{ La triste vida de una princesa, Mihaela Menumorout ;;

Mihaela esta atrapada en un cuerpo adolescente para toda su eternidad, comenzando desde el principio podemos decir que sus piernas son largas, muy largas, a pesar de que no debería, le encanta insinuarlas por lo que suele en algunas ocasiones vestirse como un caballero solo para que puedan apreciar lo que ella considera uno de sus fuertes. Delgada, subimos a una cintura estrecha que potencia con corsés my apretados para marcar su cinturita de avispa. Sus senos son del tamaño ideal como para abarcarlos con las manos. Se ajustan a la perfección. En el pecho derecho mantiene la marca de dos colmillos, señal de su transformación. Su piel es tersa y pálida, sin ninguna imperfección salvó esa cicatriz. Su rostro es de rasgos inocentes y dulce, en él destacan sus ojos de un color aguamarina que rozan el plateado según su estado de ánimo. Si su sed la golpea, sus ojos se vuelven de un violeta algo extraño. Una capa de pestañas rubias, largas y rizadas protegen a estos. Sus cejas son finas de una manera natural. De labios carnosos, los gusta pintarlos de un carmín para así atraer a quien deseé hacia ellos. Eso sí, si el carmín se cambia por rojo sangre muchísimo mejor. Su nariz es pequeñita y perfecta, sus orejitas del tamaño adecuado para no estropear su imagen. Sus cabellos rubios le suele cae de manera lisa hasta la mitad de su espalda. En definitiva esta es Mihaela, su altura es destacable para una mujer en esta época dado que roza el metro ochenta. {1’77m}
Un angelito al cual le gusta destacar esos aires inocentes que se puede dar gracias a sus rasgos.



Joven de aspecto infantil, su carácter se asemeja al de una niña traviesa, le encanta dejar con la duda a los que le rodean. Es una chica sociable a la que le gusta mantener buenas conversaciones, su inteligencia y astucia son dos factores muy importantes a destacar. De aspecto aniñado, suele usar la dulzura e ironía parejamente, creando así un arma de doble filo bastante peligrosa. Es sincera de una manera cruda como la vida misma. Es caprichosa y manipuladora, pero para nada ha sido una consentida aunque, ¿por qué no?, ella se merece que la consientan.

Es muy reservada con el tema de su transformación. Jamás le ha contado a nadie su verdadera historia, el tema se quedo en que se caso con el rey de Rumanía y su familia son los únicos que han sabido de su existencia, dado que los maneja como marionetas.

Es sádica, le encanta infringir dolor y en ocasiones sufrirlo, puede ser una gata mimosa o toda una vampira sanguinaria. Si te desea, te tendrá, esa es la única norma que ella entiende.



Nos encontramos en el 4 de Febrero de 1267, una tormenta de nieve y heladas azotaba Transilvania de tal manera que toda la ciudad se encontraba resguardada del frío en sus respectivos hogares. Dícese que en el Castillo se escuchaban tales gritos que la ventisca los trasladaba hacia la ciudad. Daniela daba a luz en un manto de oscuridad y horro en su dormitorio. El médico no le pronosticaba nada bueno de aquel parto, es más, la pobre se retorcía de una manera espantosa, esperando a que su segunda hija naciera.

Vladimir celoso, se encontraba afuera esperando a que su mamá dejase de gritar para ir a abrazarla, el niño que se suponía que era el heredero de Rumanía, era el ser más avaricioso y ruin visto y por ver con tan solo 8 años. Los gritos cesaron, su padre y abuelo entraron al lugar sucesivamente para ver a su esposa e hija. Vlad quiso entrar, pero la pesada puerta se cerro en sus narices. Demasiados llantos llegaron a sus oídos, el médico salió apesadumbrado y le puso una mano en el hombro al niño antes de murmurar “lo siento majestad”, aquellas palabras le alteraron hasta el punto que entro corriendo al dormitorio y encontró a su madre en un inmenso charco de sangre, murió desangrada. Él busco con la mirada y en una cuna de madera, pudo escuchar un llanto infantil, sus ojos se tornaron violentos pero fue a abrazar a su madre, la única que le entendía y lloro por horas.

Mihaela, así la llamaron, una bebé bien nutrida y con unos hermosos colores en su rostro. Los días pasaron, y Vladimir apenas comía. Un día nubloso, al alba, Vladimir metió a la bebita de apenas tres días en su zurrón bien abrigada. Salió del castillo a montar a caballo custodiado por la guardia real. A las afueras de la ciudad, hizo ademán de ir a cumplir con sus necesidades fisiológicas y se adentro en el bosque. Ahí encontró lo que deseaba, junto a una de las carrozas gitanas, abandono al bebé y volvió hacia su caballo, para seguir recorriendo lugares y no parecer sospechoso. Ahí Mihaela no volvió a saber de su hermano, hasta mucho después.

Unos niños gitanos encontraron a la bebé, y se la llevaron a la abuelita del clan, entregándosela pudo apreciar los hermosos rasgos de la niña. La suerte del destino de Mihaela había variado, ahora su vida como princesa acabo. El clan gitano, seguía una ruta predeterminada, ahora debían seguir viajando hacia su comuna, en Siberia. Allí Mihaela vivió sus primeros años, como cualquier niña gitana, disfrutaba cantando y bailando, demostrando su arte y salero ante todos. Le destinaban un buen futuro a la pequeña. Tenía una amiga perteneciente a la nobleza rusa la cual le hacia reír y compartían conocimientos. La noble le enseñaba a comportarse como una señorita, o al menos lo intentaba, y Mihaela le explicaba como sentir la vida plenamente, sin opresiones ni nada por el estilo. Pero la muerte se había obsesionado con la pequeña dado que hubo una fuerte corriente de la Peste, matando así más de la mitad del clan gitano y a muchos ciudadanos. Mihaela se quedo abrazada a los que habían sido sus padres, los cuales yacían muertos. Sus llantos apenas eran audibles para un oído humano, pero no para aquel hombre…su aspecto delicado y frágil turbaron la mente de la dulce niña. Le abrazo entre sus fríos brazos y susurro palabras cálidas para calmarla en un idioma extraño. Agotada físicamente, se durmió entre los brazos del extraño.
Ionel era perteneciente a la nobleza Noruega, se decía que era un ser sanguinario alérgico al sol que sentía debilidad por las tiernas niñas. Aquel ser traslado a Mihaela a su hogar, pero en vez de llevarla a su harén personal repleto de criaturas angelicales que rondaban desde los 10 a los 17 años, la llevo a un dormitorio.

Le entrego una educación exquisita a la pequeña Mihaela, a cambio de un poco de su sangre cada cierto tiempo. La niña estaba encandilada de este ser perverso, todo el personal temía por la niña, que ya rondaba los 17 años. Bien se sabía que adoraba a las jóvenes de susodicha edad, sorbía su sangre hasta dejarlas heladas y sin un aliento de vida. El día de su cumpleaños, la jovencita fue obsequiada por todos, la celebración de su cumpleaños se había basado en una cena romántica con Ionel. El postre…ella, en el dormitorio de su señor, el cual había estado prohibido toda su vida para ella, perdió su virginidad pero no solo eso, sino su vida. Ionel mordió su pecho y sorbió hasta que la joven desnuda apenas podía moverse. Se cortó en la ingle y la hizo beber.-Serás mía por siempre- aquellas palabras la envolvieron antes de sufrir un dolor intenso, ¿qué era aquella sensación?. Su cuerpo intentaba resistirse, luchaba contra la infección que recorría su cuerpo, la fiebre era atroz. Su vista se nublo, y así, cuando despertó había llegado al fin de su vida como mortal.

Sus heridas se curaron, la sed la azotaba, y aquel ser la tomaba como suya cada noche. Los veinte años siguientes fueron así, la trataba como una muñeca para todas sus perversidades, pero mantenía aún aquel harén que a ella le marchitaba por dentro. El pueblo harto de que sus hijas desaparecieran, tomaron el castillo y lo mataron. Mihaela tuvo la suerte de huir a lomos de un caballo. Su vida como vampira comenzaba en aquel entonces. Recorrió Europa hasta hacerse un nombre, pero volvió a Rumanía, donde encontró a un monarca podrido de dinero que amaba acostarse con cualquier bella dama que se pusiera en su camino. Se encapricho en ella, su propio hermano que veía el reflejo de su madre en aquel aspecto. Le atraía, siempre había amado a su madre y aquella joven…la cortejo y la hizo su esposa. Obvio que ella le supero en vida, le mato tras informarse de toda la historia en una noche de ebriedad de aquel ser. Mihaela permitió que su primo tomase el reinado de Rumanía, ella gobernaba desde la oscuridad del Castillo y a su vez se montaba su propia vida. Fincas, esclavos, flotas mercantes, y como no, contrato a unos gitanos para alegrarle la vida y recordarán su dulce niñez, en la que no sufrió barbaridades ni nadie abusaba de su cuerpo. Esta es la historia cruel de una princesa, la cual se vio obligada a compartir lecho con su hermano, para recuperar lo que era suyo.



Ama la hípica, desde que vivía en el campamento gitano sabe montar a caballo, no aprendió precisamente a hacerlo como una dama hasta que vivió en Noruega. Se dice que en los jardínes del Castillo rumano, en ocasiones, se ve a la princesa cabalgar bajo la luna plateada en un camisón blanco.

La música. Tanto escucharla como componerla, toca a la perfección el violín, logrando rasgar de sus cuerdas las mejores melodías de toda Rumanía.

Teatro: Dado que su vida ha rondado desde muy pequeña sobre este ámbito, adora el teatro, ver actuar, es una de sus grandes pasiones.

Cazar: Correr humanos, temblar, la señorita nació con un gran apetito y le encanta devorar.

El arte: Le gusta ver tanto pintar como esculpir. Puede llevarse horas observando.

El sexo: ¿debo explicar por qué?, si hay sangre de por medio mejor.