Llegando del la cuidad

por **Brisa Grinfid** Mar Nov 30, 2010 9:32 pm

Llegaba de la cuidad cansada del trabajo pero esa noche se quedaría un rato en el jardín. Se bajo del coche, dirigiéndose a la finca para entrar a la casa para comer algo y luego salir al jardín. Pasaron unas horas después de haber comido algo, salió al jardín caminando por el pasto con su vestido rojo con ribetes negros largo el cual rozaba el pasto. Caminó hasta los sillones que estaban en el jardín y se sentó con una copa de vino blanco de la cual tomaba sorbos pequeños.

Solo miró el cielo negro que estaba sobre ella era una noche preciosa para estar con alguien. Suspiro y luego rio de lo que estaba pensando ya que estaba sola en su casa.
Ni si quiera Sophia estaba en su casa, solo se fundió en sus pensamientos para no recordar a su antigua pareja que ni si quiera estaba en París.

por Invitado Mar Nov 30, 2010 10:58 pm

Era una hermosa noche y cada vez que hacía tan buen tiempo el viejo vampiro salia en su caballo a recorrer las zonas aledañas, esta vez tomaría un camino diferente, no deseaba volver a ver lo mismo que tantas otras noches y se dirigió entonces al camino contrario encontrandose con una vieja zanja algo estrecha que parecía terminar en propiedad privada.

Baje entonces de mi caballo, no habia nadie, era algo raro pues casi siempre encontraba uno que otro individuo, me acerque a la zanja tratando de espiar si alguien se encontraba alli, pero mis intentos fueron fallidos. Me dirigía de nuevo al caballo cuando este corrió desbocado al ver una serpiente que se le acercaba agresivamente, no tuve más remedio que escabullirme por aquella zanja para ver si encontraba alguien del otro lado. Cuando al fin logré pasar vi un hermoso jardin y una gran casa de campo, en apariencia parecía la residencia de una rica familia, mas algo me hacia pensar que dicha casa se encontraba abandonada, teória que desapareció al percatarme lo limpia y organizada que se encontraba, pense entonces que al menos, una persona debería habitarla.

Me acerque a los jardines e indiscretamente encontre la figura de una bella dama, probablemente la propietaria de la casa, no queria asustarla pero la necesitaba, mi casa quedaba muy lejos y yo no deseaba volver a ella por mis propios medios, decidi acercarme, pero antes debería prevenirla con mi presencia.

- ¿ Hay alguien aqui ?- grite con fuerza, como haciendome el inocente, cuando estuve seguro de que me habia escuchado me acerque lentamente con una gran sorisa, fingiendo ser una persona agradable que no le haría daño. Desde luego, no lo iba a hacer, pero el ser amable con la situación que me habia encausado a abordarla no me permitía serlo en dicho momento.

por **Brisa Grinfid** Miér Dic 01, 2010 8:43 pm

Seguía sentada en el sillón tomando y miró a su alrededor mientras algunos faroles iluminaban con una tenue luz el jardín ya que la luna estaba luminosa proyectando la luz en todos lados. Briza estaba en sus pensamientos cuando de repente escucho una voz que provenía de algún lugar del jardín y se asusto al principio pero luego se calmo, mirando hacia atrás y vio un hombre que se acercaba a paso lento.

En que le puedo servir caballero-
Le esboce una sonrisa y una mirada extraña, debía ir con cuidado ya que era la primera vez que lo veía. Me pare frente al sillón para poder recibirlo como merecía cualquier persona que apareciese en su finca.

por Invitado Vie Dic 03, 2010 12:08 pm

Extendi mi brazo para presentarme, pero como era costumbre mia, me acerque y le di un beso en la mejilla, esperando que me correspondiera ambos saludos.

- Soy Nathaniel mi señora, y al contrario soy yo quien está aqui para servirle.
Hize una pausa para ordenar en mi cabeza las ideas y explicarle mejor lo sucedido.
-Lo que ha ocurrido es que lamentablemente por azares del destino, mi caballo me ha dejado sólo y lejos de mi residencia, me he acercado entonces para saber si por hoy podria recibir en su finca a un huesped. - sonreí esperando su respuesta-

El lugar era realmente hermoso y muy acogedor, casi tanto como su dueña, para ser sincero no sabía en que debia fijarme , si en la hermosa residencia con sus jardines casi celestiales o en la hermosa mujer que se encontraba enfrente mio, sus ojos seductores hacian de esta una díficil situación, mas sus carnosos labios rapidamente lo definierón. Trate de que dicha atracción se notara lo menos posible para que aquella respetable dama no tuviese dudas sobre mi.

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