Caminata bajo la luna [[Nathaniel Jacob]]

Tarde unos minutos en darme cuanta que luego del cafe me encontraba caminando por las calles de Paris, acompañada de aquel caballero insólito, atrayente y enigmatista. Mis manos sudaban frio, me dolia la espalda por los escalosfrios que pasaban sobre mi una y otra vez. Tartamudie leves fraces que casi nadie hubiese escuchado bajo el eterno silencio de la noche estrellada.

- Espero no causarle molestias a su merced con vuestra presencia-

Sin hablar mas que eso en todo el camino, no me habia percatado de que nos entrabamos en la plaza principal de Paris, pero extrañamente esta se encontraba desolada, era muy obvio, ya era muy tarde para aquellos mortales y era apenas muy temprano para nosotros.

Hacia mucho más frio en la ciudad, era apenas de esperarse pues la noche había cubrido con su regazo las calles de la antigua pero inquieta París, al tiempo que habia desterrado a todos los mortales a sus humildes moradas; y por más que el vampiro miraba a su alrededor no podía encontrar a otra alma, ni si quiera algún animal presente en aquel tétrico lugar que a su paso se llenaba de los deseos inquietos y escondidos de Nathaniel.

Al sentir como su dulce voz cortaba el suave equilibrio del lugar no pude contenerme a mirar aquellos provocativos labios, perdiendo incluso la concentración y olvidandome de las palabras que pronunciaba. Me sentía debíl, como sí de nuevo fuera humano, aquellos errores que cometia en mi vida y que tanto me habían costado la indiferencia de algunas de las mujeres que quize se hacían presentes, y por más que trataba de esconderlos, se me estaban saliendo de las manos.

- No te preocupes - respondí taciturno

Cuando llegamos a la plaza Tertre me sentí de nuevo seguro, pero a la vez temía aquella volubilidad que me ataba a una constante presión, mas ahora me encontraba en el lugar perfecto, o por lo menos en uno donde mi plan podría llevarse a cabo.

- Creo que es mejor parar - Dije sin mirararle, rompiendo el silencio que se había creado - ¿ Por qué no tomamos un descanso ? - Pregunte con una sonrisa en al boca.

Mirar alrededor de la plaza y encontrarla sola, era algo inusual, solo los vestigios de el ajetreo del día, de la complicidad de la joven noche y el romanticismo de esta plaza la hacian el lugar perfecto para mi .

Tras la petición de Nathaniel, no tuve mas que aceptar. A lo lejos divise unos asientos, debajo de un casi escondido arbol, que posea vista directa a una gran fuente. Una briza fresca invadió mi rostro, inconscientemente desprendí el pañuelo que posea en mi cuello y que hacia juego con aquel vestido que se me había manchado horas atrás.

Me acerque a las bancas que habia descubierto y deje caer mi pañuelo sobre mi falda una ves que me sente. Invite a tomar asiento al joven con uan sonrisa tibia y tímida.

-¿Desea acompañarme a disfrutar de la vista?, la fuente de agua es muy bella a estas horas... jama habia podido apreciarla de tal manera -

Acomode mis ropas como si fuese alguien muy importante quien estaba a mi lado. Y en ese momentos las preguntas volvieron. ¿Qué estaba haciendo con el alli sola?¿que queria conocer de él?. Me puse firme, mire a sus ojos y le pregunte directamente.

- vosotros ¡¿me conoceis de niña verdad?! Por favor, cuenteme como era en aquellas epocas de niña humana-

El contundente frío hacia estremecer a los mismos arboles, y su brisa jugaba con las hojas de estos las cuales no podian mas que moverse a voluntad de esta, de una manera u otra me recordaba a mi mismo, no queria hacerlo esta vez, sentía que aquella dama debía recibir mi atención mas como amigo que como amante, asi que trataría aunque fuese inutil de eliminar mi deseo por tan deslumbrante mujer. Planeé entonces abducirme con el sonido placentero y relajante que producia el roce del aire con las pequeñas hojas, mas al ver el delicado movimiento de aquella vampireza olvide de inmediato todo aquel mundo exterior que me apasionaba casi tanto como las mujeres, pero está era diferente.

Claro, ello me encantaría...

Con su voz volvi a retomar el control de mi cuerpo, y esta vez fui yo quien no pudo hacer mas que obedecer a sus palabras, al estar junto a ella sentía como el calor inexistente de nuestros cuerpos chocaba y jugaba como dos almas que juegan en el infinito universo, me sentía un poco tonto al imaginar cosas tan imposibles, ¿ Acaso el sólo verla había logrado enamorarme de ella?, mi mente turbada entraba en una terrible confusión pero nuevamente sus palabras harían que mi pensamiento retomara su rumbo.

- Eras una niña indefensa cuando te encontramos, tus padres y yo saliamos de caza ese día, mas tu terrible y trágico llanto hizó que salieramos en tu busqueda, cuando llegamos encontramos a la criatura mas perfecta y maravillosa del mundo, no podiamos creer que una niña tan hermosa fuese abandonada- Una lagrima corrió por su mejilla- Eras tan delicada y tu piel tan suave que no tuve mas remedio que tomarte en mis brazos pues me habia enamorado de tus inocentes y hermosos ojos- Soreia mientras las lagrimas seguían cayendo sin remedio por suc cara.

Se limpio las lagrimas ocultando su rostro, odiaba que lo viesen llorar, suspiro y volvió a mirar a Diva.

- Eres una hermosa mujer, jamás pensé que esa pequeña niña se convirtiera en una bella y fuerte dama como tú. - sonrió- No me pidas hablarte más de tu pasado, por lo menos por ahora, pues en este momento quiero crear contigo un vinculo hacia el futuro- afirmo mientras acariciaba la mejilla de la dama.

Escuchaba palabra tras palabra, pausa tras pausa. Me quede totalmente inmovil y un escalofriante frio erizaba mi piel con cada segundo que pasaba. A mi mente vinieron tantos recuerdos. Mi mirada se quedo penetraba en mi manos que estaban envueltas en aquel pañuelo. Una ves que culmino con su relato oculto su rostro mirando en otra direccion para ocultar mi total y completo asombro, mi aturdecimiento y mi cara repleta de lagrimas.

- Esa persona... esta persona es quien... me salvo de la muerte, pero.. mi padres me habia dicho que el ya había muerto, que era un humano comun - Pense en mi mente.

Tome valor, limpie mis lagrimas y diriji mi mirada hacia el, en un acto impulsivo me acerque demaciado a su rostro y al darme cuenta de ello me sonroje en lo alboluto.

- Eras tu... la persona que me salvo. Pero.. ¿porque no te volvi a ver? Dimelo- aumente el tono de mi voz. El viento soplo tan fuerte que hizo que mi pañuelo se volara y desesperadamente corri tras de el para que no cayese al suelo y se manchase. Corri y corri como intentando escapar pero queria de vuelta aquello que estaba perdiendo. ¿Acaso lo asimilaba con el? ¿No queria perder aquello que tanto me gustaba? Recorde por instantes una borrosa escena en la que de niña bese a un joven muy parecido a el, pero mi miedo a pensar que del mismo ser se trataba me asustaba aun mas.

Sabía que este día llegaría y la verdad me sentía tan nervioso como cuando lo imaginaba, no sabía como reaccionar y mucho menos que decir, podía comprender que la situación en la que habia colocado a Diva era algo que a muchos mortales les podría a ver causado algun trauma psicológico, pero mi niña era fuerte y tal vez yo era el más debil en esa situación, me detuve... la habia llamado en mi mente "mi niña", no podia ser más tonto, debía olvidar todo lo que pasó despues de recogerla.

Su reacción fue la esperada, en ese momento supe que este encuentro se habia convertido en un momento dificilmente olvidable, mi respiración se hacía mas fuerte y díficil, mi corazon latía tan rápido que sentí como si todo se tornara borroso por unos instantes, sentía aun la gélida brisa aumentar su vigor, mientras escalofrios transcurrian por mi cuerpo. Ella lucia perturbada pero pensativa, veía como los recuerdos retornaban a su mente, haciendo resquebrajar la frialdad que a leguas le caracterizaba.

Depronto se acerco tanto al vampiro que esté tuvo el impulso de besarla, se contuvo... Cualquier ser humano en su lugar hubiera tomado la oportunidad de robarle un beso, pero el no, no sería capaz de aprovecharse de una situación así, bueno... tal vez si, pero para ello debería haberla creado el mismo, su mente acallo por fin, y sus ojos se posarón en los de la chica mientras esta con su dulce voz envolvia al viejo vampiro en una realidad que para esté era tan idílica como una útopia.

La fuerte brisa logró distraer la tan conmovedora situación y el pañuelo de la chica voló, se podría decir que la chica hizó lo mismo pues preocupada por su pertenecia se propusó recuperarle; el vampiro por su parte sintió estó como una jugada del destino por alejarle, no quería desperdiciar su oportunidad de estar con ella por tan tonta casualidad.

Al ver tal situación, me levante y camina tras ella hasta que juntos logramos encontrar el extaviado y evasivo pañuelo, cuando toda esta infortunada escena habia terminado decidi actuar conforme a mi instinto, tomé su barbilla y alze su rostro, aproveche para deleitar mis dedos con la suave y tersa piel de sus mejillas y por último la bese.
Cuando al fin pude incorporarme, quise responder a la última pregunta que esta me habia formulado y que el viento había casi disipado.

- Si lo hiciste, pero nunca supiste quien era - dije con un gesto de resignación- y trate de nunca alejarme de ti, cada año me acercaba a tu cuarto para verte dormir, eso hasta que ocurrió un terrible incidente que me hizó alejarme de ti. - mire al piso tratando de evadir cualquier pregunta relacionada.

Los mostales dicen que "las acciones valen mas que mil palabras" y en este caso no había nada que me demostrara lo contrario. Aquel beso devastador me silencio por completo mis labios, mis inocentes mejilla sintieron una pequeña temperatura que cada vez al estar mas serca de el aumentaba mas y mas. Sentía un peso en mi cuerpo que no comprendía, no estaba cansada mucho menos débil, pero luego de ese beso tan indescriptible me sentía flotando en mi propia mente.

Muy lentamente las ultimas palabras de Nathaniel cobraron vida en mi cabeza. Lo estaba mirando fijamente, su rostro, su cuello que por inexplicables razones deseaba probar, su pecho impregnado con esa fragancia tan varonil y propia de el, sus manos las cuales ansiaba que estuviesen en mi rostro acariciándome.

Sin ser propia de mis actos eleve mi mano para intentar dar una caricia. Que tan debil podía llegar a ser en estos momentos. Lo unico que anhelaba es seguir un poco mas, así, a su lado. No se si en un completo silencio, pero mientras fuese con el todo tendría sentido. Me detuve, con miedo, no logre mi objetivo de rosar aquel rostro que no recordaba y a la misma ves estaba tan presente en mi pasado.

- Yo... solo quiero... - vacile en continuar la frase.

Aun seguía mirándolo, tan fijamente, con ojos llenos de dudas y deseo. Mordí mi labios de rabia por mi propia incompetencia al no saber actuar por primera vez ante una circunstancia como esta.

Su mano se acerco mi rostro y amago una caricia ya esperada, ahora ninguno de mis sentimientos tenían motivo pero si sentido, supe entonces que aquella hermosa vampireza podría ser la compañera de este vampiro en su eterna soledad, sus palabras lograrón catapultar las emociones quemando cualquier impedimento como polvora, ahora hasta el mas minimo pensamiento estaba lleno de deseo y la belleza de aquella mujer se potenciaba ante mis ojos.

Sentia su mirada fija e insegura, podia casi sentir lo que ella sentia, mas no estaba segura en su deseo o en su miedo, a veces me siento tan mortal cuando no puedo del todo entender lo que sucede con una persona, ¿ por qué no simplemente podia leerle la mente como otros vampiros?, pero no estaba decepcionado, el misterio siempre habría sido un buen condimento a la receta de la pasión, y ahora yo deseaba tanta pasión como nunca antes lo habia hecho, ella desbordaba mis limites y conjugaba mis emociones, sólo podía rendirme a mis instintos pues el control ya lo había perdido.

El viento jugaba con el cabello de la vampireza y Nathaniel no podía mas que admirarla en su belleza, trataba de aguantar la batalla que ya habia pérdido, mas no se desanimaba pues temía convertirse en su amante y que como el fuego, aquella pasión se llegase a extinguir. Se acerco a Diva y coloco su mano en el rostro de está, cerro los ojos como si pudiese sentir alguna sensación con el roze de ambos seres; sus ojos palpitaban tremulantes al son del deseo y los pensamientos que tenian lugar en la mente de Nathaniel, ligeramente acerco su rostro al de ella y abrió sus ojos para comprobar que aquel no fuera un sueño, se sorprendió pues lo que veía era tan real como sí mismo, la beso otra vez con toda la pasión y lujuria que embargaba su mente en aquel momento.

Cuando la bese senti que volvía a nacer y a cambio de ser vampiro,me sentía como el fenix que renace de sus cenizas, eso era lo que exactamente buscaba siglos atras, regresar de las cenizas de mi tristeza y soledad, volver de la muerte y disfrutar el seguir vivo aún fuese penando una eternidad. Sus labios se sentían calidos a comparación del frío que propuganaba la noche y el silencio se convertía en las palabras no dichas, jamás podre olvidar aquel momento, ni tampoco sus labios. Aquel apasionado beso fue lo que siempre espere de un beso, mi cuerpo que aún se creía mortal solo pudo estremecerse de placer y felicidad con aquel suceso, mis brazos no pudierón más que unirse a aquella orquesta acariciando la espalda de la bella vampireza; el mundo por completo había desaparecido para mi, ahora lo único que había en el universo eramos nosotros dos, pues todo nos peternecía ó por lo menos sentía que ya poseía todo lo que necesitaba.

Fui presa de una gran timidez poco característica de mi. Las palabras morían en mis tibios labios antes de poder pronunciarlas, y lo poco que alcanzaba a decir eran sonidos inarticulados que contribuían a confundirlo aun mas.

Aunque inocente y candorosa de mirada, comprendí las razones que perturbaban a quien ahora me sostenía entre sus fueres brazos. Al igual que yo, vago muchos años en soledad y tristeza, al menos eso es lo que lograba percatar con cada acción de ambos realizada hasta ahora.

En mi eternidad jamás había sufrido de ningún desengaño, porque nunca hacia contado con la desagradable facción de ser ingenua. ¿Estaba, yo, en frente de mi peor debilidad? ¿en que momento había dejado de ser aquella mujer que gozaba de la lujuria de hombres tras hombres sin sentir el mas mínimo cariño sino mas que deseo sexual y de sed inevitable por probar el néctar de la vida?

La noche fría ya no era de importancia. El pecho de aquel muchacho hacia que poco a poco todos desapareciera, excepto por un deseo prohibido. Tan cerca de aquel rió de néctar y tan imposibilitada de reaccionar como mil y un veces lo había hecho sin permiso. El apetito era muy claro, mi garganta empezó a arder pero me mantuve inmóvil mas no desea perder tan dulce momento.

- ¿Cómo deberia de reaccionar vuestas mercedes ante tanto paraiso? – Susurre en voz tenue mientras me aferraba aun mas al cuerpo ajeno.

Me quede indirectamente mirando su pescuezo que me llamaba con intensidad. Cerre mis ojos con precion para que el deseo desapareciera ante tanta confucion en mi mente. ¿Ser la dama de la noche que tantos años habia gozado ser o retener mi instinto de poseer el placer inmenso entre mis manos?

La luna habia llegado finalmente al eje del firmamento, la noche soñaba con deseos prohibidos y la ciudad acallaba en profundo silencio; y en París se desarrollaba una escena tan poco común que nadie se daría cuenta de ella. El mundo en ese instante se hacia tan pequeño que se podria resumir en un renglón,los lugares, las mujeres, todo lo conocido por aquel vampiro ya importaba poco, en este momento solo esperaba ansioso el momento en que su deseo fuera satisfecho.

Mis ojos seguían al compás sus caderas esperando una caricia suya, mi cuerpo ardía como antaño cuando me encontraba vivo y mi mente ansiaba el momento en que sutilmente mis dedos se deslizaran por tan hermosa figura. Su vestido dejaba apreciar sus hombros y dejaba relucir la forma de sus pechos, ya no podia controlarme , su cuerpo era indescriptible y más que esto, mi deseo por hacerle mia. Jamas había existido ser igual, porlo menos en lo que a mi respectaba, y deseaba decirselo, deseaba tenerla junto a mi.

Depronto sus palabras hicierón eco en mi pensamiento, mas su tenue voz no pudo ser entendida por mis torpes oidos que ahora no se concentraban, ni conectaban a mi cerebro. Me sentía mal por desearle tanto y no poder confesarle con palabras, pues no han existido palabras para describir los sentimientos y menos las pasiones, y siendo esto imposible, no pude más que unir aquello que mi desapercibido cerebro lograba recitar.

- Un amor como el que yo siento por vos, es capaz solo de convertirse en está insaciable pasión, pues jamas ,para mi existió ,tan deseada adoración, si pudiese usted entender, que el amor mio, no esta más sino en sus ojos, pudiera usted comprender, la razón de tan anhelada pasión.

Mis palabra apenas concordaban con mi pensamiento,pues lo que sentía era aún mas intenso, esperaba que aquellos inconexos e improvisados versos le gustaran a tan elegante dama. No pude esperar su reacción y acercandome a ella, desprovisto de cualquier defensa bese sus labios nuevamente acariciando su espalda baja. La lleve entonces a un lugar más privado donde pudiera liberar aquel deseo que sentía por tan bella dama, bese alli su cuello delicadamente pues no deseaba que el frenesí me hiciera probar su sangre, no por ahora que me sentía tan humano. Seguia besandola candido de deseo y mientras bajaba mis manos desprendian aquellos preteles que me prohibian ver sus pechos, poco a poco me permiti recorrer mis labios por ellos.

Una pasión conjunta nos nacía de los mas inmersos instintos. El control predia en batalla con aquellos deseos carnales. Mas el delirio incontrolable nos jugaba una broma donde el anhelo de tener al otro se convertia en una trampa.

- Lord... Lord Nathaniel... detengase por favor! -

Aquellas gotas de besos ardientes no dejaban reaccionar mi cuerpo si no mas con caricias en el rostro de aquel incandecente hombre que manipulaba mi cuerpo a su gusto y antojo. Un pequeño calor me recorrió la espalda y el pecho cuando percibí aquella boca prohibida en mi cuello, su cuello tan cerca de mi boca pero sus labios llevaban la ventaja de estar posados en mis hombros. Un deseo aun mas tentador estab ganando mi inconciente.

- Cometeré un acto que me llenara de lujuria...aun asi... no me detendre - Le susurre al oido con tal ternura y provocación que ni yo misma hubiese impedido lo que a solo segundos estaba a punto de ejecutar.

Alce mis manos delicadamente posandolas en aquellas extremidades tan masculinas, deslisándolas con gran deseo llegue hasta mi meta gloriosa. Desprendiendo apenas 3 botones de tan elegante y perfumado traje, que cada vez me hipnotiza mas, deje al descubierto la piel vida del la pasion.

Aunque me estremesia la piel de tan apasionados besos no me impidió perder por un instante el control de mi razon, acerque mis labios aquel cuello, apenas pocos besos me ayudaron a hallar el lugar preciso nectar. Mis colmillos hicieron acto de presencia y sin mas vacileces se incrustaron en tan calida piel.

Un sabor tan deslumbrante impedía que me detuviese, era una droga de sabores tan deliciosa. Las caricias seguian provocandome un sensacion jamas vivida. Lujuria ambiciosa. Deje de beber apenas unos segundos para observar la reaccion de aquel delicioso ejemplar de vampiro. Deseaba mas, cada instante de caricias, deseos, piel, quimica, todo era perfecto para no acabar jamas.

Senti como sus colmillos se clavaban en mi ser, una sensación que aunque dolorosa me proporcionaba placer y llamaba a acción los más bajos instintos vampíricos, una fuerte sensación lleno mi cuerpo y poco a poco fui dejandome llevar por los deseos de mi cuerpo, llegando al punto de desconectar mi mente, tan sólo para olvidar todo aquellos sobre moral que tanto detenía a los mortales. Para cuando se detuvo la necesidad de tomar de su sangre se hizo más que indispensable para mi, todo mi cuerpo palpitaba en un solo deseo que tan bella dama solamente podria satisfacer.

Pronto caímos a la fría y suave hierba mientras escondidos por una inmensidad de flora, explotabamos nuestro más infames placeres, no tuve más remedio que llevar mis colmillos a tan delicioso cuello, estos se introdujeron lentamente dando espera al ansiado fluido, para cundo sentí aquel dulce y calido sabor mi cuerpo entero estremeció, nunca había bebido tan delicioso maná.
Volví a besar aquellos sus labios aún llenos de mi sangre, y tal si fuera un pacto nuestra sangre se unió en un apasionado beso, no podía esperar más, mi cuerpo no me lo permitiría, así que desgarre su vestido, dejando aparecer tan espléndida figura, mis ojos parecían jamás haber visto tanta belleza resumida en un solo cuerpo, pues la excitación fue en aumento que no pude esperar para explorar cada ricón de su cuerpo.

Mi boca empezaría de nuevo por su boca, jugando unos momentos en su lobulo y bajando por el cuello hasta llegar a tan preciosos pechos, mi boca se regocijaba en tan lascivo placer mientras mi lengua degustaba tan delicioso manjar.

Sabia con mucha anterioridad que el dolor era sinónimo de placer y lujuria, pero pocas veces lo había comprobado como ahora mismo. Un leve gemido se escapo de mis labios al saborear y ser saboreada. Reaccione de manera agresiba al desprender todo aquel traje que llevaba Nathaneil y deje una marca de mis unas arañando aquella piel suave.

Cuando me vi despojada de mis rojas me encoji de verguenza. Pero aquellos besos manupuladores no me permitian dejar de gozar de tan exitante momento. Me sonrojaba con cada segundo que pasaba a su lado.

Las palabras acababan en sus labios antes de llegar a pronunciarse. Las acciones cobraban prioridad por sobre todo. Despoje se su chaketa y de su camisa a aquel seductor y lo bese con tal intensidad que podia pronunciar su nombre al oido de el.

- Naaa... Nathani.... Nathaniel...-

Mi voz aumentaba de volumen, disminuía, se probaba de pronunciarse, decía lo que deseaba, todo al mismo tiempo y con diferente estímulos. Mi cuello dejo de ser el favorito de aquel hombre para ser aquel pinto devil que me dejaba sin aire. Enrede mis piernas con las de el y me aferre aun mas a su cuerpo.

Parte de mis ropajes fueron arrebatados y mi piel rozaba ahora el frío del ambiente, mas el alivio llegó pronto sus cálidos besos llenarón aquel vacio que protegia mi ropa, las sensaciones provocadas lograrón que una intensa ráfaga de placer se instalara en mi cerebro, una descarga súbita corrió por cada uno de mis poros haciendo que la desease cada vez más.

Sus piernas atarón mi cuerpo rozando el calor de la emoción presente, estuve seguro hasta entonces que ella deseaba aquel momento como yo, y decidí proceder con aquello que tanto anhelaba, mi boca se poso entonces en su pecho y fue bajando en calidos besos hasta sus pechos, mis manos jugaban a seducir sus labios y mi lengua eligió empezar por uno de sus senos, recorriendo su diametro como un torbellino, tomando en su forma todos aquellos sabores de deseo y pasión que desprendía la piel de mi amante, pronto llego al pezón y mis dientes no pudierón aguantar la tentanción de darle un suave mordisco a tan delicioso manjar, mi lengua, sin embargo, celosa de esto prentendió protagonizar el acto y jugo con él dibujando formas, circundandolo y tomandolo contra mi paladar. Terminado esto mi boca tomó el control y dirigiendose su otro seno el cual, lo cubrió de mil besos sin tocar la parte más sensible de esté, exhalaba alli su aliento provocando ,no sólo con sus besos, un cambio de temperatura en esté, luego deseosa, cayó en la tentación y absorvio en su interior aquella zona, jugó con su pezón hasta sentir que no podría endurecerse más.

Cayó mi boca en su vientre y dibujando figuras entre besos llego a su ombligo, recorriendo sus alrededores con la lengua, y despues de jugar entre esté y su vientre decidió dejar que los labios besasen hasta llegar al monte venus, mis dedos por su parte, mas concretamente dos de mi mano derecha jugaban aún con su boca, traviesos simulaban la penetración en ella y acariciaban la lengua de mi compañera.

Extraña pero peculiar expresión revelaba mi rostro. La de un cordero siendo sacrificado con el gusto de ser poseída. Con cada centímetro recorrido mas era la fuerza que empleaba en mis manos al sujetar mis ropas para contraer aquellos gemido que no debían ser revelados en ese lugar publico.

Cuando Nathaniel llego a un punto extremadamente algo una parte de mi se puso nerviosa. Una vampiresa como yo, perdiendo el control como jamas lo había hecho, como podía dejar de aceptar tan lujuriosas caricias y devolverlas con los mismos gestos. Solo fue una imagen. Solo fue un segundo. Un abrir y cerrar de mis ojos para recordar. Sus brazos sosteniéndome de niña.

¿Que debia hacer entre el delirio lujurioso y mis recuerdos? Parecia como si mi mente y mi cuerpo me jugaran una trampa. El deseo carnal y la razon logica batallaban en mi. ¿A penas llevaba horas de conocerlo y estaba aqui junto a el y su cuerpo deseosos uno del otro? No debia de ser asi.

- Señor...- Entre leves gemidos de placer - detente...por favor... no debemos -

Presentía que mi voz y mis palabras no detendrían aquel acto tan lujurioso de ser uno del otro. Mas no podía dejar de mirarlo con temor. Lo desconocido me causaba miedo por primera vez. ¿ Estaba permitido continuar o detenernos?. El, mi salvador y yo, su niña. ¿A caso deseaba ser su niña o su mujer?