Prunne - The little doll

PSICOLOGÍA

Su personalidad es todo un misterio, principalmente para ella misma. Acaba de despertar sin recuerdos, como un lienzo en blanco. Cualquier cosa puede influirla, sin saber si jamás recuperará los recuerdos de lo que anteriormente a su despertar fue.

Es como una esponja, lista para absorber información, para adaptarse a lo que la rodea, la masa perfecta para moldear una escultura nueva.

Lo único que tiene claro es su nombre y la misión que le ha sido encomendada. Eso le ha dado una meta, un propósito y ha hecho que, a pesar de la incertidumbre y la confusión, se sienta útil. Ese objetivo es todo lo que tiene así que se aferrará a él con uñas y dientes. Sin importarle nada, sin nada que perder y con un mundo entero por ganar, está dispuesta a cualquier cosa.


HISTORIA

La historia de Prunne es muy breve, al menos si tenemos en cuenta que ella acaba de despertar en una casa que desconoce, rodeada de silencio, de objetos extraños que atemorizarían a cualquier niño e incluso a muchos adultos. Está en la choza de un brujo, llena de animales muertos, plantas exóticas, olores fuertes y frascos de colores llamativos. Se levanta del suelo, donde estaba sentada al abrir los ojos e inspecciona todo a su alrededor, intentando averiguar dónde se encuentra y, lo más importante: deseando saber quién es ella.

No tiene ningún recuerdo previo al despertar, como si su misma existencia acabara de empezar. ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué hace allí? ¿Quién la ha traído? Tal vez llegara por su propio pie, quizá incluso aquella casa sea la suya y todo lo que en su interior se guarda le pertenezca. Pero algo le dice que no es así. Que su presencia en esa cabaña tiene n propósito, pero que tan sólo es n lugar de paso, mejor dicho de inicio.

Encuentra un diario sobre una mesa, se debate entre si abrirlo y leer lo que contiene o ser prudente. Pede que le pertenezca, pero puede que no y que esté cometiendo un delito al leer algo ajeno. Sin embargo, el libro tiene un cordel, pero está sin atar. Nadie vigila el lugar, está ella sola con esa invitación invisible. Se sienta en la silla y abre cuidadosamente la solapa de piel, deslizando los dedos de su diestra sobre el papel. Las palabras aparecen por arte de magia, porque las páginas, al primer vistazo, estaban en blanco. Fue en ese texto que descubrió cosas sobre sí misma, porque las frases se dirigían a ella como si el propio libro hablara, obviamente cosa imposible.

"Prunne, bienvenida. Espero que te sientas a gusto en mi morada y que aceptes el sino que te ha sido encomendado. Sé que no recuerdas tener un pasado, pero no te preocupes, no lo necesitas para cumplir con la misión que se requiere de ti."

Tenía una meta y eso, sin saber muy bien por qué, la hizo sonreír. Ahora sabía cuál era su nombre y que había algo importante en su futuro. Siguió leyendo, expectante, ansiosa por saber lo que le deparaban las palabras de aquel diario.