AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Tiro la ultima carta a la mesa, y con ello el juego finalizaba y de nuevo la reina triunfaba. No sería apropiado para un mujer apostar, sin embargo cuando forma parte de la minoría y apenas te consideran humano las normas tienden a diluirse y mas si quien las incumple es una mujer de un alto prestigio entre las bajas calles.
Sonrío, no había mayor placer para la morena que humillar aquellos que se encargan de dominar y explotar a otros, les gustaba dar lecciones. Necios insolentes, creían que todo sería sencillo pero desde cuando se puede engañar al diablo,aunque este se mostrase hermoso era al fin y al cabo el diablo. Y es que muchos de ellos al tratarse de una mujer habían despreciado su astucia y sobretodo habían quedado cegados por aquella energía tan potente e inalcanzable, era la manzana del paraíso, el camino al pecado. Vestida con ropa de hombre algo rota, que deja entre ver sus sugerentes senos, acomodaba la imagen de fantasía.
Se relamió cual felina sus carnosos labios al observar como las monedas caían entre sus manos.
-Gran partida compañeros- tenía una lengua capaz de dañar al igual que la serpiente mas venenosa, sabía que la violencia verbal aportaba mas beneficio a veces que la física.
Mientras contaba el dinero un grito llego a sus oídos. Un cliente de la taberna intentaba abusar de la joven y apenas mujer camarera, que asustada busca entre la gente un rostro que fuese su salvación. Lagrimas de impotencia caían por el rostro de la victima y nadie absolutamente nadie parecía darse cuenta del sufrimiento que desgarraba su alma.
La sangre hervía la gitana, la ira era dueña de su cuerpo y el impulso e instinto de muerte le llevo a la acción... hoy alguien moriría y no seria ella.
Sin decir absolutamente nada se levanto de la mesa de manera brusca y secante. Algunos sabían lo que se avecina y se acomodado para disfrutar del espectáculo, verla manejar el látigo era digno de alabanza. A decir verdad no era la líder de un clan de ladrón solo por su cara bonita.
Hábilmente, su pequeña mano agarro su mas preciada arma y esta lanzada como flecha quedo enredada en el cuelo del hombre en solo un segundo sin fallo alguno. El barullo del lugar se silencio, las respiraciones se cortaron y los latidos aumentaron. Aunque la gitana no midiese mas de un medio metro el halo de salvadora realmente era impresionante.
-Será mejor asqueroso, que quites tus manos de la muchacha sino quieres perder la vida.Mantenía tensa la cuerda, el hilo de la vida del hombre estaba en manos de la guerrera y aun así se atrevio a insultarla.
Callate asquersoa put....
Zas fue lo único que se oyo, la sentencia de muerte habia llegado y el cuerpo sin vida del borracho quedada tendido en el suelo, en señal del poder de la joven.
Sonrío, no había mayor placer para la morena que humillar aquellos que se encargan de dominar y explotar a otros, les gustaba dar lecciones. Necios insolentes, creían que todo sería sencillo pero desde cuando se puede engañar al diablo,aunque este se mostrase hermoso era al fin y al cabo el diablo. Y es que muchos de ellos al tratarse de una mujer habían despreciado su astucia y sobretodo habían quedado cegados por aquella energía tan potente e inalcanzable, era la manzana del paraíso, el camino al pecado. Vestida con ropa de hombre algo rota, que deja entre ver sus sugerentes senos, acomodaba la imagen de fantasía.
Se relamió cual felina sus carnosos labios al observar como las monedas caían entre sus manos.
-Gran partida compañeros- tenía una lengua capaz de dañar al igual que la serpiente mas venenosa, sabía que la violencia verbal aportaba mas beneficio a veces que la física.
Mientras contaba el dinero un grito llego a sus oídos. Un cliente de la taberna intentaba abusar de la joven y apenas mujer camarera, que asustada busca entre la gente un rostro que fuese su salvación. Lagrimas de impotencia caían por el rostro de la victima y nadie absolutamente nadie parecía darse cuenta del sufrimiento que desgarraba su alma.
La sangre hervía la gitana, la ira era dueña de su cuerpo y el impulso e instinto de muerte le llevo a la acción... hoy alguien moriría y no seria ella.
Sin decir absolutamente nada se levanto de la mesa de manera brusca y secante. Algunos sabían lo que se avecina y se acomodado para disfrutar del espectáculo, verla manejar el látigo era digno de alabanza. A decir verdad no era la líder de un clan de ladrón solo por su cara bonita.
Hábilmente, su pequeña mano agarro su mas preciada arma y esta lanzada como flecha quedo enredada en el cuelo del hombre en solo un segundo sin fallo alguno. El barullo del lugar se silencio, las respiraciones se cortaron y los latidos aumentaron. Aunque la gitana no midiese mas de un medio metro el halo de salvadora realmente era impresionante.
-Será mejor asqueroso, que quites tus manos de la muchacha sino quieres perder la vida.Mantenía tensa la cuerda, el hilo de la vida del hombre estaba en manos de la guerrera y aun así se atrevio a insultarla.
Callate asquersoa put....
Zas fue lo único que se oyo, la sentencia de muerte habia llegado y el cuerpo sin vida del borracho quedada tendido en el suelo, en señal del poder de la joven.
Katalina Alonso- Gitano
- Mensajes : 86
Fecha de inscripción : 01/10/2010
Re: ..Ten cuidado-libre
Era más que obvio que Thibault no buscaba un simple tarro de cerveza en ese lugar al que había entrado apenas había oscurecido. Un líquido tan corriente jamás podría suplantar la delicia de saborear una buena porción de esa joya color carmín emanando del cuello de algún desdichado humano. Hombre o mujer, ¿que más daba? El sexo no era importante, aunque si de elegir se trataba jamás compararía el sabor de la sangre de una bella mujercita. Se le hacia agua la boca.
Bebió con hastío un poco de la bebida que una apetitosa camarera amablemente le había servido y de pronto lo aburrido del sitio se vio coronado por un tumulto del que una mujer con poca apariencia femenina era protagonista. El ruido sordo de un látigo se hizo escuchar y los felinos ojos de Thibault no tuvieron problema al identificar a la victima. Un hombre con facha mugrienta caía al piso sin vida, con el artefacto enredado en el cuello.
Ah, era una lastima, una verdadera lastima que la regla numero uno de los vampiros fuese el no beber jamás sangre de un muerto, puesto eso significaría que la muerte le arrebataría la “vida” también.
El silencio impero en el lugar de mala muerte, nadie se atrevió a decir nada, decenas de hombres y mujeres miraban fijamente y quizás con algo de temor lo que acababa de ocurrir, miraban con asombro a la chica, uno de los cantineros fue el primero en romperlo cuando se acerco a la victima tomándole de la muñeca.
- Esta muerto. – El asombro y miedo se apoderaron del incrédulo hombre que acababa de corroborar que el pulso no formaba parte ya de ese cuerpo. – ¡Rápido, llamen a la ley! – Pidió a la multitud lanzando una mirada reprobatoria a la mujer asesina. El ruido y tumulto tomo protagonismo en el lugar esta vez.
Thibault se mantuvo con la mirada fija en la criminal, algo en ella definitivamente había logrado cautivarlo, probablemente esa valentía que transpiraba a pesar de la situación. Las mujeres con agallas siempre le habían atraído, había encontrado a su victima…
- No hace falta. – Exclamo con voz grave poniéndose de pie casi de un salto. Avanzo con pasos seguros y elegantes por el lugar y se abrió paso hacia donde se encontraba el cuerpo sin vida, sobre el cual coloco su mano sobre el cuello para sumar credibilidad a su actuación. – Efectivamente este hombre ha muerto, pero no hace falta avisar a nadie, afortunadamente un hombre que trabaja para la ley ha estado presente hoy y ha sido testigo de cómo ocurrieron las cosas. - Le dirigió una mirada cómplice a la joven del látigo. – Todos hemos visto que ha sido en defensa de esa pobre criatura, ¿no es así? – La muchacha que había sido atacada y defendida aun temblaba cuando le mencionaron. – Por favor, le rugo tenga mas cuidado con ese tipo de cosas. – Reprimió al cantinero mirándolo por última vez. – Y usted, ¿seria tan amable de acompañarme? – Pidió a la mujer con apariencia masculina y empezó a andar hacia el exterior de la taberna, estando seguro que esta le seguiría por lo que acababa de hacer.
Bebió con hastío un poco de la bebida que una apetitosa camarera amablemente le había servido y de pronto lo aburrido del sitio se vio coronado por un tumulto del que una mujer con poca apariencia femenina era protagonista. El ruido sordo de un látigo se hizo escuchar y los felinos ojos de Thibault no tuvieron problema al identificar a la victima. Un hombre con facha mugrienta caía al piso sin vida, con el artefacto enredado en el cuello.
Ah, era una lastima, una verdadera lastima que la regla numero uno de los vampiros fuese el no beber jamás sangre de un muerto, puesto eso significaría que la muerte le arrebataría la “vida” también.
El silencio impero en el lugar de mala muerte, nadie se atrevió a decir nada, decenas de hombres y mujeres miraban fijamente y quizás con algo de temor lo que acababa de ocurrir, miraban con asombro a la chica, uno de los cantineros fue el primero en romperlo cuando se acerco a la victima tomándole de la muñeca.
- Esta muerto. – El asombro y miedo se apoderaron del incrédulo hombre que acababa de corroborar que el pulso no formaba parte ya de ese cuerpo. – ¡Rápido, llamen a la ley! – Pidió a la multitud lanzando una mirada reprobatoria a la mujer asesina. El ruido y tumulto tomo protagonismo en el lugar esta vez.
Thibault se mantuvo con la mirada fija en la criminal, algo en ella definitivamente había logrado cautivarlo, probablemente esa valentía que transpiraba a pesar de la situación. Las mujeres con agallas siempre le habían atraído, había encontrado a su victima…
- No hace falta. – Exclamo con voz grave poniéndose de pie casi de un salto. Avanzo con pasos seguros y elegantes por el lugar y se abrió paso hacia donde se encontraba el cuerpo sin vida, sobre el cual coloco su mano sobre el cuello para sumar credibilidad a su actuación. – Efectivamente este hombre ha muerto, pero no hace falta avisar a nadie, afortunadamente un hombre que trabaja para la ley ha estado presente hoy y ha sido testigo de cómo ocurrieron las cosas. - Le dirigió una mirada cómplice a la joven del látigo. – Todos hemos visto que ha sido en defensa de esa pobre criatura, ¿no es así? – La muchacha que había sido atacada y defendida aun temblaba cuando le mencionaron. – Por favor, le rugo tenga mas cuidado con ese tipo de cosas. – Reprimió al cantinero mirándolo por última vez. – Y usted, ¿seria tan amable de acompañarme? – Pidió a la mujer con apariencia masculina y empezó a andar hacia el exterior de la taberna, estando seguro que esta le seguiría por lo que acababa de hacer.
Thibault Colville- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 04/06/2010
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Re: ..Ten cuidado-libre
Ni lo mas minino podía molestar a la ladrona aquellas miradas enfurecidas. Si, lo haba matado pero no todo hombre es digno de vivir y mas si emplea su diversión a costa del sufrimiento de otros. Podía llegar ser cruel , dura pero nunca injusta, aunque claro su ética se alejaba bastante de lo que muchos consideraban políticamente correcto. Pero para ella lo correcto no era mas que un discurso creado por los de arriba para oprimir a los de abajo, que aveces idiotas como ahora, consideran ciertas cosas naturales y propias de la vida, aceptando el fatalismo de un vida empobrecida como un postulado más de la ley.
-Escuchad- ante el silencio su voz sonaba con más decisión incluso las palabras parecían cortar el aire.- Nunca permitiere y menos en mi zonas, que uno de vosotros- señalo a un hombre cualquiera de entre el lugar- hagáis daño a una mujer. Busco a la pequeña y dulce camarera, estaba temblando haber estado cercanía a la verdadera y mas lenta muerte hace de cualquier no mas que un trozo de carne lamentable. Katalina le sonrío levemente no podía mostrar débil y menos ante esa jauría. Pero aquella suave pincelada de calidez, reconforto a la protegida, la cual le estaría eternamente agradecida.
Aun se mantenía en el centro del lugar, dejando al que aprecia ser el jefe comprobarme algo que todo sabían. Aplaudió de manera sarcástica la frase del mesero
-Oh dios me abruma se inteligencia-
Sabía lo que venía después, era casi una rutina diaria, salva alguien y echa correr que vienen la ley. Sin embargo esta vez no, el porque de este cambio radical , era un hombre que vestía lujosos trajes y mostraba una apariencia masculina mezclada con cierta altivez, que le impedía resultar un hombre rudo. Las feminas del lugar lo devoraron con la mirada, aun encima parecía adoptar rol de príncipes azul, triunfante en todos sus aspectos. La ladrona hizo una mueca de asco, quien se creía para ayudarla acaso no veía que sí era capaz de matar un hombre un puñado de guardias sera algo de niños.
Marcho tras el enfurecida , había dañado su orgullo aquel hombre lo lamentaría, aunque ni si quería ella sabia....si eso supondría un castigo o un premio para el.
-Pero quien te crees tu para venir a salvarme- le cogió del brazo para obligarle a mirarle a la cara-No quiero deberte ningún favor ni mucho menos creas, que necesito algo de un hombre. Sus obres negras cual carbón , no se apartaban del, como si quisiesen absorber su alma. Azules cristalinas, como el mar, e igual de profundas que este ala luz de ojos de los mortales bello, para aquello incautos y poco precavidos que se hundían en el la muerte dolorosa les esperaba.
Igual resultaba un enemigo admirable....
Si era el problema por lo que la población masculina , le tenía cierto despreció no era un princesa ni una dama, y el no poder protegerla les producía una impotencia que acababa en agobio..
-Escuchad- ante el silencio su voz sonaba con más decisión incluso las palabras parecían cortar el aire.- Nunca permitiere y menos en mi zonas, que uno de vosotros- señalo a un hombre cualquiera de entre el lugar- hagáis daño a una mujer. Busco a la pequeña y dulce camarera, estaba temblando haber estado cercanía a la verdadera y mas lenta muerte hace de cualquier no mas que un trozo de carne lamentable. Katalina le sonrío levemente no podía mostrar débil y menos ante esa jauría. Pero aquella suave pincelada de calidez, reconforto a la protegida, la cual le estaría eternamente agradecida.
Aun se mantenía en el centro del lugar, dejando al que aprecia ser el jefe comprobarme algo que todo sabían. Aplaudió de manera sarcástica la frase del mesero
-Oh dios me abruma se inteligencia-
Sabía lo que venía después, era casi una rutina diaria, salva alguien y echa correr que vienen la ley. Sin embargo esta vez no, el porque de este cambio radical , era un hombre que vestía lujosos trajes y mostraba una apariencia masculina mezclada con cierta altivez, que le impedía resultar un hombre rudo. Las feminas del lugar lo devoraron con la mirada, aun encima parecía adoptar rol de príncipes azul, triunfante en todos sus aspectos. La ladrona hizo una mueca de asco, quien se creía para ayudarla acaso no veía que sí era capaz de matar un hombre un puñado de guardias sera algo de niños.
Marcho tras el enfurecida , había dañado su orgullo aquel hombre lo lamentaría, aunque ni si quería ella sabia....si eso supondría un castigo o un premio para el.
-Pero quien te crees tu para venir a salvarme- le cogió del brazo para obligarle a mirarle a la cara-No quiero deberte ningún favor ni mucho menos creas, que necesito algo de un hombre. Sus obres negras cual carbón , no se apartaban del, como si quisiesen absorber su alma. Azules cristalinas, como el mar, e igual de profundas que este ala luz de ojos de los mortales bello, para aquello incautos y poco precavidos que se hundían en el la muerte dolorosa les esperaba.
Igual resultaba un enemigo admirable....
Si era el problema por lo que la población masculina , le tenía cierto despreció no era un princesa ni una dama, y el no poder protegerla les producía una impotencia que acababa en agobio..
Katalina Alonso- Gitano
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Fecha de inscripción : 01/10/2010
Re: ..Ten cuidado-libre
Afuera el frío calaba hasta los huesos, la poca gente que había en la calle a esas horas hacia evidente la lucha que llevaba a cabo por mantener su cuerpo caliente ante uno de los climas más crudos jamás vistos, pero no Thibault, el era incluso más frío que el mismo invierno.
Siguió caminando con tanta soltura que casi daba la impresión de que no tocaba el piso, esa perfección sobrenatural que lo abrazaba desde el día de su conversión en criatura de la noche, parecía jamás abandonarlo, todo lo contrario, se intensificaba con el paso de los días, cada vez que bebía la sangre de algún mortal, era como sumarle potencia poco a poco, un cuento de nunca acabar. Su oído altamente desarrollado le permitió poder escuchar lo que la asesina a la que acababa de sacar del apuro decía en el interior de la taberna, una amenaza lanzada a los ahí presentes fue la manera que esta había elegido como despedida para luego salir del lugar tras de el a pasos agigantados, alcanzándolo finalmente.
Una sonrisa apareció en la boca del vampiro al escuchar lo que esta de recriminaba, una que ella aun no lograba ver ya que seguía caminando como si la ignorara por completo. La rabia brotaba como lava de los labios de la morena, bien pudo seguir caminando hasta llegar a algún callejón oscuro y justo ahí lanzarse a su yugular y acabar con ese teatro de una vez por todas, pero ella le obligo a parar en seco cuando lo tironeo del brazo obligándolo a girar su cuerpo en dirección a ella. Entonces ocurrió, por primera vez los ojos del sediento vampiro se posaron sobre ese rostro animado por el disgusto, la sonrisa hizo acto de aparición por segunda ocasión, todavía mas intensificada por lo irónico de la situación.
- Es usted una mujer de grandes expectativas. – La voz del vampiro era lo mas calmo que se había escuchado en años, como si incluso sintiera pereza de la situación en la que se había envuelto minutos atrás. – Se adelanta a los hechos, sufre usted del mal de la ansiedad… - Los mezquinos ojos recorrieron la anatomía de la mujer de apariencia masculina en un intento de analizar a que clase social pertenecía, aunque no hacia falta ser un idiota para comprobar que era una de clase baja, probablemente gitana o algo parecido. “No quiero deberle nada a un hombre” Cito la frase en su cabeza con ironía, si tan solo supiera que había dejado de serlo apenas un año atrás.
Un suspiro escapo de sus labios, para luego volver a posar la vista en los rabiosos ojos de la mujer de piel cobriza. Era hora de dejar los juegos, de ir directo al grano. Dio un paso al frente el cual acorto bastante la distancia que los separaba, acerco su rostro al de ella y la olfateo con disimulo, deliciosa, si… – ¿Y quien le ha dicho que he venido a salvarla? – Una de sus manos se alzo para tocar el cuello de su victima en potencia, posándola justamente sobre la vena que salía a relucir a causa de su enojo. – Me gustan las mujeres con agallas…
Siguió caminando con tanta soltura que casi daba la impresión de que no tocaba el piso, esa perfección sobrenatural que lo abrazaba desde el día de su conversión en criatura de la noche, parecía jamás abandonarlo, todo lo contrario, se intensificaba con el paso de los días, cada vez que bebía la sangre de algún mortal, era como sumarle potencia poco a poco, un cuento de nunca acabar. Su oído altamente desarrollado le permitió poder escuchar lo que la asesina a la que acababa de sacar del apuro decía en el interior de la taberna, una amenaza lanzada a los ahí presentes fue la manera que esta había elegido como despedida para luego salir del lugar tras de el a pasos agigantados, alcanzándolo finalmente.
Una sonrisa apareció en la boca del vampiro al escuchar lo que esta de recriminaba, una que ella aun no lograba ver ya que seguía caminando como si la ignorara por completo. La rabia brotaba como lava de los labios de la morena, bien pudo seguir caminando hasta llegar a algún callejón oscuro y justo ahí lanzarse a su yugular y acabar con ese teatro de una vez por todas, pero ella le obligo a parar en seco cuando lo tironeo del brazo obligándolo a girar su cuerpo en dirección a ella. Entonces ocurrió, por primera vez los ojos del sediento vampiro se posaron sobre ese rostro animado por el disgusto, la sonrisa hizo acto de aparición por segunda ocasión, todavía mas intensificada por lo irónico de la situación.
- Es usted una mujer de grandes expectativas. – La voz del vampiro era lo mas calmo que se había escuchado en años, como si incluso sintiera pereza de la situación en la que se había envuelto minutos atrás. – Se adelanta a los hechos, sufre usted del mal de la ansiedad… - Los mezquinos ojos recorrieron la anatomía de la mujer de apariencia masculina en un intento de analizar a que clase social pertenecía, aunque no hacia falta ser un idiota para comprobar que era una de clase baja, probablemente gitana o algo parecido. “No quiero deberle nada a un hombre” Cito la frase en su cabeza con ironía, si tan solo supiera que había dejado de serlo apenas un año atrás.
Un suspiro escapo de sus labios, para luego volver a posar la vista en los rabiosos ojos de la mujer de piel cobriza. Era hora de dejar los juegos, de ir directo al grano. Dio un paso al frente el cual acorto bastante la distancia que los separaba, acerco su rostro al de ella y la olfateo con disimulo, deliciosa, si… – ¿Y quien le ha dicho que he venido a salvarla? – Una de sus manos se alzo para tocar el cuello de su victima en potencia, posándola justamente sobre la vena que salía a relucir a causa de su enojo. – Me gustan las mujeres con agallas…
Thibault Colville- Vampiro Clase Alta
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Re: ..Ten cuidado-libre
Apartó de un golpe seco la mano del hombre de su cuello, sin retroceder ni un solo centímetro. Si le gustaban las mujeres con agallas, katalina le iba encantar,valiente como el más agresivo de los soldados era.
Sus rostros estaban próximos, cercanos, las respiraciones de ambos acariciaran de manera mutua las respectivas pieles. Por qué incluso en aquello demostraba una tranquilidad mezclada con cierto elitismo, que le irritaba con creces y es que para la gitana las personas que nadaban sin prisas estimulaban cierta rabia y curiosidad, pues ella era incapaz de vivir así.
Sí el hombre creía haber encontrado una presa, estaba en el más absoluto error, porque ella era la gata quien ponía las reglas y el ratón quien se limitaba a huir o si la cosa se ponía interesante a cumplirlas. El juego comenzaba y el ratón ya había dado su paso ahora le tocaba a la picara y mala gata usas sus trampas felinas.
Dio un paso, y con ello los escasos centímetros que separaban los cuerpo desaparecieron. Aspiro de nuevo, olía pintura y al humo, probablemente de la taberna. Así que pintor, esta noche tendría la suficientes vivencias para pintar durante el resto del año , aunque claro el decidiría de color.
Sus pequeñas manos morenas, algo magullas por la mala vida se posaron sobre el cuello de su camisa, y sus carnosos labios de aspecto suculento le hablaron muy muy cerca, y lentamente como si cada palabras un pecado fuera.... lujuria, avaricia.....todo ello en la mera pronunciación
Sabe a mi como me gustan los hombre- sus manos traviesas se deslizaron, imitando el movimiento de una vil serpiente .Primero su torso después su cintura, parecía que el mordico no tardaría en venir .Finalmente llegaron, al lugar donde la virilidad y masculinidad del hombre tomaba su expresión y ! ñam ¡ el mordisco dado. Una de sus manos, lo agarra sin apretar los suficiente como para hacerle pero si para incomodarlo- castrados- su voz camio radicalmente, la seducción dejo paso a la ira levemente contenida-seguro que no quieres que apreté más, así que me dar todo lo que tienes.
A los ojos de los pocos caminantes, la pareja parecía disfruta de un apasionados momento demasiado fogoso para el puritanismo de la época y por esa ridícula y estricta moral el plan de la joven no salio también. Pues mujer de alta alcurnia aprecia chillarles cientos de ofensivas tales como degenerados o pervertidos y bla bla bla. Se vio obligada introducirse junto con su futuro banco de monedas en ña oscuridad y abismo del solitario callejón cercano. Mala idea y pronto sabría porqué.
user: no te sientas ofendido por el acto de kat apenas le esta haciendo daño solo es un amenaza
Sus rostros estaban próximos, cercanos, las respiraciones de ambos acariciaran de manera mutua las respectivas pieles. Por qué incluso en aquello demostraba una tranquilidad mezclada con cierto elitismo, que le irritaba con creces y es que para la gitana las personas que nadaban sin prisas estimulaban cierta rabia y curiosidad, pues ella era incapaz de vivir así.
Sí el hombre creía haber encontrado una presa, estaba en el más absoluto error, porque ella era la gata quien ponía las reglas y el ratón quien se limitaba a huir o si la cosa se ponía interesante a cumplirlas. El juego comenzaba y el ratón ya había dado su paso ahora le tocaba a la picara y mala gata usas sus trampas felinas.
Dio un paso, y con ello los escasos centímetros que separaban los cuerpo desaparecieron. Aspiro de nuevo, olía pintura y al humo, probablemente de la taberna. Así que pintor, esta noche tendría la suficientes vivencias para pintar durante el resto del año , aunque claro el decidiría de color.
Sus pequeñas manos morenas, algo magullas por la mala vida se posaron sobre el cuello de su camisa, y sus carnosos labios de aspecto suculento le hablaron muy muy cerca, y lentamente como si cada palabras un pecado fuera.... lujuria, avaricia.....todo ello en la mera pronunciación
Sabe a mi como me gustan los hombre- sus manos traviesas se deslizaron, imitando el movimiento de una vil serpiente .Primero su torso después su cintura, parecía que el mordico no tardaría en venir .Finalmente llegaron, al lugar donde la virilidad y masculinidad del hombre tomaba su expresión y ! ñam ¡ el mordisco dado. Una de sus manos, lo agarra sin apretar los suficiente como para hacerle pero si para incomodarlo- castrados- su voz camio radicalmente, la seducción dejo paso a la ira levemente contenida-seguro que no quieres que apreté más, así que me dar todo lo que tienes.
A los ojos de los pocos caminantes, la pareja parecía disfruta de un apasionados momento demasiado fogoso para el puritanismo de la época y por esa ridícula y estricta moral el plan de la joven no salio también. Pues mujer de alta alcurnia aprecia chillarles cientos de ofensivas tales como degenerados o pervertidos y bla bla bla. Se vio obligada introducirse junto con su futuro banco de monedas en ña oscuridad y abismo del solitario callejón cercano. Mala idea y pronto sabría porqué.
user: no te sientas ofendido por el acto de kat apenas le esta haciendo daño solo es un amenaza
Katalina Alonso- Gitano
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Fecha de inscripción : 01/10/2010
Re: ..Ten cuidado-libre
Los gitanos tenían cierto encanto que Thibault no lograba explicarse del todo, quizás era el hecho de la fama de rebeldes que tenían desde el inicio de sus días, quizás era la fama de ladrones con la que tenían que cargar día a día o…quizás era ese espíritu bravío que era obvio, Katalina tenia bien posicionado. No sintió la minima de las molestias en cuanto esta le aparto grosera y rabiosamente la mano de su delicioso cuello, todo lo contrario, ese tipo de actos –y más si eran provenientes de una mujer- lograban fascinarlo. Oh Katalina, ingenua criatura…en que lío acaba de meterse.
Aspiro aun con más fuerza cuando la tuvo mas cerca, el aroma le resultaba casi embriagante y si se tenía en cuenta el hecho de que el vampiro estaba sediento, todavía más. Se le hacia agua la boca de solo ver las venas saltar en su frente a causa de la rabia constante que no sentía pudor en hacer notar, solo podía pensar en esa deliciosa sensación de sus colmillos penetrando la piel suave y cobriza y ella suplicando por un poco de piedad, implorando.
Sintió la mano recorrerle el pecho, el abdomen…y finalmente llegar a la parte baja mientras bañaba su rostro de mármol con el aliento dulzón que despedía su calido cuerpo, en el fondo sabia que era demasiado extraño que de pronto la gitana hubiese dejado de lado el enojo de minutos antes para luego seducirlo, pero como todo vampiro macho, no impidió la cercanía entre ambos y quiso saber hasta donde era capaz de llegar. Una presión se ejerció en sus partes nobles, la mano de la gitana lo había tomado por sorpresa, pero ese no era motivo suficiente para ponerle un alto, si no todo lo contrario. ¿Lo estaba provocando por medio de amenazas? Vaya, esta mujer si que había dado en el clavo.
El vampiro se apresuro a colocar su mano sobre la de ella antes de que pudiera quitarla de la zona viril donde se encontraba, incluso se atrevió a presionar mas para demostrarle que el miedo no había sido nunca parte de sus amistades. Y le mantuvo la mirada para luego acercarse al oído. – Si, bastante ansiosa, no he errado al asegurarlo. – Susurro con sensualidad, como si la escena fuese en medio de un salón abarrotado y no quisiera que los fisgones metieran sus narices donde nadie les llama. - ¿Qué vas a hacer? ¿Arrancármelo? – Profirió las palabras que bien podrían ser tomadas como un reto a la gitana, un artefacto hizo acto de aparición en la cintura de la mujer: el látigo que había servido para asesinar al hombre de la taberna brillaba ante sus ojos. - ¿Es con eso con lo que sometes a tus “victimas”? Interesante… - Un aire de burla se dejo entrever en sus palabras. Thibault era un vampiro, ¿por que simplemente no acabar con la jugarreta de una vez por todas? No, esto era todavía más divertido, la mujer lo valía, quería ver hasta donde estaba dispuesta a llegar.
– Si tanto lo quieres, ¿por que no lo tomas por ti misma? Sírvete, no voy a poner resistencia. – Le invito luego de que esta le pidiera que le entregara todo lo que llevara consigo. ¿Que humano se atrevía a querer robar a un vampiro? ¿A querer humillarlo? Probablemente solo una ingenua que no sabia lo que le esperaba.
Aspiro aun con más fuerza cuando la tuvo mas cerca, el aroma le resultaba casi embriagante y si se tenía en cuenta el hecho de que el vampiro estaba sediento, todavía más. Se le hacia agua la boca de solo ver las venas saltar en su frente a causa de la rabia constante que no sentía pudor en hacer notar, solo podía pensar en esa deliciosa sensación de sus colmillos penetrando la piel suave y cobriza y ella suplicando por un poco de piedad, implorando.
Sintió la mano recorrerle el pecho, el abdomen…y finalmente llegar a la parte baja mientras bañaba su rostro de mármol con el aliento dulzón que despedía su calido cuerpo, en el fondo sabia que era demasiado extraño que de pronto la gitana hubiese dejado de lado el enojo de minutos antes para luego seducirlo, pero como todo vampiro macho, no impidió la cercanía entre ambos y quiso saber hasta donde era capaz de llegar. Una presión se ejerció en sus partes nobles, la mano de la gitana lo había tomado por sorpresa, pero ese no era motivo suficiente para ponerle un alto, si no todo lo contrario. ¿Lo estaba provocando por medio de amenazas? Vaya, esta mujer si que había dado en el clavo.
El vampiro se apresuro a colocar su mano sobre la de ella antes de que pudiera quitarla de la zona viril donde se encontraba, incluso se atrevió a presionar mas para demostrarle que el miedo no había sido nunca parte de sus amistades. Y le mantuvo la mirada para luego acercarse al oído. – Si, bastante ansiosa, no he errado al asegurarlo. – Susurro con sensualidad, como si la escena fuese en medio de un salón abarrotado y no quisiera que los fisgones metieran sus narices donde nadie les llama. - ¿Qué vas a hacer? ¿Arrancármelo? – Profirió las palabras que bien podrían ser tomadas como un reto a la gitana, un artefacto hizo acto de aparición en la cintura de la mujer: el látigo que había servido para asesinar al hombre de la taberna brillaba ante sus ojos. - ¿Es con eso con lo que sometes a tus “victimas”? Interesante… - Un aire de burla se dejo entrever en sus palabras. Thibault era un vampiro, ¿por que simplemente no acabar con la jugarreta de una vez por todas? No, esto era todavía más divertido, la mujer lo valía, quería ver hasta donde estaba dispuesta a llegar.
– Si tanto lo quieres, ¿por que no lo tomas por ti misma? Sírvete, no voy a poner resistencia. – Le invito luego de que esta le pidiera que le entregara todo lo que llevara consigo. ¿Que humano se atrevía a querer robar a un vampiro? ¿A querer humillarlo? Probablemente solo una ingenua que no sabia lo que le esperaba.
Off: Para nada me he ofendido, todo lo contrario, sientete libre de hacer lo que mas te guste hahaha, me ha encantado tu respuesta. ¡Esta gitana muerde!
Thibault Colville- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 04/06/2010
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Re: ..Ten cuidado-libre
Una muesca de asco se mostró de nuevo, cuando el apuesto y atrevido vampiro le obligo mantener el contacto en aquella zona. Oh sí, al fin un hombre capaz de hacerle frente, pocos quedaban de esos por no decir que no había ningún quien en su sano juicio con cierto sentido común se acercaría una mujer capaz de destrozarlo en segundo.... solo un loco o un valiente o ambos de los dos podría hacerlo, ya katalina le encantaban los dos. Por añadidura tenía dinero....interesante manjar.
Aparto su mano del lugar enfurecida, su plan no había funcionando en absoluto, tendría que ser mas directa o mejor sutil, bueno eso último ya lo comprobaría, si quería el dinero. Las condiciones eran propicias para jugar con ventaja, no había luz, por lo tanto la oscuridad cubría lo suficiente los dos cuerpo y los movimientos se hacían menos visibles y predecibles. No podría pararla si era lo suficiente astuta como para actuar, y gracias a dios astucia le sobraba.
Se alejo del cuerpo del hombre la partida se volvía interesante y la puesta era cada vez mayor , sin embargo ninguno de los dos sabia que apostaban si el orgullo, el dinero o algo más. Y aunque parecía que el hombre se dejaba la cosas fáciles a katalina no le estimulaban los mas mínimo por eso robaba a grandes reyes y a importantes empresarios, el riego era excitante y enloquecedor y sacaban los instintos mas bajo dela joven...como pronto comprobaría el elegante vampiro.
-Esta preciosidad- saco cuidadosamente el látigo enrollado de su cintura, se puedo oír el sonido al caer la punta de éste al suelo- te hará ver el infierno, querido y gustosa te lo enseñare- el movimiento de látigo corto el aire- Te sale si jugamos a polis y ladrones- rió picaramente y la notas mas melodiosas de su boca salieron inundando el lugar, y otorgando cierto clima de maldad, perversión y sobretodo rabia.
Su arma que parecía corresponde a los deseos de su controladora se enrollo en la manos del hombre, atándolo, solo necesito un empujón para hacerle casi caer sobre ella.
-Veamos que tienes aquí ladronzuelo- mordió su labio inferior, fuertemente su intención no era provocarle placer sino miedo. Por unos instantes degusto su sabor, amargo al igual que el, parecía que la vida no era de su gusto, en ello no se metería por ahora- A ver a ver...- su mano se introdujo como si aire fuese con ligereza y suavidad, en uno de los bolsillos traseros, ahí no había nada mas que papeles. Ahora se encamino hasta la parte delantera, introdujo su mano en el bolsillo derecho, nada, después en el izquierdo, premio- huy que bien encontré lo que quería.
Cogió la cartera, no podía mirar cuanto levaba necesitaba una de sus manos para mantener el látigo tenso.
-Que pena cariño, yo ya tengo lo que quiero y tu te vas a quedar sin lo que quieres... lo siento la vida es injusta-seguía sin apartar al hombre de ella, quería ver si daba algo mas de guerra.
Aparto su mano del lugar enfurecida, su plan no había funcionando en absoluto, tendría que ser mas directa o mejor sutil, bueno eso último ya lo comprobaría, si quería el dinero. Las condiciones eran propicias para jugar con ventaja, no había luz, por lo tanto la oscuridad cubría lo suficiente los dos cuerpo y los movimientos se hacían menos visibles y predecibles. No podría pararla si era lo suficiente astuta como para actuar, y gracias a dios astucia le sobraba.
Se alejo del cuerpo del hombre la partida se volvía interesante y la puesta era cada vez mayor , sin embargo ninguno de los dos sabia que apostaban si el orgullo, el dinero o algo más. Y aunque parecía que el hombre se dejaba la cosas fáciles a katalina no le estimulaban los mas mínimo por eso robaba a grandes reyes y a importantes empresarios, el riego era excitante y enloquecedor y sacaban los instintos mas bajo dela joven...como pronto comprobaría el elegante vampiro.
-Esta preciosidad- saco cuidadosamente el látigo enrollado de su cintura, se puedo oír el sonido al caer la punta de éste al suelo- te hará ver el infierno, querido y gustosa te lo enseñare- el movimiento de látigo corto el aire- Te sale si jugamos a polis y ladrones- rió picaramente y la notas mas melodiosas de su boca salieron inundando el lugar, y otorgando cierto clima de maldad, perversión y sobretodo rabia.
Su arma que parecía corresponde a los deseos de su controladora se enrollo en la manos del hombre, atándolo, solo necesito un empujón para hacerle casi caer sobre ella.
-Veamos que tienes aquí ladronzuelo- mordió su labio inferior, fuertemente su intención no era provocarle placer sino miedo. Por unos instantes degusto su sabor, amargo al igual que el, parecía que la vida no era de su gusto, en ello no se metería por ahora- A ver a ver...- su mano se introdujo como si aire fuese con ligereza y suavidad, en uno de los bolsillos traseros, ahí no había nada mas que papeles. Ahora se encamino hasta la parte delantera, introdujo su mano en el bolsillo derecho, nada, después en el izquierdo, premio- huy que bien encontré lo que quería.
Cogió la cartera, no podía mirar cuanto levaba necesitaba una de sus manos para mantener el látigo tenso.
-Que pena cariño, yo ya tengo lo que quiero y tu te vas a quedar sin lo que quieres... lo siento la vida es injusta-seguía sin apartar al hombre de ella, quería ver si daba algo mas de guerra.
Katalina Alonso- Gitano
- Mensajes : 86
Fecha de inscripción : 01/10/2010
Re: ..Ten cuidado-libre
El juego continuo y Thibault, vaya que lo estaba gozando, no todos los días se encontraba con mujeres como esa, en absoluto se arrepentía de haber acudido esa noche a ese lugar de mala muerte donde había estado apenas algunos minutos. Sus ojos no dejaban de observarla, fascinado, intrigado por esa valentía que pocas féminas demostraban en esa época en la que se vivía, tan conservadora, tan educada, tan escasa de emociones fuertes en la que se sumergía la sociedad diariamente. Quizás era hora de frecuentar más las zonas de los gitanos, la diversión se escondía entre sus carpas. ¡De cuanto se estaba perdiendo!
- El infierno… - Cito el vampiro de manera analítica, apartando la vista de la mujer por apenas breves segundos. - Mmmm…si, ya he estado ahí antes. – Hablo el vampiro con toda la calma del mundo, como si el robo que le estaba practicando la morena fuese lo más normal del mundo. Las manos estaban atadas con el látigo en un nudo que aparentaba ser bastante difícil de desamarrar, pero que al vampiro le seria sumamente fácil deshacer haciendo uso de sus habilidades y fuerza que ser vampiro le otorgaba. Pero no, siguió con su juego, haciéndole creer que ella tenía el control de las cosas, que el no era más que una de sus victimas, siendo que de poco los papeles se verían invertidos sin remedio alguno.
Permaneció inmóvil mientras la mujer de piel cobriza buscaba entre sus elegantes ropas algo de valor que pudiese hurtar, hasta que finalmente apareció la billetera, la cual abrió apenas por algunos instantes para corroborar que efectivamente, había plata. Thibault sonrío ante el rostro de triunfo que la morena demostraba, debía aceptar que tenía cierto encanto que los comunes ladrones no solían poseer.
- ¿Así que eso es todo lo que buscas? ¿Es todo lo que te interesa? Dinero. Arriesgas tu vida por apenas unas cuantas monedas, ¿que tanta satisfacción puede haber en ello? – Enarco una ceja divertido y a pesar de haber hecho preguntas, no espero por las respuestas. - ¿Escuchaste lo que dije allá adentro? – Hizo un movimiento con la cabeza, señalando con la barbilla la taberna de la que habían salido. - ¿Qué te hace creer que no soy lo que he dicho anteriormente y no voy a arrestarte por lo que acabas de hacer? – Una sonrisa todavía más amplia apareció en sus labios, dejando a la vista parte de la dentadura, pero no los colmillos.
Un suspiro escapo de su pecho, signo de que era hora de dejar atrás el jueguito del que había sido partidario. - Bien, creo que ya te has divertido conmigo lo suficiente, ¿no es así? - Aparto su vista de la mujer para centrarla en sus manos que se encontraban atadas. Inesperadamente ejerció una fuerza sobre el nudo, que le permitió zafarse de tal y una vez que tuvo libre las manos tomo el látigo por una de las puntas y lo jalo hacia su pecho, provocando que la mujer que lo sostenía por el otro extremo se acercara mas a el. - Ahora me toca a mí… - La anterior sonrisa se amplio todavía mas, dejando al descubierto esta vez los colmillos para que ella pudiera observarlos y darse cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir. ¿Realmente seria lo suficientemente astuta la gitana para librarse de lo que era inevitable?
- El infierno… - Cito el vampiro de manera analítica, apartando la vista de la mujer por apenas breves segundos. - Mmmm…si, ya he estado ahí antes. – Hablo el vampiro con toda la calma del mundo, como si el robo que le estaba practicando la morena fuese lo más normal del mundo. Las manos estaban atadas con el látigo en un nudo que aparentaba ser bastante difícil de desamarrar, pero que al vampiro le seria sumamente fácil deshacer haciendo uso de sus habilidades y fuerza que ser vampiro le otorgaba. Pero no, siguió con su juego, haciéndole creer que ella tenía el control de las cosas, que el no era más que una de sus victimas, siendo que de poco los papeles se verían invertidos sin remedio alguno.
Permaneció inmóvil mientras la mujer de piel cobriza buscaba entre sus elegantes ropas algo de valor que pudiese hurtar, hasta que finalmente apareció la billetera, la cual abrió apenas por algunos instantes para corroborar que efectivamente, había plata. Thibault sonrío ante el rostro de triunfo que la morena demostraba, debía aceptar que tenía cierto encanto que los comunes ladrones no solían poseer.
- ¿Así que eso es todo lo que buscas? ¿Es todo lo que te interesa? Dinero. Arriesgas tu vida por apenas unas cuantas monedas, ¿que tanta satisfacción puede haber en ello? – Enarco una ceja divertido y a pesar de haber hecho preguntas, no espero por las respuestas. - ¿Escuchaste lo que dije allá adentro? – Hizo un movimiento con la cabeza, señalando con la barbilla la taberna de la que habían salido. - ¿Qué te hace creer que no soy lo que he dicho anteriormente y no voy a arrestarte por lo que acabas de hacer? – Una sonrisa todavía más amplia apareció en sus labios, dejando a la vista parte de la dentadura, pero no los colmillos.
Un suspiro escapo de su pecho, signo de que era hora de dejar atrás el jueguito del que había sido partidario. - Bien, creo que ya te has divertido conmigo lo suficiente, ¿no es así? - Aparto su vista de la mujer para centrarla en sus manos que se encontraban atadas. Inesperadamente ejerció una fuerza sobre el nudo, que le permitió zafarse de tal y una vez que tuvo libre las manos tomo el látigo por una de las puntas y lo jalo hacia su pecho, provocando que la mujer que lo sostenía por el otro extremo se acercara mas a el. - Ahora me toca a mí… - La anterior sonrisa se amplio todavía mas, dejando al descubierto esta vez los colmillos para que ella pudiera observarlos y darse cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir. ¿Realmente seria lo suficientemente astuta la gitana para librarse de lo que era inevitable?
Thibault Colville- Vampiro Clase Alta
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