Debajo de un arbol {Libre}

por **Janelle Chifflet** Lun Ene 10, 2011 2:12 pm

Era una mañana hermosa para salir a dar un paseo por las calles de París. Pero Janelle prefería ir a la plaza donde suele leer a veces, sus libros de aventuras. Se sentó bajo uno de los arboles que allí había, viendo pasar a la gente. Había algunos, o mejor dicho, muy pocos, que se sentaban o se recostaban sobre el fresco pasto a disfrutar de la mañana. Con un poco de sombra sobre Janelle, empezó a leer su libro, por donde lo había dejado dos días atrás.

Poco a poco los sonidos se fueron esfumando y Janelle se iba adentrando a la historia, imaginando sus personajes, la escena y todo lo demás. Se olvido de sus problemas... Ya había dejado comida y agua en casa para su blanco gato y la ventana abierta por si quería salir. Se vistió de tal modo que pensaran que era una chica común y corriente y no como una bruja. Mientras siguiera con las normas que sus padres le dieron para parecer solo una chica de la clase media, no tenia que preocuparse.

Luego se le vino a la cabeza algunos pensamientos.
-Mis padres me han enseñado mucho... Pero... Le habrán ensañado a mi hermano también?-recordó a su unico familiar que no habia conocido aun.-Ruego que mi hermano este bien...

Se quedo atascada en sus pensamientos, dejando a un lado que estaba leyendo. No estaba preocupada, mas bien estaba ansiosa. Y pensando que la mañana no podía ser mas tranquila, algo le sucedió, que apenas pudo reaccionar.

por **Laura Juliet Bianchi** Mar Ene 11, 2011 11:44 pm

"Buenos días, señorita. El desayuno estará servido en veinte minutos, debería vestirse" dijo Martha, presentandose en mi habitación para cegarme con la luz al correr las cortinas de las enormes ventaans que cubrían mis paredes.
Me quejé de forma dramática, casi no había podido dormir la noche anterior, mucho menos ante la idea de una nueva visita.
¿En algún momento dejarían de buscar la únión de dos reinos poderosos? me pregunté esa mañana pero, no me molesté en pensarmelo dos veces, ya conocía la respuesta, la sabía como conocía la palma de mi mano.
Tenía una visita, el mencionado compañero que prometía convertirse en mi esposo me haría una visita a la hora del brunch.
Eso era claro, sí me encontraban.
"¿Señorita? Martha, creí que te había dicho que podías llamarme por mi nombre, ¿qué acaso no somos amigas?" pregunté con voz que aún me mostraba cansada.
"Sí lo somos, señorita. Sin embargo no será del agrado de su madre escucharme tratarla de esa manera. Ande, su padre le mando un nuevo vestido para la visita de hoy."
Dicho esto, señaló una enorme caja blanca que descansaba sobre una de mis sillas y torcí la boca.

Me levanté de la cama sin demasiados ánimos, caminando con aquel camisón blanco que era mi ropa de noche hasta la ventana, donde sobre un pequeño sillón yacía una montaña de libros y tomé el primero por encima de está, abriendolo en la pagina indicada, acariciandole con mis dedos.

"¡Pero vaya! Es un vestido hermoso, ¿no cree, señorita?" preguntó Martha a distancia pero, no me molesté en dedicarle una sola mirada. "Ay, vamos. No debería molestarse, su padre-"
"Solo tiene ojos para su economía, para el cápital... no pueden comprarme con regalos" mencioné, cerrando el libro entre mis manos, dejandolo sobre una mesita para mirar a mi dama.
"Ande, no esté triste. No tiene que quedarse con él si usted no lo desea." dijo Martha como una madre que se ha encariñado de su hija, con una sonrisa se acercó hasta mí, su dulzura reflejada en sus ojos. "¿Me permite abrazarla?" preguntó, las lagrimas asomando sus ojos.
Rompí en risas ante su pregunta y de manera elegante abrí mis brazos para ofrecerle una bienvenida.
"¿Me harías un favor?" pregunté sonriendo sobre su oído, deshaciendo el abrazo.

"Es una hermosa mañana como para estar encerrada, ¿no crees, Antón?" pregunté, inclinandome sobre aquel pequeño y hermoso perrito que recién me pertenecía.
Pero era un pensamiento honesto, era una mañana soleada, el aire se sentía fresco, sobre todo en aquel vestido de algodón, nada comparado al regalo de mi padre.
Me erguí nuevamente, acomodando aquella sombrilla de sol color hueso que iba a la par con mi vestido y le lancé la pelota a mi pequeño cachorro, quien moviendo su cola alegremente corrió hasta alcanzarle.
Mi mala puntería salió a relucir, la pequeña pelota amarilla había sido lanzada con mucha fuerza, la suficiente y necesaria para alcanzar a una chica a quien al parecer, saqué de su entretenida lectura; meta alcanzada únicamente con ayuda de mi perro, que al parecer saltaba en busca de su pelota colorada.
Con una sonrisa avergonzada me acerqué caminando hasta la chica, bajando mi cabeza en señal de arrepentimiento.
"No sabe usted cuanto lo lamento" comenté, mirando a la jovén de manera curiosa.

por **Janelle Chifflet** Miér Ene 12, 2011 2:03 pm

Apenas reacciono ante el animal que se había acercado a Janelle con su cola moviéndose de una lado a otro indicando que estaba feliz. Pero ella no era la causa de su alegría... en el suelo pudo ver una pelota pequeña, al parecer era del pequeño perrito que la miraba y le olfateaba curioso. Antes de poder decir algo, una chica se acerco a Janelle ofreciendo una disculpa por su perro. Su hermoso vestido de algodón y su paraguas de sol, le decía que pertenecía a la clase alta.

Cerro su libro y agarro la pelota amarilla para devolverlo. Se levanto y se lo dio a la chica con una sonrisa.
-Oh, no se preocupe, madam. No ha sido para tanto.-le dijo con amabilidad. Aunque trato de que no se le notara, se puse en alerta, por si llegara a descubrir su verdadera naturaleza. La joven sonrió avergonzada al parecer mientras Janelle pensaba si aquello ocurrió como ella deseaba, o simplemente fue una casualidad. Pero ella no creía en las casualidades. Si algo aprendió a lo largo de los años, es que todo ocurre como debe ocurrir.

Sin embargo, le dio curiosidad saber que hacia aquella chica paseando sola, con la compañía de su mascota.
-Seria imprudente si dijera que estaba usted paseando a su mascota?-le pregunto educadamente. Tenia que admitir que era un perro muy lindo, pequeño, pero lindo. Suponía que apenas era un cachorro, mas no adivinaba cuanto tiempo tenia de vida.

Se imagino a su gato Cyro jugando con el. A decir verdad, a el no le gustan mucho los perros, apenas si toleraba a los cachorros.
-Si hubiera sabido que habría personas paseando con sus mascotas, hubiera traído mi gato a que pudiera jugar.-dijo Janelle sonriendo tratando de ser amable.

por **Laura Juliet Bianchi** Miér Ene 12, 2011 9:07 pm

Miré a la chica, parecía estar perdida en su lectura y por este simple hecho, me agradaba un poco más, para ser una desconocida.
La chica tenía facciones amables, sin embargo al levantar la vista, noté sus ojos examinarme de manera sospechosa, tal vez le parecía inapropiado que una completa desconocida le interrumpiera.
"Mercí" dije ofreciendole una sonrisa a la joven que se había puesto de pie frente a mi, entregando entre sus manos y me pareció imposible no notar unas pequeñas marcas sobre sus dedos.
Sin embargo no quería ser malcriada, así que tomé la pelota.
"Bueno, creo que decír 'sola' no es apropiado, mi dama de compañia está sentada en alguna banca por aquí cerca" le hice saber de manera inmediata, aunque yo la consideraba más como una amiga, a diferencia de mi madre y sin embargo, a ella le agradaba mantener la distancia.

Yo no quería morder la manzana pero al parecer, la manzana tenía otros planes al respecto, ¿qué se hacía entonces? ¿Cuando la manzana ruega ser mordida?

Suspiré e incliné un poco la cabeza, en un vago y debíl intento de sacarme a mi misma de mis pensamientos, para mirar a mi pequeño Antón quien movía la cola de manera vigorosa y sus pequeños, pero brillantes ojos se levantaban curiosos hacía mi compañera.
Le sonreí al canino con ternura y volví la mirada a la mujer frente mío.
"Bueno, ciertamente no he visto demasiadas mascotas pero, en ocasiones tiene compañeros de juego. Creo que sería apropiado, el tiempo les alegra y les relaja, es algo agradable... jamás he tenido un gato pero, creo que es parecido en algo a un perro, ¿lo es?"

por **Janelle Chifflet** Jue Ene 13, 2011 11:13 am

Claro, como no iba a estar acompañada? Sin embargo no veía a la supuesta acompañante que la esperaba en algún lugar de la plaza. Mas no quiso ser demasiado curiosa y darle la oportunidad de que leyera en Janelle que trataría de comprobar ese hecho. Sin embargo, la acompañante no era de importancia de momento. En el instante que uno de sus dedos toco parte de la mano de la desconocida, pudo saber con exactitud lo que sentía dado que tenia ese poder de saber que sienten las personas con un simple tacto.

Estaba un poco nerviosa y aun la vergüenza no se había ido del todo de la muchacha que acababa de conocer. Mas estaba algo contenta y se sentía un poco de confianza hacia Janelle. Eso no lo comprendió, mas no quería preguntar algo que supuestamente no sabia.
-Por que le agradaría a una chica como ella, que acaba de conocerme? Sera por mi aspecto?-se pregunto mientras la joven miraba a su cachorro. Ademas de eso, podía sentir la amabilidad en ella. Olvido su propio pensamiento para responder la pregunta anterior.

-Bueno, no del todo. Hay gatos son tan leales como los perros, mas tienen personalidades diferentesa los perros.-le contesto a la joven... ahora que lo pensaba mejor, no sabia su nombre. Por que no? Estaba segura de que no podría ser una mala persona y mucho menos una amenaza para Janelle, asi que dejo las sospechas y el estado de alerta y decidió ponerla a prueba.
-Oh, que descortesía la mía. Nos hemos encontrado y no nos hemos presentado. Mi nombre es Janelle Chifflet.-le dijo su nombre. Trataría de confiar un poco en ella, aunque no era fácil ganarse la confianza de Janelle.

por **Laura Juliet Bianchi** Vie Ene 14, 2011 9:07 pm

Los ojos de la chica recorrieron rápidamente la plaza y, mis ojos siguieron a los suyos pero contrario a ella, yo sí noté la presencia de una mujer escondida en una banca, abanicandose con su mandíl sobre un rostro delgado y afilado, que se notaba cansado en proceso de relajarse.
Le sonreí a aquel rostro conocido, aún cuando no estaba mirando, me había encariñado con Martha como con nadie, era más que una dama de compañia, me escuchaba y me daba cariños.
Era algo así como mi segunda madre.

Le presté atención nuevamente a sus comentarios respecto a los gatos, ¿éran leales? vaya, eso era novedad. Yo les creía unos traicioneros que te arañaban con fiereza, siguiendo sus instintos animales.
"Oh, es cierto. Mis sinceras disculpas, madame. Je m'apelle Laura Juliet Bianchi" saludé con un perfecto acénto francés y sonreí orgullosa, sosteniendo el borde de mi vestido con mi mano derecha para inclinarme un poco, en una reverencia a modo de saludo.
"¿Vienes aquí seguido, Janelle?" pregunté intrigada, jamás prestaba demasiada atención a las personas, sí las miraba pero, ¿memorizar su rostro? No, eso era demasiado.
Sin embargo ahora lo haría, un rostro, un nombre. Además, era un rostro que mostraba una expresión amable aunque también a la defensiva.
Eso era natural, para mí al menos.

por **Janelle Chifflet** Sáb Ene 15, 2011 10:44 am

Al pronunciar su nombre sonó casi majestuoso con ese tono orgulloso. Seria que estaba orgullosa de su nombre o de su acento francés. Sin embargo Janelle no dio mucha importancia.
-Bueno, si seguido puede referirse a venir cada 2 o 3 mañanas, entonces si.-le contesto Janelle la pregunta anterior.

Y era verdad. Cada 2 o 3 días visitaba la plaza, algunas veces para leer y otras para pasear mientras despabila. Aunque pasaba su tiempo leyendo en la biblioteca donde trabajaba como bibliotecaria, allí, pensaba Janelle, era un buen lugar para pasar el rato, lleno de libros que contienen mundos que esperan ser descubiertos. Cuando el sol se posaba en la plaza temprano a la mañana, también era un buen lugar para leer un rato.

-Y que me dice de usted, madame?-le pregunto Janelle curiosa.-Suele venir a plaza a estas horas? Si me disculpa mi ignorancia al decir que no recuerdo haberla visto por estos lados.-admitió un poco nerviosa, temiendo haber preguntado algo que debía. Esa suele ser la desgracia de ser una chica muy curiosa. Pero a Janelle le gusta saber todo cuanto puede.

por **Laura Juliet Bianchi** Dom Ene 16, 2011 9:43 pm

"Vaya, entonces compartimos el gusto por esta bellisíma plaza" mencioné sonriendo, jugando con el mango de mi sobrilla entre mis dedos.

Me encontraba algo distraída, en parte por aquel cálido clima & por supuesto, por aquella charla con una completa desconocida.
Sonreí ante su último comentario, parecía interesada en mi y su curiosidad era similar a la mía, curiosidad ante la posibilidad de obtener cualquier clase de información.
Sin embargo Antón parecía el más inquieto, mordiendo el borde de mi vestido de campo en un desesperado intento de recuperar mi atención.
Bajé la mirada con una sonrisa y lancé la pelota en un nuevo intento de entretenerle, para después responder la última pregunta.
"Creo que sería de lo más normal que no recuerde mi rostro, yo no recuerdo el suyo. Sin embargo, sí, sí frecuento venir aquí pero no a una hora exacta... En mi tiempo libre" dije encogiendome de hombros.
"Y disculpa mi atrevimiento al preguntar pero, ¿a qué te dedicas Janelle?"

por **Janelle Chifflet** Dom Ene 16, 2011 10:43 pm

-Bueno, a quien no le gustaría la plaza? Pobre de aquel que sea ignorante de la belleza de la naturaleza...-pensó Janelle. Le gusto haber escuchado que a Laura Juliet también tenia un buen gusto, pero era de esperarse de alguien de la clase alta. Sin embargo, Janelle no veía muchas de esas personas en la plaza, solo de clase media y baja, eso era evidente.

El cachorro de la muchacha, amenazo con estropearle el vestido si no jugaba con el. Laura Juliet trato de mantenerlo ocupado para hablar con Janelle. Le tiro la pelota bien lejos, para que tardara un buen rato en regresar. Luego contesto la pregunta y hizo una con timidez. Janelle recordó, que trabajar en la biblioteca, no era un buen trabajo. Claro que pagaban bien, para su clase, pero no era el mejor trabajo del mundo, aunque a ella no le importaba.

-Tengo un puesto de trabajo en la biblioteca.-le contesto Janelle insegura de la reacción y pensamiento de Laura Juliet.-Aunque, estoy buscando trabajo como cocinera, dado que soy muy buena en eso y trabajo pocas horas en la biblioteca.-agrego. De tanto años, desde que era pequeña, de preparar mil pociones con hierbas y otras cosas, se volvió casi una experta en la cocina. Ser bruja, no es tan malo, tiene sus ventajas cuando no se esta realizando algún conjuro o poción.

-Perdoneme mi curiosidad, pero puedo preguntar a donde se dirigia esta mañana, antes de toparse conmigo, Laura Juliet?-le pregunto al recordar que habia dicho que venia a la plaza en su tiempo libre.

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