AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Black birds do fight each other // Privado Raven
2 participantes
Página 1 de 1.
Black birds do fight each other // Privado Raven
El contrincante la observaba como si ella fuera simple carnaza. Qué equivocado estaba aquel tipo si creía que, por ser una mujer, tenía las de ganar y encima con facilidad. Magpie sonrió de medio lado antes de pasarse la lengua por uno de sus caninos en tamaño humano. De quererlo, podría convertir una de sus manos en garra y arrancarle de cuajo la yugular a aquel engreído, ¿pero qué diversión habría en terminar tan pronto con el juego? No, quería disfrutar, hacerle creer que podía vencer y cuando se confiara, someterle de manera brutal y humillante frente al corro de sudorosos hombres corruptos y adinerados que les rodeaban en la arena de aquel gigantesco sótano.
Se desplazó lateralmente con los brazos ligeramente arqueados. Sus dedos se cerraban entorno a los vendajes que aprisionaban las heridas leves de sus palmas nudillos. Tenía un ojo amoratado, la ceja partida e incluso le faltaba un pequeño trozo de oreja. No, no se había ganado aquellos recientes recuerdos en el ring, sino en la cama con aquel que observaba la escena desde el otro lado de las vallas de contención. Raven analizaba cada movimiento de la urraca, sin perder detalle ni borrar la sonrisa de sus cortados labios.
La muchedumbre perdía la paciencia y comenzaron a gritar y clamar por el derramamiento de sangre. El hombre se abalanzó contra la pelirroja y esta esquivó su ataque con rapidez, mas no se apartó, sino que de un salto se le colgó de la espalda como un mono y fue directa a hincarle los dientes en el hombro, de donde arrancó un trozo de carne del primer tirón, escupiéndolo a la multitud y sonriendo, mostrando sus dientes enrojecidos y chorreantes. -¿Queréis otro souvenir?- Preguntó entre risas y saltó de nuevo hacia atrás, dejando que el quejica lloriqueara por los actos de la perra que acababa de morderlo. -Creo que no tengo la rabia, pero... conmigo nunca se sabe.- Se relamió, tragando hasta la última gota de sangre.
De nuevo el tipo arremetió, lleno de cólera, llamándola loca. Esta vez Magpie no se movió y el hombre la agarró por la cintura y la estampó violentamente contra los tablones que limitaban la arena. Su espalda crujió y sus pulmones, durante unas fracciones de segundo, colapsaron. Todo quedó en silencio, hasta que una profunda bocanada de aire lo rompió y de aquellos párpados cerrados, emergieron unos orbes dorados como el mismísimo sol. Tosió, palpándose la zona de las costillas por encima de las lumbares y ella misma se empotró de lado contra la valla al colocarse de nuevo el hombro dislocado en su sitio. -Game over, mon amie.- Pronunció con la voz ligeramente ronca al levantarse y arremetió hacia el contrario que, a su vez, corría hacia ella. No chocaron, porque ella se agachó hasta hincar las rodillas en el suelo y derrapó, colándose por el hueco de las piernas ajenas. Giró justo pasar la cabeza y se impulsó con el pie izquierdo para embestirle desde atrás, sujetándole las muñecas para obligarle a ceder, encorvándose y así le estrelló contra la valla, rompiéndole el cuello. El mastodonte cayó tendido en el suelo, levantando polvo. Magpie se incorporó, subiéndose de pie sobre los omóplatos del muerto y alzó los puños victoriosa. El clamor estalló de nuevo y de un salto, pasó por encima de los tablones cayendo encima del macho Blackbird para comerle la boca. Ese era el principio de su premio.
Se desplazó lateralmente con los brazos ligeramente arqueados. Sus dedos se cerraban entorno a los vendajes que aprisionaban las heridas leves de sus palmas nudillos. Tenía un ojo amoratado, la ceja partida e incluso le faltaba un pequeño trozo de oreja. No, no se había ganado aquellos recientes recuerdos en el ring, sino en la cama con aquel que observaba la escena desde el otro lado de las vallas de contención. Raven analizaba cada movimiento de la urraca, sin perder detalle ni borrar la sonrisa de sus cortados labios.
La muchedumbre perdía la paciencia y comenzaron a gritar y clamar por el derramamiento de sangre. El hombre se abalanzó contra la pelirroja y esta esquivó su ataque con rapidez, mas no se apartó, sino que de un salto se le colgó de la espalda como un mono y fue directa a hincarle los dientes en el hombro, de donde arrancó un trozo de carne del primer tirón, escupiéndolo a la multitud y sonriendo, mostrando sus dientes enrojecidos y chorreantes. -¿Queréis otro souvenir?- Preguntó entre risas y saltó de nuevo hacia atrás, dejando que el quejica lloriqueara por los actos de la perra que acababa de morderlo. -Creo que no tengo la rabia, pero... conmigo nunca se sabe.- Se relamió, tragando hasta la última gota de sangre.
De nuevo el tipo arremetió, lleno de cólera, llamándola loca. Esta vez Magpie no se movió y el hombre la agarró por la cintura y la estampó violentamente contra los tablones que limitaban la arena. Su espalda crujió y sus pulmones, durante unas fracciones de segundo, colapsaron. Todo quedó en silencio, hasta que una profunda bocanada de aire lo rompió y de aquellos párpados cerrados, emergieron unos orbes dorados como el mismísimo sol. Tosió, palpándose la zona de las costillas por encima de las lumbares y ella misma se empotró de lado contra la valla al colocarse de nuevo el hombro dislocado en su sitio. -Game over, mon amie.- Pronunció con la voz ligeramente ronca al levantarse y arremetió hacia el contrario que, a su vez, corría hacia ella. No chocaron, porque ella se agachó hasta hincar las rodillas en el suelo y derrapó, colándose por el hueco de las piernas ajenas. Giró justo pasar la cabeza y se impulsó con el pie izquierdo para embestirle desde atrás, sujetándole las muñecas para obligarle a ceder, encorvándose y así le estrelló contra la valla, rompiéndole el cuello. El mastodonte cayó tendido en el suelo, levantando polvo. Magpie se incorporó, subiéndose de pie sobre los omóplatos del muerto y alzó los puños victoriosa. El clamor estalló de nuevo y de un salto, pasó por encima de los tablones cayendo encima del macho Blackbird para comerle la boca. Ese era el principio de su premio.
Última edición por Magpie Blackbird el Sáb Jun 16, 2018 2:56 pm, editado 1 vez
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
En la arena, en algún lugar bajo París.
Raven no perdía detalle de la magullada chica que luchaba en la arena de la forma mas violenta que se pudiese caber e imaginar dentro de una cabeza humana. Recordaba a la perfección la exquisita violencia que habían llevado a cabo minutos antes, pues, normalmente, follaban antes de cada actuación, antes de cada guerra, tenían la suya propia. Raven aún recordaba como era ella la que le pedía aquellas salvajadas, como le pedía que le amoratara y que le hiciera todo el daño físico que pudiese infringirle sin matarla, mientras llevaban a cabo sus juegos de cama. Aquello, entre otras cosas, enamoraron pérdidamente a su primo, quien era suyo y de ninguna otra.
El joven grajo sonreía con cada desliz sangriento que la urraca ejercía. -¡Claro que queremos un Souvenir! ¿Quien coño no quiere una oreja chorreante de sangre? Oh vamos.. no seáis aguafiestas, público de mierda. ¿Nunca os han arrancado un trozo de oreja mientras follais como bestias? Cuánto habéis de aprender.. -Vociferó el showman sonriendo, y animando al público de un modo, u otro. Se rió a carcajadas cuando su prima dijo lo de la rabia, pues él sabía que tenía razón, él mismo se la transmitió. Miró hacia uno de los laterales, donde la gente parecía no ser igual.. a los demás, si no, mas elegantes, como un corro alrededor de una preciosa mujer pelirroja, una diosa, pensó aquél cuervo.
Antes de poder seguir contemplando a aquella madre de cuervos, la boca de su prima clamaba su atención. Le devolvió el beso con fuerza, delante de todos empezó a meterle mano, sacándole las tetas, ambas. -¿Que os parece? ¿No es lo mas hermoso que habeis visto en vuestra vida? -Uno de los hombres intentó alcanzar a tocarle los pechos a Magpie, pero la dentellada que lanzó Raven, dejó al instante sin brazo al agresor, llenando de sangre todo el cuerpo de la chica. Lo siguiente fue, como la mayoría de la arena apaleaba violentamente y sin un ápice de minia moral, a quien intentó aquellas enormes tetas tocar.
Mientras el tío era apaleado, vejado e incluso meado y humillado por la muchedumbre (Aunque no toda), Raven le comía los pezones a su prima, sobretodo haciendo hincapié en los piercings que los adornaban. -Has estado fabulosa, mi reina. -Le decía, mientras más y más la desnudaba. Agarrándola del pelo sin respeto ninguno, le escupió en la cara y casi arrancándole unos mechones, la hizo ponerse de rodillas. Con la zurda, el cuervo se sacó su trozo de carne, duro e izado, preparado para ser limpiado. -Tu premio, perrita mía. Lo que toda mujer y hombre desea. Un trozo de Raven. Intenta dar un espectáculo que no olviden, mi preciosa prima.
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
El olor a sangre la excitaba, algo que el cuervo sabía a la perfección. Si fueran dos aves, a pesar de sus nombres, se comportarían más como buitres, devorando los cadáveres que, ellos mismos, dejaran a su paso. Aferrada a la cintura ajena con las piernas, tensó los brazos para que su torso se irguiera y distanciara del cuerpo foráneo, dejando así suficiente espacio como para que Raven disfrutara de sus tetas redondeadas y turgentes. Sonrió orgullosa al escuchar el modo en el que su primo la describía, aunque ella ya sabía que era una mujer atractiva, pero los halagos descarados del macho Blackbird eran, siempre, música para sus oídos.
Vio acercarse la mano del desconocido y elevó el labio superior, mostrando los dientes, aunque su compañero fue mucho más evidente al decir que lo suyo no se tocaba, arrancándole de cuajo el brazo al tipo. La sangre salpicó sus pechos y una linfa se escurrió por el canalillo hasta su ombligo. -Límpiame.- El tono fue seco, pero la mirada dorada e intensa de la loba, dejaba claro que estaba sumamente cachonda. Se dominaban continuamente, formaba parte de su juego. Era algo recíproco, se respetaban, pero no dudaban en vejarse el uno al otro con tal de pasarlo bien y disfrutar al máximo. Notaba la humedad del lugar calar en ella con cada pieza de ropa que el contrario le quitaba.
Se bajó de un salto, arrodillándose en el suelo sin dudarlo. Con ambas manos recorrió los muslos del cuervo, subiendo hasta aferrarse a su musculado culo. Abrió la boca, sacando su larga y ancha lengua a la espera de aquella ominosa y jugosa verga. Ese hombre era suyo y al igual que había hecho Raven con aquel capullo, si alguna tía osaba ponerle una mano encima, la destrozaría, le sacaría las tripas por la boca y con ellas le haría una bonita pajarita de sangre y vísceras.
-Lo que todos desean y sólo yo puedo tener.- Confirmó, engullendo de inmediato el grueso trozo de carne pulsante y duro. Empujó con la cabeza hasta que los labios tocaron los testículos y la zona púbica, y el capullo de dilató el principio de la garganta. Estaba acostumbrada y las arcadas le importaban una mierda, así que tragó, chupando con ganas, haciendo ruido y acumulando saliva que se escurría por las comisuras de su boca. Las miradas se centraban en ellos, ya casi nadie se fijaba en el tipo destrozado y empapado en orines de la arena. Ellos estaban dando un mejor espectáculo. Soltó el trasero del macho para llevar ambas a envolver sus propias tetas, apretándolas en un masaje insistente, pellizcándose los pezones, tirando y retorciendo los piercings. El dolor la ponía muy bruta y lo demostraba moviendo las caderas, ansiosa y tragándose la polla del cuervo con insistencia. Les encantaba tener público, espectadores que les vitoreasen, aunque ahora estaban todos callados, excepto por sus jadeos pesados, las respiraciones excitadas. No podían tocarla, pero Raven no les había prohibido que se pajearan con la escena.
Vio acercarse la mano del desconocido y elevó el labio superior, mostrando los dientes, aunque su compañero fue mucho más evidente al decir que lo suyo no se tocaba, arrancándole de cuajo el brazo al tipo. La sangre salpicó sus pechos y una linfa se escurrió por el canalillo hasta su ombligo. -Límpiame.- El tono fue seco, pero la mirada dorada e intensa de la loba, dejaba claro que estaba sumamente cachonda. Se dominaban continuamente, formaba parte de su juego. Era algo recíproco, se respetaban, pero no dudaban en vejarse el uno al otro con tal de pasarlo bien y disfrutar al máximo. Notaba la humedad del lugar calar en ella con cada pieza de ropa que el contrario le quitaba.
Se bajó de un salto, arrodillándose en el suelo sin dudarlo. Con ambas manos recorrió los muslos del cuervo, subiendo hasta aferrarse a su musculado culo. Abrió la boca, sacando su larga y ancha lengua a la espera de aquella ominosa y jugosa verga. Ese hombre era suyo y al igual que había hecho Raven con aquel capullo, si alguna tía osaba ponerle una mano encima, la destrozaría, le sacaría las tripas por la boca y con ellas le haría una bonita pajarita de sangre y vísceras.
-Lo que todos desean y sólo yo puedo tener.- Confirmó, engullendo de inmediato el grueso trozo de carne pulsante y duro. Empujó con la cabeza hasta que los labios tocaron los testículos y la zona púbica, y el capullo de dilató el principio de la garganta. Estaba acostumbrada y las arcadas le importaban una mierda, así que tragó, chupando con ganas, haciendo ruido y acumulando saliva que se escurría por las comisuras de su boca. Las miradas se centraban en ellos, ya casi nadie se fijaba en el tipo destrozado y empapado en orines de la arena. Ellos estaban dando un mejor espectáculo. Soltó el trasero del macho para llevar ambas a envolver sus propias tetas, apretándolas en un masaje insistente, pellizcándose los pezones, tirando y retorciendo los piercings. El dolor la ponía muy bruta y lo demostraba moviendo las caderas, ansiosa y tragándose la polla del cuervo con insistencia. Les encantaba tener público, espectadores que les vitoreasen, aunque ahora estaban todos callados, excepto por sus jadeos pesados, las respiraciones excitadas. No podían tocarla, pero Raven no les había prohibido que se pajearan con la escena.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
No había impedido que se tocasen, si bien eso era cierto puesto que varios de los presentes ya estaban masturbándose dentro del pantalón. La mirada dorada del cuervo bañaba las demás miradas, eso quería decir que, quien osara manchar a la urraca, se las vería con él. Disfrutaba y gemía mientras su prima le hacía aquella tremenda limpieza de sable, pronto aquél trozo de carne quedaría tan reluciente como las secretas cámaras de oro de la Reina. Empezaron los tambores a sonar, aquellos tambores que hacían sonar cuando un combate en la arena estaba a punto de empezar.
Al mismo tiempo y tirando fuertemente del cabello rubio de su compañera sexual, hizo que se sacara su miembro de la boca, ella seguía lamiéndolo con la punta y sonriendo como la mayor de las rameras que hubiese allí abajo con la única diferencia de que ella ya disfrutaba de pertenecer al mejor macho que podría tener: Raven Blackbird. -¡Raaaven! -¡Raa-aaaven! -¡Raaaaven! -Comenzaban a vitorear como si fuera una ola, una descarga de menor a más. Blackbird sonrió de medio lado, cogiendo esta vez por el cuello a la urraca, levantándola a centímetros del cuello hasta comenzar a estrangularla, llevándola de ese modo al centro de la ilegal y clandestina arena, sin dejar de mirar a aquella pelirroja que había y que llamaba su atención fuertemente, la cual se levantó parar mirar mas detenidamente el siguiente paso del joven grajo, sonriendo de medio lado, sopesando la situación. -Muéstramelo, Raven. -Dijo aquella madre de cuervos. Él lo escuchó, mientras dejaba totalmente desnuda con una mano a su prima, como quien le quita la piel a una vaca. La dejó en el suelo mientras ella tosía, lamiéndole el canalillo tal y como ella le ordenó.
Se tumbó encima de ella, clavándole el trozo de carne hasta las mismísimas entrañas y mas allá, mirando a quien le había hablado, sonriendo cinicamente. -Raven no. ...Raaaaaaaaaaaaaven. No lo olvides, Madre cuervo. -Giró la vista a su prima, mordiendole el labio inferior hasta hacerle casi sangrar, metiendo su lengua hasta la garganta a la misma vez que volvía a penetrarla. Se separó sin dejar de embestirla, admirando el hilo de saliva que ahora unía ambas sinhueso. Se rió. -Ya lo sabes, putita mía, Raven lo hace todo…. Con estilo. -Y así fue, sacó una de sus espadas gemelas apostadas a su espalda, clavándola en el suelo a milímetros de la oreja restante de Magpie. Con la otra espada, simplemente la hacía girar sobre si misma, sobre su muñeca, mas y más rapido, buscando el calor del publico. Cuanto mas rápido giraba la espada, mas fuerte la penetraba. -¡Raaaven! ¡Raaaven! ¡Raaaven!
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
El eco de los tambores pronto fue acompañado por vítores, por voces que clamaban que Raven tomara la arena e iniciara una pelea, una batalla digna de aquel ring clandestino, mas una lucha distinta a las habituales, aunque no por ello menos encarnizada. El cuervo, sujetándola del pelo con firmeza sin la menor pizca de delicadeza, la obligó a dejar de disfrutar aquello que tanto le gustaba para saltar al otro lado de la valla, seguida por él. Los dos estaban ya dentro del gran círculo con todas las miradas fijas en sus acciones. Mas solamente unos ojos eran capaces de captar la atención de las dos aves negras desde fuera del vallado y esos eran los heladores orbes azules de Envidia Blackbird. Ella era la que controlaba las peleas clandestinas, la diosa del lugar y, además, su tía.
Bajo mandato de la madre de cuervos, Magpie acabó tumbada en el suelo, desnuda completamente, con la piernas abiertas, flexionadas y los pies en el aire, aguardando la llegada de lo que más ansiaba, la estocada primera, no la de gracia que mataba al toro moribundo, sino aquella que daría inicio a una follada perfecta, salvaje y sangrienta. Y su primo no se hizo de rogar, la ensartó de un solo golpe, hasta el fondo, haciendo chocar sus caderas con las nalgas de la hembra que, con el impacto se desplazó varios centímetros por la arena, raspándose la piel de la espalda sin ninguna queja. Pero sí gimió con ganas, relamiéndose, invitando a que el ave negra le metiera la lengua hasta el gaznate, hurgando en su boca, entrelazándose con la propia, batallando entre mordidas y tirones. Sorbió sonoramente aquel grueso hilo de saliva que quedó uniendo ambas bocas y sonrió entre jadeos a las palabras dichas por Raven.
Se estremeció llena de excitación cuando la espada se clavó junto a su rostro, rozándole la ternilla de la oreja, dejando un ínfimo corte por el que notó brotar una diminuta gota de sangre. Sus orbes, dorados, centellearon, aferrando con sus piernas la cintura ajena, acompañó su ritmo, al tiempo en que le aprisionaba para que no dejara de follársela con virulencia y deseo. -Hazme daño...- Le pidió, no como una orden, sino como una súplica, como un ruego. Su voz sonó más baja de lo normal, de modo que sólo el macho que la empotraba contra el suelo fuera capaz de oírla, además del fino oído de su tía. Melosa, convincente, expectante. Ansiaba que la penetrara con fuerza y que la hiciera pedazos, que la mordiera, que la desgarrara por dentro y por fuera. Era suya, y Magpie le parecería perfecto incluso si quería comérsela.
Bajo mandato de la madre de cuervos, Magpie acabó tumbada en el suelo, desnuda completamente, con la piernas abiertas, flexionadas y los pies en el aire, aguardando la llegada de lo que más ansiaba, la estocada primera, no la de gracia que mataba al toro moribundo, sino aquella que daría inicio a una follada perfecta, salvaje y sangrienta. Y su primo no se hizo de rogar, la ensartó de un solo golpe, hasta el fondo, haciendo chocar sus caderas con las nalgas de la hembra que, con el impacto se desplazó varios centímetros por la arena, raspándose la piel de la espalda sin ninguna queja. Pero sí gimió con ganas, relamiéndose, invitando a que el ave negra le metiera la lengua hasta el gaznate, hurgando en su boca, entrelazándose con la propia, batallando entre mordidas y tirones. Sorbió sonoramente aquel grueso hilo de saliva que quedó uniendo ambas bocas y sonrió entre jadeos a las palabras dichas por Raven.
Se estremeció llena de excitación cuando la espada se clavó junto a su rostro, rozándole la ternilla de la oreja, dejando un ínfimo corte por el que notó brotar una diminuta gota de sangre. Sus orbes, dorados, centellearon, aferrando con sus piernas la cintura ajena, acompañó su ritmo, al tiempo en que le aprisionaba para que no dejara de follársela con virulencia y deseo. -Hazme daño...- Le pidió, no como una orden, sino como una súplica, como un ruego. Su voz sonó más baja de lo normal, de modo que sólo el macho que la empotraba contra el suelo fuera capaz de oírla, además del fino oído de su tía. Melosa, convincente, expectante. Ansiaba que la penetrara con fuerza y que la hiciera pedazos, que la mordiera, que la desgarrara por dentro y por fuera. Era suya, y Magpie le parecería perfecto incluso si quería comérsela.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
La arena bajo París. 23:09 de la noche.
La súplica de aquella perra con forma de pájaro alentaban al joven Blackbird cada vez más y más mientras la inquisitiva mirada de Envidia Blackbird le animaba a hacerlo con más devoción. Todos gritaban, vitoreaban a los dos gladiadores que luchaban en la arena de una forma muy distinta. Por parte de Raven, la estacó tan fuerte que tuvo que quedarse un rato con la polla metida, pues era como si los própios músculos intimos de Magpie la aprisionaran con fervor para que nunca saliera de aquél albor. La mano izquierda agarró el cuello de la rubia, lo estranguló con violencia y la derecha retorcía uno de los pezones a la vez que aplicaba sendos azotes, virulentos y fuertes, sobre la superficie ovalada y suave que conformaban los dos pechos de la Blackbird hasta dejarlos al rojo vivo dando paso a moratones de dicho color.
Los tambores no cesaban y el movimiento de la follada remitía, primero suave para que no volviese a ponerse tensa y luego dando paso a una violencia y decadencia que en pocos lugares era concebida. La mano que usaba para agarrar su cuello la subió hasta la barbilla de la joven grajo y metió hasta cuatro dedos dentro de la boca, tirando fuertemente de la mandíbula interior haciendo así impulso para mover las caderas y seguir fornicándosela con esmero. Tras aquello, sacó su miembro del cuerpo ajeno, tirándole del pelo la volteó como si fuera una cualquiera, un objeto de la calle, de usar y tirar cuando el quisiera y la puso a cuatro patas sobre la áspera y beis arena que llenaba el suelo del aquella estadía. Aplicó varios azotes alrededor del culo de Magpie y metió dos dedos dentro del recto a la vez que su columna de carne penetró con fuerza por delante. La zurda sacó sus garras de Licántropo, sus cejas se poblaron aún mas de cabellos y su rostro dejó paso a un rostro más animal que humano, su forma Glabro estaba completa. Con las garras, desgarró completamente la espalda de su prima hasta que la sangre llenaba el suelo y las paredes.
Y los pectorales del Rapaz.
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Eran dos lobos, dos animales salvajes, dos monstruos de la naturaleza, dos engendros. Y como tales era que se comportaban. Las peleas en la arena eran sólo la punta del iceberg, aquello que el mundo entero podía ver de aquel par de Blackbirds que, con sus alas negras, eran capaces de cubrir el sol más brillante. La oscuridad que anidaba en ellos era más grande que el eclipse más potente y, aún así, estaban a años luz de Envidia, una de las cabezas de la hidra.
La brusquedad con la que el cuervo se la follaba, era una delicia para la urraca. Las cosas brillantes la atraían y a veces, en mitad del brutal sexo con su macho, se le antojaba comerse aquellos dos orbes con los que la miraba. Estaba segura de que sabrían deliciosos, que no habría manjar más exquisito en el mundo, como los pardos ojos de Raven.
Arqueó la espalda, sintiendo de nuevo los arañazos de las minúsculas piedrecillas que conformaban el ring en el que ahora copulaban. Estaban dando todo un espectáculo y, sin embargo, nadie lo disfrutaba tanto como ellos, los actores. Gimió, relamiéndose lasciva con cada apretón de la mano ajena alrededor de su cuello. El aire no pasaba y su rostro comenzaba a enrojecer, mientras que alrededor de los dedos del lobo su dermis perdía color.
Convulsionó levemente cuando el cerebro notó la falta de oxígeno, pero justo en ese mismo instante, el agarre foráneo aflojó y las yemas subieron hasta sus mandíbula. Abrió bien la boca, primero para dar una bocanada y luego para recibir los dígitos del macho que buscaban follarle la cavidad. Los empapó de saliva entre jadeos, hasta el punto que cuando Raven retiró la mano, gruesos hilos de baba quedaron colgando entre su extremidad y los labios de Magpie.
Dada la vuelta, ahora colocada en cuatro como una perra, sus rodillas clavadas en el suelo, sus manos extendidas con las palmas siendo raspadas. Una acometida tras otra. Sexo incandescente, a punto de arder ambos en llamaradas altas. Los claros iris de la urraca, fijos en los azules hielos de su tía que sin perderse ni un sólo detalle de la escena les observa desde su asiento privilegiado.
La brusquedad con la que el cuervo se la follaba, era una delicia para la urraca. Las cosas brillantes la atraían y a veces, en mitad del brutal sexo con su macho, se le antojaba comerse aquellos dos orbes con los que la miraba. Estaba segura de que sabrían deliciosos, que no habría manjar más exquisito en el mundo, como los pardos ojos de Raven.
Arqueó la espalda, sintiendo de nuevo los arañazos de las minúsculas piedrecillas que conformaban el ring en el que ahora copulaban. Estaban dando todo un espectáculo y, sin embargo, nadie lo disfrutaba tanto como ellos, los actores. Gimió, relamiéndose lasciva con cada apretón de la mano ajena alrededor de su cuello. El aire no pasaba y su rostro comenzaba a enrojecer, mientras que alrededor de los dedos del lobo su dermis perdía color.
Convulsionó levemente cuando el cerebro notó la falta de oxígeno, pero justo en ese mismo instante, el agarre foráneo aflojó y las yemas subieron hasta sus mandíbula. Abrió bien la boca, primero para dar una bocanada y luego para recibir los dígitos del macho que buscaban follarle la cavidad. Los empapó de saliva entre jadeos, hasta el punto que cuando Raven retiró la mano, gruesos hilos de baba quedaron colgando entre su extremidad y los labios de Magpie.
Dada la vuelta, ahora colocada en cuatro como una perra, sus rodillas clavadas en el suelo, sus manos extendidas con las palmas siendo raspadas. Una acometida tras otra. Sexo incandescente, a punto de arder ambos en llamaradas altas. Los claros iris de la urraca, fijos en los azules hielos de su tía que sin perderse ni un sólo detalle de la escena les observa desde su asiento privilegiado.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
La arena bajo París. 23:29 de la noche.
Las embestidas se hacían cada vez mas irascibles, las dentelladas de Raven a la oreja de Magpie eran interminables, sobretodo en el trozo que le faltaba a ésta última de uno de sus frenéticos encuentros sexuales. Los vítores no cesaban al igual que el sudor que recorría la frente del Gladiador hasta adentrarse en los músculos de su espalda hasta desembocar en el suelo, lleno de arena, sangre y sudor de épocas pasadas, presentes y futuras. Agarrando la pelambrera de la Urraca como si fuera una Yegua domada totalmente a su voluntad casi le arrancaba el pelo a jirones. Gruñía, mascullaba y escupía en la fémina espalda, todo a la misma vez.
Mientras la follada no iba más que a más y a más, el suelo comenzó a temblar de forma leve y pausada dando paso a unos extraños dibujos mágicos en éste. Unos dibujos de unos círculos. Los ojos de Raven titilaron durante unos segundos, bajo la forma Glabro su percepción se multiplicaba por 10. Gruñó sin dejar de fornicarse a su prima hasta que la quitó de su miembro dejándola de rodillas ante él. -Parece que nuestra próxima batalla nos espera. -Torció el gesto en el inevitable climas mientras se masturbaba con fervor y ferocidad hasta llenar la boca de Magpie enteramente de su nectar. -Ahora que ya tienes tu fuente de la eterna juventud.. Urraca mía, dejemos claro al Tzimisce que no se interrumpe un polvo de un Ganador como Raaaaaaaaven. -Eso último lo dijo sonriendo, lleno de sudor y con los brazos bien abiertos buscando como siempre, el calor del público en forma de clamo u odio.
Se acercó a uno de sus fans que sujetaba su casco de metal. Mientras se lo ponía, acariciaba la melena de éste y le guiñó el ojo. -Esta victoria es tuya, gracias por sujetar una de mis grandezas. Ja, ja, ja. -De los dibujos mágicos emergieron unas extrañas criaturas parecidas a muertos vivientes que se tambaleaban por que uno de sus brazos era mas largo y no contento con eso, llevaban una espada justo en el brazo largo lo que les hacía no ser equilibrados. Raven se acercó a su prima y miró a su público alzando sus dos Espadas, Hachas, lo que coño fueran. -¡Ya, há! ¡Ja, ja, ja! ¡Ja,já! -Movía sus músculos, sus pectorales, sus bíceps. Todo un espectáculo previo para sus fans y sus “haters”. Era un auténtico payaso.
-¿Ves ese bulto que late sin parar cerca de la garganta? Ahí es donde hay que dar. Es decir, cuando no quieras jugar mas con la presa y no dar mas espectáculo con ese rival en concreto, arráncaselo de cuajo, comételo, follatelo, méate en él, lo que te salga de los malditos ovarios, me da igual. Pero deja claro el mensaje de los Blackbird, Prima. -Le agarró bien el culo mientras que su izquierda empuñaba aquél arma tan.. Singular. Una espada que parecía transformarse en hacha y viceversa. Tenía unas runas grabadas en la hoja que ahora brillaban en tonalidades violáceas. -Empieza tu el combate, tuyo es el honor, muñeca mía. Yo me encargo de vender la situación. -Y es que él era un experto en eso. En eso se basaba su carisma. Se dio de nuevo la vuelta hacia el publico, y con su arma se hizo una buena herida en mitad de los pectorales para comenzar a sangrar, habiendo abandonado ya su forma Glabro. -¡Ja, ja, já! ¿¡QUIEN QUIERE UN TROZO DE RAAAAVEN!? ¡QUIERO OIIIIIROS!
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Raven era una bestia en muchos sentidos, algo que atemorizaría a las remilgadas señoritas parisinas, a las cazadoras engreídas y a las rameras más brutas. Porque no cualquiera podía soportar un sexo como el que ellos tenían y no sólo eso, sino que Magpie lo disfrutaba y no dudaba en incitar a su primo a lastimarla cuanto quisiera, eso a ella la excitaba sobremanera. Cada mordisco, tirón de pelo y arañazo era una muestra de cariño, porque ellos así se trataban. A veces cambiaban las tornas y era la urraca la que sometía al cuervo, les gustaba jugar con el riesgo.
En cuanto el macho se apartó, ella giró rápidamente sin dejar de hincar las rodillas en el suelo. Se conocían tan bien que sabían lo que haría el otro a continuación sin tener que hablarlo siquiera. Eran puro instinto y no se cortaban ni perdían el tiempo con tonterías más humanas. Así que en aquella posición con el trasero pegado a los tobillos, abrió bien la boca, sacó su lengua perforada y aguardó la caída del chorro de esperma.
Obviamente, ella también había sentido el temblor y aunque sus sentidos no estuvieran más desarrollados al haber mantenido su forma humanizada todo el tiempo, sabía lo que significaba, algo que las palabras de Raven le confirmaron. Se levantó del suelo, desnuda como estaba y se relamió los restos de semen y saliva de la boca. Observó las criaturas y mientras su compañero recuperaba algo de su armadura, ella movió el hombro hasta que crujió, iniciando el cambio. Podría pelear tal y como estaba, pero le apetecía un subidón de adrenalina extra y en su forma de glabro, sentía arder las venas.
En su forma algo alupinada, observó al showman que animaba al público. Le adoraban, aunque muchos también le odiaban. Era normal, cada uno tenía su favorito en la arena y Raven y Magpie eran los malos de la escena. Les gustaba, lo disfrutaban. Especialmente el cuervo que adoraba escenificar siempre sus peleas.
En cuanto el macho se apartó, ella giró rápidamente sin dejar de hincar las rodillas en el suelo. Se conocían tan bien que sabían lo que haría el otro a continuación sin tener que hablarlo siquiera. Eran puro instinto y no se cortaban ni perdían el tiempo con tonterías más humanas. Así que en aquella posición con el trasero pegado a los tobillos, abrió bien la boca, sacó su lengua perforada y aguardó la caída del chorro de esperma.
Obviamente, ella también había sentido el temblor y aunque sus sentidos no estuvieran más desarrollados al haber mantenido su forma humanizada todo el tiempo, sabía lo que significaba, algo que las palabras de Raven le confirmaron. Se levantó del suelo, desnuda como estaba y se relamió los restos de semen y saliva de la boca. Observó las criaturas y mientras su compañero recuperaba algo de su armadura, ella movió el hombro hasta que crujió, iniciando el cambio. Podría pelear tal y como estaba, pero le apetecía un subidón de adrenalina extra y en su forma de glabro, sentía arder las venas.
En su forma algo alupinada, observó al showman que animaba al público. Le adoraban, aunque muchos también le odiaban. Era normal, cada uno tenía su favorito en la arena y Raven y Magpie eran los malos de la escena. Les gustaba, lo disfrutaban. Especialmente el cuervo que adoraba escenificar siempre sus peleas.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
La arena bajo París. 23:39 de la noche.
Los tambores volvían a sonar con más energía que antes si eso era posible, junto a los gritos de todos que además lo hacían acorde y al ritmo de los tambores creando así una banda sonora ideal para el combate que van a presenciar. Mientras Magpie comenzaba su exhibición animal y desnuda contra los primeros de ellos, Raven abría los brazos, también desnudo a excepción del casco y un guante, el derecho que además le cubría hasta el codo, una clara referencia a los gladiadores de antaño en Grecia. Hacía palmas con los brazos animando al público a hacer dichas palmas junto a los gritos y los tambores. -¡Ja,já! ¡Ja, ja, ja! ¡Si! ¡Si! ¡SIIIIIIII! ¿Queréis sangre? ¡NO OS OIGO, PEDAZOS DE ESCORIA! -el gentío gritaba totalmente emocionado, y el tatuaje que recorría media espalda de Raven comenzó a brillar por ésto. Estaba completamente excitado.
De modo que lanzó la espada-hacha que empuñaba en una mano contra una de las criaturas engendradas del Tzimisce, un tipo de Vampiro que se especializa en poderes de moldear la carne a su antojo hasta el hecho de poder crear criaturas de ese modo. El arma se clavó en la cabeza de uno y acto seguido Raven pegó un atlético salto con las piernas juntas cayendo con los pies en el pecho de su enemigo reventando su pecho y espalda en el mismo instante que éste chocó contra el suelo, dejando un amasijo de carne huesos y sangre esparcidos por el suelo de forma aleatoria. Otro enemigo le venía por la izquierda, Raven, con una sonrisa dibujada en su rostro manchado de la sangre de sus enemigos le observó. -Hola, amigo. -Con las garras sacadas metió su mano directamente en el pecho de la criatura de carne y fue hacia arriba hasta dar con el punto débil de éstos, agarró ese órgano mirando a las personas que se volvían cada vez mas locas. Había mujeres que incluso mostraban sus pechos vapuleantes de pura excitación.
Tiró con fuerza y despiezó directamente, arrancando el órgano y alzando el brazo. -¡Ja,já! ¡Ja, ja, ja! ¡Siiiiii! -Se lo llevó a la boca y lo mordió, masticando y tragando aquella carne, manchándose todo de sangre. Volvió a saltar, hacia donde estaban todos aglomerados junto a Magpie a la que agarró el culo antes de agarrar a uno de los enemigos de ambos brazos, tirando de cada extremo hasta partirlo por la mitad desparramando las tripas y costillas por el lugar mientras el artífice de todo, esperaba pacientemente al momento adecuado para entablar combate directo, puesto que ellos eran dos y el solamente uno.
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
El crujir de los huesos de la loba se perdió entre el griterío de la gente y los ánimos de Raven que, excitado al máximo, daba palmas e incitaba al público a clamar sangre. El perfecto rostro de la urraca dio paso a un hocico alargado, unas orejas puntiagudas y unos orbes ambarinos que refulgían como el oro líquido. Apoyada en los fuertes cuartos traseros de piernas ligeramente flexionadas debido al cambio de su anatomía que ahora era más animal que humana, arrugó el belfo superior, mostrando unos gruesos y afilados colmillos cubiertos de saliva y una lengua entre rosácea y morada, larga, ancha y ligeramente áspera que asomaba un poco entre los colmillos de la mandíbula inferior y que oscilaba con cada jadeo.
Había varios engendros en la arena, surgían del suelo como si fueran malditas setas. Magpie sonrió, porque los licanos podían hacerlo, pues eran mucho más que simples lobos o perros. Y ella era retorcida, su mente lo era, su personalidad, sus actos. Era sádica de nacimiento y masoquista desde su encuentro con el cuervo. Los placeres que había descubierto junto a aquel hombre eran muchos y los dos más grandes eran el sexo y matar en el ring. En vez de abalanzarse, esperó a que la primera criatura se le acercara y de un mordisco voraz y desmedido, le arrancó de cuajo el brazo largo, haciendo que el ser perdiera el equilibrio del todo, yéndose hacia un lado. La urraca se dejó caer a cuatro patas y mientras aquel engendro, igual que una cucaracha, intentaba ponerse en pie, empezó a llenarlo de dentelladas como si se lo comiera estando aún vivo, aunque, de vez en cuando, alzaba la cabeza y escupía la carne pútrida a los que gritaban y abucheaban desde las gradas, salpicándoles de sangre y vísceras.
Dejó al ser moribundo, sin inspiración para rematarle y de un salto fue a por el siguiente. De un zarpazo le abrió lo que, aparentemente, era su vientre, pero de allí no salieron tripas, sino un órgano que parecía ser el cerebro. Ella ladeó la cabeza en un gesto lobuno de curiosidad, antes de darle una lamida y arrugar el hocico con asco. Sabía a rayos y del enfado, se dio media vuelta y apartó al engendro de un culazo que lo mandó volando hasta la valla, donde quedó empalado. Había zonas estratégicamente afiladas, estacas dispuestas por todo el cercado, como si con ellas pretendieran mantener controlado al ganado.
Sintió entonces que le agarraban el culo y se giró gruñendo, hasta que vio que era Raven y le dio una lamida en toda la cara, justo antes de que como si de mantequilla se tratara, partiera en dos a otro de los monstruos. Le dio otra lamida cuando se empapó de sangre, aunque de nuevo sintió asco y arrugó el morro, raspándose la lengua con los dientes superiores para deshacerse del mal gusto que tenían aquellas criaturas repugnantes.
Había varios engendros en la arena, surgían del suelo como si fueran malditas setas. Magpie sonrió, porque los licanos podían hacerlo, pues eran mucho más que simples lobos o perros. Y ella era retorcida, su mente lo era, su personalidad, sus actos. Era sádica de nacimiento y masoquista desde su encuentro con el cuervo. Los placeres que había descubierto junto a aquel hombre eran muchos y los dos más grandes eran el sexo y matar en el ring. En vez de abalanzarse, esperó a que la primera criatura se le acercara y de un mordisco voraz y desmedido, le arrancó de cuajo el brazo largo, haciendo que el ser perdiera el equilibrio del todo, yéndose hacia un lado. La urraca se dejó caer a cuatro patas y mientras aquel engendro, igual que una cucaracha, intentaba ponerse en pie, empezó a llenarlo de dentelladas como si se lo comiera estando aún vivo, aunque, de vez en cuando, alzaba la cabeza y escupía la carne pútrida a los que gritaban y abucheaban desde las gradas, salpicándoles de sangre y vísceras.
Dejó al ser moribundo, sin inspiración para rematarle y de un salto fue a por el siguiente. De un zarpazo le abrió lo que, aparentemente, era su vientre, pero de allí no salieron tripas, sino un órgano que parecía ser el cerebro. Ella ladeó la cabeza en un gesto lobuno de curiosidad, antes de darle una lamida y arrugar el hocico con asco. Sabía a rayos y del enfado, se dio media vuelta y apartó al engendro de un culazo que lo mandó volando hasta la valla, donde quedó empalado. Había zonas estratégicamente afiladas, estacas dispuestas por todo el cercado, como si con ellas pretendieran mantener controlado al ganado.
Sintió entonces que le agarraban el culo y se giró gruñendo, hasta que vio que era Raven y le dio una lamida en toda la cara, justo antes de que como si de mantequilla se tratara, partiera en dos a otro de los monstruos. Le dio otra lamida cuando se empapó de sangre, aunque de nuevo sintió asco y arrugó el morro, raspándose la lengua con los dientes superiores para deshacerse del mal gusto que tenían aquellas criaturas repugnantes.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Raven sentía como su compañera en crinos le lamía. -Con que crinos eh.. Buena elección para el espectáculo, putita mía. -Pero él tenía otras cosas en mente. No iba a desperdiciar tanto poder para algo tan enclenque. Ya había sentido varias veces el enorme poder que emanaba Maxwell Blackbird, y no había mejor Tzimisce que él, éste, el que estaba en la arena, escondido en algún lugar no era ni la mitad de la mitad de lo que suponía ser el Padre cuervo en términos de verdadero poder.
Siguió despedazando y arrancando los aparentes corazones de las criaturas hasta que éstas dejaron de salir. En su lugar, algo parecía atronar la tierra y clamar por salir. Los ojos del grajo se centraron en una pared invisible. Sonrió. -Ahí, escondido. Bajo un mal hechizo de invisibilidad. ….Tzimisces. -Dijo con desagravio, pues era verdad, éstos no tenían ni idea de taumaturgia avanzada, a no ser que tuviesen parte de Trémere o Ventrue, como era el caso de Maxwell. Se dio la vuelta, tenía que vender la escena. -¿Que tenemos aquí? -Señaló detrás de él, donde la tierra no paraba de atronar. Una y otra vez, como si algo quisiese salir de sus entrañas. Abrió las fosas nasales y olió fuertemente. -¿¡Pero que es lo que huele mi magnífico olfato!? ¡Ja, ja, já! ¡Un Behemoth de carne! ¡Un Grotesco! Aunque.. de muy mal nivel. Muy mal, Moríss. Muy mal. -Dijo, autobautizando al Tzimisce escondido, burlándose de él para incitarle a salir. Sonriendo, girando sus dos espada-hachas.
-Parece que el cobarde que tenemos escondido no es tan bueno como él parece querer aparentar. ¡¿Quien quiere apostar el cuánto tardamos Magpie y yo -Raaaaaaaaven- en acabar con el bebe de arcilla!? ¿¡Nadie!? ¡QUIERO VER ESAS MANOS! ¿¡QUIEN DA POR NOSOTROS, LA PAREJA BLACKBIRD?! -Todo el público, como si fuese una ola, se fue levantando gritando y vitoreando, algunos escupían y tiraban objetos, pero es lo que quería Raven, bañarse de las masas para bien o para mal, eso le daba igual. -¡ESO ES LO QUE QUERÍAMOS OIR! -Justo cuando abrió los brazos de par en par y caminó pavoneándose, a sus espaldas emergió de la tierra un gran coloso de carne con las costillas a medio hacer y fuera de su envoltorio, aparentemente cojo y jorobado. No tenía rostro, pues un mazacote de carne en ebullición tapaba todo lo que pudiere ser. Tampoco parecía tener ojos. Raven rió a carcajada pura y limpia.
Lanzó ambas espada-hachas hacia el enorme rival, pero activando el verdadero mecanismo de éstas, y es que, la hoja del arma estaba conectada al puñal mediante una cadena extensible. Las armas se clavaron en la espalda de la grotesca criatura pero Raven seguía en el suelo, lo que quiso era, tratar de paralizarlo. Miró a Magpie. -Adelante, pichoncita mía. ¡Dales un espectáculo que no olviden jamás! Pero recuerda dejar algo… -Miró de nuevo para el público con media sonrisa. -¡Para Raaaaaaaaaven! Ja, ja, ja.
Siguió despedazando y arrancando los aparentes corazones de las criaturas hasta que éstas dejaron de salir. En su lugar, algo parecía atronar la tierra y clamar por salir. Los ojos del grajo se centraron en una pared invisible. Sonrió. -Ahí, escondido. Bajo un mal hechizo de invisibilidad. ….Tzimisces. -Dijo con desagravio, pues era verdad, éstos no tenían ni idea de taumaturgia avanzada, a no ser que tuviesen parte de Trémere o Ventrue, como era el caso de Maxwell. Se dio la vuelta, tenía que vender la escena. -¿Que tenemos aquí? -Señaló detrás de él, donde la tierra no paraba de atronar. Una y otra vez, como si algo quisiese salir de sus entrañas. Abrió las fosas nasales y olió fuertemente. -¿¡Pero que es lo que huele mi magnífico olfato!? ¡Ja, ja, já! ¡Un Behemoth de carne! ¡Un Grotesco! Aunque.. de muy mal nivel. Muy mal, Moríss. Muy mal. -Dijo, autobautizando al Tzimisce escondido, burlándose de él para incitarle a salir. Sonriendo, girando sus dos espada-hachas.
-Parece que el cobarde que tenemos escondido no es tan bueno como él parece querer aparentar. ¡¿Quien quiere apostar el cuánto tardamos Magpie y yo -Raaaaaaaaven- en acabar con el bebe de arcilla!? ¿¡Nadie!? ¡QUIERO VER ESAS MANOS! ¿¡QUIEN DA POR NOSOTROS, LA PAREJA BLACKBIRD?! -Todo el público, como si fuese una ola, se fue levantando gritando y vitoreando, algunos escupían y tiraban objetos, pero es lo que quería Raven, bañarse de las masas para bien o para mal, eso le daba igual. -¡ESO ES LO QUE QUERÍAMOS OIR! -Justo cuando abrió los brazos de par en par y caminó pavoneándose, a sus espaldas emergió de la tierra un gran coloso de carne con las costillas a medio hacer y fuera de su envoltorio, aparentemente cojo y jorobado. No tenía rostro, pues un mazacote de carne en ebullición tapaba todo lo que pudiere ser. Tampoco parecía tener ojos. Raven rió a carcajada pura y limpia.
Lanzó ambas espada-hachas hacia el enorme rival, pero activando el verdadero mecanismo de éstas, y es que, la hoja del arma estaba conectada al puñal mediante una cadena extensible. Las armas se clavaron en la espalda de la grotesca criatura pero Raven seguía en el suelo, lo que quiso era, tratar de paralizarlo. Miró a Magpie. -Adelante, pichoncita mía. ¡Dales un espectáculo que no olviden jamás! Pero recuerda dejar algo… -Miró de nuevo para el público con media sonrisa. -¡Para Raaaaaaaaaven! Ja, ja, ja.
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Mientras Raven atendía al público, los excitaba, los provocaba con su voz áspera y su carisma, la urraca se dedicaba a lamerte la sangre de las garras. Seguía sabiendo asquerosa, pero le molestaba en el pelaje y sabía que luego empeoraría si llegaba a secarse. Apoyada únicamente en los cuartos traseros, ligeramente flexionados por la forma que tenían sus patas en la forma de crinos, notó como el suelo temblaba y las arena vibraba como si algo del tamaño de una montaña se arrastrara.
La mutación con cabeza lobuna arrugó el hocico al sentir el aroma pútrido de la carne. No necesitó escuchar la mención del macho Blackbird para saber qué era lo que se acercaba, porque aquel hedor lo delataba a la legua. A Magpie no le gustaban los Behemoth, eran desagradables a la vista y aunque los guerreros estaban llenos de cicatrices, mutilaciones y heridas de muchos tipos, esas eran atractivas, como las de su amado Raven que se pasaría el día llenando de saliva.
Dio un par de pasos atrás, dejando espacio para la criatura y la exhibición del cuervo que, vitoreado por el público, no dudaba en venirse arriba. A las aves negras les encantaba llamar la atención, pero si alguien era un experto en conseguirlo, ese era el macho que ahora apresaba al engendro con sus armas y le daba paso a la urraca para que atacara primero. Ésta estiró el cuello, elevando el hocico y le aulló a una supuesta luna que desde aquellas catacumbas no se veía.
El behemoth se agitó, intentando sacarse las espada-hachas que le sostenían, pero antes de poder lograrlo, impulsándose con la fuerza de la bestia que era, la hembra salto sobre aquella mole deforme y sin dudarlo ni contenerse, comenzó a morderle por todas partes y arrancar trozos de carne. Se escuchaba el sonido de las dentelladas, el chocar de los afilados colmillos de la loba contra las costillas externas de aquella cosa. Las garras de las zarpas delanteras se hundieron allí donde, en teoría, debería haber una cabeza pero no la había, rasgando hacia abajo el tejido mientras la sangre brotaba y la peste a muerte inundaba el ambiente.
La mutación con cabeza lobuna arrugó el hocico al sentir el aroma pútrido de la carne. No necesitó escuchar la mención del macho Blackbird para saber qué era lo que se acercaba, porque aquel hedor lo delataba a la legua. A Magpie no le gustaban los Behemoth, eran desagradables a la vista y aunque los guerreros estaban llenos de cicatrices, mutilaciones y heridas de muchos tipos, esas eran atractivas, como las de su amado Raven que se pasaría el día llenando de saliva.
Dio un par de pasos atrás, dejando espacio para la criatura y la exhibición del cuervo que, vitoreado por el público, no dudaba en venirse arriba. A las aves negras les encantaba llamar la atención, pero si alguien era un experto en conseguirlo, ese era el macho que ahora apresaba al engendro con sus armas y le daba paso a la urraca para que atacara primero. Ésta estiró el cuello, elevando el hocico y le aulló a una supuesta luna que desde aquellas catacumbas no se veía.
El behemoth se agitó, intentando sacarse las espada-hachas que le sostenían, pero antes de poder lograrlo, impulsándose con la fuerza de la bestia que era, la hembra salto sobre aquella mole deforme y sin dudarlo ni contenerse, comenzó a morderle por todas partes y arrancar trozos de carne. Se escuchaba el sonido de las dentelladas, el chocar de los afilados colmillos de la loba contra las costillas externas de aquella cosa. Las garras de las zarpas delanteras se hundieron allí donde, en teoría, debería haber una cabeza pero no la había, rasgando hacia abajo el tejido mientras la sangre brotaba y la peste a muerte inundaba el ambiente.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Y fue cuando todo hizo crack, aquella supuesta cabeza se abrió en dos como dos membranas débiles en un tambor de piel hecho hacía ya mucho tiempo. Raven seguía sujetando a la bestia mientras su hermosa pareja la despedazaba. Él sonreía con sarna, muchísima sarna. -Ufff.. que caliente me estás poniendo, nena. ¿Sabes cuanto te amo, verdad? -Dijo, sin pelos ningunos en la lengua. Soltó al Behemoth y éste cayó hacia delante mientras la urraca esquivaba con agilidad. Los ojos del lobo ahora se posaron en un público que se volvía completamente loco, incluso los había quienes estaban follando y comiéndose la polla mutuamente. También había diversión en las chicas, lógicamente.
Envidia, la Madre Cuervo no era menos. Sus labios estaban ocupados con un hombre enorme cuyo rostro no se podía apreciar desde aquél ángulo, pero uno de sus pechos estaba fuera, y tapado por aquella enorme mano. Una lástima, pensó aquél perro, pues uno de sus mayores deseos siempre fue ver a Madre totalmente desnuda y meando.
Sumido en sus pensamientos eróticos con la pelirroja, algo atravesó su hombro y lo clavó contra una pared ocasionando su grito y posteriormente su queja. Contrajo su rostro y escupió sangre. El Tzimisce había salido de su escondite en las sombras y mediante una Púa de Carne, alcanzó en un solo ataque a aquél lobo distraído. Entonces miró a su compañera sentimental y sexual, y le sonrió. -¿Lo hacemos, cariño? -Tenían varias habilidades en conjunto y la mayoría de ellas eran totalmente letales. Se quitó con fuerza aquella púa, comenzando a sangrar a borbotones, como un cerdo listo para la matanza, pero no le importó. Aquella herida ya cerraría alguno de éstos días, pese a ser agravante por ser de un Vampiro. Son gajes del oficio.
Empuñó una de sus armas y ésta brilló con intensidad parecida a la del fuego. -Ahora que al fin sales de tu escondite, sabandija… -La lanzó hacia su enemigo, enrroscándola en su brazo derecho y una vez bien arraigada aquella hoja y cadena, ésta comenzó a arder con una fuerza voraz. -¡Ahora, mi amor! -Vociferó dando cancha a su pareja para que hiciese la siguiente parte de la actuación y hacer desaparecer por arte de magia a aquél engendro de la naturaleza que se pensaba con derecho siquiera a existir. Pobre diablo.
Sintió entonces otra presencia.. una muy distinta, una muy… agresiva y a la vez muy pasiva. Una muy.. peligrosa, que se desvanecía tan pronto como aparecía. ¿Sería un error? ¿Una coincidencia? No importaba, ahora mismo no podía distraerse, no de nuevo, y no con algo que no fuera Magpie y sus preciosas y enormes tetas, o las de su Tía. No. Ni modo. ¡Había que acabar con la vida vacía de aquél vampiro! Y lo iban a hacer juntos.
Juntos.
Envidia, la Madre Cuervo no era menos. Sus labios estaban ocupados con un hombre enorme cuyo rostro no se podía apreciar desde aquél ángulo, pero uno de sus pechos estaba fuera, y tapado por aquella enorme mano. Una lástima, pensó aquél perro, pues uno de sus mayores deseos siempre fue ver a Madre totalmente desnuda y meando.
Sumido en sus pensamientos eróticos con la pelirroja, algo atravesó su hombro y lo clavó contra una pared ocasionando su grito y posteriormente su queja. Contrajo su rostro y escupió sangre. El Tzimisce había salido de su escondite en las sombras y mediante una Púa de Carne, alcanzó en un solo ataque a aquél lobo distraído. Entonces miró a su compañera sentimental y sexual, y le sonrió. -¿Lo hacemos, cariño? -Tenían varias habilidades en conjunto y la mayoría de ellas eran totalmente letales. Se quitó con fuerza aquella púa, comenzando a sangrar a borbotones, como un cerdo listo para la matanza, pero no le importó. Aquella herida ya cerraría alguno de éstos días, pese a ser agravante por ser de un Vampiro. Son gajes del oficio.
Empuñó una de sus armas y ésta brilló con intensidad parecida a la del fuego. -Ahora que al fin sales de tu escondite, sabandija… -La lanzó hacia su enemigo, enrroscándola en su brazo derecho y una vez bien arraigada aquella hoja y cadena, ésta comenzó a arder con una fuerza voraz. -¡Ahora, mi amor! -Vociferó dando cancha a su pareja para que hiciese la siguiente parte de la actuación y hacer desaparecer por arte de magia a aquél engendro de la naturaleza que se pensaba con derecho siquiera a existir. Pobre diablo.
Sintió entonces otra presencia.. una muy distinta, una muy… agresiva y a la vez muy pasiva. Una muy.. peligrosa, que se desvanecía tan pronto como aparecía. ¿Sería un error? ¿Una coincidencia? No importaba, ahora mismo no podía distraerse, no de nuevo, y no con algo que no fuera Magpie y sus preciosas y enormes tetas, o las de su Tía. No. Ni modo. ¡Había que acabar con la vida vacía de aquél vampiro! Y lo iban a hacer juntos.
Juntos.
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
La carne que arrancaba de aquella mole la escupía, pues el simple olor que destilaba con cada dentellada le provocaba arcadas a la loba. No sólo era una abominación, sino que se pudría por dentro como una herida infectada, como una maldita pústula expulsaba pus de vez en cuando, manchándola a ella, su pelaje pardo y grueso quedaba, de este modo, pegajoso y maloliente. Luego se revolcaría por el fango para quitarse el hedor, pero ahora tenía cosas más importantes en las que centrarse, como en ver como Raven terminaba con la "vida" de aquel miserable ser. La urraca sacudió la cabeza dejando que sus belfos se agitaran y los restos de babas, sangre y carne muerta volaran a cualquier parte. Miró entonces al cuervo y dejó caer un poco la lengua, jadeando como un perro al que le acaban de decir que es un buen chico.
Agachó de nuevo la cabeza para agarrar con su potente mandíbula al monstruo que yacía muerto en mitad de la arena y lo arrastró hacia un extremo para, con la fuerza sobrenatural que la caracterizaba, con un brusco gesto del cuello, lanzarlo por encima de la valla hacia un público que quedó empapado en vísceras y vitae rancias. De poder, se hubiese reído entonces, pero el quejido del macho hizo que se diera la vuelta de inmediato, fijando sus dorados en la escena. Gruñó amenazante, porque nadie tocaba lo que era suyo si ella no daba permiso para que así sucediera. Se acercó con paso lento, acechando, aguardando a la orden de su pareja para lanzarse a por el Tzimisce y convertirlo en alimento para perros.
En cuanto la voz de Raven se elevó entre los gemidos de los que allí se congregaban y se habían dejado llevar por el subidón de adrenalina para convertirlo en lujuria, Magpie flexionó los cuartos traseros y se impulsó para abalanzarse sobre el vampiro, yendo directa a morderle, no el cuello, sino la cabeza. Su tamaño y la capacidad que tenía de abrir la mandíbula propiciaban un éxito seguro. Hincó los colmillos en la carne, atravesando la piel, sintiendo la ponzoña teñirle la lengua. No tragó, porque sabía que esa sangre era venenosa para los licántropos, no como para matarles, pero sí les perjudicaba seriamente y ella no podía permitirse caer enferma de ninguna de las maneras. Hundió las garras en las caderas del cainita para ejercer presión mientras con los dientes tiraba hacia arriba. La intención estaba clara, pretendía cercenarle por el cuello, aunque dada la brutalidad con la que la loba se esmeraba en el acto capaz le cortaba a la altura del pecho o la cintura, convirtiendo aquel inmortal de aspecto humano en un puzzle de diversas piezas que, por la deformación, sería imposible reconstruir posteriormente.
Los gruñidos eran constantes y el ser intentaba sacarse de encima a la urraca, pero ésta estaba aferrada a él con uñas y dientes, literalmente, y no pensaba soltarle hasta que le desmembrara. El cuervo, por su parte había ya arrancado el brazo al vampiro y le estaba atacando al otro. El macho estaba herido y por la postura ligeramente ladeada de su figura, se notaba que no era algo nimio. Verle en aquel estado enfurecía aún más a la loba que arañaba con la diestra el muslo del cainita con rabia y desespero.
Agachó de nuevo la cabeza para agarrar con su potente mandíbula al monstruo que yacía muerto en mitad de la arena y lo arrastró hacia un extremo para, con la fuerza sobrenatural que la caracterizaba, con un brusco gesto del cuello, lanzarlo por encima de la valla hacia un público que quedó empapado en vísceras y vitae rancias. De poder, se hubiese reído entonces, pero el quejido del macho hizo que se diera la vuelta de inmediato, fijando sus dorados en la escena. Gruñó amenazante, porque nadie tocaba lo que era suyo si ella no daba permiso para que así sucediera. Se acercó con paso lento, acechando, aguardando a la orden de su pareja para lanzarse a por el Tzimisce y convertirlo en alimento para perros.
En cuanto la voz de Raven se elevó entre los gemidos de los que allí se congregaban y se habían dejado llevar por el subidón de adrenalina para convertirlo en lujuria, Magpie flexionó los cuartos traseros y se impulsó para abalanzarse sobre el vampiro, yendo directa a morderle, no el cuello, sino la cabeza. Su tamaño y la capacidad que tenía de abrir la mandíbula propiciaban un éxito seguro. Hincó los colmillos en la carne, atravesando la piel, sintiendo la ponzoña teñirle la lengua. No tragó, porque sabía que esa sangre era venenosa para los licántropos, no como para matarles, pero sí les perjudicaba seriamente y ella no podía permitirse caer enferma de ninguna de las maneras. Hundió las garras en las caderas del cainita para ejercer presión mientras con los dientes tiraba hacia arriba. La intención estaba clara, pretendía cercenarle por el cuello, aunque dada la brutalidad con la que la loba se esmeraba en el acto capaz le cortaba a la altura del pecho o la cintura, convirtiendo aquel inmortal de aspecto humano en un puzzle de diversas piezas que, por la deformación, sería imposible reconstruir posteriormente.
Los gruñidos eran constantes y el ser intentaba sacarse de encima a la urraca, pero ésta estaba aferrada a él con uñas y dientes, literalmente, y no pensaba soltarle hasta que le desmembrara. El cuervo, por su parte había ya arrancado el brazo al vampiro y le estaba atacando al otro. El macho estaba herido y por la postura ligeramente ladeada de su figura, se notaba que no era algo nimio. Verle en aquel estado enfurecía aún más a la loba que arañaba con la diestra el muslo del cainita con rabia y desespero.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
La sangre manchó la arena, sangre corrupta y oscura que provenía del Vampiro a quien nadie quería. El griterío estalló en adrenalina pocas veces vista en aquellos lares. Raven sonreía abriendo los brazos -¡JA, JA! ¡SIIII! - animando aún más al público bañando a su pareja con los gritos y abucheos por igual de éstos. Acabaron con la vida del indeseable y lo hicieron juntos. Pudo observar como Magpie arrancaba del todo la cabeza del ser y tras aquello, besaba la boca inerte, lamiendo una lengua que ya no se movería, no como algo sexual, si no como burla brutal. Pero fue entonces, cuando todo se congeló en el tiempo.. Los griteríos parecían ir a cámara tan lenta que no podían ser escuchados.. Los pasos que venían retumbaban en los oídos del Macho alfa como si fueran los ecos de un tiempo pasado que ahora venía a cobrarse la recompensa por sus pecados.
Una figura apareció en aquella endiablada entrada, entre polvo y gritos, la música que allí era tocada junto al jolgorio de la gente, todo en una perfecta orquesta que hacían la sinfonía mas agresiva que habían tocado jamás: Una oda a la muerte y a la brutalidad. Pan y circo pedían, y Pan y circo tendrían. Los cabellos rojos de aquél hombre cuyo peinado era una enorme cresta semi-caida por el viento. Raven se levantó y sintió como el acero de sus fieles espadas-hachas, pesaban mas que nunca. El casco le molestaba ante tal visión y el sudor acariciaba su piel arrugada y herida, colándose entre los cráteres que crearon las mil y una espadas que recibió en el día de ayer. Tragó saliva como si esperase un Final que nunca comprendió, allí delante, tenía al cazador y buscaba a su presa. No le conocía, pero sabía perfectamente a lo que venía. Sin saber siquiera por qué.
Los ojos serpentinos de aquél hombre brillaban, portaba dos espadas y artilugios en su cinturón. Alzó la mano izquierda y dibujó algo en el aire, sin parar de caminar hacia el Blackbird luchador, y tras aquello una explosión a los pies de él surgió, lanzando totalmente por los aires a los hermanos. Magpie acabó tan herida que no podía moverse y Raven había perdido un brazo que con paciencia y tiempo recuperaría. Lo tenía totalmente partido y en carne viva. Sus ojos se volvieron vidriosos, pero solo por ver a su Hembra tan adolorida. Se acercó a rastras como un gusano hacia ella, todos gritaban, y el Cazador no paraba de acercarse. -...No te hará más daño, mi amor. Aquí tienes a tu Guardián y a tu Escudo. Tu espada y tu brazo ejecutor. Te amo, y ni en las mil muertes que me esperan, eso cambiará. -La besó en los labios, pero no pudo por mas tiempo, la mano pálida del Cazador de Monstruos extranjero agarró la melena del Gladiador y lo alzó, lanzándolo a una distancia prudente entre él y Magpie. El cazador observó a la Dómina, posada a salvo allí entre el gentío. Sonrió y la saludo, Envidia por su parte estaba disgustada, tragando saliva y preocupada por su tierno cachorro, pero escuchó la voz de él, tanto ella como Magpie, por el vinculo que tenían. -Dejadmelo a mi… Dejádmelo a mi. ….Dejád… melo, a mi. -¿Quería intentarlo? Pero si solo con su presencia ya le ha debilitado.
Envidia mandó a varios de los suyos a recoger a Magpie antes de que estuviera aún más en peligro, mientras Raven con dificultad se conseguía sostener en pie. -No se quien eres.. pero por alguna razón mi cuerpo reacciona ante tí. -Raven no era idiota, sabía por el olor que una de esas espadas era de plata, tenía que idear un plan para desarmarle, si tenía alguna oportunidad contra aquél bárbaro, era de mano a mano. De tu a tu. De físico a físico. El público marcaba el ritmo entre palmas y palmas, gritos y gritos. Y el combate empezó, levantando una enorme marea de tierra y arena, donde los dos cuerpos chocaron como dos trenes de poder casi ilimitado. El Mutado tenía la plateada desenvainada, pero Raven paró el golpe con el antebrazo y dio un cabezazo a la frente del Cazador, agrietándola tanto que los pies del profesional consiguieron temblar. La herida del brazo… no tendría cura jamás, era plata, plata ardiendo. Y era el único brazo que le quedaba por ahora, el otro estaba tumbado y reposado en la arena, haciendo a su vez de río escarlata de sangre. El mutante le agarró con la mano libre del pie y le dio varias vueltas en un movimiento de lucha, y tras coger impulso en aquél tornado de cuerpos, lo lanzó contra las gradas. Raven era rapido, era un animal. Era un lobo. Abrió los ojos, reaccionando en mitad del aire y aceptó el golpe que se daría contra la pared robusta y pedregosa de la grada, pero lo hizo con los pies, amortiguando todo lo que pudo del golpe y aprovechando eso para flexionar las rodillas y la fuerza cinética de éste y rebotar contra el Cazador. No le dio, pero no es lo que quiso desde un principio, ¿Verdad? La gente se volvía loca. Raven había robado la plateada del Cazador de Monstruos con la poderosa mandíbula que había heredado. Tirado en el suelo, usó sus fuerzas de la cabeza para lanzar la espada lejos del alcance del Mutante, al otro extremo de la arena.
-Y ahora.. lucha de verdad, cobarde. Sin armas y sin artes. Solos tu y yo. ¿Buscas cazarme? Seré yo quien te cace a ti…. -Dijo de forma muy débil pero desafiante.
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Lo último que hizo con aquel maldito cainita fue arrancarle la cabeza, decapitarlo a la manera salvaje y brutal de la loba. Sacudió el hocico porque el hedor que seguía desprendiendo la criatura que antes habían eliminado se le había quedado impregnada en el pelaje y con lo sensible que ella era de olfato, le costaba controlar las arcadas. Lamió la cara del vampiro en un vano intento por deshacerse del aroma asqueroso y terminó por regurgitar sobre aquel cadáver que pronto se pudriría. Alzó la vista para encontrase con la de Raven, pero antes de que sus ojos se cruzaran, todo se detuvo a su alrededor, incluida ella misma. Sus orbes eran lo único que, aparentemente, se seguía moviendo de manera natural, su pensamiento iba acelerado, pero sus extremidades no respondían.
Aún en su forma crinos, la explosión la levantó de suelo y la hizo volar lejos, con fuerza, estampándola contra la valla que separaba la arena de las gradas. Las maderas se astillaron y una de ellas se rompió de tal manera que se le clavó en el muslo derecho, dejándola coja e incapaz de aguantarse erguida. Gimoteó, dolorida, mientras su cuerpo iba menguando, el pelo desapareciendo y su hocico acortándose. Pronto quedó allí la figura menuda de la mujer con cabellos rojizos y el cuerpo lleno de heridas, muchas de ellas cicatrices curadas, pero había unas cuantas nuevas, sangrando. La más importante la estaca cruzándole la carne, atravesando su pierna de lado a lado. Lo único bueno era que parecía no haber sesgado la arteria.
Alargó el brazo en dirección al cuervo, hasta que las yemas rozaron el rostro ajeno. Él logró acercarse más, hasta que sus labios se tocaron, pero antes de poder prolongar aquel instante, el macho le fue arrebatado y la respuesta de la licántropo fue un alarido, al tiempo en que sus dientes crecían de nuevo. Pero su cuerpo no cambió, parecía no poder hacerlo y el simple intento dolió más que el diablo mismo torturándola con mil clavos al rojo vivo.
Enseguida aparecieron varios hombres que la cargaron y sacaron de la arena, llevándosela a Envidia. La madre Blackbird pidió que la pusieran a buen recaudo, que la alejaran de allí, pero Magpie gruñó enfurecida. -¡No! ¡No me iré!- Podían amputarle ambas piernas que ella jamás abandonaría a Raven. Él lo era todo para la loba, era su hermano, su amigo, el amor de su vida. Era su otra mitad y si él deseaba enfrentarse a aquel desconocido, ella se quedaría allí y velaría por él. Se conocían perfectamente y habían prometido estar juntos incluso en la muerte. Si el cuervo debía perecer en el ring, ella lo vería con sus propios ojos y después intentaría vengarle, aunque eso la llevara a morir a ella también. La griega asintió e hizo un gesto con la mano para que las dejaran a solas. La pelirroja era una mujer de pocas palabras, pero sabía expresarse con simples miradas o movimientos delicados y sumamente elegantes de sus dedos, manos o incluso pies.
Las dos centraron su completa atención en la arena, en aquel hombre que ambas querían, cada una a su manera, obviamente, pero las dos lo consideraban el gladiador supremo, el vencedor de los vencedores, el rey de las peleas. Aunque le costara su último aliento, ambas confiaban en que saldría ganador de aquella pelea, fuera quien fuera aquel misterioso y peligroso contrincante.
Aún en su forma crinos, la explosión la levantó de suelo y la hizo volar lejos, con fuerza, estampándola contra la valla que separaba la arena de las gradas. Las maderas se astillaron y una de ellas se rompió de tal manera que se le clavó en el muslo derecho, dejándola coja e incapaz de aguantarse erguida. Gimoteó, dolorida, mientras su cuerpo iba menguando, el pelo desapareciendo y su hocico acortándose. Pronto quedó allí la figura menuda de la mujer con cabellos rojizos y el cuerpo lleno de heridas, muchas de ellas cicatrices curadas, pero había unas cuantas nuevas, sangrando. La más importante la estaca cruzándole la carne, atravesando su pierna de lado a lado. Lo único bueno era que parecía no haber sesgado la arteria.
Alargó el brazo en dirección al cuervo, hasta que las yemas rozaron el rostro ajeno. Él logró acercarse más, hasta que sus labios se tocaron, pero antes de poder prolongar aquel instante, el macho le fue arrebatado y la respuesta de la licántropo fue un alarido, al tiempo en que sus dientes crecían de nuevo. Pero su cuerpo no cambió, parecía no poder hacerlo y el simple intento dolió más que el diablo mismo torturándola con mil clavos al rojo vivo.
Enseguida aparecieron varios hombres que la cargaron y sacaron de la arena, llevándosela a Envidia. La madre Blackbird pidió que la pusieran a buen recaudo, que la alejaran de allí, pero Magpie gruñó enfurecida. -¡No! ¡No me iré!- Podían amputarle ambas piernas que ella jamás abandonaría a Raven. Él lo era todo para la loba, era su hermano, su amigo, el amor de su vida. Era su otra mitad y si él deseaba enfrentarse a aquel desconocido, ella se quedaría allí y velaría por él. Se conocían perfectamente y habían prometido estar juntos incluso en la muerte. Si el cuervo debía perecer en el ring, ella lo vería con sus propios ojos y después intentaría vengarle, aunque eso la llevara a morir a ella también. La griega asintió e hizo un gesto con la mano para que las dejaran a solas. La pelirroja era una mujer de pocas palabras, pero sabía expresarse con simples miradas o movimientos delicados y sumamente elegantes de sus dedos, manos o incluso pies.
Las dos centraron su completa atención en la arena, en aquel hombre que ambas querían, cada una a su manera, obviamente, pero las dos lo consideraban el gladiador supremo, el vencedor de los vencedores, el rey de las peleas. Aunque le costara su último aliento, ambas confiaban en que saldría ganador de aquella pelea, fuera quien fuera aquel misterioso y peligroso contrincante.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Los dorados del contrincante penetraron en el alma furiosa del Gladiador que había retado a un combate a manos limpias. Sonrió. -No te debo nada, Blackbird. -Dijo aquella voz, sacando su ballesta a la velocidad del rayo, antes de saber nada, un virote ya atravesaba el hombro derecho de Raven, quien en un corto gemido, mugió de dolor hincando una de sus rodillas. Cuando notó el suelo tocar, no se dio por vencido. Se volvió a levantar y se arrancó el virote, astillandolo y tirándolo al suelo. -Si esas tenemos.. -Abrió los brazos, en busca del calor del público, antes de transformarse en Crinos en un abrir y cerrar de ojos en un salto enorme que hizo que placara al Cazador haciéndole sangrar.
Mucho.
Los gruñidos del Blackbird eran sonoros, mientras que Envidia estaba nerviosa temiendo lo peor, preparada para intervenir en cualquier momento. El matamonstruos se zafó, pues aquél enorme lobo estaba cansado, había tenido varias luchas seguidas, había follado y había bebido hasta las trancas. El perro vomitaba sangre cuando el mutante sonrió al verse la herida. -No debiste hacer eso, Raven. -Los ojos del licántropo se abrieron de par en par y comenzó a retroceder con dolor en las fauces. Ambas zarpas fueron a cubrir lo que era el morro, que parecía estar fúngico y sucio, como si se estuviese despedazando a sí mismo. Pegó sendos gritos lastimeros y ahora si, hincó la rodilla en el suelo. -..Que me has hecho, cobarde. -No, la pregunta es.. ¿Que te has hecho tu? Me has mordido, sin pensar en nada más. -El cazador mostró uno de sus viales vacíos, parecía que su sangre se había convertido en algún tipo de veneno que había afectado a Raven al moderle.
-Este primus ha acabado. -Volvió a lanzar un Virote. Y otro. Y tras ese, otro más, hasta que pronto llenó todo el pecho y abdomen de sendas flechas, no había porción de piel sin herir y sangrar. Raven, estaba a las puertas de la muerte. El cazador iba a prepararse para el golpe final. -¡Ya basta! Ya me he cansado de estos juegos. Has osado en entrar en mi casa, bajo mi protección y sin avisar a nadie. Has jugado como un Gladiador sin serlo. Has ido contra mis reglas y contra nuestra Ley. El juicio es inmediato y la Sentencia ya está dada. -Envidia congeló su mirada, aquella mirada que haría temer hasta al Leviatan de los mares había sido vista en pocas ocasiones. Todo el mundo se quedó callado, como de piedra, como si hubiesen visto a una Gorgona.
Tras el elegante cuerpo de Artemis se alzaba una enorme, gigantesca, colosal criatura, una abominación de cabellos negros y ojos rojos. Su boca pustulaba, y la carne de su cara parecía en constante movimiento. Su brazo derecho era un amasijo de carne, músculos y un extraño tubo de carne que bombeaba sangre desde el corazón hasta aquella enorme y saturada garra. Era una visión tan grotesca que haría palidecer al más valiente. -Es la hora de la sentencia, Sloth, aniquila. -Dijo, con suma frialdad en cada palabra. -Si.. Mater. -La criatura parecía tener sus orígenes en Egipto o en Grecia, puesto que Mater era la manera Greco-romana de decir madre.
El cazador se dio la vuelta, pero no fue lo suficientemente rápido, Sloth estaba ya allí, agarrándole del cuerpo mientras un sonido hueco demostraba que Raven estaba derrotado e insconciente, en Coma. La enorme garra de la criatura penetró en el estómago del Mutante, quien no daba crédito a lo que estaba viendo. La mano libre de Sltoh se entretuvo arrancando de cuajo la laringe de su Rival y esparciéndola por la arena, llenandola y tiñéndola de sangre. El cazador había muerto de un golpe, dejando claro la enorme diferencia entre poderes entre Artemis y la demás chusma. Entre Sloth y los demás. Dando un recuerdo de por que aquella familia era Respetada y Temida. Dando un recuerdo de que con Envidia Blackbird no se juega. No se presta osadía. Ella no estaba en la cima de la familia por ponerse un vestido y follar con Maxwell. Estaba ahí, por lo que significaba. Por su poder. Por ser quien es. Por nacer Blackbird.
Sloth se había acuclillado sacando un cuchillo de carnicero, quitando poco a poco la carne del cuerpo de aquél mutante. Tras aquella barbarie, se levantó rugiendo, usando aquella piel holgada como si fuese una capa. Estaba vestido con la piel de quien osó ir en contra de la Familia Blackbird.
Aquello sirvió como mensaje.
Raven Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 03/06/2018
Re: Black birds do fight each other // Privado Raven
Herida como estaba, sujetándose la pierna con una mano, la loba permaneció con la mirada fija en la arena, esperando al siguiente acto de cada uno de los luchadores. A ratos contenía el aliento y en otros momentos resoplaba nerviosa, ansiosa, furiosa. Deseaba saltar la valla y defender a su macho, darle su apoyo, ser la compañera que necesitaba. Pero era consciente que en el estado actual sólo se convertiría en un estorbo, un hándicap.
La musculatura de la hembra se tensaba con cada salto, cada zarpazo y cada mordisco del cuervo a aquel desconocido que olía a muerte. La nariz de la licántropo estuvo arrugada durante todo el combate, sus colmillos crecidos y su labios superior elevado, sin dejar de liberar un gruñido tras otro. Sólo dejaba de hacerlo para animar a Raven, para aclamarlo junto al resto del público, para recordarle que era el mejor, que era invencible y que todos los trofeos de la arena le pertenecerían siempre en combates justos. Pero eso no era lo que le ofrecía aquel contrincante. Ese engendro, fuera lo que fuera, luchaba sucio y sin remordimientos por ello. -¡Cobarde! ¡Eres un mierda!- Magpie gritó con rabia, escupiendo las palabras hacia aquel ser cuyo origen desconocía y que, al parecer, había envenenado a su amado. -¡Muérete, cabrón!- Levantó el dedo corazón en dirección a aquel tipo de pelo largo y esputó con fuerza hacia donde éste se encontraba, salpicándole un lado de la cara. La loba sonrió orgullosa, pero pronto la mueca cambió cuando apuntó con la ballesta a su macho y le llenó el torso de birotes. -¡¡¡NOOOOOOOOOOOO!!!- Hizo el intento de saltar, olvidándose de su herida sangrante y del dolor y cualquier cosa, mas Envidia la retuvo con una sola mano, porque ella era fuerte y sumamente poderosa. Con la mente la frenó sin tener que ejercer la más mínima presión con los dedos que rodeaban el antebrazo de la luchadora.
Sloth hizo aparición y, renqueando como iba, la urraca saltó a la arena aprovechando que el público y el engendro estaban distraídos, corriendo al encuentro del cuervo. Se arrodilló a su lado, alzándole un poco para apoyar la espalda ajena contra su pecho, mientras observaba las heridas sangrantes, aún atravesadas por la madera. No era estúpida, sabía que si retiraba los virotes la cosa empeoraría. Necesitaba ser atendido rápido, porque aún con el poder acelerado de curación de su raza, con tantos frentes abiertos, se desangraría demasiado rápido. -Mi amor… Has luchado como el campeón que eres.- Se encorvó para besarle en los labios, mordiéndolos suavemente. -Siento no haber combatido a tu lado...- Lágrimas empezaron a surcar las mejillas con pinturas de guerra de la loba, corriéndole el maquillaje y goteando sobre el rostro de su cachorro mientras se mecía con él, esperando que vinieran a sacarles a ambos del ring para que pudieran curarle a él. Magpie gustosa perdería la pierna a cambio de salvarle la vida al cuervo.
La musculatura de la hembra se tensaba con cada salto, cada zarpazo y cada mordisco del cuervo a aquel desconocido que olía a muerte. La nariz de la licántropo estuvo arrugada durante todo el combate, sus colmillos crecidos y su labios superior elevado, sin dejar de liberar un gruñido tras otro. Sólo dejaba de hacerlo para animar a Raven, para aclamarlo junto al resto del público, para recordarle que era el mejor, que era invencible y que todos los trofeos de la arena le pertenecerían siempre en combates justos. Pero eso no era lo que le ofrecía aquel contrincante. Ese engendro, fuera lo que fuera, luchaba sucio y sin remordimientos por ello. -¡Cobarde! ¡Eres un mierda!- Magpie gritó con rabia, escupiendo las palabras hacia aquel ser cuyo origen desconocía y que, al parecer, había envenenado a su amado. -¡Muérete, cabrón!- Levantó el dedo corazón en dirección a aquel tipo de pelo largo y esputó con fuerza hacia donde éste se encontraba, salpicándole un lado de la cara. La loba sonrió orgullosa, pero pronto la mueca cambió cuando apuntó con la ballesta a su macho y le llenó el torso de birotes. -¡¡¡NOOOOOOOOOOOO!!!- Hizo el intento de saltar, olvidándose de su herida sangrante y del dolor y cualquier cosa, mas Envidia la retuvo con una sola mano, porque ella era fuerte y sumamente poderosa. Con la mente la frenó sin tener que ejercer la más mínima presión con los dedos que rodeaban el antebrazo de la luchadora.
Sloth hizo aparición y, renqueando como iba, la urraca saltó a la arena aprovechando que el público y el engendro estaban distraídos, corriendo al encuentro del cuervo. Se arrodilló a su lado, alzándole un poco para apoyar la espalda ajena contra su pecho, mientras observaba las heridas sangrantes, aún atravesadas por la madera. No era estúpida, sabía que si retiraba los virotes la cosa empeoraría. Necesitaba ser atendido rápido, porque aún con el poder acelerado de curación de su raza, con tantos frentes abiertos, se desangraría demasiado rápido. -Mi amor… Has luchado como el campeón que eres.- Se encorvó para besarle en los labios, mordiéndolos suavemente. -Siento no haber combatido a tu lado...- Lágrimas empezaron a surcar las mejillas con pinturas de guerra de la loba, corriéndole el maquillaje y goteando sobre el rostro de su cachorro mientras se mecía con él, esperando que vinieran a sacarles a ambos del ring para que pudieran curarle a él. Magpie gustosa perdería la pierna a cambio de salvarle la vida al cuervo.
Magpie Blackbird- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 16/05/2018
Temas similares
» Little birds can fly, black and blue ones can steal your everything
» Paper birds [privado]
» Winter Birds [Privado]
» Fight For Your Life ~ Privado
» Ego fight // Privado - Wrath
» Paper birds [privado]
» Winter Birds [Privado]
» Fight For Your Life ~ Privado
» Ego fight // Privado - Wrath
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour