Una mirada confundida // privado

por **Kerberos Lancaster** Sáb Feb 03, 2018 5:26 pm

La noche a veces es peligrosa. Esconde secretos oscuros que te pueden matar o llevar a la muerte. Pero yo iba a caer en el segundo. Aquello podía revelarse mortal si no elegía el momento adecuado y me cruzaba con la persona oportuna. Entrar en aquel mundo llegaba a ser un deporte de riesgo, pero claro, de ahí venía mi afición por ir todos los fines de semana. A veces no mantenía sexo o simplemente un joven despistado quería algo rápido y que no tenía emoción. Por eso prefería a veces mirar.

Pero ocurrió que, mientras atravesaba la oscura entrada y me ocultaba del tormentoso exterior, donde el granizo caía en cascada, con virulencia y bastante fuerza, aquella noche todos teníamos que llevar una máscara en el establecimiento. Aquello era morobos, muy morboso. Cuando me la puse, sentí que me excitaba por momentos. Dejé mi sombrero y abrigo y entré.

El aire olía a sexo, se podía escuchar música, y también algún gemido, bien exagerado y fingido, bien real, de algún hombre disfrutando, casi como bajo dentro de la melodía. Aquello me encantaba. No ver el sexo, no era de esos, era ver el erotsmo, ver la libertad con la que hombre de diferentes clases, normalmente burgueses y aristócratas, daban rienda suelta, bien entre ellos, o bien acompañados. Me senté en un rincón y esperé a ver si encontraba más diversión que la de mirar. Y así pasó una hora, entre cigarrillo y bebida.

Fue entonces que me percaté de alguien que estaba más escondido que yo. Era un chico, joven, bastante más joven, y allí estaba, casi escondido, atemorizado podría decirse. Sería de sus primeras veces. Me acerqué hacía él y llevé una copa para él en la mano.

-Disfruta de la noche, caballero.-Dije dándole la copa a una mano casi temblorosa. Sonreí y le acaricié la mejilla despacio.-¿Es su primera vez? Se le nota. Relájese, solo disfrute, estoy seguro de que podría encontrar a alguien apropiado.-Dije mientras mi dedo dejaba de tocar su piel, tan lisa y delicada. Nuestros ojos se encontraron a través de la máscara y le sonreí. Era muy bonitos. ¿Ahora me iba a quedar encandilado por alguien? Puede que sí, por lo que me acerqué a su oído y susurré despacio, poniendo mis manos en sus hombros.-Si se siente más cómodo con alguien más normal, y no un trabajador sexual, podría ayudarle yo.-Y le di un sutil beso en la mejilla, muy pulcro, más para tranquilizarlo que para querer insinuar algo.