En el cobijo de la soledad

[05:54:09] * Epoch; sólo, en lo alto del campanario escuchaba a tres jóvenes caminar por la solitaria plaza que rodea al campanario.  El suave murmullo le permite captar claramente su conversación mientras deambulan distraídos.  He aquí lo que dijeron:

[05:59:55] Max Stirner : En un sueño voy, escalando nubes. Tocando el subyugado cielo con mis manos desnudas.

[05:59:55] Max Stirner : En un sueño, de pie en lo alto de un monte miro hacia mi cuerpo, tratando de tocar mi fría piel, en un sueño, yazgo en charco de sangre

[05:59:59] Wickborn : Maldad tan pura como la inocencia...

[06:00:08] Wickborn : ...plena... como el amor.

[06:00:37] Max Stirner : Y tras consagrar la noche para la exaltar los deseos y mientras el viento de la oscuridad susurra, me preparo para dejar la realidad y despertar a otro juego llamado Vida.

[06:00:52] Max Stirner : Mi mente parte la realidad para entrar en el estado de ensueño.

[06:01:04] Al : "Para entrar en la dimensión del ensueño, hay que adquirir consciencia del sueño y en el irse a dormir.

[06:01:15] Al : Hay que soñar dentro de un sueño"

[06:01:51] Max Stirner : El ensueño es una dimensión creada por el subconsciente colectivo de los humanos; una conexión con la mente del universo.

[06:02:07] Wickborn : En el ensueño habitan criaturas de formas insólitas y es ahí donde los brujos de antaño iban a aprender sus artes.

[06:02:24] Al : El obscurantismo de la religión Cristiana ha provocado que las tradiciones de los chamanes se pierdan en olvido y sean consagradas al anatema; quedamos pocos brujos a los que no han alcanzado las llamas de la hoguera inquisidora.

[06:03:05] * Epoch escucha desde lejos las voces de los jóvenes, sus anhelantes invectivas, acaso no tengan miedo del terrible fuego los tres brujos.

[06:39:25] Max Stirner : También hay aquí mucha devoción, mucha cortesanía y muchas bajezas ante el Dios de los Ejércitos.

[06:39:43] Max Stirner : De arriba caen las estrellitas y los olímpicos salivazos; hacia arriba van los deseos de todos los pechos sin estrellas.

[06:40:03] Max Stirner : La luna tiene su corte, y la corte sus satélites; pero el pueblo pordiosero y las hábiles virtudes pordioseras imploran a todo lo que viene de la corte.

[06:40:35] Wickborn : Yo sirvo

[06:40:36] Al : Tu sirves

[06:40:39] Wickborn : Nosotros servimos

[06:40:48] Max Stirner : Así rezan al soberano todas las virtudes hábiles para que la estrella merecida se cuelgue al fin sobre le pecho escuálido.

[06:41:04] Max Stirner : Mas la luna gira alrededor de todo lo terrestre, como gira el soberano alrededor de lo más terrestre, es decir el oro de los tenderos.

[06:42:08] Max Stirner : Aquí corre sangre viciada, pobre y espumosa por todas las venas: la ciudad de las almas deprimidas y de los pechos estrechos; de los ojos puntiagudos y de los dedos pegajosos; de los inoportunos y de los impertinentes, de los escritorzuelos y de los vocingleros, de los ambiciosos exasperados!

[06:42:35] Max Stirner : Ciudad donde se reúne todo lo carcomido, desacreditado, sensual, sombrío, podrido, ulcerado y conjurado...

Desde donde estaba no podía ver los rostros de quienes escuchaba hablar, por lo que en lugar de imaginar personas imaginaba a tres gordos sapos.  Pues ¿no corría ya por sus venas sangre pantanosa, viciada para que haya aprendido a croar y blasfemar de esa manera?

Decidí pararme de un brinco e ir a conocer los rostros de los sapos quizás hasta hablar con ellos. Si es que tuvieran ganas de entablar una discusión. Su corazón era de hierro, pero su canto fluía como pluma la viento, sublevados al vaivén de una canción soñada hace mucho tiempo por algún corazón que contemplaba atardeceres.  ¿Qué trono quieren darte que Átropos no te quite? ¿Que laureles que no se mustien con los arbitrios de Mino?  ¿Que horas que no te hagan de la estatua de la sombra que serás cuando estés en la noche mas larga y al final del camino? Piltototsin (pajarillo), ¿kenke ti kuika? (¿porqué cantas?)  Así le hablo a mi corazón que quiere ir al encuentro de los que no paran de croar - pero yo sé que no hay respuesta a mis preguntas mas que el silencio - sólo el silencio es sabio. En lugar de eso prefiero el canto: Na ni kuika pampa ni tlayech yekmati, na ni kuika pampa onkaj tonati...
Me asomo por hacia el vacío, solo una fugaz mirada al espacio abierto y el viento elabora caricias heladas en las mejillas.

uan ta (y tú), ¿kenke ax tikuika? (¿porqué no cantas?)

Miro al cielo, que ahora esta abajo, adivino a la tierra por sobre mi cabeza; luego viene el abandono al dejarse caer.