Lucciano Vecchio

Lucciano Vecchio

Datos Generales del Personaje

Ocupación:"Il Peccato Nostro"
Nacionalidad: Romana (germano por ascendencia materna).
Lugar de residencia actual: París
Sire: A su Hacedora, Lakme (Nebt Mefkat).
Otros datos: Antes de renacer como vampiro era tuerto, perdió un ojo en la batalla. En la inmortalidad toma los ojos de sus víctimas aun vivas y se lo coloca en el hueco donde debería estar su viejo ojo. La sangre vampírica mantiene con vida los ojos mortales pero con el tiempo se degeneran y deben de sustituirlo, por ello a veces tiene un ojo de color distinto al otro.
Virtudes: Una buena voz y un don de gentes basado en la seducción y persuasión.
Defectos: Confía demasiado en sus cualidades inmortales, la vanidad le pierde. Cree que es superior a los mortales, por su raza.
Gustos: Tiene gustos con respecto la lustroso, aunque no lo ve una necesidad. Ama la belleza ante todo.
Disgustos: La necedad y lo contrapuesto a la belleza.
Miedos/Fobias: Espacios cerrados, le recuerdan a su encierro.
Debilidades: Su vanidad y prepotencia lo pierde. Esta demasiado obsesionado con su Hacedora que la obedecería hasta la muerte ciegamente.
Posesiones personales Un guardapelo romano con un mechón de cabello de su Hacedora.

Descripción Física

Tiene característica típicas del pueblo germano de su madre, llevándose la finura y no la rudeza de ellos.
No posee un atractivo exagerado, pero le es muy atrayente a la mujeres, sobre todo a las mortales.
Con una altura de 1,85 cm, suele ser un poco más alto que la media. No tiene un cuerpo demasiado robusto más bien esbelto y de musculatura robusta, su modo de moverse tiene cierta peculiaridad felina, es elegante y ligero.

De cabello rubio oscuro, lo suele llevar muy corto. Su color de ojos natural es azul claro.  Antes de renacer como vampiro era tuerto, perdió un ojo en la batalla. En la inmortalidad toma los ojos de sus víctimas aun vivas y se lo coloca en el hueco donde debería estar su viejo ojo. La sangre vampírica mantiene con vida los ojos mortales pero con el tiempo se degeneran y deben de sustituirlo, por ello a veces tiene un ojo de color distinto al otro.

Descripción Psicológica

Como en todos los vampiros, siempre hay una parte de ellos que le llama a tener cierta empatía o recordar con añoranza su humanidad, aquella que no reprime su más sentir.En el caso de Lucciano, parece que la tiene bien escondida pero él no lo considera así, más bien siente que su conversión no a llegado a cambiarle del todo, era como si hubiese nacido para adquirir su condición inmortal-

Tiene don de gentes, a pesar de que se considera solitario, suele ser muy persuasivo y eso le da un toque de seductor en sus métodos.
Observador y analítico, le gusta adivinar que es lo que se le puede estar pasando a la mente a aquellos que le rodea, o incluso predecir su modo de actuar.
Reflexivo, un poco prepotente gracias a su condición de inmortal, considera su raza superior a la humana. Ellos son efímeros, se marchitan... No le merece la pena aferrarse a algo perecedero.

Suele tener buen humor, a pesar de parecer serio, e incluso a veces vulgar dentro de su refinamiento. Es todo un galán y si se encapricha por algo no duda en ir a por ello, descaradamente.

La piedad no es uno de puntos fuertes, a veces parece carecer de ella con su frialdad. Eso de tener la manos manchadas de sangre no le supone un problema.

Una de sus característica, es que tiene un voz apaciguadora y atrayente.

Don ~ Poder

► HABILIDADES Y ATRIBUTOS INNATOS: (Puedes colocarlos en tu ficha si lo deseas).


→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.


► PODERES INNATOS: (Puedes colocarlos todos en tu ficha si lo deseas).

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.


► PODERES A ELEGIR:

→ Telepatía: Habilidad para sondear los pensamientos superficiales de cualquier sujeto cercano y escucharlos como escucharía hablar a esa persona. Con el tiempo suficiente, puede enterarse casi de cualquier cosa sobre el sujeto.

→ Hemokinesis: Controlar a una persona por medio de la sangre. El vampiro, sin haber mordido al humano, ofrece una mínima cantidad de su sangre a la persona y con eso logra convertirlo en su sirviente. La sangre de vampiro es altamente adictiva para los humanos; también puede lograr retrasar el envejecimiento (pero nada excesivo como los licántropos y cambiaformas, solo unos cuantos años).

→ Inflingir dolor por medio de la mente: Capacidad que consiste en infringir dolor a una persona. Esto sólo funciona por medio de la concentración mental y el contacto visual.

Historia

En aquella madrugada helada, nueve hombres fueron ahorcados antes de la batalla, mientras mayor era el sacrificio de los guerreros, mayor sería el favor del Dios.
El Sol aun no había dado señales de vida con sus primeros rayos, los tambores lejanos tenía en vilo a todo el campamento romano.
Él nació en aquel momento, su madre era una prisionera de guerra nativa en aquellas tierras, pero su parto fue atendido con los mismos cuidados que los de una patricia romana. Era la suerte de ser la favorita de aquel militar romano. Pero a pesar de ello y con el trasfondo de la guerra, aquella mujer solo duro con vida tres días tras el parto, dejando en el mundo un bastardo al que llamaría Valder.

Criado bajo el amparo de su padre, Valder conocería todos los entresijos de la vida de un militar romano, viviría y participaría las batallas que en la campaña llevada por su padre, recibiría la educación del típico ciudadano romano y tratado con los mismo privilegios.

Demasiados años pasaría en tierras lejanas, demasiadas victorias hasta que éste piso por primera vez la capital del imperio portando el nombre de su estirpe romana “Lucio”, pero sin nunca olvidar el nombre que su madre le había dado.
En la ciudad romana y como heredero de aquel general, conoció la verdad que se ocultaba bajo aquellas campañas, como una sociedad secreta aquellos hombres (algunos con poderes sobrenaturales de la brujería) que rodeaban a su padre y servían se hacía llamar “Scutum Aurum ”, cuya misión de hacer preservar la paz con métodos pocos habituales.
Acuñado en el credo, Valder se convertiría en un miembro influyente dentro los “Scutum Aurum”, ya que su ingenio político y carisma le daba acceso a éstos a informaciones bastante valiosas y poseer un cierto poder de control sobre los auténticos mandatarios.

Nunca llegaría a destacar, a pesar de que podía haberlo hecho atribuyéndose los méritos que había decidido que otros se llevasen a pesar de ser suyos, prefería ser un miembro fantasma de la sociedad, así pudiendo tener más libertad en su vida cotidiana. Pocos eran los que conocían la verdad de sus logros, los suficientes para sentirse satisfecho y saber que le debían demasiados favores.

Con una familia forjada esposa e hijos, una vida plena, a pesar de sus movimientos en secreto, Valder fue llamado para otra campaña junto a su padre.

Y fue allí donde la encontró, en aquellas tierras lejanas de todo su mundo. Débil, dolorida y hambrienta, la habían traído al campamento como un trofeo para los soldados. Sus cabellos eran largos y oscuros como ébano, su piel tibia y pálida con un tinte de oliva, sus ojos, que extraños eran, de un verde esmeralda.
No había sido amor a primera vista, había sido un capricho obsesivo lo que había hondonada en su interior al verla. Aquella mujer sin nombre debía de ser suya solamente, su cuerpo solo debía de ser tocado por él, tenía que ser de su propiedad esa misma noche y de nadie más.
Aquella misma noche la tomó un modo que nunca había tomado a una mujer en la lujuria, en sus brazos sintió perder la locura, descubrir aquel lado más primario y oculto de su naturaleza, quiso desgarrarla una y otra vez, destrozarla con sus manos, deseo morir una y otra vez en sus labios. Estaba hechizado por una oscura y demoníaca influencia sin saber que la mujer que yacía bajo su cuerpo desnudo, era nada ni menos que una estringe anciana bebedora de sangre, su perdición.
Las noches vividas de aquel modo intenso  se repetirían más de una vez, ella nunca se sentía saciada de su sexo, él se sentía cada vez más enfermo. Tal era el nivel de aquella demencia que los soldados comenzaron a temerla y hablar de ella como un demonio, decían que sus gemidos placenteros eran doloroso de oír en aquel campamento, que cuando su jefe dormía en calma ella se paseaba desnuda entre las tiendas sin temor alguna de que los soldados se sobrepasaran y que siempre desaparecía alguno de ellos en la noche. Hasta que un día Valder también desapareció, demasiado tiempo…

Casi el siglo se había cumplido cuando Valder regreso a la capital romana de un modo distinto, su descendencia había continuado honrando al credo de los “Scutum Aurum” y sobrevivido a pesar de las distintas guerras civiles que había vivido la capital romana, pero con la calma y para su sorpresa ellos lo reconocieron por sus escritos.
Era extraño ya que aquel hombre debía de haber muerto hacía demasiado tiempo, o haber regresado demasiado anciano, era imposible vivir demasiado tiempo a no ser que hubiese recibido el elixir de la inmortalidad y así lo afirmó él diciendo que había regresado con los suyos para continuar con la labor del credo en las sombras, que sus poderes estaban a la orden de sus creencias y así Valder, se convertiría en una de las armas secretas de aquella sociedad durante demasiados siglos hasta que… los llamados “hijo de la sabiduría”, “iluminados” o en periodo futuros “inquisidores”, descubrieron ésta arma y lo atraparon.

Por temor a algún tipo de maldición, por ignorancia. Valder sería enterrado vivo en una tumba de plata con el nombre e identidad de un santo, custodiado durante siglos, valorado por una identidad falsa. Allí yace él dormido en la eternidad bajo la cripta de aquella Catedral parisina…