Bulgákov ID

Mstislav es un hueso duro de roer. Por lo regular siempre se le ve activo en todo momento, pareciera ser un manojo de energía en estado puro. Difícil de comprender en ocasiones, y pese a que su exuberancia lo hace alguien difícil de amar, a menudo se le considera poco fiable. No obstante una vez que se ganan su confianza es un rey que entrega todo a manos llenas. Asi mismo es un joven que emplea hasta la última fibra de su ser para sobrevivir en el mundo de la manera que sea. Luchador y sobreviviente nato que no conocer la palabra “rendirse”. Debido a las circunstancias por las que ha pasado, tiene el concepto de la existencia como un verdadero caos, una batalla sin reglas más que sálvese quien pueda.

Para salvaguardar a los suyos toma el papel de un antihéroe original que se valdrá que los métodos erróneos para el fin correcto. Robando y destruyendo el sistema para repartir los bienes obtenidos. Obstinado y necio. Nunca discutas con él. El sistema personal de Mstislav es el único elemento solido de su mundo en un perpetuo cambio a pesar de su humor siempre cambiante. Cualquiera que llegué a poner en duda sus principios, equivaldría a una conspiración para desmantelar su modus operandi. No perdonaría una traición, es algo que simplemente no tiene lógica ni razón de ser.

Sin embargo, no todo es algo negativo en su carácter, pues existe también el poder el pensamiento positivo en él. Solo bajo circunstancias muy rigurosas es que se atreverá a deshacer sus credos tan elaborados. Y es ahí, donde radica el lado más sensible y vulnerable del cambiante quien crea todos esos artificios solo para protegerse del caos. Siempre se regirá con mano dura hacia sus semejantes, sobre todo a los más pequeños, pues sabe lo difícil que es la vida y si hace las correcciones necesarias es porque ya te ha tomado aprecio.

Por fortuna o desgracia Mstislav jamás conoció a sus verdaderos padres incluso sus orígenes resultan bastantes sombríos si tomamos en cuenta que estaba ya en su naturaleza ser un cambia formas. No obstante el pequeño fue encontrado por Rahmar un cambia formas felino que sintió un apego inmediato por él y no dudó en acogerlo dentro del clan. El niño se crió rodeado de otros hermanos que compartían el mismo destino. Y aunque no compartieran el mismo lazo sanguíneo, dentro de la tribu era bien sabido que todos debían velar por el otro. Así, de ese modo cuando los nuevos jóvenes eran instruidos en el arte de la guerra y la magia que encerraba sus cuerpos también aprendían el códice bajo el cual se regían. Cuando Mstislav cumplió 13 años con un poco de vergüenza miraba a sus otros compañeros y hermanos ya dar muestras de sus transformaciones, normalmente cuando eso sucedía, el líder de la tribu, Rahmar era el encargado de darle oficialmente la bienvenida al nuevo integrante. Y con cada chico nuevo se tallaba sobre las pieles que les cubrían la simbología que representaban sus trasformaciones.

De ese modo resultaba más fácil hallarles si alguno perdía el camino. Cuando la tribu creció fue difícil establecerse en un solo lugar, pues las leyendas sobre los humanos que podían transformarse en bestias eran cada vez más recurrentes y Rahmar tuvo que tomar la difícil decisión de hacerse de una carpa rodante, sabía que vendrían tiempos difíciles para los integrantes, no obstante el prefirió hacerlo de ese modo que arriesgar a perder a alguien de los suyos. Como buen líder, esperaba mucho de ellos, más aun de Mstislav quien aún no poseía ningún atributo como cambiaformas. Nadie dentro del clan entendía porque el joven ya con 16 años aún no presentaba ningún cambio, era cierto, que muchos poseían el don y otros no y muy  a pesar de las estadísticas, Rahmar siempre confió en que ese cambio llegaría en el momento y lugar adecuado. Así pasaron las noches y cada uno de los integrantes e incluso el mismo Mstislav se habían hecho a la idea de que sería el único que no desarrollaría dicho don. O al menos eso creía antes de asentarse en Alemania.

Solían dar shows en plazoletas de magia corriendo el riesgo de ser descubiertos, pero sólo de ese modo subsistían, además de presentar números circenses con una variedad de especies, mismas que eran obrados por los cambia formas de mayor edad ya que eran los únicos que podían controlar o estar conscientes de sus transformaciones. Los más jóvenes como Mstislav solo se daban a la tarea de recoger las monedas o de vigilar que nada de saliera de control durante los actos. No obstante, en una tarde, sin saberlo un par de inquisidores germanos notaron algo extraño en ellos, pues uno era hechicero y pudo identificar sus auras. Todos estaban conscientes de que eso algún día sucedería así que Rahmar ya tenía preparado todo para cuando el día llegara. Por la noche, alistó a muchos de ellos, los más expertos en su mayoría pues sabían que esa pelea sería necesaria ya que de no confrontarlos ahora, corrían el riesgo de que toda la tribu muriera antes del amanecer. Los más jóvenes partieron hacia otro rumbo, guiados por dos cambiantes de mayor rango mientras que Rahmar permaneció para hacer frente a los inquisidores que por voz de una cambiante ave, sabían que los atacarían a media noche.

Mstislav se hallaba dormido, así que cuando despertó se sorprendió mucho al ver que no se encontraban todos en el mismo sitio. Inquieto por lo que sucedía se escabulló de inmediato para regresar a escondidas a donde Rahmar y los demás se habían quedado. Su sorpresa fue horrible al ver a más de la mitad de a quien alguna vez había visto como hermanos y mentores muertos por las armas de los inquisidores. Evitó lo más que pudo no explotar, pero las emociones estaban al borde y de forma repentina sucedió la transformación, de entre los arbustos un felino de piel nívea se lanzó contra los soldados, permitiendo así a Rahmar liberarse y pelear hombro con hombro. De inmediato él se dio cuenta que se trataba de Mstislav, que aunque inexperto aún en el campo de batalla se sabía fuerte. Cuando el resto de los cambiantes que iban con Mstislav notaron que no estaba con ellos de inmediato retrocedieron para ayudarles. La batalla fue inevitable y aunque hubo considerables bajas Mstislav logró sobrevivir a lado de los otros dos cambiantes de su edad. Rahmar se hizo cargo de distraer al hechicero para que pudieran escapar y esa fue la última vez que Mstislav lo vio con vida.

Estaba muy claro que las probabilidades para que Rahmar sobreviviera eran nulas, pero Mstislav y el resto de la tribu aguardaron a que no sucediera así. Con el paso de los años su mejor amigo tomó el lugar de Rahmar y el resto de los demás estuvo de acuerdo. Se encargaron de adiestrar al resto de los cambiantes que eran más jóvenes y a su vez de tomar más precauciones. Partieron hacia otras partes de Europa ofreciendo números, pero cuando las circunstancias se volvieron menos prometedoras tuvieron que mentir y robar cosas que no habían hecho con anterioridad, no obstante trataron de respetar lo más que podían el códice de no abandonar a ninguno de ellos por más difícil que eso pareciera. En este transcurso Mstislav conoció a una joven cambiante, Zuria, quien formó parte de ellos pero un buen día simplemente les abandonó y aunque el joven rubio empezaba a sentir algo por ella no tuvo la oportunidad de decírselo. Acualtmente el grupo de cambiantes se ha asentado en la capital gala donde saben que hay una sede de inquisidores mucho más grande, pero también otros de los suyos que seguramente viven bajo el miedo de ser descubiertos. Y quizás con suerte logren tener noticias sobre Rahmar.

-Su mayor miedo es tener que librar una batalla similar a la que vivió cuando era más joven, ya que eso le impediría reencontrarse con Rahmar.

-Normalmente es muy soltario aunque también disfruta de la compañía del resto de los cambiantes.

-De vez en cuando bromea o sonríe pero son cosas que no pasan muy a menudo.

-Es bueno tallando objetos de madera.

-Después de que Zuria abandonó la comarca se sintió traicionado, pero tiene muchas ganas de reencontrarse con ella nuevamente.

-Fuma a raudales y suele perderse por días cuando se siente frustrado.