All began with a mask! | Privado

por **Violante** Sáb Abr 14, 2018 12:35 am

Nobody does matter under the mask!

Los ojos del vampiro se abrieron cuando el crepúsculo dio lugar a la noche. Príncipe fue antes de que lo convirtieran en un bebedor de sangre y príncipe era antes de que su tragedia lo despojara de todo inclusive una parte de su cuerpo. Salió de su escondite diurno, en el sótano de una empresa maquiladora parisina, sólo llevaba unos pantalones, su torso y su único brazo estaban desnudos, observó a la distancia el brazo de porcelana que le habían hecho para que no andara por la ciudad como un manco y suspiró. Violante a lo largo de su vida tanto mortal como la inmortal siempre salió vestido completamente y ni ahora con su desgracia se permitía salir semidesnudo, por eso, se colocó su brazo de porcelana y con mucha pericia se vistió una camisa blanca ya desgastada. Esa noche pensaba hacer lo mismo, su rutina que lo mantenía vivo. Cubriéndose con una capa salió del sótano y se camuflajeó con el entorno de la ciudad nocturna, subió al techo de una casa y parecía volar de casa en casa; hasta que finalmente llegó al lugar donde divisaba un callejón donde Aidara siempre estaba.

Se quedó contemplando el callejón pero ella no estaba allí, el semblante de Violante a penas esperanzado se abrumó; sin embargo, antes de darse la vuelta observó un cartel que anunciaba un baile de máscaras en el Palacio Royal. —Máscaras —susurró Violante y un rubí se asomó en sus ojos que adoptaron un tono rojizo, el cristal que solamente era sangre se deslizó como un río por la mejilla blanca hasta que desembocó en la comisura de los labios tenues del vampiro. Todas las noches pensaba en Aidara y en lo que pudo haber sido sí Tiare no se hubiese cruzado en su camino. Pero hasta esa noche no hubo evocado el recuerdo de su encuentro y no sólo de ella, sino también el de Ainara que fue el principio para la estabilidad del aquel entonces príncipe, presentado ante la sociedad como hermano de Dragoslav a voluntad de su creador y bajo el consentimiento de la reina; la escrupulosa Amanda que alguna vez la deseó como mujer pero al mismo tiempo la odiaba por haber consumido a Dragos a una locura por su amor. No obstante, esa ya era una vieja historia que no valía la pena recordar.

Tenía que asistir, no para integrarse a una sociedad que detestaba; sino para recordar cada momento que pasó como sus dos canarios enjaulados, sus dos amores una destruída por Tiare y otra salvada pero con una incertidumbre de qué fue de ella. Si bien es cierto que Violante diario la observaba, no determinaba más que un dejo de locura en ella, quizá no fue destruída físicamente, consumada por el fuego como Ainara, pero sí mentalmente. Sólo Aidara lo sabía y Violante se hacía a la idea de que nunca lo iba a descubrir. Las galas en el Palacio Royal no iban con las prendas que portaba en ese momento Violante, era por eso que tenía que ir de cacería para conseguirse ropa adecuada. No pasó mucho tiempo para encontrarse a un joven apuesto que sedució precisamente con esa habilidad que nació en él, la seducción. Lo llevó a un callejón desolado y allí le ordenó quitarse toda la ropa, Violante hizo lo mismo y se fue vistiendo con las prendas de gala que llevaba el joven. Mientras lo hacía su brazo derecho, el de porcelana, se zafó de su hombro lo que sobresaltó a Violante porque no tenía un remplazo. Bajo el efecto de la seducción, el joven ayudó a colocar el brazo con firmeza, sujetando bien los arneces pues era evidente que con una sola mano el vampiro no podía instalarse bien el brazo, el joven terminó por vestir a Violante y cuando estuvo finalmente vestido, el vampiro le rompió el cuello con su brazo izquierdo, no podía beber de él y arriesgarse a manchar las ropas, no con su inútil brazo de porcelana.

Dos horas le tomó llegar al Palacio Royal, pero para su apreciación había valido la pena. Cuando bajo de un carruaje que tomó casi saliendo del callejón donde dejó el cadaver, se hizo también de unos guantes con los que cubrió sus manos, especialmente el derecho que mantenía una postura flexionada, su brazo no estaba totalemnte recto pero tampoco formaba un ángulo de 90, sólo tenía una pequeña inclinación que podría ayudarle bastante en esta ocasión sí se presentaba la ocasión de bailar con una jovencita. Todo podía pasar. Haciendo uso de su poder de seducción consiguió ingresar al gran baile de máscaras. Violante que también robó una máscara presentó finalmente un atuendo de traje a gala negro con guantes blancos y su complemento que cubría su rostro negro con piedras rojas en los bordes que se asemejaban a una alas. Caminó de un lado a otro sondeando la mente de los invitados, visualizó mediante la detección de auras a sus iguales, a licántropos y hechiceros compartiendo el mismo lugar con una mayoría de refinados humanos o que aspiraban a hacerlo. Entonces Violante vio la columna donde encontró a Ainara como refugiándose. Al llegar le pareció revivir el momento, la conversación, el baile y finalmente como llegaron a la terraza donde Violante no solamente bebió de sangre por primera vez de ella, sino que se llevó también su virginidad al poseerla toda.

Se apoyó con su brazo izquierdo y consiguió evitar derramar lágrimas, no quería provocar un escandolo con el hombre que llora sangre, o al menos hacía lo mirarían los mortales que desconocen ese mundo terrenal que confabula con el de los seres sobrenaturales, los monstruos. Recargarse en la columna era una descortesía, pero si podía quedarse junto a ella mientras su cuerpo reproducía las caricias que le proporcionaba Ainara, los besos y en sus ojos observaba una proyección de él y ella bailando. —Yo voy a liberarte de tu jaula mi hermosa canario –escuchó decir aquel príncipe a la rubia que estaba totalmente enajenada por la seducción que hubo aplicado al principio, pero que más tarde disolvió para saber si lo que sentía podía ser reciproco y verdadero, no impulsado por él. Cerró un instante sus ojos y observó ahora las decenas de personas bailando, otras tantas hablando y ya no estaba el príncipe Vilhjámur ni Ainara Betancourt. Con la imagen del simple baile se quedó Violante, pensando en si sería buena idea continuar allí o mejor marcharse.

_____________________________________________________________________________________

CODE BY NIGEL QUARTERMANE

por **Nereza** Vie Mayo 18, 2018 9:05 am

Los últimos rayos de sol se escapan hacia a lo lejos, el atardecer muere de a poco para dar paso a la noche, su noche. Para ella, la noche es lo único que la hace sentirse bien ahora, antes, la música tenía ese sentimiento, su violín, ahora perdido, la hacía elevarse por el cielo, ahora no necesita eso, solo dar un salto desde alguna edificación para navegar las corrientes de aire que los llevan a todos lados.

Desde que llego del vaticano hace unas noches, se ha pasado deambulando, bebiendo sangre de aquí y de allá, dejando algunas víctimas incautas en sus camas, hombres en su mayoría, que creía haber encontrado a una belleza exótica entre los callejones y, para su sorpresa, no les cobraría un centavo por tener mediocre sexo, no esperaban que el cobro fuera la vida. Incluso en estos momentos, con su cuerpo desnudo viendo a la ventana esos últimos rayos de sol que apenas le queman la piel, un dolor que está dispuesto a vivir, ella ha dejado a un hombre desnudo desangrándose entre sábanas blancas.

Camina por la habitación en sus pies descalzos, buscando su vestido, el cual tuvo la idea fabulosa de dejar en una de las sillas, no se molestaría en permitir que el, ahora cadáver, le hubiera hecho algún daño, lo necesita para esta noche.

Su cuerpo se va cubriendo con cada prenda, el vestido rojo con encajes, los guantes, el peinado, las diademas, joyas, todo para parecer lo mas cercano a una mujer de sociedad y no lo que es en verdad, una soldado.

El vaticano siempre ha sabido de lo infestada que esta de la ciudad de las criaturas de la noche, grupo del que también forma parte, y ella sigue las indicaciones que sus jefes de facción le dan.

Antes había estado en la Nueva España, le recordaba un poco a su hogar, había visto y aprendido costumbres de lo que antes considerábamos el nuevo mundo y ahora es tan viejo que los esclavos ya tienen nietos. Nereza termina de arreglarse delicadamente, para darle un beso en la espalda al hombre muerto, recordando lo bien que sabia su piel, de seguro tenia sirvientes que la hidrataban por el todos los días.

Por suerte, el edificio, curiosamente, esta muy cerca de su destino, una fiesta de máscaras en el Royal. Conseguir invitación fue fácil, la iglesia, aunque lo niegue el gobierno, tiene el poder para mover cada una de las necesidades de los hombres.
La entrada lujosa la hace recordar su vida de dinero, al lado de sus padres y de esa amor imposible, aunque era un decir. De inmediato puede ver la presencia de lo que busca, pecadores al cielo en forma de hechiceros, vampiros, cambiaformas, licanos, le encantaría terminar con todos de un solo movimiento, tomar su espada y cortar sus cabezas de un tajo, pero no está aquí por ello.

Ella es un soldado, le dicen a donde tiene que ir y ella va, no tiene que leer libros como los bibliotecarios o reunir información como los espías, ella solo escucha “golpea ahí” y ella lo hace, es más sencillo. En el palacio justo en esta fiesta, hay un vampiro en particular, aquel que tiene que asesinar, no le importa porque el vaticano no quiere matar, todavía, al resto, ella solo viene por uno aquí.

Una mano le ofrece una máscara marcada con su nombre “Nereza”. Sonríe al recibirla, una hermosa estructura de porcelana con arreglos rojos y dorados, en combinación perfecta con su vestido del mismo tono, sus líderes de facción sabe cómo se viste y su amor por el color de la sangre.

La condena mira alrededor antes de cubrir su rostro, buscando su objetivo en la multitud, un siempre guiño debería de encontrarlo, debería de tener un combate esta noche, eso le encanta.

All began with a mask! | Privado

All began with a mask! | Privado

Re: All began with a mask! | Privado