Ciudad de las estrellas (Libre)

por **Faith Abbott** Mar Jul 10, 2018 8:50 pm

- ¿En serio? Yo misma estuve encerrada durante una semana entera dentro de una celda a la espera de a que quien esperaba llegase a mi trampa como de costumbre me suele pasar…

- ¿Cómo dices? - Pude ver aquel que no sabía quién era se ponía nervioso frente a mis palabras y a lo que precisamente podría estar a punto de hacer. Me acerque hasta el sujeto con suma lentitud, no habría nada que me interpusiera ahora mismo, no tenía ninguna meta, tan solo matar por dinero, me daba igual que era lo que tenía que cazar y matar para ganarme una buena recompensa.

- Mira – Me senté delante de él, haciendo que su cabeza estuviera entre mis piernas – En verdad eres un completo idiota – Mis piernas de manera repentina se cerraron para aplastar y aturdir al persona que era mi presa, aturdida esta se medió cayó hacia atrás y en esa franja de tiempo pude coger una de mis dagas dentro de mi bota derecha para así poder ponerla sobre la piel del tipo pero no hubo ninguna reacción a la plata, no era vampiro ni licántropo, ¡me habían mentido, maldita sea! De todos modos se la clave en la yugular dejando que su cuerpo hiciera el resto a la vez que me bajaba de la mesa en la que me había sentado de una manera muy provocativa. Me limpié las manos y cogí la daga para limpiarla con la camisa del tipo que ya yacía muerto.

El tabernero me vio y simplemente me encogí de hombros - ¿Acaso crees que puedo con un cuerpo de hombre? – Ladee la cabeza – Soy una mujer ¿no?, a la que… ¿tienen que ayudar, no? – Vacilando al tabernero y a quien me tocara las narices era mi pasatiempo favorito y evidentemente me libré de tener que llevar el cuerpo pero por supuesto pagué mi parte de las bebidas y mirando al cadáver sonreí para decirle - ¿Ves? Te dije que pagaba yo esta ronda – Riendo entre risas, mis pasos embotados con pesadas botas oscuras de cuero negro fueron dirigiéndose hacia la salida en donde el fresco veraniego aun no era lo suficientemente caliente para poder dormir sin camisón. Echaba de menos a mi familia, pero no iba a permitir que mis sentimientos intervinieran por en medio.

Aunque sinceramente no sé qué es lo que estoy haciendo aquí en Paris….Creo que debería de ir aunque fuera encubierta - ¡EH! – Sorprendí a un mocoso metiendo la mano dentro de mi saco de cuero para coger el dinero que me quedaba, empujé de una patada la espalda del crio y ya completamente furiosa me largue de aquel tugurio de mala muerte. Mis pasos podrían estar equivocados, podrían estar dirigiéndome hacia un lugar erróneo pero teniendo tan solo una pequeña casa en donde apenas dormía porque casi siempre estaba ocupada intentando capturar a alguien me sentía completamente sola, sin nadie que me enseñara lo que era el amor. Era un completo asco ser la única persona de este planeta o de esta ciudad al menos que no encontraba a nadie.

Miré hacia las estrellas que se proyectaban estáticas sobre el oscuro techo que de momento permanecía eterno sobre nosotros, lo observé durante un rato, abrazada a mi cuerpo ya que una suave brisa se levantó de repente, pasa una estrella fugaz – Corre, un deseo! – Me dije a mi misma, sonriente y sinceramente risueña por lo que duraba el pedido del deseo. Bajé mi mirada y seguí mi camino un poco más animada aunque la soledad me seguía allí donde fuera.

por **Éferon Gianetti** Vie Jul 20, 2018 9:33 am

-Rufus, te toca guardia, que nadie entre en mi alcoba ¿de acuerdo? Y no ladres, la madame ya me avisó de que a la próxima te largas, más bien nos largamos y no queremos eso ¿Verdad que no? Voy a salir, necesito despejarme...mucho trabajo hoy -una señora salía de la alcoba del italiano, atalajándose, tendría no más de treinta años y sus mejillas en un tono rosado, delataban el porqué de dicho color. Éferon sólo le dedicó una reverencia, como lo haría en cualquier fiesta de la alta sociedad y esperó a que acelerase el paso y se marchase, no sin antes... -Hasta la semana que viene. Te dejé el dinero debajo de la almohada...-él tan cortés tomó la mano y besó su dorso, la mujer se sonrojó más por lo que terminó marchándose de allí como un rayo.

Alejarse del burdel le despejaría la mente, físicamente no era tan agotador...no por echarse flores pero alguien quien acostumbrado a despertar en camas diferentes y ahora sólo visiten la suya...no es que fuera un trabajo de lo más agotador. Sonrió ampliamente al sentir la brisa nocturna acariciar su rostro, un buen trago serviría para entrar en ambiente y con suerte, el circo aún seguiría abierto, una conocida del italiano siempre se apuntaba a una buena borrachera de esas que hacen historia.

Antes de entrar en la primera taberna que aún no olía a muerto, un “eh” le hizo girarse de golpe ¿se le habría olvidado algo? O más fácil, lo reconocieron pero él a la joven...juraría que no le había visto en la vida. Y...se hubiese acordado, sin duda alguna, el porte y el carácter tan poco delicado le arrancó una risa, las quejas del niño pateado ...en carcajadas.

-Piccolo, no se mete la mano en propiedades ajenas, menos en las de mujeres...te lo digo por experiencia, una patada es lo mejor que te haya podido llover del cielo-el niño puso cara de circunstancia, doliéndose en la espalda pero... más se preocupó cuando divisó algo en el bolsillo del infante -Maldita sea, se lo tenías que haber devuelto ¿sabes que ya de por sí eres hombre muerto? Se lo llevaré, renuncio a mi copa por ayudarte a cambio de no volverlo a hacer ¿de acuerdo? Qué demonios, en cuanto me dé la vuelta, te pareces a mi primo Filippo -él y su manía de hablar solo.

De lejos, siguió a la joven, se alejaba de la ciudad y él no esperaba fuese el plan de esa tarde. Aceleró el paso para estar a su altura, esperó a que pidiese dicho deseo para abrir la palma y darle el objeto que el niño había robado.

-Espero que me disculpe y guarde sus botas para no llevarme patada pero creo que esto es suyo. Si eso pidió a las estrellas...deseo concedido

por **Faith Abbott** Vie Ago 10, 2018 3:51 pm

Faith giró a su lado y miro detenidamente al hombre que al parecer le devolvía el saco de monedas de la anterior recompensa. Lo tomó entre sus manos y se lo guardó para después darle una sonrisa - Anda, que caballeroso - Dijo con una sonrisa pretenciosa - ¿que? ¿ahora tengo que invitarte a algo? - Dijo continuando con su sonrisa mientras se acercaba al extraño - Que pena que el que me devolvieras la bolsa de monedas no fuera mi deseo, lo mismo es el destino que ha hecho que nuestros caminos se crucen de manera caprichosa - La mano de Faith se puso en el hombro del extraño, después ya le rodeo con ambos brazos y después fue arrastrando ambas manos por el torso ajeno, deteniéndose una en el cinturón de este y la otra volvía hacia arriba, apoyando su brazo en el omóplato de este.

- Creo que puedo compensarte, oh mi salvador... - Diciendo esto, Faith iba moviendo al hombre hacia una estatua que tenía donde apoyarse y cuando lo tenía contra algo donde no podía moverse hacia atrás, Faith puso sus caderas contra las ajenas para tener libres sus manos y desabrochar el botón del pantalón ajeno, pero se detuvo pensándoselo mejor - o ¿prefieres mejor unas risas con una buena cerveza? - Sonriendo mientras ladeaba la cabeza hacia un lado, se separaba de él mientras sus risas resonaban en lo alto de la calle.

- No me lo tomes en cuenta, estás de toma pan y moja - Guiño un ojo - pero mejor que calentemos ¿no? Unas cervezas a lo mejor es bueno para poder entrar en calor en lugar de lo que tenía pensado para tí, y asi me cuentes de tí - Sonriendo lo tomó de la mano para acercarla a ella misma, le volvió a abrochar el botón del pantalón y volvió a tirarle de la mano para que lo acompañara a una taberna que conocía de muchas, en especial, no a la que anteriormente había salido y había cobrado su recompensa, sino a una taberna especial para cazadores inclusive - Una cosa - Se detuvo de tirarle de la mano para explicarle unas cuantas cosas - en la taberna a la que vamos a ir es de mi hermana....pero no le gustan mucho los extraños, pero si eres como de la familia, te hará siempre descuentos - le dio un golpecito amistoso en el hombro y volviendo a ponerse en marcha, lo volvió a agarrar del brazo para entrar ambos en el interior de la taberna.

OFF: Perdón la demora, si hay algo que quieres que cambie, sin miedo dímelo >..<

por **Éferon Gianetti** Mar Ago 14, 2018 11:06 am

La reacción ajena no fue esperada por el italiano quién abrió de golpe sus felinos ojos verdes, ¿qué pretendía esa joven? No perdió la sonrisa, la observaba con atención, cada movimiento paso dado hacia su persona ¿y si no debió haberle devuelto la bolsa? Dejó escapar una breve risa de desconcierto, más cuando las manos de la jovencita se pasearon por su cuerpo, como si acabase de venderse al mejor postor ¿acaso no era así siempre? Sí pero el dinero era dado a él no al revés. Intentó frenarla pero la fuerza de la signorina era capaz de derribar lo que fuese estuviese a su alcance.

-Creedme no es necesario recompensa alguna, no es necesario…¡andiamo! Signorina, per favore… -él, negándose a lo que tan bien se le daba, el caballero no era dado a ciertos menesteres al aire libre, no tan al aire libre por lo que le resultaba incómodo a la par de desconcertante -Me tomaría una buena cerveza con vos si deja mi ropa en su sitio… creo hubo un malentendido pues sólo le devolví la bolsa no hacía falta que me lo agradeciera…de esas formas -colocándose la ropa, la observó de reojo, atlética y hermosa, sin miedo a nada, enfrentándose a lo que se le cruzase por delante. El tipo de mujeres que no frecuentaría el burdel o quizás quién sabía.

-Grazzie por el cumplido, signorina es obvia su belleza pero mis intenciones no eran las que seguramente haya imaginado -comenzó a caminar hacia la ciudad, bajo las estrellas…espectadoras de un peculiar encuentro con una mujer, no fue la primera vez que se le acercasen con ciertas intenciones, sí la primera que se negaba… su situación actual le había cambiado la forma de ver las cosas, la vita -¿Y qué se supone tiene pensado para mí? Porque iba a volver en mis pasos hacia un bien trago, no me importaría da igual dónde y descuidad, le diré que soy vuestro gallardo enamorado … ¿o qué clase de persona desea que sea? No es la primera vez que finjo ser quién no soy, más bien, de eso trata mi trabajo -caminó junto a ella por las estrechas calles de París, algo le decía que esa noche…iba a ser una buena noche bajo las estrellas.

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