Vamos a divertirnos! [Kellen]

por **Engil Stefánsson** Dom Ene 02, 2011 1:22 pm

Eran pasada las seis de la tarde y ya el cielo estaba oscuro, y si bien Engil no corría caminaba bastante rápido y enérgico, con paso firme y decidido. Es que desde que había llegado a París ¿Hace cuanto que no sentía que de verdad se iba a divertir? Quizás era la primera noche en que de verdad salía a dar un buen paseo. Salía de día pero solo iba al Jardín Botánico o a la Plaza y siempre acompañado por un mayordomo distinto, ni siquiera podía entablar una buena conversación. Pero ahora todo era distinto pues salía en compañía de Kellen. No es que su relación fuera perfecta, pero si aquel vampiro le quería a su lado, entonces que al menos le diera algo de tiempo de calidad.

Por suerte esta vez vestía pantalones largos, metidos dentro de sus botas, en general todo lo que vestía era negro ,excepto la alba camisa y una cinta roja a modo de corbatín. Unas cuantas rosas en una solapa del abrigo y un sombrero de copa que también tenía una rosa.

Tomó de la mano al vampiro y comenzó a caminar mas rápido cerca de la entrada del parque- Vamos Kellen de prisa! No alcanzaremos a ver todo!-Reclamaba como si fuese un niño pequeño, pero tomando en cuenta lo tarde que habían llegado, quizás pronto tendrían que salir.

por **Kellen Groger** Vie Ene 07, 2011 7:52 pm

Era invierno y gracias a ello podía mostrarse en las afueras de sus aposentos sin temer a ser destruido en un segundo por los rayos solares. Era cierto que odiaba el frío de aquella época, sin embargo también era cierto que era agradable el no tener que salir cerca de medianoche, sino que poder mostrarse a horarios más decentes en público.

Podía escuchar risas de niños y eso jamás ocurría. Solo podía sentir sus respiraciones dormidas justo antes de caer bajo su mordida mortal. Niños, el manjar más delicioso. Jóvenes, vírgenes, inocentes.

Sin embargo no era necesario tener seis años para poseer esos dones, y bien lo sabía él. De su mano iba la más bella presa que cualquier vampiro podría desear. Era aquello que los jóvenes vampiros deseaban cada vez que cumplían años. - Jeh... - su propia broma le hizo sonreír un poco mientras sus botas altas sonaban contra el camino de piedra, ondeando su abrigo rojo como la sangre con negras rosas de adorno en la solapa, a juego con su pequeño lobito.

Podía sentir su emoción y no hizo más que caldearle ligeramente el corazón. Desde que Engil había llegado a su 'familia', como le gustaba llamarle a su grupo fiel de vampiros y humanos que le servían, todo tenía un gusto ligeramente distinto. Por ejemplo, ¿desde hace cuanto que no venía a una feria?

Siglos, por supuesto. Y en su época las ferias no eran como esas.

- Tranquilo, lobito, alcanzaremos a ver todo, no es necesario correr - sonrió el mayor mientras llegaban a la entrada.

El olor a sangre joven inundaba el lugar, habían tantas personas que Kellen se sintió por un segundo ligeramente mareado y eso que el día anterior había comido. Miró a su emocionado acompañante y le contestó la sonrisa - Tenemos todo el lugar para nosotros, pequeño, ¿qué quieres? Yo digo que vayamos al tiro al blanco en algún momento - apuntando con la cabeza hacia un puesto - Créelo o no, era el mejor cuando tenía tu edad - le guiñó un ojo suavemente, mirando como vendían unas manzanas acarameladas, preguntándose si Engil querría una.

Esa noche estaba decidido ha hacérsela disfrutar, a la espera que no le pidiera otro paseo por un tiempo. Aunque tampoco estaría mal disfrutarla él también y sentirse una vez más como el niño que aparentaba ser.

por **Engil Stefánsson** Lun Ene 31, 2011 2:14 pm

Llegaron a la entrada y el vampiro pagó ambos boletos. Pronto ya estaban en el interior del parque y además justo en el centro. Se sentía tan emocionado que si estuviera como lobo habría movido la cola.

-Si, tenemos que ser rapidos, pueden cerrar la feria porque llegamos tarde...además no es mi culpa que seas un anciano y no puedas correr- Le sacó la lengua y estiró el párpado inferior de su ojos bueno haciendo una mueca de burla.

Se quedó mirando todo alrededor, escuchó a Kellen y le miró atento- Tiro al blanco? Podría ser...pero no soy tan bueno... -Dijo lamentándose, aunque la verdad es que solo fingía.

En Islandia, desde pequeño, su padre le había llevado a cazar, tenía buena experiencia usando armas de fuegos y armas blancas, estas últimas las utilizaba mejor arrojándolas. Simplemente tenía muy buena puntería, aún cuando se tratara de lanzar una piedra. Por supuesto que todo este tiempo había perdido la práctica, pero estaba seguro de que si le daban tres tiros no los erraría todos, además podría apostarle alguna cosa al vampiro y salir ganando. ¿Qué tenía que perder?

-Vamos al tiro al blanco Kellen, podrías mostrarme lo bueno que eras, te parece? -Sonrió lindamente mostrándose entusiasmado. Aún debía maquinar en su cabecita lo que iba a pedir en a apuesta. Pero mientras, pediría una manzana acaramelada. Aquellas que le habían llamado la atención desde que llegó.

-Kellen...-Murmuró e indicó el puesto- ¿Podrías comprarme una? Lo haría yo pero sabes que no porto dinero. -Parpadeó unas veces seguidas y le sonrió. No es que siempre fuese un chico que pareciera mimoso, pero ya había tomado consciencia de que si se hacia el tierno frente al vampiro podía conseguir cosas.

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