Lionel Berthier

Representa a la naturaleza en su estado primitivo. Es puro fuego, un ser vital que vive en la belleza sin necesidad de caer en el lujo extravagante ni en comprar cosas que no necesita. De primeras, Lion es un hombre que cuestiona su época, tiene una mente crítica y alerta que lo aparta de la mayoría, la apuesta por hacer dinero y prosperar no despierta entusiasmo en Berthier, a él lo mueven otras cosas mucho más importantes, como el deseo de sentirse bien consigo mismo, la vida en el bosque con su plenitud y su caos y la ternura en las relaciones humanas y el placer sexual.

Es provocador por naturaleza, y no le hace falta abrir la boca para que la gente se dé cuenta de ello. Normalmente a los hombres les crispa y a las mujeres las evoca, y sin embargo no es consciente de que ejerce ese magnetismo sobre los demás. Es amado y odiado a partes iguales, pero a él no parece importarle lo más mínimo. Berthier es una persona salvaje, oscura y caótica, como la naturaleza. Se desliga de las normas convencionales y actúa siguiendo su propio código ético y moral. Otorga importancia a los sentimientos, a la humanidad de estos. Y debe ser considerado como una persona intensa que puede expresar rabia, pasión y desprecio con sólo una mirada.

Rebelde, inteligente, culto, guapo y salvaje.


Texto

Lionel siempre ha vivido por la caridad de unos terceros. Sus padres murieron cuando eran jóvenes. Su padre estaba en el ejército y era un soldado raso, es decir un peón que no importó sacrificar en las primeras batallas. En cambio su madre murió al dale a luz. Era doncella en una casa de buena familia y además la tenían mucho aprecio, por lo que dejaron que Lionel se criara en esa casa junto al servicio. Lo único resalable fue que Lionel recibió la misma educación que los  hijos de la familia y por tanto, crecía junto a sus iguales pero sus conocimientos eran superiores a lo que a un chico de su clase le correspondería.

En cuanto tuvo edad suficiente se dedicó a la casa, los hombres del servicio se dedicaban a ser ayudas de cámara, con sus modales y su altanería, pero Lionel odiaba ese trabajo, así que destinaron a las cuadras y más adelante al mantenimiento de la finca. Si bien es cierto que jamás espero terminar dedicándose a la caza de animales y seres sobrenaturales, parecía que el destino le había mantenido con vida para ello. Fue un joven que siempre dependió de terceras personas, en el caso de la educación de sus patrones y en el caso de una familia, de un trabajo y de luchar, dependió de las personas del servicio. Es difícil para un chico crecer sin figuras paternas, sin el amor de una madre, pero el hecho de ser criado en una gran familia le enseñó valores nobles y certeros.

Cuando creció y se dedicó a la enorme finca, se dejaba ver poco por la casa. Le gustaba entretenerse con su trabajo. Pero cuando el ejército necesitaba manos jóvenes, los chicos como él eran los primeros en ser reclutados y así fue. La familia no intervino con él, pero si con sus hijos, no les guardó rencor, entendía que esa familia y había hecho mucho por él y por su familia y que si estaba vivo, sabía leer y escribir era por ellos. Así se despidió de esa casa y marchó al frente.

Sobrevivió al calvario y cuando volvió a París ya licenciado no le reconocieron. El chico escuálido y rubio volvía con más de un metro noventa, con una espalda ancha, hecho un hombre. Le organizaron una gran fiesta de bienvenida y allí conoció a la que sería su mujer. Parecía una buena mujer, pero lo que buscaba era a un pobre infeliz que la mantuviera mientras le era infiel y ridiculizaba de él y su sentido de la honestidad y ese fue Lionel. Nunca le convenció la idea del matrimonio, pero la única salida que encontró fue pedir el divorcio y desaparecer de allí para siempre.  

El único sitio que le quedó fue volver a la casa donde se crió. Cuando volvió afligido, el luto fue su bienvenida. Descubrió que el hijo primogénito del señor había terminado paralítico al caer de su caballo en un derby y que su hija se había cambiado y ahora vivía en Italia con un buen hombre. La señora había muerto por la fiebre el último invierno y el hombre estaba apoyado en un bastón consumiéndose en la soledad de su casa. La impotencia de no continuar cazando a los sobrenaturales le consumía y delegó eso en su pupilo, Lionel.

La muerte volvió a visitar esa casa y esta vez, murió su mentor. La gente se vio desamparada y la herencia fue repartida entre los hijos del señor. Sin embargo, dejó una pequeña parte destinada a Lionel, de forma secreta. Podía vivir con eso, pero solo y sin nada que le llamara la atención de aquella bulliciosa ciudad que era París, decidió apartarse de ella y refugiarse en el único sitio en el que se sentía libre, a gusto: el bosque.





-Sólo cuando se siente a gusto.
-A pesar de tener una vida alejada y parecer un hombre serio y huraño. Lionel es una persona compleja pero sobre todo humana. Quizá por eso le cuesta poco
-Es poco hablador, siempre lo ha sido pero le gusta escuchar a los demás para aprender o para no meter la pata.
-Intenso. Su mirada, su voz, sus gestos, sus manos, sus movimientos, sus caricias. Todo es intenso, salvaje.
-Tiene un perro que le acompaña siempre. Un Husky Siberiano de colores pardos, el cual se llama Lobo.