AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Competir es sano ¿o no? (privado)
Cuando las nieves del crudo invierno del norte se derretían era tiempo de llenar lo graneros con el fruto que dieran los campos a lo largo de la primavera, y también llegaba el día de la caza de caballos salvajes, todos andábamos ansiosos pues competíamos por parejas para ver quien atrapaba el mejor semental.
Aquella festividad era una forma de rendir culto a nuestra diosa Freya, ademas por la noche Akershus se llenaba de luz de hogueras para dar la bienvenida a la primavera, el vencedor tendría jarras gratis en la taberna y esa noche sería colmado de atenciones especiales.
Ulf y yo llevábamos picándonos en el patio de armas desde que nos despertábamos, él había hecho grupo con una escudera cambiante, admito que superar al lobo no era fácil...
Por contra yo había pedido a Heith que en esa ocasión me acompañara a la cacería, le estaba costando adaptarse al ritmo de Akershus, no estaba acostumbrada a relacionarse con tanta gente, así que digamos le costaba un poco “socializar” la fiesta de la primavera sería perfecta para ella.
Dani había partido hacía un par de semana rumbo a Escocía, tenía unas transacciones que hacer y no podían esperar, así que a no ser que me sorprendiera, dudaba pudiera llegar antes de la noche para celebrar esta fiesta conmigo.
-¿Höor estas preparado para morder el polvo? -Me preguntó Ulf con esa sonrisa ladina que se gastaba antes de despedirnos.
-Ulf, esta noche brindaré en tu honor disfrutando de mis jarras gratis -dije dándole con la parte plana de la espada en el culo.
Todos los guerreros pasamos la tarde preparando nuestras monturas, así como practicando con el lazo y otras artes de caza.
Akershus se convirtió en algo distinto, el ambiente estaba lleno de risas y piques sanos, nadie se acordaba de la guerra cruenta que manteníamos con Randulf pues el norte olía a fiesta, a especies y pronto al fuego de las hogueras, hidromiel y la carnaza recién hecha.
-Vamos Volva, ponle un poco de entusiasmo -dije enarcando una ceja para que lanzara el lazo ocn mas estilo, ni una sola vez había acertado y eso que era una pobre cabra la que se movia por el verde prado.
Ulf se reía tanto que casi se caía del caballo.
-Höor creo que vas a necesitar a todos los dioses de tu parte.
Fruncí el ceño mirando a la volva, si en algo Ulf y yo nos parecíamos es que a ninguno nos gustaba perder ni siquiera jugando a las tabas.
-¡Heith! -gruñí clavando en ella mis dos pardos mientras esta me miraba divertida por mi recriminación.
Aquella festividad era una forma de rendir culto a nuestra diosa Freya, ademas por la noche Akershus se llenaba de luz de hogueras para dar la bienvenida a la primavera, el vencedor tendría jarras gratis en la taberna y esa noche sería colmado de atenciones especiales.
Ulf y yo llevábamos picándonos en el patio de armas desde que nos despertábamos, él había hecho grupo con una escudera cambiante, admito que superar al lobo no era fácil...
Por contra yo había pedido a Heith que en esa ocasión me acompañara a la cacería, le estaba costando adaptarse al ritmo de Akershus, no estaba acostumbrada a relacionarse con tanta gente, así que digamos le costaba un poco “socializar” la fiesta de la primavera sería perfecta para ella.
Dani había partido hacía un par de semana rumbo a Escocía, tenía unas transacciones que hacer y no podían esperar, así que a no ser que me sorprendiera, dudaba pudiera llegar antes de la noche para celebrar esta fiesta conmigo.
-¿Höor estas preparado para morder el polvo? -Me preguntó Ulf con esa sonrisa ladina que se gastaba antes de despedirnos.
-Ulf, esta noche brindaré en tu honor disfrutando de mis jarras gratis -dije dándole con la parte plana de la espada en el culo.
Todos los guerreros pasamos la tarde preparando nuestras monturas, así como practicando con el lazo y otras artes de caza.
Akershus se convirtió en algo distinto, el ambiente estaba lleno de risas y piques sanos, nadie se acordaba de la guerra cruenta que manteníamos con Randulf pues el norte olía a fiesta, a especies y pronto al fuego de las hogueras, hidromiel y la carnaza recién hecha.
-Vamos Volva, ponle un poco de entusiasmo -dije enarcando una ceja para que lanzara el lazo ocn mas estilo, ni una sola vez había acertado y eso que era una pobre cabra la que se movia por el verde prado.
Ulf se reía tanto que casi se caía del caballo.
-Höor creo que vas a necesitar a todos los dioses de tu parte.
Fruncí el ceño mirando a la volva, si en algo Ulf y yo nos parecíamos es que a ninguno nos gustaba perder ni siquiera jugando a las tabas.
-¡Heith! -gruñí clavando en ella mis dos pardos mientras esta me miraba divertida por mi recriminación.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
La hechicera sabía que el norteño quería que ella se relacionara más con el resto de la gente, pero forzar las cosas no era de su agrado. Sin embargo, encontraba divertido el hacerse la débil y tonta. Ahora, el mejor amigo del conde, se reía a carcajada limpia montado en su caballo, pero cuando descubriera que les estaba tomando el pelo a ambos, la que reiría la última sería ella. La völva era una experta cazadora, no en vano había sobrevivido toda su vida en zona salvaje y con su padre. No era precisamente una niñita de papá que permitiera que se lo hicieran todo, al contrario, ella no dejaba de ser una vikinga y, como tal, era testaruda como una mula. Pero era entretenido actuar como que no sabía, para luego dejar a los dos gallos del corral con la mandíbula por las rodillas.
Lanzó el lazo de nuevo, sin gracia alguna, sin ganas siquiera, y éste cayó sobre el lomo de la cabra a lo que Höor resopló, mientras el lobo añadía con cierta sorna “al menos esta vez ha tocado al objetivo”, antes de estallar en una nueva carcajada. La morena chasqueó la lengua con fingido fastidio, antes de replegar la cuerda y lanzársela hecha un nudo al cambiante. -Si la competición fuera de inteligencia, te aseguro que tú no ganarías, zopenco.- Aseguró, antes de retirarse como si estuviera sumamente ofendida, con la cabeza algo gacha y pasos firmes y pesados. El cabello cayó cubriendo ambos lados de su cara mientras la bruja se mordía el labio inferior, reprimiendo la sonrisa que asomaba delatora.
Lanzó el lazo de nuevo, sin gracia alguna, sin ganas siquiera, y éste cayó sobre el lomo de la cabra a lo que Höor resopló, mientras el lobo añadía con cierta sorna “al menos esta vez ha tocado al objetivo”, antes de estallar en una nueva carcajada. La morena chasqueó la lengua con fingido fastidio, antes de replegar la cuerda y lanzársela hecha un nudo al cambiante. -Si la competición fuera de inteligencia, te aseguro que tú no ganarías, zopenco.- Aseguró, antes de retirarse como si estuviera sumamente ofendida, con la cabeza algo gacha y pasos firmes y pesados. El cabello cayó cubriendo ambos lados de su cara mientras la bruja se mordía el labio inferior, reprimiendo la sonrisa que asomaba delatora.
Heith Baltz- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 28/04/2018
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Las risotadas se sucedían entre todos los presentes, mas aun al ver la cara de fastidio de Höor que resoplaba como un niño al ver la poca gracia y menos entusiasmo aun con el que la völva tiraba el lazo.
Gruñó ante mi comentario, ambos eramos buenos cazadores, pero estaba claro que con esa parea tenía a la partida perdida.
-Como no se saque un truco de la manga esta noche tu mismo me servirás las jarras -apunté espoleando mi caballo dispuesto a darle descanso en las caballerizas, nos tomaríamos un par de horas de descanso y con el sonido de lso cuernos saldríamos todos pertrechados y dispuestos.
Mi mujer me esperaba con Brökk cogido de la mano, desmonté de un salto dejando que le mozo se encargara y tras darle un beso y magrearle el culo alcé a mi hijo sobre mis hombros.
Höor se acercaba cabizbajo, iba a bromear de nuevo pero mi esposa me dio un codazo para que me callara al ver mi picara sonrisa dibujada en mi cara.
-¿que? -le dije a mi mujer mientras Brökk palmeaba sobre mis rizos.
-Aun estas a tiempo de cambiar de pareja ¿te presto a mi primogénito? Hasta él lo haría con mas acierto.
Los cuernos sonaron con el ocaso, llegaba el momento de que los guerreros partieran y solo una de las parejas se alzaría con la victoria.
El portón se abrió, todos espoleamos a los espectros y por unos momentos Akershus tembló como en la mejor de las guerras.
Frondosos eran los bosques que rodeaban nuestras tierras, las fronteras estaban bien custodiadas por las manadas, aquel día esperábamos no tener que combatir, solo disfrutar de una buena cacería y llenar así las arcas de nuevos sementales que domar para que nuestros jóvenes pudieran armados batallar.
Gruñó ante mi comentario, ambos eramos buenos cazadores, pero estaba claro que con esa parea tenía a la partida perdida.
-Como no se saque un truco de la manga esta noche tu mismo me servirás las jarras -apunté espoleando mi caballo dispuesto a darle descanso en las caballerizas, nos tomaríamos un par de horas de descanso y con el sonido de lso cuernos saldríamos todos pertrechados y dispuestos.
Mi mujer me esperaba con Brökk cogido de la mano, desmonté de un salto dejando que le mozo se encargara y tras darle un beso y magrearle el culo alcé a mi hijo sobre mis hombros.
Höor se acercaba cabizbajo, iba a bromear de nuevo pero mi esposa me dio un codazo para que me callara al ver mi picara sonrisa dibujada en mi cara.
-¿que? -le dije a mi mujer mientras Brökk palmeaba sobre mis rizos.
-Aun estas a tiempo de cambiar de pareja ¿te presto a mi primogénito? Hasta él lo haría con mas acierto.
Los cuernos sonaron con el ocaso, llegaba el momento de que los guerreros partieran y solo una de las parejas se alzaría con la victoria.
El portón se abrió, todos espoleamos a los espectros y por unos momentos Akershus tembló como en la mejor de las guerras.
Frondosos eran los bosques que rodeaban nuestras tierras, las fronteras estaban bien custodiadas por las manadas, aquel día esperábamos no tener que combatir, solo disfrutar de una buena cacería y llenar así las arcas de nuevos sementales que domar para que nuestros jóvenes pudieran armados batallar.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
La fiesta de la primavera y ella cerrando negocios en Escocia. Estaba hasta el moño de tanto estúpido suelto, parecía que nadie tenía ganas de trabajar en aquellos malditos mares, siempre surgían problemas, historias, entuertos de última hora, y por si una guerra no fuera suficiente, le tocaba cuidar de la guardería de inútiles que a veces había en el comercio marítimo.
Se apuró todo lo que pudo, McQuinn la había acompañado y al menos pudo agilizar algunos trámites porque los cazurros escoceses siempre les ponían trabas a los ingleses. Ella no tenía la culpa de haber nacido en Londres, sólo quería su maldito whisky y el resto de atavíos para levar anclas y largarse. Stan siempre estaba contento por regresar a la madre patria, pero esa vez no lo estaba tanto, no quería perderse la fiesta de la primavera y andaba gruñendo aquí y allá para que se hiciera todo con la máxima diligencia posible. Esta vez no habían viajado con la Reina Ana, se habían hecho con un navío nuevo, el buque Aludra, un bergantín rápido para surcar las aguas con presteza. Su nombre lo cambió para ponerle el de la estrella de la constelación Can Mayor, de la cual era protagonista la gigante roja Sirius. Le había explicado al niño cuáles eran los nombres de su constelación y lo que significaba el suyo propio, y ese le pareció apropiado para la nueva nave que tendría bandera de Akershus.
El Aludra tenía tres mástiles y sólo una batería de dieciséis cañones repartidos en dos líneas de ocho para defenderse de los ataques menos virulentos, contra un cañonero pesado como el Inferno, no tendrían ninguna posibilidad, pero necesitaban llegar, arreglar los asuntos y zarpar de nuevo con la mayor rapidez posible. Pero a última hora sin saber muy bien cómo se astilló el palo del Foque mayor. Esa vela triangular de la proa, era el que se envergaba en un nervio que bajaba desde la encapilladura del velacho a la cabeza del botalón. La inglesa masculló entre dientes.
— ¡y qué más puede pasar! Joder, McQuinn, a este ritmo llegaremos para navidad.
El cambiante oso rodó los ojos y a pesar de que no le guestaban nada los barcos, se paseó por la proa arengando al personal para que se afanase a arreglarlo. Su vozarrón resonó en gaélico escocés por toda la dársena de Edimburgo y consiguieron que se lo cambiasen en menos de ocho horas, pero aún así, navegaban con el viento en contra, a menos que cambiase, no llegarían a tiempo. Danielle perdió sus ojos por la proa midiendo la velocidad en nudos y resoplando, contra el mar no se podía pelear, sería lo que él quisiera, pero le gustaría estar para esa fiesta.
Se apuró todo lo que pudo, McQuinn la había acompañado y al menos pudo agilizar algunos trámites porque los cazurros escoceses siempre les ponían trabas a los ingleses. Ella no tenía la culpa de haber nacido en Londres, sólo quería su maldito whisky y el resto de atavíos para levar anclas y largarse. Stan siempre estaba contento por regresar a la madre patria, pero esa vez no lo estaba tanto, no quería perderse la fiesta de la primavera y andaba gruñendo aquí y allá para que se hiciera todo con la máxima diligencia posible. Esta vez no habían viajado con la Reina Ana, se habían hecho con un navío nuevo, el buque Aludra, un bergantín rápido para surcar las aguas con presteza. Su nombre lo cambió para ponerle el de la estrella de la constelación Can Mayor, de la cual era protagonista la gigante roja Sirius. Le había explicado al niño cuáles eran los nombres de su constelación y lo que significaba el suyo propio, y ese le pareció apropiado para la nueva nave que tendría bandera de Akershus.
El Aludra tenía tres mástiles y sólo una batería de dieciséis cañones repartidos en dos líneas de ocho para defenderse de los ataques menos virulentos, contra un cañonero pesado como el Inferno, no tendrían ninguna posibilidad, pero necesitaban llegar, arreglar los asuntos y zarpar de nuevo con la mayor rapidez posible. Pero a última hora sin saber muy bien cómo se astilló el palo del Foque mayor. Esa vela triangular de la proa, era el que se envergaba en un nervio que bajaba desde la encapilladura del velacho a la cabeza del botalón. La inglesa masculló entre dientes.
— ¡y qué más puede pasar! Joder, McQuinn, a este ritmo llegaremos para navidad.
El cambiante oso rodó los ojos y a pesar de que no le guestaban nada los barcos, se paseó por la proa arengando al personal para que se afanase a arreglarlo. Su vozarrón resonó en gaélico escocés por toda la dársena de Edimburgo y consiguieron que se lo cambiasen en menos de ocho horas, pero aún así, navegaban con el viento en contra, a menos que cambiase, no llegarían a tiempo. Danielle perdió sus ojos por la proa midiendo la velocidad en nudos y resoplando, contra el mar no se podía pelear, sería lo que él quisiera, pero le gustaría estar para esa fiesta.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Mi montura se desvió hacia la derecha por un pequeño sendero bastante lleno de vegetación, colindaba con la pared de la escarpada montaña y estaba cubierta de zarzas con moras rojas y negras. Ese camino nos llevaría a una zona profunda del bosque, el rio comenzaba un poco mas arriba y bajaba vivo hasta la zona donde formaba un lago, la inmensa mayoría de los guerreros acudirían a la zona baja, allí donde el rio circulaba mas lento y donde mas animales se acercarían a beber, pero en esta parte del bosque menos transitada por humanos sin duda podríamos hacernos con un buen semental.
Iba bajando para analizar las huellas del terreno, el suelo aun estaba húmedo por las lloviznas, así que gran cantidad d pisadas, la mayoría de depredadores marcaban la tierra. Tras una hora en la que estuve tan concentrado que apenas dirigí la palabra a la volva que aburrida pro la importancia que le dábamos a esto me miraba, elevé la cabeza con los ojos brillantes de emoción.
Pude ver como ella negaba con la cabeza y ladeaba la sonrisa.
-Pareces un niño Höor.
-Lo he encontrado -dije cerrando los puños casi en señal de victoria mientras de inmediato le señalaba el suelo -no es una gran manada de caballos, apenas unos tres o cuatro, pero estoy seguro de que sus dimensiones os grandes, si nos hacemos con uno ganaremos y Ulf se tendrá que tragar sus palabras -dije sonriendo como un tonto.
Ya me lo imaginaba llenando mi jarra sin pausa mientras gruñía cada vez que yo la vaciaba.
Cerré el puño de nuevo moviendolo delante de mi cuerpo.
-va a meter el rabo entre las patas cando vea mi caza -dije ya viéndome vencedor
-Bien, tenemos que trazar un plan – añadí con entusiasmo -fue entonces cuando recordé su lanzada de lazo a la cabra -bueno, quien dice un plan...me conformo con que no hagas mucho ruido y te mantengas contra el viento para no alertar a los caballos, ya hago yo el resto -dije guiñándole un ojo asiendo las riendas de mi caballo para seguir a pie.
-Son frescas, no deben estar leos -susurré.
A la Volva le costaba un poco hacerse con la gente en Akershus, así que la fiesta esperaba que la ayudara a relacionarse, borracha estaba muy graciosa, bueno, demasiado si los peces de colores entraban en escena.
-¿Crees llegara Dani a tiempo? -pregunté mirándola de soslayo.
A veces echaba de menos a la pirata, comprenda que era su trabajo, la almirante de Akershus como yo el conde lo que nos obligaba mas veces de las que me gustaría a estar lejos de ella.
La volva se encogio de hombros mientras yo enarcaba una ceja.
-¿y que haces que no lanzas las tabas? Porque lo que es el lazo... -pregunté esquivando la bota que me lanzó a la cabeza despertando mis carcajadas.
Iba bajando para analizar las huellas del terreno, el suelo aun estaba húmedo por las lloviznas, así que gran cantidad d pisadas, la mayoría de depredadores marcaban la tierra. Tras una hora en la que estuve tan concentrado que apenas dirigí la palabra a la volva que aburrida pro la importancia que le dábamos a esto me miraba, elevé la cabeza con los ojos brillantes de emoción.
Pude ver como ella negaba con la cabeza y ladeaba la sonrisa.
-Pareces un niño Höor.
-Lo he encontrado -dije cerrando los puños casi en señal de victoria mientras de inmediato le señalaba el suelo -no es una gran manada de caballos, apenas unos tres o cuatro, pero estoy seguro de que sus dimensiones os grandes, si nos hacemos con uno ganaremos y Ulf se tendrá que tragar sus palabras -dije sonriendo como un tonto.
Ya me lo imaginaba llenando mi jarra sin pausa mientras gruñía cada vez que yo la vaciaba.
Cerré el puño de nuevo moviendolo delante de mi cuerpo.
-va a meter el rabo entre las patas cando vea mi caza -dije ya viéndome vencedor
-Bien, tenemos que trazar un plan – añadí con entusiasmo -fue entonces cuando recordé su lanzada de lazo a la cabra -bueno, quien dice un plan...me conformo con que no hagas mucho ruido y te mantengas contra el viento para no alertar a los caballos, ya hago yo el resto -dije guiñándole un ojo asiendo las riendas de mi caballo para seguir a pie.
-Son frescas, no deben estar leos -susurré.
A la Volva le costaba un poco hacerse con la gente en Akershus, así que la fiesta esperaba que la ayudara a relacionarse, borracha estaba muy graciosa, bueno, demasiado si los peces de colores entraban en escena.
-¿Crees llegara Dani a tiempo? -pregunté mirándola de soslayo.
A veces echaba de menos a la pirata, comprenda que era su trabajo, la almirante de Akershus como yo el conde lo que nos obligaba mas veces de las que me gustaría a estar lejos de ella.
La volva se encogio de hombros mientras yo enarcaba una ceja.
-¿y que haces que no lanzas las tabas? Porque lo que es el lazo... -pregunté esquivando la bota que me lanzó a la cabeza despertando mis carcajadas.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Ninguno confiaba en sus dotes como cazadora, debían creer que mientras vivía sola en las montañas, la comida le caía del cielo o algo similar, porque sino no se lo explicaba. No se alimentaba únicamente a base de bayas, raíces y plantas, su dieta era, principalmente, pura proteína, sobre todo si se tenía en cuenta las bajísimas temperaturas que alcanzaban allí arriba las grutas, en especial cuando caía la noche. El fuego y las pieles no bastaban para subsistir largas temporadas.
Ya todos sobre las monturas, sonaron los cuernos de partida. Muchos salieron en grupo y sólo algunas parejas de caza se dispersaron. La hechicera no conocía la zona, así que en eso se dejó guiar por el conde sin problema. Ella cabalgaba a pelo, porque en las montañas no habían sillas, espuelas ni esas tonterías. Se aferraban a la crin del caballo para darle instrucciones, amoldándose a sus movimientos, cualquiera que fuera el ritmo, sin importar si era paso, trote o galope.
Se detuvieron para que el moreno desmontara y analizara la zona. La völva se mantuvo sobre su corcel, observando con curiosidad los gestos ajenos. -¿Por qué sonríes tanto? Parece que hayas dormido con una herradura en la boca.- Höor parecía convencido de que ganaría la caza del mejor semental y presumía de tener la piel del oso antes de haberlo visto siquiera. Fue cuando le vio recular ante la idea del plan que ladeó la sonrisa, ahí estaba de nuevo, la duda sobre ella. Que se creyeran que era una inútil que pronto les demostraría de lo que era capaz la hechicera.
Arrugó la frente, lanzándole una bota a la cabeza al idiota enamorado. -¿Cuántas veces tengo que decirte que sólo puedo ver el destino de los dioses? Y tú y tu amada pirata rubia, ambos sois mortales. No puedo saber si llegará a tiempo, pero espero que lo haga, porque borracho eres un incordio.- Aseguró con una maliciosa sonrisa y antes de que el conde se subiera de nuevo a su caballo, ella azuzó al suyo, saliendo al galope. Era tan capaz como su compañero de seguir el rastro de la manada salvaje, de hecho ella podía sentir sus estelas remanentes, así que, en realidad, le llevaba ventaja. Pero no se lo diría, por ahora, que rabiara y creyera que los encontraba de pura suerte bastaría, hasta que lanzara el lazo con acierto y gracia, atrapando al mejor ejemplar del grupo.
Ya todos sobre las monturas, sonaron los cuernos de partida. Muchos salieron en grupo y sólo algunas parejas de caza se dispersaron. La hechicera no conocía la zona, así que en eso se dejó guiar por el conde sin problema. Ella cabalgaba a pelo, porque en las montañas no habían sillas, espuelas ni esas tonterías. Se aferraban a la crin del caballo para darle instrucciones, amoldándose a sus movimientos, cualquiera que fuera el ritmo, sin importar si era paso, trote o galope.
Se detuvieron para que el moreno desmontara y analizara la zona. La völva se mantuvo sobre su corcel, observando con curiosidad los gestos ajenos. -¿Por qué sonríes tanto? Parece que hayas dormido con una herradura en la boca.- Höor parecía convencido de que ganaría la caza del mejor semental y presumía de tener la piel del oso antes de haberlo visto siquiera. Fue cuando le vio recular ante la idea del plan que ladeó la sonrisa, ahí estaba de nuevo, la duda sobre ella. Que se creyeran que era una inútil que pronto les demostraría de lo que era capaz la hechicera.
Arrugó la frente, lanzándole una bota a la cabeza al idiota enamorado. -¿Cuántas veces tengo que decirte que sólo puedo ver el destino de los dioses? Y tú y tu amada pirata rubia, ambos sois mortales. No puedo saber si llegará a tiempo, pero espero que lo haga, porque borracho eres un incordio.- Aseguró con una maliciosa sonrisa y antes de que el conde se subiera de nuevo a su caballo, ella azuzó al suyo, saliendo al galope. Era tan capaz como su compañero de seguir el rastro de la manada salvaje, de hecho ella podía sentir sus estelas remanentes, así que, en realidad, le llevaba ventaja. Pero no se lo diría, por ahora, que rabiara y creyera que los encontraba de pura suerte bastaría, hasta que lanzara el lazo con acierto y gracia, atrapando al mejor ejemplar del grupo.
Heith Baltz- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 28/04/2018
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Conocía al conde, vi por el rabilo del ojo como se desviaba a mano derecha tratando de ganar ventaja ascendiendo la montaña, negué con la cabeza ladeando la sonrisa, no pensaba ir donde todos los idiotas tratarían de dar caza de forma fácil los caballos que al lado del lago pastaran, me ira allá donde las aguas eran mas vivías, el alimento abundaría y también las manadas mas fuertes se establecerían desplazando a las jóvenes hacia lugares habitados por humanos.
-Quita esa cara de haberte pisado un huevo con la cremallera, para que el conde nos gane debería haberse ido con Sloan y no con su nueva amiguita -dijo Astrid ladeando la sonrisa.
-No subestimes a Höor, aun se saca un dios de los huevos y le convierten dos ratones en caballos y una calabaza en carruaje.
Ambos estallamos en carcajadas dejándonos guiar por los sentidos, teníamos que dar caza a las monturas sin transformarnos en ningún momento en los cambiantes que eramos, pero nadie había dicho que no pudiéramos usar el olfato para seguir el rastro de la presa lo que nos evitó un largo rato de búsqueda de huellas para nosotros innecesaria.
-¿Crees que la almirante llegará con el alcohol?
Me encogí de hombros como respuesta, francamente la pirata y yo no eramos especialmente grandes amigos.
-Estando con Stan que no se pierde una fiesta no lo dudes, ese es capaz de traer el barco de la pirata el solo a remo con tal de llegar a la fiesta de la primavera de Akershus.
-pondrá los bajos de vela -bromeó la cambiantes estirando las manos como si llevara la tela de su falda a cuadros-Y el badajo de timón si hace falta -dije muerto de la risa.
Al captar el olor de los equinos ambos guardamos silencio, la suerte de ir de caza con otro cambiante es que ambos eramos depredadores,nos poníamos en modo alerta muy fácilmente.
-Sloan es un gran cazador – atajó a decir sin venir a cuento.
-Algo me dice que te preocupa mas la verga del hijo que la del padre -apunté lanzandole un mordisco mientras ella negaba riéndose.
-¿Tu mujer aun te aguanta Ulf? -preguntó espoleando al caballo.
-Quita esa cara de haberte pisado un huevo con la cremallera, para que el conde nos gane debería haberse ido con Sloan y no con su nueva amiguita -dijo Astrid ladeando la sonrisa.
-No subestimes a Höor, aun se saca un dios de los huevos y le convierten dos ratones en caballos y una calabaza en carruaje.
Ambos estallamos en carcajadas dejándonos guiar por los sentidos, teníamos que dar caza a las monturas sin transformarnos en ningún momento en los cambiantes que eramos, pero nadie había dicho que no pudiéramos usar el olfato para seguir el rastro de la presa lo que nos evitó un largo rato de búsqueda de huellas para nosotros innecesaria.
-¿Crees que la almirante llegará con el alcohol?
Me encogí de hombros como respuesta, francamente la pirata y yo no eramos especialmente grandes amigos.
-Estando con Stan que no se pierde una fiesta no lo dudes, ese es capaz de traer el barco de la pirata el solo a remo con tal de llegar a la fiesta de la primavera de Akershus.
-pondrá los bajos de vela -bromeó la cambiantes estirando las manos como si llevara la tela de su falda a cuadros-Y el badajo de timón si hace falta -dije muerto de la risa.
Al captar el olor de los equinos ambos guardamos silencio, la suerte de ir de caza con otro cambiante es que ambos eramos depredadores,nos poníamos en modo alerta muy fácilmente.
-Sloan es un gran cazador – atajó a decir sin venir a cuento.
-Algo me dice que te preocupa mas la verga del hijo que la del padre -apunté lanzandole un mordisco mientras ella negaba riéndose.
-¿Tu mujer aun te aguanta Ulf? -preguntó espoleando al caballo.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Sus faldas eran motivo de muchas bromas, pero él se encontraba cómodo con su kilt y sus atributos bien aireados. ültimamente rondaba mucho a una morena del burdel que la caía simpática y había pensado en invitarla a la fiesta, pagar su noche completa y hacer algo distinto, algo como una cita o similar. Hacía tiempo que no tenía ningún tipo de relación seria, y ahora que había encontrado a su hijo y a su hermano se le despertaban las ganas de tener una cueva calentita donde hibernar...que traducido al lenguaje vikingo era un par de buenas piernas donde perderse cada noche.
— ¡Morgan! ¿no puedes hacer que esto vaya más rápido.?
— Claro que sí, ven. Mira.— le señaló la popa del barco donde tenían una roda labrada. Stan miró con interés sin descubrir realmente a qué se refería la inglesa.— bájate y empuja.— Le dio una colleja y resopló apoyándose en la baranda.— ¿Qué quieres que haga McQuinn? hemos desplegado todas las velas, he puesto un rumbo alternativo para provechar la corriente del Atlántico Norte.
El cambiante se restregó la nuca y sonrió de medio lado, tenía que reconocerle que a pesar de ser una estirada británica tenía cojones y un sentido del humor que a veces le resultaba simpático. Se rascó el trasero y se mesó la barba cruzándose de brazos.
— ¿Quieres llegar a la fiesta? me extraña, nunca te vemos por la taberna.
— Hay muchas cosas que no sabes de mi. Sé que pensáis que soy una de esas inglesas que tienen un palo metido por el culo.— negó con la cabeza.— Mi vida pirata no fue precisamente un trabajo de oficina, conozco los tugurios más sórdidos de medio mundo. Pero me he cansado de eso.
— Ahora eres almirante, no conozco a ninguna mujer que lo sea.
— Ni yo a ningún escocés sobrio.— le guiñó el ojo sonriendo.
— porque no los hay, sería una ofensa a nuestra bandera. ¿Qué hay del conde?
— ¿qué hay de qué?
— vale, no es asunto mío...pero yo diría que tiene mucho que ver con que no quieres hacer el ridículo delante de él.— Danielle furnció el ceño y el oso soltó una carcajada.—¡he dado en el clavo!
— No digas bobadas, pazguato. Ya hablas como Ulf.
— Ulf sabe divertirse y su mujer se muere de las risa con sus tonterías.
— ¿yo no sé divertirme?
— Oh, claro que sí, gritando órdenes y resoplando y fustigando con el látigo a los pobres marineros que osan respirar.
— bah... vete a la mierda McQuinn. Que no sea una payasa no significa que no sepa divertirme.— ¿En serio el mamarracho escocés la veía así? ¿y los demás? ¿y Höor?. Quizás sí que había tocado en el clavo el falditas.— ¿quieres verme divertirme? si llegamos a la fiesta espero que seas testigo.
El oso aguantó la risa y le hizo una leve reverencia con la cabeza y después puso las manos como si estuviera agarrando a alguien para bailar, dando unos pasos y contoneándose. La rubia puso los ojos en blanco y se dio la vuelta clamando al cielo.
— Thor... me vendría bien un poco de ayuda, con un pedo divino me basta, algo de viento que nos infle las velas.
Al momento las velas se hincharon y las olas que levanataba la quilla del barco rompían espumosas sobre las tablas. Negó con la cabeza mirando los nubarrones y murmuró.— Eres un cabrito, tú también quieres verme borracha.
— ¡Morgan! ¿no puedes hacer que esto vaya más rápido.?
— Claro que sí, ven. Mira.— le señaló la popa del barco donde tenían una roda labrada. Stan miró con interés sin descubrir realmente a qué se refería la inglesa.— bájate y empuja.— Le dio una colleja y resopló apoyándose en la baranda.— ¿Qué quieres que haga McQuinn? hemos desplegado todas las velas, he puesto un rumbo alternativo para provechar la corriente del Atlántico Norte.
El cambiante se restregó la nuca y sonrió de medio lado, tenía que reconocerle que a pesar de ser una estirada británica tenía cojones y un sentido del humor que a veces le resultaba simpático. Se rascó el trasero y se mesó la barba cruzándose de brazos.
— ¿Quieres llegar a la fiesta? me extraña, nunca te vemos por la taberna.
— Hay muchas cosas que no sabes de mi. Sé que pensáis que soy una de esas inglesas que tienen un palo metido por el culo.— negó con la cabeza.— Mi vida pirata no fue precisamente un trabajo de oficina, conozco los tugurios más sórdidos de medio mundo. Pero me he cansado de eso.
— Ahora eres almirante, no conozco a ninguna mujer que lo sea.
— Ni yo a ningún escocés sobrio.— le guiñó el ojo sonriendo.
— porque no los hay, sería una ofensa a nuestra bandera. ¿Qué hay del conde?
— ¿qué hay de qué?
— vale, no es asunto mío...pero yo diría que tiene mucho que ver con que no quieres hacer el ridículo delante de él.— Danielle furnció el ceño y el oso soltó una carcajada.—¡he dado en el clavo!
— No digas bobadas, pazguato. Ya hablas como Ulf.
— Ulf sabe divertirse y su mujer se muere de las risa con sus tonterías.
— ¿yo no sé divertirme?
— Oh, claro que sí, gritando órdenes y resoplando y fustigando con el látigo a los pobres marineros que osan respirar.
— bah... vete a la mierda McQuinn. Que no sea una payasa no significa que no sepa divertirme.— ¿En serio el mamarracho escocés la veía así? ¿y los demás? ¿y Höor?. Quizás sí que había tocado en el clavo el falditas.— ¿quieres verme divertirme? si llegamos a la fiesta espero que seas testigo.
El oso aguantó la risa y le hizo una leve reverencia con la cabeza y después puso las manos como si estuviera agarrando a alguien para bailar, dando unos pasos y contoneándose. La rubia puso los ojos en blanco y se dio la vuelta clamando al cielo.
— Thor... me vendría bien un poco de ayuda, con un pedo divino me basta, algo de viento que nos infle las velas.
Al momento las velas se hincharon y las olas que levanataba la quilla del barco rompían espumosas sobre las tablas. Negó con la cabeza mirando los nubarrones y murmuró.— Eres un cabrito, tú también quieres verme borracha.
Stan McQuinn- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 75
Fecha de inscripción : 19/09/2017
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Mujeres, siempre andaban con el ceño fruncido si no las adulabas.
-Pero si te he dicho que al menos echas bien las piedrecitas y los huesos -me justifique tratando de morderme los labios para no estallar en carcajadas mientras la escuchaba delante resoplar -pero...solo para mi tranquilidad ¿me estas guiando hacia una manada de caballos porque has tenido algún tipo de visión?
Crucé los dedos porque su respuesta fuera afirmativa, pero por contra me enseñó un dedo precioso y no el que usaba para indicar hacía donde seguir precisamente.
Puede que no ganáramos pero mira que me estaba riendo a costa de Heith. Iba parloteando, ya casi olvidándome de las huellas que por culpa de esta mujer ya había perdido cuando de golpe y como por arte de magia apareció frente a nosotros la manada de caballos que buscábamos.
-Heith, muy bien, ahora solo has de estarte muy quietecita -apunté espoleando el caballo mientras sacaba el lazo y en el aire empezaba a girarlo como un vaquero.
Eran tres ejemplares, los tres enormes, salvajes, pero uno de ellos tenia el pelaje blanco como la nieve del norte, ese era sin duda el ejemplar mas bonito, ahí tenía mi victoria, solo tenía que cogerla.
Con mi espectro empujé al ejemplar separandolo del resto, este daba coces tratando de mantenerme lejos, mas sus intentos no resultaban fructíferos cuando lo asediaba por la derecha y la izquierda no permitiendole huir y acercarse nuevamente al grupo que había salido en estampida hacia la seguridad de la zona mas montañosa.
-Vamos precioso, tranquilo -dije dispuesto a lanzar el lazo.
Fue entonces cuando un Ulf enardecido apareció en escena aullando y sacando de mi trayectoria al animal.
Los dos nos miramos como los salvajes que eramos mientras las mujeres enarcaban una ceja al ver el duelo brutal en el que no dudamos en asestarnos patadas para tirarnos de los caballos.
-¿No es esa tu mujer? -pregunté a Ulf con picardía -creo anda con un moreno, así luego te sale la descendencia...
Lanzó el lazo dándome con la cuerda en el culo.
-la pirata esta con Stan ¿no? ese escoces con músculos de acero y verga al aire, no quería decirte nada Höor pero ya no estas en forma, los años pesan ¿o son los kilos?
-Es mi gran verga -respondí sacudiendomela con la diestra
Cuando nos dimos cuenta, el caballo ya no estaba a tiro, bueno, no a nuestro tiro, pero si al de la cazadora de cabras.
-Vamos Heith, es tuyo.
Ulf casi se cae de su montura de la risa al escuchar mis palabras de aliento mientras yo negaba con la cabeza imaginando el desastre, hasta cerré los ojos la verla mover el lazo en el aire.
-Pero si te he dicho que al menos echas bien las piedrecitas y los huesos -me justifique tratando de morderme los labios para no estallar en carcajadas mientras la escuchaba delante resoplar -pero...solo para mi tranquilidad ¿me estas guiando hacia una manada de caballos porque has tenido algún tipo de visión?
Crucé los dedos porque su respuesta fuera afirmativa, pero por contra me enseñó un dedo precioso y no el que usaba para indicar hacía donde seguir precisamente.
Puede que no ganáramos pero mira que me estaba riendo a costa de Heith. Iba parloteando, ya casi olvidándome de las huellas que por culpa de esta mujer ya había perdido cuando de golpe y como por arte de magia apareció frente a nosotros la manada de caballos que buscábamos.
-Heith, muy bien, ahora solo has de estarte muy quietecita -apunté espoleando el caballo mientras sacaba el lazo y en el aire empezaba a girarlo como un vaquero.
Eran tres ejemplares, los tres enormes, salvajes, pero uno de ellos tenia el pelaje blanco como la nieve del norte, ese era sin duda el ejemplar mas bonito, ahí tenía mi victoria, solo tenía que cogerla.
Con mi espectro empujé al ejemplar separandolo del resto, este daba coces tratando de mantenerme lejos, mas sus intentos no resultaban fructíferos cuando lo asediaba por la derecha y la izquierda no permitiendole huir y acercarse nuevamente al grupo que había salido en estampida hacia la seguridad de la zona mas montañosa.
-Vamos precioso, tranquilo -dije dispuesto a lanzar el lazo.
Fue entonces cuando un Ulf enardecido apareció en escena aullando y sacando de mi trayectoria al animal.
Los dos nos miramos como los salvajes que eramos mientras las mujeres enarcaban una ceja al ver el duelo brutal en el que no dudamos en asestarnos patadas para tirarnos de los caballos.
-¿No es esa tu mujer? -pregunté a Ulf con picardía -creo anda con un moreno, así luego te sale la descendencia...
Lanzó el lazo dándome con la cuerda en el culo.
-la pirata esta con Stan ¿no? ese escoces con músculos de acero y verga al aire, no quería decirte nada Höor pero ya no estas en forma, los años pesan ¿o son los kilos?
-Es mi gran verga -respondí sacudiendomela con la diestra
Cuando nos dimos cuenta, el caballo ya no estaba a tiro, bueno, no a nuestro tiro, pero si al de la cazadora de cabras.
-Vamos Heith, es tuyo.
Ulf casi se cae de su montura de la risa al escuchar mis palabras de aliento mientras yo negaba con la cabeza imaginando el desastre, hasta cerré los ojos la verla mover el lazo en el aire.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Aún y cuando le había llevado con éxito a dar con la manada de caballos, el conde parecía considerar tal hecho como una mera casualidad. Quiso gruñirle y lanzarle de nuevo la bota, pero no era el momento ni el lugar o espantarían a los hermosos ejemplares que parecían estar tomándose su tiempo en acicalarse unos a otros con mordiscos en la crin y la grupa. La imagen era espectacular y aquellos corceles se veían realmente preciosos, salvajes y bastante grandes, cabía decir. La völva se los quedó mirando, recordando su vida en la montaña rocosa. Pero algo hizo que volviera a la realidad y fue la aparición del crío de Ulf. Cuando estaban juntos, aquel par eran como niños. Se pasaban el día peleando, golpeándose y presumiendo. Los dos deseaban ser más que el otro y se picaban, lo que hacía que se esforzaran más aún por conseguir lo que fuera. Era competencia sana, aunque sus actitudes lograron que las presas escaparan.
La hechicera seguía en el punto original y justo ese fue el camino elegido por los animales para su huida. Llevó la mano al lazo que llevaba amarrado a la cintura y lo elevó en el aire, haciéndolo girar con soltura varias veces. Espoleó a su montura para hacer recular a los tres ejemplares, buscando ángulo y distancia, calculando el momento preciso en el que soltar cuerda entre sus dedos. Podía oír la risa del lobo en la lejanía, porque su mente estaba concentrada y parecía que el mundo a su alrededor desaparecía en parte. Liberó el lazo con un golpe de muñeca y éste cayó sobre la cabeza del corcel blanco. Tuvo que moverse, tirar y soltar, hasta que logró atraparlo del cuello. Pero allí no terminaba el trabajo, porque el animal era excepcionalmente fuerte y comenzó a recular, arrastrando a la völva que se aferraba con las rodillas a las costillas de su yegua. -¡Höor, ayuda!- Notaba como la fibra le cortaba en las palmas de las manos, el animal era sumamente obstinado. -Este bicho es cabezón como vosotros, echadme una mano, ¡vagos!- Reclamó ante la atónita mirada de los dos hombres que aún debían estar asombrados de que atinara con su lanzamiento.
La hechicera seguía en el punto original y justo ese fue el camino elegido por los animales para su huida. Llevó la mano al lazo que llevaba amarrado a la cintura y lo elevó en el aire, haciéndolo girar con soltura varias veces. Espoleó a su montura para hacer recular a los tres ejemplares, buscando ángulo y distancia, calculando el momento preciso en el que soltar cuerda entre sus dedos. Podía oír la risa del lobo en la lejanía, porque su mente estaba concentrada y parecía que el mundo a su alrededor desaparecía en parte. Liberó el lazo con un golpe de muñeca y éste cayó sobre la cabeza del corcel blanco. Tuvo que moverse, tirar y soltar, hasta que logró atraparlo del cuello. Pero allí no terminaba el trabajo, porque el animal era excepcionalmente fuerte y comenzó a recular, arrastrando a la völva que se aferraba con las rodillas a las costillas de su yegua. -¡Höor, ayuda!- Notaba como la fibra le cortaba en las palmas de las manos, el animal era sumamente obstinado. -Este bicho es cabezón como vosotros, echadme una mano, ¡vagos!- Reclamó ante la atónita mirada de los dos hombres que aún debían estar asombrados de que atinara con su lanzamiento.
Heith Baltz- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 28/04/2018
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Casi me caía del caballo por la risa que llevaba encima cuando vi que la maldita hechicera usaba sus dotes oscuras para acertar en el cuello de la majestuosa criatura.
La sonrisa se desdibujó de mi cara y el silencio me invadió fruto de la incredibilidad durante unos segundos, lo que llevó a Höor a abrir los ojos, nos miramos uno al otro incapaces de asumir que esa mujer hubiera logrado acertar en el blanco.
-!Hostia Heith, de puta madre! -rugió Höor levantando el brazo en señal de victoria - ¡Hemso ganado!
Mas en ese momento a la Völva se le complicó el asunto, el equino con amas fuerza tiraba de ella reculando hacía atrás mientras ella se veía vencida hacia delante. Mi acompañante que estaba al quite trato de que soltara al caballo para que nosotros pudiéramos echarle el lazo mientras Höor viendo que la piel del osos se le escapaba de entre los dedos espoleó el caballo para acudir en ayuda de su compañera de juego.
Yo tras el espoleé el mio para evitarlo, peor este mas raudo, esquivó mi embestida alcanzando a la Völva y lanzándose en plancha sobre ella y la cuerda aferró la soga tirando de ella como una bestia parda.
Desde mi montura enarqué una ceja mirando a esos dos revolcarse por la tierra pero consiguiendo reducir al semental que sin duda era una gran pieza.
Sin alterarme demasiado, nada mas Höor se puso en pie le tiré mi lazo y atrayendolo hacia mi mientras este me miraba con la ceja elevada y cara de interrogación, dije lo evidente.
-Hemos ganado, acabo de cazar al mejor semental, me has dicho antes que tu badajo es mas grande que el de un caballo y tu descendencia lo deja claro -vamos -apunté intentando aguantarme la risa mientras tiraba de mi amigo que ahora con sus manos enganchaba la soga con cara de no estar dispuesto a dar un paso.
La sonrisa se desdibujó de mi cara y el silencio me invadió fruto de la incredibilidad durante unos segundos, lo que llevó a Höor a abrir los ojos, nos miramos uno al otro incapaces de asumir que esa mujer hubiera logrado acertar en el blanco.
-!Hostia Heith, de puta madre! -rugió Höor levantando el brazo en señal de victoria - ¡Hemso ganado!
Mas en ese momento a la Völva se le complicó el asunto, el equino con amas fuerza tiraba de ella reculando hacía atrás mientras ella se veía vencida hacia delante. Mi acompañante que estaba al quite trato de que soltara al caballo para que nosotros pudiéramos echarle el lazo mientras Höor viendo que la piel del osos se le escapaba de entre los dedos espoleó el caballo para acudir en ayuda de su compañera de juego.
Yo tras el espoleé el mio para evitarlo, peor este mas raudo, esquivó mi embestida alcanzando a la Völva y lanzándose en plancha sobre ella y la cuerda aferró la soga tirando de ella como una bestia parda.
Desde mi montura enarqué una ceja mirando a esos dos revolcarse por la tierra pero consiguiendo reducir al semental que sin duda era una gran pieza.
Sin alterarme demasiado, nada mas Höor se puso en pie le tiré mi lazo y atrayendolo hacia mi mientras este me miraba con la ceja elevada y cara de interrogación, dije lo evidente.
-Hemos ganado, acabo de cazar al mejor semental, me has dicho antes que tu badajo es mas grande que el de un caballo y tu descendencia lo deja claro -vamos -apunté intentando aguantarme la risa mientras tiraba de mi amigo que ahora con sus manos enganchaba la soga con cara de no estar dispuesto a dar un paso.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Aquellos humanos les habían acorralado por el monte. Ella y sus amigos, sus compañeros, su manada, estaban arrinconados contra la escarpada montaña, rodeados de árboles y arbustos, piedras afiladas y cuatro seres montados sobre caballos. ¿Por qué les ayudaban a dar caza a los suyos? No lo comprendía. Se alzó sobre los cuartos traseros, relinchando, exigiendo a esos corceles que se retiraran, pero azuzados por sus jinetes, no recularon. Sacudió la cabeza, ofuscada, echando un vistazo a ambos lados, intentando encontrar una salida. Mas estaba calculando cuando el lazo cayó sobre sus orejas y pronto le había rodeado el cuello. El nudo se cerró alrededor, abrasando su piel con cada tirón que daba, intentando escapar. A punto estaba de lanzar a la joven de su montura, que un hombre se abalanzó sobre ella, dándole un fuerte agarrón a la cuerda que le provocó quemazón por el roce de la fibra, cortando su pelo y dura dermis, dejando ver una fina calva y una marca rojiza, la sangre afloraría pronto.
Intentó ir hacia atrás, pero topó con el trasero en la montaña y uno de los sementales que la acompañaba, se vio aprisionado entre ella y el tronco de un alto y viejo roble de corteza rojiza. No parecían tener interés en sus amigos, porque a ellos no les lanzaban nada, no les disparaban ni tampoco daban caza con lazo. Miró a uno de ellos y con su poder telepático les indicó que en cuanto ella distrajera a esos humanos, echaran a correr, huyeran. Primero se negaron, pero tras una breve discusión que duró segundos, accedieron. “Mejor uno que todos.”
Su plan era, avanzar como si se rindiera, para luego arrancar a correr entre los dos grupos que se habían formado de jinetes. Estaba dando los primeros pasos, rascando el suelo con la pata derecha cada vez que se movía un poco, dejando claro que no era un animal precisamente manso, cuando los dos machos salieron a la carrera por entre dos arbustos, saltando una gran rama caída de un haya. Esa era la señal para que ella se alzara de nuevo con las patas traseras en el aire. Podría haber caído sobre esos desconocidos, pero ella no era violenta, sólo quería asustarlos, darles tiempo a sus hermanos para escapar.
Intentó ir hacia atrás, pero topó con el trasero en la montaña y uno de los sementales que la acompañaba, se vio aprisionado entre ella y el tronco de un alto y viejo roble de corteza rojiza. No parecían tener interés en sus amigos, porque a ellos no les lanzaban nada, no les disparaban ni tampoco daban caza con lazo. Miró a uno de ellos y con su poder telepático les indicó que en cuanto ella distrajera a esos humanos, echaran a correr, huyeran. Primero se negaron, pero tras una breve discusión que duró segundos, accedieron. “Mejor uno que todos.”
Su plan era, avanzar como si se rindiera, para luego arrancar a correr entre los dos grupos que se habían formado de jinetes. Estaba dando los primeros pasos, rascando el suelo con la pata derecha cada vez que se movía un poco, dejando claro que no era un animal precisamente manso, cuando los dos machos salieron a la carrera por entre dos arbustos, saltando una gran rama caída de un haya. Esa era la señal para que ella se alzara de nuevo con las patas traseras en el aire. Podría haber caído sobre esos desconocidos, pero ella no era violenta, sólo quería asustarlos, darles tiempo a sus hermanos para escapar.
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
El semental lucho, lo hizo hasta la extenuación, pero tras un largo combate con tan noble equino entre la Völva y yo logramos reducirlo hasta que menguaron sus fuerzas. Una vez quebrada su voluntad fue mas fácil guiarlo tras nosotros para llevarlo a Akershus donde nos coronaríamos con la victoria sin dudarlo.
Las bromas se sucedieron, Ulf no dejaba de molestar alegando que no era un semental si no una yegua, así que no estaba muy claro eso de mi victoria, yo por contra aseguraba que para no ser un macho era mas grande, tenía una buena envergadura y eso aun tenía mas merito así que pensaba beber gratis toda la noche. Entre discusiones cruzamos las puertas de Akershus.
Llevamos a nuestro tesoro a las caballerizas, fue ahí la primera vez que Ulf se fijo ciertamente en ella.
-Höor -empezó a descojonarse mientras Heith y yo nos mirábamos de soslayo, pero al parecer la völva pronto entendió a lo que Ulf se refería y llevándose la mano a la cara creo quiso enterrarse bajo tierra.
-¿que? -pregunté frunciendo el ceño -¿habéis decidido joderme la caza?
-Es una cambiante, no es una yegua.
Abrí los ojos como platos, no era posible, en ningún momento había cambiado su forma, algo muy util cuando unos humanos como tu eres, entre ellos dos de ellos cambiantes como tu te dan caza.
-¿Seguro? -pregunté de forma inquisitiva.
Sabía que Ulf me quería joder la cacería, así que no me fiaba.
Busqué con la mirada a la volva que confirmó las palabras del lobo.
-Puedes convertirte en mujer – le apremió Ulf a la yegua quitándose las pieles de los hombros para cubrir su desnudez, sabemos lo que eres...
Las bromas se sucedieron, Ulf no dejaba de molestar alegando que no era un semental si no una yegua, así que no estaba muy claro eso de mi victoria, yo por contra aseguraba que para no ser un macho era mas grande, tenía una buena envergadura y eso aun tenía mas merito así que pensaba beber gratis toda la noche. Entre discusiones cruzamos las puertas de Akershus.
Llevamos a nuestro tesoro a las caballerizas, fue ahí la primera vez que Ulf se fijo ciertamente en ella.
-Höor -empezó a descojonarse mientras Heith y yo nos mirábamos de soslayo, pero al parecer la völva pronto entendió a lo que Ulf se refería y llevándose la mano a la cara creo quiso enterrarse bajo tierra.
-¿que? -pregunté frunciendo el ceño -¿habéis decidido joderme la caza?
-Es una cambiante, no es una yegua.
Abrí los ojos como platos, no era posible, en ningún momento había cambiado su forma, algo muy util cuando unos humanos como tu eres, entre ellos dos de ellos cambiantes como tu te dan caza.
-¿Seguro? -pregunté de forma inquisitiva.
Sabía que Ulf me quería joder la cacería, así que no me fiaba.
Busqué con la mirada a la volva que confirmó las palabras del lobo.
-Puedes convertirte en mujer – le apremió Ulf a la yegua quitándose las pieles de los hombros para cubrir su desnudez, sabemos lo que eres...
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Ella tenía más fuerza que aquel par de humanos, pero si se exaltaba demasiado, tal vez, la darían por imposible e intentarían dar caza a sus amigos. Observó de reojo la partida de los dos sementales mientras ella se alzaba sobre las patas traseras y relinchaba, mostrando sus dientes grandes pero planos. La única amenaza factible para los equinos era lanzar a sus jinetes y dar coces. Sí, arreaban mordiscos, pero no eran peligrosos ni mortales. Tras pelear un rato, decidió que aquello era absurdo, se dejaría llevar y a la que le quitaran el ojo de encima, escaparía. Así que dejó de perder el tiempo intentando batallar con aquellos tercos hombres y, tras volver a colocarse a cuatro patas, agachó la cabeza, mostrándose agotada, aunque ni de lejos lo estuviera.
La llevaron a una ciudadela, a los establos para ser más exactos. Había mucha gente allí, no sabía si aquello era normal o si se tratada de una ocasión especial. Escuchaba las quejas del resto de caballos, al parecer varios habían sido cazados aquella misma tarde. Uno comentaba entre relinchos que era una tradición bárbara que se llevaba a cabo todos los años para que los vikingos presumieran de sus dotes domando potros salvajes.
Una vez allí, uno de los que había acompañado a su captor aseguró que ella era una cambiante. En realidad no era así, aunque su aura se asemejaba bastante. Ella era mucho más que una mujer con la capacidad de convertirse en yegua, ella era algo distinto, especial y único en el mundo. Pero no se podía delatar, la humanidad no estaba preparada para conocer la verdad de los seres mitológicos, porque los hombres no hacían sino destruir todo aquello que escapaba a su comprensión.
Fijó sus grandes orbes equinos en el que se quitaba las pieles. Ya que le había dado una coartada, la aprovecharía. Fingiría ser no más que eso, una mera cambiante, tal vez así la liberaran y pudiera regresar con los suyos. Sus huesos se quebraron, su piel empezó a perder el pelo y a tornarse rosada y luego con un ligero tono aceitunado. Las pezuñas dejaron paso a manos con finos dedos y a unos pies algo pequeños. Su cuerpo cambió de forma y en su cabeza apareció una larga cabellera bruna. Extendió el brazo izquierdo para agarrar aquello con lo que poder cubrirse y se lo pasó por encima de los hombros, sujetándolo con la diestra a la altura del esternón para cerrar la pieza con un broche con el que no se aclaraba, hasta que se cercó la muchacha de cabellos oscuros y la ayudó. -Ya que sabéis lo que soy, ¿puedo irme?- Inquirió, alzando sus pardos para encontrarse con los de la joven y luego llevó la mirada a los otros dos hombres.
La llevaron a una ciudadela, a los establos para ser más exactos. Había mucha gente allí, no sabía si aquello era normal o si se tratada de una ocasión especial. Escuchaba las quejas del resto de caballos, al parecer varios habían sido cazados aquella misma tarde. Uno comentaba entre relinchos que era una tradición bárbara que se llevaba a cabo todos los años para que los vikingos presumieran de sus dotes domando potros salvajes.
Una vez allí, uno de los que había acompañado a su captor aseguró que ella era una cambiante. En realidad no era así, aunque su aura se asemejaba bastante. Ella era mucho más que una mujer con la capacidad de convertirse en yegua, ella era algo distinto, especial y único en el mundo. Pero no se podía delatar, la humanidad no estaba preparada para conocer la verdad de los seres mitológicos, porque los hombres no hacían sino destruir todo aquello que escapaba a su comprensión.
Fijó sus grandes orbes equinos en el que se quitaba las pieles. Ya que le había dado una coartada, la aprovecharía. Fingiría ser no más que eso, una mera cambiante, tal vez así la liberaran y pudiera regresar con los suyos. Sus huesos se quebraron, su piel empezó a perder el pelo y a tornarse rosada y luego con un ligero tono aceitunado. Las pezuñas dejaron paso a manos con finos dedos y a unos pies algo pequeños. Su cuerpo cambió de forma y en su cabeza apareció una larga cabellera bruna. Extendió el brazo izquierdo para agarrar aquello con lo que poder cubrirse y se lo pasó por encima de los hombros, sujetándolo con la diestra a la altura del esternón para cerrar la pieza con un broche con el que no se aclaraba, hasta que se cercó la muchacha de cabellos oscuros y la ayudó. -Ya que sabéis lo que soy, ¿puedo irme?- Inquirió, alzando sus pardos para encontrarse con los de la joven y luego llevó la mirada a los otros dos hombres.
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Miré a Höor, ciertamente si era una cambiante no podíamos contra su voluntad retenerla, mas había que admitir que algo me escamaba, pocos eran los cambiantes equinos que quedaban a salvajados y en estas tierras, a mi conocer, ninguno.
-¿quien es Randulf? -pregunté enarcando una ceja
Pude ver la duda en sus ojos, no tenía respuesta a esa pregunta lo que la delataba, no era de aquí, y si la dejábamos ir acabaría corriendo riesgos ante ese hombre que todo lo corrompe.
Pedí a Höor que viniera conmigo para hablar ambos tranquilos mientras la Völva se quedaba hablando con la yegua.
-No podemos dejarla ir, es una cambiante, peor noto algo mas en su aura, no se como explicártelo, no puede irse.
-Tampoco podemos secuestrar mujeres como el tirano, si su voluntad es abandonar nuestros muros lo hará por la misma puerta por la que entró y en libertad.
-Una noche Höor, una noche para convencerla -pedí clavando mis lobunos ojos en los de mi amigo .
Yo mejor que nadie sabía lo perdido que podías sentirte siendo un animal salvaje, en mi caso siempre tuve a mis padres, pero no eran pocos los cambiantes que no tuvieron esa suerte, que se habían criado solos ...ella ahi fuera sería presa de aquel desalmado, solo tras estas montañas estaría segura.
-La invitaré a la fiesta, tienes la noche para convencerla Ulf, no creo pueda forzarla a quedarse mucho mas, parece decidida a volver al bosque...
Asentí y volvimos junto a las mujeres, tiré mi brazo sobre los hombros de la cambiante con una sonrisa entrañable.
-Voy a enseñarte un mundo de posibilidades -dije moviendo la mano delante de sus ojos con esa persuasión que me gastaba de hombre encantador.
-Por lso dioses esto huele a desastre -susurró Höor para la völva.
-Podemos oírte capullo -dije entre dientes.
--Había dicho que huele carne, la fiesta , ya sabes -bromeo estallando en carcajadas llevándose un codazo por parte de la bruja.
-¿quien es Randulf? -pregunté enarcando una ceja
Pude ver la duda en sus ojos, no tenía respuesta a esa pregunta lo que la delataba, no era de aquí, y si la dejábamos ir acabaría corriendo riesgos ante ese hombre que todo lo corrompe.
Pedí a Höor que viniera conmigo para hablar ambos tranquilos mientras la Völva se quedaba hablando con la yegua.
-No podemos dejarla ir, es una cambiante, peor noto algo mas en su aura, no se como explicártelo, no puede irse.
-Tampoco podemos secuestrar mujeres como el tirano, si su voluntad es abandonar nuestros muros lo hará por la misma puerta por la que entró y en libertad.
-Una noche Höor, una noche para convencerla -pedí clavando mis lobunos ojos en los de mi amigo .
Yo mejor que nadie sabía lo perdido que podías sentirte siendo un animal salvaje, en mi caso siempre tuve a mis padres, pero no eran pocos los cambiantes que no tuvieron esa suerte, que se habían criado solos ...ella ahi fuera sería presa de aquel desalmado, solo tras estas montañas estaría segura.
-La invitaré a la fiesta, tienes la noche para convencerla Ulf, no creo pueda forzarla a quedarse mucho mas, parece decidida a volver al bosque...
Asentí y volvimos junto a las mujeres, tiré mi brazo sobre los hombros de la cambiante con una sonrisa entrañable.
-Voy a enseñarte un mundo de posibilidades -dije moviendo la mano delante de sus ojos con esa persuasión que me gastaba de hombre encantador.
-Por lso dioses esto huele a desastre -susurró Höor para la völva.
-Podemos oírte capullo -dije entre dientes.
--Había dicho que huele carne, la fiesta , ya sabes -bromeo estallando en carcajadas llevándose un codazo por parte de la bruja.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Los ojos de la bruja seguía con atención las estupideces del lobo y del conde con una mezcla de sorpresa y ceño fruncido. Eran como dos críos tramando travesuras, estaba claro que allí sucedía algo porque conocía el aura alterada de Ulf, podía ver también la de la cambiante y era muy rara, era como mística, como si la magia también fluyese por ella. Desconocía que los cambiantes pudieran tener magia, pero en aquellas tierras había visto muchas cosas incomprensibles.
Avanzó decidida hacia el grupo, con ese gesto en la cara que a pesar de parecer serio o sereno, Ulf bien sabía que era la antesala de una buena bronca o una noche en el sofá. Cuando llegó a su altura lo agarró de la oreja como si fuera su hijo mayor que ya empezaba a camninar y hacer el cafre.
— Así que un mundo de posibilidades... Ajá. ¿Sabes qué posibilidad es un hecho seguro? que esta noche duermes en el sofá de Höor.— volteó su cabesza hacia la extraña.— Soy Giuliana, la que tiene que aguantar a este memo hasta que la muerte nos separe.
Höor empezó a reirse y a hacerle bromas a Ulf escudándose tras la Völva. La bruja le apunto con el dedo entornando los ojos.
— Te estás ganando que saque a pasear la sartén.— Finalmente esbozó una sonrisa porque esos dos eran incorregibles.— ¿Pensabas empezar la fiesta sin mi?.— le recriminó a Ulf soltándole la oreja. Había podido dejar a Brökk y a Alrek con Hilda y Arne en casa, que ya estaban algo mayores para andar en fiestas como esas y preferían la vida tranquila.
Avanzó decidida hacia el grupo, con ese gesto en la cara que a pesar de parecer serio o sereno, Ulf bien sabía que era la antesala de una buena bronca o una noche en el sofá. Cuando llegó a su altura lo agarró de la oreja como si fuera su hijo mayor que ya empezaba a camninar y hacer el cafre.
— Así que un mundo de posibilidades... Ajá. ¿Sabes qué posibilidad es un hecho seguro? que esta noche duermes en el sofá de Höor.— volteó su cabesza hacia la extraña.— Soy Giuliana, la que tiene que aguantar a este memo hasta que la muerte nos separe.
Höor empezó a reirse y a hacerle bromas a Ulf escudándose tras la Völva. La bruja le apunto con el dedo entornando los ojos.
— Te estás ganando que saque a pasear la sartén.— Finalmente esbozó una sonrisa porque esos dos eran incorregibles.— ¿Pensabas empezar la fiesta sin mi?.— le recriminó a Ulf soltándole la oreja. Había podido dejar a Brökk y a Alrek con Hilda y Arne en casa, que ya estaban algo mayores para andar en fiestas como esas y preferían la vida tranquila.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/04/2016
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Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
La pregunta del hombre la desconcertó. ¿Y qué importaba quien fuera ese tal Randulf? Ella lo que quería era confirmar que sus amigos estaban bien, que habían huido y nadie más les había dado caza tras escapar de la encerrona en la que, ella, se había dejado atrapar con tal de darles tiempo para marcharse lejos. Vio a los dos hombres apartarse y cuchichear, mientras la morena la observaba con sumo interés. La cambiante entornó la mirada, algo le decía que no debía fiarse de aquella joven o, más bien, que era mejor mantenerse alejada, pues rezumaba demasiado poder. Algo poco creíble dado lo menuda que se veía, ella le sacaba una cabeza entera a la chiquilla y, sin embargo, aparentaban tener, más o menos, la misma edad. No quiso dirigirle la palabra, así que desvió sus orbes hacia un lado, justo cuando el del pelo largo le pasaba un brazo por encima, tomándose unas confianzas desmedidas. Kasia despegó los labios para decirle que mantuviera las manos quietas o, por lo menos, lejos de ella, pero antes de poder pronunciar palabra alguna, otra mujer apareció en escena y se encargó de sacarle al lobo de encima.
Observó la escena y, aunque no dijo nada al respecto ni hizo mueca alguna que la delatara, se le antojó divertida. Por costumbre, sabía que los humanos se creían muy machos e intentaban siempre dominar a sus hembras, así que ver que la que mandaba era ella, le pareció muy interesante. -Suena a que deberás aguantarlo por mucho tiempo.- Comentó en un tono suave de voz que, a pesar de todo, no sonó jocoso ni con sorna. Fue muy neutro y tranquilo, como si le dijera que hacía un día maravilloso fuera. Entonces, algo captó su atención en la conversación. -¿Qué fiesta?- Ella lo único que había visto era a cuatro humanos que, creyéndose dueños del mundo, habían intentado acorralar a un pequeño grupo de caballos salvajes para reducirlos y llevárselos a su casa como meros trofeos que colgar en la pared.
Observó la escena y, aunque no dijo nada al respecto ni hizo mueca alguna que la delatara, se le antojó divertida. Por costumbre, sabía que los humanos se creían muy machos e intentaban siempre dominar a sus hembras, así que ver que la que mandaba era ella, le pareció muy interesante. -Suena a que deberás aguantarlo por mucho tiempo.- Comentó en un tono suave de voz que, a pesar de todo, no sonó jocoso ni con sorna. Fue muy neutro y tranquilo, como si le dijera que hacía un día maravilloso fuera. Entonces, algo captó su atención en la conversación. -¿Qué fiesta?- Ella lo único que había visto era a cuatro humanos que, creyéndose dueños del mundo, habían intentado acorralar a un pequeño grupo de caballos salvajes para reducirlos y llevárselos a su casa como meros trofeos que colgar en la pared.
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Cuando la bruja entró en escena cogiendo a mi general de la oreja no pude evitar partirme de la risa. El lobo como un niño bufaba mas que porque lo cogiera de la oreja porque quería dejarlo sin mover la verga esa noche de fiesta.
-Al sofá no -replicaba llevando sus manos hacía la cintura de su mujer para atraerla dándole besos que menguaran su enfado mientras por encima de su hombro me miraba con gesto furibundo – Rie ahora que puedes, que en cuanto te cases vas a aprender lo que es pasar hambre -gruñó Ulf mientras yo incapaz de dejar de reirme me escondía tras la Völva para no hacer mas sangre con el asunto.
La bruja se presentó a la yegua mientras Ulf trataba de alcanzarme para darme una colleja y yo corría por las cuadras tratando de esquivarlo. La völva negaba con la cabeza mirándonos de soslayo. Ulf cogió un poco de paja con una buena mierda que me lanzó a traición, pero yo mas rápido esquivé y Heith se la comió entera.
Primero los dos nos quedamos paralizados, casi viendo como la mierda se acercaba a su cara a camara lenta, pero tras el choque inicial, ambos estallamos en carcajadas porque la situación era cuanto menos graciosa.
Casi podía ver la ira en los ojos de la Völva, creo que ahora mismo nos mataría si eso no implicara romper la promesa de “ofrecerme su lealtad y ayudarme con la carga de la espada”
-Si te lavas no se notara -dije con la voz entrecortada por la risa.
-Höor apesta a mierda -dijo Ulf – eso n ose vas en toda la noche.
-Calla tío -le dije entre dientes.
-Es lesbiana, no pasa nada, no iba a ligar en la fiesta.
Enarqué una ceja mirándolo con un gesto de interrogación.
-Joder que mujer en edad reproductiva no se fijaría en uno de los dos, somos de lo mejor del norte.
-Al sofá no -replicaba llevando sus manos hacía la cintura de su mujer para atraerla dándole besos que menguaran su enfado mientras por encima de su hombro me miraba con gesto furibundo – Rie ahora que puedes, que en cuanto te cases vas a aprender lo que es pasar hambre -gruñó Ulf mientras yo incapaz de dejar de reirme me escondía tras la Völva para no hacer mas sangre con el asunto.
La bruja se presentó a la yegua mientras Ulf trataba de alcanzarme para darme una colleja y yo corría por las cuadras tratando de esquivarlo. La völva negaba con la cabeza mirándonos de soslayo. Ulf cogió un poco de paja con una buena mierda que me lanzó a traición, pero yo mas rápido esquivé y Heith se la comió entera.
Primero los dos nos quedamos paralizados, casi viendo como la mierda se acercaba a su cara a camara lenta, pero tras el choque inicial, ambos estallamos en carcajadas porque la situación era cuanto menos graciosa.
Casi podía ver la ira en los ojos de la Völva, creo que ahora mismo nos mataría si eso no implicara romper la promesa de “ofrecerme su lealtad y ayudarme con la carga de la espada”
-Si te lavas no se notara -dije con la voz entrecortada por la risa.
-Höor apesta a mierda -dijo Ulf – eso n ose vas en toda la noche.
-Calla tío -le dije entre dientes.
-Es lesbiana, no pasa nada, no iba a ligar en la fiesta.
Enarqué una ceja mirándolo con un gesto de interrogación.
-Joder que mujer en edad reproductiva no se fijaría en uno de los dos, somos de lo mejor del norte.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
Mientras atendía a la cambiante, intentando que ésta dejara de fijarse en el par de idiotas que se perseguían como críos por las cuadras, prestó especial atención la extraña aura que la rodeaba. Algo no cuadraba en la escena, no tenía el mismo tipo de halo que Ulf o el resto de cambiantes que había conocido, aunque tampoco se asemejaba al de Bastet, la diosa gato que habían conocido en su viaje a por la espada del Caos. Era algo intermedio y eso la confundía. Quería preguntar, pero al mismo tiempo temía que la respuesta no fuera la esperada y se rompiera el misterio. Así que optó por callar.
Justo se daba la vuelta para decirle a Giuliana que atara en corto a su marido, cuando vio volar aquel proyectil de estiércol. El lobo había apuntado a la cabeza de Höor y como ella era casi dos cabezas más baja, se libró de que éste impactara contra su rostro, pero le cayó parte en la cabeza, impregnando su oscura melena de excremento. Los ojos de la völva fulguraron con odio y un gruñido escapó de su garganta. -Cuando menos te lo esperes, lloverá mierda sobre ti, Ulf Tollak.- Amenazó, señalándole con el dedo índice de su diestra, antes de salir a toda prisa en busca de un lugar donde poder asearse. Intentaba no respirar por la nariz porque el olor le provocaba arcadas y las risas de algunos que vieron lo que llevaba en el pelo, no ayudaron, precisamente, a menguar el mosqueo que la hechicera portaba. La venganza se serviría en frío, pero a gran escala.
Tenía que arreglarse y estar “presentable” para la fiesta, lo que no le daba mucho tiempo. Por suerte, habiendo pasado toda su vida en las montañas, sabía trucos para camuflar olores, aunque normalmente era, aplicándose fango y cosas pestilentes, que se ocultaba uno para que no le detectaran los animales. Pero algo apañaría con sus pócimas y hierbas. Esperaba que funcionara, por el bien de Ulf.
Justo se daba la vuelta para decirle a Giuliana que atara en corto a su marido, cuando vio volar aquel proyectil de estiércol. El lobo había apuntado a la cabeza de Höor y como ella era casi dos cabezas más baja, se libró de que éste impactara contra su rostro, pero le cayó parte en la cabeza, impregnando su oscura melena de excremento. Los ojos de la völva fulguraron con odio y un gruñido escapó de su garganta. -Cuando menos te lo esperes, lloverá mierda sobre ti, Ulf Tollak.- Amenazó, señalándole con el dedo índice de su diestra, antes de salir a toda prisa en busca de un lugar donde poder asearse. Intentaba no respirar por la nariz porque el olor le provocaba arcadas y las risas de algunos que vieron lo que llevaba en el pelo, no ayudaron, precisamente, a menguar el mosqueo que la hechicera portaba. La venganza se serviría en frío, pero a gran escala.
Tenía que arreglarse y estar “presentable” para la fiesta, lo que no le daba mucho tiempo. Por suerte, habiendo pasado toda su vida en las montañas, sabía trucos para camuflar olores, aunque normalmente era, aplicándose fango y cosas pestilentes, que se ocultaba uno para que no le detectaran los animales. Pero algo apañaría con sus pócimas y hierbas. Esperaba que funcionara, por el bien de Ulf.
Heith Baltz- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 28/04/2018
Re: Competir es sano ¿o no? (privado)
La Völva se largó de allí airada pero con una amenaza clara para el lobo que se limitó a encogerse de hombros con cara de ¿pero que he hecho?
Giuliana negaba con la cabeza, ella mejor que nadie conocía a Ulf y sus “trastadas” que no eran pocas pero que nunca llevaban maldad, aunque cuando quería podía ser mordaz, habíamos tenido algunos enganchones y a diferencia miá que solía medir, el lobo no conocía el auto-control.
Ulf se acercó a su mujer para convencerla de la mala idea que era una noche de fiesta dejarlo solo en el sofá, la yegua miraba atónita la desfachatez del lobo que hablaba sin tapujos sobre lo abultada que tendría la hombría para ese entonces y que había que aprovechar una noche sin niños.
Me acerqué a la chica para explicarle un poco porque parecía realmente perdida.
Con la llegada de la primavera celebramos la fiesta de la cosecha y bueno, los guerreros solemos salir a dar caza a los caballos que se convertirán en nuestras monturas de combate.
Aquel que caza el mejor semental pues es el rey de la fiesta y no paga las jarras.
Pude ver en su cara el estupor por mis palabras.
-Vamos, danos una oportunidad, habla con los caballos si eso es posible, habla con el mio, te dirá que no soy un monstruo o quizás no -bromeé guiñando un ojo -algunos dicen mido tres metros y escupo fuego -apunté con un deje de diversión -una noche ¿que vas a perder? -pregunté tendiéndole la mano -ven conmigo, Heith te dejara algo de ropa para la fiesta y te aseguro que ..-puse la voz de Ulf -hay todo un mundo ahi fuera de posibilidades.
-Calla idiota -rugió el lobo -para ti se acaban las posibilidades tras el “si quiero”
Giuliana negaba con la cabeza, ella mejor que nadie conocía a Ulf y sus “trastadas” que no eran pocas pero que nunca llevaban maldad, aunque cuando quería podía ser mordaz, habíamos tenido algunos enganchones y a diferencia miá que solía medir, el lobo no conocía el auto-control.
Ulf se acercó a su mujer para convencerla de la mala idea que era una noche de fiesta dejarlo solo en el sofá, la yegua miraba atónita la desfachatez del lobo que hablaba sin tapujos sobre lo abultada que tendría la hombría para ese entonces y que había que aprovechar una noche sin niños.
Me acerqué a la chica para explicarle un poco porque parecía realmente perdida.
Con la llegada de la primavera celebramos la fiesta de la cosecha y bueno, los guerreros solemos salir a dar caza a los caballos que se convertirán en nuestras monturas de combate.
Aquel que caza el mejor semental pues es el rey de la fiesta y no paga las jarras.
Pude ver en su cara el estupor por mis palabras.
-Vamos, danos una oportunidad, habla con los caballos si eso es posible, habla con el mio, te dirá que no soy un monstruo o quizás no -bromeé guiñando un ojo -algunos dicen mido tres metros y escupo fuego -apunté con un deje de diversión -una noche ¿que vas a perder? -pregunté tendiéndole la mano -ven conmigo, Heith te dejara algo de ropa para la fiesta y te aseguro que ..-puse la voz de Ulf -hay todo un mundo ahi fuera de posibilidades.
-Calla idiota -rugió el lobo -para ti se acaban las posibilidades tras el “si quiero”
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
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