Una noche de función (Priv. - Arikel) +18

Ah, la gran ciudad de parís, he escuchado que le dicen la ciudad Luz, el sitio mas sofisticado y artístico del planeta... y aun asi tan lleno de sombras he ignorante de lo serio de su situación, hace apenas unas horas que llegue y logre colocarme en el circo gitano con mi gente, al parecer hacia tiempo que nadie le veía ni el pelo a ningún mago en este circo por que la gente me recibió como si nada hubiera pasado, quizás también tiene que ver con que mis ilusiones son algo mas complejas de lo que se tiene acostumbrado al publico, pero claro, también son mas tardadas de preparar y los ingredientes mas difíciles de conseguir... si es que no sabes como hacerlo, algo de salitre, un poco de azufre y algunas cosas mas y listo tienes una perfecta cortina de humo, quizás aparecer de la nada en pleno escenario cubierto por ella, o hacer que un elefante se esfume en el aire, las cosas no son complicadas cuando sabes como hacerlas, tras arreglarme bien para la función de esta noche preparo un par de aces en la manga, bombas de humo, cables trampa, algún animalillo como una tórtola blanca o un conejillo oculto aquí o allá y esta listo, la gente lo disfrutara lo se, siempre lo hacen y nunca saben como lo hice al final, eso es lo mejor de mi trabajo aquí, algo que me hace olvidarme de la verdadera y desagradable razón que me trajo a parís.


Se que ese bastardo de Vivar esta aquí en alguna parte de la ciudad, entre las sombras, reuniendo los apoyos y las personas que le faltan a la inquisición, preparando el golpe contra la corona de España, riéndose tras acabar con la vida de mis padres, no señor eso no va a pasar por mas tiempo, cuando le encuentre juro por todos los dioses que voy a colocar su cabeza en un platón y la serviré para almuerzo a los leones, pero aun con ese odio en mi debo mantener la cabeza fría, Vivar no es mas que una pieza en los acontecimientos por venir, solo una mínima parte de esa Logia Carmesí que se formó tras la disolución de la inquisición española, queriendo asesinar al rey y controlar el país, queriendo imponerse, he visto lo que han hecho en Toledo, Valencia y Castilla, la crueldad con aquellos que concideran inferiores por el color de su piel, la persecución hacia mi pueblo, los asesinatos indiscriminados, la Logia debe ser destruida, sin duda alguna, y un punto primordial es acabar con sus lideres, por ejemplo, con Vivar, y el es mio, no importa quien mas quiera matarlo. Escucho tres golpes en la puerta de mi caravana y rápidamente me aseguro que el doble fondo falso del baúl donde oculto mi traje y mi espada esta cerrado y oculto, no puedo tener sorpresas:


-Hey de León!!! prepárate, tu turno esta por llegar- escucho a uno de los tramoyistas del circo, sonrio, si ya casi es hora de dar la función de magia del circo.


-En un minuto voy- digo colocándome el vistoso abrigo de tela burdeos roja que uso como mago del circo y ajustándome bien una pañoleta del mismo color a la cabeza, sujetándome asi el cabello largo he impidiendo que me estorbe, con algo de nervios encima acaricio el pendiente plateado en mi oreja derecha el cual era de mi madre en su día, una simple arracada de plata pero el mas grande recuerdo que tengo de ella, con un suspiro salgo de mi caravana y acaricio los belfos del viejo buttercup, el caballo que tira de ella, dándole una zanahoria le susurro al oído -Ya sabes la rutina mi viejo camarada, una cos en la entrepierna para quien se quiera meter a la caravana sin estar acompañándome- luego de verlo sacudir la cabeza, me dirigo a la arena de la pista del circo, mientras soy anunciado, arrojo al suelo un recipiente de cerámica que al quebrarse hace una chispa y despliega una cortina de humo blanco con olor a caramelo, no es nada difícil la verdad, algo de azúcar, salitre y azufre hacen el truco de una bomba de humo sin mecha.


Con una sonrisa y una vuelta parecida a un paso de baile hago mi aparición entre el humo sin que la gente sepa como lo he hecho, recibo sus aplausos y me preparo para iniciar el show de magia, estoy seguro de que mi trabajo les encantara, empecemos con algo simple, chasqueando los dedos hago que aparezca en la palma de mi mano una pequeña llamita que baila en ella de manera hipnotizante, un par de ademanes mágicos y en la mano contraria aparece un trozo de papel, al juntar ambos ¿que pasa? pues que de la nada, en lugar de un papel en llamas en mi mano hay una tórtola blanca, agitando sus alas algo asustada, la gente suelta exclamaciones de asombro y aplaude mientras la dejo en su pequeña jaula, el espectáculo va a iniciar

Los trucos eran bastante simples de hacer, pero el efecto del fuego y las palomas apareciendo de el sin que nadie cubriera nada era impactante, esto es algo que amo de la ilusión, siempre hay formas de hacer a la gente sonreí y disfrutar, en un momento, agito suavemente a una de las palomas blancas, y esta al aparecer pone un huevo, el cual atrapo, desde luego es un truco y ese huevo estaba ya en mi mano, la gente se ríe al ver la escena y yo dejo a la palomilla en su jaula, agito suavemente el huevo contra mi oído y lo muestro a la multitud, en ese momento noto a cierta damisela entre la gente, destacaba por la palidez de su piel, sus rojos labios, sus bellos ojos... y por la enorme aura que en ella detecto, sin duda una vampiresa... y una de lo mas apetecible además, que fortuito, ya tenia tiempo de no intentar nada, un canalla siempre es un canalla, y, desde luego, vuestro servidor es un canalla, quizás las vampiras no sean fáciles, epro terminan siendo el mas delicioso manjar en cada ocasión que he tenido, asi que ya tengo un blanco fijado, con una sonrisa parto el huevo entre mis dedos y de este aparece un diminuto periquillo azul con blanco, un animal exótico proveniente de las islas del este, el cual subo a mi hombro y dejo que se pasee por este con libertad, tomo un nuevo trozo de papel y lo quemo utilizando un pequela velita colocada en el poste principal de la carpa, y abra cadabra, una jaulilla de plata aparece en mis manos, con otra exclamación de asombro del publico.

Extiendo el brazo con la jaula en el y es el propio animalillo quien entra en esta, la gente aplaude la hazaña de la criaturita y sonríe, enternecida, entonces de la nada una llamarada mas aparece en mi mano y tras un ademan mágico, ahora hay dos jaulas y dos aves, una en cada una de mis manos, en segundos, las lanzo al aire, y al parecer, se han convertido en pañoletas blancas, la gente se impresiona y veo a dos pequeñas damitas de clase media atrapar las pañoletas y guardarlas, creo que me he ganado admiradoras, pero no quien me interesa, sonrio deliberadamente mirando a los ojos a aquella vampira, es una chica hermosa, y me parece que cierto interés en mi tiene, discretamente le guiño el ojo mientras, tomando una bolsa de cuero diminuta, prosigo con el acto. Tras demostrarle al publico que esta vacia, meto dentro la mano y al sacarla en ella aparece una liebre blanca, hermosa y fornida, una perfecta mascota que entrego a uno de los niños del publico, quien muy contento la acricia, me acerco entonces al publico y con un salto acrobático, quedo en la segunda fila, frente a la vampira, a quien muestro las dos manos, vacias por ambos lados, y luego, en un segundo y con un elegante movimiento, en mi mano derecha hay una perfecta rosa roja, fresca y recién cortada, para la hermosa dama, la gente aplaude mientras yo la ofrezco.

En eso noto algo, esta chica aunque vampira, es demasiado blanca, sin duda no es de aquí, esos labios y esos ojos se ven demasiado apetecibles, y que bonita figura, aun con ese abrigo es notoria la perfeccion de proporción y altura, es una delicia de pies a cabeza, miresla por donde la mires, le sonrio y vuelvo a guiñarle el ojo mientras le ofrezco la flor, oh si, creo que ya se que hare cuando termine la función de la noche.

La función termina tras el truco final, en que una de mis hermanas gitanas aparece vestida con un provocador traje blanco desde la jaula que supuestamente contenía a las palomas, una de mis ilusiones favoritas solo por ver la baba en las bocas de mis congéneres masculinos entre el publico, y su envidia al pensar que yo estoy a su lado en el escenario y ellos no, me permito sujetarla por la cintura y besar su mano encantador solo por joderles mas, dedico una reverencia al publico y me retiro por detrás del escenario, he sido un éxito esta noche y eso es algo que valoro, pues al artista le da de comer el publico, no al revés, siempre hay que respetar a aquellos para los que actúas… ah menos que te guste ponerles celosos de tus bellas compañeras, en fin, ese es un tema apartado, con una sonrisa sincera que les dedico a mis compañeros que me felicitan tras bambalinas me quito el largo abrigo de tela burdeos roja quedándome solo con la holgada camisa blanca y los pantalones bombachos negros que caracterizan a mi gente, me quito también la pañoleta en la cabeza dejando mi larga cabellera suelta y sonriendo me retiro por la parte trasera, quiero volver a mi caravana pronto esta noche, pues quiero dedicarme a estudiar mis posibles opciones sobre como cazar a Vivar en la ciudad, pero no me esperaba que al pasar junto a uno de los postes de la entrada una voz femenina reclamara mi atención con insistencia, elogiando mi espectáculo, con una sonrisa me giro a mirar a la poseedora de dicha voz tan dulce y aterciopelada y o sorpresa, pero si es cierta hermosa vampira a quien entregue una rosa en el espectáculo, se perfectamente que esta mujer ha venido a mi con intenciones distintas a las mias, la cazadora a venido por su presa, pero ¿es ella la cazadora? ¿o la noche dara un giro? muchas veces antes he estado en manos de las hijas de la noche, y son ellas quienes terminan en las mías, son el mas exquisito de los juegos de seducción, pues la sangre podría ser la moneda de su reino, pero la del mio era el placer, y si el precio a pagar por un rose de aquella blanca y hermosa piel es unas gotas del rojo liquido que transportan mis venas, bien lo valdría.

Con un ademan elegante y muy practicado he de admitir, le dedico una reverencia al estilo de las cohortes españolas a mi interlocutora, y me alzo de nuevo mirándole a los ojos sin temor alguno, mas bien con cierto aire de invitación, y me le acerco despacio con la mejor de mis sonrisas y la mas encantadora de mis miradas, irradiando la confianza obtenida de la practica de este juego por bastante tiempo -Señora, me halagáis con vuestras palabras, nunca creí que un humilde ilusionista de circo fuese digno del halago de la flor mas hermosa que he visto en parís desde mi llegada- le digo colocándome frente a ella, con una mano en el poste en el cual ella se apoya y la otra colocada en mi cintura, mirándole a los ojos con picardía, una ceja arqueada, la otra fruncida, mi mejor sonrisa en los labios y mi actitud mas segura en la expresión, ¿por que es eso? bueno, sin duda el rechazo siempre es una posibilidad, pero a la mayoría de hombres les dan tanto miedo las mujeres hermosas que los pocos que nos atrevemos a hablarles ya tenemos ventaja, además dudo que mi peor miedo deba ser el rechazo cuando estoy entrando en este juego con una vampira, y si no le tengo miedo a sus colmillos, si no que mas bien me intrigan, no veo por que debería temer a la otra posibilidad.

Así que no me equivoque, una hija de las sombras me tiene de nuevo en sus manos, pero no me dejo intimidar, mi sensei lo dijo muchas veces, si no eres mas fuerte que tu enemigo, deja que su propia fuerza haga el trabajo, sácalo de balance, y eso fue lo que hice, mientras me sujetaba y tiraba de mi cabello ella esperaba resistencia, sin duda, pero no fue así, solo tengo que colocar mi pie entre sus lindas piernas y dejarla que aplique su fuerza contra mi cabello, pero yendo con el tirón, haciendo que su fuerza misma la deje irse, el propio impulso del tiro sumado a la posición de mi pie nos hace caer a ambos, ella sobre mi, pero aun no terminamos, utilizando el impulso que ella misma me dio, quedo encima de ella sonriéndole encantador -Me subestimáis señora, los gitanos vemos mucho pero no decimos todo- digo acariciando suavemente su clavícula -Además, ¿por que tomar por fuerza lo que podéis obtener con un simple trato?- le pregunto sonriente mientras me levanto y le ofrezco mi mano, seguro y listo para el siguiente movimiento, mientras mas tratara de dominarme mas podría usar eso en su contra, pero no para herirla, es sorprendente lo rapido que se puede pasar uno de una batalla de forcejeos a brazo partido a un muy placentero revoltijo de manos, piernas y labios cuando se sabe lo que se esta haciendo, y no seria la primera ni la ultima vez que termino asi con una vampira, pero lo verdaderamente divertido de todo esto es el juego en si mismo, no el obtener lo que quiero si no el como voy a obtenerlo, y mas cuando esta vampira me parece tan atractiva y tan difícil... esas son las mejores.

-Para empezar mi señora, ¿es que no teneis modales? he conocido a otras damas con vuestra... "peculiaridad que por lo menos se presentan antes de arremeter contra un cuello- agrego pícaramente susurrando a su oído, moviéndome a su alrededor con paso seguro, elegante, como una pantera que se deslizara alrededor de su cazadora esperando que falle el disparo y pueda hacer su movimiento, aun no sabemos quien de los dos será el cazador y quien el cazado, pero no creo que nos tardemos demasiado en averiguarlo, o incluso en dejar eso de lado, y declarar un empate de mutuo beneficio, quizás a eso estoy apuntando pues esta joven señora de la noche, que estoy seguro de que no es tan joven, me intriga, no todos los días una vampira se queda tras el escenario solo para encontrar una comida, y no siempre tiene por que ser un artista.

Sonrío ante su actitud, quizás me equivoque en mi suposición y es mas joven de lo que esperaba, o quizás solo es su mente lo que sigue siendo joven, congelada en el tiempo con esa hermosa carita de muñeca de porcelana, pero para el caso da igual, y no es como si fuera a echarme para atrás en este momento, con una suave sonrisa cojo un mechón de su pelo estando a sus espaldas y aspiro lentamente su aroma, dulce, suave, coloco mis manos en sus hombros y susurro a su oído -Rodrigo de León a su entera... y completa disposición, My Lady- digo aprovechando para depositar una leve mordida en su oreja, apenas menos de un segundo, pero asegurándome de haber dado a entender mis intenciones, después me plantifico frente a ella con las manos en la cadera sonriéndole con una ceja enarcada y la otra fruncida -sin embargo, os agradecería que no me llamarais caballero, un canalla siempre será un canalla mi señora, y sin duda alguna, yo soy un canalla- digo con tono jocoso y picaro y luego dando unos pasos lejos de ella, agrego -aunque claro, según mi experiencia personal, toda mujer del mundo se merece un canalla en su vida... aunque sea una vampira muy hermosa de rubios cabellos- lo ultimo lo digo dirigiéndole una sugerente mirada y una picara sonrisa por encima del hombro, luego con una voltereta me encuentro de nuevo arrinconándola como al principio, dirigiéndole una mirada de hambre... un hambre muy distinta a la de ella, pero que estoy seguro que comprenderá a la perfección.

Con una suave caricia aparto la gota de sangre de sus labios, aprovechando para acariciarlos lentamente, comprobando su suavidad y que el color rojo no es solo por la sangre, unos labios rojos, humedos cual granada, invitantes a ser besados, justo el tipo de boca que me gusta en una mujer, acompañado de esa caricia podría haber venido un beso, pero no, en este mundo para obtener algo hay que dar, y eso es una ley de vida, por lo tanto, primero hay que establecer un convenio, uno que ya había negociado antes con otras damas de las sombras y que, hasta ahora, me ha permitido salir de mis queveres con ellas con la amplia mayoría de mi sangre intacta, quizás sea confiado pero no soy tonto, y menos cuando se trata de jugar al juego de la seducción con una vampira, siempre se ha de saber hasta donde llegar en una noche... y con ella no voy a lograr demasiado sin tiempo, por lo tanto lo mejor es moverse despacio y ser listo, con una picara sonrisa, ofrezco mis términos -Perder un poco de mi sangre nunca me ha asustado mi señora, de ser asi, jamas habría aprendido todo lo que ahora se, y es por ello que no tengo reparos en compartirla con una hermosa dama que desea probar mi sabor, y menos cuando esta se encuentra tan ansiosa por probarla, casi como si no fuera solo sangre lo que buscara- insinuo con esta frase mis intenciones, y claro que quizás ellas las comparta, pero no demasiado descaradamente, pues aun no es el momento de ello -]Pero claro, no hay ninguna comida que sea gratuita, hasta sacar el trigo de la tiera tiene un costo, y es por ello que yo os propongo el siguiente por mi sangre, usted puede tener una probada de ella, pero a cambio, yo obtendré una de vuestros labios-

Me sonrió ante su actitud, algo infantil pero atrayente, fría pero invitante, una mujer que sin duda jamás ha tenido problema al jugar estos juego, pero claro no se había encontrado antes conmigo, y eso señores es una desventaja. sonrío y aplaudo socarronamente cuando me pregunta por mi origen, sonriéndole con coquetería -Toledo es mi lugar de nacimiento mi señora, así que si, soy español, pero nunca he permanecido el tiempo necesario en un lugar como para llamarlo hogar... salvo en un punto- digo dejando la cuestión en el aire, sonriéndole con confianza en mi mismo mientras acaricio su cuello, al ver sus ojos en color rojo entiendo perfectamente que no estaba enojada si no que había logrado despertar un cierto interés mas... personal en mi digamos, asiente con una sonrisa en sus labios del color de una granada y por supuesto que yo aprovecho el momento, si le ofrecí un trato, un beso por un poco de sangre... pero yo no dije cuando llegaría ese beso ¿oh acaso lo hice? bien es sabido que el trabajo de nosotros los magos es engañar al publico, suavemente acaricio su rostro, pasando mi pulgar por sus hermosos labios, acercándome poco a poco a ella... para luego desviarme y empezar a depositar suaves y cálidos besos en su delicado cuello, mordiéndolo de vez en cuando con suavidad, mientras la sujeto por la cintura y la atraigo hacia mi, pasando mi lengua por la suave piel de su cuello, acariciando ahora su espalda, lentamente, justo por el centro de la misma, siguiendo el camino de su columna vertebral con dos dedos, sonrio mientras susurro a su oído: -Ahora sobre usted, me parece que no sois precisamente de París, los rasgos, el cabello, la piel... pálida aun para una vampira, ¿acaso estoy equivocado al decir que soy del norte? ¿noruega quizás?- acompaño mi pregunta con otra mordida de oído, esta mas lenta, larga, con mucha mas paciencia, saboreándola mientras acaricio su clavícula, dispuesto a que sea ella quien me de lo que yo quiero, sin que tenga que tomarlo yo.

El aroma dulce de su piel era realmente delicioso, y el tacto con ella aun mas, ¿por que apresurarme a reclamar el beso que pido por mi sangre pues? mejor alargar el juego lo mas posible, disfrutar todo lo que tenga oportunidad de disfrutar, con una sonrisa de confianza total la miro a los ojos, acariciando sus labios con un dedo -estamos de acuerdo pues en el trato, un beso por cada sorbo, sin embargo, nunca dije que ese beso seria inmediato, ¿oh si mi señora?- digo de forma triunfante mientras vuelco a mi trabajo en su cuello, mientras sigo acariciando su espalda y sus caderas con mis manos, jugueteando, provocándola, incitándola, siempre de la manera mas lenta posible, quiero ver que tanto aguanta ella, y si me será oh no fácil obtener el beso del que hable antes de ella.

Me deje hacer un buen rato tras su declaración de que seria yo quien le rogara por un mordisco, si hay algo que todas las vampiras comparten al parecer es esa mentalidad tan plana, como si el morder un cuello y beber sangre se hubiera convertido en el único placer que pueden experimentar... aquellas que he conocido descubren bien pronto que no es mas que uno de los muchos que aun les quedan, y tengo planeado demostrarle eso mismo a esta hermosa señorita Voerman, con una sonrisa socarrona la dejo que bese mi cuello y empiece a atenderme también mientras me pongo a jugar con sus bellas piernas, acariciándolas despacio, provocándola para empezar algo un poco mayor, siento sus dedos en la piel de mi pecho y no puedo evitar erizarme, el tacto de una bella mujer es algo que no tiene comparación en este mundo, quizás una de mis ideas pueda ilustrar nuestra situación, asi que mientras atiendo a la dama, empiezo de nuevo a mordisquear su oído y susurro en el -Los dioses dieron al hombre 3 placeres para mantenerle ocupado en su viaje a la muerte, señora, el placer de beber un buen vino que se le ha regalado- digo besando y lamiendo de nuevo su cuello para luego darle un buen mordisco yo mismo, provocándola, llevándola lento hacia atrás -El placer de matar a un hombre que quiere matarlo- susurro tomando sus dos manos entrelazando mis dedos con los de ella y colocándoselas sobre la cabeza justo cuando su espalda toca contra uno de los postes del circo para, acto seguido, inclinarme y empezar a repartir besos por sus hombros y su clavicula, acercándome despacio pero amenazante a su escote -Y el placer de acostarse con una mujer que quiere acostarse con el.- concluyo esa ultima frase rodeando mi cuello con sus brazos y estrechando sus caderas contra mi volviendo a darle suaves caricias por el cuello, repartiendo mordiscos por cada milímetro de su piel a mi alcance y usando mi mano libre para acariciar sus largas piernas.

¿Como es que me metí en esta situación? ¿enrredado en un juego de seducción cada vez mas peligroso y acalorado con una vampira hermosa como una flor? son cosas que al parecer solo ah mi me pasan, y no es como que vaya a empezar a quejarme ahora, menos cuando la susodicha vampira parece estar disfrutando de este juego tanto como yo, me pregunto quien obtendrá primero lo que quiere del otro, o quizás lo obtengamos al tiempo, nadie sabe, pero no estaría mal tener una amante regular en Paris, la idea me hace sonreir mientras doy una suave lamida por su clavícula, peligrosamente cerca de su escote.

Me da una pequeña sorpresa al ser ella misma quien rodea mi cintura con sus piernas coquetamente, pero al instante las sujeto y sigo mi trabajo en su cuello, la posición es perfecta pues al estar ella colgando de mí, me permite a la perfección deslizar mis manos por debajo de su amplia falda para tener un mejor acceso a esas hermosas piernas suyas, pudiendo sentir su suave aunque algo fría piel, no importaba, ya me encargaría yo de calentarla, poco a poco subo mas y mas mis manos y sigo atendiendo su cuello, siento como ella misma es cada vez mas atrevida, como su hambre por algo mas que la sangre crece, y rio ante su comentario de mis intenciones -Si os habéis dado cuenta de ello, dudo que seais solo una pobre adolescente, my lady- digo suspicaz pero también coqueto, lentamente subo mis labios por su cuello mordiéndole el mentón con una sonrisa -¿Alguna vez ha estado en la India My Lady? cuando mis viajes me llevaron alla aprendí muchas cosas, arte, pintura, combate... artes amatorias... los indues son extremadamente creativos... en todo- digo a su oído antes de lamerlo, tentándola aun mas, provancodla para que desee averiguar que es de lo que estaba hablando, que quisiera experimentar esa creatividad por si misma, sonrío pícaramente cuando siento como es ella misma quien busca mis labios, tal parece que le gane a la hermosa vampiresa esta partida, con una sonrisa acepto sus labios, ya tenia mucha experiencia haciendo latir de nuevo el corazón de las damas de la noche, lentamente devoro su boca, enredando mi lengua con la de ella y succionandola un poco, invitante, provocador, mis manos recorren sus piernas suaves y delicadas pero bien torneadas y hermosas lentamente, mientras la acerco mas a mi cuerpo, buscando mas de ella, y queriendo que ella desee mas de mi.

-asi que curiosidad ¿he?- digo dejándola respirar unos segundos, aunque no se si realmente los vampiros lo necesiten, pero yo si -¿Y es solo curiosidad lo que siente? ¿nada mas? sus labios me susurran otra palabra al degustarlos mi señora- me inclino a su oído con una sonrisa y tras morderlo delicadamente, susurro en el -L U J U R I A- pausadamente mientras vuelvo a besar su boca, devorándola con el beso, hambriento de pasión, deseando mas de la hermosa flor con quien comparto ahora ciertas pasiones, ¿se negara u ofenderá si la invito ahora a mi caravana? quizás si, quizás no, pero la belleza no es para el cobarde, ni la pasión para el timido, por ello, en cuanto ella misma se separe de nuevo, se lo propondré.

Me sonrio mientras la miro y muerdo su labio cuando me pregunta cuan creativos son en oriente medio sobre el amor lentamente subo mi mano por su cintura, recorriendo su silueta de manera provocadora mientras sigo jugando con sus piernas y devorando su boca: -dígamelo usted mi señora, ¿alguna vez ha tenido usted un orgasmo con el simple hecho de que un hombre acaricie sus pechos?- digo acercándome de nuevo a su escote, esta vez con las manos mientras vuelvo a morder su oído, provocándola, queriendo encenderla, quizás lo que me gane sea una bofetada, pero valdrá la pena si logro ver una sola vez una expresión de sorpresa en su precioso rostro de muñeca de porcelana, pero no le doy tiempo ah que piense en golpearme, pues me coloco lo suficientemente pegado a ella para que sienta la piel descubierta de la abertura de mi camisa mientras beso su cuello, su nuca, lamo su oído y acaricio su espalda buscando los cordeles que sujetan su corsett, poco a poco me vuelvo de nuevo a su boca para devorarla con mas besos y lamer su lengua con la mía con mas ímpetu, quería sin duda que acabara siendo ella la que me deseara a mi con las suficientes ganas para aceptar la inviación que pienso hacerle, poco a poco aseguro sus piernas a mi cintura colocándome entre ellas, lo mas pegado  su cuerpo, mientras sigo besándola, calentándola, las damas de la noche tienen tan poco uso de sus pasiones que piensan que sus corazones no pueden volver a latir... me encanta enseñarles lo equivocadas que están.

-En cuanto al tema de creatividad, me gusta considerar que mis habilidades siguen a la altura suya, ¿quizás os gustaría visitar mi caravana mi señora? quizás allí podríamos componer algo de música entre los dos, para que podáis entender mejor de lo que hablo- digo subiendo mi mano que se encuentra bajo su falda peligrosamente hacia cierta zona mas comprometida, esta hermosa vampira ya ha despertado mi hambre, un hambre que hacia tiempo ya que no había saciado por estar llevando a cabo mi guerra contra la Logia, un hambre de deseo, de lujuria, de pasiones secretas, gritos y respiraciones cortadas enmascaradas por las sedas de unas sabanas y una puerta cerrada, un hambre de susurros dulces y luego deliciosos gritos de extasis y nombres pronunciados en el mas completo embeleso de placer indescriptible en una cacofonía de ardiente sonido que anuncia que dos personas se encuentran ante las puertas del cielo habiendo cruzado las del pecado, eso es lo que deseo de ella, si, se ha dado cuenta bien de mis intenciones señorita Voerman, la pregunta ahora es, ¿Qué tanta curiosidad y que tanto calor he dado ha vuestra piel y vuestra cabeza? ¿he logrado que vuestro corazón vuelva a latir con fuerza? no queda mas que dejar que ella conteste mis preguntas para averiguarlo, pero no significa que vaya a parar las exploraciones de mi lengua en su boca o de mis manos por su piel, solo por asegurarme un si de su parte.

Son rio cuando siento su mano bajo mis pantalones, acariciando mi intimidad y la atraigo hacia mí dejándole hacer y metiendo yo la mia bajo su mas que suelto Corsett, empezando a acariciar sus pechos de aquella manera especifica que me habían enseñado en la india, suavemente alzándolos, masajeándolos con suavidad y utilizando mis dedos en las areolas de sus pezones, sabia perfectamente donde estaban los nervios que debía estimular para hacerla sentir aquel hormigueo en su columna, si embargo aun con eso soy discreto, tras que termina aquello, le ato bien el Corsett de nuevo y muerdo su escote con lascivia mientras la atraigo mas a mi, dejándola sentir la dureza de aquello que había estado estimulando, dejándola que sienta que ha despertado lo que quería, y que sin duda voy a darle lo que ella quiere, tras unos segundo de compartir besos y eróticas caricias, me coloco a su oído y le susurro con voz seductora -Que la luna nos observe y sea testigo- me interrumpo y vuelvo a acariciarla, esta vez debajo de su falda, sintiendo el calor y la humedad de su intimidad, acariciándola suavemente también -Por esta noche, Arikel, soy tuyo siempre y cuando tu seas mía, has conmigo lo que quieras mas déjame mostrarte el placer que puedo darte haciéndote lo que quiera- lamo su cuello mientras sigo utilizando mi mano con destreza, quería volverla loca de una vez, tenerla al borde de la locura ahora mismo, antes de pisar mi caravana, quería que llegáramos al punto en que ni bien entrar fuera ella misma la que se quitara la ropa para mi, ya he escuchado antes esos jadeos y visto antes esa expresión, y no falta mucho para que así sea.

Poco a poco, entre besos, caricias y provocadores manoseos la atraigo hacia la puerta de mi caravana pintada de rojo oscuro y purpura apagado, Buttercup mi caballo nos ignora, pues ya hace tiempo que se acostumbró a la visita de damas en mi caravana, poco a poco la guio hasta la entrada y cierro la puerta tras mi espalda, mientras vuelvo a besarla y acariciar todo su cuerpo, ansioso de ver como reacciona, quiero ver su ropa caer al suelo por su propia mano, y es por ello que yo empiezo a quitarme la mia, mientras huelo el perfume de su cuello, y lo beso aun mas mientras sigo mis caricias en su intimidad, buscando encenderla como una antorcha, y ver su expresión de placer, lo único que quiero es eso.