Un demonio tras la mascara +18 (priv. Kenner Clapton)

La vampiresa aun se quedaba algo absorta, si bien estuvo apunto de morderle lejos de ser por amenaza más bien se debía a un comportamiento que tenía la vampiresa por estar excitada, debido a la poca experiencia que tenía con ese tipo de actos,  hacía que la vampiresa se dejara llevar en todos los sentidos por instintos bajos propios de la naturaleza vampirica, aunque ese vampiro que tenía frente a ella parecia que hacia mucho que sus instintos tenía sumamente controlados, cosa que la vampiresa no, nunca le habían ni se habia esforzado en mantener a raya la ira, al igual que su glotoneria con la sangre, y entonces lo que ese vampiro presenciaba era una vampiresa impertinente y algo indomable, aunque de momento parecía gustar de mantenerle el ego a la rubia.
La cosa es que al parecer el intento de morder por un momento tentó a la suerte pues la fria mirada del vampiro fue fulminante, lo que hizo que la vampiresa se quedara algo rigida de la tensión cuando el vampiro la sujetó por el menton, pero dejó un respiro hondo cuando lo que quería era concertar una cita para la siguiente noche, antes de irse y dejarla ahí, la vampiresa se colocó los ropajes antes de retirarse de ese lugar.

Respiró hondo volviendo al lugar, tenía que aliviar la tensión y la frustración acumulada para descargar su ira contra un pobre mortal, que de vuelta a su guarida fue destrozado sin compasión ninguna, que lo que venía siendo una dulce jovencita se encontró un feroz depredador con sed de sangre, en la que no se molestó ni en ocultar su naturaleza, volviendo sus ojos del color del rubí y rugiendo de sobrenatural forma le desgarró la garganta sin compasión y abandonando su cuerpo despues de destrozarlo, negó gruñonamente antes de volver a su hogar, donde se dejó caer sobre la cama, agotada, no se había esperado ese encuentro, no tardó en descansar, quedando dormida en una imagen que parecía la joven una muerta, al desactivar el fingir respirar.

Abrió los ojos, había anochecido de nuevo, pero aun no era media noche, se levanto y se metió en la tina para asearse, salió y miraba sus vestidos, no sabía lo que ese vampiro llamaría sexy, ella tenía ropajes goticos que se había traido desde londres, se pusó un vestido que sin duda le gustaba por lo sinuoso que era, en su mayoria negro con motivos budeos de terciopelo, con un corsé, se supone que eso era sexy o eso pensaba, se pintó la sombra de ojos para resaltar los celestes orbes de la muchacha. -Buf, esto parece una cita...yo no tengo citas.- Masculló para si misma antes de ponerse en marcha, pues volvió a donde quedaron, observando la luna en la fria noche, había llegado al susodicho tejado, y negaba con la cabeza, ¿por qué había vuelto? podía haberse largado simplemente y no volver, o eso habría pensado en otras circunstancia, pero le quería de aliado, y no lo consideraba mala compañía, si asi le consideraba peligroso, pero siempre era bueno un vampiro más antiguo de compañia o eso pensaba ella.

Los ojos de la vampiresa se perdían observando la inmensidad de la ciudad, mientras cruzada de brazos esperaba, algo nerviosa en principio, hasta que se sobresalitó al oir la voz del vampiro entre las sombras, claro que entendía el ingles, y lo hablaba, estaba en Londres desde hacía muchos años antes de ir a París, de hecho se lamentaba de haber tenido que marchar, por el hecho de que ese sitio le gustaba, inglaterra era tan oscura, y lluviosa y fria, por no hablar de su esquisita moda victoriana, miró al vampiro que iba esa noche muy elegante, se preguntó por que del bastón, aunque lo había visto también ciertamente entre la moda Londinense masculina, le observó aproximarse a ella sin mediar palabra, ese vampiro la inquietaba mucho ciertamente, se sentía intimidada por su presencia, y eso era evidente, pero sabía que el vampiro disfrutaba de ello.
-Buenas noches Lord Clapton.- Respondió ella mientras con nerviosismo entrelazó los dedos a su espalda, mientras volvía a mirar la noche de la francesa ciudad, al igual que lo hacía Kenner mientras enseñaba sus colmillos, ella le miró de reojo con cierta desconfianza, y no era para menos, pues ya hizo muestra de poder de sobra, la vampiresa desvió la mirada.

Enarcó una ceja mirandole cuando le escuchó hablar, fue a abrir la boca para responder cuando ya notó el frio tacto de los dedos del vampiro deslizandose por sus labios que había coloreado con carmín, cuando notó que su garras deslizaba por su piel, le dió un escalofrio cerrando los ojos por la sensación que había despertado el vampiro, le miró intimidada.-¿Que os ronda en la cabeza?- Dijo finalmente, recuperando la compostura despues de las acciones del descarado cainita, Arikel le miró con los ojos encendidos de color rubí mostrando tambien sus colmillos, algo incitado por las acciones del vampiro, algo tramaba eso estaba claro, y no tardó en descubrirlo, parece que efectivamente quería una alianza, pero probarla antes para ver si se la merecía, la rubia le miró cruzada de brazos. ¿Por quien la tomaba? quizás el primer encuentro no fue precisamente el mejor, le miró con cara de circunstancia escuchandole.
Estaba ofendida de que dudasen de sus habilidades, pero por otro lado sentía bastante curiosidad por ello, así que simplemente fijó su mirada en la del vampiro, que destelleaba con maldad, bajo la vista a no mucho tardar, pues le incomodaba el contacto fisico prolongado.

Saltó al vacío y la vampiresa no temió seguirle de manera rauda, aunque cuidandose de no ser vista por nadie, ya se había librado de unos inquisidores, no necesitaba más husmeandola. Seguía la estela del veloz vampiro, sin duda era muy rapido, con razón la acorralo en aquel cuarto sin que se percatara, cuando el vampiró se frenó, a Arikel no le dió tiempo a frenar y se chocó con la espalda del vampiro ligeramente, antes de sacudirse y colocarse a su lado. -¿Que mierda hacemos aqui?- Preguntó malhumorada, mirando la lujosa casa, era de alta cuna se notaba, escuchó las palabras de Kenner, asi que dió luz sobre que era alguien que no pagaba sus deudas, Arikel enarcó una ceja y miró al vampiro. -¿todos muertos? puedo matarlos sin despeinarme- Amenazó, ella no estaba acostumbrada a estas cosas, desde hacía mucho, muchos años, había aprendido a seleccionar victimas, pero con la ira a veces se iba de control.
Se movío con habilidad colandose por una ventana abierta, anduvo por los pasillos de la gran casa cogiendo una espada de una armadura, que blandió con gran habilidad, la primera que se cruzó fue una joven del servició que antes de que gritase de un corte limpió perdió la cabeza, siguió avanzando segando las vida de la otra criada que se la encontró de frente al salir de una habitación, de manera rapida he indolora, mientras el aroma a sangre empezaba a poseerla, emitiendo bufidos sobrenaturales.


El mayordomo vió a la joven y gritó señalandola, Arikel se frenó y se giró gruñendo de vampirizal forma, con sus ojos rojos brillantes, se plantó a velocidad sobre natural frente al mayordomo, mientras alertada la señora de la casa con su hijo hacían aparición, Arikel estaba enagenada por el frenesí sangriento. -God kveld, vi dør alle en dag.- Dijo en un tono frio, aterrador, gruñendo y antes de que el mayordomo dijera una palabra la cabeza fue cercionada con la espada, haciendo que la mujer y el chiquillo gritasen, Arikel se acercó frente a ellos embriagada de olor a sangre la espada en el corazón de la mujer que calló inerte ante el grito de su vastagó que fue también fue silenciado, no quedó nadíe con vida en la casa. -Jeg lukter blod- Dijo en su idioma natal, indicando el alto grado de locura que ahora mismo tenía, se inclinó manchando sus manos de sangre para relamer los dedos sin poderlo evitar, ni siquiera recordando la orden de no beber, pero estaba fuera de sí, en ese estado la única forma de calmarla era que le hablasen en su idioma materno.

El frenesí de sangre era realmente abrumador, aunque la vampiresa gruñia relamiendo la sangre de sus dedos había aguantado la tentación de levantar la cabeza cercionada del mayordomo y beber de la sangre que chorreaba del cuello cortado, emitió bufido sobrenatural, mientras deslizaba la lengua entre sus dedos, aun aguantando esa tentación para no manchar su vestido, pero su juicio se iba nublando, perdiendo la razón, solo con sed de matar, de destrozar, de cercionar cabezas con la espada y que alguien fuera capaz de darla combate, le traía recuerdos de salvajes gestas donde las hubiera, gruñía hasta que escuchó la voz del vampiro hablar en su lengua materna, eso le llamó la atención notablemente, aunque sin sacarla del frenesí en el que se encontraba, de hecho rugió con ferocidad, mientras se giraba buscando con la mirada al vampiro. Escuchó como algo cortaba el aire y antes de que se diera cuenta un dolor agundo en su hombro, la vampiresa aulló de dolor quedando clavada en la pared.

Sacudió la cabeza volviendo en si, quedando atras el hambre sin sentido que había tenido, gimió de dolor, ese maldito arma era de plata, y tenía que concentrarse para sacar el arma, pero parece que la cosa no acababa ahí, observó los ojos rojos del vampiro mientras ella fruncía el ceño por el daño causado y como hizo ese gesto, y la espada salió sola arrancando nuevamente un grito a la rubia vampiresa que se cubrió el sangrante hombro rapidamente y empezaba a centrar su poder en cerrar la herida, nientras miraba a kenner, con sorpresa mientras le volvia a su dueño respectivo. La vampiresa no daba credito, pero había entendido y sorprendido que supiera que eso la calmaba ya que parecía ser lo que buscaban.

La vampiresa envaino la espada en la armadura que decoraba la casa. -Espera...- Musitó para salir a toda velocidad detras de Kenner y seguirle, quería ver lo que tenía planeado ese vampiro que se le estaba antojando algo extrema, por suerte su vestido aun seguía intacto, mientras, se colocó detras de Kenner cuando marchó de camino tras el vampiro, no creía que el hombre accediera despues de que se encargara de masacrar su casa, Arikel se mantenía a la espalda del vampiro, no sabría si despues la reñiria por haber bebido algo de sangre. -¿te has enfadado?- Musitó por lo bajo al vampiro con cierto temor.

"Me cuenta la historia del mundo y detras
me acuna en su lecho de espinas mortal"

La chica siguio a velocidad sobrenatural al vampiro tras aquel lujuso carruaje, se frustró cuando no le respondió por su pregunta, pero era algo comprensible, ahora mismo estaba de caza, mató con un habil movimiento al primer caballo, los otros dos desbocados hicieron que el carruaje volcase violentamente quedando las ruedas girando con un chirrido bastante irritante. Miró al vampiro que al fin respondió su prengunta, aunque con una insinuación inquietante de lo que habría pasado si se llega a enfadar. Arikel se cruza de brazos observando con disgusto, bajando la cabeza, notando la decepción del vampiro que tenía delante, no es que fuera algo que le agradase, simplemente miró al suelo como una joven a la que habían reñido por portarse mal, mientras percibía el pulso del hombre que se movía en el interior del carruaje, alzó la vista para ver el carro volcado.
Emitio un leve gruñido olisqueando el aroma a sangre, pero esta vez se mantuvo en su posición solo se cruzó de brazos ladeando la cabeza, embriagandose de su aroma, notó como el corazón le daba un huelco cuando vió al vampiro, y Kenner no sosegó la situación cuando se acercó a él con oscuras intenciones o esa sensación parecía percibir el hombre ante la presencia del vampiro.

Arikel bufó al vampiro cuando consideró que ese fue un comentario despectivo hacia ella, pero no hizo nada, su atención se centró en el mortal que estaba totalmente palido, aterrado escuchado al vampiro, Arikel no pudo evitar sentir asco cuando el hombre se orinó encima como un niño de 2 años encima, el hombre sollozaba y rezaba como un niño. - Patetico...- Masculló con desagrado, no le gustaba nada eso, lo ve cobarde. Miró al vampiro, sin duda disfrutaba de aquello, la vampiresa siguió rapidamente a Kenner cuando abandono al sollozante hombre que se hacía pis encima, mientras la vampiresa le sigue a toda velocidad, hasta el tejado, ese hombre ya lloraría cuando llegara a casa, Arikel miró al vampiro. - No hace falta que le digas y vayas pregonando que no te pude vencer, no me gusta que se burlen de mi por una derrota.- Gruñó al vampiro mirandole, pero parecía dispuesta a seguir cumpliendo los sadicos recados que tuviera el vampiro, al menos de momento. - Y ademas, no me gusta que me trates como a una neofita, no lo soy...solo que me dejo llevar por mis instintos...te sugiero hacerlo de vez en cuando.- Masculló con ese caracter de adolescente protestona a la que a veces su propia mente la arrastraba, pero no sabía hasta que punto ese vampiro se lo permitiría.

Miró alrededor la noche parisina, la herida aun estaba algo marcada por ser de plata, si bien a los vampiros la plata no les dañaba tanto como a los lobos si era francamente molesta, y ahora las gotas lamidas de sus dedos no eran suficiente, tenía ganas de dar unos tragos, pero parece que su acompañante no se lo iba a permitir, no de momento al menos. -Bien, cual es el siguiente objetivo o podemos cazar ya, pero preferiria a un baron atractivo.- Dijo de manera impertinente, aunque prontamente miró al vampiro retrocediendo y levantando las manos arriba a modo rendición antes de provocar la posible ira del vampiro. -Te sigo..- Mascullo finalmente, para evitar cualquier enfado de ese irascible vampiro.

La mirada de la vampiresa se clavó en los ojos del antiguo, mientras hablaba y preguntaba en el torrente de dudas que tenía invadida la mente de la vampiresa. Arikel observaba el lugar del accidente, mientras negaba con la cabeza, pensativa, pudiendo ver como la gente no se explicaba que había podido pasar para que ocurriera eso, más su mirada volvió a desviarse hacia el vampiro, esperando pacientemente a que se explicara por qué tan ofensa hacía ella, tenía bastante poca paciencia en cuanto a eso. Más cuando Kenner habló lo único que hizo fue enfurecer más a la vampiresa con sus palabras. -Te odio..- Rugió enfurecida en respuesta, en otra circunstancía habría desembainado su daga trinchado al vampiro como si fuese un pavo, pero era consciente de la diferencia de edad y que podía derrotarla con facildad, la vampiresa se cruzó de hombros y respiró hondo para buscar relajarse.
Más no demoro en moverse a toda velocidad siguiendo su estela rapidamente para ver hacia donde se dirigia, saltaban por los tejados con suma velocidad mientras parecían llegar a otra residencia que a la rubia se le antojó inquietante.


Cuandó el vampiro le explicó de quien era ese majestuoso caseron lleno de crucifijos un escalofrio sacudió violentamente la espalda de la vampiresa, mientras sus celestes se volvian de un rojo tan potente que se podría decir que brillaba en la oscuridad practicamente. Tragaba saliva y miraba a Kenner con los ojos abiertos como platos indicandole el estado de ansiedad que había provocado a la vampiresa en cuanto empezó a hablar de quien era esa mansión que tenía, la vampiresa se encogió ligeramente cuando amargos recuerdos invadian su memoria, de cuando apenas tenia unos años en su condición mortal, los crucifijos, la plata, el fuego, el olor a sangre y el inquisidor...emitió un sobrenatural bufido, pero no emitió palabra alguna solo seguía a Kenner con la mirada y le seguía muy a su pesar, aunque no tenía gana alguna de hacerlo, lo único que realmente deseaba era poner mucha más tierra por medio entre esa casa y ella, pero no iba a tener la retirada, pues el vampiro parecía que iba adentrarse, y Arikel habría replicado, pero en cambio siguió sin articular palabra alguna. La insinuación de que no asesinase a nadie le parecío practicamente un chiste, ¿asesinar? si estaba demasiado concentrada en aguantar la compostura.


Siguió los pasos muy de cerca del vampiro, estaba tan tensa que si se hubiera quedado quieta parecería una estatua.Apretó los labios mientras seguía con la vista clavada en la espalda del vampiro, ese aroma horrible a incienso, cuando el inquisidor apareció Arikel tuvo un instinto involuntario y fue que se pegó contra el cuerpo del vampiro, mirando al inquisidor dando bufidos sobrenaturales aterrada, y clavó sus uñas brutalmente en el brazo de kenner, aunque no se daba cuenta de ello, solo tenía la cabeza pegada al brazo del vampiro mientras se mantenía sujeta con fuerza mostrando los colmillos acrecentados, dando un aspecto muy feroz en su habitualmente dulce rostro.
Observó como el vampiro había controlado al mortal que parecía ser el hijo del que manejaba aqui al cotarro, y si bien era verdad que no iba a decir ni una palabra, se mantenía callada y agarrada con fuerza al vampiro, ocultandose detras de él mientras escuchaba la conversación, se preguntaba que se traía al vampiro entre manos, pero al menos parecía que en esa facción de la inquisición, parecía querer saber de alguien, dejo todo aclarado, hasta que no salieron de ahí la vampiresa no soltó el agarre al vampiro.

Cuando le soltó observó que sus afiladas uñas tenían gotitas de sangre que bien podía significar lo fuerte que había estado sujeta al vampiro, Arikel abrió mucho los ojos y levantó la vista a mirarla con el vampiro. -Lo...lo siento...- Dijo aun algo nerviosa, excesivamente alterada, emitia suaves bufidos vampirizales mientras trataba de respirar honod para relajarse.

La vampiresa miraba al vampiro, cuando hizo el comentario al hecho de clavar sus uñas en su brazo por la tensión acumulada en el momento que habían tratado con los inquisidores, el vampiro no se hacía ni a la idea lo que le tensaba estar en presencia de los inquisidores, un terror irracional que ella misma no podía controlar, y solo era una marioneta de sus emociones quizá demasiado humanas aun, aunque era la una vampiresa milenaria había ciertos aspectos de su vida que seguían exactamente de la misma manera que cuando tenía pulso, pero sin duda eso era algo que el vampiro se había pecatado, Arikel le miraba escuchandole como hablaba perdiendo su vista en el negro cielo nocturno, la vampiresa tenía aun indicios de lo tensa que estaba, aunque clavó la mirada en Kenner cuando este jugaba con los labios de la vampiresa acariciandole con suavidad con los dedos.
Eso hizo que la vampiresa exhalase entrecortadamente, empezando a calmar sus propios demonios que la mantenían aun en estado de alerta, desde luego a ese vampiro no parecía que nada ni nadie le alterase, pero ese no era el caso de la joven platina.


Repentinamente notó como pegó su cuerpo al de ella, cosa que obligó a Arikel a mirarle a sus ojos que destelleaban de color rojo, la rubia entreabrió los labios observandole, como decia que le daría un inquisidor para una venganza personal, como prometía que iria a buscarla si se la llegaban a llevar, casi aquello pareciera una declaración de amor, o mas bien, una declaración de posesión, el vampiro la observaba tan de cerca, más la vampiresa sintió un cosquilleo al oir esas palabras, cosa que hizo que sin previo aviso la vampiresa se avalanzase sobre Kenner, sin avisar, sin imutarse previamente, se lanzó sobre él agarrandole bruscamente la nuca tirando de él hacia ella para fundir sus labios con los de él, quizá dejandose llevar por el profundo beso, dando rienda suelta a la lujuria que la vampiresa ocultaba la inmensa mayoria de las veces, ahora le miraba tras besarle mientras fruncia el ceño ligeramente, no con enfado. -¿De verdad?...

La pregunta sonó inocentona, pues no estaba acostumbrada a nada de eso, y ahora mismo estaba en una voragime de confusión y desconcierto, le abrazó con fuerza buscando otra vez las atenciones del antiguo sobre ella, pues le gustaba ese tipo de trato, y muy pocas veces en su milenaria vida, empezó a ver a Kenner con otros ojos, unos que dedicaban adulación al vampiro, incluso admiración. -Yo...- Empezó a decir con confusión sin saber bien como expresarse. -yo..si tu quieres, yo seré tu aliada...si me necesitas...vendré.- Era más bien una promesa, una forma de agradecerle esto, aunque también estaba algo perdida a la hora de expresar ese tipo de cosas, aunque esperaba que el vampiro no la tomara a chiste o se mofara de esa reacción que había tenido ante sus palabras, se mordió el labio inconscientemente mientras bajaba la vista, de haber podido sonrojarse lo habría hecho. Seguidamente dejó un poco de distancia mirando el negro cielo parisino buscando calmar ese ansia de instinto vampirico que le había causado el otro cainita.

La vampiresa observaba al vampiro, se le antojaba muy poderoso, pero ahora mismo estaba algo ensimismada en sus pensamientos y en las atenciones, tanto tiempo arrepintiendose de la muerte de su Sire a sus propias manos, al nuevo que había encontrado, y ahora a este, que tambien hacía las veces de Siro, pero a él le veía de otra forma, algo complicado, era su aliado, era su jefe a su vez, no sabía aun como sentirse respecto a él, pero cada vez se le antojaba mas clara la posición que tenía el vampiro sobre ella, y poco a poco la vampiresa empezaba a pensar que ella era una especie de secuaz, puede que la violación lo hiciera más por dominancia, o no sabría bien definir lo que paso a él, quizá una forma de romper el virgo de la joven para que en ella quedara gravado ese recuerdo, y de echo le era facil a la rubia pensar en ello, de echo se quedaba algo asi, más miró al vampiro que siguió tras ella abrazandola y obligando a pegar su espalda al pecho del vampiro, siendo este ultimo notablemente mas alto que la albina.


-Yo me comporto bien siempre....solo que me emociono, por que nunca preste atención a esos detalles, y solo reacicono cuando me hablan en noruego...supongo que manías que se quedan en el subconsciente.- Comentó algo despreocupada, mientras miraba hacia arriba para observar el mentón del vampiro que era lo que tenía a su angulo de vista, despues con algo de confusión acarició la mano del vampiro que tenía sobre su ventre, ella no estaba acostumbrada a mostrar ese tipo de sentimiento, una cosa eran las queja, la pedanteria, la protestas y el comportamiento infantiloide que ha veces se gastaba la cainita, pero ahora, se mostraba algo más contrariada de lo normal, pero naturalmente no diría nada.

El orgullo que tenía ella se podría equivaler al del vampiro, aunque ella se dejaba sobrepasar por el vampiro, primero por que no le ganaría una contienda, eso lo había comprobado de primera mano, todavía se preguntaba por qué en primera estancía el vampiro optó por darle placer de brutal forma a usar el dolor mental que ella había intentado usar contra él, quizá algun dia se lo preguntase de momento lo dejaría asi. -¿Que mas queda por hacer?- Preguntó la vampiresa, mientras despues ladeó la cabeza, quizá llenandose la cabeza de preguntas que tendría cualquier adolescente enamoradiza, sacudió la cabeza tratando de reacicionar.

El vampiro sonrió apenas de lado cuando la joven menciono si tener la capacidad para parecer bien comportada aunque claro que no lo había logrado en esa casa eso permitía al vampiro conocer cuales eran las limitaciones de la joven cuando se trataba de enviarla sola a hacer algún tipo de actividad de ese estilo, lo que podría generar un problema para el vampiro, que no menciono nada solamente se lanzo a seguir corriendo hasta el puerto donde estaba un grupo de vampiros neofitos que habían estado llamando demasiado la atención, incluso se habían atribuido a si mismos el derecho a tener una banda y que esa parte de parís era suya todos los seres sobrenaturales que quisieran pasar deberían si o si pagar tributo a ellos, al igual que los humanos no eran mas vistos que simple comido. Tan equivocado no estaban pero tampoco había que llamar tanto la atención.

-En este lugar recide un grupo de vampiros centenarios que se creen con el derecho a crear un nuevo clan de vampiros y sobre todo de imponer un territorio en todo el puerto, aquel que no pertenezca a ellos es ganado o debe pagar tributo.

Kenner comenzó a desabrochar su remera y sacarse el chalequeo también comenzó con sus manos liberando sus muñecas remangando estas como si fuera a meter la mano en la suciedad o ensuciarse las mismas, claro que lo iba hacer pero de sangre de los que estaba a punto de matar y no tenia interés de ensuciar sus caras vestimentas por tal acto. No demoraron en verse muchos ojos rojos alrededor de la fabrica que tenían en frente mirando a ambos, se podría decir que llegaban a ser mas de dos docenas de vampiros, uno se presente frente a ambos, vestía unas ropas poco pulcras mas bien las de un mecánico o empleado de una fabrica.

-Sabia que enviarían a alguien a tratar de detenernos pero nos subestimaron si enviaron solamente a dos vampiros, aunque esperaba la inquisición si les soy sincero.

El inmortal sonrió levemente viendo lo que el esperaba y dejo ver sus colmillos y su rostro comenzó a desfigurarse un poco gracias al poder que estaba haciendo fluir por su cuerpo, el poder maldito de un vampiro de mas de siete milenios existiendo.

La vampiresa había seguido al antiguo a velocidad considerable, hasta llegar a un puerto, donde la albina se colocó al lado del vampiro observando la zona, olfateando conseguía captar el aroma a otros vampiros, y eran unos pocos, más Kenner le dió luz sobre lo que estaba ocurriendo ahí, vampiros que se creían los amos y señores de ese sitio, cosa que Arikel tuvo que cubrir sus labios para ahogar la risilla prepotente que se le escapaba de entre los labios, unos cretinos a los que apenas habían empezado a saborear las ventajas de su condición, Arikel negaba con la cabeza, pues sabía de la peligrosidad de ir anunciando su condición a bombo y platillo. -Esto es trabajo de cazadores e inquisidores.- Replicó la jovencita mientras se colocaba un paso por detras del vampiro, más desvió la vista a este cuando empezó a quitarse algunas prendas, la vampiresa en ese momento hizo la acción que haría un asistente y recogió sus ropajes para dejarlos doblados en un punto donde no pudieran mancharse y que ya recogerían cuando acabaran la acción.


-Nos han visto.- Advirtió la albina colocada un poco detras del vampiro, encendiendo sus ojos del color del rubí y enmarcando sus colmillos, con ansia de sangre, esto iba a ser mas divertido que contenerse, escuchó las palabras del vampiro que se manifestó mientras reía maliciosamente relamiendose. -Que de presas.- Comentaba con ganas de empezar ya la voragine de sangre, no habría piedad para nadie.
Arikel bufó desde su posición aparentemente escondida detras del vampiro, pero en cuanto se percató de los rasgos y la ferocidad que ahora poseía el vampiro antiguo, ella dejó escapar un sobrenatural rugido y no se esperó, se lanzó desenfundando las dagas que tenía escondidas en su corsé, mil años y saber manejar armas desde que tená pulso daban para mucho, y la joven se movía con agilidad, usaba su habilidad, se movía a toda velocidad cercenando miembros, cortando cabezas, aunque naturalmente la joven no era invencible, y la superación numerica a ella le empezó a pasar factura.


Uno de los vampiros atravesó su abdomen de lado a lado, y otro clavó una daga de plata en su homoplato, el grito de la vampiresa resonó de dolor, pero consiguió dar muerte definitiva a esos dos, continuó peleando contra ellos, pero el desangre y el ser herida con plata pasaba factura, había perdido de vista a Kenner, y 6 vampiros habían conseguido arrinconarla en una parte de la fabrica, la vampiresa aun con todo mostraba ferocidad, y se mantenía en posición de combate, pero empezaba a necesitar ayuda, aunque se mostraba ciertamente preocupada por Kenner, preguntandose si tambien le habrían herido, eso hizo que se lanzase con ferocidad contra los que la arrinconaba, dandoles muerte, pero uno le sorprendió con su enorme fuerza, consiguiendola tirar al suelo y buscando hundir una estaca en el corazón de la albina, Arikel gritaba con cierto pavor, pero consiguió quebrar la estaca librandose de ella, pero a cambio recibió un tremendo puñetazo, seguido de un agarron de pelo que la hizo ladear la cabeza y notar como los colmillos del otro vampiro se clavaban en ella empezando a desangrarla mientras la mantenía inmovil.

El inmortal observo de reojo la pertinencia de la joven que se lanzo al ataque suspirando levemente, obviamente la joven quería llevarse toda la diversión para si misma, lo que resultaba algo cómico para le inmortal aunque el mandarse sin tener el debido cuidado era algo muy típico por parte de los nórdicos, cuando veían la posibilidad de luchar se mandaban sin importar que les esperaba o si podían ser superados en numero, por mas habilidosa que fuera, en cambio el Kenner permaneció quieto simplemente observando y viendo como la joven rompía la formación de los vampiros y varios de estos se lanzaron sobre el esperando poder aprovechar ese descuido de la joven, pero solo con la mirada causo dolor sobre ellos de forma tan severa que cayeron al suelo retorciéndose de dolor y sufrimiento terminando el milenario por arrancar sus corazones de sus cuerpos a una increíble velocidad.

-Bien chicos terminemos con esto rápido, ustedes pueden irse todos los que pertenecían a este supuesto clan, los cazare obviamente pero no seré yo enviare a quien os mate tendrán la chance de protegerse.

Varios se rieron por es propuesta pero la mirada de Kenner transmitía algo mas muerte, caos sangre destrucción y sus colmillos siendo revelados en una risa que incluso el mismo diablo temería al verla, hizo a varios replantearse la idea de vivir un día mas y rápidamente desaparecieron, fueron llamados de cobardes y de miedosos por los que se quedaron, que se arrojaron hacia el inmortal que respondió con un salto hacia ellos y en el mismo aire arranco sus corazones y cabezas con sus propias manos, quedando frente al líder de la revuelta y sus mas leales seguidores dos de ellos le atacaron simultáneamente Ken paro ambos ataques y usando su increíble fuerza destrozo sus puños como si fueran polvo para luego arrancar sus corazones y tirarlos a los pies del que mas hablaba, mientras se volvían polvo.

-El mas viejo de ustedes podrá llegar a tener quinientos años, yo los supero por milenios no tienes la mas mínima oportunidad ninguno de ustedes.

Escucho los sonidos de la pelea y como estaba la chica en problemas suspiro levemente y en un destello desapareció de frente de aquel sujeto que se decidió a huir para vivir un día mas, mientras que Kenner apareció detrás del que se atrevía de alimentarse de la chica y lo decapito con sus garras.

-Me has costado la cabeza del que orquesto esto, vas a tener que compensarlo niña.

Dijo mientras giraba su cuerpo hacia el tejado donde estaba y podía sentir el aroma de los vampiros supervivientes huyendo del lugar, al parecer seguirían con su idea de clan, pero en otro lugar y seguramente en secreto ya que acaban de enfrentarse a la misma muerte.

-Volvemos al castillo.

Sentenciando el final de esa noche, aunque su perfil era bastante serio por lo que había pasado, se vio obligado a abandonar su castigo para salvare el cuello de la chica, por ser tan descuidada.

El forcejeo era intenso, como el notar que la mordían, buscando asi el derechazo o similar para quitarselo de encima con escasez de exito por ello, rugiá mal humorada, se debilitaba, derrepente el alivio llegó, le quitaron al vampiro de encima de grotesca forma salpicandole la sangre, obligando a la vampiresa a cerrar los ojos para no empapar sus claros ores de sangre, alzó la vista observando el semblante del vampiro que reclamó su torpeza haciendo alusión a que se le escapó la pieza por culpa de ella, Arikel frunció el ceño y se acarició el cuello observando como este daba la vuelta. -Estoy bien ¿eh?- Dijo con sarcasmo y desdén a la espalda del vampiro como si le recriminase lo poco que se había preocupado de su estado, algo dice que pagaría esa rebeldia por pedir, asi que sin necesidad de nada bajó la aptitud chulesca, sabía que con el vampiro que tenía ante ella esos juegos no funcionaban muy a su pesar.
Eso le frustraba mucho para con el vampiro mientras le seguía de avida forma preguntandose que precio le pondría por haberle hecho perder al cabecilla de todo esto, la joven dejó escapar un suspiro mientras percivia la zona despejada ahora de los vampiros, y más despues de que el milenario vampiro que le acompañaba los haya meado literalmente masacrandoo a la inmensa mayoria.


Arikel se acarcia el cuello consolando la herida que pronto se le cerraría y le observó cuando la sopresa del plural de ese "volvamos al castillo" parecía ser una invitación a ella de que le permitia descubrir su guarida, por una parte se emocionó de cierta forma por la invitación pero andó al lado del vampiro observandole de reojo. -¿compensarlo? ¿como? ha sido sin querer, he matado a muchos, pero no soy tan veterana como tu, no me culpes.- No lo parecía pero en realidad era una extraña forma que tenía la vampirse de pedir disculpas, la joven se quedó observandole con cierta atención mientras le seguía apresurada forma a esa velocidad sobrenatural.


El dia pronto daría paso y había que refugiarse, el castillo de este parecería un buen lugar, pero por una parte temia que el vampiro pudiera estar más enfadado de lo que parecíera aun asi, intentó buscar consuelo en el propio vampiro que tenía delante, le agarró la mano con suavidad acariciandosela con la llemas de los dedos, alzó la vsta para obervar los ojos del vampiro. -Lo siento, no te enfades conmigo.- Se disculpaba, mientras guiaba la mano del vampiro a su melena para que la acariciase, ya que no había nada más en el mudno que la dejase relajada y suave como el que le acariciaran el pelo, la daba un efecto de seguridad y relajación por partes iguales, miró al vampiro con cara de susto, esperando que la compasión le llegue, sin previó aviso abrazó al vampiro, aunque no sabia como este respondería a las atenciones que ella ahora mismo exigia, o al menos trataba de pedirle, aun tenía escalofrios pensando en el primer encuentro, pero por otro lado a ella se sentía a salvo bajo ese yugo que sentía con el vampiro,aunque a veces fuera duro con ella o mostrase decepción, eso último la desesperaba y frustraba.

La mirada de Kenner fue de pocos amigos hacia la muchacha cuando esta se justifico el hecho de que había sido capturada por no ser tan veterana como el inmortal que tenia en frente, esas excusas y otras muchas le habían costado ya en el pasado la vida a muchos vampiros, eso recalcaba el hecho de que Ken superaba con creces la situación de la joven, pero no menciono nada ya que prácticamente su mirada dijo todo por si sola, luego emprendieron la marcha hacia el castillo del mayor.

Ya cerca de la entrada el hombre se detuvo apoyando su bastón en el suelo y acomodando parte de su ropa que había tenido que recuperar luego de a ver exterminado a los vampiros como si fuera un baile nocturno, aunque el reconocía que llevaba tiempo sin hacerse cargo de temas como este con sus propias mano y no diría que no le había gustado para nada, recordaba sus tiempos de mayor actividad cuando constantemente estaba eliminando aquellos que resultaban para el un problema o simplemente habían decidido que podían tratar de engañar al inmortal. Este escucho a la joven como se disculpaba y cuando le abrazo no opuso en ese momento resistencia y conociendo ciertos caprichos de la joven aunque llevaran poco tiempo conociéndose, el inmortal había escudriñado en el interior de su mente y conocía ciertos gustos y actitudes de la joven así que acaricio suavemente sus cabellos mientras la sentía apegada a el.

-Sabes que deberás tu darle caza por a verse escapado y me lo deberás traer vivo hay una cazadora que te ayudara a rastrearlo.

Antes de que ella rechistara o mencionara algo tomo su mentón seperandola un instante de el y la miro a los ojos firmemente mientras acariciaba suavemente sus labios de forma lenta y negaba con la cabeza como haciéndole entender que no aceptaría ninguna oposición por parte de la joven, después de todo ella era la responsable de que el inmortal no hubiera podido terminar su trabajo eliminando al cabecilla de tal intento vanal de imponerse sobre las tierras que no les pertenecían.

Luego de aquellos segundos de silencio donde le mantuvo de forma fija la mirada hacia la joven retiro sus dedos de los labios de la joven aun teniéndola tomada del mentón y besos sus rojos labios suavemente como si ella fuera una humana y sus labios pudieran lastimar los de la joven, para luego dejar su agarre y encaminarse al castillo el cual comenzó a abrir sus puertas para dar acceso al interior.

-Vamos...


Aquello sonaba literalmente como la invitacion del mismo diablo a entrar a su infierno personal, en el interior de aquel castillo oculto en el bosque.

La vampiresa miraba al vampiro, mientras le negó la opción de protestar, lo que hizo que se resignase y asintiese a lo que pedía el vampiro, el maldito siempre hacía que fuera la albina la que diese su brazo a torcer, y eso en parte tenía frustrada a la vampiresa, que fijaba sus claros ojos en los ajenos, mientras finalmente suspiró con resignación. -Cazaré a ese vampiro.- Asegura finalmente para contentar al vampiro, mientras le costó mantenerle la mirada al vampiro, consiguiendo asi que la vampiresa cediera a lo que pedía e incluso se sintiese como fue una tonta neofita mil años atras, más cuando los labios del vampiro se impactaran con los de la vampiresa la tormenta de esta se disipó, cerrando los ojos al notar la suavidad de este, sorprendiendole que la tratara como si fuera humana, la vampiresa mordió el labio inferior del vampiro antes de que se retirarse, antes de girar para continuar el camino hacia el interior de la casa.


La albina le sigue mirando el interior de la enorme casa de el vampiro. Ella aceleró su paso para ponerse al lado del vampiro, para mirar a Kenner. -Tú casa es enorme, nunca he estado en un castillo de esta indole, y menos si pertenece a un vampiro...-Comenta ella mientras se acerca a mirar una de las estatuas tocando esta con cuidado intentando que no sea reñida por el vampiro por tocona, aunque ella sabe como tratar las antiguiedades, su espada más preciada es toda una reliquia, asi que se andará con ojo, para despues observar al vampiro con cierto recelo, y se movio de nuevo hasta su lado.


-¿Por que me has traido a tu casa? yo se que no das puntada sin hilo, algo tramas...quiero saberlo.- Le miró sonriendo maliciosa mientras caminaba a su alredodor como si le estuviera acechando, estaba de buen humor, el vampiro parecía confiar en ella como para meterla en su guarida, la verdad que el decorado de ese lugubre lugar la mantenía ciertamente distraida, viendo las reliquias que ahí habia, para despues pararse frente a él. -Tengo sed.- Naturalmente no se referia a un trago de alcohol o agua, si no que la albina estaba con ansia de beber sangre, mientras ladeó la cabeza con una sonrisa sadica. -¿Quieres saber uno de mis sueños?.- Dijo con cierto tono notablemente picaro.
-Una bañera, alguien colgado por los pies boca abajo, y una guadaña para cortar, y que la sangre gotee como si fuera una ducha...sumergiendo mi cuerpo en sangre.- Se le hacía practicamente la boca agua fantaseando con eso, se frenó mordiendose el labio inferior pensando en eso, si, tenía sed, miró al vampiro, la muñeca, el cuello, las venas por donde iba la sangre, apretó los labios mirando a Kenner.

Las puertas del castillo se abrieron casi por arte de magia de par en par, para que ambos pasaron y se adentraran en la oscuridad del mismo, un castillo que parecía tener por lo menos la impresión de que siempre se encontraría en eterna oscuridad, pero no era tan así ya que algunos mortales residen en el mismo empleados o doncellas del inmortal aunque esa noche en especial no había nadie en el castillo o estaban en otros lugares, el milenario escucho las palabras de la joven mientras continuaba andando por los corredores observando como la misma miraba los objetos antiguos que el tenia colgados en las distintas paredes, mientras este llevaba las manos en los bolsillos de su pantalón girándose dejando destellar sus ojos rojos mientras la miraba.

-Quizas quiero mostrarte el poder que tengo para que lo pienses dos veces si intentas conspirar en mi contra...

Fueron sus palabras mientras sacaba una de sus manos de los bolsillos y al elevarlas mostró sus garras de vampiro, mirándola tranquilamente como si observar sus uñas se hubiera vuelto lo mas importante y luego con estas señalo a la joven peliblanca.

- O simplemente quiero seguir con lo que comencé el primer día que nos conocimos...

Una sonrisa acompaño esas palabras de la joven, mientras le miraba y luego siguió andando mas hacia dentro del castillo, comenzando a bajar por una escalera en espiral, ya faltaban algunos minutos para amanecer así que la vampira, no tenia mucha suerte como par intentar huir de aquel lugar el día recién comenzaba. Este miro de reojo a la joven cuando la escucho hablar sobre su fantasía y se rió levemente.

-Tu deseo es bastante retrograda pequeña, eso era lo que hacían los vampiros en la era romana, solían aprovechar que los humanos en la mayoría de los lugares de roma no valían mas que un par de monedas, eso les permitía comprar gran numero de ellos y luego llenar sus piscinas de sangre humana, usaban esta para bañarse y de paso alimentar a sus neófitos.

Menciono mientras marchaba tranquilamente, ahora se podían escuchar gritos y pedidos de socorro, algunas costumbres aunque pasaran los milenios seguían acompañando al inmortal, este tenia un par de mortales escondidos en sus mazmorras para alimentarse o usarlos para su entretenimiento la mayoría estaba en un trance, pero algunos tenían la fuerza de voluntad para escapar de su estado de espera, pero uno de ellos se logro escapar de su jaula y se encontró de frente con ambos, este palideció al ver a Kenner el dueño del castillo y salio corriendo buscando escapar el miro hacia el costado y estiro su mano hacia el sujeto.

-Todo tuyo pequeña...

Ella podría jugar al gato y al ratón con el mortal en el castillo antes de que este escapara obviamente sino se complicaría.