Nuevas ideas (Clarisse)

por Invitado Sáb Ene 29, 2011 6:36 am

Por un momento, maldijo su trabajo. Nunca se le hubiera ocurrido, pero a veces se hartaba de entregarse tanto, y recibir tan poco. Hacer arpas le gustaba. Venderlas también. Pero, que no le pagasen como era debido, que se burlaran de él o que no tomaran su trabajo en serio y se rieran e esa profesión, acababa sacándolo de sus casillas. ¿Acaso no era mejor tallar arpas que ser un político corrupto? ¿Un adúltero? ¿Un criminal? ¡Por Dios! Aquel último cliente, si es que se le podía llamar así, se había reído en sus narices. Después del trabajo de tallar el instrumento, se lo había enseñado y al susodicho no le había agradado, no pagándole ni llevándoselo. Aquello le había hecho volver enfurecido a casa, a paso rápido y firme, cerrando con un portazo tras de sí y lanzando el arpa al sofá. Inmediatamente después se arrepintió y la cogió entre sus brazos, abrazándola como si se tratara de un niño pequeño. Se recostó en el sofá dejando el instrumento a un lado, y sintió ganas de caminar.

Salió de su casa ahora algo más calmado, y se dirigió hacia ninguna parte, acabando delante de la biblioteca, que estaba abierta con las puertas de par en par. Algo dentro de él despertó. Quizá fuese curiosidad, así que entró y se quedó maravillado. Aquello era enorme, precioso y bellísimo. Echó un vistazo rápido por las secciones y se fijó en las de “Literatura Musical” y “Literatura Fantástica”. Optó por acercarse a la Musical y comenzó a pasar sus largos y finos dedos por el lomo de los libros, buscando quién sabe qué. Tal vez un consuelo, una inspiración o, muy probablemente, una distracción.

Detuvo los dedos sobre un tomo algo grueso de terciopelo verde que estaba delineado en dorado y con letras amarillas que decían “Manual de instrumentos de cuerda”. Sonrió y lo tomó entre sus manos, acariciando la suave portada. Buscó un asiento libre y se dirigió hacia él, sentándose y abriendo el libro, buscando encontrar lo más obvio, el apartado de Arpa. Pasó páginas y páginas, deteniéndose un poco sobre el Violín, que también le gustaba. Cuando llegó al Arpa, una sonrisa se dibujó en sus labios, y una chispa se encendió en sus ojos cuando llegó al Arpa Celta. Comenzó a leer entusiasmado, sin prestar atención a lo que acontecía a su alrededor…

por **Clarisse Chassier** Sáb Ene 29, 2011 7:08 am

Odiaba, odiaba cuando soplaba el viento y movía su pelo, más aún cuando no había nadie allí para ver semejante espectáculo. Una aureola rubia a su alrededor, que le daba aspecto angelical, y por qué no, sensual cuando alguno de sus mechones se pegaba a sus dulces labios. Y su vestido, que ondeaba en su figura.

Aish.. En fin. Debía dejar de recrearse en aquellas cosas, y darse prisa por encontrar la bibliothèque, en donde buscaría algunas partituras. La música que siempre tocaba la aburría, y buscaba nuevas ideas.

La estructura de aquél panteón no la sorprendió demasiado, no porque hubiera visto algo mejor, sino porque la arquitectura no era algo que la intrigara demasiado, ni tampoco tenía tiempo para perder meditando el estilo de aquél lugar. ¿Sería gótico? Bah, poca atención había prestado en las lecciones de su institutriz, madame Elève, aunque de madame tenía bien poco, la muy zorra.

Pero bueno, estaba volviendo a divagar. Subió los peldaños rápidamente, con el maletín a cuestas, y se dirigió directamente a la sección musical. Confiaba en encontrar alguna partitura de su agrado, y tras unos minutos de búsqueda, encontró una que le resultó interesante. Con despreocupación y sin importarle cuanto pudiera molestar, comenzó a tocar suavemente, aunque el ritmo de la canción hacía dificil interpretar con delicadeza.

FdR: Chanson

por Invitado Sáb Ene 29, 2011 8:30 am

Se encontraba tan entusiasmado leyendo todo acerca de su tesoro, que no se dio cuenta de nada. Ni si quiera de que había alguien molestando sonoramente. Pasó la página y se encontró con que llegaba a sus oídos y a los de todos los presentes el molesto ruido que, al ser aquello una biblioteca, sobraba. No fue capaz de divisar de dónde provenía, de modo que, al igual que otras personas, se levantó y fue siguiendo el sonido hasta que se encontraron todos rodeando a una mocosa bastante pequeña, quizás fuera adolescente y todo. Henry alzó una ceja viéndola tocar. No lo hacía especialmente bien, fuéramos sinceros, y creyó que sus orejas de lobo se destruirían si seguía oyendo eso.

Varias personas le dijeron que se estuviera quieta, que molestaba, mas la niñita no cesaba en su empeño por intentar romper los cristeles del edificio. A esto, Henry se cansó de aquella prepotencia y se acercó a la muchacha quitándole el violín, sujetándolo con la mano en alto - ¿Quieres hacer el favor te estarte quieta, jovencita? - dijo en tono serio, firme. Algunas voces de fondo apoyaron a Henry, pero él no les hizo caso apenas. No le gustaba recibir logros o felicitaciones por cuanto hacía, que era casi siempre. Se limitó a mirar a la muchacha y a esperar una respuesta. Mejor, una buena respuesta por su parte.

por **Clarisse Chassier** Sáb Ene 29, 2011 9:18 am

Expectación. La sentía, formarse a su alrededor, como la masa de un pastel, que aumenta de tamaño en el horno. Sí, eso es, así lo quería. Seguía tocando, a pesar de que las notas sonaban discordantes. Pecaba de orgullo, al creer que al ser la primera vez que la viera, la interpretaría correctamente, pero en ese momento no le dedicaba demasiada atención a esa idea. Hasta que, alguien le arrebató bruscamente el violín de las manos y empezó a regañarla. Y jovencita, ah, le había dicho jovencita.

¡AAAAAAAAAHHH! Quería gritar, quería matar a aquél estúpido hombre, descuartizarlo, esparcir sus vísceras por el río y sacarle los ojos. Inspiró profundamente buscando una forma de calmarse, de que la sangre en sus venas dejara de hervir y que sus instintos asesinos mitigaran. Y lo fueron haciendo, a medida que un descabellado y vengativo plan acuciaba su mente. Un pequeño sustillo por supuesto.

Con esfuerzo, y ayudada por sus grandes dotes de actriz, consiguió sonreír, maliciosamente, sí, pero, a fin de cuentas, era una sonrisa. Miró al hombre con sus grandes ojos y tomó expresión adorable. ¿Qué es lo que más odiaban los amantes de la lectura? Oh, por supuesto, los libros..

Con una extraña parsimonia, sacó una caja plateada de su escote, sin importarle quién mirase, y tranquilamente sacó un pequeño cigarro, que se colocó en la boca, y después, rebuscó hasta encontrar una cerilla, con la que encendió su cigarro, y que tras una venenosa sonrisa, botó deliberdamente. Ay que suerte, sólo cayó en el suelo, pero a centímetros de uno de los volúmenes de la repisa baja. Hay quien diría que, con un soplo de viento, incluso se podría propagar, pero, la joven ni siquiera pestañeó.

- Ay, perdóneme monsieur. No quería molestar, por supuesto - se excusó burlonamente, mientras le exhalaba el humo del cigarro en toda la cara..

Era atractivo, no había por qué discutírselo. Pero con la cara de amargado que tenía, seguro que era un estúpido.

por Invitado Sáb Ene 29, 2011 10:06 am

La verdad, no le extrañaba para nada que la echaran de su casa hasta para tocar. Con lo arrogante y altiva que era… ¿Quién iba a querer tenerla a su lado? ¿Quién iba a aguantar a tremendo espécimen salido de sólo Dios sabía dónde? Bueno, Henry sonrió maliciosamente imaginándose cómo sería recrearse una cacería con él corriendo y ella huyendo. Aunque, ¿saldría corriendo para estropearse el vestido que llevaba? No… seguramente se esperaría a que él llegara a su altura para decirle su precio. Por supuesto, Henry pagaría… A las cosas que merecieran la pena, y esa muchacha, no valía ni para fumar, puesto que no sabía hacerlo.

Sopló suavemente, devolviéndole el humo a su infantil y torpe cara, mal formada, o con signos de pataleta de niña pequeña como lo que era - ¿De verdad piensas que así pareces mayor? - rió una sonora carcajada - Más bien parece que tienes tres años y medio - dejó de reírse para empujarla y hacerla retroceder varios pasos atrás. Le dio el violín a un chico que estaba su lado. Él sí tenía la educación que el ser humano exigía, y no iba a enfrentarse a una criaja maleducada y caprichosa, porque como ella, había montones, y ella no era especial ni por asomo. Se rió en una pequeña carcajada - Esto es un sitio público. Y a mí me preocupa muy poco lo que te preocupe a ti. Si vas a molestar, vete como la niña pequeña que eres, a llorarle a mamá - puso los brazos en jarra - Porque aquí hay gente que quiere estudiar, y tú, molestas - enfatizó cruelmente la última palabra.

Henry sabía que era inútil tratar con personas sin cerebro, pero no perdía nada por intentarlo. Definitivamente, a veces odiaba ser un lobo bueno en lugar de un saca-tripas-porque-le-da-morbo. Alzó una ceja a la espera de una respuesta, porque él sabía que la habría.

por **Clarisse Chassier** Sáb Ene 29, 2011 10:53 am

¿Qué era eso? ¿Todos se movían, o era ella la que temblaba? Lo segundo por supuesto. Sus brazos se movían, pero no sólo sus brazos, sino sus piernas, todas sus extremidades, temblaban violentamente, tanto, que parecía que se iban a desencajar. El cigarro cayó de su boca, al suelo. Su corazón, palpitaba, cada vez más rápido, y se sentía desvanecer.

Eres una niña, eres una niña..

Era la cantinela en ese momento, alguien se lo decía, alguien se lo decía ¿pero quién? ¿De dónde venía esa voz? ¿De veras nadie la escuchaba? Miraba hacia a su alrededor, buscando una fuente, pero todas las bocas estaban cerradas. Movía la cabeza, un lado a otro, parecía que se iba romper su cuello de gacela, al hacer esos movimientos. Estaba desorientada.. ¿qué ocurría? Empezó a respirar agitadamente, y a jadear, como si le faltara el aire.

- N-no.. - consiguió susurrar, antes de trastabillar y caer al suelo, abruptamente. Casi se pudo escuchar el ruido de su mano al fractuarse, pero ella ni lo notó. Sólo atinó a sentarse, y a perder la mirada, mientras su visión se oscurecía.

- No... nononononononononononononono.. ¡¡¡NO!!!

Su tono de voz aumentó hasta convertirse en un agudo chillido. Algunas de las personas que la rodeaban, horrorizadas ante tal espectáculo macabro, comenzaron a recular, y otras directamente se marcharon, incapaces de ver el desenlance del encuentro. Todos mirababan a la joven, que había callado abruptamente, y que ahora sólo miraba a la nada, con el rostro desfigurado y meciéndose levemente.

FdR: Como sabes Clarisse es esquizofrénica, y al tocarle en su tema "tabú" has provocado un ataque de ansiedad, seguido de alucinaciones y paranoia.

por Invitado Jue Feb 17, 2011 11:34 am

No podía creer lo que veían sus ojos de lobo. ¿Qué estaba haciendo? ¿Es que también le gustaba hacer el ridículo, aparte de llamar la atención? Pensó eso hasta que en su rostro apareció una expresión bastante seria y observadora - ¿Pero qué…? - susurró mientras la miraba desestructurarse corporalmente. Abrió desmesuradamente los ojos cuando empezó a chillar de aquella manera y entonces se asustó un poco, pensando que le ocurría algo malo.

Hizo una mueca de dolor cuando ella cayó y se escuchó aquel sonido provinente de su muñeca, y entonces se acercó poco a poco. Se agachó hasta quedar de rodillas frente a ella y le cogió los hombros - Eh, ¿qué te pasa? ¡Eh! - dijo zarandeándola suavemente.

Sus labios se fruncieron y trató de calmarla, seguro ya de que aquello no era una simple pataleta.

Off: Perdona por tardar, lo siento, pero tengo exámenes -.-''

por **Clarisse Chassier** Jue Mar 03, 2011 4:16 pm

Nubes. De colores, danzaban en un oscuro cielo gris. La única mota de color en el lúgubre paisaje, que parecía verse en blanco y negro. Ella tumbada en el suelo, las veía pasar, tenían forma de animales; jirafas, perros, monos.. Un paisaje idílicamente abstracto. De repente, un pitido ensordecedor, una convulsión y..

¡ZAS! El golpe con la realidad la aturdió. ¿Se había desmayado, quizás? Lo cierto es que estaba sodomizada, y había un hombre zarandeándola. Un hombre que no conocía. ¿Pero qué..?

Presión, presión.. tanta presión.. Y colapso. Sus ojos se opacaron y con la fuerza que dificilmente podía poseer una joven menuda y débil como ella, agarró brutamente al hombre por los hombros, así como él la sostenía a ella, hincándole las uñas. Con una expresión violenta, hacía presión, con sólo el deseo de hacerle daño. Con la fuerza que sólo parecen poseer los dementes.

por Invitado Sáb Abr 16, 2011 7:39 am

Abrió muchísimo los ojos. ¿Qué era aquello? Ya no parecía ser una broma ni nada parecido. Aquella muchacha estaba mal, algo en su cabeza no funcionaba bien - ¡Para, para! ¡Tranquila! - gritaba siguiendo con sus zarandeos, esta vez más suaves que antes, tratando de hacerle ver que no quería hacerle daño - Vamos, cálmate, ya está, ya está… - le comenzó a acariciar la mejilla de forma suave, mirándola a los ojos, a aquellos ojos que parecían no tener vida en ese momento. Se sobrecogió y trató de levantarse para llevarla a otro lugar, pues las miradas cada vez eran más indiscretas, pero aquella jovencita no parecía entender en aquel absolutamente nada en aquel momento.

Off: Siento la tardanza, los exámenes me absorbían TT

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