AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Sainte Chapelle [Lionel]
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Sainte Chapelle [Lionel]
Su caso no había sido ni el uno ni el otro, una brutalidad estremecedora le había dado el acceso dejando atrás, un rastro de muerte e inertes cuerpo.
Las voces profundas llevadas por el eco, los rezos de la tarde, como cánticos benditos se habían silenciado.
Sentada sobre uno de los tronos de maderas oscura, con la cabeza atrás mostraba un gesto hierático. Sus ojos contemplaban con calma el sin fin de escenas que le rodeaban, plasmadas en aquellas vidrieras.
Un corsé atrevido, que elevaba sus pechos, al compás del latir de su corazón saciado por la sangre. Sus ropas albas estaba teñidas del escarlata ajeno, al igual que sus labios y manos, aferradas al sin fin de rosarios robados y colgantes entre sus dedos.
Una cascada de desordenado azabache, caía tras el respaldo, y sobre la piel dorada, palpitante de aparente humanidad, y una lágrima única y transparente, se deslizaba por su ojos verdes y calmados, los cuales antes eran rojizo y llenos de una fiereza hambrienta.
¿Por qué una lágrima en el rostro pétreo de la apariencia humana? Ella era demasiado humana, para ser inmortal, pero... Quien sabía...
Última edición por Lakme el Vie Ene 14, 2011 5:27 pm, editado 1 vez
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-Inició un vaivén desconcertado cuando sus piernas se movieron puesto que no habia sido un día excesivamente bondadoso con el gitano pero no tenia a nadie a quien juzgar puesto que al final acabó emitiendo un suspiro cuando el silencio de la oscuridad era como un presente amigo que envolvia su figura escurridiza ¿cuando aprendería?.
No debia de decir a la gente con tanta confianza que él era en verdad de etnia gitana, todo habia sucedido en la mañana cuando estaba ayudando a un hombre de negocios que habia dejado caer unas bolsas con algo de comida ya que Lionel pasaba por allí se decidió a ayudarlo e incluso tomó confianza para decir que actualmente estaba buscando trabajo...lo primero que hizo mención era acerca del cabello del gutano pero lo dejó pasar cuando se informó de todo lo que sabía hacer el propio Lionel, como cargar, pintar, vender, ir de casa en casa pero cuando habia preguntado que porqué no le habian hecho fijo a él se le escapo comentar aquello de "soy gitano".
El hombre solamente habia sonreido como si con eso ya le hubiera descartado por muy buen trabajador que fuera las apariencias eran lo primero, se despidió con un "ya te llamaré" que era como un furtivo adios que impregnó finalmente un suspiro suave de sus labios, no debia de tener esperanzas tan pronto, se encontró en frente de la iglesia preguntandose el porqué habia ido a ese lugar si hacía realmente tiempo que no se habia presentado en ella cual si fuera un auténtico ateo-
En fin...quien sabe
-Musitó pero cuando quiso pasar de largo para dirigirse a su tienda las cartas empezaron a enviar señales calurosas en el bolsillo de su pantalón, extrañado volvió a mirarlas ¿que era lo que querian decirle? ¿que debia de rezar o algo asi? intento caminar lejos de la catedral pero el calor antes suave se convertía en algo bastante molesto lo que obligo a Lionel a suspirar asintiendo para adentrarse en el interior...se mordió los labios cuando se dió cuenta de que no estaba solo asi que inició un camino un poco más lento sonriendo suave a la dama que estaba en frente, sus pies se habian movido solos puesto que podria haber hecho lo que mucha gente, situarse en el fondo donde nadie podía verle pero era costumbre de él irse a los asientos delanteros cuando vió algo que asemejaba una lagrima en el rostro de la mujer se mordió un poco los labios ¿que podía hacer para ayudarla?.
El aura que desprendía la mujer seguido a ese quemazón de tensión que se formaba en su cuerpo le advertía que no era una mujer cualquiera y que debia de proceder con sumo cuidado pero cuando la tensión fué disminuyendo Lionel se sentó justo a un lado de la mujer dejando una sonrisa de nuevo suave mientras miraba al frente-
No debia de decir a la gente con tanta confianza que él era en verdad de etnia gitana, todo habia sucedido en la mañana cuando estaba ayudando a un hombre de negocios que habia dejado caer unas bolsas con algo de comida ya que Lionel pasaba por allí se decidió a ayudarlo e incluso tomó confianza para decir que actualmente estaba buscando trabajo...lo primero que hizo mención era acerca del cabello del gutano pero lo dejó pasar cuando se informó de todo lo que sabía hacer el propio Lionel, como cargar, pintar, vender, ir de casa en casa pero cuando habia preguntado que porqué no le habian hecho fijo a él se le escapo comentar aquello de "soy gitano".
El hombre solamente habia sonreido como si con eso ya le hubiera descartado por muy buen trabajador que fuera las apariencias eran lo primero, se despidió con un "ya te llamaré" que era como un furtivo adios que impregnó finalmente un suspiro suave de sus labios, no debia de tener esperanzas tan pronto, se encontró en frente de la iglesia preguntandose el porqué habia ido a ese lugar si hacía realmente tiempo que no se habia presentado en ella cual si fuera un auténtico ateo-
En fin...quien sabe
-Musitó pero cuando quiso pasar de largo para dirigirse a su tienda las cartas empezaron a enviar señales calurosas en el bolsillo de su pantalón, extrañado volvió a mirarlas ¿que era lo que querian decirle? ¿que debia de rezar o algo asi? intento caminar lejos de la catedral pero el calor antes suave se convertía en algo bastante molesto lo que obligo a Lionel a suspirar asintiendo para adentrarse en el interior...se mordió los labios cuando se dió cuenta de que no estaba solo asi que inició un camino un poco más lento sonriendo suave a la dama que estaba en frente, sus pies se habian movido solos puesto que podria haber hecho lo que mucha gente, situarse en el fondo donde nadie podía verle pero era costumbre de él irse a los asientos delanteros cuando vió algo que asemejaba una lagrima en el rostro de la mujer se mordió un poco los labios ¿que podía hacer para ayudarla?.
El aura que desprendía la mujer seguido a ese quemazón de tensión que se formaba en su cuerpo le advertía que no era una mujer cualquiera y que debia de proceder con sumo cuidado pero cuando la tensión fué disminuyendo Lionel se sentó justo a un lado de la mujer dejando una sonrisa de nuevo suave mientras miraba al frente-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
La transparente lagrima continuo su recorrido por aquel rostro de piel perfecta, fundiendose con algun que otro salpicon de color rojizo.
Su respiración continuaba siendo agitaba, como si hubiese hecho algun sobre esfuerzo hacía apenas un momento, y ciertamente era así, moverse de aquel modo que la convertía casi invidsible, beber de aquellas gargantas ensangrentadas, que había dejado atrás sin reparo... Y volver a sentir el calor y rubor en sus mejillas de humandiad, gracias a aquellas sangre ingerida, le suponía un esfuerzo, ya que, a pesar de que poseía el control de su parte más animal, preferia dejarse llevar y perder el control, salvajemente.
Alguien había entrado en la Santa Capilla, ella no se movió ni un ápice, y de reojo observo algunos de los cádaveres que había dejado tras de sí. Inocente el mortal por no haberse dado cuenta donde estaba entrando.
Cerca de una de las tronas sacerdotales, continuaba ella sentada con su rostro hacia atrás, él se había sentado a su lado.
Que poca importancia se le daba aquel lugar tan hermoso, que en aquel día iba perdiendo su luz rosada que se filtraba entre las vidrieran, así llegando la oscuridad.
Lakme alzo su mano ensangrentada con lo ajeno, al igual que el resto de su cuerpo, cuando lo hizo los multiples rosarios sonaron, al chocar entre ellos, colgante en su muñeca.
Su rostro era hierático, su cuerpo permanecía quieto, tan solo sus ojos verdes, enigmatico y felino se volvieron hacia el mortal, observandolo en silencio.
Su respiración continuaba siendo agitaba, como si hubiese hecho algun sobre esfuerzo hacía apenas un momento, y ciertamente era así, moverse de aquel modo que la convertía casi invidsible, beber de aquellas gargantas ensangrentadas, que había dejado atrás sin reparo... Y volver a sentir el calor y rubor en sus mejillas de humandiad, gracias a aquellas sangre ingerida, le suponía un esfuerzo, ya que, a pesar de que poseía el control de su parte más animal, preferia dejarse llevar y perder el control, salvajemente.
Alguien había entrado en la Santa Capilla, ella no se movió ni un ápice, y de reojo observo algunos de los cádaveres que había dejado tras de sí. Inocente el mortal por no haberse dado cuenta donde estaba entrando.
Cerca de una de las tronas sacerdotales, continuaba ella sentada con su rostro hacia atrás, él se había sentado a su lado.
Que poca importancia se le daba aquel lugar tan hermoso, que en aquel día iba perdiendo su luz rosada que se filtraba entre las vidrieran, así llegando la oscuridad.
Lakme alzo su mano ensangrentada con lo ajeno, al igual que el resto de su cuerpo, cuando lo hizo los multiples rosarios sonaron, al chocar entre ellos, colgante en su muñeca.
Su rostro era hierático, su cuerpo permanecía quieto, tan solo sus ojos verdes, enigmatico y felino se volvieron hacia el mortal, observandolo en silencio.
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-Tan solo bastó una mirada para que sus orbes se cautivasen con el calor de la sangre, el hecho de que ella lo mostrase tan...calmada como sin sentimientos le habia hecho preguntarse el porqué no habia salido corriendo, algo como "eh, disculpe" para escaparse de allí, pero el gitano solo permaneció observando los ojos verdes de aquella mujer.
Era de la raza de los amantes de la sangre, ¿Aquella sangre era suya? muchos habian dicho que aquel sitio era capaz de matar a los vampiros por el simple hecho de entrar, los rosarios con la cruz, las figuras que penetraban cualquier zona en la que no estaba habituado a ese ambiente, no le importaba demasiado el olor a incienso pero se le hacia...extraño-
Deberias de tener cuidado
-Un tono de reproche silencioso salió de sus labios en vez de aquella frase inicial dicha para escapar de allí, colocó una mano en su camisa para arrancárse varios trozos de tela algo grandes además de desiguales pero no existía la perfección en cada uno de sus actos al menos inicialmente no se preocupaba especialmente por que hubieran quedado los trozos de tela uniformemente o quizás que tuvieran la misma medida.
Utilizó un trozo de tela para limpiar los rosarios uno a uno con habilidad, rapidez, para que aquella dama que le habia atrapado desde un principio no le rechazase, después, con el trozo más grande de tela empezó a vendar la mano de la joven, no del todo profesional estaba algo incómodo intentando no cruzar el espacio de ambos, no rozarse contra ella o que no tomara como una amenaza el acercamientos, acto seguido colocó los rosarios sobre su mano solo habia querido limpiar aquella zona sonriendo suave cerro los ojos ladeando el rostro hacia otro lado mientras la tensión viajaba por todos sus muslos debido a aquel poder que poseía el gitano de ser capaz de ver las auras-
Lo siento...si la he molestado.
Era de la raza de los amantes de la sangre, ¿Aquella sangre era suya? muchos habian dicho que aquel sitio era capaz de matar a los vampiros por el simple hecho de entrar, los rosarios con la cruz, las figuras que penetraban cualquier zona en la que no estaba habituado a ese ambiente, no le importaba demasiado el olor a incienso pero se le hacia...extraño-
Deberias de tener cuidado
-Un tono de reproche silencioso salió de sus labios en vez de aquella frase inicial dicha para escapar de allí, colocó una mano en su camisa para arrancárse varios trozos de tela algo grandes además de desiguales pero no existía la perfección en cada uno de sus actos al menos inicialmente no se preocupaba especialmente por que hubieran quedado los trozos de tela uniformemente o quizás que tuvieran la misma medida.
Utilizó un trozo de tela para limpiar los rosarios uno a uno con habilidad, rapidez, para que aquella dama que le habia atrapado desde un principio no le rechazase, después, con el trozo más grande de tela empezó a vendar la mano de la joven, no del todo profesional estaba algo incómodo intentando no cruzar el espacio de ambos, no rozarse contra ella o que no tomara como una amenaza el acercamientos, acto seguido colocó los rosarios sobre su mano solo habia querido limpiar aquella zona sonriendo suave cerro los ojos ladeando el rostro hacia otro lado mientras la tensión viajaba por todos sus muslos debido a aquel poder que poseía el gitano de ser capaz de ver las auras-
Lo siento...si la he molestado.
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
A pesar de que él, sin cautela, se acercase poco a poco a ella. Ella no respondió, seguía sentada como si nada, observando todos sus movimientos.
Él rompió sus ropas, y tomo aquellos rosarios de su mano, ella se los dejó, luego sintió como limpiaba su mano ensangrentada y la vendaba, ella no estaba herida, aquella sangre no le pertenecía. Él tal vez lo creyese.
En su mente pudo leer, las dudas de aquel joven, sobre si ella era o no mortal, su aspecto físico, el color de su piel, el aire sus pulmones respiraban, incluso el calor que desprendía podía confundir a cualquiera. Pero cualquier vampiro era capaz de hacer aquello para disimular lo que era, con tan solo saciar su sed. Pero ella capaz de hacer mucho más para llegar a confundir de aquel modo, ahora mismo no lo estaba consiguiendo con aquel hieratismo, gesto más natural, así que ella ya sabía que hacer.
En cuanto él le entrego los rosarios de nuevo, ella los aprento con fuerza contra su pecho mientras levantaba del asiento, él cual cayó ruidosamente, así resonando en aquella catedral. Ella mostró al principio cauteloso, como si se hubiese asustado por algo.
Ella seguía mirándole con aquellos verdes ojos, felinos, que brillaban húmedos por las transparentes lagrimas que ahora se secaban en sus mejillas.
Sus cabellos oscuros se removieron, y algunos mechones, cayeron sobre su rostro hermoso.
-No me has molestado... Todo ha sido culpa de ellos. -Ella se refería a aquellos que ahora yacían muertos, a aquellos clérigos que había estado rezando al "Atardecer". -Querían hacerme daño.
Él rompió sus ropas, y tomo aquellos rosarios de su mano, ella se los dejó, luego sintió como limpiaba su mano ensangrentada y la vendaba, ella no estaba herida, aquella sangre no le pertenecía. Él tal vez lo creyese.
En su mente pudo leer, las dudas de aquel joven, sobre si ella era o no mortal, su aspecto físico, el color de su piel, el aire sus pulmones respiraban, incluso el calor que desprendía podía confundir a cualquiera. Pero cualquier vampiro era capaz de hacer aquello para disimular lo que era, con tan solo saciar su sed. Pero ella capaz de hacer mucho más para llegar a confundir de aquel modo, ahora mismo no lo estaba consiguiendo con aquel hieratismo, gesto más natural, así que ella ya sabía que hacer.
En cuanto él le entrego los rosarios de nuevo, ella los aprento con fuerza contra su pecho mientras levantaba del asiento, él cual cayó ruidosamente, así resonando en aquella catedral. Ella mostró al principio cauteloso, como si se hubiese asustado por algo.
Ella seguía mirándole con aquellos verdes ojos, felinos, que brillaban húmedos por las transparentes lagrimas que ahora se secaban en sus mejillas.
Sus cabellos oscuros se removieron, y algunos mechones, cayeron sobre su rostro hermoso.
-No me has molestado... Todo ha sido culpa de ellos. -Ella se refería a aquellos que ahora yacían muertos, a aquellos clérigos que había estado rezando al "Atardecer". -Querían hacerme daño.
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-Todo aquel cumulo de sensaciones estaban cada vez confundiéndole un poco más a ser posible pues aunque el gitano actuase con la suavidad de un hombre tambien tenia la curiosidad propia de los felinos deseando conocer que era lo que habia pasado, el porqué estaba de ese modo...más espero a que el vaiven de su respiración fuera un poco más calmado empezando por encontrar en sus pensamientos lo que en verdad deseaba mencionar, no era un hombre que se metiera en la vida de las personas porque sí, antes que nada preferia guardar aquella intimidad que todos tenian con todos-
¿Ellos?
-No la detuvo de levantarse aunque el sonido del banco parecia estrepitoso, como si la madera se quejase de ese comportamiento que habian tenido, orgillosa la silla que ahora estaba en el suelo observando al cielo con una perspectiva diferente a la que la mayoria de personas podrían suscitar, no tembló ni se asombró del sonido alzando su rostro por primera vez hacia donde ella le habia señalado con la mirada.
La pregunta era ¿porqué no salia corriendo al ver los cuerpos de los sacerdotes? no era alguien que tuviera la necesidad de meterse en problemas pues Lionel siempre habia predicado por todos lados el carpe diem que su padre le habia dejado antes de morir, no meterse en problemas, no meter la nariz en otros asuntos que no le llamaban...él no era particularmente devoto especialmente porque los sacerdotes le habian hecho de ese modo, los sacerdotes eran capaces de arrancarte el corazón a tiras exprimir el dinero de los pobres para tener algo en sus arcas privadas-
¿Y como esta ahora mademoiselle?
-No se habia presentado, no sabia el nombre de la mujer algo que en el fondo le dolía interiormente sin saber muy bien porqué habria de hacerlo, porque ese dolor deberia de experimentarse tan profundo con alguien que no conocia, las ropas de la mujer podrian suscitar la lascivia de mucho de los hombres parisinos, Lionel reconocia que si hubiera sido de otro caracter u de otra manera se habria acercado a la mujer con objeto sexual sin preocuparse por nada más, agradecia interiormente que fuera de ese modo, especialmente en aquestos tiempos-
Lionel...ese es mi nombre.
¿Ellos?
-No la detuvo de levantarse aunque el sonido del banco parecia estrepitoso, como si la madera se quejase de ese comportamiento que habian tenido, orgillosa la silla que ahora estaba en el suelo observando al cielo con una perspectiva diferente a la que la mayoria de personas podrían suscitar, no tembló ni se asombró del sonido alzando su rostro por primera vez hacia donde ella le habia señalado con la mirada.
La pregunta era ¿porqué no salia corriendo al ver los cuerpos de los sacerdotes? no era alguien que tuviera la necesidad de meterse en problemas pues Lionel siempre habia predicado por todos lados el carpe diem que su padre le habia dejado antes de morir, no meterse en problemas, no meter la nariz en otros asuntos que no le llamaban...él no era particularmente devoto especialmente porque los sacerdotes le habian hecho de ese modo, los sacerdotes eran capaces de arrancarte el corazón a tiras exprimir el dinero de los pobres para tener algo en sus arcas privadas-
¿Y como esta ahora mademoiselle?
-No se habia presentado, no sabia el nombre de la mujer algo que en el fondo le dolía interiormente sin saber muy bien porqué habria de hacerlo, porque ese dolor deberia de experimentarse tan profundo con alguien que no conocia, las ropas de la mujer podrian suscitar la lascivia de mucho de los hombres parisinos, Lionel reconocia que si hubiera sido de otro caracter u de otra manera se habria acercado a la mujer con objeto sexual sin preocuparse por nada más, agradecia interiormente que fuera de ese modo, especialmente en aquestos tiempos-
Lionel...ese es mi nombre.
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
Su rostro se movió de un modo coqueto, mientras sus ojos verdes le miraban de arriba abajo de un modo curioso, parecía distraída más que en escucharle en mirarle de un modo poco disimulado.
-Si, ellos... Querían volver a... No importa
Dijo suave, moviendo aquellos labios finos con voluptuosidad. Lakme, podía sentir el calor que aquel cuerpo humano emanaba, aquel cuerpo joven, con aquel corazón que latía en las dudas. Ella lo notaba, las dudas, y cierta curiosidad que parecía haberle frenado. Cualquier humano sensato hubiese huído ante aquella escena, y aquel no lo parecía. Tal vez creía que ella era humana, si, debía de ser eso, habría que seguir con el cierto teatro, ya que ella era solo un reflejo un vestigio del pasado, envuelto ahora en la oscuridad y las sombras del anonimato.
-Estoy mejor, satisfecha... Ellos no han podido hacerme daño. -Con sus ojos señalo a los sacerdotes muertos, luego volvió a clavar aquellos ojos inocentes y a la vez misteriosos, en los del mortal, ocultando su peligrosidad. -Puedes llamarme, Lakme, aunque soy indefinible por naturaleza. -Una sonrisa dulce y su mano ensangrentada se alzo, y sin dudas sus dedos se deslizaron por la mejilla de aquel joven, dejando un pequeño de rastro de la sangre ajena en su piel cálida. -¿Y tu estas bien, Lionel? No te preocupa, el que ellos hayan muerto. -Su voz sonaba atrayente, hipnótica.
Una línea de escarlata quedo en la piel de aquel chico, mientras sus dedos acariciantes se deslizaban por su rostro como si nada. Ella contuvo su respiración, y luego su rostro y ojos descendieron al suelo, parecían asustadizos, borrando aquella sonrisa, su mano se agarro a su camisa.
-Creo que me estoy mareando... No soporto ese olor...
-Si, ellos... Querían volver a... No importa
Dijo suave, moviendo aquellos labios finos con voluptuosidad. Lakme, podía sentir el calor que aquel cuerpo humano emanaba, aquel cuerpo joven, con aquel corazón que latía en las dudas. Ella lo notaba, las dudas, y cierta curiosidad que parecía haberle frenado. Cualquier humano sensato hubiese huído ante aquella escena, y aquel no lo parecía. Tal vez creía que ella era humana, si, debía de ser eso, habría que seguir con el cierto teatro, ya que ella era solo un reflejo un vestigio del pasado, envuelto ahora en la oscuridad y las sombras del anonimato.
-Estoy mejor, satisfecha... Ellos no han podido hacerme daño. -Con sus ojos señalo a los sacerdotes muertos, luego volvió a clavar aquellos ojos inocentes y a la vez misteriosos, en los del mortal, ocultando su peligrosidad. -Puedes llamarme, Lakme, aunque soy indefinible por naturaleza. -Una sonrisa dulce y su mano ensangrentada se alzo, y sin dudas sus dedos se deslizaron por la mejilla de aquel joven, dejando un pequeño de rastro de la sangre ajena en su piel cálida. -¿Y tu estas bien, Lionel? No te preocupa, el que ellos hayan muerto. -Su voz sonaba atrayente, hipnótica.
Una línea de escarlata quedo en la piel de aquel chico, mientras sus dedos acariciantes se deslizaban por su rostro como si nada. Ella contuvo su respiración, y luego su rostro y ojos descendieron al suelo, parecían asustadizos, borrando aquella sonrisa, su mano se agarro a su camisa.
-Creo que me estoy mareando... No soporto ese olor...
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-La conversación era huidiza, se mostraba calmada pero cual si estuviera antaño en un estado hipnotico parecia también pensativa, se estaba fijando disimuladamente en todo lo que corría a su alrededor, observaba los cabellos de la joven, los labios, la sonrisa, los orbes que parecian ser neutrales, el hieratismo de ambos que parecia ser mas debil en el gitano mientras ella hablaba. ¿Querian volver a...? ¿que querían hacer? lo unico que podia pensar era que ellos querian abusar de ella y al fin habia tenido que defenderse.
Los vampiros ¿que eran? asesinos crueles o simples peones del destino, amantes de la oscuridad o eternos condenados, siempre podías encontrarte las dos caras de una moneda en un mismo asunto que tu al principio creias o pretendias conocer ¿no era mejor guardar silencio? pues nunca se sabia que podia depararte el futuro especialmente cuando no habias estado alli para contemplarlo. Bajó entonces el rostro asintiendo en cuando habia comentado que ya estaba satisfecha.
Lo notaba, en la tension que iba y venia moldeando los hombros de Lionel que aun cuando parecia imposible estaban tranquilos sin nada mñas que hacer o decir...ladeó el rostro cuando mencionó su nombre inclinandose automáticamente, como solía hacer. Con una sonrisa en los labios asintió volviendo a abrir los labios mas esta vez pensando bien en que decir ¿que podia hacer para no parecer un hombre frio? ¿alguien que tuviera menos corazón que los propios cadáveres?-
No me han caido bien desde nunca...solo creo en las manos que hicieron la catedral igual de pecaminosas pero menos manchadas...
-Los pecados, siempre habian acompañado a los hombres especialmente a aquellos que decian ser amantes del señor, cuando acarició su rostro lo unico que pudo hacer fue mirarla, el olor de la sangre acudió a su nariz más no se movió ni siquiera dejo que su cuerpo saliera de su calmado estado en el que casio se habia obligado a permanecer pues en aquellos momentos no debia de temer, eso era lo que decia su cuerpo.
Hipnotica, sensual, cuando se apreto la camisa alejandose Lionel se levantó tomando la mano de la joven sin importar que ademas de su rostro su mano o su camisa pudieran ser manchadas, como ella habia deseado sin decir nada le habia llevado a la puerta de la catedral, con la unica luz que habia en forma de antorcha que transformaba los rostros de las estatuas...de dia parecia inofensivas mas cuando encendian la hoguera la maldad se podía mascar en las mismas, sonrió entonces mientras instantaneamente la dejo al lado de uno de los asientos en los que en verano la mayoria de personas se sentaban-
Puedes sentarte ahi si lo deseas.
Los vampiros ¿que eran? asesinos crueles o simples peones del destino, amantes de la oscuridad o eternos condenados, siempre podías encontrarte las dos caras de una moneda en un mismo asunto que tu al principio creias o pretendias conocer ¿no era mejor guardar silencio? pues nunca se sabia que podia depararte el futuro especialmente cuando no habias estado alli para contemplarlo. Bajó entonces el rostro asintiendo en cuando habia comentado que ya estaba satisfecha.
Lo notaba, en la tension que iba y venia moldeando los hombros de Lionel que aun cuando parecia imposible estaban tranquilos sin nada mñas que hacer o decir...ladeó el rostro cuando mencionó su nombre inclinandose automáticamente, como solía hacer. Con una sonrisa en los labios asintió volviendo a abrir los labios mas esta vez pensando bien en que decir ¿que podia hacer para no parecer un hombre frio? ¿alguien que tuviera menos corazón que los propios cadáveres?-
No me han caido bien desde nunca...solo creo en las manos que hicieron la catedral igual de pecaminosas pero menos manchadas...
-Los pecados, siempre habian acompañado a los hombres especialmente a aquellos que decian ser amantes del señor, cuando acarició su rostro lo unico que pudo hacer fue mirarla, el olor de la sangre acudió a su nariz más no se movió ni siquiera dejo que su cuerpo saliera de su calmado estado en el que casio se habia obligado a permanecer pues en aquellos momentos no debia de temer, eso era lo que decia su cuerpo.
Hipnotica, sensual, cuando se apreto la camisa alejandose Lionel se levantó tomando la mano de la joven sin importar que ademas de su rostro su mano o su camisa pudieran ser manchadas, como ella habia deseado sin decir nada le habia llevado a la puerta de la catedral, con la unica luz que habia en forma de antorcha que transformaba los rostros de las estatuas...de dia parecia inofensivas mas cuando encendian la hoguera la maldad se podía mascar en las mismas, sonrió entonces mientras instantaneamente la dejo al lado de uno de los asientos en los que en verano la mayoria de personas se sentaban-
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Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
Ella soltó con su mano aquella camisa, teñida en el escarlata. Exhalo con suavidad, el aire que no necesitaba, sus dedos temblaron.
Él la tomó de la mano, ella se aferro a ella, notando aquel calor humano que desprendía su piel, aquella vida que ella no poseía.
La luz había sido deborada por la oscuridad de la noche, y en un abrir y cerrar de ojos el mundo parecía haberse transformado, o más bien aquel lugar. La luminosidad de las rosadas vidrieras había muerto tiñiendo el mundo de tinieblas, el silencio continuaba, pero no solo en el interior de la Santa Capillas, sino en el exterior, parecía como si las personas se escondiesen de la noche, ya que las calles asolaban a soledad.
Lionel le indico que se sentase en aquel banco, ella obedeció, no había pronunciado ninguna palabra desde que había caminado hacia allí, su rostro no había cambiado en expresión.
Sin mirarle, inclino su cuerpo apoyando sus codos en sus muslos manchado por la sangre, a la vez que su rostro se apoyaba en ambas manos, ahora más pálidas que antes, a pesar del dorado de su piel, éste iba perdiendose en cuanto su cuerpo consumía la sangre tomada. Aquellos cabellos azabache, incontrolables, cayeron sobre sus hombros desnudos, expuesto al frío helado de la noche, un frío que no le afectaba para nada.
El silencio y nada más, ella movió los sus labios rojizos y voluptuosos:
-¿Por qué no me temes? Sabes lo que soy... -Su voz sonó suave, sensual como todo aquello que le rodeaba, ella miraba al frente con aquellos ojos verdes que brillaban en la noche de un modo sobrenatural.
Él la tomó de la mano, ella se aferro a ella, notando aquel calor humano que desprendía su piel, aquella vida que ella no poseía.
La luz había sido deborada por la oscuridad de la noche, y en un abrir y cerrar de ojos el mundo parecía haberse transformado, o más bien aquel lugar. La luminosidad de las rosadas vidrieras había muerto tiñiendo el mundo de tinieblas, el silencio continuaba, pero no solo en el interior de la Santa Capillas, sino en el exterior, parecía como si las personas se escondiesen de la noche, ya que las calles asolaban a soledad.
Lionel le indico que se sentase en aquel banco, ella obedeció, no había pronunciado ninguna palabra desde que había caminado hacia allí, su rostro no había cambiado en expresión.
Sin mirarle, inclino su cuerpo apoyando sus codos en sus muslos manchado por la sangre, a la vez que su rostro se apoyaba en ambas manos, ahora más pálidas que antes, a pesar del dorado de su piel, éste iba perdiendose en cuanto su cuerpo consumía la sangre tomada. Aquellos cabellos azabache, incontrolables, cayeron sobre sus hombros desnudos, expuesto al frío helado de la noche, un frío que no le afectaba para nada.
El silencio y nada más, ella movió los sus labios rojizos y voluptuosos:
-¿Por qué no me temes? Sabes lo que soy... -Su voz sonó suave, sensual como todo aquello que le rodeaba, ella miraba al frente con aquellos ojos verdes que brillaban en la noche de un modo sobrenatural.
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
Eres una persona muy curiosa...
-Sonrió cuando contempló como de nuevo le hacia una de las preguntas que nunca habia sabido responder, acarició los cabellos de la joven como si en esos momentos su calor quisiera desprenderse para dotarle de un poco de ánimo, algún augurio de pronta mejoria que esperaba surtiera efecto aun cuando dudaba de aquello le gustaba siempre intentarlo...probar que podía hacerlo aun cuando ambos eran de razas completamente distintas.
¿Que porque no le temia? a decir verdad debia hasta de odiar a los vampiros puesto que ellos fueron los que mataron a su difunto padre, a todos los gitanos con los que se habia criado a pesar de que eran un grupo muy variopinto todos merecian vivir, habia sido una masacre solamente por pura diversión o por hambre voraz aun no lo habia investigado. Pero en vez de odiarles, se llevaba bien con ellos en algunas ocasiones, quería protegerles, quería poder hacer algo por ellos en algunas de las muchas ocasiones en las que se habia encontrado con ellos, como ahora-
Como poder responderte a algo que hasta yo mismo desconozco
-Se acabó sentando en uno de los escalones, no habia nadie por las calles siendo aquello algo bueno ya que ambos parecian dos extraños que se conocian pero que habian quedado olvidados por la oscuridad, los orbes del gitano se acostumbraban con facilidad a la misma pero sin ser una vista de lince solamente podia comprobar donde estaban las casas, las esquinas, las calles, a la gota vagabunda que rozaba una de las fuentes...los sentidos de los gitanos se agudizaban quizás porque se habian criado en el bosque, sitio en donde debias de tener precaución en todos los sentidos-
Lakme...¿porqué no me temes a pesar de lo que soy?
-Le pregunto lo mismo con ternura en sus labios incluso debido a aquella simple pregunta invertida, muchos vampiros cuando acababan de cometer un crimen no se mostraban como ella, a veces estaban orgullosos otras se dejaban caer en el suelo con la depresión de su estomago lleno...ella habia llorado y se habia al mismo tiempo habia excusado aquella acción, Lionel...no le temia quizás porque los curas no eran realmente de su agrado, porque en ocasiones el habia tenido deseos de golpear a muchos de ellos...pero, cuando alguien es testigo de lo que ha hecho un vampiro ¿no era logico destruir a todos los testigos? eso pensaba que se debia de hacer...destruir a los testigos pero ella en vez de hacer aquello le estaba hablando manteniendo una extraña conversación, con un extraño gitano-
-Sonrió cuando contempló como de nuevo le hacia una de las preguntas que nunca habia sabido responder, acarició los cabellos de la joven como si en esos momentos su calor quisiera desprenderse para dotarle de un poco de ánimo, algún augurio de pronta mejoria que esperaba surtiera efecto aun cuando dudaba de aquello le gustaba siempre intentarlo...probar que podía hacerlo aun cuando ambos eran de razas completamente distintas.
¿Que porque no le temia? a decir verdad debia hasta de odiar a los vampiros puesto que ellos fueron los que mataron a su difunto padre, a todos los gitanos con los que se habia criado a pesar de que eran un grupo muy variopinto todos merecian vivir, habia sido una masacre solamente por pura diversión o por hambre voraz aun no lo habia investigado. Pero en vez de odiarles, se llevaba bien con ellos en algunas ocasiones, quería protegerles, quería poder hacer algo por ellos en algunas de las muchas ocasiones en las que se habia encontrado con ellos, como ahora-
Como poder responderte a algo que hasta yo mismo desconozco
-Se acabó sentando en uno de los escalones, no habia nadie por las calles siendo aquello algo bueno ya que ambos parecian dos extraños que se conocian pero que habian quedado olvidados por la oscuridad, los orbes del gitano se acostumbraban con facilidad a la misma pero sin ser una vista de lince solamente podia comprobar donde estaban las casas, las esquinas, las calles, a la gota vagabunda que rozaba una de las fuentes...los sentidos de los gitanos se agudizaban quizás porque se habian criado en el bosque, sitio en donde debias de tener precaución en todos los sentidos-
Lakme...¿porqué no me temes a pesar de lo que soy?
-Le pregunto lo mismo con ternura en sus labios incluso debido a aquella simple pregunta invertida, muchos vampiros cuando acababan de cometer un crimen no se mostraban como ella, a veces estaban orgullosos otras se dejaban caer en el suelo con la depresión de su estomago lleno...ella habia llorado y se habia al mismo tiempo habia excusado aquella acción, Lionel...no le temia quizás porque los curas no eran realmente de su agrado, porque en ocasiones el habia tenido deseos de golpear a muchos de ellos...pero, cuando alguien es testigo de lo que ha hecho un vampiro ¿no era logico destruir a todos los testigos? eso pensaba que se debia de hacer...destruir a los testigos pero ella en vez de hacer aquello le estaba hablando manteniendo una extraña conversación, con un extraño gitano-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
Una sonrisa por parte de él, ella le miraba con extrañeza, mientras sentía sus dedos enredados en su cabello azabache. Aquel tipo de contacto, era inaccesible para pocos, ella no solía dejar que la tocasen, a nadie. Aquel que lo intentase, tenía la posibilidad de errar en aquello, ya que podía ser lo último que haría en su vida. En cambio Lakme, la de nombre falso, dejo que aquel mortal acariciase sus cabellos, y cerrando sus oscuras y largas pestañas movió su cabeza como respuesta, de un modo felino como si aquello le agradase
Mientras observaba sus movimientos, aquellos ojos verdes continuaban brillantes, extrañamente acechadores, todo lo contrario a la actitud serena de su cuerpo, la dulzura de su hermoso rostro, de facciones casi perfecta. Por un instante pareció una efigie al estar tan quieta, una efigie marmórea, ya que perdía su calor humano de la piel. Lionel terminó su discurso.
El frío asolaba aquella calles solitarias, un hombre con un farol camino entre ambos, parecía un vigilante o algo similar. Lakme no se movió de su postura, continuaba con aquello ojos extraños fijados en los de Lionel, una sonrisa enigmática se dibujo en sus labios rojos.
El hombre del farol ante la presencia de ambos no se había percatado a causa de la oscuridad que les envolvía, en las tinieblas desapareció, dejando volver al silencio, antes roto por sus pasos asustadizos.
La estatua viviente de la diosa inmortal levanto de su lugar, la vestimenta alba, sucia por la sangre, y descarada a causa de aquel corsé que dejaba al descubierto sus hombros, sonaba con el roce de sus movimientos, al igual que el choque de los rosario entrelazados en su muñeca.
-¿Por qué debía a los mortales? Yo fui en su día uno de vosotros, y ahora solo soy un triste reflejo, de lo vivo en antaño. Dime porque debería temerte.
Seguía acercándose a él, sus pasos no eran ruidosos, ella parecía flotar incluso en su caminar. Cuando llegó frente a él se agacho colocando su rostro hermoso frente al de él. La del falso nombre le sonrió de nuevo con dulzura.
-Sois tan frágiles... Y no apreciáis lo que poséis. -Ella alzo de nuevo su manos, rozando con sus dedos el rostro del gitano, creando un escalofriante y a al vez agradable cosquilleo en su piel. -¿Qué harías si te dijera, que voy hacerte daño?
Ella dijo, ladeando su rostro, mientras de sus labios voluptuosos y cerrados, hilos de rubí comenzaban a deslizarse entre ellos y a crear ríos en su barbilla y ropa.
Mientras observaba sus movimientos, aquellos ojos verdes continuaban brillantes, extrañamente acechadores, todo lo contrario a la actitud serena de su cuerpo, la dulzura de su hermoso rostro, de facciones casi perfecta. Por un instante pareció una efigie al estar tan quieta, una efigie marmórea, ya que perdía su calor humano de la piel. Lionel terminó su discurso.
El frío asolaba aquella calles solitarias, un hombre con un farol camino entre ambos, parecía un vigilante o algo similar. Lakme no se movió de su postura, continuaba con aquello ojos extraños fijados en los de Lionel, una sonrisa enigmática se dibujo en sus labios rojos.
El hombre del farol ante la presencia de ambos no se había percatado a causa de la oscuridad que les envolvía, en las tinieblas desapareció, dejando volver al silencio, antes roto por sus pasos asustadizos.
La estatua viviente de la diosa inmortal levanto de su lugar, la vestimenta alba, sucia por la sangre, y descarada a causa de aquel corsé que dejaba al descubierto sus hombros, sonaba con el roce de sus movimientos, al igual que el choque de los rosario entrelazados en su muñeca.
-¿Por qué debía a los mortales? Yo fui en su día uno de vosotros, y ahora solo soy un triste reflejo, de lo vivo en antaño. Dime porque debería temerte.
Seguía acercándose a él, sus pasos no eran ruidosos, ella parecía flotar incluso en su caminar. Cuando llegó frente a él se agacho colocando su rostro hermoso frente al de él. La del falso nombre le sonrió de nuevo con dulzura.
-Sois tan frágiles... Y no apreciáis lo que poséis. -Ella alzo de nuevo su manos, rozando con sus dedos el rostro del gitano, creando un escalofriante y a al vez agradable cosquilleo en su piel. -¿Qué harías si te dijera, que voy hacerte daño?
Ella dijo, ladeando su rostro, mientras de sus labios voluptuosos y cerrados, hilos de rubí comenzaban a deslizarse entre ellos y a crear ríos en su barbilla y ropa.
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-El silencio que antes se habia impregnado entre ambos estaba a punto de romperse por los pasos cansados de un hombre que pasaba con su farol, penso en aquellos momentos que el espectaculo le habria de parecer algo retorcido, con una mujer sentada mientras un hombre con la camisa algo manchada estaba situada cerca de ella...y asi habria sido de no ser que el hombre quizás de vista huidiza no queria saberlo que pasaba solo queria acabar su ronda para ir a su casa y quedar con su familia como deberia de haber hecho anteriormente.
Los guardias siempre habian producido un respeto en el gitano aunque ahora solo se traducia a un vago recuerdo debido a todo lo que habia tenido que soportar, que ver, que empezar a observar de las personas que supuestamente velaban por la seguridad, vestidos de una doble moral que asustaba incluso de pensar en solamente aquello habian conseguido que una sonris saliera de la boca del propio gitano empezando con un suspiro a bajar la mirada mordiendose entonces los labios.
¿Porque deberia de temerle? era cierto que las palabras que ella decian eran pura logica una tras otra frase, deberian de ser los humanos los que tuvieran miedo de los vampiros puesto que ellos eran superiores en todos los estilos, sus orbes se fijaron en los de aquella mujer que parecia salida de una pesadilla o un sueño extraño, ficticio, donde las faldas de las estrellas eran sino puras lagrimas o la luna no era sino una sonrisa retorcida que se entremezclaba con las demás personas.
No agacho de nuevo el rostro cuando se acercó a el pero no porque fuera simbolo de debilidad o algo por ese estilo sino todo lo contrario porque queria ver sus ojos, queria preguntarse el porqué de su falta de "temor" cuando en otro momento deberia estar temblando ¿me hará daño? se preguntaba mientras sus labios seguian cerrados con tranquilidad guardando silencio el cual como siempre parecia ser la respuesta para todo lo que ella estaba diciendo-
Hazmelo
-Fué la unica respuesta que le habia dejado Lionel aunque no habia acudido a aquel enfrentamiento, tampoco habia desprendido miedo mientras la mano derecha del gitano se acercaba al mentón de Lakem acariciando la piel ajena, manchando la palma de su mano con aquel rio rojizo, mirando fijamente sus ojos mientras continuaba esperando, esperando a que sus premoniciones se cumplieran o se hicieran realidad-
Los guardias siempre habian producido un respeto en el gitano aunque ahora solo se traducia a un vago recuerdo debido a todo lo que habia tenido que soportar, que ver, que empezar a observar de las personas que supuestamente velaban por la seguridad, vestidos de una doble moral que asustaba incluso de pensar en solamente aquello habian conseguido que una sonris saliera de la boca del propio gitano empezando con un suspiro a bajar la mirada mordiendose entonces los labios.
¿Porque deberia de temerle? era cierto que las palabras que ella decian eran pura logica una tras otra frase, deberian de ser los humanos los que tuvieran miedo de los vampiros puesto que ellos eran superiores en todos los estilos, sus orbes se fijaron en los de aquella mujer que parecia salida de una pesadilla o un sueño extraño, ficticio, donde las faldas de las estrellas eran sino puras lagrimas o la luna no era sino una sonrisa retorcida que se entremezclaba con las demás personas.
No agacho de nuevo el rostro cuando se acercó a el pero no porque fuera simbolo de debilidad o algo por ese estilo sino todo lo contrario porque queria ver sus ojos, queria preguntarse el porqué de su falta de "temor" cuando en otro momento deberia estar temblando ¿me hará daño? se preguntaba mientras sus labios seguian cerrados con tranquilidad guardando silencio el cual como siempre parecia ser la respuesta para todo lo que ella estaba diciendo-
Hazmelo
-Fué la unica respuesta que le habia dejado Lionel aunque no habia acudido a aquel enfrentamiento, tampoco habia desprendido miedo mientras la mano derecha del gitano se acercaba al mentón de Lakem acariciando la piel ajena, manchando la palma de su mano con aquel rio rojizo, mirando fijamente sus ojos mientras continuaba esperando, esperando a que sus premoniciones se cumplieran o se hicieran realidad-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
Ni ápice de movimiento, ni vida, aquella máscara humana que había estado usando todo aquel tiempo se rompió en mil pedazos, dando en su totalidad la verdad que ocultaba aquella piel antes cálida, antes dorada, que antes latía... Ahora todo lo contrario, era una efigie de mármol saciada, una dama de otros tiempo, que no mostró ninguna respuesta precisa ante lo que él le había dicho, ante su permiso.
Aquel gesto tan felino de ladear el rostro, y mirarle como si fuese otra víctima más, era lo único que hacía mientras el cálido y ferrero que entre sus labios circulaban cambiaron su dirección, en cuanto una dulce y lúgubre sonrisa se dibujo en aquello finos labios y llenos de sensualidad.
Él tomo su barbilla sin dejar de mirar aquellos peligrosos ojos devoradores, los cuales tramaban nada bueno. Su sangre manchaba los dedos de él, ella parpadeó un instante rompiendo aquel contacto tan atrevido de sus ojos en los de él. Pocas personas podía fijarle la mirada por no decir, ningún que no fuese de su especie y de su edad.
"¿Deseaba la muerte aquel chico? Mmm..." Pensaba, mientras sus negras pestañas ocultaban los ojos verdes excitados por la sangre, con aquella pupilas dilatadas de un modo sobrenatural adormeciéndolos. Escuchaba los pensamientos de aquel humano, los leía, buscando la respuesta.
"No, premoniciones, y más premoniciones... Dichas del futuro que tal vez no se cumplan..."
-... Nunca. -Sus pensamientos continuaron en aquellos labios ahora rojizos, a causa de su propia mordida en su lengua. Su voz era susurrante, misteriosa. -Nunca, confíes en lo que puedas captar en un instante, nunca confíes en el destino... Porque éste, realmente no puede leerse. -Con aquello ella de algún modo le quiso dar a entender, que sabía algo que solo sabía él.
Sus cabellos negros cayeron desordenados por sus hombros, ella no se ando con delicadezas, de un modo ansioso y casi violento tomo su rostro, para devorar sus labios en un beso, para verter sus propia sangre entre sus labios y obligarle a ingerirla. La sangre ancestral, ella quería ver y que él viese... ya que aquella sangre tenía la capacidad del delirio, pero no un delirio llevado por un mundo onírico de imágenes inconvexas, aquella sangre daba la capacidad de ver los recuerdos de su dueño, y si se mezclaba con otra sangre, el delirio compartía los recuerdos de ambos, pero en ésta caso la sangre no fue compartida... Aun no... Ella solo le dejaba ver, para poder ella misma ver a traves de su mente.
En cuanto la sangre fuese la suficiente dentro del organismo de aquel mortal, la oscuridad se haría con su conciencia y en un abrir y cerrar de ojos, el delirio se haría con él... y así sucedió...
“Aquella manos que sostenían un rosario de perlas, no eran las del gitano, sino las de ella. Él ahora era espectador a través de los ojos y las sensaciones de Lakme.
Los labios de la inmortal se movieron con una sonrisa, estaba allí en el mismo París, hablando con un chico asiático, en una tienda de antigüedades. Aquello había ocurrido hacía unos días.
-Diría, que es antiguo, pero no tanto para llegar a ser romano. Los rosarios no se fabricaron, hasta bien llegado el auge del cristianismo. -Pauso, corrigiéndole, pero no con mala intención. -Del medioevo es probable, ¿sabe quién lo trajo a la tienda? ¿O de dónde lo trajeron?
Él chico, el miro extrañado, mientras consultaba unos documentos.
Aquí esta... un gitano... lo ha traído un gitano hace... vaya... 6 años – Le anunció con voz triunfante – Su nombre es Alfonso de la Vega y lo ha donado a la tienda....
… El frío bosque le rodeaba, sus ropas no correspondían a ese siglo, sino a un siglo mucho mas supersticioso que aquel, más oscuro, el medievo; no eran suntuosas, pero la hermosa, la bruja de ojos celestes, echaba los huesos sobre la madera con su conjuro.
-Te invoque para que me hicieses inmortal... -La bruja de cabellos cenizos, emanaba fuerza, su presencia era impetuosa a pesar de su corta edad, reprochaba a la inmortal, que indignada miraba sus manos, no deseaba discutir aquello, pero las dudas podían sentirse en su interior.
-El odio no te salvará, ésto no es lo que quieres....
… Los gritos en el campamento gitano de París y el terror en aquella noche, se harían seguro al día siguiente en la ciudad, y para ella que sostenía aquel rosario perlado entre sus manos manchadas de la sangre cálida de su víctimas. La del nombre falso había matado a la persona que le había robado aquel rosario, pero aquel asesinato no había sido suficiente para saciar la furia que en su interior crecía sin control, no había insaciedad y aquellos gritos de dolor que le rodeaba...
-… ¡El odio te ha cegado! ¡Y has caído por tú propio peso! Y mirate, condenada... -Aquellas palabras sonaron en su propia garganta como un desgarro, mientras su cuerpo eterno se adentraba entre el fuego, consumiendo su carne en las llamas que devoraban el cuerpo de aquella bruja de ojos celestes, de aquella vampira novicia , mientras la maestra se adentraba en el insoportable dolor intentando alcanzarla, con oídos sordos a causa de los rezos...
… Los rezos en aquella misma tarde en la “Sainte Chapelle”, se habían apagado, y la furia le había obligado sin piedad a cercenar sus vidas, con toda crudeza y muertes tortuosas, ella no había podido sostener aquella ira interna que deseaba destruirlo todo de un modo demente. Sus corazones había dejado de palpitar entre sus labios, al igual que su sangre, robadas de sus venas.
Sus ojos contemplaban con calma el sin fin de escenas que le rodeaban, plasmadas en aquellas vidrieras.
Un corsé atrevido, que elevaba sus pechos, al compás del latir de su corazón saciado por la sangre. Sus ropas albas estaba teñidas del escarlata ajeno, al igual que sus labios y manos, aferradas al sin fin de rosarios robados y colgantes entre sus dedos.
Una cascada de desordenado azabache, caía tras el respaldo, y sobre la piel dorada, palpitante de aparente humanidad, y una lágrima única y transparente, se deslizaba por su ojos verdes y calmados, los cuales antes eran rojizo y llenos de una fiereza hambrienta... ¿Y por qué aquella lágrima?”
Ya llevaba rato en el que sus besos habían terminado convirtiéndose en mordidas a sus labios, ahora no era el sabor de la sangre de la inmortal la que invadía su boca, sino la propia del gitano, ingerida por ella. Y no solo sus labios había sido rasgados, la piel de su cuello, su clavícula.
Ahora él pasaría de la calma relativa del delirio, a la excitación del dolor.
Aquel gesto tan felino de ladear el rostro, y mirarle como si fuese otra víctima más, era lo único que hacía mientras el cálido y ferrero que entre sus labios circulaban cambiaron su dirección, en cuanto una dulce y lúgubre sonrisa se dibujo en aquello finos labios y llenos de sensualidad.
Él tomo su barbilla sin dejar de mirar aquellos peligrosos ojos devoradores, los cuales tramaban nada bueno. Su sangre manchaba los dedos de él, ella parpadeó un instante rompiendo aquel contacto tan atrevido de sus ojos en los de él. Pocas personas podía fijarle la mirada por no decir, ningún que no fuese de su especie y de su edad.
"¿Deseaba la muerte aquel chico? Mmm..." Pensaba, mientras sus negras pestañas ocultaban los ojos verdes excitados por la sangre, con aquella pupilas dilatadas de un modo sobrenatural adormeciéndolos. Escuchaba los pensamientos de aquel humano, los leía, buscando la respuesta.
"No, premoniciones, y más premoniciones... Dichas del futuro que tal vez no se cumplan..."
-... Nunca. -Sus pensamientos continuaron en aquellos labios ahora rojizos, a causa de su propia mordida en su lengua. Su voz era susurrante, misteriosa. -Nunca, confíes en lo que puedas captar en un instante, nunca confíes en el destino... Porque éste, realmente no puede leerse. -Con aquello ella de algún modo le quiso dar a entender, que sabía algo que solo sabía él.
Sus cabellos negros cayeron desordenados por sus hombros, ella no se ando con delicadezas, de un modo ansioso y casi violento tomo su rostro, para devorar sus labios en un beso, para verter sus propia sangre entre sus labios y obligarle a ingerirla. La sangre ancestral, ella quería ver y que él viese... ya que aquella sangre tenía la capacidad del delirio, pero no un delirio llevado por un mundo onírico de imágenes inconvexas, aquella sangre daba la capacidad de ver los recuerdos de su dueño, y si se mezclaba con otra sangre, el delirio compartía los recuerdos de ambos, pero en ésta caso la sangre no fue compartida... Aun no... Ella solo le dejaba ver, para poder ella misma ver a traves de su mente.
En cuanto la sangre fuese la suficiente dentro del organismo de aquel mortal, la oscuridad se haría con su conciencia y en un abrir y cerrar de ojos, el delirio se haría con él... y así sucedió...
“Aquella manos que sostenían un rosario de perlas, no eran las del gitano, sino las de ella. Él ahora era espectador a través de los ojos y las sensaciones de Lakme.
Los labios de la inmortal se movieron con una sonrisa, estaba allí en el mismo París, hablando con un chico asiático, en una tienda de antigüedades. Aquello había ocurrido hacía unos días.
-Diría, que es antiguo, pero no tanto para llegar a ser romano. Los rosarios no se fabricaron, hasta bien llegado el auge del cristianismo. -Pauso, corrigiéndole, pero no con mala intención. -Del medioevo es probable, ¿sabe quién lo trajo a la tienda? ¿O de dónde lo trajeron?
Él chico, el miro extrañado, mientras consultaba unos documentos.
Aquí esta... un gitano... lo ha traído un gitano hace... vaya... 6 años – Le anunció con voz triunfante – Su nombre es Alfonso de la Vega y lo ha donado a la tienda....
… El frío bosque le rodeaba, sus ropas no correspondían a ese siglo, sino a un siglo mucho mas supersticioso que aquel, más oscuro, el medievo; no eran suntuosas, pero la hermosa, la bruja de ojos celestes, echaba los huesos sobre la madera con su conjuro.
-Te invoque para que me hicieses inmortal... -La bruja de cabellos cenizos, emanaba fuerza, su presencia era impetuosa a pesar de su corta edad, reprochaba a la inmortal, que indignada miraba sus manos, no deseaba discutir aquello, pero las dudas podían sentirse en su interior.
-El odio no te salvará, ésto no es lo que quieres....
… Los gritos en el campamento gitano de París y el terror en aquella noche, se harían seguro al día siguiente en la ciudad, y para ella que sostenía aquel rosario perlado entre sus manos manchadas de la sangre cálida de su víctimas. La del nombre falso había matado a la persona que le había robado aquel rosario, pero aquel asesinato no había sido suficiente para saciar la furia que en su interior crecía sin control, no había insaciedad y aquellos gritos de dolor que le rodeaba...
-… ¡El odio te ha cegado! ¡Y has caído por tú propio peso! Y mirate, condenada... -Aquellas palabras sonaron en su propia garganta como un desgarro, mientras su cuerpo eterno se adentraba entre el fuego, consumiendo su carne en las llamas que devoraban el cuerpo de aquella bruja de ojos celestes, de aquella vampira novicia , mientras la maestra se adentraba en el insoportable dolor intentando alcanzarla, con oídos sordos a causa de los rezos...
… Los rezos en aquella misma tarde en la “Sainte Chapelle”, se habían apagado, y la furia le había obligado sin piedad a cercenar sus vidas, con toda crudeza y muertes tortuosas, ella no había podido sostener aquella ira interna que deseaba destruirlo todo de un modo demente. Sus corazones había dejado de palpitar entre sus labios, al igual que su sangre, robadas de sus venas.
Sus ojos contemplaban con calma el sin fin de escenas que le rodeaban, plasmadas en aquellas vidrieras.
Un corsé atrevido, que elevaba sus pechos, al compás del latir de su corazón saciado por la sangre. Sus ropas albas estaba teñidas del escarlata ajeno, al igual que sus labios y manos, aferradas al sin fin de rosarios robados y colgantes entre sus dedos.
Una cascada de desordenado azabache, caía tras el respaldo, y sobre la piel dorada, palpitante de aparente humanidad, y una lágrima única y transparente, se deslizaba por su ojos verdes y calmados, los cuales antes eran rojizo y llenos de una fiereza hambrienta... ¿Y por qué aquella lágrima?”
Ya llevaba rato en el que sus besos habían terminado convirtiéndose en mordidas a sus labios, ahora no era el sabor de la sangre de la inmortal la que invadía su boca, sino la propia del gitano, ingerida por ella. Y no solo sus labios había sido rasgados, la piel de su cuello, su clavícula.
Ahora él pasaría de la calma relativa del delirio, a la excitación del dolor.
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-"Si se pudiera leer el destino ¿planearía él todo el dolor sumergido durante tanto tiempo?" aquella frase paso por la cabeza de Lionel cuando sus orbes observaron los de aquella mujer fundiendose en las respiraciones que se volvian incluso mas gélidas que el propio invierno, no se atrevía a cerrar los ojos porque siempre habia disfrutado dejándose llevar...hasta que un porqué quedó en su mente refugiado y desechado como los otros que habia encontrado anteriormente "Porqué no habia huído" "Porqué estaba tan calmado" "porqué no habia sonreido y se habia marchado" "porqué, la habia provocado"
Aparecian muchos quizás, algunos tal vez disfrazados en astutos monosílabos que perdian el rumbo hasta que cuando quiso apartarse habia sido demasiado tarde consiguiendo que sus orbes estuvieran prendados de los ajenos, no queria leer el destino porque cuando le tomabas por el cuello él te asfixiaba con una risa sonora, dolorosa e impasible ya que habia creido siempre que los dioses encargados del destino de los hombres no eran más que reyes ególatras que se funden en sus propios tronos con hipocresía.
Rugió intentando apartarse de los labios de Lakme siendo imposible tal hazaña cuando la sangre penetro las barreras de su saliva, por mucho que quisiera escupirlo lo habia tragado de pronto abriendo los orbes observando aquellos instantes en los que su pecho parecia estar abandonandole, donde su alma se alejaba a un ritmo casi romántico, rosario...los rosarios que tenia su difunto padre eran parecidos a como tenia aquella descripción.
Entonces abrió los labios atragantándose entre los besos, sin llegar a la asfixia recordando a través de los ojos de esa mujer todo lo que habia visto, lo que habia hecho...la inmortalidad, los deseos, la sed por juego sin juicio ni razón...vió algunas caras que conocia otras que habian llegado nuevas a sus orbes finalmente los gritos resonaron en su cabeza como la sinfonia de un organista torpe e inexperto, agudos, graves, perrunos, de caballos, incluso de la propia naturaleza cuando morian a sus pies tantas personas permaneciendo aquesta impasible.
El sabor de la sangre se habia vuelto diferente, lo noto cuando abrió suavemente los labios para tragar en aquella visión y de proto noto un sabor completamente distinto, abriendo finalmente los ojos del todo, recobrando la sensacion de realidad mientras sus cabellos caian por sus hombros y su boca, su cuello, su menton habia sufrido los mordiscos de aquella mujer, sin pudor alejó a la mujer de un empujón consiguiendo con aquello que su labio saliera más herido de lo que estaba, jadeó bajando la mirada consiguiendo que varias gotas de sangre cayesen al suelo-
No querias hacerlo...pero pagas el odio con los demás...cuando te despiertas temes lo que has hecho, cada rosario, cada penitencia, cada lagrima
-Sus orbes le miraron de nuevo fijamente, aunque sus cabellos escondian parcialmente sus facciones y las gotas de sangre rozaban sus labios, parecia que debilment el dolor, cada movimiento que hiciera con la boca le era incluso doloroso...tragó su propia sangre elevanto el rostro cuando volvió a mirarle seriamente limpiandose parcialmente la sangre con una de las muñecas, se miró la mano manchada de sangre lanzando algunas gotas a la vampiresa con una sonrisa debil-
Ahi tienes...tu lluvia de sangre.
Aparecian muchos quizás, algunos tal vez disfrazados en astutos monosílabos que perdian el rumbo hasta que cuando quiso apartarse habia sido demasiado tarde consiguiendo que sus orbes estuvieran prendados de los ajenos, no queria leer el destino porque cuando le tomabas por el cuello él te asfixiaba con una risa sonora, dolorosa e impasible ya que habia creido siempre que los dioses encargados del destino de los hombres no eran más que reyes ególatras que se funden en sus propios tronos con hipocresía.
Rugió intentando apartarse de los labios de Lakme siendo imposible tal hazaña cuando la sangre penetro las barreras de su saliva, por mucho que quisiera escupirlo lo habia tragado de pronto abriendo los orbes observando aquellos instantes en los que su pecho parecia estar abandonandole, donde su alma se alejaba a un ritmo casi romántico, rosario...los rosarios que tenia su difunto padre eran parecidos a como tenia aquella descripción.
Entonces abrió los labios atragantándose entre los besos, sin llegar a la asfixia recordando a través de los ojos de esa mujer todo lo que habia visto, lo que habia hecho...la inmortalidad, los deseos, la sed por juego sin juicio ni razón...vió algunas caras que conocia otras que habian llegado nuevas a sus orbes finalmente los gritos resonaron en su cabeza como la sinfonia de un organista torpe e inexperto, agudos, graves, perrunos, de caballos, incluso de la propia naturaleza cuando morian a sus pies tantas personas permaneciendo aquesta impasible.
El sabor de la sangre se habia vuelto diferente, lo noto cuando abrió suavemente los labios para tragar en aquella visión y de proto noto un sabor completamente distinto, abriendo finalmente los ojos del todo, recobrando la sensacion de realidad mientras sus cabellos caian por sus hombros y su boca, su cuello, su menton habia sufrido los mordiscos de aquella mujer, sin pudor alejó a la mujer de un empujón consiguiendo con aquello que su labio saliera más herido de lo que estaba, jadeó bajando la mirada consiguiendo que varias gotas de sangre cayesen al suelo-
No querias hacerlo...pero pagas el odio con los demás...cuando te despiertas temes lo que has hecho, cada rosario, cada penitencia, cada lagrima
-Sus orbes le miraron de nuevo fijamente, aunque sus cabellos escondian parcialmente sus facciones y las gotas de sangre rozaban sus labios, parecia que debilment el dolor, cada movimiento que hiciera con la boca le era incluso doloroso...tragó su propia sangre elevanto el rostro cuando volvió a mirarle seriamente limpiandose parcialmente la sangre con una de las muñecas, se miró la mano manchada de sangre lanzando algunas gotas a la vampiresa con una sonrisa debil-
Ahi tienes...tu lluvia de sangre.
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
Él la aparto de su lado, ella no lo retuvo ni opuso resistencia ante aquella respuesta... Una respuesta muy normal en su día a día. Mortales e inmortales, ante él ataque mostraban la contrariedad, el cierto desprecio, pero... ¿ella le estaba atacando? ¿Bebería su sangre para saciarse, si ya lo estaba? ¿Para acabar con su vida? No, ella no tenía aquella intención, si lo hubiese querido matar, hubiese sido todo rápido de tal modo que ni la muerte hubiese sido conciente de que había llegado.
Sus labios se movían mostrando sus colmillo teñidos del escarlata, los cuales, se relamían con ferocidad. Sus ojos que no apartaban su miradas de los del gitano le miraban con un gesto salvaje, con aquella pupilas dilatad y excitadas a causa del sabor férreo no perteneciente. Incluso su respiración carente, se agitaba de tal modo moviendo sus pechos bajo el apretado corsé, que parecía haber realizado alguna actividad demasiado agitada.
-Hace tiempo que deje sentir odio... -Su voz acariciaba el aire de un modo calmante, era un susurro dulce entre sus labios feroces. -... ¿A quién debería odias? ¿Y con qué motivo? Yo no puedo sentir el odio, solo puedo sentir el estallido de la furia inconciente dominar mi interior, como un reflejo mortal de algo más suave que hubiese sentido en vida... Sin motivos, sin remordimientos... ¿Por qué hacerlo? ¿Y por qué no?
Dejo aquella preguntas en el aire mientras su respiración volvía hacerse muda, su rostro dejaba atrás el sañavajismo animal que creaba el trance de la sangre al ser ingerida. Su pálidez de nuevo volvía a desteñir su piel latente en cálidez humana, el rubo volvía a sus mejillas y sus ojos verdes, dulces, hermosos no se apartaban de los del gitano.
Un paso tras otro, y los pligues de la larga falda del albo corrompido, dejaba atrás el sonido del roce contra el suelo, ya que sus descalzos pies eran incapaces de emitir sonido alguno.
-Mi compañera cometía el error de llevar sus ansias de venganza a mi mundo, un mundo que hace que el odio sentido por la humanidad ciega con más fuerza. Ella no supo continuar el camino hacia delante... Sobrevivir, y por ello tuvo que sufrir el purgatorio y por poco me lleva con ella. -Ella ya estaba situada frente a él, su mano se deslizo por delicadeza por su torso de un modo acariciante. -Yo no vine a París para traer tras de mí el manto de la muerte indiscriminada, vine porque alguien me llamaba con su magia desde hacía tiempo... Un cierto gitano, que robaba a los muertos, y a los no tan muertos.
Su mano continúo acariciando su torso, para así ir posandose sobre sus dolorosas heridas, hasta llegar a sus mejilla. Sus dedos ahora de nuevo cálidos producían un extraño y agradable cosquilleo.
-Aquel gitano quería errar con mi compañera, el odio le llevo a pedirme algo que no iba a concederle, ya que iba a consumirle llevándole a la muerte. Yo solo le dí piedad, él solo provoco la furia incontrolable que en mí moraba... -Sus labios se movía voluptuosamente, todo en ella era tan contradictorio la frialdad que podía sentir con su presencia, pero a la vez aquella sensanción embriagadora que producía sus palabras, sus gestos. -Lionel, los rosarios ciertamente no son nada... Sino simbolos, y más penintencia que la de mi existencia es suficiente, no temo por el futuro, ciertamente no temo por nada que se relacione con mi persona, mi temor va más allá del egocentrismo.... Ahora solo me preocupa una cosa y es que, la llamada finalizo, pero... Alguien, no sé, sigue llamandome... De un modo inconsciente...
Sus labios se movían mostrando sus colmillo teñidos del escarlata, los cuales, se relamían con ferocidad. Sus ojos que no apartaban su miradas de los del gitano le miraban con un gesto salvaje, con aquella pupilas dilatad y excitadas a causa del sabor férreo no perteneciente. Incluso su respiración carente, se agitaba de tal modo moviendo sus pechos bajo el apretado corsé, que parecía haber realizado alguna actividad demasiado agitada.
-Hace tiempo que deje sentir odio... -Su voz acariciaba el aire de un modo calmante, era un susurro dulce entre sus labios feroces. -... ¿A quién debería odias? ¿Y con qué motivo? Yo no puedo sentir el odio, solo puedo sentir el estallido de la furia inconciente dominar mi interior, como un reflejo mortal de algo más suave que hubiese sentido en vida... Sin motivos, sin remordimientos... ¿Por qué hacerlo? ¿Y por qué no?
Dejo aquella preguntas en el aire mientras su respiración volvía hacerse muda, su rostro dejaba atrás el sañavajismo animal que creaba el trance de la sangre al ser ingerida. Su pálidez de nuevo volvía a desteñir su piel latente en cálidez humana, el rubo volvía a sus mejillas y sus ojos verdes, dulces, hermosos no se apartaban de los del gitano.
Un paso tras otro, y los pligues de la larga falda del albo corrompido, dejaba atrás el sonido del roce contra el suelo, ya que sus descalzos pies eran incapaces de emitir sonido alguno.
-Mi compañera cometía el error de llevar sus ansias de venganza a mi mundo, un mundo que hace que el odio sentido por la humanidad ciega con más fuerza. Ella no supo continuar el camino hacia delante... Sobrevivir, y por ello tuvo que sufrir el purgatorio y por poco me lleva con ella. -Ella ya estaba situada frente a él, su mano se deslizo por delicadeza por su torso de un modo acariciante. -Yo no vine a París para traer tras de mí el manto de la muerte indiscriminada, vine porque alguien me llamaba con su magia desde hacía tiempo... Un cierto gitano, que robaba a los muertos, y a los no tan muertos.
Su mano continúo acariciando su torso, para así ir posandose sobre sus dolorosas heridas, hasta llegar a sus mejilla. Sus dedos ahora de nuevo cálidos producían un extraño y agradable cosquilleo.
-Aquel gitano quería errar con mi compañera, el odio le llevo a pedirme algo que no iba a concederle, ya que iba a consumirle llevándole a la muerte. Yo solo le dí piedad, él solo provoco la furia incontrolable que en mí moraba... -Sus labios se movía voluptuosamente, todo en ella era tan contradictorio la frialdad que podía sentir con su presencia, pero a la vez aquella sensanción embriagadora que producía sus palabras, sus gestos. -Lionel, los rosarios ciertamente no son nada... Sino simbolos, y más penintencia que la de mi existencia es suficiente, no temo por el futuro, ciertamente no temo por nada que se relacione con mi persona, mi temor va más allá del egocentrismo.... Ahora solo me preocupa una cosa y es que, la llamada finalizo, pero... Alguien, no sé, sigue llamandome... De un modo inconsciente...
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-¿Odio? era muy dificil dejar de sentirlo aunque no imposible como siempre habian dicho todos los sabias que habian posado sus miradas en aquestos sucesos que ocurrian nada mas que en el cuerpo humano, no importaba si se era vampiro o licantropo o de cualquier otra raza porque al final se caia ingobernablemente bajo aquel abismo en donde la mayor parte del tiempo se corrompia la vida...¿porque iba a tomar su sangre? sabia que no queria beber de él por hambre porque la escena que habia visto antaño hacia unos momentos ya le estaba diciendo que no precisamente era aquello lo que buscaba pues habia vampiros que despues de un tiempo tomaban la sangre de los demas solamente por aquella sed que tenian.
La belleza de un vampiro volvia cuando la sangre caliente de alguien entraba a su interior, ahora lo estaba viendo como si la transformacion de la bestia a la bella se hubiera provocado delante de sus orbes, las mejillas sonrosadas propias de una mujer mientras los labios aun carnosos no extinguian aquella ferocidad que habia sido capaz de saborear el propio gitano, como el sonido de la respiracion del humano se diagnosticaba agitada mientras apretaba las manos bajo los pliegues del pantalon, escuchando los movimientos de la falda volviendo a escuchar sus palabras.
El odio, su compañera...aquel gitano que habia visto seguramente habria sido quien la habia estado llamando ¿amor? ¿brujeria? los gitanos eran famosos por aquello que decian los demas de ellos acerca de que eran brujos por naturaleza, trago ligeramente cuando se acerco pero esta vez no se alejo aunque la tension en sus hombros estaba llegando a tal punto que todo su cuerpo estaba resintiendose muscularmente, odiaba todo aquello, odiaba incluso sentirse asi, tragar la saliva que faltaba de sus labios notar como un quejido habia salido mientras le estaba dejando que de nuevo le tocara mirando fijamente los ojos.
¿Porque no paraba de mirarle de ese modo? primero en un momento la deseaba ayudar, al siguiente la alejaba mientras al otro la seguia deseando ayudar, quizas porque el protagonista de aquella historia tambien era un gitano alguien en quien poder equipararse pues los gitanos eran buenos pero nego cuando menciono acerca de los rosarios, al menos para Lionel el rosario que su difunto padre le dio antes de morir fue lo mas hermoso que pudo ofrecerle, tomó el mentón de Lakme situando su frente sobre la suya mientras entrecerraba los orbes y dejaba que su respiracion se comepentrase con la suya, no podia pasarle los recuerdos, pero queria que se imaginara lo que habia pasado un niño de poca edad, sin familia, con las manos manchadas de sangre mientras tenia ese rosario entre sus manos temblando llorosamente.
¿Que habria dicho su padre? ¿le habria guardado rencor por aquel odio? pero, comprendia que los deseos humanos eran sin duda mucho peores que los vampiros ¿seria capaz aquel gitano de haber encontrado el punto debil de aquella historia? acaricio sus mejillas un poco mas suave con un suspiro resignado mientras el dolor de las heridas estaba siendo un poco mas llamativo abriendo debilmente los ojos para fijarlos en los ajenos...que podia hacer cuando las palabras eran pocas, que podia expresar cuando ni las acciones le llenaban...-
Me confundes, me atraes, me odias, me alzas...no se que hacer, como actuar, solo soy un humano ¿Acaso te olvidaste de eso?
La belleza de un vampiro volvia cuando la sangre caliente de alguien entraba a su interior, ahora lo estaba viendo como si la transformacion de la bestia a la bella se hubiera provocado delante de sus orbes, las mejillas sonrosadas propias de una mujer mientras los labios aun carnosos no extinguian aquella ferocidad que habia sido capaz de saborear el propio gitano, como el sonido de la respiracion del humano se diagnosticaba agitada mientras apretaba las manos bajo los pliegues del pantalon, escuchando los movimientos de la falda volviendo a escuchar sus palabras.
El odio, su compañera...aquel gitano que habia visto seguramente habria sido quien la habia estado llamando ¿amor? ¿brujeria? los gitanos eran famosos por aquello que decian los demas de ellos acerca de que eran brujos por naturaleza, trago ligeramente cuando se acerco pero esta vez no se alejo aunque la tension en sus hombros estaba llegando a tal punto que todo su cuerpo estaba resintiendose muscularmente, odiaba todo aquello, odiaba incluso sentirse asi, tragar la saliva que faltaba de sus labios notar como un quejido habia salido mientras le estaba dejando que de nuevo le tocara mirando fijamente los ojos.
¿Porque no paraba de mirarle de ese modo? primero en un momento la deseaba ayudar, al siguiente la alejaba mientras al otro la seguia deseando ayudar, quizas porque el protagonista de aquella historia tambien era un gitano alguien en quien poder equipararse pues los gitanos eran buenos pero nego cuando menciono acerca de los rosarios, al menos para Lionel el rosario que su difunto padre le dio antes de morir fue lo mas hermoso que pudo ofrecerle, tomó el mentón de Lakme situando su frente sobre la suya mientras entrecerraba los orbes y dejaba que su respiracion se comepentrase con la suya, no podia pasarle los recuerdos, pero queria que se imaginara lo que habia pasado un niño de poca edad, sin familia, con las manos manchadas de sangre mientras tenia ese rosario entre sus manos temblando llorosamente.
¿Que habria dicho su padre? ¿le habria guardado rencor por aquel odio? pero, comprendia que los deseos humanos eran sin duda mucho peores que los vampiros ¿seria capaz aquel gitano de haber encontrado el punto debil de aquella historia? acaricio sus mejillas un poco mas suave con un suspiro resignado mientras el dolor de las heridas estaba siendo un poco mas llamativo abriendo debilmente los ojos para fijarlos en los ajenos...que podia hacer cuando las palabras eran pocas, que podia expresar cuando ni las acciones le llenaban...-
Me confundes, me atraes, me odias, me alzas...no se que hacer, como actuar, solo soy un humano ¿Acaso te olvidaste de eso?
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
Off: Je suis désolé! He estado tan liada!!
Sus dedos recorrieron con calidez la piel humana, si, humana... Lakme apretó sus labios por un instante, su cuerpo se tenso, recordando como era tener la piel con aquel tacto, blando, cálido, que emanaba vida.
Sus dedos se recogieron mientras su índice continuo en aquella mejilla dibujando pequeñas curvas a la nada.
Un suspiro lánguido, y sus hombros desnudos cayeron dando señal de que sus músculos se relajaban.
-Nunca me olvido de ese detalle, Lionel... Nunca... No puedo...
Sois un reflejo de lo que yo fui antaño, ¿cómo podría olvidar ello?
Su voz sonó bajita, y aquella mano acariciante causante de un tacto electrizante cayó rompiendo aquello. Sus ojos quedaron gachos, no miraban al suelo sino... A la nada. La infinita nada.
-... Solo actúa como debe de actuar un mortal, dejándose llevar por las emociones de las que a veces no sois conscientes de poseer, aquellas no valoráis. Tan vuestras.
Aquellas última palabras salieron de su boca con cierta amargura, ¿por qué? ¿Quién sabe solo son unos miles de años sobre la espalda, no? Unos miles de años que ciertamente para Lakme había sido más que para otros que simplemente no sobrevivían ni al centenario, convirtiéndoselo en las cenizas. Puedes pedir la inmortalidad, puedes desear el poder que te ofrece el ser como son ellos pero... Nadie piensa en la consecuencias. Por un instante aquellos pensamientos aparecieron en la mente de la inmortal.
Lakme se llevo la mano al pecho y de nuevo sus ojos fueron dirigidos al gitano, no miraba con calidez sino con una cierta preocupación y seriedad.
-Dices que te confundo, pero ¿no paras de llamarme? ¿Por qué no dejo de ir la llamada que mora en tu interior? ¿Qué es lo que realmente deseas? ¿Qué es aquello que tanto anhelas que incluso no eres consciente de que lleva tiempo realizando su llamas? ¿Una llamada que al parecer solo he escuchado, yo? Preguntatelo.
Sus dedos recorrieron con calidez la piel humana, si, humana... Lakme apretó sus labios por un instante, su cuerpo se tenso, recordando como era tener la piel con aquel tacto, blando, cálido, que emanaba vida.
Sus dedos se recogieron mientras su índice continuo en aquella mejilla dibujando pequeñas curvas a la nada.
Un suspiro lánguido, y sus hombros desnudos cayeron dando señal de que sus músculos se relajaban.
-Nunca me olvido de ese detalle, Lionel... Nunca... No puedo...
Sois un reflejo de lo que yo fui antaño, ¿cómo podría olvidar ello?
Su voz sonó bajita, y aquella mano acariciante causante de un tacto electrizante cayó rompiendo aquello. Sus ojos quedaron gachos, no miraban al suelo sino... A la nada. La infinita nada.
-... Solo actúa como debe de actuar un mortal, dejándose llevar por las emociones de las que a veces no sois conscientes de poseer, aquellas no valoráis. Tan vuestras.
Aquellas última palabras salieron de su boca con cierta amargura, ¿por qué? ¿Quién sabe solo son unos miles de años sobre la espalda, no? Unos miles de años que ciertamente para Lakme había sido más que para otros que simplemente no sobrevivían ni al centenario, convirtiéndoselo en las cenizas. Puedes pedir la inmortalidad, puedes desear el poder que te ofrece el ser como son ellos pero... Nadie piensa en la consecuencias. Por un instante aquellos pensamientos aparecieron en la mente de la inmortal.
Lakme se llevo la mano al pecho y de nuevo sus ojos fueron dirigidos al gitano, no miraba con calidez sino con una cierta preocupación y seriedad.
-Dices que te confundo, pero ¿no paras de llamarme? ¿Por qué no dejo de ir la llamada que mora en tu interior? ¿Qué es lo que realmente deseas? ¿Qué es aquello que tanto anhelas que incluso no eres consciente de que lleva tiempo realizando su llamas? ¿Una llamada que al parecer solo he escuchado, yo? Preguntatelo.
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-Pudo escuchar la amargura de su voz mientras sus ojos seguian pendiente de los suyos aunque era cierto que no debia de haber empezado por decirle algo que ella ya sabia perfectamente, quizas era por el olor o aun no sabia porqué puesto que se imaginaba como todo lo que habia a su alrededor podia incidir en aquello...sus cabellos masajearon su espalda dejando tambien que los dedos de ella le acariciasen el rostro como desearan sin empezar a tensarse, pero ella era especial pues era capaz de hacer tensar su cuerpo de un modo u de otro.
¿Emociones? sabia que tenia emociones como ahora que la habia visto agachar el rostro y tenia los deseos de tomarle por las mejillas para que no se le ocurriera bajarlo de nuevo, era egoista pedir eso lo sabia pero para él, ella se habia convertido en alguien indescifrable como importante en un par de horas ya que la gente normal se habria aljado nada mas de haber visto la primera escena y el estaba alli admirandola.
Pero ¿Es que acaso los vampiros no tenian emociones? el creia que tenian incluso mas que los propios humanos sobretodo por la rabia que daba la inmortalidad, habia contemplado a muchos vampiros que primero se oponian a expresar sus emociones con una cara hieratica que era capaz de durarles por el resto de su existencia,otros nada mas contemplar al gitano hechaban a llorar porque deseaban que esa inmortalidad acabara, otros, muy pocos estaban contentos pues no querian morir y aun siendo vampiros tenian temor a la muerte, a la luz del dia, a algunas otras leyendas que aun no habia descifrado cuales era verdad o cuales mentira-
No quiero preguntarme nada, esta noche y ahora quiero invitarte a caminar por Paris si es que aun tienes ganas de quizas algo de ocio con este vampiro
-No, no mas charlas filosoficas centradas en preguntas que a su vez tenian y poseian mil preguntas entrelazadas en ellas mismas, no queria preguntarse o discutir con su cerebro a donde habia ido a parar toda esa decencia que antes habia expuesto, esas preguntas, esas leyes que no habia escrito el pero que estaban organizando el mundo, todo lo que le envolvia al gitano y a la vampira, todo lo que eran y lo que serian ¿no era ya confuso pensarlo? se mordio los labios, olvidandose de aquellas heridas que le hicieron suspirar volviendo a ladear el rostro a otro lado esperando por su respuesta, o si en vez de afirmativamente obtendria una negativa-
¿Emociones? sabia que tenia emociones como ahora que la habia visto agachar el rostro y tenia los deseos de tomarle por las mejillas para que no se le ocurriera bajarlo de nuevo, era egoista pedir eso lo sabia pero para él, ella se habia convertido en alguien indescifrable como importante en un par de horas ya que la gente normal se habria aljado nada mas de haber visto la primera escena y el estaba alli admirandola.
Pero ¿Es que acaso los vampiros no tenian emociones? el creia que tenian incluso mas que los propios humanos sobretodo por la rabia que daba la inmortalidad, habia contemplado a muchos vampiros que primero se oponian a expresar sus emociones con una cara hieratica que era capaz de durarles por el resto de su existencia,otros nada mas contemplar al gitano hechaban a llorar porque deseaban que esa inmortalidad acabara, otros, muy pocos estaban contentos pues no querian morir y aun siendo vampiros tenian temor a la muerte, a la luz del dia, a algunas otras leyendas que aun no habia descifrado cuales era verdad o cuales mentira-
No quiero preguntarme nada, esta noche y ahora quiero invitarte a caminar por Paris si es que aun tienes ganas de quizas algo de ocio con este vampiro
-No, no mas charlas filosoficas centradas en preguntas que a su vez tenian y poseian mil preguntas entrelazadas en ellas mismas, no queria preguntarse o discutir con su cerebro a donde habia ido a parar toda esa decencia que antes habia expuesto, esas preguntas, esas leyes que no habia escrito el pero que estaban organizando el mundo, todo lo que le envolvia al gitano y a la vampira, todo lo que eran y lo que serian ¿no era ya confuso pensarlo? se mordio los labios, olvidandose de aquellas heridas que le hicieron suspirar volviendo a ladear el rostro a otro lado esperando por su respuesta, o si en vez de afirmativamente obtendria una negativa-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
De nuevo el silencio infinito creado en la nada, los ojos verdes de la inmortal esperaban una respuesta y a pesar del gesto serio, toda la composición de su rostro, su cuerpo mismo parecía haberse quedado congelado en el hieratismo, como si de una estatua llena de vida se tratase, una efigie marmórea que había captado un instante. Reflejaba humanidad dentro de aquellos rasgos sobrenaturales, lo mismo que un retrato o espejo podía mostrar la apariencia humana.
Escuchar sus cavilaciones, sus pensamientos y dudas en la mente del gitano era lo que, ahora, ocupaba la misma mente de la vampiresa. Por una parte se sentía satisfecha al sentir como de algun modo había sembrado la semilla de la duda dentro de los pensamientos de aquel mortal, haciendo que éste se plantease otra perspectivo con respecto a su especie.
La verdad aquello había sido un pequeño paso, ¿qué mejor parar comprender su propia existencia, sus propias dudas e inquietudes, que comprender las de un pequeño humano?
La nocturna continuaba en su serenidad, ni un alma había querido perturbar aquella singular escena entre dos desconocidos, los cuales parecía tener más en común de lo que creía, y a pesar de que el cielo se cubría de oscuridad las siguientes palabras del gitano hizo que Lakme pensase que el cielo de aquella noche estaba más iluminado que nunca, hozó también que observase éste mismo con aire distraído, mientras sus labios voluptuosos se curvaban creando una enigmática sonrisa, una sonrisa satisfactoria pero llena de lo oculto.
-Todo a su tiempo, entonces.
La serenidad se reflejaba en el sonido de su voz, incluso la conformidad. Lakme no borró su sonrisa, es más una mirada cómplice le dedico dentro de aquel misterio que rodeaba a su persona.
Peinando sus cabellos oscuros y sueltos de aquella manera salvaje, tomo del bracete al joven.
-Acepto la invitación, y hazme un favor. Finjamos que la noche es una cualquiera, que desde el principio íbamos a pasear sin llegar a iniciar ésta conversación, que yo tengo la edad que aparento, y que nunca llegue a morir hace más de mil años, ésta noche soy humana.
Escuchar sus cavilaciones, sus pensamientos y dudas en la mente del gitano era lo que, ahora, ocupaba la misma mente de la vampiresa. Por una parte se sentía satisfecha al sentir como de algun modo había sembrado la semilla de la duda dentro de los pensamientos de aquel mortal, haciendo que éste se plantease otra perspectivo con respecto a su especie.
La verdad aquello había sido un pequeño paso, ¿qué mejor parar comprender su propia existencia, sus propias dudas e inquietudes, que comprender las de un pequeño humano?
La nocturna continuaba en su serenidad, ni un alma había querido perturbar aquella singular escena entre dos desconocidos, los cuales parecía tener más en común de lo que creía, y a pesar de que el cielo se cubría de oscuridad las siguientes palabras del gitano hizo que Lakme pensase que el cielo de aquella noche estaba más iluminado que nunca, hozó también que observase éste mismo con aire distraído, mientras sus labios voluptuosos se curvaban creando una enigmática sonrisa, una sonrisa satisfactoria pero llena de lo oculto.
-Todo a su tiempo, entonces.
La serenidad se reflejaba en el sonido de su voz, incluso la conformidad. Lakme no borró su sonrisa, es más una mirada cómplice le dedico dentro de aquel misterio que rodeaba a su persona.
Peinando sus cabellos oscuros y sueltos de aquella manera salvaje, tomo del bracete al joven.
-Acepto la invitación, y hazme un favor. Finjamos que la noche es una cualquiera, que desde el principio íbamos a pasear sin llegar a iniciar ésta conversación, que yo tengo la edad que aparento, y que nunca llegue a morir hace más de mil años, ésta noche soy humana.
Lakme- Vampiro Clase Alta
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Re: Sainte Chapelle [Lionel]
-De nuevo se sintio observado por ella pro esta vez podia sentir que era un sentimiento completamente distinto al que habia sentido anteriormente, por ejemplo, ahora podia empezar a sentir como sus hombros estaban tranquilos ya que despues de todo parecia estar con los hombros completamente tensos en todo momento, bueno era mas bien como si una montaña rusa de sentimientos le azotara los musculos, primero se sentia tranquilo luego presentia que su vida corria peligro y asi hasta que aquella montaña rusa se detuvo dejando a un Lionel con los hombros tranquilos y una sonrisa en los labios.
Volvio a colocar las manos en sus bolsillos, dejando que el ligero sudor que recorria las palmas de sus manos se secara despues de sonreir con ternura, asintiendo a la proposicion que ella habia dicho ¿que aquella fuera una noche mas? pero la sonrisa complice e incluso la ilusion que tenia aquella mujer le hizo ladear el rostro, depositando la confianza que tenia en la sonrisa suave que aparecio a continuación, algun que otro mechón cansado de su papel secundario rozo su rostro siendo apartado rapidamente mientras se mordia los labios con una sonrisa en los labios-
Estaria encantado, mademoiselle Lakme en mostraros lo que vos deseeis de Paris, fingiendo entonces que no posee la edad que posee pero no me pida que ignore vuestra belleza porque creo que por muy caballero que sea nunca podria hacerlo
-Le guiñó el ojo con una sonrisa tierna en los labios volviendo a mirar hacia el cielo, aun quedaban unas horas antes del amanecer, lo podia garantizar con firmeza porque el mismo habia contado muchas veces las horas en las que amanecia o cuanto faltaba para amanecer, era en esas ocaisones cuando no podia dormir y se entretenia contando las horas, asi como cuando la claridad llegaba y cuando se debia de ir para el trabajo. Cuando fue tomado de esa forma sonrio comenzando a bajar las escaleras con ella de la mano murmurando-
Ahora bien...digame ¿a donde desea ir?
-Señaló paris como si fuera un escenario que se habia abierto para ellos de la manera mas absurda que conocia, era como si fueran sino los reyes de unas maquetas de cartón, era extraño pensar eso pero gracioso al mismo tiempo por el falso poder que te hacia sentir, la adrenalina de la propia ironia era lo que albergaba toda la pasión, el teatro inspirado en la imaginación o como solo esperaba complacer a su acompañante-
Volvio a colocar las manos en sus bolsillos, dejando que el ligero sudor que recorria las palmas de sus manos se secara despues de sonreir con ternura, asintiendo a la proposicion que ella habia dicho ¿que aquella fuera una noche mas? pero la sonrisa complice e incluso la ilusion que tenia aquella mujer le hizo ladear el rostro, depositando la confianza que tenia en la sonrisa suave que aparecio a continuación, algun que otro mechón cansado de su papel secundario rozo su rostro siendo apartado rapidamente mientras se mordia los labios con una sonrisa en los labios-
Estaria encantado, mademoiselle Lakme en mostraros lo que vos deseeis de Paris, fingiendo entonces que no posee la edad que posee pero no me pida que ignore vuestra belleza porque creo que por muy caballero que sea nunca podria hacerlo
-Le guiñó el ojo con una sonrisa tierna en los labios volviendo a mirar hacia el cielo, aun quedaban unas horas antes del amanecer, lo podia garantizar con firmeza porque el mismo habia contado muchas veces las horas en las que amanecia o cuanto faltaba para amanecer, era en esas ocaisones cuando no podia dormir y se entretenia contando las horas, asi como cuando la claridad llegaba y cuando se debia de ir para el trabajo. Cuando fue tomado de esa forma sonrio comenzando a bajar las escaleras con ella de la mano murmurando-
Ahora bien...digame ¿a donde desea ir?
-Señaló paris como si fuera un escenario que se habia abierto para ellos de la manera mas absurda que conocia, era como si fueran sino los reyes de unas maquetas de cartón, era extraño pensar eso pero gracioso al mismo tiempo por el falso poder que te hacia sentir, la adrenalina de la propia ironia era lo que albergaba toda la pasión, el teatro inspirado en la imaginación o como solo esperaba complacer a su acompañante-
Lionel D'Maine- Gitano
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