ojo y el olfato encima no se libraría de ella tan fácilmente.

Sin preguntarse siquiera si la vampiresa aún le seguía se acercó al puesto del algodón dulce y pidió uno, si, le había dado envidia. Fue entonces cuando buscó a la chica con la mirada.

por **Arikel Voerman** Sáb Nov 25, 2017 1:32 pm

La vampiresa tenía la mirada clavada en él, en su cuello, escuchando su pulso, no iba a mentir le encantaba la sangre de los hechiceros, pero se limitó a simplemente a observarle, la expresión que tuvo cuando la vió, pareció en primer momento que el terror estaba ahí en su mirada, y tuvó un debate de reacción ante ella, era logico que tán pronto las cartas estuvieran sobre la mesa, pues los brujos son bastante suceptibles a percibir a otros seres, más solo ladeó una sonrisa ante él, mientras ladeaba la cabeza observandole. Más lo que aconteció fue la reacción de alguien insensato, las palabras de aquel brujo fueron duras y crueles hacía la vampiresa. -Ahá...- Respondió, ciertamente se había ofendido un poco, pero su unica reación fue esa, y mirarle mientras cogía más de su algodon de azucar y lo degustaba.

Los claros ojos de la chica, azules como el agua se cernían rojos, mientras le miraban se volvian de un notable color rojo, si, se había enfadado, pero es la única señal de enfado que vería el hechicero, ya que el semblante de la rubía se aguantaba imperturbable, unicamente moviendose para lamer los restos de azucar de sus dedos. Más la siguiente propuesta del brujo hizo que arqueara las cejas. Ofrecía una velada, disfrutar de la fería y despues ver quien mataba a quien, la vampiresa dejó escapar una risa maliciosa, más bien tomandole poco en serio o bien dicho..viendole que se había ofrecido a ser la cena tán voluntariamente que era admirable, la vampiresa guardó silencio mientras seguía con su algodón de azucar, quizás deduciendo que la tranquilidad que mantenía le pusiera lo suficientemente nervioso.

El hechicero echó a andar raudo hacía el puesto donde ella había adquirido su enorme algodon de azucar, tardó unos segundos en seguirle, así que le siguió unos pasos por detrás, esperó pacientemente mientras compraba su algodon, él joven la busco con la mirada, no tardó en dar con la de la vampiresa. -Quiero montar en el carrutsel...- inquirió de manera brusca la vampiresa, mirando la atracción tan bonita y cuidada que la hacían atractiva, comió algo más de su algodon y miró al hechicero. -Pagas tú...- finalizó con ese aire engreido que llevaba la rubia, no le importaba jugar con su cena previamente.

por **Bjorn Agrippa** Dom Nov 26, 2017 12:09 pm

-Joder... vale que tu estés muerta ya pero yo quiero seguir vivo un poco más... no me des estos sustos...- Se llevó la mano que le quedaba libre hasta el pecho, exactamente sobre su corazón que había comenzado a latir a toda prisa al encontrarse de repente la cara de la chica a uno de sus lados con esa palidez y esos ojos rojos. A decir verdad la idea de pasear por aquel parque en solitario no le hacía demasiada gracia, no obstante hacerlo en compañía de una vampiresa con aparente falta de cordura y unas ganas enormes de secarlo como una uva pasa le gustaba aún menos, sin embargo ella había aceptado pasar la velada con él a cambio de no iniciar una trifulca en mitad de la multitud a si es que no tenía más remedio que callar y aguantarse aunque eso significase tener que pagarle los caprichos a aquella criatura aparentemente infantil. El brujo suspiró asqueado. -¿No querrás que me monte contigo en esa cosa de críos no? Por que no pienso hacerlo-. Se metió un trozo de su algodón de azúcar en la boca mientras caminaba hacia el dueño de la atracción para conseguir una entrada para ella.

-Espero que su amiga se lo pase bien en nuestra magnífica atracción-. La cara del Agrippa fue un poema al escuchar la palabra amiga haciendo referencia a la vampiresa. -¿Esa cosa? No es mi amiga... una larga historia. ¡Bicho, ya puedes subir!-. Si, estaba caminando por el borde de un precipicio y él mismo se estaba empujando al vacío con sus palabras. -Lo siento, no es nada personal, los vampiros y los míos nunca hemos sido muy buenos amigos... Venga, empecemos de nuevo, ¿como te llamas? Mi nombre es Bjorn, no voy a decir que es un placer por que no es así pero bueno, la formalidad ante todo-. Sonrió sin ganas. -¿Quieres que te sujete el algodón? Sería una pena que se te cayera en la atracción-. Si, ahora intentaba ser amable, ahora que había sobrepasado la linea de la insensatez más absoluta y le había visto los dientes al lobo, o mejor, a la chupasangre.

Observó la atracción a la que iba a subir la rubia con atención, era bonita, realmente bonita, lo poco que llevaba visto del parque de atracciones lo era. A pesar de no disfrutar de la compañía adecuada era la primera vez que iba a aquel mágico lugar y lo disfrutaría fuera como fuese y más aún si al finalizar la noche se convertía en un fiambre a manos de aquella chica. A lo lejos una gran estructura que sobresalía por encima de todas las demás llamó la atención del brujo, era la noria, esa atracción a la que siempre había querido subir desde bien pequeño pero... ¿sería prudente encerrarse en un espacio reducido con aquella vampiresa psicópata a varios metros de altura? Cuando la chica volvió del carrutsel la miró y tras pensarlo mucho le hizo una propuesta. -¿Que te parece si nos montamos en la noria? Siempre he querido subir... Pero lo hacemos en vagones diferentes, no quiero que me arranques la cabeza en lo más alto...- Arrugó la frente esperando respuesta de esta.

por **Arikel Voerman** Dom Nov 26, 2017 1:43 pm

La vampiresa no pudo evitar dejar escapar una divertida risa cuando el brujo aseguró que se habá asustado de su aparición, más solo ladeó una sonrisa y siguió degustando su algodon de azucar, se le veía disgustado al joven, pero por la actitud que tenía Arikel no iba a intentar agradar la velada, pues de momento consideraba que solo valía para postre, el lo había prolongado hasta el final de la velada, y ella había simplemente aceptado, ¿a quien no le gustan las ferias? al parecer al brujo, la vampiresa le miró de reojo, pero accedió a comprarle el pase para el tiovivo, al parecer a lo que no estaba dispuesto es a montarse con ella, la vampiresa solo respondió esa acción encogiendose de hombros.

Escuchó como el dueño del carrusel comentaba y la respuesta que dió el brujo, ante esa denominación la vampiresa se frenó en seco y le lanzó una mirada tán fria como un paramo helado. -Sigue asi....solo alargaras más la tortura.- Dijo de forma que solo el brujo pudiera oirla, y aunque el brujo despues se disculpó Arikel no le valió, le miró con sumo desdén y bufó retirando su algodon de azucar. -No.- Respondió a su pregunta de sujetarle el dulce, disfrutó no obstante del paseo en el carrutsel mientras terminó su dulce antes de bajar, cuando la atracción con su dulce melodía terminó ella bajo y tiró el palito sin algodon ya mirando al brujo enseñandole los colmillos de manera que nadie más se percatara de esa acción. -Bjorn...un nombre de mi tierra.- Dijo finalmente respondiendo a lo que antes castigo con silencio. -No te pega...enclenque.- Dijo notandose enfadada por lo de antes. Y dejandolo bien claro, puesto que tampoco había querido presentarse a él debido a la ofensa.

Le había puesto de mal humor y nuevamente volvía a masajear su sien para autorelajarse y no dejarse llevar por la ira, pero le estaba costando mucho, le enfurecía mucho.-Arikel...y tampoco está siendo un placer- dijo finalmente, mientras volvía a su autocontrol, pero notablemente furiosa. Miró la noria. -Esta bien, pero si quieres ir en un vagon distinto al mio...te recomiendo que me compres un peluche, y más te vale que sea una monada, si no me gusta...- Chasquea la lengua amenazante y sonrie finalmente de manera maliciosa. -Asi que la proxima vez cuida tus modales, o no dejare que acabe la velada antes de empezar a torturarte...y creeme da igual lo reodeado de gente que estes, estás tan solo como yo..- Dice divertidamente mientras se cruza de brazos. -Bien, ahora traeme mi peluche y nos montamos en tu noria..-

por **Bjorn Agrippa** Mar Nov 28, 2017 1:22 pm

-¡Eh! Que no soy ningún enclenque, solo necesito ganar un poco más de peso, pero no tengo la culpa de eso-. Arrugó la nariz mosqueado por aquel comentario, odiaba que le llamasen así, enclenque era como solía llamarle el idiota de su padre y además, no lo era, tan solo estaba delgado. -¿Has dicho de tu tierra? ¿Acaso eres sueca? Eso explicaría tu carácter-. Retrocedió de un salto poniendo las manos por delante a modo de escudo. -Es broma es broma, no me mates aún, ya te he dicho que quiero tener la velada en paz, sin sangre ni cabezas voladoras. Es un sitio bonito, Suecia, lo visité hace mucho tiempo, me resultó agradable. ¿Que haces tan lejos de tu tierra?-. Quizás no quisiera responder a esa pregunta, quizás el motivo era tan siniestro como el suyo, sin embargo no pensó en eso, simplemente se dejó llevar por la curiosidad.

Había dado por supuesto que no le revelaría su nombre por la forma irrespetuosa que había tenido hasta ahora de tratarla y lo entendía, no podía pretender que con un chasquido de dedos su forma de verle cambiase, debía de ganárselo. Se metió el último trozo de algodón de azúcar en la boca lamiendo después el palo para retirar cualquier resto del dulce que se hubiera quedado pegado en él, fue entonces cuando los labios de la chica de separaron saliendo de su boca un nombre, Arikel. Iba a comentar sobre su nombre cuando volvió a hablar esta vez para amenazarle, otra cosa que odiaba el brujo. -¿Sabes que? No pienso comprarte nada, no tengo por que, no te debo ni un peluche ni ninguna otra cosa, bastante es que te he pagado la entrada para esa absurda atracción y tenía intención de invitarte a subir a la noria. Siento haberte tratado así desde el principio, ha sido culpa de los prejuicios absurdos de mi familia contra los tuyos, pero no voy a dejar que me amenaces ni voy a hacer lo que me digas, no soy tu esclavo ni tu niñero a si es que si no puedes hacer borrón y cuenta nueva creo que es mejor que cada uno siga por su camino o intentar matarnos, aunque personalmente yo prefiero...- Hizo una pausa dramática y tras suspirar prosiguió. -... empezar desde el principio. Hola Arikel, ¿puedo llamarte Ari? ¿Te apetecería visitar el parque conmigo? ¿Empezamos por la noria? Dicen que hay muy buenas vistas desde arriba del todo-. Le regaló una sonrisa, esta vez, verdadera e incluso le ofreció el brazo para que lo tomase e ir juntos hasta la atracción.

por **Arikel Voerman** Mar Nov 28, 2017 3:58 pm

La vampiresa observaba como reaccionó el joven cuando le llamó enclenque, quizás le recordó algo, pero ahora mismo el humor de la platina rubia estaba turbio debido a como se comportaba el brujo. Más alzó una ceja y se encaró con el brujo. -Si, soy de suecia ¿qué pasa?.- Gruño de forma agresiva la vampiresa mientras el color rojo de sus ojos se hacían demasiado presentes mirando al brujo. Y aunque aseguraba de que era broma sus palabras, la vampiresa no estaba segura de ello, ya que llevaba metiendose con ella desde que se chocó contra ella, pero empezó a dudar si el trago iba a merecer la pena la espera y no acabar ya. -He estado viajando..acabo de llegar a París.- Dijo finalmente de manera seca mientras le miraba.

Miró como se acababa el algodón de azucar, pero parece que la pedida de un peluche fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del brujo, pues este pareció aparentemente explotar, pareció enfurecerle mucho, se había ofendido y aunque le mando alguna señal confusa, disculpandose por sus prejuicios, pero no le sentó bien que le pidiera el peluche, la vampiresa miró hacia el puesto de regalos mientras Bjorn hablaba exaltado y despues dirigío la vista de nuevo hacia el brujo, al que miró de manera intensa durante unos segundos una vez acabado de hablar, le observaba sin apenas pestañear, casí fulminandole con la mirada o eso parecería de no ser por que se mantuvo inexpresiva largos segundos, de manera inquietante, al menos para el brujo que le había dedicado una sonrisa, aunque la vampiresa no estaba segura de que fuese tán sincera como parecía, pero finalmente la vampiresa habló. -Está bien...pero antes...- Se desvió del sitio y se acercó al puesto, pidiendo al tenderó uno de los muñecos de peluche, de hecho se compró un buho de peluche, volvió a donde estaba el brujo y finalmente con sus ojos de regreso a ese azul cielo sonrió de medio lado. -Montemos en la noria..- Dijo del tono mas dulce que pudo, aunque le costaba. No manejaba muy bien sus emociones. -Bien tu pareces saber mucho, ¿que prejuicios puedes tener contra los que son como yo? ¿os atacó un vampiro?¿por eso me odias?- Se quedó unos segundos pensando, pero no encontró la referencia. - Asi que aun tienes que crecer más ¿eh? yo ya no crezco..-Comentó de manera distraida mientras comprovaba la suavidad de su nuevo peluche con caricias a este.

por **Bjorn Agrippa** Lun Dic 11, 2017 5:42 pm

Sinceramente creyó que en aquel instante la vampiresa saltaría sobre él y le arrancaría la cabeza en menos de un segundo, no obstante no lo hizo mostrando una madurez que no esperaba que existiese en ella. En lugar de dejarse llevar por la ira decidió ir al puesto donde había multitud de peluches y conseguir uno, un búho de apariencia bastante suave, daban unas ganas enormes de acariciarlo pero por muchas que tuviera no quería arriesgarse a recibir un bocado de aquella enana enfurruñada. -¿Enserio te has comprado el búho? El oso ese es más bonito y grande, pero mejor así, mas anchurosos iremos en la noria, venga vamos-. Metió las manos en los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar junto a su acompañante hasta la atracción.

Cuando llegaron a la atracción tuvieron que unirse a la cola que se había formado para subir a esta. Por todos era sabido que aquella era la atracción más concurrida por la gente, o al menos eso le habían contado al brujo pero no se equivocaban. -No te odio, la verdad es que no os odio a ninguno, pensándolo bien tendríais que ser vosotros los que me odiarais a mí. Un breve pero intenso silencio se hizo entre los dos a la vez que la cola empezó por fin a avanzar. Cuando por fin estuvieron montados aclaró sus propias palabras. -Mi familia ha cometido muchos errores a lo largo del linaje, él primero fue maldecir a todos y cada uno de los descendientes futuros con la sangre de una de los tuyos en un ritual bastante feo... ahí fue cuando comenzó el conflicto entre los brujos de mi familia y los vampiros, sin embargo yo no soy como ellos, ya todos han muerto y yo intento deshacer todas las mierdas que ellos dejaron-. De repente el silencio volvió a reinar entre los dos por unos segundos. Los ojos del brujo se clavaron en el infinito para después abrirse como platos, era la primera vez que hablaba de eso con un vampiro, ¿como se lo tomaría? -Vaya, quizás no debería de haberte contado eso, ¿vas a matarme antes por ello? Dudo que esa vampiresa tuviera algo que ver contigo, pero los vampiros por matar toda excusa es buena, espero que tu seas la excepción que confirma la regla-.

La atracción se puso en marcha comenzando a girar despacio. -Además, como te he dicho antes quiero cambiar toda la mierda de mi familia a si es que ser amigo de una chupasangre sería una buena forma de hacerlo, de joderles desde el más allá, al menos déjame hacerlo esta noche-. Rió alzando la vista hacia arriba como si mirase a sus ancestros. -Incluso podría invitarte a un helado y a seguir montando en alguna atracción más, aún tengo algo de dinero, ¿donde quieres montar cuando bajemos de aquí? Al, pero que conste algo... no tengo que crecer, tengo la altura ideal, solo necesito ganar peso, es diferente...-

por **Arikel Voerman** Lun Dic 11, 2017 8:11 pm

La vampiresa le miraba de reojo, había escuchado en silencio todo lo que decía el brujo, sin mediar palabra, ni siquiera sin mostrar apice alguno de su semblante inexpresivo en esos momentos, con la vista al frente y tan solo con el movimiento de sus dedos acariciando su nuevo adquirido peluche. La verdad que apenas hizo mueca cuando al fin se desveló el secreto, que tenía cierta adversión a los vampiros, pero por temas familiares, aunque por lo que decía el joven pareció haber hablado más de la cuenta, la vampiresa finalmente dirigió sus azules ojos al joven brujo mirandole con suma atención, sin mediar palabra, solo enarcó la ceja cuando el chico le preguntó si le mataría por eso, la vampiresa chasqueó la lengua finalmente. -No, creo que no te voy a matar...a no ser que te esfuerces en ello, como insultandome, me haces sentir mal.- Dijo con brutal sinceridad. -No todos matamos por que sí...es complicado...mucho.- No dio mucha importancia a eso, se inclinó a ver la altura de lo alto de la noria.

La vampiresa no obstante miró al brujo con los ojos muy abiertos unos instantes, luego ladeo la cabeza entrecerrandolos con cierta sospecha. -¿De verdad quieres ser mi amigo?....no tengo...ninguno desde que llegué a París...y creo que me estas engañando.- Comentó con cierta confianza, tenía esa sensación, quizás era una defensa del chico para evitar que la vampiresa le convirtiera en su posible cena. -No te preocupes, no te voy a comer...es que cuando me enfado digo lo primero que pienso...ya salí de casa cenada..o mejor dicho, cené al principio de la noche, asi que ahora no ando con ansia, pero confesaré que tu sangre se me antoja deliciosa, pero es por una estupida debilidad hacía la sangre de brujo, nada que importe realmente.- Se encogió de hombros finalmente, y suspiró mirando las demás atracciones, pensativa de por qué repentinamente quería invitarle a un helado y más atracciones, la vampiresa dejó escapar una risilla. -Pensé que te molestaba invitarme a cosas, no te preocupes, aun me sobró algo del peluche...- Miró los sitios que podían ir, observando una atracción que parecías meterte en una especie de taza gigante y girar, la vampiresa lo señaló. -Eso parece divertido...tengo que aprovechar ahora para disfrutar del ocio aquí en París, luego realmente se tiene poco tiempo cuando te asientas.- Comentaba la vampiresa, realmente le había dado curiosidad aquel muchacho y se rió cuando afirmó que solo necesitaba ensanchar para ser más "hombre". -En realidad te lo dije por que me enfadastes...Estás bien, eres más grande que yo, cosa que no es dificil, solo que en mi tierra, pues...todos eran enormes ciertamente...supongo que es cierta nostalgía la que siento, pero me encanta la moda actual, no tanto la calidad de las armas no es la misma.

por **Bjorn Agrippa** Jue Dic 14, 2017 6:17 pm

¿Que no iba en serio lo de comerle? Eso si que no había quien se lo creyera. Desde que ambos chocaron poco después de llegar al parque de diversiones sintió como la vampiresa le había marcado como ''Postre'' llegando incluso a pensar que aquel golpe casual no fuera tan casual. Nada de eso importaba ya, lo realmente importante es que ya no le miraba como si de un pastelito relleno se tratase, eso era un alivio. ¿Que tenían los vampiros contra él? Últimamente todos con los que se cruzaba, que eran bastantes, querían hincarle el diente... sanguijuelas. -No te estoy engañando Ari, detrás de esa fachada de vampiresa se que se esconde una chica adorable y desequilibrada con la cual me encantaría poder pasar tiempo sin importar nuestras diferencias, que son muchas-. Soltó una leve carcajada un poco asustado por si la chica decidía golpearle por llamarla desequilibrada, una broma que algo de verdad tenía. -Por cierto, ahora que estamos a varios metros del suelo y nadie puede oírnos... ¿A que tenías pensado que fuese tu postre de esta noche? Ya me estabas imaginando ahí con el cuello abierto y la sangre emanando a borbollones sobre tu boca... Admítelo, no pasa nada, se que soy super apetecible, no te culpo, yo también me comería a mi mismo si pudiera- Varios codazos inofensivos volaron contra el brazo contiguo al brujo de la vampiresa para después volver a reír, era un idiota, cada vez lo dejaba más claro.

Aprovechó que Ari comenzó a buscar la siguiente atracción para hacer él lo mismo. Desde allí arriba se veía todo París, era una vista preciosa, la mejor que había visto hasta ahora, bueno, entraba dentro de las mejores, nada superaba a las luces danzantes del cielo que podían verse en Islandia. -No me molesta pagarte las cosas, no me importa hacerlo si se trata de amigos o de gente con la que estoy a gusto, antes lo dije por que estaba enfadado también y odio que me ordenen que haga cosas que no quiero hacer, la situación ya no es la misma-. Se encogió de hombros mientras miraba justo donde señalaba el dedo de la vampiresa, hacia la atracción con tazas giratorias, parecía divertido. -Parece divertido a si es que está decidido, subiéremos ahí y después iremos a por un helado, me apetece uno, además no he comido nada antes de llegar aquí-. Era cierto, el plantón de aquel indeseable le había cerrado por completo el estómago. -Vaya, gracias, tu tampoco estás nada mal, un poco bajita para mi gusto pero eres muy guapa-. Le guió un ojo dibujando una sonrisa en sus labios. -Por cierto, ¿por que has venido desde tan lejos? ¿Que tienes que hacer aquí?- Tenía esa duda desde que dijo su procedencia.

Cuando la noria se detuvo en lo más bajo el feriante encargado de esta les abrió el soporte que los mantenía ''seguros'' permitiendo que pudieran bajar a tierra firme y poder así ir hasta la siguiente atracción, las tazas locas giratorias, esperaba no marearse. Cuando las tazas se pusieron en marcha la cosa parecía prometer, no obstante conforme pasaban los segundos la emoción decrecía hasta llegar a convertirse en lo más aburrido que había visto hasta ahora en su corta vida, quizás si fueran más rápido... Una sirena dio fin a la atracción y nuevamente bajaron a tierra firme, había llegado la hora del helado. -Un cucurucho de nata, solo nata, ¿tu quieres alguno? Yo pago-. Mientras dejó que la joven pidiera echó un vistazo alrededor y sus ojos comenzaron a brillar al ver uno de los puestos de la zona. -¡Ari, mira!- Se trataba de uno de esos puestos con pistolas de agua cuyo objetivo era llenar el globo disparando el líquido a la boca de un payaso. Siempre había querido jugar a eso y no iba a dejar pasar la oportunidad. -Vamos a conseguirle un compañero a tu peluche-.

por **Arikel Voerman** Vie Dic 15, 2017 6:23 am

La vampiresa disfrutaba de las vistas, mientras se mantenía con aire pensativo acariciando el peluche, tenía la sospecha de que en realidad el brujo la estaba tomando el pelo con el objetivo de mantener la sangre dentro de las venas, la vampiresa observó al brujo con cierto desdén, no pudo evitar arquear una ceja cuando el joven la llamo "desequilibrada" sin duda un gran valor para llamarla eso, o una enorme falta de cordura por parte de él, la chica giró la cabeza lentamente mirandole. Sin dar credito a lo que le acababa de llamar. Más eso no fue lo peor, Arikel no pudo ocultar una cara de hambre cuando el brujo fue tan descriptivo sobre las intenciones iniciales que tenía la rubia contra él, más le sorprendió que el brujo osara permitirse el lujo de darle unos toquecitos con el codo, la vampiresa volvió a mirarle con sorpresa por su atrevimiento, generalmente nadie se había tomado tantas confianzas con ella a no ser que fuese más poderoso que ella, la bruja le miro de arriba a abajo con aparente cara de enfado, pero trás unos segundos de tensión la rubia dibujó una sonrisa en sus labios liberando la tensión acumulada, al fin y al cabo el brujo había sido sincero con ella.

-Está bien, sí que tenía pensado comerte, me gusta mucho la sangre de los que son como tú, un viejo gusto por la sangre de hechicero....pero ya había comido antes de llegar aquí, asi que en principio no te habría matado. Solo te habría confundido para que no recordases que te había pasado, y por si me apetecía repetir en alguna ocasión más..- Dijo en un arrebato de brutal sinceridad. -¡Ah! y no estoy desequilibrada, me comporto como lo hacen los de mi especie, si bien en algunas cosas recuerdo a una adolescente es por qué al ser transformada con esta edad algunas cosas se quedan...vamos, tu has salido de mi estado hace nada, eres muy joven, casi pareces de mi edad.- Gruño la vampiresa, aunque no con enfado, más bien por justificar su comportamiento aunque quizás no de manera muy convencional.

Le agradó finalmente la conversación que estaban teniendo en ese momento, el brujo parecía ser encantador a fin de cuentas, se encogió de hombros no obstante. -En realidad estaba probando hasta que punto podía abusar por lo que te resistías a dar tu sangre, pero me has sorprendido....-Rió la rubia acariciando su peluche. Más la expresión de sorpresa cuando el joven la alagó fue notable, pero no dijo nada solo miró a otro lado nerviosamente durante unos segundos, pero se vio sobrepasada por otra pregunta sobre que hacía en París, no encontró motivo para no ser sincera en su respuesta .-Pues llevo viajando desde hace tiempo, antes de llegar aquí estaba en Londres....viajo según necesite o me vea obligada, ya sea por que se me queda pequeño el sitio u otros factores, simplemente busco a alguien que se convierta en mi Sire...bueno no espero que entiendas eso, es complicado.- Respondió finalmente.

Las tazas no fueron tán divertidas como parecieron en principio, y tampoco quiso hacerlas girar de forma brusca por si se pasaba de fuerza, siempre tenía el miedo de que aquello se desenroscase por la fuerza que le daba su condición, se encogió de hombros al salir y se limitó a seguir al brujo y que comiera un poco, el helado tenía buena pinta pero a ella realmente solo le serviría para bajar más la temperatura de su lengua, pero finalmente se decantó por un helado igual que el del brujo, miró donde quería ir al brujo. -Tengo ventaja, soy buena tiradora...- Rió ella mientras se acercaba. -Vale, háblame de tí, si vamos a ser amigos...¿que te ha traído a un sitio como este? sobre todo alguien como tú, yo creía que erais ratoncitos de biblioteca, aunque nunca vi un brujo tan joven, y los que he probado eran más mayores....uhmmm adoro el sabor de los que llegan a los 30...- Le miró. -Disculpa, no me lo tengas en cuenta, se me olvida de que no eres como yo.- Se encogió de hombros mientras esperaba que Bjorn contase un poco más acerca de él.

por Contenido patrocinado

Breathe me in. [Libre]

Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]

Re: Breathe me in. [Libre]