Rumbos desconocidos {Libre}

por **Rosemarie Cipriano** Sáb Ene 01, 2011 7:01 pm

Suspiró algo exasperada. Hacía poco había estado en una cafetería matando el tiempo sola, decepcionada de tener tan poca vida social. Rose disfrutaba de los momentos a solas, de sus libros y de todo lo que significara arte, pero habían veces donde simplemente deseaba ser cercana a alguien y poder hablar de lo que fuera. No es que le hubieran faltado oportunidades, pero siempre se cerraba antes de llegar a una amistad o relación seria. Por eso nunca había tenido algo más romantico que una jugarreta.
Aún así, siempre recibía con los brazos abiertos cualquier distracción, aunque la incluyeran a ella y a su alter ego. ¿De qué servía ser de esta clase si nunca puedes saber quién es sincero o no? A veces se descubría pensando si ella misma realmente no se mentía cada día de su vida.

Distraídamente se pasó una mano por su cabello, con la mente en otro lugar. Estaba algo cansada de la sociedad elitista, y aunque le doliera a ella misma admitir, estaba cansada de su padre. Lo amaba, pero también deseaba poder llevar una vida cualquiera. Muchas veces había considerado la idea de dejarlo todo y escapar hacia otro lugar, consiguiendo una nueva vida. Pero se engañaría si pensaba llevarlo a cabo y esperar que funcionara; sus fantasmas interiores no le permitirían reiniciar su mente y dejar atrás a su progenitor.

Un repentino ruido cercano la trajo nuevamente a la realidad. Algo asombrada, levantó la cabeza para ver de que se trataba, pero por más que intentaba descubrir qué era, no consiguió nada. Finalmente se rindió y siguió su caminata.
No sabía muy bien hacia donde se dirigía, pero necesitaba tiempo al aire libre, así que se limitaba a caminar por donde le llevaran sus pies. En estos momentos deseaba poder adormecer su mente y callarla un rato.

Ahora que por fin no estaba encerrada en sus pensamientos, comenzó a analizar su entorno. Podía ver lo oscuro que se había vuelto el cielo, lo que significaba que llevaba más de una o dos horas caminando. También notó como parecía que ningún alma circulara por la calle. No le causaba miedo, pero le parecía extraño el casi siniestro silencio que reinaba en el lugar. Su instinto le gritaba que corriera, pero simplemente apresuró un poco el paso, pensando en que estaba algo paranoica últimamente.

por **Ludmila De Loeira** Mar Ene 04, 2011 5:28 pm

Estaba bastante pensativa sin nada que hacer, mi vida comenzaba a volverse monótona y sentía que no podía hacer nada al respecto. El estilo de vida que llevaba me aburría aunque negara aquello, jamas lo iba a admitir por nada del mundo, yo siempre tenia que estar perfecta, hacer como si no tuviera problemas en mi vida y seguir sintiéndome "bien". Termine por caminar por los callejones mis pasos eran lentos y elegantes, estaba caminando sin rumbo fijo obviando las miradas de varias personas que habían en el lugar que poco a poco comenzaban a irse dejándome sola, como siempre.

A veces me ponía a pensar que hacer con mi vida, mi padre al cual queria mucho pero a veces me exasperaba venia siempre con sus reproches de que el me debía conseguirme un prometido o seria la vergüenza de la familia por quedarme solterona. Pues yo a diferencia de algunas chicas no quería comprometerme, estaba mas bien enfocada en otras cosas que se podría decir, eran mas útiles para uno en la vida o al menos eso me hacían creer.

Verifique que mi cabello estuviera ordenado, lo llevaba recogido con una peineta con unos cuantos diamantes, mi vestido era de un color crema bastante largo y con muchos detalles que lo hacían perfecto. De un momento a otro veo que no había nadie en los callejones, un gesto de preocupación apareció en mi rostro sin saber que hacer ahora. Seria mejor irme de este lugar por mi bien, no vaya a ser que me sucediera algo que era lo ultimo que quería.

Comencé a caminar cada vez mas rápidamente sin rumbo fijo, me había perdido en el lugar y me apresure en buscar alguna salida pero con lo hábil que era yo casi tropiezo, si alguien me hubiera visto en estos momentos pensaría que estaba loca. Comencé a caminar cada vez mas apresurada sin saber exactamente a donde estaba yendo, quería huir eso era todo. Pensativa, choque con alguien, tuve temor de ver de quien se trataba pero le debía una disculpa, había sido mi culpa aquello. -Disculpeme, no fue mi intención-mencione en tono cortes viendo a aquella señorita

por **Rosemarie Cipriano** Mar Ene 04, 2011 6:35 pm

Finalmente, decidida a irse nuevamente a casa, comenzó a girar sobre sus talones para guiarse hacia su hogar. Ya que no sabía muy bien donde se encontraba, iba a deshacer todo lo recorrido, esperando poder encaminarse de buena forma.

Sin embargo, sin previo aviso, tropezó un poco tras ser golpeada o empujada por algo. Aún más asombrada que antes, intentó recobrar el equilibrio y entender qué había sucedido.
Cuando por fin lo logró, se encontró con unos ojos azules mirándola fijamente, con una expresión de disculpa marcada en aquel blanco rostro. Algo más tranquila, se dio cuenta que aquella mujer estaba diciendo algo, así que intento tratar de sintonizarse y prestar atención.

- Oh, no te preocupes. Yo tampoco estaba prestando mucha atención -le respondió a sus disculpas. Le parecía interesante que otra mujer de su clase, o algo parecido, estuviera caminando sola por los callejones a esta hora.
Comenzó a analizar a la señorita, que tenía poco más de veinte años, si es que calculaba bien. Era algo alta, de piel blanca por todas partes y tenía facciones delicadas y bastante armónicas. Lo más impresionante eran sus ojos, que resplandecían en un azul celestino, acompañado de su larga cabellera rubia.

Ahora que la chica no parecía asustada o algo por el estilo, por la expresión de sus ojos parecía estar un poco aburrida, dándole un aspecto arrogante. Rosemarie sabía leer muy bien las expresiones, pero sin embargo no le gustaba juzgar sin antes haber intercambiado algunas palabras. Podía decir fácilmente que era de clase alta, por su porte y forma de pararse, además de su vestimenta, pero le parecía poco posible que fuera de la realeza, ya que ellos acostumbraban muchísimo menos ir solos.

- ¿Qué haces por aquí tan tarde? -preguntó, embargada por la curiosidad.

por **Ludmila De Loeira** Mar Ene 04, 2011 7:08 pm

Espere que aquella chica reaccionara esperando que no se haya enojado, lo ultimo que quería a estas horas era una discusión con alguien, suspire y mire a la chica que aceptaba mis disculpas quedándome un poco tranquila al saber que no me haría nada, o al menos eso parecía. No era la única mujer sola por estos lados y aquella chica parecía de clase alta por la vestimenta que llevaba, seguro pensaría que yo era de clase alta también pues no había venido acompañada. Grave error, si hubiera venido acompañada no me hubiera perdido en este lugar, ya sabia que para la próxima haría caso a papá.

-Yo también estoy un poco distraída, supongo que la culpa es de las dos en ese caso-comente sin dejar aquel tono cortes y melodioso con el cual estaba hablando en este mismo instante, note como comenzaba a analizarme, solía darme cuenta cuando las personas hacían eso pero no decía nada al respecto, yo hice lo mismo que aquella mujer y la analice por unos cuantos segundos. Debía tener mi edad, de clase alta sin duda alguna por su vestimenta y lo bien que se veía.

-Estaba dando un paseo, escape un rato de todo y pues termine por aquí algo perdida-mencione recordando aquel escape de todos que había hecho, de mi padre, de los lujos, de todo, quería estar sola para pensar bien las cosas y estar un rato tranquila, en paz. Por un segundo me quede pensativa y después reaccione observando a aquella chica. ¿Mis modales donde habían quedado? No me había presentado.

-Soy Ludmila de Loeira, Condesa de Rumania un gusto-me presente con un aire de arrogancia, sonriendo levemente por unos segundos, aquella chica parecía alguien con la cual podría llevarme bien, aunque aun debía conocerla un poco mas para comprobar si tenia razón o las apariencias engañaban.

por **Rosemarie Cipriano** Miér Ene 05, 2011 1:46 pm

No fui tan discreta, después de todo -pensó en un tono algo agrio, ya que a pesar de que la chica siguió hablando en un tono cortés, ahora fue un poco más distante y gélida. Finalmente se presentó y Rose se rió amargamente para sus adentros. Así que sí era de la realeza.

- Rosemarie Cipriano -respondió finalmente. - He escuchado hablar de usted, por supuesto. -Obviamente, había oído ciertos rumores, puesto que nadie de la realeza o clase alta se escapaba de ellos. No sabía si alguno sería cierto, pero efectivamente, sabía quién era ella. También se preocupó de tratarla de usted, algo que había ignorado al principio.

Con una sonrisa poco genuina, pero muy practicada, Rosemarie trató de pensar en algo para decir. Sinceramente, no le desagradaba Ludmilla, pero siempre se andaba con cuidado con las personas, mucho más con quienes eran de su clase. Además, muy poca gente alguna vez pudo despertar una sonrisa en la cara de Rose que fuera legítima y real.
Con un pequeño suspiro, miró a la Condesa de Rumania, intentando entender que era verdadermente lo que le había hecho venir por aquí a estas horas. Generalmente, tipos como los de su índole nunca estaban solos, ni siquiera para un paseo. Estaba claro que era mucho menos probable que una chica de su edad, de la realeza, tuviera siquiera permiso para hacerlo.

Sin embargo, decidió que no eran sus asuntos. Aquí estaba ella, tratando de descubrir secretos ajenos cuando ella misma odiaba que la gente no se metiera en sus propias cuestiones.
No conocía más que por el nombre a la chica, pero supuso que no haría daño conversar un rato, más si las dos lograban llegar a un lugar más concurrido y no tan solitario.
- ¿Le parece que sigamos juntas? -le preguntó con un tono peculiar. - Digo, usted está perdida y yo también... Tenemos una causa en común, al menos.

por **Ludmila De Loeira** Miér Ene 05, 2011 2:04 pm

-Rosemarie Cipriano, en algún momento he escuchado su nombre, aunque no la había visto.-pensé al escuchar el nombre de aquella chica que seguro estaría pensando que hacía yo por aquí sola a estas horas sin compañía, mi padre ya debía estar histérico, especialmente por haber salido sola y sin su permiso pero no podía seguir mas en aquel lugar escuchando como comenzaban a decirme que hacer con mi vida.

-Un gusto Rosemarie, yo también he escuchado hablar algunas cosas de usted.-muchos rumores solían llegar a mi pero como mi madre me había enseñado, no juzgaba a las personas sin conocerlas, menos aun al escuchar los rumores que la gente comenzaba a decir. Rosemarie parecía una buena persona, podíamos llevarnos bien pero era mejor conocerla primero antes que cualquier cosa, era una persona desconfiada pero solía saber como eran las personas con tan solo hablar con ellas un par de minutos.

Al escuchar su propuesta me quede callada un par de segundos, era lo mejor tener a alguien acompañándome, ya que me perdería, de eso estaba segura ya que yo no conocía muy bien estos callejones solitarios. Seria mejor tener a Rosemarie de compañía por lo que acepte su propuesta mientras caminábamos por los callejones, si mi padre se enteraba que estaba aquí estaría muy furioso, mas de lo que debía estar ahora.

-Perdóneme la intromisión pero... ¿Que hacía por estos lugares? -pregunte aunque ella seguro se hacía la misma pregunta sobre mi, era raro ver alguien de la realeza por estos lugares a estas horas, sin compañía y obviamente sin permiso alguno. Observaba el lugar disimuladamente para ver que nadie estuviera siguiendonos o algo por parecido. Debería ya haberme ido pero no encontraba la salida de este lugar, ojala no estuviéramos por aquí perdidas mucho tiempo aunque al menos me estaba distrayendo un poco.

por **Rosemarie Cipriano** Miér Ene 05, 2011 2:34 pm

Rosemarie estaba segura que en sus ojos había brillado algo de asombro, al menos por unos momentos. ¿Había escuchado de mí? -pensó, tratando de disimular su sorpresa. Era raro, y no se sentía precisamente halagada. Ciertamente prefería pasar desapercibida y conservar un perfil bajo, en especial rodeada de gente como la que le tocaba compartir. Había pensado que eso hacía hasta ahora, por lo que este descubrimiento la inquietó un poco. Le respondió la cortesía y siguió meditando sobre ello dentro de su mente.

Aunque después de un rato se rindió y decidió no pensar en tonterías. ¿Qué más daba? No podía evitarlo, no si quería mantener a su padre de alguna forma. Simplemente ella misma sabía lo que era, y no importaba lo que otros pensaran.

Por la vacilación que Ludmilla tuvo antes de responder a su proposición, podía decir que era algo desconfiada. Y no la culpaba, de ninguna forma. Ella también lo era.
Pero finalmente aceptó, así que Rose se dispuso a seguir caminando, por donde fuera que había venido. No sentía un mayor miedo que la inquietud de su instinto, así que simplemente continuó con paso seguro.
Comenzó a estudiar su entorno, preguntándose si alguna vez había estado por estos lugares. No podía decirlo con seguridad, ya que era bastante tarde y la oscuridad reinaba en el lugar.
Después de unos momentos de tranquilo silencio, Ludmilla habló.

- Simplemente me gusta caminar -Rosemarie respondió a su pregunta. - Disfruto de la soledad, por decirlo de alguna forma -completó, con la vista al frente, pero mirando de reojo a la chica, tratando de descifrar que pensaría la Condesa de ello.

por **Ludmila De Loeira** Miér Ene 05, 2011 2:55 pm

Vi aquel asombro en sus ojos, al parecer le gustaba pasar desapercibida o algo parecido ya que no parecia halagada o algo por el estilo. -Tranquila Rosemarie, no han sido rumores ni nada por el estilo. Solo me han comentado de usted, es de clase alta por lo que tengo entendido ¿cierto?-mencione sincera, mientras que decidí dejar el tema a un lado ya que no me apetecía mucho hablar de eso de los rumores de las personas.

-Y si fueran rumores los hubiera ignorado, ya que no juzgo a las personas sin conocerlas, fue algo que me enseño mi madre desde muy pequeña-le comente mientras que una sonrisa leve se formo en mi rostro al nombrar a mi madre, la echaba de menos muchísimo, ella tenía una perspectiva completamente distinta a mi padre, eran dos polos opuestos que aun yo no sabía como se podían amar tanto. Yo era la viva imagen de mi madre, tanto físicamente como psicologicamente y mi padre siempre me decía aquello.

Al ver que nadie nos seguía continué caminando con pasos elegantes, tranquila olvidándome que nos encontrábamos en los callejones solas, mire a Rosemarie que caminaba segura de que nada pasaría o al menos eso parecía. Al oír su respuesta asentí, yo también adoraba caminar para pensar bien las cosas me relajaba mucho, especialmente cuando caminaba solitaria ya que no había distracción alguna . -Yo también disfruto caminar sola a veces, me ayuda a pensar bien las cosas sin que nadie me saque de mis pensamientos-le comente a Rosemarie observando el lugar detalladamente aunque no se veía mucho por la oscuridad que había ahora mismo.

A poca gente le gustaba caminar sola por los lugares para meditar y yo era una de esas personas al igual que Rosemarie, era esa la razón por la cual me había escapado por un rato, para cambiar de ambiente y pensar un rato, solo que termine por perderme. Aunque me encontré con Rosemarie y ahora estábamos teniendo esta conversación. Era agradable encontrar personas que le gustaban las cosas que a ti mismo te gustaban. Yo disfrutaba mucho de mi soledad y eso era lo que siempre le molestaba a mi padre, el jamas lo aceptaría.

por **Rosemarie Cipriano** Miér Ene 05, 2011 3:36 pm

Interesante. La verdad era que ella no se encontraba con mucha gente que compartiera gustos con ella. La verdad era que ella no encontraba con casi nadie teniendo una conversación más que de intereses económicos.
Era grato poder hablar de cosas insignificantes, sin tener que preocuparse de causar buenas impresiones o negocios. De lo primero casi nunca se preocupaba, pero sin duda alguna prefería no causar conflictos y pender de un hilo. Eso no ayudaría nada a la situación en la que se encontraba ahora con su padre y todas las tonterías que albergaba pertenecer a esta clase social.
Rosemarie tenía que admitir que era agradable que Ludmila se preocupara de tranquilizarla, en vez de disfrutar en secreto de su inquietud. O bueno, la mayoría de las chicas no se preocupaban en ser discretas.
Cuando era pequeña, y su madre la había abandonado, había pasado muchas mañanas, tardes y noches tristes, más allá del propio abandono que había sufrido.
Los niños, en general, eran muy crueles, más cuando sus padres, quienes les habían criado, eran unos idiotas ignorantes preocupados solo por el dinero y no por educar a sus hijos respetando.
Había vivido muchos años atormentada por las burlas de sus iguales, que muchas veces no le habían ofrecido un trato justo. Por ello, ahora no se preocupaba demasiado por la gente y tenía aquel carácter solitario y sarcástico. No le interesaba mucho hacer amigos, y casi siempre tenía comentarios mordaces para quien se metiera con ella.
De repente, se dio cuenta que se había sumido en sus pensamientos. Levantó la vista algo avergonzada por ser tan descortés.
- Lo siento -se disculpó con Ludmila. - A veces nadie me salva de mi propia mente. En fin, cuéntame. ¿Qué otras cosas te gusta hacer? -le preguntó con una pequeña sonrisa, que pretendía esconder los sentimientos que la invadían en esos momentos.

por **Ludmila De Loeira** Miér Ene 05, 2011 4:01 pm

Al parecer Rosemarie se había quedado perdida en sus pensamientos, causando que a mi me pasara lo mismo pensando en varias cosas las cuales no había pensando desde hace muchísimo, por ejemplo, que hubiera sido mi vida si mi madre siguiera viva. Probablemente muy distinta puesto que ella era la única que lograba hacerme cambiar de opinión, ya estaría comprometida con el hijo de algún amigo de mi padre de buena familia.

Mi padre estaría feliz y no viviría tan amargado como era aunque me causara dolor pensar en ello, mi padre era una persona parca, seria que jamas se le veía de buen humor, o al menos era así desde la muerte de mi madre.Había notado que Rosemarie era una persona la cual le gustaba pasar desapercibida, estar tan solo con su soledad y caminar, esto ultimo lo compartíamos ambas aunque yo odiaba pasar desapercibida.

Para que negar lo obvio, yo era una persona muy vanidosa, nunca pasaba desapercibida por mas que a veces quisiera era algo que resultaba imposible para cualquiera ya que solía captar la atención de las personas con tan solo entrar a algún lugar. Otro detalle que había notado en Rosemarie era que obviaba los temas de negocios y dinero, era algo raro de ver ya que la mayoría amaba hablar de esos temas, a mi me daba igual si sacaban aquel tema yo lo seguía aunque no era de sacar yo aquel tema como tema de conversación.

El silencio que se formo en aquel callejón se deshizo cuando Rosemarie se disculpo. -Tranquila, yo también me quede pensando en cosas, suelo hundirme en mis pensamientos-le comente para que quedara tranquila y escucho su pregunta pensando las cosas que me gustaban hacer observando aquella sonrisa de Rosemarie que escondía algo, pero no me entrometería y se lo preguntaría ya que podría ser algo personal y se veía mal que te pregunten algo lo cual tratas de ocultar.

-Pues ademas de los paseos, me encanta leer en mis tiempos libres, siento que así no desperdicio el tiempo y puedo.-mencione pensando que seria lo que le gustaba hacer a Rosemarie. -¿Ha usted que le gusta hacer?-pregunte mientras seguíamos caminando por aquellos callejones oscuros, seguro encontraríamos la salida pronto, o eso esperaba ya que no quería quedarme mucho tiempo en este lugar por miedo que sucediera algo.

por **Rosemarie Cipriano** Miér Ene 05, 2011 6:01 pm

Sinceramente, no podía evitar darse cuenta que ella misma se atormentaba con sus propios pensamientos. Aunque le gustara divagar sobre las cosas, y llegar a los rincones más absurdos de mente, también existían aquellos rincones que intentaba tapar, pero que simplemente se quedaban ahí, como tomando un descanso eterno, mirándola burlonamente, disfrutando del daño que hacían.

- También me encanta leer -respondió distraídamente. - Me gusta adentrarme en otros universos, olvidándome del mío, si es posible. Aunque disfruto de bailar y escribir, por supuesto -agregó, algo más presente. Tenía que aprender a concentrarse en el ahora, pero era bastante difícil dada su personalidad.
Tenía poca vida social, pero había algo en lo que creía firmemente. Para conocer a alguien no se necesita saber que piensa, sino lo que ama.

- Así que... ¿Qué tipo de libros te gusta leer? -Muchos creían que dada la cantidad de libros que había leído, ella haría preguntas mucho más rebuscadas y complicadas, que tendría más imaginación. Ciertamente la tenía, pero esta era la forma en que descubría las mayores cosas dentro de la gente Al menos, de la gente normal. Y claro, cuando se proponía conocer a alguien, al menos.
Rosemarie creía que las preguntas más simples decían mucho de las personas, ya que dependía si sus respuestas eran simples o complicadas, la persona se identificaba con ello. Además, las cosas más pequeñas forman de a poco el carácter de cada uno, aunque mucha gente no lo creyeran así. Cuando descubrías lo que le gustaba a cierta gente, descubrías que pensaba sobre la vida, por supuesto, si sabías intepretarlo. En cambio, si le preguntabas a alguien que pensaba sobre la vida, buscaban respuestas rebuscadas que al final, muy pocas veces, les identificaban.

por **Ludmila De Loeira** Miér Ene 05, 2011 7:09 pm

Por un momento pensé que Rosemarie se iba a quedar otra vez sumida en sus pensamientos pero me di cuenta que eso no ocurriría ya que comenzó a hablar. Ella también disfrutaba leer tanto como a mi, lo pude notar al escuchar aquellas palabras con las cuales describía lo que sentía al leer los libros. Uno llegaba a perderse entre sus paginas imaginándose lo que iba sucediendo y por un momento, te adentrabas en lo que ocurría en la historia y te olvidabas lo que pasaba alrededor tuyo. Era una sensación muy bonita aquella, por ello me gustaba leer porque por unos cuantos minutos me adentraba en las historias y me olvidaba de mi vida.

-Yo siento lo mismo, por unos minutos te olvidas de lo que pasa alrededor tuyo y los problemas que hay y solo te concentras en lo que sucede en el libro.-dije, este lado mio no solía salir muy a menudo ya que no tenia con quien conversar de estos temas. Ahora me había encontrado con Rosemarie con la cual compartíamos gustos tales como la lectura y el baile. Yo desde pequeña era una buena bailarina gracias a mi padre quien sabe bailar muy bien y me ayudo con ello.

-Yo también adoro bailar, mi padre desde muy pequeña me enseño ya que siempre dijo que en lo que tenía que ser la mejor era en el baile-mi padre y sus ideas, sin embargo yo la mayor parte del tiempo me la pasaba o leyendo o dando paseos para despejar mi mente por unos segundos y distraerme un poco. Hacía mucho frío y por mas que estuviera abrigada sentía un poco de frío, solía tener frío siempre, en este tiempo aun mas.

Al escuchar la pregunta de Rosemarie pienso por un momento, la verdad era que yo adoraba leer de todo, desde los viajes que hacían los personajes hasta las historias románticas. Se podría decir que estas eran mis favoritas, ya que muchas eran historias hermosas. -Se podría decir que me gustan más las historias románticas aunque leo de todo.-mencione mientras que mire de reojo a Rosemarie. -¿Y a usted? -pregunte curiosa para saber algo mas sobre Rosemarie.

por **Rosemarie Cipriano** Jue Ene 06, 2011 11:05 am

Rosemarie suponía que por sus gustos, debía ser una soñadora. Compartía ciertos aspectos, pero de distinta forma, solía pensar que aunque existieran cosas hermosas, no estaban a su alcance.

Suspiró quedamente y miró a Ludmila. - Suelo leer filosofía -le respondió algo ensimismada en sus pensamientos, como siempre. - Hacerlo me hace... desarrollar ideas antes limitadas. No sé si me explico -y era cierto, ya que generalmente solo ella misma se entendía.
- La sociedad te da un prototipo, y haz de adecuarte a este solo para encajar. -Y era por eso que ella se sentía tan extraña, mirándose de un punto de vista lejano.- Pero a mi nunca me han gustado los prototipos, me fascinan las cosas nuevas... Las nuevas ideas. La filosofía me hace preguntarme por cada cosa, y aún no entiendo muchas, pero he descubierto muchas otras.

No sabía exactamente porque le contaba esto a aquella mujer que conocía como máximo hacía media hora. Estaba claro que este era solo un pedacito de su ser, pero aún así era mucho. No pensaba contarle qué cosas había descubierto, de todos modos. No sabía como, puesto que jamás en su vida le ha gustado contar sus pensamientos, hoy lo hacía. Solía ser callada y pensativa, excepto cuando la provocaban.

- Disculpame -se excusó de la chica. - A veces me encierro en mis ideas, y hasta yo misma me pregunto qué estoy diciendo -comentó con cierto tono sarcástico.

por **Ludmila De Loeira** Jue Ene 06, 2011 5:46 pm

Rosemarie prefería otro tipo de lectura que también era interesante para que negarlo y sus puntos de vista también. Era una persona poco común ya que la mayoría hablaba de negocios y los rumores que corrían por ahí. Rosemarie se centraba en la lectura y en no ser como todos eran, se podría decir que era una persona con un punto de vista distinto que los demás o al menos de la mayoría. Era interesante su forma de pensar para que negarlo, incluso me había interesado a mi.

Yo prefería los libros románticos mas que nada porque era algo que me llamaba la atención ya que era lo único que yo no tenía, una historia de amor y que dudaba encontrarla. Ademas de que no me preocupaba tanto pero sentía aquel vacío que jamas iba a admitir por el orgullo que tenía, yo debía seguir como siempre pretendiendo que tenía todo lo que quisiera.

Mientras caminábamos vi una salida de aquellos callejones, seria mejor irme ya que era muy tarde, quizás demasiado y papá ya habría mandado a que me busquen por todo Francia. Negué al escuchar su disculpa. -No te disculpes por eso, es una opinión muy interesante, créeme. Es un punto de vista que no se escucha todos los días.-mencione sincera para después decidir que tenía que irme ya, la salida estaba frente a nosotras por lo que Rosemarie podría irse si quería también ya que ahí estaba la salida.

Cuando dejo de hablar suspire, no quería irme pero debía hacerlo. -He de irme, ya es tarde, espero volver a verte. Adios, ha sido un gusto conocerte Rosemarie-me despedí de Rosemarie mientras que comencé a caminar rápidamente aunque con pasos elegantes rumbo a casa mientras mi silueta poco a poco fue desapareciendo de aquel lugar.

por **Rosemarie Cipriano** Jue Ene 06, 2011 11:49 pm

Siguieron caminando por cierto rato, sin hablar demasiado. Finalmente vieron la salida de aquellos callejones, donde por fin se podía divisar algo de gente.
Ludmila anunció que tenía que partir y Rosemarie le devolvió la amabilidad. - No te preocupes, he de hacerlo también. Un gusto igualmente, nos vemos.
Después de un rato a solas luego de que la chica se hubiera ido y ella se hubiera quedado parada ahí sin saber que hacer, comenzó nuevamente a andar. No quería llegar a su casa, pero ya era tarde y suponía que no podía atrasar más lo inevitable.
Con un suspiro casi inaudible, comenzó a dirigirse a su hogar.

por Contenido patrocinado

Rumbos desconocidos {Libre}

Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}

Re: Rumbos desconocidos {Libre}