Seelie Loganach ID

datos básicos

"...Su Su familia y su trabajo, son su vida..."

▲EDAD▲
20 AÑOS

▲ESPECIE▲
HUMANA

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
FACCIÓN 2 - BIBLIOTECARIOS

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
CLASE ALTA

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
HETEROSEXSUAL

▲LUGAR DE ORIGEN▲
SKYE . ESCOCIA

d. psicológica

"...Ama Pasar el tiempo entre libros..."

Segura de sí misma, sabe lo que quiere y si algo se le pone entre ceja y ceja, hará lo imposible por conseguirlo.

Extrovertida, ella demostrará cuando algo le agrada y cuando le desagrada, sin importarle mucho que piensan los demás de ello. A excepción de sus hermanos y de estar en una misión. Entonces se moderará lo suficiente como para no hacer enojar a los que mas quiere - su familia - o a los superiores de su facción. Pero cuidado, pues si algo colma su paciencia, dar rienda suelta a su  endiablado carácter escoces.

Meticulosa, con lo que respecta a las misiones de carácter espionaje, o búsqueda de mapas, documento o tesoros antiguos.

Un tanto egocéntrica, si la misión le permitirá, mostrar sus dotes y su saber como filosofa y espía, aunque como soldado también le encanta mostrar sus conocimientos, casi siempre teóricos, pero validos.

Orgullosa, rencorosa, en especial cuando por culpa de otro inquisidor su misión fracasa o es perjudicada.

Mentirosa si es necesario, o si con ello saca algún beneficio. Una gran manipuladora, sabe usar sus dotes de espía, no solo en beneficio de la organización, sino en su propio beneficio, por eso, a pesar de ser o parecer una frágil dama, en verdad posee todo el conocimiento y las estrategias necesario para ir contra todos sus enemigos, que son los enemigos de su familia, o el que ose hacerles frente.

No suele ser enamoradiza, aunque eso no quiere decir que no vaya a enamorarse si así se diera el caso. Está prometida con un inquisidor condenado, pero los dos saben que eso es mas un pedido de su hermano mayor, que aún cree que ella no es capaz de cuidarse por si sola. Como no puede decir que no a su familia, ha aceptado, pero solo a ser prometidos, no a casarse.

Historia

"...Si quieres entender su forma de actuar, primero deberías saber..."

Seelie, nació en la isla de Skype, un pedazo de tierra en mitad del mar de Las Hébridas, oculto y casi olvidado de la mano del Dios de los Católicos. Allí, un grupo de descendientes de Templarios inquisidores, ex inquisidores y algunos sobrenaturales, habían decidido formar una pequeña comunidad mixta, separada de toda regla impuesta por el largo brazo de la Inquisición. No es que no creyeran en los preceptos del cristianismo, solo que los nuevos postulados de la organización no se adecuaban con el deseo de vivir en paz y de formar familias tanto humanas como sobrenaturales, que vivieran en tas y armonía, tanto con la sociedad, como con la naturaleza.  

Aquella comunidad, aquel pueblo, ya era antiguo cuando la familia Loganach, trajo al mundo a un nuevo integrante, una pequeña niña, a la que llamó Seelie. Dulce, cariñosa y demasiado ingenua, solía pasar los días junto a su madre y sus dos hermanos, un varón - quien era el mayor - y una hermana, a quien admiraba desde que pudo comenzar a entender, todo aquello que la rodeaba.  

Cuando la niña cumplió los once años, sus padres le dieron una sorpresa, por primera vez podría ir al pueblo acompañada de su hermana Brünhilde y comprar ella misma el regalo que deseaba para aquella importante fecha. Toda la mañana estuvo apurando a su hermana, y apenas luego de comer, partieron al pueblo, la niña estaba ansiosa, feliz y charlatana. Las dos adolescente, una de once y la otra de trece años, se apresuraron para poder hacer la compra y volver antes que el sol se ocultase, puesto que podían existir peligros que ellas no podrían afrontar.

Al llegar al pueblo, Seelie se apresuró a entrar a la tienda y mirar en el escaparate, los hermosos lasos que se exponían, su familia tenía mucho dinero, pero aún así, ella prefería siempre ser cautelosa a la hora de gastar, por eso se esmeró en elegir uno que  fuera bello pero a la vez bastante accesible a los peniques que deseaba gastar de lo que su padre le había entregado, pues pensaba ahorrar el resto y comprarle a su hermano, un diario de cuero, como el que poseía su papá, pues todo caballero debía poder anotar sus citas importantes, y el joven Lognach pronto cumpliría sus dieciocho años y para Seelie, su hermano, ya era todo un hombre.  Eufórica con aquella oportunidad, entró a la tienda sin esperar a su hermana, la sonrisa se le quedó congelada en el rostro, al observar a tres hombres vestidos de forma particular, hablando con el tendedero. Cuando se dieron vuelta a contemplar quien había entrado, se la quedaron mirando, dos ni le prestaron mucha atención. Solo uno se hizo a un lado para que ella pudiera hablar con el dependiente y pedir su listón. Todo el tiempo sintió la mirada de aquel hombre,  había algo en él que le hacía temer,  aquella manera de mirarla era distinta, la sentía como si le estuviera por comer.  tal vez por eso, o porque la asustaba estar allí sin su hermana, pagó su pedido y se apresuró a huir de allí.

Pasó hora buscándola, pero no pudo dar con ella. Cansada y triste, se sentó en uno de los bancos de la pequeña plaza del pueblo, allí, dejó que su angustia se convirtiera en lágrimas que cayeron por sus blancas mejillas. No se dio cuenta de que no estaba sola,  hasta que una voz le preguntó qué era lo que tanto le afligía. Cuando levantó su mirada, encontró los ojos azules de aquel hombre, vestido con prendas de cuero y abrigo de piel. Pasó más de una hora hablando con el extraño, así como era ella, ingenua, extrovertida, creyendo que todos eran buenos y bondadosos, que al igual que su familia, todos debían saber del Dios que ella adoraba. No se dio cuenta del brillo en los ojos de ese hombre, ni del crucifijo que pendía de su pecho, o la espada y la daga que ceñían su cinturón. Ese extraño le invitó un dulce, que según le informó, lo había comprando en la tienda de abarrotes, ella le creyó, pero al terminar de comerlo, un sueño extraño la hizo caer inconsciente en brazos del inquisidor.

Varias noches después, despertó en una habitación, toda de piedra, con un ventanal alto, y una puerta cerrada con llave. Quiso escapar pero no le fue posible, golpeó la puerta, lloró y suplicó que la dejaran libre, pero nadie contestó. Fue luego de unas horas cuando al abrirse la puerta, el inquisidor de ojos azules, le contó que había sido elegida para ser parte de la organización, que él le podía contar que su familia, habían sido parte de la organización hacía muchos años y que por eso, ellos pensaron que sería bueno que la jovencita pudiera ser parte de ella. Le mintió que sus padres estaban de acuerdo, y que sus hermanos se encontraban en otras sedes estudiando también para ser buenos soldados de la orden. Seelie quiso creer que eso era cierto, por lo que se fue acostumbrando a esa nueva vida, aunque siempre pedía poder encontrarse con sus hermanos y sus padres, pero constantemente le daban excusas.


Los años pasaron, sus captores la educaron según sus propias  sus costumbres y necesidades, fueron años duros, en los que muchas noches lloró recordando la última vez que vio a sus padres y hermanos. Con los años, pasó a ser parte de la sede de París, y allí, por vez primera, luego de tantos años, pudo reencontrarse con su hermana Brünhilde, con quien vivió un tiempo.


Datos extras:

Desde que su cuerpo se desarrolló, Seelie, parecía mas grande de lo que en verdad era. Así pues, cuando fue secuestrada, en verdad parecía una jovencita de catorce o quince años, aunque demasiado ingenua para la edad que aparentaba.

Estuvo enamorada de aquel inquisidor que la secuestró, pero éste, quien era un lobo, murió en una redada, en las altas montañas de Escocia, y como última voluntad, el inquisidor había pedido que fuera devuelta a su familia, ya que la había secuestrado para convertirla con el correr de los años en su esposa.