· 最耀眼的明星 · The brightest star

por **Hui-Ying Zhang** Mar Dic 11, 2018 9:47 pm

La primera fiesta "oficial" a la que había sido invitada por otros miembros de la alta sociedad parisina, y no sólo su acompañante la había dejado plantada, sino que además, no necesitó de mucho tiempo para percatarse de que no sólo no la habían invitado por cortesía, o con la intención de que se integrase, sino que había sido para todo lo contrario. Desde la elección de su vestido, de un color claro y vivaz, que desentonaba con el estilo sobrio del resto de invitadas a las que sí les habían dado las instrucciones correctas; hasta el hecho de que fuera la única mujer, comprometida además, que había llegado completamente sola, las críticas se hicieron de forma para nada sutil, y con mucha más sorna de la que se habría esperado de un evento de lo que se suponía era la nobleza de la ciudad. Puede que se tratase de una diferencia cultural, no estaba del todo segura, pero en su país, la educación y trato cortés de todo invitado era un protocolo que todo anfitrión debía seguir, independientemente de la opinión que se tuviera al respecto de dicha persona.

Lo que no comprendía realmente era lo que nadie podría tener en contra suya, teniendo en cuenta que era una absoluta desconocida para casi todos, y que los pocos encuentros que había tenido con otros nobles habían sido en temas de negocios. Quizá ahí residiera el problema, en el hecho de que sus negocios le pertenecían a ella en exclusividad, y que en París no estaba bien visto que las mujeres tuvieran ningún tipo de poder sobre temas económicos. Le parecía un tanto absurdo, a decir verdad, ya que en China las mujeres estaban obligadas a una vida de sumisión mucho más estricta y, sin embargo, jamás tuvo demasiado problema cuando se trató de hacer uso de sus habilidades y ganarse el respeto de otros. Tener una posición de responsabilidad, ser una mujer, ser forastera... La verdad es que habían tantas razones posibles que quizá la pregunta que debía hacerse era, más bien, ¿por qué demonios se había molestado en venir siquiera?

Hui-Ying nunca fue el tipo de mujer que se rindiera antes de intentarlo, ni mucho menos del tipo de persona que se dejaba hundir por las opiniones ajenas (a menos que viniesen de su familia), así que, molesta, pero decidida a permanecer en la celebración hasta que se diera por terminada, dibujó su mejor sonrisa y avanzó por la pista de baile, atravesándola hasta llegar a las mesas que descansaban al fondo, y sentarse en la que le había sido asignada, tomando una copa de vino y manteniendo la cabeza bien alta en todo momento. Habían logrado que llamara la atención, siendo la única ataviada con un color claro frente al océano de azules y negros, y haría de ese hecho su mejor baza.

¿Querían ridiculizarla? No lo conseguirían.
Ser el centro de atención puede tener también sus beneficios.