The chaser and the chased [Zeniba]

Faith caminaba por la senda de París como quien no quería la cosa. Había tenido el día libre en el trabajo y como ya estaba caída la noche, no había problema alguno en pasear por las calles como pasaría con cualquier mortal normal. Pero bueno, pocos sabían su secreto y los que lo sabían, sabían ocultarlo perfectamente. Por suerte.

Ella había viajado por todo el mundo, ¿Quién no hubiera querido? Porque en Londres no tenía un futuro asegurado, comenzó a viajar. A formar su propia reputación, a ganar su propio dinero. Así fue a Egipto, a India, a Persia.

Hubo diversas historias diferentes para contar de cada lugar al que ella fue de visita. Pero el más influyente fue Persia, porque ahí hibo un problema de magnitudes excepcionales. Y lo mejor sería relatarlo para evitar futuros malentendidos.

Todo comenzó cuando ella pasó su quinta noche en una bella residencia de un noble persa. Él era bien parecido, un dulce. No sabría decir si Faith había usado sus dones para engatusar al hombre, pero es lo más seguro que haya usado otros métodos. Él le prometió cielo y tierra, pero Faith no veía futuro.

Porque su único futuro que veía para el persa era ser su víctima. Era su futuro alimento.

Poco sabían sus vecinos de que se escondía tras la sonrisa amable y aquellos ojos brillantes de la rubia. Pero todo se descubrió cuando se supo que Faith asesinó al noble tras alimentarse de él. Se descubrió su verdadera naturaleza, era una criatura hambrienta de sangre y poder. Corría el rumor que ella hacía uso de sus atributos físicos para conseguir atraer hombres que naturalmente caerían rendidos a sus pies. Pero por suerte ella había logrado irse sin que nadie lo supiera, los contactos siempre sirven, nunca están de más. Y se fue, dejando atrás otro cuerpo seco como una pasa de uva a su paso. De nuevo.

Que pobres ingenuos.

Después estaba el asunto de la India, Egipto y América. Ella tiene aliados en muchos lugares, en Bangladesh tiene varios colegas vampiros y cambiantes, que le prometieron refugio por si la cazaban. Después en Egipto tiene un par de contactos licántropos que le aseguraron una nueva vida por si algo salía mal en París y necesitaba empezar de cero. Pero, después estaba América, en América del Sur tenía amigos, subordinados y a alguien de su confianza, a la que ella envió como su representante para cualquier incidente que la involucrase.

Las opciones no le faltaban, y el rumor de que ultimamente había más cazadores que de costumbre dando vuelta, así que la guardia alta nunca estaba de más. Era necesario ser cuidadoso en esos días, por suerte reservas de alimento no escaseaban, y había personas que le debían favores que cobraría en el momento indicado.

Se detuvo en una plaza para admirar el ambiente. Tranquilo, sereno y lleno de paz. Eso era lo que ella agradecía de esa parte de París, la calma, de vez en cuando, era necesaria. Pues te demostraba que no todo el tiempo tenías que estar huyendo, que a veces, detenerte a admirar donde tienes los pies, como dice el dicho "detente a oler las rosas". Porque así se estaba sintiendo, en una calma absoluta, como la tranquilidad antes de la tormenta, sospechosa y alarmante. Y eso la preocupaba un poco.

Llevo ya un tiempo en la ciudad de París y no he podido encontrar el rastro de la persona que estoy buscando, del que es mi objetivo y mi misión dar caza porque así me lo han ordenado. Le he seguido la pista desde la propia Persia pero es muy escurridiza y sabe muy bien ocultar su rastro, desviarme para perderme de vista y que no la alcance pero yo soy una de las mejores asesinas y no puedo volver si no es con su cabeza en una bolsa como prueba de que he cumplido con mi encargo, de lo contrario lo que voy a obtener es la muerte y no es algo que quiero en estos momentos. Sé que es una mujer y que su pelo es rubio, es una vampira porque otros la han descrito y la han reconocido de cuando pasó aquel incidente, lo que hizo que su vida se viera con una diana pintada en su espalda. A nosotros no nos importa realmente el motivo por el que tenemos que hacer las misiones o los encargos, simplemente nos ordenan matar a una persona y es lo que hacemos sin hacer preguntas y sin cuestionar órdenes, para eso nos han entrenado toda la vida, para eso nos han privado de sentimientos, de remordimientos o de escrúpulos. Somos asesinos perfectos que no ven el bien o el mal, tan solo nos dicen a quién debemos de matar y nosotros lo hacemos sin hacer preguntas. Sin embargo sé que el caso es sonado porque ha causado un revuelo en Persia tras la muerte de aquel hombre, normalmente solemos matar a gente importante pero nunca dejamos que nos vean o que alguien pueda quedar de testigo... sin embargo esa mujer se dejó ver cuando estaba con él y la gente la ha identificado, la han descrito bien y alguien la quiere muerta por matar a ese hombre influyente en la alta sociedad persa. Pero ella es hábil y me ha dado esquinazo un par de veces, lo último que se de ella es que está en la ciudad de París y encontrarla no va a ser fácil... pero sé que es una vampira y que se mueve por la noche así que es ahí donde tengo que prestar mayor interés para poder acercarme a mi objetivo. Para ello debo pensar como lo haría ella, tengo que pensar como si fuera una vampira para poder saber sus pasos, cuando se despierta por la noche va en busca de alimento y dudo mucho que lo haga en mitad de calles concurridas de la ciudad, puede que busque lugares menos transitados para cazar algún pobre ingenuo que se deje llevar hasta que le hinque los colmillos.

Me he pasado varios días preguntando a la gente para hallar información, sé que la inquisición y los cazadores están a la orden del día en la ciudad y que cada vez hacen más batidas para buscar a los sobrenaturales... pero no puedo dejar que la encuentren antes que yo porque si no entonces mi vida corre peligro de muerte y no es algo que me guste en absoluto. Si sabes de dónde sacar información puedes saber absolutamente todo acerca de la capital francesa, hay muchas cosas que se mueven en la ciudad y todas son oscuras, pero la mujer que yo busco parece que es un fantasma porque si alguien la ha visto no la recuerda... pero soy paciente porque sé que pronto va a cometer un error y, ese error, va a ser el que me lleve a ella. Por las mañanas no pierde tampoco el tiempo y lo aprovecho para entrenar y no perder la forma, voy al bosque y entreno con las dagas como hago todos los días, es una rutina que he cogido y que me gusta hacer para mantenerme ágil y en forma ya que es algo bastante necesario en mi trabajo. No es hasta un par de días más tarde que, de nuevo cuando estoy reuniendo información sobre la mujer, alguien me dice que la ha visto un par de veces por la plaza central de la ciudad, un lugar en el centro donde dice haberla visto varias veces. Me creo sus palabras porque, de ser mentira, le he prometido que iba a volver para matarlo si me estaba mintiendo o se lo estaba inventando... por su temblor en el cuerpo y el miedo en sus ojos sé que no lo está haciendo así que voy hacia ese lugar del que me ha hablado el hombre. Llevo mis dagas guardadas y escondidas en la ropa, lamento haber dejado el látigo en casa pero con las dagas y las estacas de madera es suficiente para matarla. Me ha dicho que siempre va vestida de forma elegante, su pelo rubio semi recogido, cuando llego a la plaza me pongo a mirar en todas direcciones hasta que finalmente doy con la mujer que ando buscando. Por fin la he encontrado y la observo unos segundos para cerciorarme de que es ella, pero sí, sé que lo es sin duda alguna. Hay gente en la plaza y no está vacía como más fácil me resulta para no dejar testigos de lo que va a pasar, debo de llamar su atención pero que al mismo tiempo sepa que voy a por ella y que estoy ahí, observando y vigilándola. Saco una de las dagas que tengo guardada y la lanzo en su dirección, por el vestido largo que lleva la daga traspasa la tela por la falda y se clava en el suelo entre sus pies, sutil pero al mismo tiempo le da a entender que voy a por ella. No quiero causar un revuelo y sé que ha entendido el mensaje perfectamente, ahora soy yo quien se oculta por la zona sin perder de vista a mi presa en ningún momento.


-Comienza el juego –digo en un susurro mientras me deslizo entre las sombras para ocultarme, no quiero que de conmigo porque en cuanto me vea va a saber que soy una cazadora, mis ropajes es lo que lo hace evidente pero soy incapaz de llevar vestidos y además estos incomodan en las cacerías. Llevo pantalones, unas botas, una blusa blanca y sobre esta un corsé negro, además llevo un abrigo largo que tapa mis armas así que si me ve va a ser evidente para ella. Ha captado el mensaje y nadie más en esa plaza sabe que empieza un juego del gato y el ratón entre una asesina y una vampira.