La vida comienza con una ruptura

por **Emily/Abigeil Wright** Mar Dic 12, 2017 11:44 pm

He aquí el pecado se cometió hace siglos...

No es lo que uno piensa cuando se ve la nieve caer de frente a tu rostro, cuando la sangre que corre bajo tu cuerpo no solo es la tuya sino también de alguien más, alguien que te mira con unos ojos frios capaces de matarte cual filosas cuchillas. Así comenzó la historia de dos personas, dos persas que tuvieron que estar unidas por una maldición de siglos, muchos siglos atrás y que nadie podría deshacerse dicha unión.

El alma está condenada, pero cuando no se tiene alma, cuando se nace sin ella solo por el simple hecho de haber caído en un mundo que no era el suyo, esperando, aguardando entres las sombras hasta que todas las piezas del tablero esten completas. Eh ahí el dilema de la vida y la creación, cuando cada uno de los soldados tome su posición y aguarde las ordenes de sus mayores temores, sus amos y señores.

Así es la vida de estas dos personas que nunca antes se habían conocido pero que por su desgracia de vida estuvieorn marcados a seguir como conocidos esperando y aguardando a que en algún momento ellos se cruzaran.

La condena más grande, de quien nació en una tierra lejana y de quien nació y creció como un joven en otra tierra olvidada pero unida por una razón, la única que puede unir a personas como ellos dos. la razón de destruir todo lo que pueda conocerse como decencia, como vida.

El pecado se lava con la redención, pero en ellos el pecado original no nació porque su marca es más profunda, porque sus pecados son más oscuros y dificiles de olvidar, porque son los perfectos regentes del mal, miles de copias pueden haber pero como ellos ninguno, como los siete hermanos jamás habrá, y a un no es su despertar, aun no se vuelve la guerra santa, aun no comienza aquel hecatombe que decidirá la vida de todos, y más aun, aun no se han encontrado con aquellos que lideran la perdición los cuatro nefastos.

por **Emily/Abigeil Wright** Jue Feb 22, 2018 9:55 pm

El sol está en lo alto, las cortesanas del “Red Roses´ Le Madame” un burdel de clase media – alta, un lugar donde pocos pueden entrar y muchas se mueren por trabajar, las jóvenes despiertan con una noticia, un cliente de “Le Madame Rosse” había pedido a las mejores cortesanas para descargar su “tensión laboral”, Emily se adelanta con aquel baby doll rojo que usa para hablar con la madame, la cual sabe que ella es una de sus mejores zorras, no hay como las mellizas en cuanto satisfacer las mentes masculinas se trata, acepta y las envía con una carta, la única opción es que le den mucho pero mucho juego y excitación, Emi acepta.

-Bien Abi, jugaremos a lo de siempre- le cierra el vestido descotado y sexual de color rojo, -No quiero me da vergüenza- le ayuda a colocarle el velo de monja –Vamos será divertido- Abi alza los hombros

Las mellizas estaban de un corte galante, cada una vestida con trajes similares. Emi, un traje negro muy ajustado que tenía una abertura hasta la cadera del muslo izquierdo, no tenía prenda íntima alguna; el corsé ajustado en tono negro acompañado de un boa pluma blanco que cubría aquella parte. Abi en cambio llevaba un traje blanco de igual corte pero la abertura era del lado derecho y el boa pluma en color negro. Ambas consanguíneas fueron una petición por un noble ingles que había llegado a la ciudad, encargando a la matrona del establecimiento un par de jóvenes que le ayudarían a pasar la noche. Era un show para las hermanas, un acto que tenían que cumplir si deseaban seguir viviendo en aquel lugar.

La cita se dio en el viejo museo de la ciudad, Abi mantenía una postura serena con un caminado de recato al igual que Emi que parecía ser una mujer de mundo dando pequeñas caladas a su cigarro; ambas jóvenes parecían saber lo que hacían. El cliente era un viejo hombre amante de las artes y esculturas antiguas, tomó de la cintura a la más joven, Abi, mientras a la otra, bueno sobre decirlo. Caminaron por el enorme pasillo admirando las diferentes obras de arte que se manifestaban en aquel lugar, Emi se aburría y asentía a lo que su hermana y el hombre conversaban. Aquel cliente señalaba las artes preguntándoles lo que significaba para ellas cada uno de los trazos que el lienzo presentaba.

La vida comienza con una ruptura

La vida comienza con una ruptura

Re: La vida comienza con una ruptura