Nuevo lienzo... nueva vida [Xavier Sinclair]

¿Era este el fin? Su vista estaba nublada, sus patas delanteras temblaban y las traseras no la soportarían más tiempo… se tambaleó un poco hacia atrás hasta que el contacto de sus patas con el agua congelada de la laguna la hizo resbalar, gruñó lo más fuerte que pudo a la figura delante de ella mostrando la perfecta y afilada dentadura que resguardaba su hocico; ahí estaba, sonriendo endemoniadamente y mostrando sus filosos colmillos.

Clavó su mirada en los brillantes ojos verdes del vampiro tratando de recuperar el equilibrio, y se abalanzó sobre él, de lejos no se veía más que a un lobo furioso atacando a algún transeúnte, por suerte, a estas altas horas de la noche los únicos que se dejaban ver eras estas asquerosas bestias chupasangre … y para desgracia de Char, nadie le ayudaría.

El vampiro imitó su movimiento y corrió directo al imponente lobo que brincaba sobre de él, tenía un hombro destrozado y sangrante por lo que sus movimientos se entorpecían, el lobo gimió al momento de brincar sobre su objetivo, tenía golpes y marcas de colmillos en su espalda y nuca; aún así eso no detuvo la fiereza reflejada en los ojos de ambos.

No vió más, sintió un fuerte golpe en su costado que la mandó contra un árbol a orillas del congelado lago gimoteó y el aire abandonó sus pulmones, intentó ponerse de pie pero sintió un enorme peso sobre su lomo.

-¿Qué, te rindes tan pronto?
El vampiro colocó su pie sobre el costado del animal infringiéndole dolor al apretar sus costillas
-Maldito animal…
Miró su hombro destrozado y otras heridas que Char le había infringido, y una mueca de furia se posó en su rostro, al mismo tiempo de notaba algo parecido a una sonrisa en el hocico de la loba, cerró los ojos sintiéndose débil y a punto de perder la transformación con un maldito vampiro sobre de ella listo para darle el golpe final.

No podía sentirse mas derrotada, si, le había dado batalla al demonio de la noche... pero al final sería en vano, cerró los ojos con fuerza y dejó escapar su aliento y con eso su transformación se dió por terminada, mostrando a una joven esbelta y bien formada, piel apiñonada, desnuda a la orilla del lago a punto de ser asesinada por lo que ella mas odiaba... un vampiro

Cuantos días han pasado de mi llegada mas menos una semana, una semana repetí en mi mente mientras andaba de un lado hacia el otro por la habitación, tenia un trabajo, unos cuantos conocidos, ya sabia de la existencia de una nueva raza y aun nada sobre el maldito vampiro que me había traído hasta acá - Xavier es hora de comer - me dijo con voz suave Pascalle que siempre estaba tan radiante Fyn traía una buena botella de vino pero en mi interior algo me incomodaba. - Tengo que salir, mas tarde como - tome mi chaqueta y salí de aquel lugar que me ahogaba paulatinamente. Fui en busca de uno de mis caballos tenia que salir de París, alejarme de aquel lugar necesitaba respirar aire puro.

El corcel color oscuro para aquella noche se movía como si sintiera lo mismo que yo, pasamos por callejones, y calles de la ciudad sin detenernos, era algo así como una persecución contra el tiempo, pero en un momento todo se apago, todo se volvió mas oscuro mas puro. Había llegado al campo, aunque de noche no se podía apreciar mis pulmones disfrutaban de aquel oxigeno tan puro que proporcionaban las plantas y arboles a esas horas de la noche, mi Caballo comenzo a cabalgar mas lentamente relajándose tanto como yo lo hacia, y así fue que llegamos a la Laguna donde presencie un batalla campal o mejor dicho el final de esta mas para mi sorpresa mi caballo me delato y el vampiro dejo aquello y se fue tras nosotros, lamente por un segundo estar con Pool {nombre del caballo} pero así eran los instintos animales; tome mi revolver y comencé a darle caza al vampiro que se acercaba con rapidez, aun sabiendo que aquello era en vano siempre tenia un plan en mi mente. El rugir del vampiro asusto a Pool y este se levanto en dos patas dejandome así a una altura listo para ser la carnada de aquel chupasangre que se arremetía contra mi cuerpo botandome de aquel animal caímos al suelo los dos, había sangre en su boca no tanta pero intente con fuerza humana safarme de aquel que probar quería mi sangre, le dispare una y otra vez alejándolo de mi... silbe llamando a Pool para que se acercara mas mi estaca necesitaba. Comencé a correr intentando alcanzar a Pool, quien corría de un lado a otro y yo sin poder safarme del aquel vampiro en un movimiento del caballo note que la estaca estaba en el suelo, rodee por el suelo mas el Vampiro tomo de mi tobillo y con una fuerza sobrenatural me levanto azotándome con el suelo - Un cazador cazado - dijo con ironía, sarcásticamente con esos ojos verdes relucientes yo en silencio tome la estaca que estaba a un lado pero el vampiro fue mas rápido y se abalanzó a mi cuello donde uno de sus colmillos raspo mi piel y aquella gota de sangre enfureció mi interior y sin pensarlo dos veces le clave aquella estaca dejándolo algo herido tome uno de mis cuchillos y corte su cabeza sentía odio y repudio en ese momento - ¡Bestia maldita tu hora llego! - grite y fuego logre prender lanzando a la presa ahí y viendo como se desasía ante mis ojos.

Respire profundamente y corrí hacia el lugar donde había atacado anterior mente la bestia, había alcanzado ver a un lobo mas una mujer cuyo cuerpo desnudo estaba casi muerto a la orilla del lago, apoye mis rodillas en el suelo y revise a la mujer cuidadosamente note su herida en el hombro y rasgué mi camisa intentando parar la hemorragia - Sobrevive, por favor - silbe llamando a Pool que algo mas tranquilo acudió a mi llamado, recogí a la dama con sumo cuidado y la cubrí con mi chaqueta no era tiempo de andar cortejando a damas indefensas. - Señorita ya esta segura - asegure mientras caminaba a un lado de mi caballo hasta llegar a donde las llamas de fuego estaban casi extintas, tenia que mantener el calor asi que deje el cuerpo sobre el suelo tapado con mi abrigo y recogí algunas ramas para hacer una fogata al menos hasta que reaccionara la dama nos mantendrá a con calor.

No se puede decir que lo único que se escuchaban eran gemidos ya que ni las fuerzas había en su debilitado cuerpo como para emitir sonido alguno, el aire que quedaba en sus pulmones era el suficiente para no hacerla sentir asfixiada, su pecho trataba de moverse acompasado y lentamente para obtener más de ese preciado tesoro, sin embargo, estaba tan lastimada que le dolía si quiera intentar meter un poco de aire a sus pulmones.

Todo su cuerpo temblaba, en parte por el frío y en parte por el clímax de haber durado tanto con su transformación, podía soportar el estar como lobo durante mucho tiempo pero cuando se trataba de pelear... era otra cosa muy diferente; escuchó la voz de un hombre a lo lejos aunque al parecer estaba más cerca de lo que creía instintivamente intentó alejarse pero ninguna de sus extremidades le respondió, se tranquilizó un poco al percibir el aroma que despedía ese hombre, era humano, entremezclado con un asqueroso olor a madera quemada y algo parecido a azufre.

¿Calor?... esa hermosa sensación sobre toda su piel al verse refugiada del viento helado que lastimeramente profanaba todo su cuerpo, instintivamente buscó ocultar su rostro en el hueco que dejaba el cuello y la clavícula de su salvador, quería hablar, decirle que estaba bien, que se fuera, que no la dejara, quería llorar de ira y de dolor... eran tantas las cosas que pasaban por su mente muchas de ellas se contradecían.

Sintió como su cuerpo se topaba con el suelo y un aura cálida la rodeaba y se vió inmersa en un mar de negrura que abrumaba sus sentidos clamando que perdiera el conocimiento... no supo más.

El viento que soplaba a esas horas de la noche era tan frió y fuerte que tenia que actuar rápido, tome las riendas del caballo y lo llevé cerca del cuerpo de la dama le hice un gesto al caballo y este obediente-mente se recosto tapando el viento que iba y venia, no quería ser imprudente ni menos aprovecharme de aquella mujer, era la segunda de su especie que veía, y ahora era algo que creía mas allá de lo que dijeran.

Rompí varias ramas y las tire al fuego flamante, me senté cerca de la dama y me quede ahí en silencio esperando que se recuperara, o al menos que me dijera algo, si tenia heridas la podría ayudar pero sentía que hacerlo en este momento seria imprudente ya que su cuerpo estaba desnudo, con mi cuchillo comencé a pelar un trozo de madera que había encontrado, necesitaba hacer algo productivo. Me levante de donde estaba y comencé a rodear la fogata, no quería que nada nos atacara por sorpresa. Me acerque a la dama y corrí uno de sus cabellos - Dama, ¿se encuentra bien? - si me sentía preocupado y no podía ocultar tal angustia.

Coloque mas ramas, para avivar el fuego el viento estaba fuerte y traía consigo ramas, tierra y demasiado frió, mire el cielo preocupado por el clima en invierno era una verdadera reloj en contra, no se veían las estrellas así que estaba nublado, el viento que corría venia en dirección Norte así que eso quería decir una sola cosa, lluvia o nieve, torcí mi labio en forma de negación, me acerque a la dama y me senté a su lado, y comencé hablar aunque nadie me escuchara sentía aquella necesidad - Me llamo Xavier Sinclair, soy cazador y debo de estar loco, estoy hablando practicamente solo - estire mis manos hacia el fuego para abrigarlas, suspire mirando a mi caballo que parecía mas tranquilo y esperaba que pronto reaccionara la señorita que me hacia una particular compañía.

Comencé a tararear una melodía que me hacia recordar mi infancia, mientras mi mente se iba al pasado lejano de mi vida, crecí en una familia de cazadores todo siempre había sido en eso, cazar el odio por aquellas bestias, un odio que ha ido generación tras generación. Cerré los ojos y me deje llevar por las imagenes que invadían mi mente en ese momento.

Entreabrió los ojos y no vió nada mas que una espesa niebla que le cubría la visión, sentía miles d emanos que la arrastraban de nuevo a ese profundo mar lleno de sombras y se sintió tentada a dejarse llevar pero empezó a escuchar sonidos que la sacaron de tal embelesamiento... el crepitar de la madera quemandose, un caballo resoplando y una varonil voz que al parecer estaba sosteniendo algún tipo de monólogo del cual alcanzó a oir un nombre, cerró fuertemente los ojos y llenó sus pulmones de aire, abrió de golpe sus ojos soltando todo lo que había entrado en su debilitado tórax ; ahí fué cuando su cuerpo comenzó a dar señales de vida y a recordarle lo maltratado que estaba.

Resopló un poco incorporandose sobre sus codos sin más fuerza para levantarse ni siquiera para sostenerse, giró sobre su costado quedando de lado y frente a las llamas que ardían fuertemente frente a ella moviendo la cabeza hacía arriba para toparse con su ¿salvador?.

Carraspeó un poco tomando fuerzas para al menos poder sentarse, gimió un poco cerrando los ojos ante el dolor punzante yd esgarrador que le separaba el brazo entero del cuerpo, respiró profundo y mil agujas parecieron clavarse en su pecho ¡Maldito demonio!.

Logró sentarse y darse de cuenta de que estabadesnuda con nada mas que una chaqueta cubriendole, se aferró a la chaqueta intentando cubrir la mayor superficie de su expuesto cuerpo como le fuera posible, levantó la mirada y se topó con un hombre de cabello cenizo..

-Gracias... Xavier Sinclair, debo suponer...
Atinó a decir irrumpiendo de lleno en los pensamientos de aquel hombre, no le gustaba mucho quebrar los sueños vividos de las personas pero... necesitaba indicarle que estaba ahí ¿por qué? no lo sabía solo lo necesitaba.

El crepitar del fuego, las ramas consumiéndose y el viento resoplante eran los únicos sonidos que se podían escuchar en aquel lugar, al parecer estábamos solos tres seres completamente diferentes pero que a final de cuentas algo nos unía, extrañamente así lo sentía. Estaba acostumbrado a proteger a las personas, a cuidarlas a simplemente dejar que lo sobrenatural y lo natural no se unieran, entre mis pensamientos una voz femenina y débil quebró todo lo que en mi cabeza tenia armado, di un suspiro de alivio verla ahí hablando fue algo mágico.

No es nada, odio a esas bestias – fue lo que pude pronunciar mientras el calor envolvente del fuego nos abrigaba, mas mantendría a ciertas especies lejos de nosotros y me importaba el bienestar de la dama que casualmente me hacia compañía – Puedo conocer su nombre, me siento en desventaja – añadí mientras estiraba una de mis manos para que se abrigaran con el calor que emanaba de aquella fogata.

Seguí en silencio, mientras esperaba que no le diera otra recaída a la cambiaformas, sentía una extraña necesidad de protegerla más al verla atacada por aquel vampiro que yacía muerto bajo nuestros pies, eso era un verdadera satisfacción. Salvar una vida y matar a un muerto que estupidez esta última frase dibuje una casi sonrisa en mi rostro y repare en la mujer aquella que finamente había escuchado su suave voz.

Quería hablarle, conocerla, saber más de ella, ya era la segunda cambiaformas que conocía y aun me maravillaba mas ella no era como el búho ella era un can, como es posible. Mi mente vaga me hacía pensar más imaginar un millar de cosas; eran a final de cuentas sucesos casi imposibles pero ya tenía claro que lo imposible no existía, siempre había algo, algo mas allá en aquel horizonte que de lejano podía tener mucho pero estaba más cerca de lo que uno se podía imaginar.

Su cabeza giraba y le costaba trabajo enfocar, su piel quemaba ¿acaso era porque estaba muy cerca del fuego? discretamente miró de reojo hacia la fogata solo para cerciorarse de que estaba a una distancia prudente ¿el frío? lo más probable, su cuerpo temblaba involuntariamente apesar de que ella no lo sentía en absoluto.

Volvió a fijar de lleno sus grisáceos ojos en los de su acompañante ¿En desventaja decía? claro solo por el nombre, ¿Cómo se suponía que debía sentirse ella al estar completamente desnuda e indefensa frente a un completo desconocido? la balanza era clara, pero estaba de más recalcarla.

-Charleen Rumsfeld...
Intentó cobijarse aún más con el pedazo de tela que tenía sobre sus hombros, tanto como si quisiese sacarle extenciones para que ningún espacio de su apiñonada piel quedase al descubierto, agachó un poco la cabeza para que su cabello figurara como cortina sobre su torso, se abrazó a si misma con una mano aferrandose con fuerza a la chaqueta mientras su otra mano descansaba en su muslo.

-Odio... ¿es esa palabra capaz de englobar un sentimiento que va más allá de toda sensación física?
Giró la cabeza hacia la fogata, lo que le arrancó de sus rosados labios un leve quejido, la herida en su hombro reclamó territorio recordandole su limitado repertorio de movimientos ¡Maldición! ¿Cómo pudo ser tan tonta, dejarse vencer solo por un vago fantasma?

Cerró con fuerza el puño que se aferraba a la chaqueta haciendo que la tela de ésta se frunciera y arrugara, reprimió las lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos para recorren sus laceradas mejillas ¿Tristeza? no, para nada... descepción.

-Gracias... sin duda me habría matado, estaba ya demasiado débil como para seguir sosteniendo mi...
Su semblante se torno frío y serio, sus labios se quedaron entreabiertos y las palabras se quedaron congeladas en su garganta, arañando las paredes y clamando por salir ¿qué se suponía que le diría? "Charleen Rumsfeld, cambiaformas canino a su servicio" ¡por supuesto!, si es que quería que la tachasen de loca.

Llenó sus pulmones de aire intentando olvidar las veinte mil agujas que se clavaban en su pecho y a sus costados, ¿cómo explicarle a alguien lo que era? claro le facilitaba el hecho de que aquel humano había presenciado la pelea de un lobo y un vampiro, para momentos después encontrarse en su lugar a una joven... o almenos eso quería creer, no tenía fuerzas para correr si es que se volteaba contra de ella.

El frio, el viento, el invierno, la pronta lluvia, ella y yo. Eran los factores que hacían que todo en mi mente diera más de una vuelta, seguí en silencio, mas solo mi boca estaba cayada mi mente no dejaba de hacerse preguntas sobre lo que había visto, sobre lo que creía y por sobre todo en lo que no tenía ni la menor idea.

Mi intención siempre ha sido proteger, ayudar y hacerme fama, rei en mi interior ante el tonto y ultimo pensamiento, bien tenía razón odiar era eso, pero cuando crecías repudiando una especie nadie podría hacer o decir lo contrario, mis ideas eran claras, justas, precisas y concisas no había que darle mucha vuelta al asunto, todo tenía una contraparte, del negro el blanco, del dia la noche y del amor el odio, y asi podría seguir pensando en todas aquellas contrapartes, di un suspiro y seguí abrigando mis manos con la fogata que parecía flamear aun mas que hace algún momento.

Mi mente fría, mis sentimientos congelados pero mis pensamientos aflorando era algo con lo que podía vivir mas no era de hablar de mi, lo mío conmigo, siempre he sido igual – Lindo nombre Charleen – dije intentando de seguir siendo “simpático” vamos por Dios, es una dama a la cual rescate, segui en mi pensamiento mas no podía hablar mucho; no quería incomodarla, solo quería darle “espacio” ella estaba desnuda, sabia su secreto y mas encima le había ayudado tanto con el chupasangre como con su herida, ¿De qué tendría que preocuparme?.

Me levante del lugar donde estaba y me acerque a mi caballo y de un bolso que colgaba a su costado saque una pequeña botella de vidrio media azul ahí llevaba agua para opacar la sed, aun en silencio me acerque solo lo suficiente a ella y le tendí la botella – Es agua, le vendría bien un poco. ¿Me permitiría revisar su herida? No quiero que se le infecte y pase a mayores – aclare mi garganta y espere respuesta, no quería que aquella dama se sintiera invadida por un, desconocido.

Sus sentidos comenzaban a tomar la agudeza de siempre, su cuerpo empezaba a reconocer las texturas que lo rozaban... la aspereza de la chaqueta, la humedad de la tierra sobre la que se encontraba, el frío del viento y el calor despedido por la fogata; comenzaba a recuperar el control sobre su cuerpo y con ello, la percepción del dolor se incrementaba. Su respiración se normalizaba a medida que forzaba a su pecho a expanderse ignorando la pesantes y ardor que sentía, las heridas más superficiales curarían como máximo en una semana; claro que no podía decir lo mismo de su desgarrado hombro.

Apenas y esbozó una sonrisa de agradecimiento ante tal cumplido, podría decirle -Muchisimas gracias my lord, Xavier es un nombre digno para alguien como usted, fuerte e imponente" pero no estaba de humor como para formalismos excesivos ni para adulaciones interminables, asintió con la cabeza a modo de reafirmación por si la sonrisa había sido demasiado tenue como para ser notada.

Cerró los ojos concentrandose en su respiración y volvió a abrirlos al oírle hablar, alzó la mirada y de forma automatizada extendió la mano para alcanzar aquella ánfora azulada y llevarsela a la boca, el líquido recorrió su garganta aliviando la sensación de aspereza y desecamiento, sintió el recorrido frío por su tórax y expandirse en su abdomen separó sus labios de la boquilla del recipiente y se dirigió a su salvador.

-De verdad se lo agradezco
Carraspeó un poco dejando la botella a un lado para poder descubrir su malherido hombroy su lacerada espalda girando la cabeza hacia el lado contrario para dejarle una visión mas amplia
-No se tome tantas molestias... sanará completamente en algo más de semana y media

No podía ocultarle más a ese hombre, todo lo que ella tanto resguardaba él lo había descubierto por un maldito descuido, ya no tenía caso lamentarse ni preocuparse puesto que si él quisiera, hubiera terminado el trabajo del vampiro cuando estaba incnsciente.

-Supongo que querrá alguna clase de respuestas a lo que vió
Se quedó a la espera de que se acercara a revisarle la herida y que contestara su pregunta, lo menos que le debía por haberle salvado la vida, era contestarle lo que quisiera.

Claro que necesitaba respuestas, todos en la vida buscamos respuestas y claramente necesitaba saber mas de ella, mas de lo que mis ojos habían visto, mas de lo que ya sabia. El algunos libros he leído sobre aquellos pero jamas pensé que fueran de realidad. Me dedique a pensar y sonreí para mi con la ingenuidad que estaba tomando todo aquello. ¿YO ingenuo? Dios que me estaba pasando de seguro un poco mas de tiempo en París y sabría todos los secretos que esta peculiar ciudad escondía. Revise la herida en realidad estaba algo mal, pero como ya sabia aquello de su sanación la deje intacta.

- Si, lo mas probable que sane en unos días. Pero no es una molestia ha sido parte de mi vida ayudar a las personas y me gusta poder ser útil para los demás - claro a parte si se trataba de algún vampiro que matar, lo llevaba en la sangre cuando matabas una vez siempre querías mas. MI trabajo estaba primero que cualquier otra cosa, al menos me daba para vivir y sentirme orgulloso de poder limpiar las ciudades del mundo de aquellas bestias que cada vez parecían mas una plaga que cualquier otra cosa.

El fuego consumía poco a poco las ramas que había dejado para hacer cundir la llama, aquello me preocupaba y necesitábamos algo mas para abrigar nuestros cuerpos, ya que ella estaba solo cubierta por mi abrigo, la mire y me levante lentamente - Madeimoselle, iré por mas leña no quiero que la fogata se extinga por completo. - dije mientras sacaba algo parecido a un hacha de uno de los bolsos de cuero que colgaban de mi caballo Pool. Me aleje de aquel lugar hasta llegar muy cerca de una arboleda que amortiguaba el viento proveniente del poniente, colgué el hacha del cinturón que a sujetaba mis pantalones de caza, llegue a un gran árbol y lo trepe con cuidado, para talar algunas ramas gruesas que poseía este, con mucho cuidado me equilibre y comencé a cortar las ramas que caían una a una en el suelo, aquello me servia en parte para entrar en calor ya que con en solo hecho de alejarme de la fogata mi cuerpo había experimentado un cambio drástico de temperatura. Y no era tiempo de enfermarme. Cuando vi que tenia una cantidad moderada de ramas salte del árbol para llegar a tierra firme, volví a colgar el hacha y entre mis brazos cargue una gran cantidad de ramas que había cortado; comencé a caminar hasta estar de regreso a donde se encontraba la particular dama. Di un vistazo rápido al lugar y luego comencé a avivar el fuego colocando ramas lentamente.

- ¿Respuestas? si digamos que no todos los días se ve un lobo que se transforma en humano... - abrí los ojos haciendo una mueca con mis labios y luego de dejar algunas ramas de lado me senté algo cerca de ella - ¿Que es lo mas difícil de ser un... cambiaformas? - en realidad no sabia como empezar a preguntar pero lo que me causaba mas intriga era aquello y no quería indagar mas de la cuenta a final de cuentas recién nos estábamos conociendo.