Clarke - Huntress.

PSICOLOGÍA

Es una luchadora nata y, aunque no lo fuera, ha sido entrenada para ello desde la tierna infancia. Su carácter es fuerte y aunque sabe acatar órdenes de aquellos a quienes considera merecen su respeto, no por ello deja de ser obstinada y discutir cuando está convencida de tener la razón. Sin embargo, reconoce sus errores y se disculpa por ellos si es necesario, aunque no de manera verbal, sino con actos.

Es leal a su pueblo y una buena amiga. Defenderá lo que crea correcto en todo momento, aunque eso implique ir en contra de su fe. Desea ser una buena líder algún día para los suyos y por ello antepone a los demás a sí misma.

Es muy madura para su edad, debido al modo en que se ven obligadas a vivir todas las mujeres en su aldea matriarcal.

HISTORIA

Clarke nació en las tierras más al norte de Akershus. Ella pertenece a una orden de mujeres guerreras que se dedican a la caza de seres sobrenaturales. Viven en un asentamiento alejado, enclavado en el valle que se oculta tras las montañas más inaccesibles de la zona.

Años atrás, el poblado se fue quedando sin hombres, todos marchaban a la guerra y nunca regresaban, lo que instó a las mujeres a hacer frente a las labores de la tierra, aprender a defenderse y a ser autosuficientes. Su madre es la hermana de aquella que se erigió como la cabecilla de dicho poblado y todas aquellas mujeres capaces de empuñar un arma fueron entrenadas con la misma dureza que cualquier soldado perteneciente al ejército noruego. Durante mucho tiempo, su hogar fue seguro, defendido sin cesar con uñas y dientes por las guerreras en las que se habían convertido, pero cuando la gran guerra estalló, esta llamó también a las puertas de sus hogares.

La guerra les demostró que, a pesar de ser buenas en el combate, solas no podían hacer frente a los ataques y que necesitaban ayuda. Durante años, Matcheld, la cabecilla del lugar, había mantenido correspondencia con el conde Cannif, un hombre que luchaba por su pueblo y que no negó socorrer a quien le necesitaba en un momento de guerra cruenta. Así que con algunos de sus hombres se dirigieron al valle y juntos, tras varias semanas de asedio, lograron hacer recular al enemigo. De ese modo se formaba una alianza entre los rebeldes y las guerreras. Durante una noche de borrachera por la celebración de los acontecimientos, hombres y mujeres yacieron y, nueve meses después de que se marchasen los héroes, nacieron varios niños y niñas, criados por sus madres, ayudándose las unas a las otras.

Ella creció siendo una más del pueblo, sin privilegios, todos allí aprendían del mismo modo y tenían los mismos derechos. Debían madurar pronto, crecer y hacerse adultos antes de la cuenta. La guerra estaba siempre al acecho y no podían confiarse. Eso les robó la infancia en cierto modo y les obligó a todos a convertirse en hombres y mujeres demasiado temprano.

Clarke es inteligente, estratega y, aunque se le da muy bien trabajar en solitario, también es buena líder de grupo y, su mayor deseo es, algún día, liderar a su pueblo. No es la hija de la cabecilla, pero allí las cosas no se deciden por herencia, sino por méritos propios y batallas ganadas. Un líder debe demostrar merecer ese honor y ganarse el respeto y la confianza de sus seguidores.