Lucciano Russo | ID

Lucciano A. Russo

Descripción psicológica

Lucciano es un hombre de temperamento tranquilo. Le gusta pasar la mayor parte de su tiempo al aire libre, ya sea trabajando en los viñedos, cabalgando o, incluso, leyendo. A pesar de ello, siente necesidad de proteger a los débiles, cosa que le ha llevado a meterse en más de una disputa por ayudar a quien no puede defenderse por sí mismo. Especialmente mujeres y niños de la calle.

Es un hombre honesto, de principios y valores sólidos, odia las mentiras, pero sobre todo a las mentirosas. Especialmente después de que su primer amor le rompiese el corazón. Tras aquel evento, decidió que nunca repetiría la experiencia. Lleva sus relaciones de la manera más informal posible, prefiriendo mayormente la compañía de damas experimentadas, ya fueran prostitutas, mujeres casadas o viudas, para nada le interesa buscar meterse en la cama de alguna doncella, por lo que la noticia de una prometida le cae como un balde de agua helada.

Por otro lado, su relación con la sociedad a la que pertenece mejoró mucho después de que se hiciera con su propia fortuna y la gente comenzara a notar sus habilidades y su visión para los negocios, consiguiendo el respeto que tanto ansió en su juventud. Respeto que se asentó cuando su hermano enfermó y tuvo que hacerse cargo no solo de sus propios negocios sino del ducado. Aun así, sigue sin ser fanático de las fiestas pomposas, asiste cuando son por alguna obra benéfica o cuando tiene algún interés comercial por algún asistente.

Es terco, orgulloso, y autoritario. Siempre consigue lo que quiere sin importar cómo deba manipular la situación, pero actuando bajo su rígida ética de no hacerle daño a nadie; por el contrario, buscando que todas las partes se vean beneficiadas.

Historia

Como segundo hijo, Lucciano vivió sus primeros 18 años a la sombra de su perfecto hermano mayor, Donato, quien, a los ojos de sus padres, y de todos, siempre sería más fuerte, más inteligente, más atractivo, más valiente y, en fin, mejor en todo.

Cuando incluso la joven de quien se había enamorado lo dejó para convertirse en otra de las numerosas conquistas de Donato, Lucciano decidió no solo dejar de intentar superarlo, sino dejar de imitarlo, y comenzar a actuar realmente como él mismo. Tras tomar esa determinación, decidió alejarse y comenzó a viajar por su cuenta. Aprendió por las malas que había sido siempre un niño mimado que pensaba que la cama se hacía sola y que la comida debía llegar sin falta a su mesa sin que él hiciera el más mínimo esfuerzo.

Durante sus viajes, vio con sus propios ojos la pobreza y la miseria en que tanta gente vivía, especialmente en medio de las guerras napoleónicas, y tomó la determinación de no convertirse en otro parásito de la sociedad.

Tras un par de años de arduo y duro trabajo que en poco ayudaba a los más necesitados, comprendió que su apellido no tenía que ser solo una carga. Ser un Russo podría abrirle muchas puertas, acceso a conversaciones con personas adineradas con ganas de sentirse benevolentes por regalar unas pocas monedas a una causa que nada les importaba. Fue entonces que, con 22 años, decidió volver a casa e intentar hacer las cosas de manera distinta.

Al volver a Florencia, le sorprendió no sentir más que pesar tras la noticia de la muerte de su propio padre, apenas unos meses después de que él se fuera. Su hermano llevaba entonces más de un año portando el título de Duque. En ese tiempo, las malas decisiones de Donato habían llevado al ducado a una situación de pobreza general en las calles que parecía no importarle a nadie más que a él.

“Los pobres son pobres, hijo. Eso no tiene que importarte.” Fue lo que respondió su madre cuando le expresó su preocupación. Durante los siguientes 5 años se dedicó a invertir y a trabajar con los agricultores, haciéndose con su propia fortuna a la vez que mejoraba la economía del ducado, gracias a la cosecha de uvas y fabricación de vinos, que muchos otros imitaron.

Con 30 años, una rara y repentina enfermedad postró a Donato en cama, terminando por darle muerte tras 6 agónicos meses. Dado que su primera esposa no había sido capaz de darle hijos antes de morir en un aborto, y que no había llegado a contraer nupcias con su segunda prometida, Lucciano se convertía entonces en heredero no solo de la fortuna Russo sino también del título de Duque. Pero también recibía la responsabilidad de cumplir con las promesas y compromisos que su hermano había adquirido antes de enfermar, y eso incluía una prometida que él no deseaba.

Otros datos

* Habla italiano, francés e inglés.
* Toca el piano.
* Ama los animales, en especial los caballos.
* Odia que lo llamen por su segundo nombre. (Sólo lo acepta viniendo de su madre).
* Odia el broccoli.
* Es alérgico al maní.
* Sus frutas favoritas son el durazno y la piña, aunque las que come con más frecuencia son las uvas.

Lucciano Russo